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Qué es Ser humano:

Ser humano es una expresión que hace referencia al homo sapiens, cuya
principal característica es la capacidad de razonamiento y aprendizaje.

Ser humano también hace alusión a la condición de “ser”, es decir, al modo de


la existencia que distingue cualitativamente a los humanos del resto de los
animales, y no solo biológicamente. Es en este sentido cualitativo que
las ciencias humanas y sociales usan el término.
Lo mismo ocurre en el lenguaje cotidiano. Por ejemplo, podemos citar el
siguiente proverbio: "El ser humano es el único animal que tropieza dos veces
con la misma piedra".

Así, ser humano es un nombre genérico para designar a todos y cada uno de
los individuos de la especie, sobre todo en lo que refiere a su cualidad.
Desde el punto de vista cualitativo, el ser humano se distingue de otros
animales en su modelo de inteligencia, en su autoconciencia y en su
capacidad de separarse de la naturaleza y sobrevivir por medio de la cultura.
En biología se usa frecuentemente para referir al ser humano como especie
dentro del reino animal, centrando la atención en el orden biológico
(características físicas, funcionamiento del organismo, etc.), sin dejar de tomar
en cuenta los rasgos diferenciadores.
Vea también

Características del ser humano


 Posee capacidad de razonamiento y conciencia;
 Tiene consciencia de la muerte;
 Es un ser social;
 Se organiza en grupos sociales que generan un código ético para la supervivencia del
grupo;
 Se comunica mediante el lenguaje;
 Se expresa simbólicamente por medio de la cultura (arte, religión, hábitos, costumbres,
vestido, modelos de organización social, etc);
 Expresa su sexualidad mediante el erotismo;
 Posee libre albedrío, es decir, voluntad propia;
 Tiene capacidad para el desarrollo tecnológico;
 Tiene capacidad para la empatía;
 Su intervención en el medio ambiente causa impacto ecológico.

EL PAPEL DEL SER HUMANO EN LOS ECOSISTEMAS


EL SER HUMANO UTILIZA LOS RECURSOS NATURALES

El ser humano es una de los millones de especies que pueblan la Tierra, aunque su
inteligencia le permite vivir en casi todos los ecosistemas.
El ser humano es consumidor en todos los ecosistemas en los que vive. De ellos
obtiene seres vivos, minerales, energía, espacio..., es decir, utiliza los recursos
naturales de los ecosistemas.

EL PAPEL DEL SER HUMANO EN LOS ECOSISTEMAS HA CAMBIADO

1. En las sociedades de cazadores y recolectores


En las primeras sociedades prehistóricas la población humana era escasa, las tribus
eran poco numerosas y se desplazaban buscando refugio, alimentos, más adelante,
leña...

Utilizaban muy pocos recursos naturales y daba tiempo a que se regeneraran.


Su efecto en la Tierra era casi nulo.

2. En las sociedades agrícolas y ganaderas


Al desarrollarse la agricultura y la ganadería, la población empezó a crecer, se
fundaron pueblos y ciudades y el ser humano comenzó a extenderse por todo el
planeta.

Los efectos en los ecosistemas empezaron a ser mayores, pero todavía


eran reparables

3. En las sociedades industriales


Actualmente, la población humana es de unos 6.500 millones de personas, y ocupa
casi todo el planeta.

La cantidad de recursos naturales consumidos, sobre todo en los países


desarrollados, se ha multiplicado. A eso contribuyen las técnicas que permiten
extraer esos recursos en gran cantidad.

La necesidad de convivir con la naturaleza

La necesidad de convivir con la naturaleza


07 DE OCTUBRE DE 2010 César-Javier Palacios
La convivencia con la naturaleza es una cuestión de supervivencia
humana. No sólo nos proporciona sustento, sino también bienestar y
felicidad. Seguramente por eso, en nuestras cada vez más
masificadas ciudades siempre hay sitio para una planta, para una
mascota, para un árbol, para un jardín. No podemos vivir sin ese
contacto, aunque sea lejano, con la Madre Naturaleza.

¿Os acordáis de Félix Rodríguez de la Fuente? Fue él quien se


empeñó en educarnos en la necesidad de lograr una convivencia
armónica con la naturaleza. Lo hacía porque era un visionario. Tenía
una idea revolucionaria. Estaba convencido de que el hombre ideal
y feliz era el hombre paleolítico, aquel recolector y cazador
perfectamente imbricado en el medio ambiente como un animal más,
dotado de unos asombrosos conocimientos ecológicos y culturales, en
armonía con esa naturaleza de la que se nutría y formaba parte.

