Está en la página 1de 15

1

7. Duns Escoto, Guillerme de Ockham, Francisco Suárez.

7.1. Juan Duns Escoto (1265-1308), doctor subtilis.


Filósofo escolástico escocés, nacido en Duns, Escocia, de donde le vienen los
dos apelativos que se añaden a su nombre. Tras ingresar a los 15 años en la
orden de los franciscanos, estudia en Escocia e Inglaterra y luego en París,
donde alcanza el grado de maestro de teología en el año 1305. El año 1307 se
traslada a Colonia, donde muere a los 43 años de edad. Dende 1297a 1308,
comenta las Sentencias de Pedro Lombardo, en Cambridge, Oxford y París y
redacta diversas cuestiones quodlibetales1; unas y otras son las fuentes
principales de sus obras.
Es considerado uno de los más importantes filósofos medievales de la
Escolástica tardía, y su postura crítica a las doctrinas de Tomás de Aquino da
origen a una tradición escolástica distinta denominada escotismo, que durante
siglos será la oponente intelectual de la corriente tomista patrocinada por los
dominicos («Contemplari et contemplata aliis tradere» (‘contemplar y dar a
otros lo contemplado’).
Frente al tomismo, el escotismo subraya la primacía de la voluntad sobre el
entendimiento, lo que aplicado a Dios y a la creación supone la contingencia
radical del mundo. Este existe por un acto libre de la voluntad divina y podría
perfectamente no haber existido o ser de un modo completamente distinto.
La postura de simple adversario intelectual de Tomás de Aquino, que le ha sido
adjudicada por una tradición poco crítica, queda desprovista de base por los
estudios de los grandes medievalistas, como Ét. Gilson y P. Vignaux, que
1
En la alta Edad Media, que en bastantes aspectos era una época más civilizada que la nuestra, existía la noción
de que todo profesor de Teología o de Filosofía debía someter sus tesis y afirmaciones a la discusión pública.
Sin esta prueba de resistencia a los argumentos contrarios, ninguna postura filosófica o teológica se podía
considerar «mayor de edad». No bastaba afirmar las cosas, había que argumentarlas razonadamente (en contra
de la absurda idea de que, en la Edad Media, todo se decidía por el argumento de Autoridad).
Las discusiones públicas regulares se llamaban quaestiones disputatae, es decir, temas o preguntas discutidas en
las que uno de los profesores de la universidad presentaba sus tesis y las defendía contra los argumentos de sus
oponentes. En cierto modo, el profesor luchaba en su terreno, ya que era él quien elegía el tema a tratar.
Junto a estas cuestiones, existían otras que se producían de forma excepcional, dos veces al año, llamadas
quaestiones quodlibetales. Es decir, preguntas que cualquier persona podía hacer de forma pública, sobre
cualquier tema, al profesor en cuestión y a las que este debía responder, de forma razonada, también
públicamente.
2

demuestran que la filosofía de Duns Escoto ofrece todo el interés de una


verdadera síntesis (si acaso apenas algo más que iniciada por la brevedad de su
vida) de gran altura especulativa, inspirada en una interpretación de Aristóteles
que se apoya principalmente en los comentarios de Avicena y que sustituye al
tradicional neoplatonismo agustiniano de los franciscanos. El objeto directo de
la crítica de Escoto no es el aristotelismo de Tomás de Aquino, sino el
agustinismo de Enrique de Gante, que enseñó en la universidad de París entre
1274 y 1290.

