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Si notas que esto es así, cuidado porque eres más propenso a tener
pensamientos negativos. De hecho, un mal lenguaje corporal puede dañar tu
autoestima y mermar tu autoconfianza. Cuando nuestro estado emocional no
es óptimo, los pensamientos negativos pueden surgir con facilidad.
El estrés y la ansiedad con que tenemos que afrontar el ritmo frenético del día
a día puede hacer que nuestro pensamiento no descanse ni se oxigene lo
suficiente. Es casi imposible poder llegar a gestionar nuestros pensamientos
negativos cuando no tenemos ni un minuto de relajación.
Existen distintas técnicas y filosofías que nos ayudan a poner nuestra mente en
blanco y promover que nuestro cerebro reestructure los pensamientos y
emociones. Por ejemplo, la meditación o la filosofía Mindfulness.
5. La importancia de la creatividad
A veces, los pensamientos negativos se enquistan en nuestra mente y es
complicado encauzarlos hacia fuera para ir borrando la mala influencia que
tienen sobre nosotros.
Algunas personas piensan que nuestro cuerpo y nuestra mente son dos
elementos claramente diferenciados y que realizan sus procesos de forma
separada. Por tanto, asumen que los pensamientos se forman en la mente, y
que el cuerpo no tiene nada que ver.
Si elaboras una lista con estas cosas de las que puedes sentirte feliz y
agradecido, tu estado emocional mejorará. Ten en cuenta que, en ocasiones,
muchos aspectos positivos de nuestra vida pasan desapercibidos. Es tu
responsabilidad volver a fijarte en ellos y valorarlos.
Los pensamientos negativos cuando e van repitiendo a lo largo de nuestra
vida hacen que nos volvamos es personas negativas por lo que es muy
importante saber cómo acabar con ellos. Hoy veremos cómo eliminar los
pensamientos negativos de la mente ya que muchas veces son
pensamientos automáticos que parecen atormentar nuestra cabeza sin
remedio.
Se trata de acercarse a la positividad y a todo aquello que nos haga sentir paz
y seguridad en nosotros mismos.
Si por ejemplo he hecho una receta la cual no salió cómo esperaba, en ese
caso, una persona negativa mantendrá un diálogo interno al estilo “vaya como
siempre me ha salido mal”. Ese pensamiento hay que ser capaz de identificarlo
para darse cuenta de que ahí uno se está tirando piedras contra su propio
tejado, para así poder cambiar ese pensamiento por “esta vez este plato me
salió así pero yo tengo la capacidad de hacerlo mejor”.
Por otro lado prestar atención a lo que hablamos con los demás es
también muy importante.
Si a menudo hablamos de cosas negativas con los demás o les decimos cosas
como “yo para esto no valgo” o “yo no puedo hacer esto” entonces es
importante también identificarlo porque nos dice que estamos con una actitud
negativa, la cual por supuesto se puede cambiar por positiva.
Cómo meditar
Parte 1. Prepárate para meditar
Además debes intentar meditar cada día a la misma hora: ya sea 15 minutos
en la mañana al comenzar el día o 5 minutos a la hora de almuerzo. No importa
la hora que elijas, pero intenta que la meditación sea una parte impostergable
en tu rutina diaria.
Una vez que hayas decidido cuál será tu horario de meditación, cúmplelo. No te
rindas simplemente porque sientes que no funciona. Te tomará tiempo y
práctica meditar de forma exitosa. Por lo pronto, lo más importante es seguir
intentando.
Aunque quieras tomar el tiempo de tu meditación, no te recomendamos ver
constantemente el reloj. Puedes programar una alarma suave que te avise
cuando tu práctica tenga que acabar o programa tu práctica para que finalice
con cierto evento, por ejemplo, cuando tu compañero se levanta de la cama o
cuando el sol empieza a iluminar cierta parte de la pared.
Si estás en tu oficina o en un lugar donde no te puedes cambiar de ropa
fácilmente, haz un esfuerzo por estar lo más cómodo posible. Quítate los
zapatos, tus calcetines y la chaqueta, abre el primer botón de tu camisa y
quítate el cinturón.
Sin embargo, puedes sentarte sin cruzar las piernas, sobre un cojín, una silla o
una banca de meditación. Tu pelvis deberá estar lo suficientemente inclinada
hacia adelante para que tu columna esté centrada sobre las dos zonas óseas
de tus glúteos. Este punto sostendrá tu peso. Para inclinar la pelvis en la
posición adecuada, siéntate en el borde delantero de un cojín grueso o coloca
algo de aproximadamente 8 a 10 cm (3 a 4 pulgadas) de grosor debajo de las
patas posteriores de una silla. Las bancas de meditación generalmente están
hechas con un asiento inclinado. Si tu banca no es inclinada, coloca algo
debajo para inclinarla hacia adelante aproximadamente 1 cm (1/2 pulgada).
