Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ARTE S.XIX
Las guerras napoleónicas que azotan Europa, la crisis interna de los sistemas de Antiguo
Régimen y las revoluciones burguesas, a las que se suma el surgimiento de los
movimientos nacionales, provocan la pérdida de la fe en la Razón. Como reacción,
aparece una nueva sensibilidad que se caracteriza por conceder un valor primordial al
sentimiento, la exaltación de las pasiones, la intuición, la libertad imaginativa y al
individuo. El romanticismo es, ante todo, una manera de sentir
ROMANTICISMO
La pintura es uno de los campos en los que mejor se expresa el espíritu romántico. Sus
valores estéticos se oponen al Neoclasicismo:
Francia
La balsa de Medusa (1819). Museo del Louvre. Óleo sobre lienzo. Se expuso por vez
primera en el Salón de 1819, el certamen donde se daban a conocer periódicamente las
novedades pictóricas, sin que tuviera mucho éxito por su carácter tan novedoso. La obra
fue pintada después de una estancia en Roma donde recogió la influencia de Miguel
Ángel y Caravaggio. Para ella, se documentó con relatos de la prensa y de los
protagonistas sobre el tema.
El tema elegido es un suceso que conmovió a la sociedad francesa tres años antes. En
las costas africanas se había producido un naufragio de un barco francés con 150
soldados, que el capitán y otros aristócratas –para salvarse ellos- dejaron abandonados.
Los marineros estuvieron durante 13 días en una balsa a la deriva sufriendo terribles
penalidades y, de ellos, sólo sobrevivieron 15. Los relatos de los supervivientes
impactaron al público porque contaron que –presos del pánico, el hambre y la sed- se
produjeron casos de locura y canibalismo.
En 1832 viaja a Marruecos, en misión diplomática, donde quedó fascinado por un
mundo exótico lleno de luz y color.
Antes de viaje a Marruecos ya había pintado sus mejores obras como Dante y Virgilio o
La barca de Dante (1822), con un tema tomado de la Divina Comedia – la visita de
Dante al Infierno acompañado por Virgilio-, utilizado para mostrar la desesperación
humana en sus límites a través de los cuerpos desnudos de los condenados que intentan
huir agarrándose a la barca de Caronte.
Después del viaje a Marruecos, pinta escenas de temas orientales de gran luminosidad y
riqueza cromática (retratos del sultán, escenas de cacerías de leones, etc.). De ellas,
destaca Mujeres de Argel en su habitación, una escena interior de gran colorido.
Inglaterra
La pintura inglesa tiene una fuerte originalidad. Aquí encontramos las primeras
manifestaciones de la pintura romántica en la segunda mitad del S. XVIII, con
pintores visionarios o prerrománticos. Se oponen al arte oficial (los retratistas
ingleses); eligen una temática fantástica, onírica o surrealista, que escapa a la razón. Los
temas son propios del Romanticismo pero los pintores ingleses se interesan por el
dibujo.
Johann Heinrich Füssli (1774-1840). Trata temas relacionados con la muerte,
lo sobrenatural o lo truculento como Las pesadillas donde explora el mundo de
los sueños de los que emergen monstruos demoníacos. Interesado por la
literatura, se inspiró en el “Sueño de una noche de verano” para Titania.
William Blake, famoso en la historia del arte por su actividad como ilustrador
de composiciones propias o ajenas como el Paraíso perdido de Milton. Sus
temas son fantásticos, el dibujo es potente por su formación de grabador, los
colores estridentes e irreales y la luz de amanecer o crepúsculo o artificial y
transmiten un mensaje religioso. Tiene influencia de Miguel Ángel y de los
manieristas.
Alemania
Los artistas e intelectuales alemanes desempeñaron un importante papel en el
Romanticismo. Muchos, entre ellos Kant, reflexionaron sobre lo “sublime”: aquello que
por su grandeza produce una emoción sobrecogedora que nos produce temor y nos atrae
a la vez.
El realismo parte del romanticismo, que le ha abierto el camino con la contemplación
de aspectos de la vida real como lo popular o el paisaje, pero elimina los prejuicios
subjetivos con los que contemplaba la realidad el romanticismo.
El artista centra su interés en los temas que reflejan la realidad presente (“lo que está
allí”). Muchos temas serán “polémicos” por representar la gente corriente o por su
gran carga crítica.
La influencia que ejerció en París la exposición de pintura inglesa, sobre todo Turner y
Constable, provoca el interés por encontrar formas nuevas con qué enfrentarse a la
naturaleza. En este ambiente se forma en el pueblecito de Barbizon, una aldea cercana a
París y al bosque de Fontainebleau, donde trabajaban, una escuela paisajística. Los
pintores más representativos son Theodore Rousseau, Díaz de la Peña, Charles
Daubigny, Jules Dupré y Constant Troyon.
