Fabiola Kuri Juárez Psicología de la pareja 00359315

HACIA LA DIFERENCIACION DEL SI-MISMO,

EN LA FAMILIA DE ORIGEN

El objetivo más importante de la terapia de los sistemas familiares es ayudar a los miembros de la
familia a mejorar el nivel de diferenciación del sí mismo. El primer método de terapia familiar
desarrollado como parte de esta investigación fue aplicado a todo el núcleo familiar y dio resultados
sorprendentes en la desaparición de los síntomas, resultando no eficaz para disolver la “fusión” de
la familia. Introduciendo modificaciones, llegando a una terapia centrada en ambos padres y el hijo
portador del síntoma, dando resultados alentadores en la solución de síntomas, pero el hijo o hija,
jóvenes adultos, demostraron poca capacidad de separar su sí-mismo del de los padres y ninguno
de los padres lograba separar su sí-mismo del de su cónyuge. Llevando esto al concepto de los
triángulos, con el cual el método de la terapia familia pasó a afrontar el triángulo formado por ambos
cónyuges y el terapeuta.

Se demostró que el método más efectivo consistía en establecer un triángulo formado por los dos
miembros más importantes de la familia (los dos cónyuges) y el terapeuta. Es norma de toda terapia
alentar a ambos cónyuges a trabajar sistemáticamente para diferenciar su sí-mismo de la familia de
origen.

El punto clave.

Se destacó el triángulo entre el sí-mismo y los padres, el principal y el más importante de la vida, del
que toda persona toma los modelos relacionales triangulares, que quedan relativamente
determinados para todas las relaciones futuras. En la enseñanza de las relaciones interpersonales
se le da una nueva significación a la capacidad de ver a la propia familia, más que como imágenes
asimiladas” emocionalmente, como un conjunto de personas. Se da apertura a la capacidad de
observarse a sí mismo en situaciones triangulares y a los modos de “destriangularse”.

El concepto de la diferenciación del sí-mismo se relaciona con el grado en que una persona se va
diferenciando emocionalmente del padre. El chico se separa físicamente de la madre en el momento
del nacimiento, pero el proceso de separación emocional es lento, complicado y por añadidura
incompleto. El grado en que el chico se compromete con el padre depende mucho de la relación
entre el padre y la madre. Se ha elegido el término diferenciación del sí-mismo por ser descriptivo
de este proceso a largo plazo en el que el hijo se desvincula lentamente de la fusión inicial con la
madre y se mueve hacia su propia autonomía emocional. El nivel de diferenciación se repite en el
matrimonio, tal el cual, el sí-mismo está ligado emocionalmente a los padres en la generación
pasada, al cónyuge en el presente y a los hijos en la futura.

La escala de diferenciación del sí-mismo es uno de los conceptos más importante de esta teoría. En
un nivel muy elemental, las personas difieren todas entre si y es posible clasificarlas tomando como
base estas diferencias. En el extremo inferior se colocas las personas con niveles mínimo de
diferenciación o máximo de indiferenciación. El extremo superior está reservado a un nivel teórico
del total diferenciación. En cada nivel de la escala, las personas tienen estilos diferentes que se
pueden especificar en función de la posición que adoptan frente el intelecto y las emociones.
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Una persona situada en la zona inferior de la escala puede llevar una vida aparentemente
equilibrada y sin síntomas, pero es muy vulnerable a la tensión, encuentra muchas dificultades para
adecuarse a las exigencias de la vida y manifiesta una lata incidencia de patologías y problemas. Las
personas de la zona superior son más adaptables al estrés, tienen menos problemas y los afrontan
mejor.

El corte emocional

Se utiliza dicho termino para indicar la distancia emociona, sin tener en cuenta si esta se ha logrado
mediante los mecanismos internos o con la distancia física. El tipo de mecanismo puesto en práctica
para adquirir la distancia emocional no es indicativo de la intensidad del grado de apego emocional
no resuelto.

Cuanto más definido es el corte con los padres, más previsible es que repita el mismo modelo en las
relaciones futuras: puede tener una excelente relación en un matrimonio, que en ese momento le
parece ideal y permanentemente, pero el modelo de la distancia física forma parte de su
personalidad.

Cuanto mayor es la ansiedad en el ambiente, más la persona se aísla emocionalmente de los demás,
aunque aparentemente sus relaciones en el grupo parezcan normales. Son varias combinaciones de
mecanismos internos y distancia física para afrontar el apego emocional a sus padres, no resuelto

La manifestación principal del corte emocional es la negación de la intensidad del apego emocional
no resuelto a los padres. Las manifestaciones de este apego no resulto son típicas de la adolescencia.

La adolescencia es el momento en que se niega el apego a los padres y se asumen posiciones

extremas para demostrar que se ha crecido. La intensidad de la negación y la simulación es un índice
preciso del grado de apego emocional a los padres no resuelto.

Modelos de vida

El grado de apego emocional a los padres no resuelto, los determina el grado de apego de cada
padre de su familia de origen, el modo en que los padres respectivos han interferido en el
matrimonio de los hijos, el grado de ansiedad durante los momentos críticos de la vida y el modo
en que los padres han afrontado esa ansiedad. El desarrollo vital de las personas está determinado
por el grado de apego emocional no resuelto, por la cantidad de ansiedad que de él resulta y por el
modo de afrontarla. La ansiedad tiende a ser similar al grado de apego no resuelto en la familia.

Uno de los mecanismos automáticos más eficaces para reducir los niveles excesivos de ansiedad a
una familia es un sistema relacional relativamente abierto a la familia extensa, que es lo opuesto
del “encierro” emocional, es aquel en el cual los miembros de la familia tienen un grao de contacto
razonable.