Para Félix el ser humano no era una especie más, sino una síntesis
de la naturaleza, con todo lo peor y todo lo mejor de ella, creada “con
la nieblas del amanecer, con el aullido del lobo, el rugido del león”, en
una estrecha y “compleja trama palpitante” e interdependiente. No es
que quisiera que volviéramos a la Edad de Piedra, pero sí soñaba con
que algún día recuperaríamos esa sensibilidad ecológica que nos
haría más tolerantes y felices.

¿Qué nos queda de todo ese pasado?Nada. Esa falta de “contacto


real” con la Naturaleza, en una sociedad cada vez más urbanizada,
nos está llevando por mal camino. Hacia un consumo irreflexivo de los
recursos naturales, provocador de desastres tan impresionantes como
el cambio climático, cuyas consecuencias finales aún no somos
capaces de imaginar.

Por eso, cuando se habla de convivencias, no podemos olvidarnos de


la más importante de todas ellas, la necesidad imperiosa que tenemos
de convivir en armonía con la naturaleza.

Naturaleza Humana
Desde una óptica filosófica, todos los seres humanos comparten un
conjunto de rasgos sumamente particulares y constitutivos, que
abarcan la manera de actuar, pensar y sentir dentro del contexto en el
que se manejan. Existen muchas teorías acerca de lo que significa la
naturaleza del hombre. Filósofos como Platón consideraban que la
esencia del hombre se encontraba integrada por un
alma inmortal que puede llegar a obtener el conocimiento.

En este sentido, platón opinaba que el alma se encontraba fragmentada en tres partes: la
parte que complace los anhelos y las necesidades de la persona. La parte del
razonamiento y la parte que controla el temperamento. Como se puede observar, cada
una de estas partes del alma cumple con un desempeño específico, sin embargo, es la
parte de la lógica o razonamiento la que debería dirigir a los seres humanos.

Lo cierto es que la naturaleza humana es aquella que muestra la esencia del hombre, es
decir, cómo piensa, se comporta, se desarrolla en lo personal, en lo físico, en fin,
ese instinto que impulsa al hombre a querer realizar cosas.

Desde que el ser humano nace tiene un destino reservado. Durante su vida, el hombre
se ha dedicado a indagar y a explorar el mundo en que vive, queriendo siempre aprender
y obtener, nuevos conocimientos; es por esto que siempre trata de entender todo lo que
lee, observa y escucha, para luego enfocarse en la búsqueda de la verdad de todo
cuanto existe.
Tanto los sentimientos, como los sueñosy las metas son características propias de la
naturaleza humana, aun cuando sean propiedades que no se puedan tocar. Sin embargo
cuando el ser humano comienza a evolucionar en el plano físico y mental, va
exteriorizando poco a poco algunos aspectos de sí mismo, que lo más seguro, era que lo
tenía desde su infancia, pero que no habían aflorado.

El ser humano de forma espontánea va estructurando su vida, ya que su deseoes salir


adelante, progresar de muchas formas diferentes, por ejemplo estudiar, tener su propia
familia, obtener valores humanos, satisfacer sus necesidades, llevar a cabo sus metas,
inventando cosas nuevas, vincularse con la naturaleza y seguir unos principios
religiosos.

Características que Diferencian al Ser Humano de Otras


Especies

Las principales características que diferencian al ser humano de otras


especies son el habla, las relaciones sociales, la estructura bípeda, la longevidad y el
raciocinio.
El ser humano sufrió numerosas transformaciones durante el proceso evolutivo
desarrollado desde la Prehistoria. Algunas afectaron su apariencia y morfología, y
otras incidieron en su capacidad para interrelacionarse y formar sociedades
avanzadas.
La evolución convirtió al ser humano en la especie animal más desarrollada

Esto le proporcionó al ser humano un acceso preferente a los recursos naturales


necesarios para la vida, y supuso su control sobre el resto de especies.

Las 5 características principales que distinguen al ser humano


1- El habla
Ninguna otra especie dispone de un lenguaje estructurado con el que
comunicarse. Hay debates entre distintas corrientes, ya que algunas consideran
que las lenguas no son sino una parte del lenguaje, que abarca también la
comunicación entre animales.

Es cierto que otras especies disponen de estructuras primarias de comunicación


(ladridos, balidos, determinados movimientos, etc.), pero solo el ser humano ha
sido capaz de desarrollar más de 600 idiomas.

