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“Año del Bicentenario del Perú: 200 años de Independencia”

Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Escuela Profesional de Derecho

Curso: Formación básica de la magistratura

Tema: La magistratura como sustento de la democracia

Docente: Bachiller: José Francisco Esquerre Lázaro

Estudiantes:

DESLY CORNEJO ESPINOZA

JOSE ROBERTO MORENO ROJAS

CESAR ALBERTO CHAVEZ CARDENAS

LUIS ALBERTO HUAMANI CURI

JOSE ANTONIO IPARRAGUIRRE RIVERO

Ciclo: XI

Trujillo – Perú

2021

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 1


DEDICATORIA

Al creador de todas las cosas, el que nos ha dado


siempre esa fortaleza de continuar cuando
estábamos a punto de caer, por ello, con toda la
humildad que nuestros padres nos han otorgado y
que nuestros corazones puedan emanar, dedicamos
de manera muy especial este trabajo a Dios. A
nuestros padres que nos brindan su apoyo
incondicional, a Usted estimada Docente que
estuvo siempre dando consejos para poder seguir
en la lucha del estudio.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 2


AGRADECIMIENTO

Queremos agradecer principalmente a Dios


por darnos la plenitud de vida y habernos
guiado por el camino de la perseverancia.

A nuestros compañeros por su amistad


incondicional y su gran apoyo para seguir
en busca de un futuro mejor.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 3


CONTENIDO

INTRODUCCION ............................................................................................................... 5

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA ........................ 6

1. Antecedente ................................................................................................................... 6

2. La democracia: Noción, implicancias y el papel actual de la democracia


representativa ............................................................................................................... 7

3. El perfil de un magistrado en la democracia ............................................................. 9

A. Un Magistrado interpretativo y de espíritu creativo ..................................................... 10

B. Un Magistrado atento a su entorno socioeconómico .................................................... 10

C. Un Magistrado independiente e imparcial .................................................................... 11

D. Un Magistrado promotor y defensor de los derechos constitucionales ........................ 11

E. Un Magistrado honesto ................................................................................................ 11

F. Un Magistrado competente profesionalmente .............................................................. 11

G. Un Magistrado eficiente y con espíritu de servicio ...................................................... 11

H. Un Magistrado líder ...................................................................................................... 12

4. La magistratura constitucional en el Perú: entre el modelo europeo y el americano de


justicia constitucional ................................................................................................... 13

5. Juez, magistrado y democracia: la función democrática de la justicia


constitucional .............................................................................................................. 17

6. La participación ciudadana como democracia y la magistratura ......................... 18

6.1 Forma en que los ciudadanos conocen el sistema de justicia ....................................... 19

6.2 Percepción que tienen los ciudadanos de la forma de selección, nombramiento y


ratificación de los magistrados. .................................................................................... 20

CONCLUSIONES ............................................................................................................. 25

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 27

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 4


INTRODUCCION

Según se ha dicho en varios artículos anteriores el derecho es un sistema complejo de


regulación social. Es, además, un sistema orgánico y conceptual cuyas bases se encuentran
en Roma. También se había adelantado que la construcción del Derecho es una tarea
democrática compartida. A partir de estas premisas cabe preguntarse ahora si el Derecho
resulta ser, a fin de cuentas, una genuina expresión de la voluntad popular o por el contrario,
es el producto de negociaciones entre intereses oscuros que, a través de la normativa y las
decisiones judiciales manejan a la sociedad. Para dilucidar estas preguntas hemos de
adentrarnos en la historia y la filosofía del Derecho. La perspectiva histórica podrá brindar
respuestas sobre la realidad en sí. La perspectiva filosófica, en cambio, nos iluminará sobre
las esperanzas que la humanidad cifra en las posibilidades del Derecho para mejorar la vida
humana.

Este trabajo elaborado, tiene pretensiones muy limitadas que resultan ser meramente
introductorias a futuros trabajos de esta índole. Como se puede imaginar un tema de este tipo
requiere de mucha elucidación. Espero que esta idea germine en nuevas discusiones
iluminadoras sobre el origen popular de los elementos que conforman un sistema jurídico.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 5


LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA

1. Antecedente

Para tener una base de conocimiento referida al concepto de democracia, se puede decir
que es la organización política referida a la libertad, para que podamos hablar de
democracia, es indispensable dos elementos: el Poder Judicial autónomo que brinde las
garantías necesarias y hacer efectivo nuestro derecho a la libertad.

Bajo esta premisa, se pone de manifiesto la función vital que cumple el magistrado para
que exista un real y correcto Estado democrático.

Para que la democracia alcance la perfección se requiere que entre el sujeto de derecho
y la coacción estatal, intervenga un juez, el cual actuará con independencia y garantizará
el derecho que todo individuo tiene al debido proceso.

Se observa en el artículo 43º, primer párrafo de la Constitución Política del Perú de 1993
vigente, que la República del Perú es democrática, social, independiente y soberana, esto
quiere decir que no se puede prohibir o restringir en ninguna circunstancia al pueblo
acceder a la jurisdicción, ni establecer materias que prescindan de un correcto control
judicial, teniendo en cuenta que en una nación donde rige la democracia, no se acepta la
discreción ni el secreto.

Al hablar de régimen democrático, se debe tener consideración que tiene como base la
defensa de principios fundamentales, tales como la dignidad, la autonomía y la
inviolabilidad de los pobladores. Todo esto conlleva al Estado a tener la facultad de
proceder de manera legislativa a buscar y promover la autonomía e igualdad dentro de su
población; en tanto que, la Administración de Justicia se encargará de que en este ejercicio
del Estado, las libertades básicas no se vean vulneradas.

A decir de Thorme (s.f.), en su obra la Interpretación de la Ley, se refiere al Juez


como “sustento de la democracia y como interpretador de la Ley manifiesta”: El Juez no

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buscará con sus resoluciones una comunión con los pobladores; sino, de tratar de sentir
hacia donde se inclina la norma y el Derecho Positivo.

