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Ciclo: XI
Trujillo – Perú
2021
INTRODUCCION ............................................................................................................... 5
1. Antecedente ................................................................................................................... 6
CONCLUSIONES ............................................................................................................. 25
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................... 27
Este trabajo elaborado, tiene pretensiones muy limitadas que resultan ser meramente
introductorias a futuros trabajos de esta índole. Como se puede imaginar un tema de este tipo
requiere de mucha elucidación. Espero que esta idea germine en nuevas discusiones
iluminadoras sobre el origen popular de los elementos que conforman un sistema jurídico.
1. Antecedente
Para tener una base de conocimiento referida al concepto de democracia, se puede decir
que es la organización política referida a la libertad, para que podamos hablar de
democracia, es indispensable dos elementos: el Poder Judicial autónomo que brinde las
garantías necesarias y hacer efectivo nuestro derecho a la libertad.
Bajo esta premisa, se pone de manifiesto la función vital que cumple el magistrado para
que exista un real y correcto Estado democrático.
Para que la democracia alcance la perfección se requiere que entre el sujeto de derecho
y la coacción estatal, intervenga un juez, el cual actuará con independencia y garantizará
el derecho que todo individuo tiene al debido proceso.
Se observa en el artículo 43º, primer párrafo de la Constitución Política del Perú de 1993
vigente, que la República del Perú es democrática, social, independiente y soberana, esto
quiere decir que no se puede prohibir o restringir en ninguna circunstancia al pueblo
acceder a la jurisdicción, ni establecer materias que prescindan de un correcto control
judicial, teniendo en cuenta que en una nación donde rige la democracia, no se acepta la
discreción ni el secreto.
Al hablar de régimen democrático, se debe tener consideración que tiene como base la
defensa de principios fundamentales, tales como la dignidad, la autonomía y la
inviolabilidad de los pobladores. Todo esto conlleva al Estado a tener la facultad de
proceder de manera legislativa a buscar y promover la autonomía e igualdad dentro de su
población; en tanto que, la Administración de Justicia se encargará de que en este ejercicio
del Estado, las libertades básicas no se vean vulneradas.
En tal sentido, la democracia tiene varias dimensiones, entre los aspectos más
importantes podemos mencionar que sirve para promover la libertad de disenso de una
sociedad pluralista, mayor distribución del poder, democratización de la sociedad civil así
como la ampliación de la integración social a través de la democracia política (Bobbio,
2014, p. 73).
El perfil formulado contempla la diversidad del país y opta por presentar cualidades básicas
válidas en diversos contextos culturales, sociales y económicos.
E. Un Magistrado honesto
Con una solidez ética irreprochable, cuya prudencia y honestidad sean bien
conocidas por su trayectoria personal y profesional, de manera que el Magistrado
aumente su autoridad y, sea un difusor efectivo de los valores constitucionales.
Buen conocedor del derecho vigente, tanto en sus aspectos positivos, procesales
y de su fundamentación a nivel de principios doctrinarios.
Capaz de lidiar con altas cargas de trabajo, capaz de priorizar los casos que
merecen mayor atención para su estudio y resolución y con la habilidad de
administrar eficientemente su tiempo para cumplir con las demandas de una fuerte
carga procesal. Pero, a su vez, como servidor debe facilitar los medios para que su
potestad jurisdiccional llegue a los justiciables en forma expedita y oportuna, sin
trabas burocráticas ni impedimentos; debe estar dispuesto a escuchar las críticas
H. Un Magistrado líder
Para alcanzar este perfil, el Magistrado debe ser titular de una serie de
características que son condición necesaria, mas no suficientes, de un cumplimiento
exitoso de su misión. Al menos, podemos mencionar las siguientes:
a) Condiciones psicológicas.-
b) Condiciones axiológicas.-
• Sentido de Justicia,
• Sentido de igualdad,
• Sentido de libertad,
• Prudencia,
• Probidad,
• Espíritu de servicio,
• Defensa de los derechos fundamentales,
• Defensa de los valores constitucionales y
c) Condiciones intelectuales. -
Hace exactamente cien años salió a la luz el primer Tribunal Constitucional (1920),
órgano jurisdiccional encargado del control de constitucionalidad de las leyes 1. Hans
Kelsen, autor influyente en la edificación del Tribunal Constitucional de la República de
Austria del que fue integrante entre 1921 y 1930 probablemente no haya imaginado que
esta institución se convertiría en una de las más prominentes de los ordenamientos jurídicos
de gran parte del mundo2. Menos aún que en este proceso expansivo, la fórmula kelseniana
instrumentada en la Constitución austriaca sufriría una controvertida transformación que
1
Ciertamente, la exitosa historia de estos órganos jurisdiccionales comienza con la creación del Tribunal
Constitucional de Checoslovaquia y el Alto Tribunal Constitucional de Austria en 1920. Favoreu, Los
tribunales constitucionales, (Barcelona: Ariel, 1994), 13. No obstante, el que ha servido de modelo al sistema
concentrado de control de constitucionalidad es el austriaco o kelseniano.