Quaestiones super libros Metaphysicorum Aristotelis (edición Vivès, 7, p. 11),


cuestión 1.
Prólogo.
1. O campo da metafísica
Escoto parte de Aristóteles, Metafísica, libro primeiro, capítulo segundo, 982b1:
a ciencia trata dos primeiros cognoscíbeis:
1. Sen eles ou antes deles nada se pode coñecer. Communissima, as nocións
máis comúns.
2. Os principios máis certos.
O ser en tanto ser e todo o que se deduce de aquí (literalmente: é secuela disto).
A metafísica estuda os principios máis comúns, que son os transcendentais.
El punto de partida de la filosofía de Escoto es la tesis que adopta en la
discusión de su época en torno a cuál es el «objeto primero» del entendimiento
humano, lo primero que conoce, y a partir del cual se construye la metafísica.
Entre los que sostienen que el primum cognitum es Dios mismo y los que
defienden que es la quidditas rei materialis (la esencia de la cosa material),
Escoto sostiene que el objeto primero y propio del entendimiento es «el ser en
cuanto ser», habida cuenta no de la situación presente (pro statu isto), sino de lo
que el entendimiento puede en virtud de su propia naturaleza (ex natura
potentiae).
El ser en cuanto ser es lo que se denomina también el «ser común o
comunísimo», aplicable a cualquier clase de realidad sensible o meramente
inteligible, finita o infinita, con significado unívoco.
3

Quen ten razón?


Avicena: a metafísica ten por obxecto o ente en canto ente
Ou Averroes: a metafísica ten por obxecto a Deus e as sustancias separadas.
Para Scoto ten razón Avicena.
Para Escoto o obxecto primeira da intelixencia humana é o ser. Estuda o ser
pero en ausencia de toda determinación. O problema é que nesta vida non lle é
accesible ao ser humano, non por culpa das limitacións da nosa intelixencia,
máis debido á influencia das potencias sensibles. Necesitar da abstracción é un
castigo do pecado orixinal. Pero Deus pode iluminarnos e dicirnos que o máis
alto que podemos coñecer é o ser. A teoloxía está por enriba da metafísica.
O ser non é a quididade da cousa material e móbil, obxecto da física. O
entendemento non se ocupa desta, senón do ser (Metafísica) e de Deus
(teoloxía).

Distingue:
- ciencias especiais: física, matemática, teoloxía
- ciencia metafísica transcendente, do ser, que debería fundar as outras. Aínda
que Deus non é o único tema da metafísica, en parte apunta cara el.

2. A noción de ser.
O ser é o máis común das nosas representacións do real, carente de toda
determinación, abstracto e indeterminado. Resultado dun proceso de abstracción
por remoción, negación das diferenzas de tódolos entes. A intelixencia ten un
concepto confuso de ser, pero este non é o obxecto da metafísica, senón o
concepto distinto do ente en canto ente.
Chégase á noción de ente común, que non é un xénero, pero que ten certa
unidade unívoca. Fronte a Aquino Scoto afirma que o ser é algo unívoco. Hai un
concepto de ser compartido por Deus e pola criatura. O concepto de ser é
común a todo o que é e ao mesmo tempo encerra virtualmente a tódolos demais.

3. O rexeitamento da noción de existencia.


En este concepto de ser, la existencia no es una característica primera; lo es más
bien la esencia. La existencia es una modalidad (modo o grado de realidad de la
4

esencia, la llama) de la esencia y se entiende desde ella; hasta la misma


individualidad proviene de la esencia, de la naturaleza común, o mejor de lo que
llama intentio naturae, intención de la naturaleza, que no es sino el pleno
desarrollo de la capacidad del ser, que no es más que pura potencialidad y que,
por ello, está orientado a existir; de modo necesario en el ser infinito, de modo
contingente en el ser finito.
Prescíndese de calquera noción de existencia e trátase da esencia absolutamente
considerada. Rexeita a distinción tomista entre esse e essentia. A existencia e os
accidentes que lle sobreveñen ao ente non son necesarios para considerar o ente
tanto que ente.
Distinción real: non hai distinción na realidade entre ser e esencia.
Distinción no pensamento: o ser non é máis cá esencia pensada. Só se pode
distinguir a nivel do pensamento.
Hai dous modos de ser:
- finito (as categorías)
- infinito (Deus). Ata aquí chega a metafísica. Máis alá, a descrición deste ente
infinito que é Deus é cousa da teoloxía sobrenatural.