2. La democracia: Noción, implicancias y el papel actual de la democracia


representativa

En principio debemos empezar por conceptualizar la democracia para que pueda


entenderse mejor sus alcances y las implicancias que tiene la misma. En ese sentido, G.
Sartori nos menciona que:

La palabra griega demokratia se compone de demos, que quiere decir “pueblo”, y de


kratos, que quiere decir “poder”. Por tanto, traducida al castellano, significa “poder del
pueblo”. Si es así, las democracias “tienen que ser” lo que dice la palabra: sistemas y
regímenes políticos donde el pueblo es el que manda (Sartori, 2009, p. 15).

Esto evidencia que la propiedad esencial de la democracia representa el poder del


pueblo. En ello radica la importancia de la deliberación colectiva y la adopción de las
decisiones basadas en el consenso y la voluntad popular (Habermas, 2005; Hakansson,
2012; Jiménez, 2012).

En tal sentido, la democracia tiene varias dimensiones, entre los aspectos más
importantes podemos mencionar que sirve para promover la libertad de disenso de una
sociedad pluralista, mayor distribución del poder, democratización de la sociedad civil así
como la ampliación de la integración social a través de la democracia política (Bobbio,
2014, p. 73).

La democracia es considerada desde la perspectiva histórica y su etimología como el


gobierno del pueblo para el beneficio del mismo, es así que el consenso debe apuntar a la
consecución de la satisfacción de las necesidades e intereses de la mayoría de un colectivo.
En ese sentido, tomando una posición y definición pacífica sobre la democracia, podemos
decir que es la participación de las personas de tal como que «ningún segmento de la
población sea excluida», además, representa la competencia porque existen concursos

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 7


libres y regulares para lograr «apoyo de la población» y significa responsabilidad porque
las personas elegidas deben responder a las expectativas del pueblo (Smith, 2009, p. 25 y
26; Catells, 2018; Levistky & Ziblatt, 2018). Esto demuestra que la vocación de la
democracia es lograr que las personas participen de manera libre y que se hagan cargo de
sus promesas cuando logren acceder al poder.

La democracia como forma de gobierno tiene implicancias en la vida práctica y


cotidiana de las personas, ello se debe a que es un esquema de toma de decisiones libres y
consentidas. Tal es así que las personas cada cierto tiempo deben elegir a sus representantes
para lo cual se necesario que estén informados y participen activamente en el proceso de
elección. Los medios para fomentar la democracia son varios, sin embargo, entre los
tradicionales tenemos a los siguientes: partidos políticos, organizaciones civiles,
representantes de las instituciones, participación de la población, entre otros, por ende, el
mecanismo para medir la democracia es considerando el nivel de satisfacción que se
produce en cada dimensión, es decir, la existencia de medios que hagan posible la
participación libre y voluntaria (López, 2008; López, 2012; Martin, 2014; Moreso, 2014).
En la actualidad, la democracia configura la vida pública y privada de las personas; esto
es, cada vez que un individuo debe efectuar elecciones o acogerse a una determinada
propuesta, necesariamente, utiliza su razonamiento personal para responder sobre la
repercusión de la decisión

En síntesis, frente a los malestares producidos dentro de la esfera democrática, se


plantea como una variable o dimensión para mitigarla la acción y participación de la justicia
constitucional. En atención a ello, indicaremos que la única vía para salir del
entrampamiento que afronta la democracia representativa no es mediante la acción y
participación de instituciones tradicionales (Poder Legislativo, Poder Ejecutivo o Poder
Judicial), sino que mediante la justicia constitucional, al menos, de manera parcial y
puntual, también, se pueden obtener resultados favorables para la democracia –tal como
viene sucediendo en la actualidad–. Esta situación es posible cuando el Tribunal
Constitucional, interpretando la Constitución, asume la posición de defender los valores de
la democracia, sea resguardando los intereses de la mayoría, protegiendo derechos de una
minoría, mediando en conflictos que tienen fuertes implicancias sociales, entre otros. En
ese sentido, la investigación optará por considerar dicha dimensión porque el problema y

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los objetivos de la misma están orientadas a encontrar respuestas plausibles desde la
práctica jurisprudencial del Tribunal Constituciona

El Tribunal Constitucional ha precisado que la democracia representativa es de


carácter pluralista porque la representación se encuentra sobre la base de la soberanía
popular. Es sustancial que se produzcan acuerdos y consensos entre las mayorías y minorías
para que no se produzcan fragmentaciones profundas en la representación política. De ahí
que es importante que los partidos y movimientos políticos concurran en la formación de
la voluntad popular, ello con la finalidad de evitar que sean simples acuerdos de intereses
de particulares. Así, el gobierno de carácter representativo está inspirado en cuatro
principios: (i) Elección de los representantes a intervalos regulares. (ii) Independencia
parcial de los representantes. (iii) Libertad de opinión pública. (iv) La toma de decisiones
tras el proceso de discusión.

3. El perfil de un magistrado en la democracia

El perfil del Magistrado, es el conjunto de cualidades mínimas que debe poseer un


Magistrado, de modo que permitan satisfacer las exigencias de la sociedad, del ambiente
interno institucional y, de la función jurisdiccional.

El perfil formulado contempla la diversidad del país y opta por presentar cualidades básicas
válidas en diversos contextos culturales, sociales y económicos.