2
Ferreres Comella, Una defensa del modelo europeo de control de constitucionalidad (Madrid: Marcial Pons,
2011), 26.
3
Prieto Sanchís, L. “El Tribunal Constitucional y positivismo jurídico”, Cuaderno de Filosofía del Derecho 23
(2000): 172.
4
Fernández Segado, “El Tribunal Constitucional español como legislador positivo”, Pensamiento
Constitucional 15 (2011): 157; Barak, 2008, p. 11; Sagüés, “Del juez legal al juez constitucional”, Anuario
Iberoamericano de Justicia Constitucional 4 (2000): 343.
5
Sagüés, La Constitución bajo tensión (Querétaro: Instituto de Estudios Constitucionales, 2016), 246.
6
Blanco Valdéz, 2010, p. 39.
7
Ferreres Comella, Justicia constitucional y democracia (Madrid: Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2012), 21.
8
El análisis de los orígenes del control concentrado de justicia constitucional en América Latina es sumamente
relevante, sin embargo, excede al objetivo de este artículo. En ese sentido, solo se deja apuntado que existen
bases de este modelo en esta Región, desde inicios del siglo XIX. Se trata, por ejemplo, de la Constitución de
1811, de la Provincia de Cundinamarca de Colombia, que en su artículo 24 preceptuaba una acción directa de
inconstitucionalidad.
9
Carpizo, J. Derecho constitucional latinoamericano y comparado, Anuario de Derechos Humanos. Nueva
Época Vol. 7, T. 1. (2006): 265-308; Nogueira Alcalá, H. Los Tribunales Constitucionales de América del Sur
y sus competencias, Provincia, número especial (2003): 27-93.
10
Ferrer Mc-Gregor, Los tribunales constitucionales en Iberoamérica (Querétaro: Fundap-Colegio de
Secretarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2002).
11
Garrorena Morales, Derecho Constitucional. Teoría de la Constitución y sistema de fuentes (Madrid: Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales, 2013), 105.
12
Ferreres Comella, Una defensa del modelo europeo de control de constitucionalidad (Madrid: Marcial Pons,
2011), 29; Garrorena Morales, Derecho Constitucional. Teoría de la Constitución y sistema de
fuentes (Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2013), 106.
13
Para Fernández Segado, América Latina ofrece un verdadero laboratorio “en lo que a la búsqueda de fórmulas
peculiares de justicia constitucional se refiere”. Fórmulas peculiares que, en cualquier caso, se traducen en una
hibridación de los clásicos modelos: europeo y americano. Fernández Segado, “El Tribunal Constitucional
Español como legislador positivo”, Pensamiento Constitucional 15 (2004): 115.
14
Ferrer Mc-Gregor, Los tribunales constitucionales en Iberoamérica (Querétaro: Fundap-Colegio de
secretarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2002).
Desde las dos últimas décadas del siglo XX coexisten en el Perú los dos modelos de
justicia constitucional precitados16. En efecto, a partir de la Constitución de 1979 Carta
Fundamental con la que se habría establecido, ciertamente y con ribetes definidos, un
sistema de jurisdicción constitucional en el Perú17, que instituye el Tribunal de Garantías
Constitucionales, órgano jurisdiccional autónomo destinado al control concentrado de la
constitucionalidad de las leyes, se configura el modelo de magistratura constitucional de
cohorte kelseniano, referido en el párrafo anterior. Asimismo, se atribuye al Poder Judicial
la facultad de inaplicar al caso concreto, las normas incompatibles con la Constitución
(artículo 236 de la Constitución de 1979). Este sistema, con algunos matices, se afianza
15
Ferrer Mac-Gregor, Crónica de tribunales constitucionales en Iberoamérica (Buenos Aires: Marcial Pons,
2009); Roa Roa, “La justicia constitucional en América Latina”, Serie Documentos de Trabajo 34 (2011): 6.
