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Faro a Colón, 

el gran homenaje al

Descubrimiento

La historia de República Dominicana está íntimamente ligada a la


del Descubrimiento de América. Desde la llegada de Cristóbal Colón a la isla
de La Española en 1492 y durante casi un siglo, este destino caribeño fue la
puerta de entrada al Nuevo Mundo. Hoy en día, a todo lo largo y ancho de su
territorio se encuentran las huellas de aquellos primeros conquistadores y
colonos, y, desde luego, todas ellas forman parte de la lista de atractivos
turísticos que no te puedes perder cuando visite el país,

Por todo ello, 500 años después de aquel primer encuentro entre dos mundos,
la ciudad de Santo Domingo abrió, en 1992, las puertas de un monumento
único, de un gran homenaje dedicado a aquella excepcional travesía marítima,
a esos dos mundos que desde entonces quedaron conectados y al singular
hombre de mar que cambió el rumbo de la Historia: el Faro a Colón

Historia de un homenaje

A finales del siglo XIX, con la conmemoración del cuarto centenario del
Descubrimiento como telón de fondo, el historiador dominicano Antonio del
Monte y Tejada propuso por primera vez la idea de crear en Santo Domingo un
gran monumento en homenaje a Cristóbal Colón. Sobre aquella primera
propuesta se fueron sumando otras voces, hasta que en 1931se llevó a cabo un
concurso internacional para seleccionar un proyecto que estuviera a la altura de
la ocasión.

Así, de entre las 455 propuestas provenientes de 48 países, el jurado –en el


que se encontraban grandes arquitectos del momento, como el norteamericano
Frank Lloyd Wright– falló a favor del diseño del arquitecto británico Joseph L.
Gleave. Finalmente, la construcción del gran monumento empezó en 1948, pero
un año después la situación política del país obligaría a detener las obras; una
larga pausa que duró casi cuatro décadas.

Más de 130 años después de la idea original de Antonio del Monte y con el
arquitecto Gleave ya fallecido, el faraónico proyecto fue retomado en
1986 por el gobierno del presidente dominicano Joaquín Balaguer. El arquitecto
Teófilo Carbonell, también dominicano, fue el encargado de concluir la
construcción del gran monumento, que se terminó justo a tiempo para
conmemorar los 500 años de la llegada de Colón a la isla. El Faro a Colón fue
inaugurado el 6 de octubre de 1992 y desde entonces es uno de los lugares
más visitados de Santo Domingo.

La arquitectura de un símbolo

Ubicado sobre una enorme explanada en la zona oriental de Santo Domingo, el


Faro a Colón es una obra monumental de proporciones faraónicas, el colosal
símbolo de una época. Este gran edificio en forma de cruz latina, dispuesta en
posición yacente, tiene casi 240 metros de largo –algo más de dos campos de
futbol–, en un eje Este-Oeste, y sus brazos, alineados en dirección Norte-Sur,
suman unos 60 metros de ancho, entre un extremo y otro.

En sentido vertical, esta mole de concreto reforzado y mármol supera los 30


metros de altura máxima en la intersección de sus dos rectas. Y si se observa
de cerca, la forma de sus altos muros escalonados recuerda a la de una
pirámide maya, entre otras grandes construcciones precolombinas.

Además de sus enormes dimensiones, el Faro a Colón es precisamente eso, un


faro, pero uno muy peculiar. Gracias a más de 150 luminarias instaladas a lo
largo de la parte superior del monumento, más una potente fuente de luz en la
parte central, el Faro es capaz de proyectar en el cielo nocturno una gran cruz
luminosa que se puede ver a decenas de kilómetros de distancia.

Qué puedes visitar en el Faro a Colón

En su interior, el Faro a Colón es, al mismo tiempo, un museo y un mausoleo.


