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Ser humano es una expresión que hace referencia al homo sapiens, cuya
principal característica es la capacidad de razonamiento y aprendizaje.
Así, ser humano es un nombre genérico para designar a todos y cada uno de
los individuos de la especie, sobre todo en lo que refiere a su cualidad.
Desde el punto de vista cualitativo, el ser humano se distingue de otros
animales en su modelo de inteligencia, en su autoconciencia y en su
capacidad de separarse de la naturaleza y sobrevivir por medio de la cultura.
En biología se usa frecuentemente para referir al ser humano como especie
dentro del reino animal, centrando la atención en el orden biológico
(características físicas, funcionamiento del organismo, etc.), sin dejar de tomar
en cuenta los rasgos diferenciadores.
Vea también
El ser humano es una de los millones de especies que pueblan la Tierra, aunque su
inteligencia le permite vivir en casi todos los ecosistemas.
El ser humano es consumidor en todos los ecosistemas en los que vive. De ellos
obtiene seres vivos, minerales, energía, espacio..., es decir, utiliza los recursos
naturales de los ecosistemas.
Para Félix el ser humano no era una especie más, sino una síntesis
de la naturaleza, con todo lo peor y todo lo mejor de ella, creada “con
la nieblas del amanecer, con el aullido del lobo, el rugido del león”, en
una estrecha y “compleja trama palpitante” e interdependiente. No es
que quisiera que volviéramos a la Edad de Piedra, pero sí soñaba con
que algún día recuperaríamos esa sensibilidad ecológica que nos
haría más tolerantes y felices.
Naturaleza Humana
Desde una óptica filosófica, todos los seres humanos comparten un
conjunto de rasgos sumamente particulares y constitutivos, que
abarcan la manera de actuar, pensar y sentir dentro del contexto en el
que se manejan. Existen muchas teorías acerca de lo que significa la
naturaleza del hombre. Filósofos como Platón consideraban que la
esencia del hombre se encontraba integrada por un
alma inmortal que puede llegar a obtener el conocimiento.
En este sentido, platón opinaba que el alma se encontraba fragmentada en tres partes: la
parte que complace los anhelos y las necesidades de la persona. La parte del
razonamiento y la parte que controla el temperamento. Como se puede observar, cada
una de estas partes del alma cumple con un desempeño específico, sin embargo, es la
parte de la lógica o razonamiento la que debería dirigir a los seres humanos.
Lo cierto es que la naturaleza humana es aquella que muestra la esencia del hombre, es
decir, cómo piensa, se comporta, se desarrolla en lo personal, en lo físico, en fin,
ese instinto que impulsa al hombre a querer realizar cosas.
Desde que el ser humano nace tiene un destino reservado. Durante su vida, el hombre
se ha dedicado a indagar y a explorar el mundo en que vive, queriendo siempre aprender
y obtener, nuevos conocimientos; es por esto que siempre trata de entender todo lo que
lee, observa y escucha, para luego enfocarse en la búsqueda de la verdad de todo
cuanto existe.
Tanto los sentimientos, como los sueñosy las metas son características propias de la
naturaleza humana, aun cuando sean propiedades que no se puedan tocar. Sin embargo
cuando el ser humano comienza a evolucionar en el plano físico y mental, va
exteriorizando poco a poco algunos aspectos de sí mismo, que lo más seguro, era que lo
tenía desde su infancia, pero que no habían aflorado.
Por el contrario, las relaciones entre las especies animales vienen dadas por la
fuerza: el más fuerte se impone. Este tipo de relaciones se da también entre
integrantes de una misma especie, incluso en las que se parecen al hombre,
como los homínidos.
Los débiles físicamente son sometidos por los más fuertes, mientras que las
normas humanas dictan que los más débiles (enfermos y ancianos) deben ser
cuidados y protegidos por los más fuertes.
El ser humano dispone de dos piernas sobre las que sostenerse y con las que
caminar, y dos manos con las cuales desarrolla diversas actividades.
4- La longevidad
5- El raciocinio
El raciocinio, que la ciencia asocia con la inteligencia, es otra característica
definitoria del ser humano.
Al concebir a la familia como sistema, estamos dando por hecho que constituye una
unidad, una integridad, por lo que no podemos reducirla a la suma de las características
de sus miembros, es decir, la familia no se puede ver como una suma de individualidades,
sino como un conjunto de interacciones.
Esta concepción de la familia como sistema, aporta mucho en relación con la causalidad
de los problemas familiares, los cuales, tradicionalmente, se han visto de manera lineal
(causa-efecto) lo cual es una visión errónea, puesto que en una familia no hay un
“culpable”, sino que los problemas y síntomas se deben precisamente a deficiencias en la
interacción familiar, a la disfuncionalidad de la familia como sistema. El funcionamiento
familiar debe verse no de manera lineal, sino circular, es decir lo que es causa puede pasar
a ser efecto o consecuencia o viceversa.
La familia, como sistema abierto, tiene las propiedades de todos los sistemas de este tipo.
Ejemplo, podemos mencionar que, de acuerdo con la totalidad, el comportamiento de
todo el sistema familiar no puede ser explicado con la suma de las conductas de todos sus
miembros; lo que ocurre a un miembro de la familia afecta a todos los demás.
La equifinalidad está presente cuando identificamos que las familias pueden alcanzar el
mismo resultado final a partir de condiciones iniciales diferentes. Las relaciones entre los
miembros de una familia se presentan como circuitos de interacción repetidos y
recíprocos; un comportamiento desencadena otro en otro miembro y así sucesivamente,
se construyen progresivamente, pautas de interacción que van definiendo a la familia. Así
mismo, el sistema familiar tiene una organización y una jerarquía que le permite
diferenciar el desempeño de sus funciones a través de subsistemas. Cada individuo es un
subsistema en el interior de una familia y, a la vez, forma parte de diversos subsistemas
familiares como el conyugal (esposos), el parental (padres-hijos) o el fraterno (hermanos).