Gilson:
Otra solución la ofrece Duns Scoto. Escoto habla de naturaleza, también
indiferente a lo universal y a lo particular. La naturaleza se hace universal en el
intelecto, cuando es inteligida, y se hace particular cuando está unidad a la
materia.

La naturaleza/esencia de entrada no es más que cualquier objeto de la mente


divina, formando parte de la infinidad de inteligibles concebibles por ella. Si
Dios quiere puede convertir a una de estas naturalezas inteligibles en algo
existente según un acto suyo de absoluta libertad. No hay ninguna necesidad de
las esencias que obligue a Dios.
Antes de ser creadas por Dios, las esencias son algo que está en su mente al
modo de una pura posibilidad.
5

El ser es la realidad de la esencia. Lo que llamamos existencia es simplemente


el preciso modo de ser que compete a una esencia cuando recibe todas sus
determinaciones, sin que le venga a añadir nada nuevo a la esencia: género,
especie, individuación (hecceidad), accidentes… El ser está siempre
determinado por la condición actual de la esencia y no quiere decir nada más
que esto. La existencia no es nada más que el grado de determinaciones de la
esencia.
La esencia de Dios es infinita; las esencias de las cosas son finitas. Entre un ser
finito y la nada la distancia no es infinita, sino que se debe a la mayor o menor
esencia. Ser es aquí ser su propia esencia. La existencia no es más que la
esencia en su grado último de determinación.
El Dios de Avicena no tiene esencia, porque la esencia es un posible, entonces
no sería necesario. El Dios de Escoto es esencia, una esencia especial que existe
necesariamente.
La existencia no pertenece a la esencia de Dios, sino que es uno de sus modos,
algún tipo de accidente que no es propiamente hablando un accidente.

Frente al tomismo, el escotismo subraya la primacía de la voluntad sobre el


entendimiento, lo que aplicado a Dios y a la creación supone la contingencia
radical del mundo. Este existe por un acto libre de la voluntad divina y podría
perfectamente no haber existido o ser de un modo completamente distinto.
6

7.2. Guillerme de Ockham (1295-1349).


Guillermo de Ockham, también Occam, Ockam, o varias otras grafías (en
inglés: William of Ockham) (c. 1280/1288 – 1349) fue un fraile franciscano y
filósofo escolástico inglés, oriundo de Ockham, un pequeño pueblo de Surrey,
cerca de East Horsley. Como franciscano, Guillermo estuvo dedicado a una vida
de pobreza extrema. Ockham murió a causa de la peste negra.
El 9 de abril de 1328, ante el ruego de Miguel de Cesena, dirigente de la Orden
franciscana, Ockham estudió la controversia entre los franciscanos y el Papado
sobre la doctrina de la pobreza apostólica, que se había convertido en principal
para la doctrina franciscana, pero que era considerada dudosa y posiblemente
herética tanto por el Papado como por los dominicos. Ockham concluyó que el
Papa Juan XXII era un hereje, posición que defendió más tarde en su obra.
Antes de esperar al dictamen sobre la herejía u ortodoxia de su filosofía,
Guillermo huyó de Aviñón el 26 de mayo de 1328 llevándose el sello de la
orden franciscana; se dirigó a Pisa con Miguel de Cesena y otros frailes.
Finalmente conseguirían la protección del emperador Luis IV de Baviera. Tras
su huida de la corte papal, Ockham fue excomulgado, pero su pensamiento
nunca fue oficialmente condenado. Guillermo pasó gran parte del resto de su
vida escribiendo sobre asuntos políticos, incluyendo la autoridad y derechos de
los poderes temporal y espiritual. Se convirtió en el líder de un pequeño grupo
de disidentes franciscanos en la corte de Luis en 1342, tras la muerte de Miguel
de Cesena.
Murió el 9 de abril de 1349 en el convento franciscano de Múnich,
probablemente a causa de la peste negra. Fue rehabilitado póstumamente por la
Iglesia oficial en 1359.

