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“El impresionismo.

Arte, ocio y sociedad” de Robert Herbert

Editorial Alianza, Madrid, 1989.

Capítulo primero “París transformado”

Resumen, puntos esenciales

Renovación arquitectónica y edilicia de París, que denotan la prosperidad y cambio.

Sentimiento de pérdida del Viejo París, cuando “la metrópoli francesa era la cuna del genio y del
carácter galo”.

Se pregunta (Tuckerman, un visitante americano en París, atraído por la exposición de 1867) si


toda la gloria del nuevo París no se ha conseguido a coste de la pérdida del viejo París histórico.

En cuanto a los parisinos los ha comprado la prosperidad.

Y opina que la prosperidad creciente y la exhibición pública de París eran un disfraz dictatorial de
Luis Napoleón.

Para el historiador del impresionismo, es importante mirar este París transformado porque sus
nuevas calles y plazas, sus exposiciones, cafés, restaurantes y teatros son las imágenes que vemos
en los cuadros de Manet, Degas, Morisot, Cassatt, Monet, Caillebote y Renoir.

Manet: nos muestra a hombres y mujeres en las nuevas brasseries y cafés de moda; pinta las
cercanías de los terrenos de la exposición de 1867 y las calles de los barrios renovados en el que
vive cerca de La Gare Saint Lazare.

Degas: nos muestra a hombres saliendo de la bolsa o de las carreras; muestra a mujeres de la
clase media en sombrererías de moda y a prostitutas sentadas en las terrazas de los cafés.

Monet: representa los grands-boulevards , centros resplandecientes del comercio y del turismo.

Renoir: pinta las grandes plazas y los muelles.

Caillebote: nos lleva por el nuevo puente que se alza sobre las vías de la Gare Saint-Lazare.

Monet: nos sitúa en la cochera de los trenes y los andenes.

En cuanto a la postura política de los impresionistas, en esta época, varía mucho. No intiman con
el emperador ni con el gobierno que le precedió.

La naturaleza de su arte que, superficialmente considerado, parece una aceptación incondicional


de la nueva ciudad, es extraordinariamente compleja. En ella no solo nos encontraremos alegres
paseantes y encantadoras camareras, también nos encontraremos mujeres solitarias y pensativas
en cafés y palcos de teatros; parejas sentadas en café u oficinas, con expresiones turbadas;
hombres en las ventanas, mirando a unos pocos peatones aislados en el espacio hostil del asfalto y
las aceras.

Los suburbios también, seremos testigos de los efectos que producen en las aldeas antaño
tranquilas, los domingueros y otros que buscan entretenimiento fuera de la ciudad. Iremos más
allá hasta los puertos de mar y veremos como la pintura impresionista revela la conversión de
puertos de pesca en avanzadillas de la sociedad parisina.

París transformado

Los cambios en la edificación y la arquitectura de la ciudad no afectaron solamente a la sustancia,


sino también al “estilo”, es decir, a las formas cambiadas, en lugar de ser masivas y variadas en sus
masas, las formas cambian a una más ligera de peso y son más regulares. Se amplía la perspectiva
y se da paso a una exhibición abierta de luz y aire (al hablar del cambio de los puentes que pasan
sobre el Sena) atrayendo al turismo (una industria en crecimiento rápido).

Las alteraciones edilicias de París se hicieron a un precio muy alto, cuyo aspecto menos
significativo es el monetario (…) sólo en la isla de la Cité fueron desahuciadas casi 14.000 personas
, que fueron empujadas al extrarradio de la ciudad.

Algunos escritores se hicieron portavoces del dolor por la destrucción del París histórico. A
Haussman (el prefecto encargado de la nueva París) se lo acusó de vandalismo.

El enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo, quedó muy patente en la enorme Exposición Universal
de 1867 ideada por Napoleón III, como muestra de que Francia había llegado a ocupar un lugar
destacado en la industria y las artes.

La industria estaba representada por las máquinas más modernas y las artes por una sección de
bellas artes y de manera más numerosa, por reproducciones e imitaciones del arte anterior
hechas con ayuda de modernas máquinas.

La Exposición dedicada al progreso y a la paz, fue erigida en el Champ de Mars, terreno dedicado a
desfiles militares…una ironía que no pasó desapercibida para Tuckerman y otros contemporáneos:
el hecho de que la nueva industria y el progreso, estaba ligada al poder armado.

Manet, en su cuadro “La exposición universal de París” 1867, nos muestra la omnipresencia de los
soldados, su cuadro, es tanto un enfrentamiento
con el Imperio como un homenaje al mismo.