Camille Corot (1796-1875) Se mantiene toda su vida como pintor independiente, sin
adherirse a ninguna escuela, sin embargo, durante su formación absorbe la influencia
de las distintas corrientes de su época: neoclasicismo y romanticismo.Admirador de
Claudio de Lorena, viaja a Italia y, a su vuelta, asume algunos de los presupuestos del
romanticismo. Sus cuadros se llenan de la fragilidad de los momentos irrepetibles y se
cubren de una atmósfera fluida, móvil y vaporosa, como en “El bosque de
Fontainebleau” de 1850.No se deja llevar, sin embargo, por la visión de la naturaleza
de los románticos, sino que la ve tal cual es, no como se la imagina. Opta por la unión
del hombre con la naturaleza.
Sus paisajes captan el instante, la luz huidiza, la atmósfera que cambia según las
horas. Descubre el el color cambia según las horas y las condiciones
atmosféricas.
Es uno de los primeros pintores preocupados por pintar al aire libre, quiere
captar la luz, las calidades del aire. Obras como “La catedral de Chartres” de
1830 transmiten la sensación de una atmósfera real. Los colores se convierten en
planos, en materia luminosa, que de alguna manera, anticipan el
postimpresionismo y a Cezanne.
Théodore Roosseau (1812-1867) es el director del grupo. Siente debilidad por los
árboles aislados de grandes proporciones.
En 1848 aparecen en Inglaterra una serie de pintores que denuncian la destrucción que
la industria está causando en la naturaleza y defienden la vuelta a un estado de pureza
que se encuentra en la Edad Media y en el trabajo artesanal. Rechazan la pintura
academicista por considerarla vacía de contenido trascendente. Los temas preferidos se
mueven entre la leyenda y la religiosidad, en ambientes de ensueño, que remiten al
mundo mágico medieval. Siguen el ejemplo de artistas anteriores a Rafael.
Este grupo tiene relación con el movimiento de Arts &Crafts, encabezado por William
Morris, que pretendía el resurgimiento de los oficios artesanales.
En 1850 hizo una presentación espectacular en el Salón de París, con varias obras, entre
las que destaca Entierro en Ornans. Representa una escena cotidiana, tal como él la ve,
revelando las actitudes de hipocresía de los asistentes (la rutina con que el cura
desempeña su oficio, los monaguillos ajenos a la ceremonia, la ausencia de dolor en la
familia y amigos que parecen estar allí por compromiso). El realismo también aparece
en los retratos de los personajes rurales cuyos rostros parecen de la misma materia que
la tierra.
El cuadro causó impresión por el tema y por la crudeza con que representa a los
personajes.
IMPRESIONISMO
La sensibilidad social fue reacia a este tipo de pintura, surgida del como rechazo de la
pintura academicista y de estudio de carácter clasicista, que durante mucho tiempo tuvo
que soportar las críticas más adversas.
Sin embargo, como movimiento pictórico no tuvo una gran cohesión como grupo, pues
aunque compartían ciertos intereses pictóricos y estéticos, carecían de un manifiesto
teórico e incluso una línea de acción unitaria.
Características.
El principio básico del Impresionismo es que la realidad que captamos no es única sino
múltiple; no es permanente sino cambiante. La realidad es la apariencia de las cosas en
el momento de ser contempladas. Los pintores impresionistas vivían un mundo móvil,
cambiante e inestable que querían reflejar en sus cuadros.
Con todo, lo más novedoso del impresionismo fue su técnica abocetada a base de
pinceladas cortas y visibles, con colores estridentes entre los que no se encontraba el
negro, que había sido sustituido por tonalidades azuladas o violáceas. Estos colores ya
se adquirían en tubos de estaño gracias a la fabricación a nivel industrial, lo que
permitía la práctica de la pintura al aire libre llevando el caballete al lugar donde
estuviera el objeto que se quisiera representar.
Sobre estas bases, la teoría empírica de la sensación como única fuente válida de
conocimiento se convierte en el principio rector de la pintura impresionista, sin que
existan ni formas ni colores permanentes sino mudables en función de la luz que
reciban.
La luz es, pues, la auténtica protagonista del cuadro, pues los objetos sólo se ven en la
medida en que la luz incide sobre ellos. Por eso se prefiere la pintura al aire libre ya que
permite captar la visión momentánea y fugaz de los efectos producidos por la luz.