1. O obxecto da metafísica.
Non escribiu ningún comentario á Metafísica, pero nun comentario á Física
afirma que o obxecto da metafísica é:
- segundo a prioridade de predicación, o ente en canto ente é o primeiro obxecto
da metafísica
- segundo a prioridade de perfección, Deus é o obxecto da metafísica.
7

A unidade da metafísica, o feito de que teña un obxecto de estudo propio, vén


do punto de vista do observador, de quen fala –lembremos o concepto de
axiomática da comunicación en Aristóteles-.
Ente en tanto que ente poden ser os entes físicos ou Deus. Non hai unidade de
significación. Hai unha unicidade de predicación, porque dise de moitas cousas
diferentes que son entes, pero sen que haxa unha comunidade de natureza.
Comentario ás Sentencias: non se pode dicir nada común aos entes finitos e a
Deus.
Non é posible ningún coñecemento intuitivo de Deus, non se pode demostrar a
súa existencia. Dentro do ámbito da fe podemos ofrecer calquera proposición,
pero non poden ser transformadas en verdades demostrables. A teoloxía non
debe confiar en ningunha demostración metafísica nin o coñecemento
metafísico pode garda-la esperanza de demostrar ningunha das verdades
necesarias para a salvación.

2. Aportacións no ámbito da metafísica tradicional.


2.1. O nominalismo.
Ockham sostén que os transcendentais non son máis ca abstraccións ou nomes,
que só as cousas individuais existen realmente. Só hai entes concretos, obxecto
de coñecemento intuitivo. Os universais son abstraccións da mente.
Pero non se trataba dun xesto moderno, senón dun xesto en favor de Deus: a
omnipotencia divina non era compatíbel cun universo de esencias situado por
enriba del, senón que Deus debe poder cambiar a orde cando queira. Por iso só
hai cousas individuais, continxentes e coñecíbeis na experiencia.
Ockham: solo hay individuos. La forma de la especie no es más que el nombre
común que damos a los individuos que son similares entre sí. El realismo
defiende que la forma de la especie tiene realidad, aunque sin especificar qué
tipo de realidad.
Contra el mundo de las esencias de Avicena y el determinismo greco-árabe,
Ockham negará las esencias, dejando por un lado a los individuos y por el otro a
la voluntad de Dios.
8

2.2. Sustancia:
Aniquila toda terminoloxía abstracta en favor da libre omnipotencia de Deus.
Elimina as oposicións esencia/existencia, materia/forma e atenúa a de
sustancia/accidentes. Toda verdadeira distinción ten que darse entre cousas reais
distintas. A realidade singular é o mesmo cá súa esencia. Ata no caso de Deus
existencia e esencia coinciden. A diferencia entre as criaturas e o creador é que
as primeiras son cousas dependentes do último. A materia se é algo é o seu acto
entitativo ou forma: non hai composición dunha materia potencial e unha forma
que a constitúa, senón que a materia é unha entidade completa en si mesma.
Reduce as categorías á cualidade, de maneira que só hai sustancia e cualidades.
Podemos seguir falando de diferentes predicamentos, pero non atribuírlles
realidade. O único que hai son sustancias e as súas cualidades. A sustancia é o
modelo de realidade absoluta, xa que non pode ser accidente nin parte doutra
sustancia. A cualidade é a única das categorías accidentais que ten realidade
extramental. A noción de cantidade é considerada como idéntica á de sustancia
(antecedente de Descartes cando identifica res extensa e extensión). A sustancia
só pode cambiar de cualidade. Ex: a transubstanciación do pan na eucaristía non
é cambio ningún, porque os accidentes se manteñen. Por este motivo foi
denunciado ante o Papa. Tamén nega a existencia da relación máis alá do
fundamento e do termo da relación: son conceptos ou intencións da mente.
2.3. Causalidade.
En canto a outra noción clásica da metafísica, a causalidade, vai afirmar que
non hai causa material nin formal, porque non hai distinción entre materia e
forma. Recoñece entón só:
Causalidade eficiente: a nosa intuición só pode ofrecernos sucesións de cousas,
pero non o influxo dunhas sobre outras. Non se pode demostrar que exista
causalidade (segunda) entre as cousas, porque sempre podería ser Deus o que
orixina as cousas en canto causa primeira. Non se pode negar a causalidade
eficiente, pero é moi difícil demostra-la súa existencia. No mundo grego, os
9