Supuestamente habría temido el rechazo del jurado,


ya que en la exposición oficial del Salón (Monet,
Renoir, Pissarro y Cezanne fueron todos excluidos).
Manet había construido su propio pabellón de exposiciones en la Plaza de l´Alma, cruzando el río
desde la Exposición y expuso 50 cuadros suyos, no lejos del pabellón de Courbet , aquél enfant
terrible del Segundo Imperio, cuyo pabellón del Realismo de 1855 había dado la idea a Manet.

Descripción del cuadro (algunos aspectos): En primer plano Manet dispuso un panorama de la
sociedad parisina de 1867: jardinero, dos mujeres con ropas de clase baja, dos mujeres más
elegantes, una pareja bien ataviada, él mirando con el prismático hacia el globo de Nadar, en el
centro una amazona, dos niños de la calle sentados en la hierba, en contraste con el elegante
muchacho del primer plano derecho, dos guardias, dos caballeros vestidos a la moda, todos en
posturas artificiosas.

Su Vista de la Exposición Universal de París, no fue del agrado del gobierno, además quedó inconclusa
y nunca se expuso. Además ese mismo año realizó 4 cuadros y una litografía sobre el fusilamiento
del emperador Maximiliano de Méjico, ejecutado por los nacionalistas mejicanos. Los cuadros no
fueron bienvenidos y la impresión de su litografía fue prohibida por el gobierno.

No gozar del favor del gobierno fue también el destino de Renoir, Monet y los otros
impresionistas.

Renoir escogió una vista panorámica para su cuadro,


arbustos, árboles y césped. Unos treinta paseantes
bien vestidos, otro grupo sentado en la hierba, un
parterre recién plantado, cuidado por un trabajador.

“Les champs Elysées durante la Exposición Universal de


París” https://www.slideshare.net/anylaumilo/modernismo-
69933935

Y atisbos de la ciudad circundante.

En Le pont des arts, Renoir muestra hasta qué punto prefería la


ciudad nueva a la vieja, lo que denota la postura vanguardista
del pintor.

Con este cuadro nos trae a la prosaica actividad del momento


presente. Inunda su cuadro de luz (como hizo Haussmann con
la ciudad) y nos muestra a los turistas y paseantes admirando
lo nuevo.

La religión, la historia y la mitología, los pilares de la pintura francesa hasta 1848, fueron barridos
por los impresionistas. Este rechazo a la historia había sido iniciado por Courbet, Millet y otros
artistas de la época del 1850, pero el proceso fue completado y urbanizado, por los impresionistas.

Al oponerse a gran parte del arte tradicional, los impresionistas ayudaron a destruir el arte
académico.
Fue en 1867 Monet hizo sus tres cuadros importantes de París:

- Saint Germain l´Auxerrois,


- El Quai du Louvre y
-Jardín de la infanta.

Está claro que el interés de Monet no es el del artista topográfico, cuyo propósito es proporcionar
el máximo de información.

La meta de Monet es hacer una interpretación naturalista de la ciudad, de manera que el


observador sitúe el Sena ajustando una serie de pistas, aparentemente causales en su disposición.
Como pintor, construye su composición con pocas unidades, que son tratadas de manera sencilla.
(…) y nos muestra el movimiento y la variedad del tráfico urbano.

El artístico cuidado con que Monet construyó esta estimulante vista de París, aunque sus partes
puedan parecer elegidas al azar, viene señalado por las simetrías en eco. La cúpula del Pantheón
está flanqueada por la torre de Saint –Etienne du Mont y la cúpula de la capilla de la Sorbonne.
(etc.)

El cuadro es también un homenaje a elementos naturales, ya que gran parte de su superficie


representan cielo, follaje de árboles y jardín.

El cuadro de Monet (se refiere al Jardín de la Infanta), como los de Renoir y Manet, se caracteriza
por el orden, la simetría, la naturaleza puesta al servicio del gobierno, así como por el propósito
artístico, multitudes canalizadas en modelos prescritos, la luz clara y natural difundiéndose por
todo el escenario. ¿Qué es sino esto un homenaje al París de 1867, a la ciudad, que le gustara o
no, estaba siendo dotada de luz y aire purificadores por los nuevos planificadores de la sociedad?

El fin del imperio

Siguiendo las observaciones de Tuckerman respecto del París de 1867, este comenta que el
gobierno de Luis Napoleón invertía en la clase trabajadora, para mantenerla ocupada y evitar
nuevas rebeliones. La crisis se produjo en 1871, el levantamiento obrero, la Comuna y luego su
sangrienta represión.
En 1870 Francia declaró la guerra a Prusia y fue derrotada en Sedan. La ciudad fue asediada y
bombardeada, la población sufrió hambre y el gobierno tuvo que firmar un armisticio humillante
con el nuevo imperio alemán.

