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UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO EMPRESARIAL Y PEDAGÓGICO

La función del docente ante los conflictos en el aula


Gabriela Escamilla Cortés1
RESUMEN:
En el presente ensayo la autora, además de proporcionar al lector información sobre
la resolución de conflictos a través de la mediación, examina la función del docente
en la resolución de los conflictos, en un primer momento aborda la Cultura de la
resolución pacífica de conflictos y posteriormente la Función docente ante la
resolución de conflictos. Últimamente dentro de las escuelas de educación primaria
los alumnos usan la violencia como medio para solucionar los conflictos, es
imprescindible que tanto la escuela como la familia fijen las bases en los niños de
convivencia pacífica y mediación en la resolución de conflictos. Lo anterior, para
que logren el desarrollo de una convivencia armónica que les permita establecer
relaciones socio afectivas exitosas.

Palabras clave: convivencia pacífica, conflictos, docente

INTRODUCCIÓN

En los últimos años se ha hablado continuamente en los medios de comunicación


sobre los conflictos en los salones de clase o en la escuela, dando la sensación de
que han tenido un aumento considerable.

Por tal motivo, el profesorado tendría que estar capacitado para enfrentarlos de la
mejor manera, sin embargo no todas las escuelas cuentan con un sistema de
gestión para la resolución de los conflictos a través de la mediación de estos.
Un conflicto es una confrontación entre dos o más personas cuyas ideas, posiciones
o intereses son compatibles o son vividos como incompatibles (Lederach, 2000). En
los conflictos desempeñan un papel importante las emociones y los sentimientos, y
la relación de las personas que mantienen el conflicto puede salir robustecida o
deteriorada dependiendo de cómo sea el proceso de resolución.

Para Viñas (2014) el conflicto es un fenómeno natural de todas las organizaciones.


Por tanto, es normal que en los salones y en las escuelas se produzcan de forma

1Maestra frente a grupo de escuela primaria pública con 5 años de experiencia en el gremio, actualmente estudia la
Maestría en Dificultades del aprendizaje en la Universidad de Desarrollo Empresarial y Pedagógico.
continua. Así pues, debemos fijarnos no sólo en que existen los conflictos más
apuntalando a la forma de resolverlos, dado que los conflictos son inevitables.

Por tal motivo, se considera que las particularidades de la escuela sean las
características personales de los alumnos, de los profesores, de los padres de
familia son la parte esencial que establecen las condiciones de la resolución de
conflictos en la escuela.

DESARROLLO

Cultura de la resolución pacífica de conflictos

Todo alumno tiene derecho a ser educado en un clima que le ofrezca seguridad,
armonía, confianza, y le permita desarrollar al máximo sus potencialidades. Todo
docente tiene derecho a ser apoyado y respetado en su trabajo, con la autoridad
que su función social exige. Por ello, la escuela tiene que ser un lugar donde se
pueda practicar y aprender la convivencia entre diferentes, un lugar de relación del
que queda excluido cualquier tipo de violencia, discriminación o humillación,
agresión a la dignidad humana. Desde esta perspectiva, se entiende por
Convivencia Escolar la interrelación entre los diferentes miembros de una institución
educativa, que tiene incidencia significativa en el desarrollo ético, socio afectivo e
intelectual de los alumnos.

Al ser la escuela un espacio que permite la interrelación entre individuos, genera


como parte natural conflictos que lejos de ser algo negativo, puede constituir una
oportunidad de cambio, aprendizaje y desarrollo.

La escuela necesita preguntarse cómo gestionar el conflicto y aprender formas


pacíficas de afrontarlo. Lo anterior, evitaría el desgaste emocional de los docentes
y permitiría que los estudiantes se acostumbren a dialogar acerca de sus ideas
constructivamente formándolos como ciudadanos.
Para encaminar la resolución del conflicto hacia la forma pacífica, se entenderá que
en todas las soluciones de los conflictos el principio es “tú ganas, yo gano”. Por lo
tanto, la solución comporta que todos ganamos. No siempre es posible que todos lo
ganen todo, pero han de percibir que ganan algo en las soluciones.

La cultura de la mediación y resolución pacífica de los conflictos se definen una


serie de comportamientos posibles delante de los conflictos.
Normalmente, las personas y las organizaciones, aunque pueden presentar una
muestra diversa de comportamientos, tienen una manera de hacer en la que
destaca uno de ellos. La escuela atenúa o aumenta, influye o puede modificar los
comportamientos habituales de las personas que forman parte del mismo, pero no
los anula.

La incidencia de los comportamientos no siempre es la misma, ya que en función


de quien los ejerce, de su papel (alumno o profesor) del contexto en el que se
producen, y de la intensidad en que se manifiestan.

Así, no es lo mismo un comportamiento elusivo de un profesor que el de un alumno;


no es lo mismo que se produzca dentro del aula que fuera de ella. Por eso, en el
análisis de los conflictos se pretende trabajar en orientar hacia el comportamiento
colaborador.

El comportamiento colaborador para Viñas (2014) es el eje de la actuación en la


cultura de la mediación, pero sería un error creer que la actitud sólo se basa en la
buena voluntad.

Las actitudes tienen un comportamiento psicológico y personal como resultado de


los procesos de socialización de cada persona, pero también las escuelas tienen
como finalidad habitual potenciar o cambiar las actitudes y las conductas en
situaciones determinadas. En definitiva, el comportamiento ante los conflictos se
puede educar.