efectos estaban ligados ás causas. No mundo cristián de Ockham, chega con que
dúas cousas sexan distintas para que unha existen sen a outra. Estamos nunha
dúbida especulativa total, que non pode ser superada.
Causalidade final: dende a fe todo efecto ten unha causa, pero racionalmente
non é posible demostrar tampouco a súa existencia. “Semella que podemos
proba-la existencia de causas eficientes e finais en certos casos particulares,
pero non demostra-la súa existencia”.
2.4. Deus.
Deus é un ser por enriba do cal non se pode pensar nada maior (“aliquid quo
nihil majus cogitari possit”), algo mellor de canto pode ser pensado. Só o
insensato pode dicir que deus non existe. Polo mero feito de pensar a deus como
o ser máis alá do cal non se pode pensar nada maior, é necesario recoñecer que
deus existe.
Para ser considerado o máis grande deus ten que existir na realidade.
Esta cousa maior de todas non pode reducir a súa existencia a ser na
intelixencia, porque entón habería algo que sería superior a el: el mesmo pero
engadíndolle a existencia. O ser real é superior ao ser pensado. Descartes
engadirá o tema das perfeccións de deus, que Anselmo non manexa.
Non hai unha idea previa de deus, senón que se trata simplemente da
transcendencia de deus fronte a todo concepto que me faga del.
Non hai ningunha pregunta acerca da esencia de deus ou do seu ser, que é algo
impenetrábel para o noso pensamento. Máis ben o que se sinala é a
transcendencia de deus. Se se quere, Ockham é tamén anti-metafísico.
Deus: a afirmación da súa existencia non é evidente nin demostrable.
a) Primeiro motor: hai cousas que se moven a si mesmas (alma, gravidade ó
descender, anxos...); hai casos nos que é necesario admitir unha serie de casos
infinita (na propagación dun movemento ó longo dun pau, que ten infinidade
partes e polo tanto son necesarias infinitas causas motrices).
b) Unidade divina: non é demostrable, senón que simplemente permite explica-
los feitos de maneira máis sinxela.
10

c) Infinitude divina: as palabras son convencionais e nada nos obriga a darlle á


palabra Deus a significación de infinito. Simplemente convén atribuírlle a Deus
tódalas perfeccións.
d) Atributos divinos: coñecemento, vontade, causa.. son afirmacións de fe, das
que non temos certeza. Falamos deles unicamente a partires dos efectos, e non
do coñecemento das causas.
Porén, Deus é necesario para a conservación das criaturas no seu ser, porque se
as causas da conservación van cara ó infinito, debería admitirse a existencia en
acto dunha serie infinita. E tamén di que é posible atribuirlle a Deus unha serie
de atributos coñecidas a partir das criaturas, pero “que prescinden do modo de
ser, xa que na súa esencia non se inclúe a finitude nin a infinitude, e poden, polo
tanto, ser aplicadas a Deus” (Rábade, 50).
Averroes di que Deus é puro Intelecto; Avicena que a vontade divina sigue
necesariamente a lei do seu entendemento. Para Scoto e Ockham, Deus é pura
omnipotencia, que non obedece nin sequera ás Ideas. Ockham di que non
existen Ideas en Deus, senón que el crea o mundo sensible nun acto de vontade
totalmente libre que non contempla determinación ningunha, nin externa nin
interna (o seu entendemento). Non hai nada do que é que non puidera ter sido
doutra maneira se Deus así o quixera.
A metafísica perde o papel predominante, marcando o fin da Escolástica e abre
a vía da modernidade.
11

