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“Análisis reflexivo Wit, con propuesta interventiva”.

Nombres: Juan Madrid, Leonor Riquelme, Juan Pablo Kutscher.


Docente: Sandra Oltra.
Fecha: 26/12/2019.

Reflexión:
Witt se dedica a hacer una crítica explícita de una forma utilitarista, materialista y por
último, positivista de la medicina contemporánea. Nos llama la atención que la
satisfacción de los médicos sea consecuencia de los resultados positivos obtenidos
en su investigación, al margen del estado de la paciente. Es un trato que no es
humano ni asistencial.
No se ve respeto a la integridad física y psicológica de la paciente, como tampoco por
su intimidad y sensibilidad en su proceso de recuperación.

Observamos acentuadamente la fuerte experiencia de la paciente, que vive soledad,


desamparo y un dolor, que se acompaña de un trato basado en el objeto de una
investigación. Le acompañan sentimientos de inseguridad, en un hospital donde su
integridad no es tomada en cuenta cómo se merece.
El miedo y la ansiedad se terminan por apoderarse de ella, al punto en que su mejor
opción es desaparecer bajo las sábanas.

Nos encontramos con una película entendida como una crítica ética, la que nos lleva
a una profunda reflexión tanto de las acciones de los médicos como la de cualquier
personal en el trabajo de la salud.

Actuar de la psicología de la salud en el tratamiento:

La propuesta de un actuar pertinente al área de la psicología de la salud apunta de


forma indirecta al trato del personal de salud de la obra. Esta, tendrá la intención de
influenciar de alguna manera el actuar del psicólogo al verse enfrentado a cualquier
persona independientemente de la enfermedad a la que se enfrente. Nuestro valor
fundamental para explicar nuestra propuesta es la transparencia y empatía. El saber
entregar recursos sin tener que hacerlo a través de la complejidad del lenguaje
técnico, y hacerlo a través de un canal de comunicación abierta y empática. Una
mezcla de técnica y estética.

Esto debido a que no solo al ver la película , sino también ver nuestra realidad, que
nos damos cuenta la falta de protocolos o entrenamiento de habilidades “blandas”
para el trato de demás personas en el área de la salud. Es importante mencionar en
este apartado la presencia de una visión constructivista como marco teórico, para
fundamentar nuestra propuesta interventiva, pues es aquí donde se le da suma
importancia al lenguaje.

Todo personal de salud debe de ser consciente de que el paciente es un ser complejo
que no puede ser tratado de forma unidireccional al problema que se nos sea
pertinente tratar. Cuando se trata de personas, debemos de hacernos cargos del
bienestar de todo su complejo ser. “No es solo un órgano”, “No es solo un ansioso”.
Vivian no es solo un sujeto del que se pueda recoger información como un ratón de
laboratorio.

Nuestro paciente debe sentir que tiene plena conciencia sobre su situacion, para asi
poder evitar sensaciones incomodas de incertidumbre e inseguridad. (Mucci, M). Este
es un punto clave tanto en la película cómo en nuestro sistema. El amparo, la
seguridad, tranquilidad no son recursos que los pacientes deben crear por sí mismos,
nosotros debemos saber entregarlos. Cómo también somos nosotros los que
debemos de comunicar eficazmente nuestro proceder clínico en el lenguaje más
receptivo posible.
Con propósito de lograr avanzar en los derechos del paciente en el área de la salud,
en que pueda atender a su autonomía y también a la información de su tratamiento
es que existe hoy un manual de ética del colegio americano de médicos creado en
1984. “Consiste en la explicación, a un paciente atento y mentalmente competente,
de la naturaleza de su enfermedad, así como del balance entre los efectos de la
misma, los riesgos y beneficios de los procedimientos terapéuticos recomendados,
para, a continuación, solicitarle su aprobación para ser sometido a esos
procedimientos “.
Respecto al lenguaje verbal, consideramos pertinente constatar que la forma en que
se utilice y la relación que exista en torno a este, cuando el médico tratante transmite
información al paciente y este la devuelve con las respuestas referentes a su sentir.
La importancia recae en la capacidad que tenga el paciente de sentir su dolencia con
la manera en que la interpreta y por otra parte las cualidades para expresar dicha
dolencia. No toda persona que está de alguna forma delimitada por su contexto
sociocultural, es capaz de recibir de forma óptima esta información.
Esto se ve en una escena en la que la enfermera entra a la habitación y sale de ella
sin haber intercambiado una sola palabra con la paciente.
Nuestra propuesta parte con la idea del psicólogo como ente mediador entre paciente
y médico. Un profesional encargado en el entrenamiento de estas habilidades blandas
al resto de personal de salud que no recibe entrenamiento de estas antes de titularse.

