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RESILENCIA

La resilencia es la "capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser
transformado positivamente por ellas"

Apreciados Padres:

Recuerden que la resilencia en el hogar es de gran importancia, ya que los hogares son constructores y facilitadores de
resiliencia, pues las fortalezas de un hijo lo harán pasar de un estado de riesgo escolar, o incluso vital, a la superación de
ese estado de riesgo y el ingreso en otro donde estará ileso y saldrá fortalecido. Las relaciones constructoras de resiliencia
en el hogar se caracterizan por centrarse en los puntos fuertes de los hijos. Los padres deben buscar las fortalezas de
cada hijo con la misma minuciosidad que suelen emplear para detectar sus problemas, y hacérselas ver para hacer de éstas
una herramienta de la enseñanza.

DECÁLOGO PARA QUE SU HIJO SONRÍA

1. Predique con el ejemplo


Sonría, muéstrese de buen humor, disfrute su tiempo libre y sus vacaciones, piense en voz alta de forma sensata,
etc.

2. Ayude a su hijo a divertirse y sentirse bien


Programe actividades agradables y divertidas, invite a casa a los amigos de su hijo, sorpréndale con planes
novedosos y atractivos, destaque sus logros, tenga en cuenta sus preferencias.

3. Promueva la armonía familiar


Manifiéstele su cariño de palabra y con hechos, fomente la comunicación familiar, evite las disputas conyugales
familiares en su presencia.

4. Ahórrele sufrimientos innecesarios


Cuide su salud (vacunas, higiene, hábitos de sueño, alimentación, prepárelo para situaciones estresantes, en caso
que se presenten (la muerte de un ser querido, el inicio de un nuevo curso, etc.).

5. Edúquelo con afecto y coherencia


Actúe de común acuerdo con su pareja, fije normas de conducta razonables y exija su cumplimiento, sea
comprensivo y flexible, colabore con el Colegio, etc.

6. Potencie sus cualidades, aficiones y hobbies


Inscríbalo en un gimnasio o club, despierte su interés por la música, la lectura, el cine, el teatro, el coleccionismo, las
manualidades, etc., anímelo a probar experiencias enriquecedoras (nuevos sabores, juegos, deportes, etc.).

7. Entrénelo para tolerar la frustración:


No acceda a sus demandas irracionales, ignore sus rabietas, enséñele a respetar su turno, retrase gradualmente la
satisfacción de sus peticiones aplazables, demore progresivamente la gratificación, propicie espacios y actividades
para que comparta sus juguetes y pertenencias.

8. Hágalo responsable, no culpable


Valore su esfuerzo (su estudio, su trabajo), no sus resultados (sus notas sus ganancias). Fíjele objetivos realistas y
felicítelo por alcanzarlos "te felicito por tus notas buenas" en lugar de "la próxima vez solo quiero todas excelentes".

9. Moldee un estilo cognitivo racional


Evite las etiquetas y el lenguaje absolutista, "eres un mal hijo", "nunca me haces caso", utilice el método socrático,
en vez de facilitarle la solución hágale pensar, qué podríamos hacer para resolver….? Y qué más?, converse con él,
rebata sus ideas y creencias irracionales, etc.

10. Fortalezca su autonomía


Enséñele destrezas básicas de acuerdo a su nivel de desarrollo (asearse, vestirse, cocinar, administrar el dinero,
etc.), dele la oportunidad de que practique, ayúdele todo lo necesario pero no le resuelva sus problemas, permítale
participar progresivamente en la toma de decisiones, etc.

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