7.3. Francisco Suárez (1548-1617).


Filósofo y teólogo español, nacido en Granada, de una familia de ocho
hermanos, seis de los cuales ingresaron en algún orden religioso. Es
considerado el filósofo escolástico de mayor relevancia del s. XVI. Ingresó
joven en la Compañia de Jesús (padres jesuitas) y enseñó en Segovia,
Valladolid, Roma, Alcalá y Coimbra. Sus obras y su enseñanza intentan renovar
la filosofía escolástica, en la época de la Contrarreforma en España.
Su obra de mayor importancia es Disputationes metaphysicae [Disputaciones
metafísicas] (1597). En De legibus ac legislatore [De las leyes y el legislador]
(1612) trata del derecho natural y el derecho de gentes, posteriormente llamado
derecho internacional.
Suárez non sería un paso cara á mentalización da metafísica propia da
modernidade dende a metafísica realista aristotélica e medieval, senón que
quedaría aínda preso desta (Jorge J. E. Gracia, Concepciones de la metafísica,
1998, 102).

Disputationes metaphysicae

Primeiro volume: o ser en toda a súa amplitude e o ser pensado segundo a


esencia. O sentido do ser, propiedades e principios que son comúns a tódolos
entes, máis alá das diferenzas específicas ou xenéricas.
Segundo volume: os obxectos metafísicos particulares que poden ser coñecidos
pola nosa razón; en primeiro termo, Deus; logo, a alma.

1. Definición da metafísica.
Unha definición é un xénero máis a diferenza específica.
a) xénero da metafísica: ciencia perfecta e a priori.
A metafísica é a ciencia:
- perfecta: completa, á que non lle falta ningunha condición para ser ciencia
- a priori: non fundada sobre a experiencia.
b) diferenza específica da metafísica: o seu obxecto é o ser do “ente en canto
ente real”; “ens in quantum ens reale”.

Dúas funcións:
12

a) identificar as propiedades dos obxectos.


b) coñecemento da necesidade coa que as propiedades se conectan aos obxectos.
Unha propiedade, ao contrario que un accidente, sempre acompaña a tódolos
membros da especie. A ciencia debe establecer estas propiedades mediante o
estudo das causas e principios.
Principios:
- complexos ou compostos: epistémicos, fundamento das demostracións,
‘principios do coñecemento’. Principios que só son conceptualmente distintos
daquelas cousas das que son principios.
- simples: principios metafísicos, ‘principios do ser’, termos medios nas
demostracións. Son as causas. Principios que non só son conceptualmente
distintos daquelas cousas das que son principios.

2. O obxecto da metafísica.
Rexeita seis opinións acerca do obxecto da metafísica:
1. O ser considerado o máis abstracta e xeralmente posible.
2. O ser dos entes reais, que pode ser substancial ou accidental.
3. O ser do ente supremo real, Deus.
4. Ser como sustancia inmaterial (Deus e as intelixencias separadas – motores
das esferas celestes, anxos).
5. O ser en tanto que categoría
6. A sustancia en tanto que sustancia, independentemente de se é material ou
inmaterial, finita ou infinita.