Al ser los cuadros un simple efecto de luz, un mismo tema se puede representar varias
veces y siempre de forma distinta con tan sólo cambiar la luz (su intensidad, su ángulo
de incidencia, etc.).
Artistas impresionistas
Sin embargo, la verdadera revolución no estaba en los temas sino en las formas, pues su
pintura se construye a base de manchas, simples y enérgicas, que definen los objetos,
sin el ilusionismo que deriva del modelado, mostrando gran influencia de pintores
españoles como Velázquez y Goya en el aclaramiento de su paleta y en la liberación de
su pincelada.
Manet fue visto por los impresionistas como un maestro y un guía, y él, a su vez,
aprendió de ellos su pasión por la pintura al aire libre y su interés por los aspectos
puramente lumínicos de la misma.
Pintaba la luz al aire libre y se interesó especialmente por los cambios de luz durante el
día y por las variaciones atmosféricas y acuáticas. En este sentido realiza series como la
de las escenas de la Catedral de Rouen y en su época final, la de las Ninfeas. Su técnica
se basa en pequeños y rápidos toques de colores puros que dan un aspecto inacabado al
cuadro.
Pinta, sobre todo, paisajes, marinas, escenas fluviales, etc., aunque a veces pinta
paisajes urbanos mostrando como son modificados por la industrialización (“La
Estación de Saint Lazare“).
Camille Pisarro (1830-1903) era el mayor del grupo y jugó un papel de cohesionador,
de fortalecedor de los lazos de amistad entre los pintores, dada su bondad personal.
Vivía en Pontoise, donde pintaba sobre todo paisajes rurales y urbanos (Tejados Rojos,
1877) a través de los cuáles busca la luz de los árboles, caminos o tejados de las casas.
Utiliza puntos de vista muy altos para conseguir una mayor sensación de espacio.
Alfred Sisley (1839-1899) fue un impresionista puro, que dotaba a sus cuadros de un
gran lirismo, al igual que Monet, que fue su maestro. Pinta preferentemente temas de
nieve e inundaciones, caracterizándose por ser un pintor de paisajes apacibles, con una
pincelada deshecha y luminosa. Alejándose de Manet, prefirió la luminosidad de la
pintura al aire libre y se instala en Moret-sur-Loing, en las cercanías de Fontainebleau,
donde pintaría hasta su muerte los paisajes de la región. Entre sus obras destaca
Inundación en Port-Marly (1886).
Auguste Renoir (1841-1919) resulta clásico dentro del impresionismo, ya que aplicó la
visión impresionista a la figura humana, con una pincelada pequeña, corta y vibrante, y
un acabado oleoso; se ha dicho que sus inicios como pintor de porcelanas en su
Limoges natal, influyeron en su técnica. Mostraba gran preocupación por los efectos de
la luz sobre la piel, las variaciones tonales que se creaban, así como los brillos que
podían resultar. Alejado en un principio del dibujo, creaba por medio de las manchas de
color, que se mezclaban en el ojo del vidente, y creaban las formas, lo que le convierte
en un precedente del Fauvismo y de las tendencias cromáticas del siglo XX.
Utilizó el tema de los jardines para captar la luz, como chispazos centelleantes, según se
filtren los rayos de sol a través de los árboles, pero lo que centra su atención es la figura
humana, principalmente en el desnudo femenino, que recuerdan, en cierto modo a
Rubens. También realizó escenas de la vida bohemia parisina. En sus últimos años, sin
embargo, volvió al dibujo academicista, disminuyendo la importancia del color en la
composición.
Edgar Degas (1834-1917) recibió una formación académica por lo que siempre dio
gran importancia al dibujo. Era más conservador que sus compañeros, ya que enlazó su
obra con la tradición de la pintura occidental. Asimismo, preparaba concienzudamente
sus composiciones, lo que no fue óbice para que adoptara encuadres y movimientos
originales inspirados en la fotografía.
No se limita al mundo elegante del ballet sino que muestra los esfuerzos de los ensayos;
pinta también el cansancio de los trabajadores e incluso escenas íntimas de mujeres pero
tratadas de forma nueva.
Estas escenas de la vida cotidiana pueden ser calificadas de expresionismo social. Crea
un tipo de primer plano en el que se secciona la cabeza de uno de los personajes, lo cual
sitúa bruscamente al espectador ante el cuadro. Es un recurso para desencadenar la idea
de proximidad que será aprovechado después por el cine.
Entre sus obras más destacadas destacan obras como Carreras de Caballos (1866),
Bailarinas en la ópera antigua (1877) o Mujer peinándose (1885).