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- Equipos de FM. Los niños con hipoacusia portadores de prótesis auditivas presentan unas
dificultades añadidas en el aula escolar en que se integran:
• el ruido de fondo habitual, generado por las conversaciones de los otros alumnos
determina que la relación señal/ruido disminuya y la inteligibilidad del habla del
profesor no sea clara
• la reverberación del aula provoca una distorsión de la señal acústica
• a medida que aumenta la distancia del profesor, disminuye la intensidad de recepción
del mensaje pudiendo ocurrir que la ganancia del audífono no sea suficiente
Para paliar estos problemas se utilizan los sistemas de FM, que funcionan de la siguiente
manera: el profesor tiene un micrófono en la solapa, que se transmite como frecuencia
modulada hasta el receptor del alumno que va acoplado en su audífono retro
- Otros tipos de ayudas auditivas. Son muy diversos: despertadores provistos de vibrador,
sistemas de bucle de inducción (ondas electromagnéticas) para facilitar la audición en
teatros, salas de cine, o la televisión en la casa, sistemas de amplificación por rayos
infrarrojos, amplificadores para el teléfono etc.
III) INDICACIONES
De acuerdo con el tipo de hipoacusia y también con las particularidades propias de cada individuo,
el tratamiento puede ser médico, quirúrgico y/o audioprotésico. En el caso de que la opción sea la
prescripción de una prótesis auditiva, siempre debe hacerse a través y bajo la responsabilidad de un
médico otorrinolaringólogo por imperativo legal (artículo 3.1 de la Ley del Medicamento). En el
Real Decreto 414/1996 del 1 de Marzo en el B.O.E. nº 99 consta que la prescripción del audífono
debe realizarla un “facultativo especialista”, y, aunque no especifica el tipo de especialista, se obvia
que éste deba ser un otorrinolaringólogo.
Capítulo 33 Audioprótesis Externas. Indicaciones. Selección del tipo de
adaptación. Adaptación y evaluación de resultados.
Rehabilitación del paciente adaptado con prótesis
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Por otro lado, según el comité profesional de la Unión Europea de Audioprotesistas, el médico
otorrinolaringólogo debe facilitar la información necesaria a los profesionales encargados de la
adaptación y rehabilitación protésica (audioprotesista, logopeda, educadores) realizando de esta
manera un esfuerzo conjunto colaborando unos con otros para la adecuada atención de las personas
hipoacúsicas.
2.b. Existen una serie de condiciones o premisas que deben cumplirse para la prescripción de una
prótesis auditiva:
2.c. Los principales criterios que se valoran para la adaptación protésica son los audiométricos y
los individuales:
- Criterios audiométricos: tipo, naturaleza y grado de hipoacusia. Los datos aportados por la
batería de test audiológicos nos informan del grado y tipo de pérdida auditiva.
Al hablar de grado de pérdida auditiva nos referimos al promedio de pérdida tonal obtenido en
las frecuencias conversacionales (500, 1000, 2000 y 3000 Hz). De acuerdo con los criterios de
1997 de BIAP (Bureau International d´audiophonologie), hablamos de:
• Pérdidas leves: el umbral de audición está situado entre 21-40 dB. En estos casos la
adaptación es opcional y depende de las necesidades del paciente.
• Pérdidas moderadas: umbral entre 41 y 70 dB. A partir de aquí, la amplificación es
necesaria
• Pérdidas severas: entre 71 y 90 dB. La amplificación es imprescindible para que sea
posible la comunicación del paciente
• Pérdidas profundas: entre 91 y 120 dB. También en estos casos, es imprescindible la
adaptación protésica, aunque desde el punto de vista auditivo habría que considerar
seriamente el implante coclear.
• Cofosis: por encima de 120 dB. Generalmente en estos casos el audífono podría ser
complementario, por ejemplo a un implante coclear en el otro oído.