Existen amplias variaciones en la frecuencia y en la calidad de las relaciones en cuanto a “encierro”

y “apertura”. Una “apertura” relativa no aumenta el nivel de diferenciación en la familia, pero
reduce la ansiedad.

Es bastante corriente en la familia nuclear mantener un nivel de “encierro” relativo frene a las
familias de origen, se trata de personas que tienen poco contacto con las familias de origen y sólo
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vuelven a sus casas una vez por año para una breve y superficial visita de compromiso, este tipo de
familias tiene una escasa adaptabilidad al estrés, niveles de ansiedad relativamente altas y una gran
predisposición paras desavenencias conyugales, los conflictos con los hijos y toda la gama de
problemas humanos.

Las relaciones familiares con respecto a las relaciones sociales.

Las personas que cortan los lazos con su familia de origen tratan, con todas sus fuerzas de crearse
familias “sustitutas” entre las relaciones sociales, aumentando la tendencia a huir de las familias
“malas” y encontrar sustitutas “buenas”. Puede provenir de la fuerza emocional que impulsa a las
personas a la negación emocional del pasado, tratándose de una fuerza considerable que actúa en
un porcentaje bastante alto de familias y sociedad en conjunto.

Cuando las relaciones sociales adquieren carácter significativo, se convierten en duplicados de las
relaciones con la familia de origen. Cuando existe estrés o ansiedad en otra relación social, la
persona “corta” lazos y empieza nuevamente en otra más satisfactoria, con tendencia a aislarse
cada vez más.

Las relaciones no familiares pueden dar lugar a una etapa de la vida bastante buena, siempre que la
relación sea tranquila, pero tienen muy poca tolerancia al estrés.

Principios y técnicas para contribuir a la definición del sí-mismo en la familia extensa.

Los términos “definir el sí-mismo” o “trabajar en su propia individualización” son sinónimos de

“diferenciación”. Hay que comprende la función de los sistemas emocionales en todas las familias,
para ello hay que empezar por adquirir el control del propio poder de reacción emocional frente a
la familia, visitarla con intervalos regulares y desarrollar la capacidad de observar objetivamente lo
que en ella ocurre. A medida que el sistema se vuelve más “abierto” y uno comienza a observar los
triángulos y los papeles que juega en los modelos reactivos de la familia, puede iniciar el proceso
más complejo de diferenciarse de los mitos, las imágenes, las distorsiones y los triángulos que antes
no conseguía captar.

Relaciones entre dos: Es aquella en la que dos personas entran en contacto, una con otra, en el plano
personal, sin hablar de otros (sin ser triangular) ni de temas interpersonales. Son pocos los que
consiguen hablar con otra persona en un plano estrictamente personal por unos minutos sin que
crezca la ansiedad, induciéndolos al silencio o a desviar la conversación hacia otras personas o hacia
temas impersonales. Este tipo de relación se establece entre dos personas bastante diferenciadas,
que pueden comunicarse directamente y mostrarse un respeto mutuo, madurez, sin incurrir en las
complicaciones con las que tropiezan las personas menos maduras. El esfuerzo por lograr una
relación entre dos, mejora el sistema relacional de la familia y es un buen ejercicio para conocerse.

Son muchos los problemas que surgen cuando se intenta crear una relación entre dos con cada
progenitor y por eso conviene tener un “entrenador”, alguien que haya tenido la misma experiencia
con su familia.

Llegar a ser un mejor observador y llegar a controlar la propia emotividad: Principios están tan
íntimamente ligados. El esfuerzo por llega a ser un mejor observador y aprender más sobre la familia
reduce la reactividad emocional. Se trata de uno de los esfuerzos más constructivos que una persona
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puede hacer. Es provechoso para la familia que uno de sus miembros pueda relacionarse con más
libertad, sin tomar posiciones y sin dejarse enredar en el sistema emocional de la familia.

La persona que adquiere una capacidad de observar y controlar su reactividad emocional adquiere
una capacidad que es útil en la vida, en todos los problemas emocionales: puede vivir su vida
reaccionando mediante respuestas emocionales adecuadas y naturales, pero con la conciencia de
que en cualquier momento puede salir de la situación, dominar su reactividad y hacer observaciones
que la ayuden a tener el control de sí mismo y de la situación.

Destriangular el sí mismo de las situaciones emocionales: Implica un proceso que es igual al que
hemos descrito en el caso de la terapia de pareja. El objetivo consiste en mantenerse
constantemente en contacto con un sistema emocional que envuelve a sí mismo y a otras dos
personas, sin tomar partido, sin contraatacar ni defenderse y buscando siempre mantener una línea
neutral de respuesta. El otro percibe el silencio como una respuesta emocional.

La diferenciación sólo es posible cuando existe un contexto emocional con el que se puede tomar
contacto, por ejemplo; un viaje al hogar con motivo de una grave enfermedad, una muerte, o un
regreso de las vacaciones, generan los niveles de ansiedad más eficaces para visitar a la familia.

Exposición de los resultados:

Para la familia es mucho más sencillo asistir periódicamente a sesiones de terapia familiar durante
uno, dos o tres años que afrontar los trastornos emocionales, el tiempo y los gastos que suponen
las visitas a las familias de origen.

Al terapeuta tener que abordar a la familia extensa le exige una mayor competencia, más trabajo
continuo sobre sí mismo y mayor atención a los detalles que en la terapia más convencional. La
frecuencia de las sesiones se determina en función de la cantidad de trabajo que el miembro de la
familia es capaz de hacer en los intervalos entre ellas.