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El presente trabajo es una síntesis de tres autores que han realizado importantes
investigaciones desde tres puntos de vista, que a veces coinciden, discrepan o establecen
dudas, para la compresión de este periodo que vamos a abordar el Porfiriato y la
Revolución, sus antecedentes y su consecuencia de desarrollo del país como producto de la
lucha armada de 1910-1930 para denotar la postura ideológica-teórica que comparto con
cada uno de los autores, inicio con John Womack, que más que una tesis histórica, presenta
una bibliografía amplia sobre el tema, comentando brevemente a cada uno de sus autores
pero que no acaba de digerir e interpretar lo suficiente como para presentar una postura
coherente, que resuelva sus dudas y esclarezca el momento histórico que pretende
analizar .aunque estoy cierto que lo va a lograr.
Sobre su tesis de que fue una revolución campesina que destruyó un sistema feudal ,
esclavista ,donde el 96 por ciento dela tierra pertenecía a los latifundios, aunque estos
latifundistas, en algunos casos solos y mayormente asociados con capitalistas extranjeros
habían iniciado en algunos sectores un proceso capitalista de producción como en el
petróleo, con la franja del golfo explotada por compañías norteamericanas e inglesas que
aumentaron su producción notablemente en 1900-1910,sobre todo por la demanda de la
primera guerra mundial ,lo mismo ocurrió en la minería, protegida por los
revolucionarios, porque no la destruían se financiaban con ella poniendo impuestos, y que
por las mismas razones de la primera guerra creció la demanda de henequén (cuerdas
para el velamen de los barcos, y anclas)cuerdas para jalar cañones con mulas y otros
materiales de guerra y
JHON WOMACK
Según el autor, no existe una propuesta aceptable, completa y verídica, que describa
el estado de la economía de nuestro país durante la revolución mexicana de 1910 a 1920.
Refiere que la mayoría de los autores, pecando de ligereza, consideran que esta década de
la lucha armada, una década perdida para la economía, en que no se produjo nada, al
contrario de otros, que demuestran que crecieron justamente en el periodo revolucionario la
minería y el henequén, aumentando sus volúmenes de exportación.
Al interrogar el misterio Jhon Womack, se pregunta qué ocurrió en esos años: ¿fue
el imperialismo la contradicción principal? Y en ese caso agrega, ¿Como construyó las
divisiones de clase que se enfrentaron, como iniciaron estos enfrentamientos y como el
imperialismo les puso término? ¿O las clases escondidas, como el las menciona, dentro del
país fueron las que generaron la violencia? Y en ese supuesto, dice ¿cuáles clases? ¿cómo
llego esa lucha a convertirse en guerra civil? ¿Cuáles eran los intereses y demandas de los
grupos en pugna y donde actuaron de manera crucial? ¿O era sólo una lucha de estatus de
intereses y ambiciones personales o de grupo?
Y termina el párrafo diciendo: “Por último, cualquiera que haya sido la naturaleza del
conflicto, ¿qué carácter tuvo el nuevo régimen revolucionario?”.
A este respecto, debo opinar que a mi juicio hubo un tímido reparto de tierras, desde
1920, hasta la llegada al gobierno de Lázaro Cárdenas, que es quien realmente, cumple la
demanda agraria de la revolución al entregar buenas tierras de labor, con aguas incluidas, a
miles de campesinos. Se entregaron en el periodo de Cárdenas, en su sexenio, 20 millones
de hectáreas, que constituyeron la espina dorsal de la entrega de la tierra a quienes hicieron
la revolución, los campesinos de México.
Volviendo al autor John Womack, éste dice de Friedrich Katz, Díaz; Deutschland
una die mexicanische Revolution (1964) que analiza los principales intereses financieros y
comerciales que tenían en México Inglaterra, Estados Unidos, Francia, y Alemania durante
la revolución, así como sus enclaves en inmuebles, transportes, minería, petróleo,
agricultura y ganadería. Mostrando Katz claramente la distribución geográfica de sus
negocios y como a veces condicionaban más que sufrir los acontecimientos, siendo el
primero en establecer lo que llamamos las diferencias geoeconómicas entre las bases
sociales de las diversas facciones revolucionarias, que modulaba sus distintas políticas
hacia el exterior del país.