En la actualidad, los investigadores coinciden en afirmar que las características más


saltantes de la Magistratura peruana, son la visión formalista en la aplicación del derecho
a los casos concretos que conocen y juzgan, el desentendimiento respecto al impacto
socioeconómico de las decisiones que toman y ejecutan, la falta de capacitación respecto a
instituciones jurídicas clásicas y otras más novedosas, la falta de defensa del rol
constitucional de protección y garantía de los derechos fundamentales a través de la función
jurisdiccional, la escasa argumentación sobre las sentencias que emiten, la debilidad
institucional y personal que no hace posible un ejercicio independiente de la función, entre
otras carencias.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 9


Si bien son muchas las causas que pueden explicar el actual estado de la Magistratura, es
claro que la formación académica puede impactar favorablemente para la reversión de
algunas características del actual perfil Judicial y Fiscal.

Las características que perfilamos de un Magistrado acorde con el desarrollo de un Poder


Judicial renovado, más legítimo, eficiente y eficaz, son las siguientes:

A. Un Magistrado interpretativo y de espíritu creativo

Capaz de entender la normatividad vigente con la finalidad de aplicarla para


resolver los conflictos llevados ante su Despacho, así como para dar razones que
justifican la decisión final sobre cada caso.

El Magistrado no debe ser un mero aplicador de la ley, sobre todo, frente a


casos difíciles en los que el sistema legal no ofrece una respuesta inmediata a
primera vista. Su capacidad de interpretación sobre las normas debe incorporar una
apreciación respecto a los valores sociales regulados por la Constitución y las leyes,
teniendo a su vez, conciencia de que su sentencia significa una toma de decisión en
el marco de diferentes opciones interpretativas que el espectro normativo ofrece.

B. Un Magistrado atento a su entorno socioeconómico

Capaz de apreciar el impacto que sus decisiones provocarán al interior de su


comunidad, capaz de evaluar la conveniencia social de sus sentencias para
privilegiar el o los valores sociales más importantes y consensuales en su
comunidad y emitir resoluciones coherentes a partir de normas desactualizadas;
capaz de adecuar su función a la satisfacción de las necesidades cambiantes de la
sociedad.

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C. Un Magistrado independiente e imparcial

Capaz de resistir a las influencias que agentes externos a su función pretendan


ejercer, cuales quiera sea la fuente de dicha influencia (política, económica, de
cuerpo, etc.). Un Magistrado con una personalidad bien definida, cuya autonomía
para la toma de sus decisiones sea incuestionable, capaz de conservar su condición
de autoridad neutral frente a los intereses en pugna en un conflicto dado.

D. Un Magistrado promotor y defensor de los derechos constitucionales

El Magistrado debe promover la plena vigencia de los derechos y garantías


constitucionales que protegen la vida, la integridad física y la dignidad de las
personas.

E. Un Magistrado honesto

Con una solidez ética irreprochable, cuya prudencia y honestidad sean bien
conocidas por su trayectoria personal y profesional, de manera que el Magistrado
aumente su autoridad y, sea un difusor efectivo de los valores constitucionales.

F. Un Magistrado competente profesionalmente

Buen conocedor del derecho vigente, tanto en sus aspectos positivos, procesales
y de su fundamentación a nivel de principios doctrinarios.

G. Un Magistrado eficiente y con espíritu de servicio

Capaz de lidiar con altas cargas de trabajo, capaz de priorizar los casos que
merecen mayor atención para su estudio y resolución y con la habilidad de
administrar eficientemente su tiempo para cumplir con las demandas de una fuerte
carga procesal. Pero, a su vez, como servidor debe facilitar los medios para que su
potestad jurisdiccional llegue a los justiciables en forma expedita y oportuna, sin
trabas burocráticas ni impedimentos; debe estar dispuesto a escuchar las críticas

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 11


que se le formulen y a rescatar de ellas los elementos que le permitan mejorar su
función.

H. Un Magistrado líder

Capaz de participar en el autogobierno del Poder Judicial, identificado con el


servicio de Administración de Justicia, con capacidad de manejar herramientas de
gestión para paulatinamente constituirse en responsable de las políticas
jurisdiccionales.

Para alcanzar este perfil, el Magistrado debe ser titular de una serie de
características que son condición necesaria, mas no suficientes, de un cumplimiento
exitoso de su misión. Al menos, podemos mencionar las siguientes:

a) Condiciones psicológicas.-

• Capacidad para tomar decisiones,


• Estabilidad emocional,
• Capacidad de liderazgo,
• Madurez,
• Sentido común,
• Dinamismo y eficiencia en la organización del trabajo y
• Capacidad de adaptación al cambio,

b) Condiciones axiológicas.-

• Sentido de Justicia,
• Sentido de igualdad,
• Sentido de libertad,
• Prudencia,
• Probidad,
• Espíritu de servicio,
• Defensa de los derechos fundamentales,
• Defensa de los valores constitucionales y

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• Defensa de la autonomía e independencia de la función jurisdiccional.

c) Condiciones intelectuales. -

• Capacidad crítica y creativa para analizar problemas complejos y


llegar a decisiones aceptables socialmente,

• Capacidad de comprensión de la dinámica coordinación/ conflicto de


las relaciones humanas,
• Conocimiento de las instituciones jurídicas nacionales,
• Conocimiento de las metodologías de interpretación e integración
jurídicas,
• Capacidad de comunicación oral y escrita en forma eficaz,
• Conocimiento comprensivo del entorno socioeconómico en el cual se
desempeña como Magistrado y capacidad de evaluar el impacto de sus
decisiones en tal contexto y
• Capacidad e interés por la constante actualización de sus
conocimientos jurídicos y su cultura general.

