Está en la página 1de 3

La energía superficial se define como la energía necesaria para romper los enlaces

intermoleculares dando lugar a una superficie. En la física del sólido, las superficies deben ser
intrínsecamente menos favorables energéticamente que la masa; es decir, debe haber una fuerza
que genera la superficie. La energía superficial puede ser definida como el exceso de energía de la
superficie de un material comparado con la que tendría si estuviera inmersa en la masa.

Antes de definir la tensión superficial, es necesario hablar de


energía libre de superficie, la cual se define como la cantidad de
trabajo necesario , a temperatura y presión constante, para crear
toda la superficie ; esta energía no puede ser evaluada mas que
haciendo variar el área de la superficie, es decir en un
determinado cuerpo, se tratará de provocar una deformación que
reacciona en sentido contrario a las fuerzas de cohesión, ya que
se tratará de desplazar y repartir las moléculas o los átomos en el
interior de la superficie. Naturalmente que esta "deformación" no
sucede en el caso de los sólidos, donde los átomos ocupan
posiciones no intercambiables, por lo que no será posible definir
una variación de energía libre por unidad de área. En el caso de
los líquidos, el trabajo realizado se reparte de una forma
homogénea; las moléculas se desplazan más fácilmente, la
energía es proporcional al aumento de la superficie, entonces
será posible definir una energía libre de superficie por unidad de
área relacionarla con la noción de tensión superficial.
La tensión superficial es una propiedad de la superficie de un
líquido que permite soportar una fuerza externa.
El ángulo de contacto se refiere al ángulo que forma la superficie de un líquido al entrar en
contacto con un sólido. El valor del ángulo de contacto depende principalmente de la relación que
existe entre las fuerzas adhesivas entre el líquido y el sólido y las fuerzas cohesivas del líquido.
Cuando las fuerzas adhesivas con la superficie del sólido son muy grandes en relación a las fuerzas
cohesivas, el ángulo de contacto es menor de 90 grados, teniendo como resultado que el líquido
moja la superficie.

Mojabilidad que se define como la tendencia de un fluido a adherirse a una superficie sólida en
presencia de otros fluidos inmiscibles, tratando de ocupar la mayor área de contacto posible con
dicho sólido.

La capilaridad es una propiedad de los fluidos que depende de su tensión superficial, la


cual, a su vez, depende de la cohesión del fluido, y que le confiere la capacidad de subir o
bajar por un tubo capilar.
Cuando un líquido sube por un tubo capilar, es debido a que la fuerza intermolecular o
cohesión intermolecular es menor que la adhesión del líquido con el material del tubo; es
decir, es un líquido que moja. El líquido sigue subiendo hasta que la tensión superficial es
equilibrada por el peso del líquido que llena el tubo.

La adsorción es el enriquecimiento (adsorción positiva o simplemente adsorción) o


agotamiento (adsorción negativa) de uno o más componentes en una interfase o capa
interfacial. En este proceso la especie que se va a adsorber es el adsortivo, que en el
estado adsorbido recibe el nombre de adsorbato. Cuando una de las fases involucradas
en la adsorción es sólida, a esta se le llama adsorbente.

Los Surfactantes se clasifican en aniónicos, no iónicos, catiónicos y anfóteros. Los surfactantes


aniónicos son aquellos que, en solución acuosa, se disocian en un anión anfifilo y un catión
metálico o amonio. En esta categoría entran la mayor producción de surfactantes: jabones,
detergentes en polvo y líquido. Los surfactantes no iónicos no producen iones en solución acuosa
y por lo tanto son compatibles con los demás tipos de surfactantes y pueden integrarse en
formulaciones complejas. Por otra parte, son muchos menos sensibles que los surfactantes iónicos
a la presencia de electrolitos, especialmente cationes divalentes. Los surfactantes no iónicos son
en general buenos detergentes humectantes y emulsionantes. Algunos de ellos tienen excelentes
propiedades espumantes. Por todas estas propiedades, se encuentran hoy en día en todos los
tipos de formulaciones detergentes líquidos o en polvo, y en otras aplicaciones. Los surfactantes
catiónicos en general no son buenos detergentes, y tampoco buenos espumantes con excepción
de los óxidos de amina en su forma cuaternizada a pH ácido. No se usan en formulaciones con
surfactantes aniónicos ya que no son compatibles con estos (forman compuestos insolubles). Sin
embargo, tienen dos propiedades importantes y casi únicas. Primero se absorben sobre sustratos
cargados negativamente, y segundo muchos de ellos tienen propiedades bactericidas. Los
surfactantes anfóteros no se usan generalmente como surfactantes únicos en formulaciones
detergentes por su alto costo, sino como aditivos dispersantes de jabones de calcio. La dualidad
polar-apolar de las moléculas de surfactantes, les confiere propiedades muy particulares. Para
satisfacer su doble afinidad, las moléculas de surfactantes se ubican en la interfase de tal forma
que su grupo polar esté bañado en agua y su grupo apolar esté fuera del agua. Esta migración de
las moléculas de surfactante en la interfase se llama adsorción. La adsorción puede deberse al
grupo hidrófobo, o a otros efectos como la atracción electroestática. La adsorción interfacial de
tipo monocapa no es el único tipo de estructura que pueden formar los surfactantes. También por
su propiedad de asociación tienden a formar coloides de agregación llamados micelas. Las micelas
son agregados más o menos esféricos que se forman a partir de una cierta concentración, llamada
concentración micelar critica. En las micelas, las "colas" hidrocarbonadas de las moléculas de
surfactantes se juntan y así se extraen del agua. El corazón de las micelas es un medio apolar
susceptible de disolver sustancias orgánicas insolubles en agua. Las micelas son responsables de la
solubilización que se observa durante la detergencia. De particular interés en la industria papelera
es la solubilización de los jabones de resinas formados, lo cual evita su redeposición en las fibras.
Tanto la propiedad de adsorción y asociación de los surfactantes son las responsables de un gran
número de aplicaciones industriales.

Se denomina micela al conjunto de moléculas que constituye una de las fases de los coloides. Es el
mecanismo por el cual el jabón solubiliza las moléculas insolubles en agua, como las grasas.
En disoluciones acuosas las moléculas anfifílicas forman micelas en las que los grupos polares
están en la superficie y las partes apolares quedan inmersas en el interior de la micela en una
disposición que elimina los contactos desfavorables entre el agua y las zonas hidrófobas y permite
la solvatación de los grupos de las cadenas polares.

Una emulsión es una mezcla de dos líquidos inmiscibles de manera más o menos homogénea. Un
líquido (la fase dispersa) es dispersado en otro (la fase continua o fase dispersante)

La espuma es una capa de líquido globular enclaustrando vapor o gas.

Las espumas son como las emulsiones en capas de adsorción que rodean la fase dispersa en
ambos sistemas. Sin embargo, las espumas difieren de las emulsiones en dos aspectos: la fase
dispersa es un gas en las espumas y un líquido en las emulsiones; las burbujas de gas de las
espumas son mucho más grandes que los glóbulos en las emulsiones. Las espumas son sistemas
coloidales por la delgadez de las capas que rodean las burbujas de gas, éstas son de dimensiones
coloidales o las capas tienen propiedades coloidales.

También podría gustarte