Como ya se dijo, uno de los métodos más utilizados para resolver los conflictos es
la mediación, que según para Paco Cascón (2000) es una forma de resolver
conflictos entre dos o más personas, con la ayuda de una tercera persona
imparcial, el mediador. Los mediadores pueden ser alumnos, profesores, padres.
No son jueces ni árbitros, no imponen soluciones ni opinan sobre quién tiene la
verdad, lo que buscan es satisfacer las necesidades de las partes en disputa,
regulando el proceso de comunicación y conduciéndolo por medio de unos sencillos
pasos en los que, si las partes colaboran, es posible llegar a una solución en la que
todos ganen o, al menos, queden satisfechos.

Se entiende que la solución de un conflicto ha sido consumada cuando las dos


partes del mismo consideran que han ganado. Por tanto, la cultura de la mediación
intenta buscar métodos y caminos a fin de conseguir unos centros en los que reine
la convivencia, aportando también elementos críticos para la solución de conflictos
en las escuelas que sistemáticamente apliquen métodos para resolver los conflictos
que acaban con perdedores. Así que afirmar que resolver “insuficientemente” los
conflictos es una fuente que los aumenta.
Quizás crear una cultura y unos hábitos para resolver mejor los conflictos sea
complicado y no es un camino fácil, pero algunas maneras de resolver conflictos de
forma competitiva y autoritaria como vía rápida son el origen de la multiplicación de
estos.

Función docente en la resolución de conflictos

Las tareas de la escuela consisten en gestionar y formar. La complejidad de la


convivencia escolar requiere organizarlas de manera proactiva e institucionalizar la
formación y los procedimientos para afrontar constructiva y formativamente los
conflictos. Es necesario contar con directivos y docentes sensibles a los signos de
desacuerdos o molestias, con un liderazgo que busque puntos de acuerdo,
encuentro y buen trato.

Saber convivir no es don ni acto de magia: se aprende. Es parte de la misión


educativa el generar un espacio para saber convivir.
Cuando un conflicto se vuelve grave, a menudo se trata de un episodio nuevo de
una situación antigua. De ahí la importancia de resolver bien los conflictos una vez
han estallado, lo antes posible pero haciéndolo de raíz para evitar que se proliferen
de otra forma.

Hay que reconocer que ninguna persona puede dar aquello que no tiene. Nadie
transmite lo que no posee verdaderamente interiorizado y forma parte de su esencia
humana, aquello en lo que verdaderamente cree. En definitiva, sólo los docentes
capaces de resolver conflictos serán hábiles para enseñar a los alumnos a
resolverlos.

Ahora bien, el estilo de enseñanza defendido para la creación de salones con


convivencia pacífica se concreta en diversos elementos: la cooperación, la
comunicación, la tolerancia, la inteligencia emocional y la resolución pacífica de
conflictos.
Tébar Belmonte (2003: 18-19) señala los repertorios de cualidades indispensables
en el enseñante que propicia la convivencia pacífica:
 Competencia pedagógica.
 Madurez y estabilidad emocional
 Conocimiento de la materia que va enseñar
 Comprensión de los procesos del desarrollo del niño
 Preocupación y respeto hacia las personas de los alumnos
 Capacidad de adaptación al equipo docente
 Toma de Consciencia de escuela, situada en su marco social
No se puede generalizar la aceptación de estas cualidades, sin embargo es
necesario que se manifieste día a día en la organización y en el funcionamiento en
el aula.

A través de la convivencia escolar se transmiten modelos -consciente o


inconscientemente- a los niños. Precisamente en las vivencias y expresiones del
diario convivir, la transversalidad de los valores es una cuestión ineludible, puesto
que la escuela es el primer espacio público de aprendizajes de códigos de vida
comunitaria fuera de la familia. Probablemente la escuela es el espacio en donde el
tiempo se transforma en modelo de convivencia social. (MINEDUC: 2002).

CONCLUSIÓN

Cuando se integran los niños a una institución formal de educación con una
sistematización en la enseñanza, la falta de regulación emocional por parte de los
alumnos puede provocar fácilmente que no aprendan lo establecido en un programa
de estudios, asimismo genera en ellos conflictos, no sólo de rezago escolar sino
también un rezago a nivel emocional y de relaciones humanas, así como perder la
seguridad en sí mismos, volviéndolos vulnerables y sufrir durante todo su desarrollo
escolar.
El profesorado se debe comprometer a desarrollar su propia inteligencia emocional
para poder facilitar al alumno herramientas que le permitan resolver los conflictos
de forma pacífica, con el fin de que se evite el desgaste emocional tanto del alumno
como del profesor pues de no solucionarse el conflicto se aumenta y repercute aún
más.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Viñas, Cirera, Jesús. (2014). Conflictos en los centros educativos. Cultura


organizativa y mediación para la convivencia. Edit. GRAO, México.
 Lederach, J.P. (2000).El abc de la paz y los conflictos. Educar para la paz.
Madrid: Los libros de la Catarata.
 Cascón, Soriano, Paco (2000). Educar en y para el conflicto. Cátedra
UNESCO sobre Paz y Derechos Humanos. Barcelona. Rescatado en:
http://catedu.es/escuela_de_paz/IMG/pdf/educ._eny_para_conflicto-_Gascon.pdf
(23/marzo/2015)
 Ministerio de Educación (MINEDUC: 2002). Política de Convivencia Escolar.
Hacia una calidad de la educación para todos. Chile.
UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO
EMPRESARIAL Y PEDAGÓGICO
MAESTRÍA EN DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE
CON ESTUDIOS DE RECONOCIMIENTO OFICIAL
RVOE S.E.P. 20121891/2012-09-19

LA FUNCIÓN DEL DOCENTE ANTE LOS CONFLICTOS EN


EL AULA

ASIGNATURA: La ética y dificultades del aprendizaje

ALUMNA: Gabriela Escamilla Cortés

FECHA DE ENTREGA: 28-03-2015

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