Dice John Womack: “Al promulgarse la nueva constitución, con los Estados Unidos
envueltos en la guerra mundial, la economía mexicana inicia una recuperación más
dependiente que nunca de los acontecimientos en el país del norte.”.
El desarrollo de la economía era ya desigual entre 1910 y 1920 sin embargo esa
década no fue de caos absoluto y a pesar de la violencia la inmensa mayoría de los
mexicanos permaneció unida en la producción, casi todos trabajando para sobrevivir.
Lo anterior, a pesar de que haya autores que, si ofrecen cumplimiento a esta meta
como son Adolfo Gilly, Jean Meyer y Leopoldo Solís, entre los más destacados y a los que
me voy a referir brevemente, tomándolos de los comentarios que sobre ellos hizo John
Womack.
Leopoldo Solís hizo análisis estadísticos sobre ramas de producción, que indican un
descenso absoluto en la producción agrícola, ganadera, minera, industrial y comercial, así
como en el Producto Interno Bruto; sin embargo sus tablas estadísticas indican, para todo el
decenio, crecimientos en petróleo que triplicó sus exportaciones, producción silvícola,
construcción, energía eléctrica, transportes, gobierno y agrega Womack el comentario
además, de una pobremente descrita sección de “otros”, que no se detalla.
Por último, John Womack menciona a Clark W. Reynolds, como un economista que
intentó una visión de conjunto de México, analizando el decenio revolucionario, en su
libro:The Mexican Economy.Twenthieth-Century Strucrure and Growth (New Haven,1970).
Aunque no se propuso hacer nada nuevo interpretó la información disponible y entre sus
conclusiones más importantes, la notable expansión económica de 1900 a 1910, propia del
porfiriato, que ésta se detuvo entre 1910 y 1914 y probablemente sufrió una contracción en
1915-1916, pero recobró sus niveles de 1910 hacia 1920. Según el, aumento la proporción
de mano de obra dedicada a la agricultura y la industria y la minería salieron de sus crisis
con menos trabajadores que antes, el porcentaje del ingreso nacional generado en el campo
disminuyó considerablemente a pesar de la variedad de las regiones agrícolas y sus
circunstancias diferentes (lo que se explica por la devastación que dejó la guerra en este
decenio). El producto per cápita se elevó en el Noroeste, aumentó notablemente en el
Norte, y descendió en forma estrepitosa en el resto del país sobre todo en el centro (área
donde se dieron las grandes batallas de la revolución, y se destruyeron y desaparecieron
cientos de poblados.).
Para Womack, hay una gran coincidencia entre Leopoldo Solís y Reynolds respecto
a que sin la revolución y las reformas anteriores a 1940 no se hubiera desatado el
crecimiento espectacular de México. Ambos autores consideran que la destrucción
revolucionaria fue una inversión social. Para el periodo de 1921 a 1940 Leopoldo Solís
calculó un crecimiento real per cápita de 1.7 por ciento al año mientras que el aumento per-
cápita la producción industrial es de cerca de 3.4 por ciento, esto significa que el Producto
Interno Bruto real aumentó más del doble, generando en los dos decenios de 1921 a 1940,
un crecimiento per cápita real de 2.4 por ciento al año y paralelamente la producción
industrial real aumentó una tasa promedio per-cápita de 4.4 por ciento anual .Para
Reynolds, que exterioriza de una manera diferente en el mismo periodo el calcula un
crecimiento real per cápita de 1.7 por ciento al año y el aumento per-cápita en la producción
industrial de cerca de 3.4 por ciento.
ENRIQUE CARDENAS
ALAN KNIGHT
Vamos a continuar con el autor británico Alan Knight (Londres, 1946), quien, tras
confrontar polémicamente a los historiadores revisionistas, postuló que la nuestra fue una
revolución “en esencia popular y agraria
“Con razón los historiadores enfatizan que hay ´muchos México´, por tanto
´muchas revoluciones´ y, por así decirlo, ´muchas economías’.” Alan Knight
(Londres, 1946)
Durante los años diez más bien hubo la destrucción del Ejército federal, el
debilitamiento de la clase terrateniente, la expulsión de Porfirio Díaz, los científicos y
varios caciques porfiristas. Entonces hubo una obra de destrucción quizás necesaria para
después comenzar a forjar un nuevo régimen con muchas dificultades.