Para Suárez o obxecto da metafísica é “ens in quantum ens reale” (o ente en


canto é ente real). Inclúe a Deus, as sustancias inmateriais e os accidentes reais
das sustancias inmateriais. Exclúe os seres puramente mentais e os seres
completamente accidentais.
A metafísica fai abstracción de toda materia e se dirixe ao ser en xeral:
- a física abstrae da materia singular, pero non de toda materia sensible.
- a matemática abstrae da materia sensible, pero non da materia intelixible
(seres suxeitos á cantidade).
Ten sentido a metafísica:
1. O ser en canto ser non ten propiedades específicas del. Toda propiedade do
ser é propiedade doutra cousa. O ser é tan amplo que non pode analizarse en
13

compoñentes máis simples.


Resposta: as propiedades non son extensionalmente distintas del, pero
intensionalmente (conceptualmente) si.

2. O ser en canto ser non ten necesariamente ningún principio ou causa. Deus é
un ser. Non pode haber principio ou causa de Deus. Non pode haber ningunha
causa fóra do ser.
A metafísica non necesita das causas (principios simples, metafísicos), senón
que lle chega cos principios epistémicos (compostos, conceptuais).

Suárez non é mentalista: non todos os conceptos obxectivos nin os seres


posibles son mentais. Os conceptos obxectivos derivan o seu status ontolóxico
do que se coñece: os conceptos obxectivos da metafísica derivan o seu status
ontolóxico do ser real. Cando se fala do ser como o “concepto obxectivo” da
metafísica, non se trata en realidade dun concepto.
Sigue na tradición realista do aristotelismo.

Gilson insiste también en esta ruptura de Suárez con la Metafísica de Aristóteles


para ocuparse de las cosas mismas.
“usado como nombre, ens significa lo que tiene una esencia real (essentia
realis), prescindiendo de la existencia actual, es decir, no excluyéndola ni
negándola, sino simplemente dejándola aparte por modo de abstracción
(praecisive tantum abstrahendo); por el contrario, tomado como participio (o
sea, como verbo), ens significa el mismo ser real, esto es, un ser tal que tiene
tanto esencia real como existencia actual, y, en este sentido, significa el ser
como más contraído” (Disputaciones, II, 4, 8, p. 43B).
Suárez distingue:
- ser como sustantivo, esencia real prescindiendo de la cuestión de la existencia.
- ser como participio presente, ser real que tiene tanto esencia real como
existencia actual.
14

Ens, sum, ego sum, existencia actual. Posteriormente fue extendido y pasó a
significar también a los objetos que son meramente capaces de existencia. El
término para abarcar a lo que tiene existencia actual y a aquellos objetos que
son meramente capaces de ella es entonces esencia real. Contrastan con
cualquier ente de ficción, quimeras. Pero en realidad no se trata de dos
conceptos (actual y posible), sino de un solo concepto.

El ser de Suárez es el ser de una esencia que ha pasado de posible a actual. Pero
una vez hecho esto no se requiere para nada de la existencia. Un posible actual
es una esencia actual, no una esencia que existe. Lo que es actual es y lo que no
es actual no es.
Suárez no entiende que a la esencia, una vez actualizada por Dios, todavía
puede faltarle la existencia. La actualización de una esencia consiste en su
actualización en una mente (donde existe) o en una cosa (donde existe). No
habla de existencia, le llega con hablar de actualización.
Gilson critica que la esencia no está en acto por su actualización en tanto que
esencia, que es lo que pretende Suárez y afirma que Aquino era más fino en la
argumentación.

Instáurase pouco a pouco unha distinción entre:


- metaphysica generalis = ontologia, filosofía transcendental
- metaphysica specialis = psicoloxía, cosmoloxía, teoloxía
Que aparece por primeira vez en Wolff (1679-1754).
A metafísica sepárase da teoloxía.

En 1613 aparece por vez primeira a denominación ontoloxía en Rodolfo


Goclenius (1547-1628). Profesor de la Universidad de Marburgo. Seguidor de
las doctrinas de Felipe Melanchton y de las teorías lógicas de Pedro Ramo. Su
15

principal aportación fue la introducción de terminología filosófica y la


explicación léxica de la existente.

También podría gustarte