4. La magistratura constitucional en el Perú: entre el modelo europeo y el americano


de justicia constitucional

Hace exactamente cien años salió a la luz el primer Tribunal Constitucional (1920),
órgano jurisdiccional encargado del control de constitucionalidad de las leyes 1. Hans
Kelsen, autor influyente en la edificación del Tribunal Constitucional de la República de
Austria del que fue integrante entre 1921 y 1930 probablemente no haya imaginado que
esta institución se convertiría en una de las más prominentes de los ordenamientos jurídicos
de gran parte del mundo2. Menos aún que en este proceso expansivo, la fórmula kelseniana
instrumentada en la Constitución austriaca sufriría una controvertida transformación que

1
Ciertamente, la exitosa historia de estos órganos jurisdiccionales comienza con la creación del Tribunal
Constitucional de Checoslovaquia y el Alto Tribunal Constitucional de Austria en 1920. Favoreu, Los
tribunales constitucionales, (Barcelona: Ariel, 1994), 13. No obstante, el que ha servido de modelo al sistema
concentrado de control de constitucionalidad es el austriaco o kelseniano.
2
Ferreres Comella, Una defensa del modelo europeo de control de constitucionalidad (Madrid: Marcial Pons,
2011), 26.

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terminaría por atribuir al Tribunal Constitucional no sólo la primigenia función
de legislador negativo3, sino también la función de legislador positivo4. Órgano
formalmente emisor de normas, aunque de manera subsidiaria y transitoria5.

La expansión de los Tribunales Constitucionales en Europa se produce tras la


Segunda Guerra Mundial. Periodo en el que los Estados adoptan nuevas Constituciones
investidas de valor jurídico6. En ese escenario, la Constitución impregnada de principios,
valores y derechos es la norma suprema del ordenamiento jurídico. La protección de tal
estatus se encomienda a una institución distinta del Poder Judicial: el Tribunal
Constitucional. Órgano al que se atribuye el “monopolio de rechazo, pues ningún otro
tribunal, ni siquiera el tribunal supremo, puede inaplicar por sí mismo una ley por motivos
de constitucionalidad”7. Este modelo concentrado de justicia constitucional se afianza con
la instauración de la Corte Constitucional de Italia (1947), el Tribunal Constitucional
Federal alemán (1949) y, entre otros, el Tribunal Constitucional de España (1978). Senda
por la que transitarían paulatinamente, aunque con algunos matices, un buen número de
Estados parte del Consejo de Europa.

Asimismo, en relación con la instauración del modelo concentrado o austriaco de


justicia constitucional en América Latina, aun cuando el prototipo se situaría en Cuba, con
el establecimiento del Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales en 1940 8 y en
Ecuador, cuya Constitución de 1945 incorporó un Tribunal de Garantías Constitucionales
inspirado en el Tribunal de Garantías Constitucionales de la Constitución de la Segunda
República española, o más propiamente, en la Constitución de Guatemala de 1965 que crea

3
Prieto Sanchís, L. “El Tribunal Constitucional y positivismo jurídico”, Cuaderno de Filosofía del Derecho 23
(2000): 172.
4
Fernández Segado, “El Tribunal Constitucional español como legislador positivo”, Pensamiento
Constitucional 15 (2011): 157; Barak, 2008, p. 11; Sagüés, “Del juez legal al juez constitucional”, Anuario
Iberoamericano de Justicia Constitucional 4 (2000): 343.
5
Sagüés, La Constitución bajo tensión (Querétaro: Instituto de Estudios Constitucionales, 2016), 246.
6
Blanco Valdéz, 2010, p. 39.
7
Ferreres Comella, Justicia constitucional y democracia (Madrid: Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2012), 21.
8
El análisis de los orígenes del control concentrado de justicia constitucional en América Latina es sumamente
relevante, sin embargo, excede al objetivo de este artículo. En ese sentido, solo se deja apuntado que existen
bases de este modelo en esta Región, desde inicios del siglo XIX. Se trata, por ejemplo, de la Constitución de
1811, de la Provincia de Cundinamarca de Colombia, que en su artículo 24 preceptuaba una acción directa de
inconstitucionalidad.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 14


un Tribunal Constitucional –el primero en la Región, desde una perspectiva formal y
material. Lo cierto es que, en esta Región, coexisten los dos modelos, el difuso y el
concentrado9. Así, desde la doctrina existe cierto consenso en sostener que, a partir de la
segunda mitad del siglo XX, bajo el influjo kelseniano y la expansión de los Tribunales
Constitucionales, empieza una hibridación de los sistemas de justicia constitucional en la
Latinoamérica10.

En líneas generales, la coexistencia de ambos sistemas de justicia constitucional


supone: (i) En primer lugar, que la capacidad para hacer efectivo el control de
constitucionalidad de las leyes está atribuida a los tribunales ordinarios, quedando así
difundida entre todos los magistrados del Poder Judicial, quienes deben resolver –al hilo
de un proceso del que están conociendo– si una ley es adecuada a la Constitución o no11.
(ii) En segundo lugar, supone la existencia de un órgano jurisdiccional al que se le
encomienda la fiscalización de las leyes bajo las normas constitucionales. Este órgano
concentra la competencia para conocer la constitucionalidad de las leyes. Se trata de un
control abstracto de normas ya que su finalidad es determinar objetivamente la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de la norma12.

En el marco de la coexistencia de estos dos sistemas de justicia constitucional en


América Latina, los órganos de jurisdicción concentrada instaurados en la Región –a
diferencia de Europa, donde predomina el Tribunal Constitucional– presentan una
estructura ciertamente diversa13. Desde esta óptica, Eduardo Ferrer Mac-Gregor14,

9
Carpizo, J. Derecho constitucional latinoamericano y comparado, Anuario de Derechos Humanos. Nueva
Época Vol. 7, T. 1. (2006): 265-308; Nogueira Alcalá, H. Los Tribunales Constitucionales de América del Sur
y sus competencias, Provincia, número especial (2003): 27-93.
10
Ferrer Mc-Gregor, Los tribunales constitucionales en Iberoamérica (Querétaro: Fundap-Colegio de
Secretarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2002).
11
Garrorena Morales, Derecho Constitucional. Teoría de la Constitución y sistema de fuentes (Madrid: Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales, 2013), 105.
12
Ferreres Comella, Una defensa del modelo europeo de control de constitucionalidad (Madrid: Marcial Pons,
2011), 29; Garrorena Morales, Derecho Constitucional. Teoría de la Constitución y sistema de
fuentes (Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2013), 106.
13
Para Fernández Segado, América Latina ofrece un verdadero laboratorio “en lo que a la búsqueda de fórmulas
peculiares de justicia constitucional se refiere”. Fórmulas peculiares que, en cualquier caso, se traducen en una
hibridación de los clásicos modelos: europeo y americano. Fernández Segado, “El Tribunal Constitucional
Español como legislador positivo”, Pensamiento Constitucional 15 (2004): 115.
14
Ferrer Mc-Gregor, Los tribunales constitucionales en Iberoamérica (Querétaro: Fundap-Colegio de
secretarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2002).