16
Eguiguren pone de relieve que el sistema constitucional de Estados Unidos ejerció una importante influencia
política e intelectual en el Perú. Sin embargo, ninguna de las Constituciones del siglo XIX ni las dos primeras
Cartas del siglo XX, la de 1920 ni la de 1933 recogerían la institución del control judicial de la
constitucionalidad de las leyes o judicial review. Es más, tampoco se promulgaron normas que consagraran
expresamente la supremacía constitucional, excepto en la efímera carta de 1856 cuyo artículo 10 establecía “es
nula y sin efecto cualquier ley en cuanto se oponga a la Constitución”, sin contemplar ningún mecanismo para
conseguir tal nulidad. Eguiguren Praeli, “La jurisdicción constitucional en el Perú: características, problemas
y propuesta para su reforma”, Actas del VIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional 2, (2006):
133.
17
Eguiguren Praeli, “La jurisdicción constitucional en el Perú: características, problemas y propuesta para su
reforma”, Actas del VIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional 2, (2006): 131; Landa Arroyo,
C. Derecho Procesal Constitucional. Cuaderno de Trabajo. Departamento Académico de Derecho- Pontificia
Universidad Católica del Perú, N° 20 (2011): 9.
En el presente trabajo se exploran las posibilidades que tienen los magistrados para
colaborar y consolidar la democracia, el mismo que es posible a través de sus decisiones o
sentencias. No hay duda de que las decisiones emitidas por los altos órganos de
administración de justicia (Tribunal Constitucional o Corte Suprema) producen impactos
notables en el sistema jurídico, no solo ello, sino que alcanza a las instituciones del Estado
y a la misma sociedad. Ello es así porque en una democracia se respeta la separación de
poderes (interdicción de la concentración de poder), lo cual supone que todas las
instituciones cumplen sus funciones teniendo como respaldo la Constitución y normas
afines, por ende, las instituciones actúan en el marco de la cooperación y colaboración.
Este escenario, repetimos, solo es posible dentro de un gobierno democrático donde se
predique y cumpla la defensa de las libertades y la independencia de poderes.
En ese sentido, debe quedar claro que el juez debe incentivar un diálogo entre los
actores constitucionales con la finalidad de obtener o establecer la mejor respuesta posible,
adicionalmente, si el juez constitucional estima que una determinada interpretación de la
Constitución que ha prevalecido por mucho tiempo debe ser dejada de lado, entonces, tiene
que comunicar a los involucrados en el debate sobre tal situación de tal modo que se forme
nuevo debate en la esfera pública sobre el mismo asunto, por ende, el papel del juez –en
algunas ocasiones– resulta relevante para comprender mejor las discusiones en el ámbito
público, asimismo, se perfila como un agente que fortalece la democracia (Ezquiaga, 2013;
Ferrajoli, 2009; Gascón, 1994; Gascón, y García, 2016; Gaviria, 2012).
Es importante que el Estado, como actor y principal gestor de las políticas públicas,
no sólo se dedique a dictar las normas jurídicas adecuadas para proteger y,
fundamentalmente, promover la participación ciudadana de las personas en la toma de
decisiones públicas, sino que también debe promover e incentivar que dichas políticas sean
la base de un desarrollo sostenible. Se debe tener en cuenta además que “la democracia se
fortalece con los mecanismos de participación ciudadana, porque permite la gestión
compartida del desarrollo sostenible y de la calidad de vida de la población. (Carpio, Enero
de 2013, pág. 9)
Según Guido Águila Grados (Ex presidente y miembro del CNM), una repetida
frase que se escucha desde funcionarios hasta ciudadanos, respecto a las decisiones del
Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) es “sí, fue la decisión 57 que tomaron ustedes
el año pasado”. Dicha frase denota la ajenidad –que va desde la indiferencia hasta la
animadversión– que existe entre la sociedad y el CNM, en particular, y el Sistema de
Justicia, en general (Águila Grados, 2017) . En ese contexto se advierte que, existe falta de
identificación de los Ciudadanos con el CNM, por lo cual el lograr que la sociedad tenga
ese sentido de pertenencia con la institución, constituye una tarea importante.
Es así que, el propio CNM, quien conoce que sólo se logrará doblegar la mala
percepción del público, con un compromiso sostenido de realizar de manera óptima sus
responsabilidades constitucionales: la elección de los mejores jueces y fiscales para el país
y la expulsión del ambiente de la justicia de los magistrados que no alcanzan los estándares
de conducta, idoneidad y ética.
