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En la sentencia SL 2845 DEL 2019 NOS ESTABLECE LA CORTE EN ESTA SENTENCIA DE CASACION
LABORAL LOS PARAMETROS ESOECIFICOS SOBRE LA CULPA DEL EMPLEADOR EN CASOS DE CULPA
GRAVE, LEVE Y LEVISIMA QUE ESTABLECE EL CODIGO CIVIL APLICABLE A LAS NORMAS LABORALES Y
SE UTILIZAN EN CASA DE ENGERMEDAD LABORAÑL O ACCIDENTE DE TRABAJO CUANDO EL
EMPLEADOR OMITE LOS CIUDADADOS NESESARIOS PARA LA PROTECCION DEL TRABAJADOR COMO
VEREMOS MAS ADELANTE.
Pero antes de ahondar en la sentencia debemos estableces conceptos básicos como las clases de
culpa o la diferencia y conceptualización de enfermedad laboral y accidente de trabajo. Es
conveniente percibir bien la diferencia y la distancia que existe entre el accidente de trabajo o la
enfermedad profesional emanados de la propia naturaleza del trabajo, y el accidente de trabajo o
la enfermedad laboral derivados de la culpa del empleador, dado que, “la culpa suficientemente
comprobada del empleador, es la esencia de la responsabilidad civil u ordinaria de perjuicios”, que
es muy distinta dela responsabilidad laboral que es la que asumen las Administradoras de Riesgos
Laborales cuando el accidente o la enfermedad provienen de la naturaleza del trabajo. Así pues, la
responsabilidad laboral (objetiva) será parte de la seguridad social y la responsabilidad plena y
ordinaria de perjuicios, parte del derecho civil.
Así pues, son dos regímenes diferentes, en el primero, el de riesgos laborales, no es necesario
demostrar la culpa de ninguna persona, sino que basta demostrar la existencia del daño y el nexo
de causalidad entre éste y el ejercicio de la profesión u oficio del trabajador, lo cual significa que es
un régimen de responsabilidad objetiva; en el segundo sí es indispensable demostrar de manera
suficiente y adecuada la existencia del daño, la culpa del empleador y el nexo causal entre ambos,
lo cual implica que es un régimen de responsabilidad subjetiva.
1. Accidente de Trabajo – Culpa del empleador, culpa del trabajador
1.1.Accidente de trabajo
Toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que realiza por
cuenta ajena. El accidente de trabajo puede ser:
Un accidente de trabajo puede no haber tenido consecuencia alguna, ya sea por la intervención del azar
o por las protecciones preventivas con que cuente el trabajador, aunque el accidente, también llamado
incidente o accidente blanco en estos casos, puede haber sido igualmente grave en atención a las
consecuencias que podría haber tenido de no haber mediado la suerte.
Puede suceder que se trate de un accidente con daños, así llamado porque no ha dado lugar a lesiones
en el trabajador, pero sí ha producido daños materiales como avería de herramientas, rotura de
instalaciones, etc.
Estos supuestos mencionados también deben ser objeto de investigación, por parte de los técnicos
correspondientes, como si de un accidente con lesiones se tratara, de cara al descubrimiento de los
factores de riesgo y de las medidas preventivas que se deban aplicar para evitar que en la siguiente
ocasión, si se repite, pueda ser ya un accidente con lesiones en el trabajador y, por tanto, de mayor
gravedad.
El accidente con lesiones, según las consecuencias en el trabajador, puede ser «con baja» (el alcance
de la lesión impide al trabajador el desarrollo de sus tareas habituales, lo que implica la baja laboral
hasta su recuperación) o «sin baja» (las lesiones que se han producido no impiden al trabajador su
actividad laboral normal).
Según el momento en que se produce el accidente puede ser in itinere (se ha producido en el trayecto
desde el domicilio habitual del trabajador y el edificio en que tiene su puesto de trabajo o, por el
contrario, de regreso a su casa) o in labore (cuando el accidente tiene lugar en la jornada laboral del
trabajador, durante el desarrollo de su actividad).
Sin embargo, no todas las circunstancias que ocasionan lesiones en el trabajador durante su jornada
laboral se consideran accidentes de trabajo. Por ejemplo, los accidentes que se produzcan en las
gestiones personales que el trabajador realice en su horario laboral, aunque cuente con la autorización
de sus mandos, no serán considerados accidentes de trabajo, como tampoco lo serán las enfermedades
que, aunque se produzcan en la jornada laboral, no estén relacionadas en su origen con el trabajo, como
en general sucede con un cólico nefrítico o una reacción alérgica primaveral intensa.