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 15


considera que es preferible hablar de magistraturas constitucionales, configuradas hasta
en cuatro modelos: (i) un primer modelo, constituido por los Tribunales Constitucionales
de cohorte kelseniano, ubicados fuera del Poder Judicial. Modelo adoptado por Bolivia,
Chile, Guatemala, Perú, Ecuador y República Dominicana; (ii) un segundo modelo,
constituido por aquellos Tribunales que están dentro del Poder Judicial como es el caso de
Colombia; (iii) un tercer modelo, que se configura a través de la creación de las Salas
Constitucionales dentro del Poder Judicial. El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Paraguay,
Venezuela y algunas entidades federativas de México han adoptado este tipo de
magistratura constitucional; y, (iv) un cuarto modelo, representado por las Cortes Supremas
de Justicia que se han ido transformando en Tribunales Constitucionales, en sentido
material. Modelo adoptado, con matices, por Argentina, Brasil, Honduras, México, Panamá
y Uruguay15.

Desde las dos últimas décadas del siglo XX coexisten en el Perú los dos modelos de
justicia constitucional precitados16. En efecto, a partir de la Constitución de 1979 Carta
Fundamental con la que se habría establecido, ciertamente y con ribetes definidos, un
sistema de jurisdicción constitucional en el Perú17, que instituye el Tribunal de Garantías
Constitucionales, órgano jurisdiccional autónomo destinado al control concentrado de la
constitucionalidad de las leyes, se configura el modelo de magistratura constitucional de
cohorte kelseniano, referido en el párrafo anterior. Asimismo, se atribuye al Poder Judicial
la facultad de inaplicar al caso concreto, las normas incompatibles con la Constitución
(artículo 236 de la Constitución de 1979). Este sistema, con algunos matices, se afianza

15
Ferrer Mac-Gregor, Crónica de tribunales constitucionales en Iberoamérica (Buenos Aires: Marcial Pons,
2009); Roa Roa, “La justicia constitucional en América Latina”, Serie Documentos de Trabajo 34 (2011): 6.
16
Eguiguren pone de relieve que el sistema constitucional de Estados Unidos ejerció una importante influencia
política e intelectual en el Perú. Sin embargo, ninguna de las Constituciones del siglo XIX ni las dos primeras
Cartas del siglo XX, la de 1920 ni la de 1933 recogerían la institución del control judicial de la
constitucionalidad de las leyes o judicial review. Es más, tampoco se promulgaron normas que consagraran
expresamente la supremacía constitucional, excepto en la efímera carta de 1856 cuyo artículo 10 establecía “es
nula y sin efecto cualquier ley en cuanto se oponga a la Constitución”, sin contemplar ningún mecanismo para
conseguir tal nulidad. Eguiguren Praeli, “La jurisdicción constitucional en el Perú: características, problemas
y propuesta para su reforma”, Actas del VIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional 2, (2006):
133.
17
Eguiguren Praeli, “La jurisdicción constitucional en el Perú: características, problemas y propuesta para su
reforma”, Actas del VIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional 2, (2006): 131; Landa Arroyo,
C. Derecho Procesal Constitucional. Cuaderno de Trabajo. Departamento Académico de Derecho- Pontificia
Universidad Católica del Perú, N° 20 (2011): 9.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 16


con la promulgación de la décimo segunda Carta Constitucional del Perú que, en 1993
instituye el Tribunal Constitucional.

5. Juez, magistrado y democracia: la función democrática de la justicia constitucional

En el presente trabajo se exploran las posibilidades que tienen los magistrados para
colaborar y consolidar la democracia, el mismo que es posible a través de sus decisiones o
sentencias. No hay duda de que las decisiones emitidas por los altos órganos de
administración de justicia (Tribunal Constitucional o Corte Suprema) producen impactos
notables en el sistema jurídico, no solo ello, sino que alcanza a las instituciones del Estado
y a la misma sociedad. Ello es así porque en una democracia se respeta la separación de
poderes (interdicción de la concentración de poder), lo cual supone que todas las
instituciones cumplen sus funciones teniendo como respaldo la Constitución y normas
afines, por ende, las instituciones actúan en el marco de la cooperación y colaboración.
Este escenario, repetimos, solo es posible dentro de un gobierno democrático donde se
predique y cumpla la defensa de las libertades y la independencia de poderes.

Los jueces constitucionales tiene la tarea de proteger y reguardar los valores


democráticos mediante sus decisiones, esto es, cada vez que tienen la oportunidad de
interpretar la Constitución, de tal modo que la efectúan tomando en consideración los
valores de la democracia, además, debe medir el impacto de sus sentencias tomando en
cuenta que sirva a la defensa de los valores democráticos o que la fortalezca (preferencia
interpretativa democrática). El marco de acción dentro del cual se mueve la justicia
constitucional es la democracia, por ese motivo, los jueces tienen la tarea de apegarse y
maximizar principios como la participación, la deliberación, la protección de minorías, la
responsabilidad de los actos, entre otros. Ello responde a que los jueces actúan vinculados
a valores superiores como son la libertad, la igualdad, la tolerancia, entre otros (Ferreres,
2011a; Ferreres, 2011b; Gargarella, 2011; Gargarella, 2012)
Entonces, las decisiones que emiten los magistrados y jueces no solo suponen
solucionar conflictos particulares o concretos, sino que también tiene proyección sobre la
democracia, es decir, modelan de algún modo el esquema de decisiones que las personas
tendrán presentes en el futuro. Lo cual hace referencia a que es un componente importante

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 17


de la democracia la decisión adoptada por el juez constitucional, en concreto, esto implica
garantizar que para casos futuros se tomará en consideración los principios democráticos.