Los más importante es que estés cómodo, relajado y que tu torso esté
equilibrado de modo que tu columna soporte todo tu peso desde la cintura.
Inclina la pelvis hacia adelante. Luego, comenzando desde la parte baja, coloca
las vértebras de tu columna de forma que descansen una sobre otra y soporten
todo el peso de tu torso, cuello y cabeza. Se necesita práctica para encontrar la
posición que te permita relajar el torso casi completamente y solo un leve
esfuerzo para mantener tu equilibrio. Cuando sientas tensión, relaja esa zona.
Si no puedes relajarla sin dejar la postura, verifica la alineación de tu postura e
intenta retomar el balance de tu torso de modo que el área afectada se relaje.
La posición tradicional de las manos consiste en colocar las manos sobre tu
regazo, con las palmas hacia arriba, con la mano izquierda encima de la
derecha. Sin embargo, también puedes dejar reposar las manos sobre las
rodillas o dejarlas sueltas a ambos lados. Elige la posición que prefieras.
6- Cierra los ojos. La meditación puede realizarse con los ojos abiertos o
cerrados, aunque como principiante lo mejor sería que intentes meditar con los
ojos cerrados. Esto bloqueará cualquier estímulo visual externo y evitará que te
distraigas, ya que estarás enfocado en la tranquilidad de tu mente.
Una vez que te acostumbres a la meditación, podrás probarla con los ojos
abiertos. Esto puede ser muy útil si sientes que vas a quedarte dormido, que te
concentras demasiado con los ojos cerrados o si vienen imágenes
desagradables a tu mente (lo que les sucede a muy pocas personas).[1]
Cuando mantengas los ojos abiertos, deberás hacerlo “suavemente”, es decir,
sin enfocarte en nada en particular. Sin embargo, no deberás entrar en trance o
quedarte con la mirada pegada a algo. El objetivo es sentirse relajado, pero
alerta.[2]
2- Despeja tu mente.
Algunos mantras buenos para comenzar son: uno, paz, calma, tranquilidad y
silencio. Puedes utilizar la palabra “om”, que significa “yo soy” en sánscrito, o la
frase “sat, chit, ananda”, que significa “existencia, conciencia, gozo”.
En sánscrito, la palabra “mantra” significa “instrumento de la mente”. El mantra
es un instrumento que crea vibraciones en la mente, las cuales te permiten
desconectarte de tus pensamientos y entrar en un estado profundo de
conciencia.[3]
Al meditar, repite una y otra vez el mantra en silencio y deja que la palabra o
frase susurre en tu mente. No te preocupes si tu mente divaga, simplemente
retoma la concentración y vuelve a repetir la palabra.[4]
A medida que entres a un grado de conciencia más profundo, repetir el mantra
podría dejar de ser necesario.
El objeto visual puede ser el que desees, incluso a muchas personas les
agrada mirar la llama de una vela. Otros posibles objetos son los cristales, las
flores y las imágenes o estatuas de divinidades como Buda.
Coloca el objeto a la altura de los ojos, de modo que no tengas que esforzar el
cuello y la cabeza para verlo. Mira solo el objeto hasta que tu visión periférica
comience a atenuarse y el objeto absorba tu visión.
Una vez que estés totalmente concentrado en el objeto, sin otro estímulo que
llegue a tu cerebro, deberás sentir una sensación de profunda serenidad.[5]
El lugar que visualices puede ser cálido, una playa de arena fina, una pradera
llena de flores, un bosque tranquilo o incluso una habitación cómoda con una
chimenea. Deja que el lugar que elijas sea tu santuario.
Una vez que hayas entrado a tu santuario, explóralo. No es necesario que
“crees” tu entorno, ya está ahí. Permite que se presente en tu mente.
Da a tu visualización sonidos y aromas de tu entorno, siente la refrescante
brisa en tu rostro o el calor de las llamas calentando tu cuerpo. Disfruta del
espacio todo el tiempo que desees, permitiendo que se expanda naturalmente
y que se torne más real. Cuando estés listo para concluir, respira
profundamente unas cuantas veces y abre los ojos.
Recuerda que puedes volver al mismo lugar la siguiente vez que medites con
visualizaciones o simplemente puedes crear un nuevo lugar. Cualquier espacio
que crees será único para ti y será un reflejo de tu personalidad.[6]
6- Explora tu cuerpo. Este procedimiento implica enfocarse en cada parte del
cuerpo individualmente y relajarla de forma consciente. Esta es una técnica de
meditación sencilla que te permite relajar la mente mientras relajas el cuerpo.