Ante este hecho que los parisinos consideraron traición e incompetencia, establecieron un
gobierno radical, la Comuna de París y tomaron la ciudad. Siguió una
breve guerra civil y luego una represión, millares de comuneros
fueron ejecutados y se perdió el Palacio de las Tullerías.

Manet y Degas sirvieron en la artillería, pero al parecer no llegaron


al servicio activo. Sufrieron hambre y aunque no fueron partidarios
de la Comuna, a ambos les repelió la sangrienta represión de los
insurgentes.

Manet hizo litografías y dibujos relacionados que apuntaban a la


tragedia, no al triunfo.

La barricada (1871) de Manet

Entre los otros impresionistas: Bazille se alistó en los Zuavos y fue


muerto.

Renoir, fue reclutado en la caballería y volvió ileso.

Tras el estallido de la guerra en 1870 Monet y Pissarro se marcharon a Inglaterra, donde


permanecieron hasta la contienda de la Comuna. Monet pasó a Holanda y no volvió a París hasta
el año siguiente. Ninguno de los impresionistas, salvo Pissarro, fue partidario de la Comuna.

En los años subsiguientes de paz, se continuaron las construcciones de bulevares y edificios, se


incrementaron los cafés, café conciertos, restaurantes, teatros y hoteles, almacenes y tiendas. La
población casi se había doblado entre 1840 y 1870, el comercio urbano siguió floreciendo inducido
por el influjo de visitantes extranjeros y provincianos.

Los Grands Boulevards

El barrio más próspero del centro de París, entre 1850 y 1880, estaba constituido por los grands
boulevards cercanos a la Opera.

Eran el centro social de París, donde iban los aristócratas a callejear y el extranjero a mirar. El
comercio intervenía para gratificar el lujo.

Se hallaban también importantes teatros, cafés y restaurantes. Tiendas de fashion, la Bolsa y


centros financieros y hoteles.
Boulevards de Capucines (1873) de Monet. En este cuadro se ve el Grand
Hotel, resultado de la
época de especulación
del segundo imperio,
que abrió sus puertas en
1862.

En 1866, L. Viter en la Revue de deux mondes, se


preguntaba ¿qué había pasado con el arte?, el mal
según veía era el triunfo del ingeniero sobre el
arquitecto, de los materiales sobre el arte.

Renoir en Les grands boulevards (1875), también


coincidía con esta idea, y condenaba la pérdida de edificios históricos y su sustitución por
estructuras “frías y alineadas como soldados preparados para la revista”. Afirmaciones que exigían
en cambio que se garantizara la iniciativa de los artistas individuales.

En el cuadro de Renoir, no existe ese fuerte cañón de espacio tan utilizado por los fotógrafos
contemporáneos (que gustaban captar las perspectivas largas y regulares que caracterizaron a la
planificación del Segundo Imperio).

Renoir disemina personajes (mujer sentada leyendo un libro cerca de un quisco, dos hombres con
chistera, una mujer y dos niños muy bien vestidos, un carruaje, otro hombre y una mujer con
sombrilla. Estas figuras caracterizan a los ricos patronos de los Grands boulevards, y como el
quiosco, constituyen puntos de color y vida y realzan la animación del barrio. También se ve follaje
que ocupa gran parte del cuadro y el fuerte juego de luz y sombra del sol del mediodía.

Estos elementos mitigan la dura regularidad de la ciudad, dándoles un tono pintoresco.

El cuadro de Renoir se aparta de los grabados de guía de la época.

Definición de impresión (el título es mío)

La famosa impresión, el término impresionista había sido acuñado un año antes del cuadro de
Renoir, es el:

Efecto de inmediatez que el artista buscaba, un efecto conseguido por los colores fuertes y las
pinceladas onduladas, que sustituyen a las formas más
vigorosas resultantes del modelado convencional.

Aquí se hace una comparación con la pintura convencional, no


impresionista.

Jean Béraud y su París, en el Boulevard (1878-1882)


Diferencias de estilo: cada forma se distingue nítidamente de su entorno (…) los árboles tan
diferentes de los de Renoir, están separados mecánicamente por puntos de follaje, repetidos en
las sombras de la calzada.

El boulevard des Capucines de Monet (imagen en página anterior) fue pintado en 1873, precediendo
a la primera exposición del grupo impresionista. Se ven las edificaciones, pero las ramas de los
árboles esconden parte de esos edificios y contribuyen a suavizar el resto. Su efecto de pantalla
queda realzado al añadir Monet, tonos de naranjas amarillentos y naranjas marrones.