La relación entre los magistrados y democracia no es muy pacífica, sin embargo, en


los últimos años se han encontrado puntos de convergencia y encuentro entre los mismos
porque la democracia no tiene que suponer la oposición a la participación e intervención
de los jueces en las decisiones públicas. En este caso, los tribunales o cortes
constitucionales son órganos que tienen gran capacidad de colaboración y contribución
hacia la democracia, ya que son entidades que pueden promover la deliberación y
aclaración de algunas cuestiones controvertidas, en ese sentido, no cabe la idea de concebir
a los tribunales como órganos cerrados o incapaces de fomentar el diálogo y la
participación, al contrario, estos pueden servir como agentes para mejorar la calidad del
debate público, a su vez, debe estimular la participación pública y promover la adopción
de decisiones colectivas con alto grado de reflexividad (Nino, 1997).

En ese sentido, debe quedar claro que el juez debe incentivar un diálogo entre los
actores constitucionales con la finalidad de obtener o establecer la mejor respuesta posible,
adicionalmente, si el juez constitucional estima que una determinada interpretación de la
Constitución que ha prevalecido por mucho tiempo debe ser dejada de lado, entonces, tiene
que comunicar a los involucrados en el debate sobre tal situación de tal modo que se forme
nuevo debate en la esfera pública sobre el mismo asunto, por ende, el papel del juez –en
algunas ocasiones– resulta relevante para comprender mejor las discusiones en el ámbito
público, asimismo, se perfila como un agente que fortalece la democracia (Ezquiaga, 2013;
Ferrajoli, 2009; Gascón, 1994; Gascón, y García, 2016; Gaviria, 2012).

6. La participación ciudadana como democracia y la magistratura

La participación ciudadana es un conjunto de sistemas o mecanismos por medio de


los cuales los ciudadanos, pueden tomar parte de las decisiones públicas, o incidir en las

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 18


mismas, buscando que dichas decisiones representen sus intereses, ya sea de ellos como
particulares o como un grupo social.

Es un derecho fundamental, reconocido por los tratados y pactos internacionales


suscritos por el Estado, los cuales establecen que toda persona tiene derecho a participar
en los asuntos públicos de su país.

Es importante que el Estado, como actor y principal gestor de las políticas públicas,
no sólo se dedique a dictar las normas jurídicas adecuadas para proteger y,
fundamentalmente, promover la participación ciudadana de las personas en la toma de
decisiones públicas, sino que también debe promover e incentivar que dichas políticas sean
la base de un desarrollo sostenible. Se debe tener en cuenta además que “la democracia se
fortalece con los mecanismos de participación ciudadana, porque permite la gestión
compartida del desarrollo sostenible y de la calidad de vida de la población. (Carpio, Enero
de 2013, pág. 9)

La participación ciudadana se puede dar a nivel nacional, la cual “se da mediante la


deliberación y decisión y mediante diversos mecanismos de la democracia plebiscitaria:
consultas, referéndum o plebiscitos. Entre los mecanismos de participación ciudadana más
conocidos, podemos distinguir a los siguientes: (i) iniciativa de reforma constitucional; (ii)
iniciativa en la formación de las leyes; (iii) referéndum; (iv) iniciativa en la formación de
dispositivos municipales y regionales; (v) consulta previa; (vi) revocatoria de autoridades;
(vii) remoción de autoridades; (viii) Consejos de Coordinación Regional; (ix) presupuestos
participativos; (x) demanda de rendición de cuentas; (xi) acceso a la información pública,
entre otros.

6.1 Forma en que los ciudadanos conocen el sistema de justicia

La Administración de Justicia está integrada por un conjunto de personas e


instituciones, cuya misión es garantizar que los ciudadanos vean satisfecho su derecho
fundamental de obtener tutela judicial efectiva. Los ciudadanos conocen el sistema de
Justicia, cuando tienen un litigio que no pueden resolver, y acuden al Ministerio Público

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 19


y/o al Poder Judicial (en caso proceda una denuncia o demanda), es allí donde conocen las
pautas del proceso judicial en el que se encuentran inmersos, asimismo toman
conocimiento del nombre del juez que resolverá su causa, y de presentarse un recurso de
apelación a la decisión emitida por este juez, del colegiado predeterminado para conocer
la misma.

6.2 Percepción que tienen los ciudadanos de la forma de selección, nombramiento y


ratificación de los magistrados.

Según Guido Águila Grados (Ex presidente y miembro del CNM), una repetida
frase que se escucha desde funcionarios hasta ciudadanos, respecto a las decisiones del
Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) es “sí, fue la decisión 57 que tomaron ustedes
el año pasado”. Dicha frase denota la ajenidad –que va desde la indiferencia hasta la
animadversión– que existe entre la sociedad y el CNM, en particular, y el Sistema de
Justicia, en general (Águila Grados, 2017) . En ese contexto se advierte que, existe falta de
identificación de los Ciudadanos con el CNM, por lo cual el lograr que la sociedad tenga
ese sentido de pertenencia con la institución, constituye una tarea importante.

Es así que, el propio CNM, quien conoce que sólo se logrará doblegar la mala
percepción del público, con un compromiso sostenido de realizar de manera óptima sus
responsabilidades constitucionales: la elección de los mejores jueces y fiscales para el país
y la expulsión del ambiente de la justicia de los magistrados que no alcanzan los estándares
de conducta, idoneidad y ética.