Parágrafo 1°. El Gobierno Nacional, previo concepto del Consejo Nacional de Riesgos
Laborales, determinará, en forma periódica, las enfermedades que se consideran
como laborales.
El artículo 142 del Decreto ley 019 de 2012. Por el cual se dictan normas para suprimir
o reformar regulaciones, procedimientos y trámites innecesarios existentes en la
Administración Pública establece:
“CALIFICACIÓN DEL ESTADO DE INVALIDEZ.
El artículo 41 de la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 52 de la Ley 962 de
2005, quedará así:
Corresponde al Instituto de Seguros Sociales, Administradora Colombiana de
Pensiones (Colpensiones), a las Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP), a las
Compañías de Seguros que asuman el riesgo de invalidez y muerte, y a las entidades
promotoras de salud (EPS), determinar en una primera oportunidad la pérdida de
capacidad laboral y calificar el grado de invalidez y el origen de estas contingencias.
En caso de que el interesado no esté de acuerdo con la calificación deberá manifestar
su inconformidad dentro de los diez (10) días siguientes y la entidad deberá remitirlo a
las Juntas Regionales de Calificación de Invalidez del orden regional dentro de los
cinco (5) días siguientes, cuya decisión será apelable ante la Junta Nacional de
Calificación de Invalidez, la cual decidirá en un término de cinco (5) días. Contra
dichas decisiones proceden las acciones legales. (…)”
El Decreto 1477 de 2014. Por el cual se expide la Tabla de Enfermedades Laborales,
establece:
Artículo 1°. Tabla de Enfermedades Laborales.
Artículo 2°. De la relación de causalidad.
Artículo 3°. Determinación de la causalidad.
Artículo 4°. Prestaciones económicas y asistenciales.
Artículo 5°. Vigencia y derogatorias.
Si cumplimos estos preceptos tendremos perfectamente acotado el riesgo que amenace a los
trabajadores de nuestra responsabilidad, reduciendo contundentemente la posibilidad de accidentes de
trabajo.
Dentro de este apartado es preciso comentar que las herramientas básicas para el desarrollo de la
prevención en la empresa, aquellas de las que nacen todas las actuaciones de la empresa en materia
de prevención, son:
La evaluación de riesgos.
La planificación de actividades preventivas.
A. ANALISIS CONCEPTUAL
I. IDENTIFICACION DE LA PROVIDENCIA
ASUNTO:
PROBLEMA JURÍDICO I:
Debe determinar la Sala si el ad quem incurrió en un yerro al considerar que no era procedente la
indemnización por perjuicios materiales en la modalidad de lucro cesante, toda vez que no se
acreditó en el proceso que el causante tuviera un ingreso diferente al que percibía por la pensión
de vejez.
Tesis:
«Ahora bien, lo anterior no obsta para que la Sala reitere que el empleador culposo
de la enfermedad o accidente de trabajo no está facultado para pedir en su favor
la devolución de lo que el sistema le pague al trabajador afectado o a sus
beneficiarios, en cuanto resulta absurdo que el responsable del siniestro se
beneficie de su propia desidia, a costa de que aquel o su familia vean mermada la
reparación económica del daño causado.
Muchos son los pronunciamientos de esta Sala, al referirse a los mandatos del
artículo 216 del Código Sustantivo de Trabajo y posterior Decreto 1771 de 1994,
en los que ha mantenido intacta la tesis según la cual, las entidades de seguridad
social no asumen las indemnizaciones originadas en enfermedades profesionales
o accidentes de trabajo que ocurran por culpa suficientemente comprobada del
empleador y, por tanto, no es dable que se disminuya del monto de la
indemnización plena de perjuicios a su cargo, las sumas dinerarias sufragadas
por aquellas que las cubren bajo una teleología proteccionista y prestacional
diametralmente opuesta a la incuria del empleador (CSJ SL 18520, 25 jul. 2002,
CSJ SL 35158, 30 nov. 2010,CSJ SL 39798, 13 mar. 2012, CSJ SL10985-
2014 y CSJ SL 5463-2015,
entre otros).
En punto al llamado que hace la recurrente con el fin de que la Corte retorne a la
“vieja” tesis jurisprudencial que admitía descontar de la indemnización a cargo
del empleador culposo lo pagado por el sistema de riesgos profesionales, ha de
precisarse que si bien es cierto hasta 1993, la Sala sostuvo que ello era posible,
también lo es que ello obedeció a otro contexto normativo. Además, desde
entonces rectificó su doctrina para explicar que el infortunio acaecido en tales
condiciones, no podía ser asumido por las entidades administradoras de riegos
laborales (CSJ SL 5868 12 nov. 1993, y CSJ SL5463-2015).