Cierra los ojos y elige un punto inicial en tu cuerpo, generalmente son los
dedos de los pies. Concéntrate en la sensación que percibas en los dedos de
los pies, haz un esfuerzo consciente por relajar cualquier músculo que esté
contraído y libera toda tensión o presión. Una vez que tus dedos estén
completamente relajados, ve a los pies y repite el proceso de relajación.
Continúa con el procedimiento por todo el cuerpo, yendo hacia arriba, desde
los pies, pasando por las pantorrillas, las rodillas, los muslos, los glúteos, la
cadera, el abdomen, el pecho, la espalda, los hombros, los brazos, las manos,
los dedos, el cuello, el rostro, las orejas y la parte superior de la cabeza.
Tómate todo el tiempo que desees.
Una vez que hayas completado la relajación de cada parte de tu cuerpo,
concéntrate en tu cuerpo como un todo y disfruta de la sensación de calma y
relajación que has logrado. Enfócate en tu respiración durante algunos minutos
antes de concluir tu meditación.[7]
7-Prueba la meditación del chakra del corazón. El chakra del corazón es uno
de los siete chakras, o centros de energía ubicados en el cuerpo. El chakra del
corazón se localiza en el centro del pecho y está relacionado con el amor, la
compasión, la paz y la aceptación. La meditación del chakra del corazón
consiste en ponerse en contacto tus sentimientos y enviarlos al mundo.
Para comenzar, cierra los ojos y frota las palmas de las manos una contra otra
para conseguir calidez y energía. Luego, coloca tu mano derecha en el centro
de tu pecho, sobre tu chakra del corazón, y coloca la mano izquierda encima.
Respira profundamente y a medida que exhalas, di la palabra “yum”, que es la
vibración relacionada con el chakra del corazón. Mientras lo haces, imagina
que tu pecho irradia una energía verde brillante en la palma de tus manos.
La energía verde es el amor, la vida y todas las emociones positivas que
sientas en ese momento. Cuando estés listo, aleja las manos de tu pecho y
deja que la energía se libere de las palmas de tus manos, enviando tu amor a
tus seres amados y al mundo.
Siente tu cuerpo desde dentro. ¿Puedes sentir el campo de energía en tu
cuerpo, especialmente en tus brazos y piernas? Si no lo sientes, no hay
problema, pero reflexiona: ¿cómo podemos mover las distintas partes del
cuerpo? Es el campo energético que fluye en nuestro interior. Centrar tu
atención en ese campo energético no solo te ayudará a anclarte en el presente,
sino también te ayudará a conectarte con tu ser y el río de vida dentro de ti.
Las primeras horas de la mañana son las mejores para meditar, antes
de que tu mente se sumerja en la tensión y las preocupaciones del día.
No te recomendamos meditar justo después de comer, ya que podrías
sentirte incómodo, lo que interferirá en tu concentración.
6- Piensa que la meditación es un viaje. El propósito de la meditación es
calmar la mente, lograr la paz interna y con el tiempo alcanzar una dimensión
espiritual mayor, con frecuencia simplemente entendida como el ser.
Consejos
No permitas que tu voz interna se escabulla y entre en tu mente.
Obsérvala, no la asocies con tu meditación.
Es fácil perder la noción del tiempo cuando se medita. Estar preocupado
por el tiempo puede ser un elemento distractor durante la meditación.
Algunas personas consideran mejor programar una alarma para que
suene cuando termine el tiempo de meditación. Elige una alarma suave.
Si es muy ruidosa, el aviso que anticipa el final podría distraerte.
Cuando no estés meditando, haz un esfuerzo por ser gentil tanto
respecto a tu humor como a tus pensamientos. Notarás que te sentirás
más calmado, feliz, con la mente más ágil durante los días que
meditaste y notarás que estas cualidades decrecen cuando no medites.
No esperes resultados inmediatos. El propósito de la meditación no es
convertirte en un maestro zen de la noche a la mañana. La meditación
funciona mejor cuando se realiza por sus propios beneficios, sin buscar
solamente los resultados.
Meditar durante largos periodos de tiempo ha demostrado tener muchos
resultados favorables y su práctica continua vale la pena. Algunos de los
beneficios son: incrementa la consciencia y concentración, reduce la
tensión, proporciona un estado de ánimo más calmado y relajado,
mejora la memoria e incrementa la materia gris (neuronas) en varias
partes del cerebro.
Opta por lo que funcione mejor para ti. Lo que funciona para algunos
puede incluir algunas técnicas que no funcionen para ti. No dejes que
eso te desanime. Recuerda, ¡relájate!