De la misma manera, corresponde señalar que, según una encuesta realizada por
América Televisión, publicada en Julio 2015, afirma que los ciudadanos peruanos, en su
mayoría, no conocen al CNM, asimismo señalan que la minoría que conoce de esta
institución, no considera correcta su actuación, es decir considera que no llevan con
transparencia los procesos de selección, nombramiento y ratificación de magistrados.

El el 18 de setiembre, el Congreso, aprobó el proyecto de la LEY DE REFORMA


CONSTITUCIONAL DEL CONSEJO NACIONAL DE LA MAGISTRATURA, en cuya

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 20


exposición de motivos, se ha señalado que el Consejo Nacional de la Magistratura es una
de las instituciones públicas más desprestigiadas a raíz de una serie de sucesos que ponen
en duda la capacidad 58 ética de la mayoría de sus miembros para ejercer la delicada labor
que le ha encargado la Constitución Política del Perú; asimismo señaló que:

“Los cuestionamientos a sus integrantes y a la forma en que se ha desnaturalizado


el sistema de representación de los colegios profesionales y de las universidades públicas
y privadas, plantea la urgente necesidad de reformar la institución con el fin de devolverle
legitimidad y recuperar la confianza ciudadana, indispensables para el adecuado
funcionamiento no solo del sistema de justicia, sino también, del sistema democrático
nacional. Esto se vuelve más urgente frente a los gravísimos hechos de tráfico de
influencias, intercambio de favores y otras formas de corrupción revelados por los audios
difundidos por medios periodísticos en las últimas semanas, que dan cuenta que algunos
consejeros han utilizado sus puestos para negociar nombramientos, evaluaciones y favores
políticos, entre otros actos irregulares. Además, se han puesto en evidencia el bajo nivel de
las entrevistas desarrolladas a los postulantes a jueces y fiscales y los casos de
discriminación a postulantes con discapacidad, que evidencian que el sistema de elección
por representación de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura,
contrariamente al objetivo de la Constitución, ha facilitado que lleguen a estos altos cargos
personas sin las mínimas calidades académicas, profesionales y éticas. Esta situación ha
puesto en serio cuestionamiento la legitimidad de la institución y de su actuación y pone
en grave riesgo al sistema de justicia y a la propia gobernabilidad del país. Debido a ello,
diversas propuestas legislativas provenientes del Poder Judicial, el Poder Ejecutivo, el
Congreso de la República, y organismos de la sociedad civil concuerdan en la importancia
de realizar un cambio sustantivo en la composición del Consejo y en las características y
perfil de los consejeros como condición para superar esta difícil y delicada problemática.”
(Proyecto de Ley N° 2159 / 2018- PE)

La finalidad es mejorar el sistema de representación y en establecer mayores


exigencias al momento de elegir a los consejeros. La propuesta que presenta la Comisión
Consultiva de Reforma del Sistema de Justicia sale de este esquema y plantea que la
reforma constitucional contemple un sistema de elección de los consejeros basado en un

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 21


concurso público de méritos llevado a cabo por una Comisión Especial que para este efecto
se constituye.

El proyecto de reforma constitucional, señala en su exposición de motivos que:


busca evitar tanto la indebida influencia del poder político en el Consejo Nacional de la
Magistratura, como que la institución sea captada por intereses privados ajenos al bien
público que la Constitución le encarga garantizar. Por ello plantea un nuevo modelo de
elección de miembros del Consejo, el cual tiene como fundamento principal el mérito, la
probada integridad y la capacidad como requisitos para acceder a este alto cargo. Este
nuevo modelo garantizará que el Consejo esté conformado por abogados de una gran
trayectoria, solvencia académica e integridad, estableciendo requisitos más rigurosos para
el acceso al consejo. La propuesta parte del hecho que la tarea de nombramiento,
ratificación y sanción a magistrados requiere de un conocimiento y especialización en la
tarea jurídica y en el conocimiento del derecho. Por ello plantea que los miembros del
Consejo sean abogados con más de 30 años de ejercicio profesional y reconocido prestigio.
Es decir, profesionales que cuenten con una larga trayectoria, una probada conducta ética
y una trayectoria académica, profesional y democrática ejemplar.

Para elegir este alto perfil de consejeros, la Comisión Consultiva para la Reforma
de la Justicia propone establecer la conformación de una Comisión Especial de selección
integrada por el Presidente del Poder Judicial, quien la presidirá, y por los titulares del
Ministerio Público, del Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría
General de la República. Asimismo, plantea que la Comisión cuente con la asistencia
técnica y asesoría del órgano rector de los recursos humanos del Estado a cargo del servicio
civil y la carrera pública, que deberá garantizar un proceso transparente y público, así como
un adecuado escrutinio de dichos requisitos al momento de elegir a los miembros del CNM
y la correspondiente vigilancia ciudadana. En efecto, es importante destacar que el modelo
incorpora obligaciones de transparencia, publicidad y vigilancia ciudadana en el proceso
de selección de miembros, que contribuyen a fortalecer la legitimidad del proceso.
Asimismo, la propuesta de modificación constitucional garantiza que se cumpla con
la equidad que debe existir en la designación de hombres y mujeres cuando se trata de
entidades colegiadas. la modificación constitucional de la composición del Consejo
Nacional de la Magistratura permitirá que recupere la legitimidad y confianza ciudadana

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 22


perdidas y que el nombramiento, ratificación y destitución de jueces y fiscales sea
reconocida como una función que aporta a la justicia y a la institucionalidad democrática
del país. Para tal efecto, los nuevos miembros del Consejo Nacional de la Magistratura
deberán actuar con la mayor transparencia en su función y rendir cuentas de su labor a la
ciudadanía. Junto con la transparencia en su actuación es necesario establecer, mediante
ley, un régimen amplio para regular y sancionar el conflicto de intereses en que puedan
incurrir.