A diferencia de la composición de Béraud y de las fotografías contemporáneas estereoscópicas, la


composición de Monet, allana y ensancha la avenida.

Lo que Monet y Renoir consiguieron fue reajustar el nuevo París según las convenciones de su
nuevo arte. Dieron a la ciudad, en palabras de Gautier, su “indumentaria civilizada”.

Ambos pintores vieron con optimismo las modificaciones de Haussmann. Reorientaron sus
espacios, sus aperturas, sus salidas, interpretaron su luz y su aire desde el punto de vista de la
intensa coloración de su nueva paleta, reprodujeron sus árboles con pinceladas flameantes que
esconden la trivialidad de los edificios y manzanas de casas en sus perspectivas autoritarias.

El punto de mira de Monet era desde el segundo piso de la esquina del boulevard del Capucines y
la rue Daunou, el antiguo estudio de Nadar.

En 1873, el grupo se registra como “Sociedad anónima de artistas, escultores grabadores”, etc.

El grupo estaba conformado por: Monet, Pissarro, Renoir, Degas, Berthe Morisot, Sisley y otros.

Se vieron obligados a buscar su propia clientela y lo hicieron en el boulevard des Capucines, lugar
de moda.

Seis de las ocho exposiciones del grupo fueron


celebradas en 1886, tuvieron lugar en los grands
boulevards o en sus cercanías.

Degas pinta Mujeres en la terraza de un café, anochecer


(1877), composición que fue mencionada por Georges
Riviere por su observación verídica y desnuda de
embellecimientos de la vida cotidiana (…) habla de las
figuras femeninas y del fondo, donde el trasiego del boulevard disminuye poco a poco.

Riviére publicó su artículo en L´Impresionist, un periódico de corta vida que creó con la ayuda de
Renoir.

Caillebote se unió a los impresionistas en 1876, en la segunda exposición. Este pintor era
además coleccionista de las obras impresionistas.
En la exposición de 1876, presentó: “Los acuchilladores” (1875),
cuadro que fue relacionado con los cuadros de lavanderas de
Degas de la misma exposición, como muestra del realismo
contemporáneo, pero sin precedentes en la pintura francesa
reciente.

En esa misma exposición presentó “Hombre de espaldas en la ventana”, un


cuadro donde el espectador ve una calle de París desde arriba.

De hecho el cuadro representa un nuevo barrio residencial


haussmanniano construido en la década de 1860, no los boulevares de
moda y por tanto era de esperar que creara una sensación muy
distinta.

El foco psicológico de la mirada (del artista y nuestra) es la mujer que


está a punto de cruzar la intersección. Su distancia y tamaño la hacen
curiosamente vulnerable, como un insecto captado por la perspectiva
del artista.

La figura de espaldas es la del observador pensativo, la persona urbana característica que aparece
en tanta literatura naturalista de la época.

La gare Saint-Lazare

Edmond Duranty, uno de los principales escritores naturalistas, en su panfleto La nueva pintura,
hace una defensa de los impresionistas.

El año después de la aparición de este panfleto, que había relacionado al impresionismo con las
ideas naturalistas ya en boga en literatura, se realiza la tercera exposición del grupo impresionista.

Entre los cuadros más originales expuestos en 1877 había tres escenas callejeras de Caillebote y
siete vistas de la Gare Saint Lazare de Monet.

Cada una de las vistas de Caillebote tiene una perspectiva sorprendente, como de embudo, que
inmortaliza las grandes vistas de la ciudad.

 Pintores de brocha gorda


 París, un día de lluvia
 Le Pont de l´Europe
La modernidad de estos cuadros estriba en su explotación de la planificación de Haussmann, una
aparente aceptación del rasgo más controvertido del Segundo Imperio: su despiadada geometría
urbana.

Al situar los cuadros de Caillebote en su perspectiva histórica, el espectador del SXX debe recordar
bien la anterior oposición a la destrucción de la vieja ciudad (…) la avenida larga y recta era el
símbolo del poder arbitrario y del triunfo de lo útil frente a la historia.

El París de la memoria de Hugo (Víctor Hugo, el escritor) no habría podido aguantar el tráfico de
vehículos y peatonal de las cercanías de Saint-Lázare.

Le pont de l´Europe, trata de esta sociedad contemporánea, organizada según la planificación de


Haussmann y no según las pautas de pintorescas e irregulares que Hugo habría preferido.

El flâneur, se ve también representado en este cuadro, un paseante descrito en las páginas


naturalistas contemporáneas, que inspecciona las calles de la ciudad y almacena sus
observaciones para una posible utilización, (de ahí que el autor le preste sus propios rasgos) los
demás son personas ociosas (badauds), absortos en un entorno familiar y que carecen del poder
de observación distanciada y analítica del flâneur.