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Generalmente se recomienda adaptación protésica cuando los umbrales auditivos por vía aérea
en las frecuencias conversacionales se encuentran más allá de 30-40 dBHL; en general en
pérdidas de moderadas a profundas, y, en ocasiones también se prescriben en pérdidas de grado
leve (sobre todo, en niños, y evaluando cada caso de manera individual), como se resume en la
figura 5. De todas formas, esto no es un criterio absoluto, sino una medida general y siempre
debe tratarse cada caso particular en función del grado de comunicación verbal que tenga la
persona en su vida diaria social y/o profesional
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En los casos de hipoacusia bilateral y simétrica, a partir de los niveles señalados anteriormente
(pérdida media en frecuencias conversacionales mayor de 30-40 dB), y, siempre que se compruebe
que el déficit auditivo repercute en la percepción del lenguaje, está indicada la adaptación protésica
biaural. Las ventajas de la audición estereofónica biaural son claras: permite la localización
espacial de la fuente sonora, mejora la audición cuando hay ruido de fondo y la inteligibilidad
global de la palabra hablada. Muchas veces los pacientes son reacios al uso de dos audífonos, casi
siempre por razones económicas, por lo que debemos explicar claramente las ventajas de la
estereofonía. La recomendación en este supuesto es que el paciente lleve las prótesis auditivas
durante la mayor parte de las horas del día.
Por lo general, resultan más complejos los casos de hipoacusias asimétricas. Cuando las
diferencias entre ambos oídos no son muy marcadas (aproximadamente hasta 30-40 dB de
diferencia interaural), generalmente la adaptación biaural es la recomendación más aceptable. El
problema surge cuando existe una gran asimetría entre los umbrales de los dos oídos, ya que si la
diferencia es muy importante, es posible que no tolere la adaptación biaural. En estas circunstancias
no hay normas generales, de forma que cuando se trata de una hipoacusia asimétrica, nos guiamos
por los resultados obtenidos en las pruebas verbales comparando los resultados con adaptación
monoaural versus biaural así como la información que nos ofrece el paciente. Muchas veces, en las
hipoacusias muy asimétricas podemos encontrarnos en una de estas dos circunstancias:
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- Prescripción: el único capacitado por ley para prescribir tratamientos sobre las enfermedades
del oído es el médico o el otorrinolaringólogo. Las prótesis auditivas son desde el punto de
vista legal un producto sanitario de tipo terapéutico y por lo tanto deben prescribirlas los
facultativos (Ley del Medicamento 25/1990. Real Decreto 414/1996). El R.D. 62/2001 Anexo
2.1.1. expone que la competencia general del audioprotesista es: “a partir de la prescripción
médica, seleccionar, montar, reparar y adaptar prótesis para la corrección de las deficiencias
auditivas…” y en el 2.1.2.a) “interpretar una prescripción médica obteniendo una visión global
del problema”. El otorrinolaringólogo debe tener conocimientos básicos sobre el
funcionamiento de las prótesis auditivas, que deberá actualizar periódicamente. En caso
contrario, no estaría capacitado para hacer la prescripción.
- Adaptación: La adaptación de una prótesis auditiva requiere ciertos conocimientos que son
propios de la profesión de audioprotesista (R.D. 62/2001):
Capítulo 33 Audioprótesis Externas. Indicaciones. Selección del tipo de
adaptación. Adaptación y evaluación de resultados.
Rehabilitación del paciente adaptado con prótesis
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• Seguimiento médico de los pacientes adaptados. El especialista debe dar el visto bueno a
la adaptación, para lo cual debe poseer unos conocimientos básicos y actualizados acerca
de las prótesis auditivas. Aunque el mantenimiento es labor del audioprotesista, no es
inusual que ante un problema, acudan en primer lugar a nosotros para una primera
orientación. Por supuesto en las visitas de seguimiento, haremos especial hincapié en la
otoscopia, ya que no son infrecuentes problemas que debemos tratar (a veces, de forma
reiterada) como dermatitis, eczemas y tapones de cera.