Los idiomas son sistemas de comunicación estructurados que están en


permanente evolución y que se han implantado en un determinado territorio.
La capacidad humana de aprender nuevos idiomas resalta sobre la incapacidad
animal de imitar y comprender formas de comunicación propias de otras
especies.

2- Las relaciones sociales


La sociología define las relaciones sociales como el conjunto de interacciones
regladas que se dan entre dos o más individuos.

La convivencia y las relaciones interpersonales conforman el seno de una


sociedad constituida, que desarrolla normas para su adecuado funcionamiento.

Por el contrario, las relaciones entre las especies animales vienen dadas por la
fuerza: el más fuerte se impone. Este tipo de relaciones se da también entre
integrantes de una misma especie, incluso en las que se parecen al hombre,
como los homínidos.

Los débiles físicamente son sometidos por los más fuertes, mientras que las
normas humanas dictan que los más débiles (enfermos y ancianos) deben ser
cuidados y protegidos por los más fuertes.

3- La estructura o morfología bípeda


Esta es una característica estructural. La evolución de la especie derivó en que
la humana sea la única bípeda.

El ser humano dispone de dos piernas sobre las que sostenerse y con las que
caminar, y dos manos con las cuales desarrolla diversas actividades.

Ningún otro animal dispone de dos extremidades inferiores y dos extremidades


superiores tan diferenciadas.

4- La longevidad

Aunque depende de diversos factores, en líneas generales puede afirmarse que


la esperanza de vida del ser humano es de las mayores, en comparación con
otras especies.
En los países occidentales se sitúa en torno a los 80 años. Solo algunas
especies, como el elefante, la ballena o el águila, viven tanto o más que el
hombre.

Además, la infancia del ser humano es de las de mayor duración. Ni en las


especies más longevas ocurre esto, dado que la madurez e independencia se
producen mucho antes.

5- El raciocinio
El raciocinio, que la ciencia asocia con la inteligencia, es otra característica
definitoria del ser humano.

La principal diferencia con respecto a otras especies es que los razonamientos


y sus estructuras de pensamiento están mucho más desarrolladas en el ser
humano.

Aunque algunos animales son capaces de trazar planes y asimilar o aprender


determinadas cosas, siempre actúan por instinto y no como resultado de un
razonamiento lógico de las causas, consecuencias, ventajas y desventajas de
los escenarios.
La Familia como sistema

Al concebir a la familia como sistema, estamos dando por hecho que constituye una
unidad, una integridad, por lo que no podemos reducirla a la suma de las características
de sus miembros, es decir, la familia no se puede ver como una suma de individualidades,
sino como un conjunto de interacciones.

Esta concepción de la familia como sistema, aporta mucho en relación con la causalidad
de los problemas familiares, los cuales, tradicionalmente, se han visto de manera lineal
(causa-efecto) lo cual es una visión errónea, puesto que en una familia no hay un
“culpable”, sino que los problemas y síntomas se deben precisamente a deficiencias en la
interacción familiar, a la disfuncionalidad de la familia como sistema. El funcionamiento
familiar debe verse no de manera lineal, sino circular, es decir lo que es causa puede pasar
a ser efecto o consecuencia o viceversa.

La familia, como sistema abierto, tiene las propiedades de todos los sistemas de este tipo.
Ejemplo, podemos mencionar que, de acuerdo con la totalidad, el comportamiento de
todo el sistema familiar no puede ser explicado con la suma de las conductas de todos sus
miembros; lo que ocurre a un miembro de la familia afecta a todos los demás.

La equifinalidad está presente cuando identificamos que las familias pueden alcanzar el
mismo resultado final a partir de condiciones iniciales diferentes. Las relaciones entre los
miembros de una familia se presentan como circuitos de interacción repetidos y
recíprocos; un comportamiento desencadena otro en otro miembro y así sucesivamente,
se construyen progresivamente, pautas de interacción que van definiendo a la familia. Así
mismo, el sistema familiar tiene una organización y una jerarquía que le permite
diferenciar el desempeño de sus funciones a través de subsistemas. Cada individuo es un
subsistema en el interior de una familia y, a la vez, forma parte de diversos subsistemas
familiares como el conyugal (esposos), el parental (padres-hijos) o el fraterno (hermanos).

La familia también es un sistema en constante transformación, que cambia y se adapta a


las diferentes exigencias del medio externo como las derivadas de sus propias etapas
evolutivas. Para ello mantiene un constante equilibrio entre sus fuerzas homeostáticas y
sus capacidades de transformación, siempre con el propósito de asegurar continuidad y
crecimiento en sus integrantes.

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