Dividido en distintas salas y estancias alineadas a cada lado de su largo pasillo
central, el monumento cuenta con exposiciones sobre la identidad cultural de
más de 40 países, incluyendo todos los del continente americano, más algunos
de Europa, Asia y África. Y el corazón del Faro es, por supuesto, el mausoleo en
el que se dice que reposan los restos mortales del propio Almirante.
El Mausoleo

Obra de los catalanes Pere Carbonell y Ferrán Romeu, escultor y arquitecto


respectivamente, el monumento funerario de Cristóbal Colón fue realizado a
finales del siglo XIX para resguardar los restos del Descubridor en la nave
central de la Catedral de Santo Domingo. Un siglo después, al concluir la
construcción del Faro, el mausoleo fue trasladado, pieza por pieza, hasta su
nueva ubicación dentro del gran monumento.

De estilo gótico, este singular conjunto escultórico tiene unos 9 metros de


altura y descansa sobre una base rectangular de 7 por 8 metros. Todo el
conjunto suma unas 280 piezas de bronce y mármol de Carrara, incluyendo
sus columnas, arcos y contrafuertes, los numerosos bajo relieves que narran la
propia aventura colombina, los cuatro leones en bronce que flanquean la
estructura y la figura femenina que representa a la República Dominicana y que
corona toda la obra. En el centro, una urna de bronce cuidadosamente
decorada guarda los restos del Descubridor.

El Museo

Además del mausoleo colombino, el Faro a Colón es un gran museo que


muestra la rica identidad cultural de los lugares que, desde el siglo XV, han
estado ligados a la historia del Descubrimiento de América. Remodeladas a
finales de 2018, las casi 50 salas del museo –todas ellas conectadas por el
largo pasillo central de la enorme cruz– representan a más de 40 países de
todos los rincones del mundo a través de todo tipo de tesoros, desde cerámicas
precolombinas hasta réplicas de una canoa taína o de las carabelas de Colón,
entre muchas otras piezas de valor histórico y cultural.

La Biblioteca, la mapoteca y otros espacios del Faro a Colón

Dentro del Faro, además del mausoleo y el museo, también puedes


encontrar otros espacios relacionados con la historia de Cristóbal Colón, del
Descubrimiento de América y de propio continente americano, como una
interesante biblioteca con distintos documentos sobre la historia de la
conquista y la colonización; una mapoteca con ediciones facsímil de algunos de
los primeros mapas del continentes americano y otras representaciones de
distintos lugares relacionados con la gesta colombina; el Centro de Estudios
Colombinos, un museo arqueológico, el Museo Ceramiológico e Iconográfico,
cuatro salas para exhibiciones temporales y dos salas de conferencias .

Otros monumentos de Santo Domingo

La capital de República Dominicana es una ciudad monumental, un lugar en el


que las huellas de la Historia están claramente plasmadas y en el que hay
muchísimo que ver. Así que en tu próxima visita a la ciudad no te pierdas
lugares tan especiales como la Catedral Primada de América, el Alcázar de
Colón, la Fortaleza Ozama y el Museo de las Casas Reales, entre otros
importantes monumentos de la Ciudad Colonial declarados Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO.

Dirección: Av. Boulevard del Faro, Villa Duarte Santo Domingo


Tel: (809) 591-1492
Horario: 9:00am a 5:00pm Cerrado los lunes.

El Faro a Colon, ubicado en la parte oriental de Santo Domingo, constituye uno


de los principales monumentos de América al descubrimiento del continente y
al almirante Cristóbal Colón.

Fue abierto al público el 6 de octubre de 1992, en conmemoración del V


centenario. Ese mismo día fueron trasladados los restos de Colon desde la
Catedral Primada hasta el Mausoleo levantado en el crucero del monumento.
En la entrada principal, los colores de las banderas de todos los países
simboliza la hermandad entre naciones y la unión de las diferentes razas y
culturas que habitan en el mundo.

Dentro del Faro se encuentran llamativos museos que albergan exhibiciones de


diferentes países del mundo
, que cuentan con un espacio propio para mostrar su identidad cultural. Cuenta,
también, con cuatro salas para exhibiciones temporales y dos salas de
conferencias. Posee un Gift Shop donde es posible adquirir suvenir alusivos al
monumento.

El Faro a Colón, se ha convertido, hoy en día, en una de las principales


atracciones turísticas de la ciudad y en el orgullo de todo el continente

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