Nos encontramos lejos de los grands boulevards de Monet y Renoir, cuya activa prosperidad era la
visión más optimista posible que se podría adoptar de la ciudad renovada.

El naturalismo de Caillebote parece voluntarista, incluso agresivo si lo comparamos con el


naturalismo anecdótico de un artista como Béraud, por supuesto Béraud ha escogido una calle
llena de vida, no un puente con calzada.

Los cuadros de Monet de la Gare Saint Lazare no se parecen


mucho al Puente de Europa de Caillebote.

En su Le pont de Europe (1877), el vapor y el humo invaden la


escena, tanto que resultan amenzadores.

La vista de Monet es desde el interior del cobertizo de la


estación.

Monet construyó una composición simétrica y calculada


(ubicación de los elementos en el plano).
La masa sólida es vencida por la luz y el aire. Cuando pensamos en el impresionismo ¿no
pensamos en primer lugar en su rechazo de la masa y el modelado tradicionales en favor del color
y la luz?

El autor afirma que Monet sigue los lineamientos que inspiraron a Flashar (ingeniero que intervino
en la modernización de París) santsimoniano, socialista utópico, su propósito de introducir luz y
aire en la ciudad. La luz del sol puesta al servicio del hombre.

Las fuerzas sociales progresistas de Francia habían exigido durante tiempo que París se librara de
la oscuridad, de las calles y los patios fétidos, de las fábricas y los suburbios húmedos y sin
ventilación. Luis Napoleón sabía cómo llevar estas convicciones auténticas a las redes del poder
autocrático.

Monet toma temas urbanos, los suburbios de la ciudad.

En síntesis: el cuadro “El Puente de Europa” de Monet (1877) está visto desde abajo y adentro de la
estación de ferrocarril, tiene algo de amenazador (por su ambiente de vapor y humo que oculta al
monstruo- el tren- ), la ciudad parece más distante.

El París moderno de Manet

El ferrocarril de Manet (1874)

Pone en primer plano a las figuras y en segundo plano se ve el


ferrocarril y el puente de Europa. Las figuras ocultan la presencia
del ferrocarril, sin embargo es el corazón de la composición. La
figura femenina mira “espectador”. Es el encuentro casual de un
extraño con otros, uno de esos encuentros causales que marcan a
la ciudad moderna.

La place de la Concorde de Degas, se utilizó el mismo esquema:


figuras (el vizconde Lepic y sus hijas) en primer plano, a pesar del
título, la plaza queda en un segundo plano de importancia.

Monet, menos retratista que Manet y Caillbotte, se basa más en los amplios efectos de sus activos
espacios industriales. Expuso varios cuadros de la Gare Saint-Lázare, con los impresionistas en
1877 y volvió al año siguiente con tres cuadros de la rue Mosnier.
 La rue Mosnier con empedradores: se centra en un signo igualmente claro de la constante
metamorfosis de París.
 La rue Mosnier engalanada con banderas: para la fiesta nacional del 30 de junio de 1878,
celebración de la nueva Exposición Internacional, proyectada para marcar la recuperación
de Francia de los desastres de 1870-1871.En este cuadro se ve una inmensa bandera roja,
que tapa ese lado de la calle.
 La rue Mosnier engalanada : es una composición menos atrevida, pero más acabada e
interesante. El análisis se centra sobre todo en el hombre con una sola pierna, que
descubre la realidad bajo la ostentosa exhibición del gobierno de MacMahon.

En estos tres cuadros se ven tres momentos de la festividad, antes, durante y después.

Evolución del estilo impresionista: desde 1867 a 1878.

 más naturalismo.
 paleta más ligera.
 superficies traslúcidas, soleadas.
 aspecto casual y cotidiano de las cosas.

Antes, utilizaban tonos más oscuros y simetría en la composición.

Un año después de pintar esta serie de cuadros, Manet propuso al sucesor de Haussmann una
serie de pinturas para el reconstruido Hotel de Ville, con el tema “el vientre de París”, pero los
hombres que gobernaban París en 1878 debieron considerar que había más de una espina clavada
en ese ramo de flores y naturalmente no contestaron.

Afortunadamente los cuadros que Manet había pintado ya sobre estos temas se conservan y
constituyen una rica compensación de la pérdida de su propuesta serie. Junto con los cuadros de
Monet, Caillebote, Renoir, Cassatt, Morisot y otros, forman un registro artístico de la
transformación de París, un registro cuyos numerosos elementos aún esperan ser examinados.

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