De la misma manera, corresponde señalar que, según una encuesta realizada por
América Televisión, publicada en Julio 2015, afirma que los ciudadanos peruanos, en su
mayoría, no conocen al CNM, asimismo señalan que la minoría que conoce de esta
institución, no considera correcta su actuación, es decir considera que no llevan con
transparencia los procesos de selección, nombramiento y ratificación de magistrados.
Para elegir este alto perfil de consejeros, la Comisión Consultiva para la Reforma
de la Justicia propone establecer la conformación de una Comisión Especial de selección
integrada por el Presidente del Poder Judicial, quien la presidirá, y por los titulares del
Ministerio Público, del Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría
General de la República. Asimismo, plantea que la Comisión cuente con la asistencia
técnica y asesoría del órgano rector de los recursos humanos del Estado a cargo del servicio
civil y la carrera pública, que deberá garantizar un proceso transparente y público, así como
un adecuado escrutinio de dichos requisitos al momento de elegir a los miembros del CNM
y la correspondiente vigilancia ciudadana. En efecto, es importante destacar que el modelo
incorpora obligaciones de transparencia, publicidad y vigilancia ciudadana en el proceso
de selección de miembros, que contribuyen a fortalecer la legitimidad del proceso.
Asimismo, la propuesta de modificación constitucional garantiza que se cumpla con
la equidad que debe existir en la designación de hombres y mujeres cuando se trata de
entidades colegiadas. la modificación constitucional de la composición del Consejo
Nacional de la Magistratura permitirá que recupere la legitimidad y confianza ciudadana
Del mismo modo, el proceso de reforma constitucional del CNM debe ser
acompañado de un proceso de fortalecimiento de su institucionalidad. Para ello, es
necesario incorporar al personal del Consejo Nacional de la Magistratura a la ley del
Servicio Civil a fin de incentivar la carrera meritocrática y fortalecer la calidad del servicio
que brindan a la nación. Finalmente, frente a los graves casos que se han observado en el
nombramiento y ratificación de magistrados, el proyecto de reforma, plantea otorgar al
nuevo Consejo Nacional de la Magistratura, mediante una disposición complementaria
transitoria, la facultad de revisar los nombramientos y ratificaciones en aquellos casos que
existan indicios de graves irregularidades cometidas por los miembros del Consejo
Nacional de la Magistratura que han sido removidos por el Congreso de la República
mediante la Resolución Legislativa Nº 016-2017-2018-CR.
Por lo que Estado de Derecho vendría a ser el sistema en el cual los gobernantes son electos
por el procedimiento previsto con antelación en la ley y donde el sometimiento a la ley es el
elemento distintivo y rasgo característico, la primacía de la ley se traduce en el principio
fundamental de legalidad. Se sustenta además en el reconocimiento y protección
constitucional de derechos fundamentales, y orgánicamente, en la división y equilibrio de
poderes.
Por lo que el rol que cumple el magistrado, en este caso el juez en la aplicación y garantía
de la democracia en el territorio nacional es vital, los ciudadanos necesitan alguien que les
brinde las garantías necesarias en los diferentes procesos judiciales que surgen de forma
natural a raíz de los diversos conflictos que se suscitan diariamente en la sociedad, y que en
muchas ocasiones no se pueden resolver de otra forma que no sea mediante un proceso
judicial.
Bermúdez Valdivia, V. Género y Poder. La igualdad política de las mujeres. Lima: Palestra,
2020.
Cappelletti, M. “‘El formidable problema’ del control judicial y la contribución del análisis
comparado. Revista de Estudios Políticos 13 (1980): 61-103.
Esquembre Cerdá, M. “Las mujeres ante el cambio constitucional. Algunos apuntes desde
una perspectiva feminista para una ‘reforma constituyente’ de la Constitución
Española”, Revisar el pacto constituyente en perspectiva de género, Cuadernos Manuel
Giménez Abad 5 (2017): 58-74
Ferreres Comella, V. (2011). “El Tribunal Constitucional ante la objeción democrática: tres
problemas”, Jurisdicción constitucional y democracia. Actas de las XVI jornadas de la
asociación de letrados del Tribunal Constitucional. Madrid: Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales.
Programa de Justicia para una Paz Sostenible (JSP) USAID, 2020, p. 6. Disponible
en: https://bit.ly/2Ftfmvj
los Principales Mecanismos para Ejercerla - Informe Especial Gestión Pública y Desarrollo.
Perú.