Es aquí donde debiese existir un trabajo excepcional de un Psicólogo de la Salud


que facilite la comprensión por parte del médico para con las características
contextuales de la educación o clase social en que se encuentra situado el paciente
y actuar de manera empática a la hora de emplear términos científicos y poder generar
un clima que vaya en ayuda a la percepción que pueda guardar el paciente de su
enfermedad.

Esta condición restringe al paciente por una parte de llegar a un entendimiento rápido
y fluido de lo que le diga el médico, sin embargo ahí debe aventurarse la capacidad
del médico para entender el contexto en el que están. El médico precede en su
mayoría de un estatus social más alto o lo adquirió gracias a la profesión, esto
coincide socialmente si llega un paciente de una clase social alta, ya que
técnicamente hablan el mismo lenguaje, o están insertos en los mismos contextos
culturales lo que permite que se entienda mejor que con un paciente de clase social
baja, restringiendo a los pacientes de clases populares a acceder a una mayor visión
de entendimiento clínico, pero que puede ser equilibrado con un lenguaje más simple
y situado en contexto con el paciente por parte del médico.

Esta concientización va de la mano con humanizar la tarea del especialista o médico,


tomando en cuenta aportes del enfoque psicológico humanista en el que se acuña a
un concepto importante en toda la relación médico paciente (RMP) que es el de la
empatía, en el que el autor Rogers apunta que para entender al paciente se debe
situar en el lugar del otro, indistintamente de su clase social, capacidades o cualidades
para comunicarse en la RMP. El autor Carl Rogers expresa que: “Ha sido evidente,
tanto por nuestra experiencia clínica como por nuestra investigación, que cuando el
consejero percibe y acepta al cliente tal cual es, cuando deja de lado toda evaluación
y entra en el marco de referencia perceptual del mismo, lo libera para que explore
nuevamente su vida y su experiencia, lo libera para percibir en esa experiencia nuevos
significados y No es menor que la psicología ponga énfasis en la preparación y
calificación adecuada de los recursos profesionales que administran y ofrecen salud
en bienestar de su desarrollo, bases que aparecen también en el desarrollo de la
Bioética, quien además habla sobre la idea de que ser médico implica omnipotencia
y omnisciencia, lo que ha propiciado que algunos profesionales de la atención a la
salud, hayan actuado inconscientemente como si la soberbia fuera un valor. Sin
embargo, la situación actual exige de la humildad del equipo de salud para reconocer
que es falible y que sólo posee un cierto adiestramiento para resolver algunos
problemas de salud de los pacientes (Ocampo, 2002).

Finalmente, el presente proyecto se pretende llevar a cabo bajo una modalidad de


participación o trabajo colaborativo entre los funcionarios, pacientes de la Unidad y
los realizadores del proyecto. Ésta modalidad supone construir juntos, de manera
interdisciplinaria, lo cual demanda conjugar esfuerzos, talentos y competencias
mediante una serie de transacciones que permitan lograr las metas establecidas
consensuadamente. Más que una técnica, el trabajo colaborativo es considerado una
filosofía de interacción y una forma personal de trabajo, que implica el manejo de
aspectos como el respeto a las contribuciones individuales de los miembros del grupo.

Dado lo anterior, se busca la participación de los funcionarios implicados de manera


colaborativa, en donde sean capaces de reflexionar acerca de la problemática a tratar
con el fin de generar espacios en donde sean ellos quienes sean capaces, a través
del ser concientes de sus capacidades y necesidades, de encontrar las herramientas
pertinentes para dar solución al problema, pensando en el bienestar de los pacientes
pero también en el propio de la Unidad.

Esto se llevará a cabo a través de las diferentes etapas que contempla el proyecto
psicosocial en donde habrá instancias proveedoras de espacios de reflexión y trabajo.

Proyecto de intervención:

Objetivo General:
Establecer protocolos de habilidades de comunicación hacia pacientes. Para
funcionarios encargados de intervenir en tratamientos complejos, tanto antes de la
intervención, como después de esta.

Objetivos Específicos:

1. Agilizar la entrega de información a los pacientes.

2. Disminuir los malos tratos del personal médico.

3. Mejorar los niveles de descontento con el servicio y su deshumanización


para/con sus pacientes.

4. Mejorar la calidad de los canales de comunicación entre pacientes y


funcionarios de la salud. Y así disminuir efectivamente niveles de estrés y
ansiedades.
_ Mucci, M. Psicología y Salud: La relación médico-paciente. Aportes de la Psicología.
Recuperado de
https://www.palermo.edu/cienciassociales/opinion/entrevista_maria_mucci.html

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