Si deseas meditar y te sientes exhausto, cansado, adolorido o
simplemente tenso, al punto que intentas meditar pero no puedes,
intenta hacer algo relajante. Da un paseo o sal a correr, luego date un
baño. Esto ayudará a que liberes las tensiones. Luego, vuelve a
intentarlo.
Con una buena postura, te será más fácil respirar, ya que tus pulmones
tendrán más espacio. De hecho, notarás cómo la mayoría de los
músculos del torso te ayudan a respirar mejor, desde el músculo en la
base de la pelvis, hasta los músculos del cuello, centrados en el músculo
principal para la respiración, el diafragma. Los músculos trabajarán un
poco para ayudar al diafragma. Si lo notas, es una buena señal de que
estás en la postura adecuada. La postura adecuada es fácil y cómoda.
Casi podrás sentir que estás flotando.
Si te cuesta meditar durante el periodo de tiempo que elegiste, prueba
meditar por un tiempo durante lapsos menores. Casi cualquier persona
puede meditar durante un par de minutos sin que le sobrevengan
pensamientos que lo interrumpan. Entonces, a medida que las aguas de
tu mente se calmen, poco a poco prolongarás tus sesiones de
meditación, hasta que logres el periodo de tiempo deseado.
Algunos beneficios de la meditación no son tan perceptibles para la
mayoría de las personas, por ejemplo, poder dormir, luchar contra las
adicciones o combatir las perturbaciones mentales (que es más
perceptible en personas que han pasado más de mil horas meditando,
como los monjes budistas) con mayor facilidad.
Recuerda que debes meditar totalmente descalzo sin zapatos y sin
calcetines.
ELIMINAR LA NEGATIVIDAD
Alguna vez quizás hayas escuchado esta frase: “las cosas siempre van a
peor”. Lamentablemente, la negatividad es algo muy contagioso y se puede
caer fácilmente en sus garras.
Lo cierto es que muchas veces esta negatividad proviene del interior: aunque
se tenga el mejor día, un pequeño detalle puede hacer que la persona se sienta
deprimida al instante por lo que eliminarlo es fundamental para recobrar el
estado de ánimo optimista, y poder disfrutar de una vida feliz.
Así que vamos a compartir 8 consejos para destruir tanto los elementos
negativos del entorno como los que uno mismo puedes generar en el día a día,
y así limpiar la mente y el alma de las malas vibraciones.
Aunque esta práctica puede parecer un rito supersticioso, lo cierto es que está
comprobado científicamente como un método para eliminar negatividad del
ambiente. El ritual de quemar hierbas o inciensos se usaba como una
ceremonia de purificación para ciertos ambientes así como para limpiar de
malas energías. Pero ahora se ha demostrado científicamente que no es un
simple acto ritual, sino que en realidad funciona.
Si hay alguien en la oficina o en la vida que nos hace sentirnos mal con
nosotros mismos, con lo que nos gusta, lo que se hace o con las metas,
significa que se tiene una relación tóxica por lo que hay que eliminar
esta negatividad de la vida.
Hay que saber que la negatividad se puede presentar de muchas otras formas:
Cuando nos quejamos constantemente por algo (esta es una gran fuente de
negatividad).
Cuando despreciamos a otros.
Cuando otros critican a otras personas a nuestras espaldas.
Cuando señalamos todos los errores que tienen otros.
O al esperar siempre el peor resultado de todas las situaciones.
En fin, hay que alejarse siempre de esos comportamientos tan perjudiciales
que solamente alimentará con excusas para seguir en el mismo lugar y no
hacer nada al respecto…
Hay una gran frase al que se debe poner atención: “Sufrimos demasiado por lo
poco que nos falta, y disfrutamos poco de lo mucho que tenemos“. Esta es una
frase con la que la mayoría de las personas estarán de acuerdo. Y es que se
tienen tantas cosas buenas en la vida, pero las apreciamos tan poco. Sin
embargo, hay que ser conscientes de lo bueno que se tiene cada día, y
aprender a apreciarlo para ser más felices y positivos.
Hay que tener el hábito de ingresar a las redes sociales y eliminar aquellas
cosas de gran negatividad. Es decir, se deben borrar aquellos contactos de los
perfiles que sólo se quejan o señalan lo mal que anda el mundo, y que no
aprecian lo bella que es la vida en realidad.
Este último paso puede parecer fácil, pero todos hemos estado alguna vez en
una situación así: un hermano que pide que cuides de sus hijos para salir a
cenar y, aunque tú ya tenías planes para ese día, al final aceptas cuidarlos
porque te da miedo decir que no. Puede sonar a egoísmo, pero se debe
empezar a dejar de hacer las cosas que no se desea, y aprender a decir NO a
otras personas que exigen demasiado.