En lo que corresponde al alcance hermenéutico del aparte del artículo 216 del
Códigos Sustantivo de Trabajo que autoriza descontar del monto de la
indemnización plena de perjuicios, “el valor de las prestaciones en dinero pagadas
en razón de las normas consagradas en este capítulo”, ha de decirse que la Corte
ya lo precisó y, al efecto, señaló que dicha facultad se refiere única y
exclusivamente a las sumas que el empleador haya pagado al trabajador con
ocasión del accidente o enfermedad, pero no a las prestaciones que haya
reconocido el sub sistema de riesgos profesionales por el mismo motivo, en cuanto
este no tiene por qué asumir el daño causado por aquel (CSJ SL 14847, 9 de nov.
2000 y CSJ SL 18520, 25 jul. 2002), razón por la cual, en dicho caso, tampoco
aplica lo previsto en el artículo 12 del Decreto 1771 de 1994 (CSJ SL 35271, 26
en. 2010, CSJ SL
35158, 30 nov. 2010, CSJ SL 39798, 13 mar. 2012 y CSJ SL5463-2015)».
Tesis:
«Entonces, queda claro que pese al carácter conmutativo del contrato de trabajo
la culpa debidamente comprobada del empleador, bien puede configurarse en
cualquiera de sus modalidades, de donde sigue la necesidad de establecer si la
grave, implica la indemnización plena de perjuicios a cargo del empleador en
concurrencia con las prestaciones económicas que asume el subsistema de
riesgos laborales, mientras que la leve, lo exime de responsabilidad en cuanto se
subrogó en este, tal como lo impetra la recurrente.
Es decir, mientras que las obligaciones del sistema de seguridad social en riesgos
profesionales son en esencia de carácter protectorio y prestacional ante el riesgo
objetivo o creado, propio de la actividad laboral, la indemnización plena de
perjuicios es de carácter resarcitorio ante la negligencia subjetiva del empleador.
De allí que no se acoja la tesis de la censura encaminada a que la culpa
debidamente comprobada del empleador que, como ya se dijo puede ser grave o
leve, ha quedado subsumida en las cargas del sistema, puesto que nadie puede
beneficiarse de su propia culpa, tal como lo dijo la Corte en la sentencia CSJ SL
5868, 12 nov. 1993, al interpretar el genuino sentido del artículo 216 del Códigos
Sustantivo del Trabajo, exégesis que se ha reiterado en múltiples ocasiones.
En efecto, conforme a los numerales 1.º y 2.º del artículo 57 del Código Sustantivo
del Trabajo, es deber del empleador poner a disposición de los trabajadores los
instrumentos necesarios para la realización de sus labores y procurarles
elementos adecuados de protección contra los accidentes y enfermedades
profesionales, de forma tal que se garantice razonablemente la seguridad y la
salud.
Tesis:
Para resolver se hace necesario acudir a las normas de carácter civil, a fin de
precisar en qué consisten los diversos grados de culpa y, en tal medida, cuál es
la responsabilidad del deudor. Así, el artículo 63 del Código Civil hace una
distinción clara entre la culpa grave, la leve y la levísima y explica que, la primera
consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que aun las
personas negligentes o de poca prudencia suelen emplear en sus negocios
propios; que la segunda se configura por la falta de diligencia y cuidado que los
hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios, tal como lo haría un
buen padre de familia; mientras que la levísima se presenta cuando no se emplea
la esmerada diligencia que un hombre juicioso emplea en la administración de
sus negocios importantes.
Tesis:
«[...]se impone precisar que una cosa es negar la indemnización por lucro cesante
en cuanto no se acreditó al plenario cuáles devengos dejó de aportar el causante
a sus beneficiarias a propósito de su enfermedad y posterior muerte, que fue lo
que sin error adujo el Tribunal y, otra muy diferente, es que se hubiere absuelto
al empleador de tal condena porque el sistema le reconoció la pensión de vejez -
prestación ajena al sistema de riesgos laborales- que luego se sustituyó en su
cónyuge, tal como erróneamente lo entiende el apoderado de las promotoras del
litigio.
Por ello se hace necesario reiterar que, en el campo del Derecho Laboral, el lucro
cesante se configura cuando se deja de percibir un ingreso económico o se recibe
en menor proporción a causa de la pérdida de capacidad laboral o fallecimiento,
en cuyo caso el empleador está en la obligación de resarcir tal daño, bajo dos
condiciones: una, que se pruebe su culpa en el origen del siniestro y, dos, que se
demuestre que el trabajador afectado sufrió una merma en sus ingresos (CSJ
SL887-2013).