Todas estas acciones, en su conjunto, son suficientes para decir que eso sí fue una
revolución, porque cambió el modo de producción mayoritario en el país, que paso de un
sistema feudal, semi esclavista, capitalista a un sistema de producción social en los ejidos y
comunidades agrarias y un sistema capitalista en las pequeñas medianas y grandes
explotaciones agrícolas e industriales.
“…en parte a los logros del régimen revolucionario después de 1917: la formación de un
Estado más firme, con más penetración social; la creación de nuevas instituciones como el
Banco de México, con potencial intervencionista; la movilización de organizaciones
masivas, políticamente controladas, pero al mismo tiempo capaces de influir en la política;
la domesticación del ejército; y la aparición de un cuadro de técnicos que compartían el
compromiso oficial con el desarrollo nacional. Si la Revolución reveló los eslabones
débiles del proyecto porfiriano, también avanzó hacia un nuevo proyecto socioeconómico
que, no obstante, sus muchas imperfecciones, resultaría más duradero que el que tan
dramática mente había derrocado.”.
De ahí que el reparto agrario del gobierno cardenista, a partir de que éste se realizó,
da frutos a partir de 1940 en adelante, donde aumenta la producción agrícola y de la mano
con ella el desarrollo de la industria, que crecen cada vez más, con el fomento del gobierno
4 FLORES, Edmundo, “Tratado de Economía Agrícola” Fondo de Cultura Económica, México, 1961, pp. 242
a través en los recursos que le entrega la nación por conducto de la propiedad del petróleo,
que también expropió, reivindicando la propiedad de la nación sobre el mismo, el propio
presidente Lázaro Cárdenas.
Así Cárdenas deja las bases del desarrollo del país, gracias a una reforma agraria, y
a un capital manejado por el Estado que son los recursos petroleros y los recursos eléctricos
y ferroviarios que también son del Estado, aunque después otro presidente (Ernesto Zedillo)
entrega los ferrocarrileros por mezquinas razones personales de nuevo a la propiedad de
intereses extranjeros, para convertirse en un de los directores de esta trasnacional.
CONCLUSIONES
La revolución mexicana de 1910 fue una revolución agraria, aunque lucharon por
ella obreros obregonistas de la Casa del Obrero mundial, democrático burguesa y
antiimperialista. Democrática por las masas campesinas que se levantan en su apoyo sobre
todo en 1914-1916, sus líderes campesinos Francisco Villa y Zapata, Mújica, etc., y las
demandas de ambos sobre la tierra. Burguesa, por los líderes que la iniciaron como Madero,
y a su muerte Carranza y Obregón, entre los más destacados, que son quien la culminan.
Antiimperialista por el enfrentamiento con los extranjeros dueños de grandes latifundios y
empresas que manejaban a sus obreros asalariados como mano de obra asalariada casi
esclava.
Sus consecuencias, una nueva estructura económica, social que acaba las viejas
estructuras feudales terrateniente-esclavistas (Oaxaca y Yucatán) entre otros muchos para
dar paso a la reforma agraria de pequeñas propiedades ejidales y particulares y al trabajo
asalariado en el campo y sindicalizado con derechos sociales en las ciudades que abre la
puerta al desarrollo económico capitalista del país, de entonces a la fecha.
Bibliografía.
- WOMACK, "La economía de la revolución mexicana (1910-1920)", Nexos,
noviembre, 1978.
- CARDENAS Enrique, “Cap. IV: El Porfiriato. Integración del mercado y expansión
económica, 1880-1910”, en El largo curso de la economía mexicana. De 1780 a
nuestros días Op. Cit., pp. 188-291. TALLER: Documental: Los tiempos de don
Porfirio.
- KNIGHT, Alan, “La Revolución Mexicana: su dimensión económica, 1900-1930”,
en Sandra Kuntz, Coord., Historia económica general de México: de la colonia a
nuestros días Op. Cit. Pp. 473-499.
- FLORES, Edmundo, “Tratado de Economía Agrícola” Fondo de Cultura
Económica, México, 1961, pp. 242
- TAIBO, Paco Ignacio, “Pancho Villa una biografía narrativa” 2006, HIJOS La red
mundial de los hijos de la revolución social.