Del mismo modo, el proceso de reforma constitucional del CNM debe ser
acompañado de un proceso de fortalecimiento de su institucionalidad. Para ello, es
necesario incorporar al personal del Consejo Nacional de la Magistratura a la ley del
Servicio Civil a fin de incentivar la carrera meritocrática y fortalecer la calidad del servicio
que brindan a la nación. Finalmente, frente a los graves casos que se han observado en el
nombramiento y ratificación de magistrados, el proyecto de reforma, plantea otorgar al
nuevo Consejo Nacional de la Magistratura, mediante una disposición complementaria
transitoria, la facultad de revisar los nombramientos y ratificaciones en aquellos casos que
existan indicios de graves irregularidades cometidas por los miembros del Consejo
Nacional de la Magistratura que han sido removidos por el Congreso de la República
mediante la Resolución Legislativa Nº 016-2017-2018-CR.

El funcionamiento del Consejo Nacional de la Magistratura y de la Comisión


Especial para la selección de sus integrantes se financia con cargo al presupuesto
institucional de la entidad, sin demandar recursos adicionales al Tesoro Público; con la
finalidad de que, la entrada en vigencia de este nuevo modelo de selección de miembros
del Consejo Nacional de la Magistratura tendrá un impacto notable en la legitimidad y
confianza ciudadana en la institución, pues permitirá que el proceso de selección de sus
miembros cumpla con los más altos estándares de mérito y capacidad, así como de
transparencia y publicidad. (Proyecto de Ley N° 2159 / 2018- PE).

El día 09 de diciembre de 2018, se ha llevado a cabo el Referéndum Nacional,


donde el Ejecutivo consultó a los ciudadanos peruanos:

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 23


1. ¿Aprueba la reforma constitucional sobre la conformación y funciones de la Junta
Nacional de Justicia (antes Consejo Nacional de la Magistratura)?
2. ¿Aprueba la reforma constitucional que regula el financiamiento de las organizaciones
políticas?
3. ¿Aprueba la reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de
parlamentarios de la República?
4. ¿Aprueba la reforma constitucional que establece la bicameralidad en el Congreso de
la República?

En este contexto, la pregunta que incide directamente en la presente investigación


es la primera, evidenciándose de la página oficial de la ONPE, que un total de 13,7 27,144
ciudadanos, dijeron que sí aprobaban la reforma del CNM, 2,130,891, no la aprobaron;
684,640 votos blancos; 1,083,648 votos nulos, haciendo un total de 17,626,323 electores.
(ONPE)

Con el total nacional de aprobación a la reforma constitucional al Consejo Nacional


de la Magistratura, se ha evidenciado la disconformidad que tienen los ciudadanos
peruanos, respecto a la actuación del mismo, lo cual corrobora los resultados de las
encuestas obtenidas en la presente investigación.

El 10 de enero de 2019 se publicó en el diario oficial “El Peruano” la Ley N° 30904,


“Ley de Reforma Constitucional sobre la Conformación y Funciones de la Junta Nacional
de Justicia”, que modifica los artículos 154, 155 y 156 de la Constitución Política del Perú.
La Única Disposición Complementaria Final de la citada norma establece que se modifique
en todas las disposiciones correspondientes del ordenamiento jurídico nacional la
denominación de “Consejo Nacional de la Magistratura” por el de “Junta Nacional de
Justicia”.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 24


CONCLUSIONES

Se comprende como Estado a la sociedad organizada política y jurídicamente, a través de la


estructuración del poder público para su ejercicio dentro de un determinado territorio.

Mientras que Derecho es un sistema racional de normas sociales de conducta, declaradas


obligatorias por la autoridad, por considerar las soluciones justas a los problemas surgidos
de la realidad histórica.

Por lo que Estado de Derecho vendría a ser el sistema en el cual los gobernantes son electos
por el procedimiento previsto con antelación en la ley y donde el sometimiento a la ley es el
elemento distintivo y rasgo característico, la primacía de la ley se traduce en el principio
fundamental de legalidad. Se sustenta además en el reconocimiento y protección
constitucional de derechos fundamentales, y orgánicamente, en la división y equilibrio de
poderes.

En relación a la Magistratura como sustento de la democracia, se entiende por magistratura


al oficio de magistrado y el tiempo que permanece ocupando el cargo. El magistrado es un
funcionario público que ejerce un cargo administrativo o judicial y que se encarga de juzgar
y hacer ejecutar lo juzgado.

Mientras que podemos definir al término democracia, como la organización política de la


libertad; sin un ejercicio efectivo de la libertad y sin un Poder Judicial independiente que la
garantice, no puede haber democracia.

Por lo que el rol que cumple el magistrado, en este caso el juez en la aplicación y garantía
de la democracia en el territorio nacional es vital, los ciudadanos necesitan alguien que les
brinde las garantías necesarias en los diferentes procesos judiciales que surgen de forma
natural a raíz de los diversos conflictos que se suscitan diariamente en la sociedad, y que en
muchas ocasiones no se pueden resolver de otra forma que no sea mediante un proceso
judicial.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 25


Es en el proceso judicial donde el magistrado resalta por su labor, puesto que se le exige que
en todas las etapas del proceso, garantice a las partes imparcialidad y que confíen en que sus
resoluciones serán debidamente motivadas.

La participación ciudadana incluye una gama amplia de posibilidades para su ejercicio: a


través del voto o ejercicio del sufragio (derecho a elegir y a ser elegido) hasta el
reconocimiento de que los ciudadanos y ciudadanas tienen 123 la capacidad de intervenir en
el ejercicio y la dirección de los asuntos públicos, tal como lo establecen tanto la Convención
Interamericana de Derechos Humanos como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de Naciones Unidas.

LA MAGISTRATURA COMO SUSTENTO DE LA DEMOCRACIA 26


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