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LA COMUNIDAD

EN EL CENTRO
DE LA ACCION SOCIAL
El presente artículo se centra en la ne- mente nuestro ser "junto a otros", nues-
cesidad de implementar nuevos instru- tro propio "ser social".
mentos de acción social más adecuados al
conjunto de problemáticas sociales que En el marco de la sociedad actual, y
se producen en hoy en Euskadi. En este podemos tomar Euskadi como referencia,
sentido, el autor del trabajo considera que el entorno inmediato en el cual nos de-
la intervención comunitaria y las políticas senvolvemos limita e incluso determina el
que sitúan a la comunidad en el eje de la estilo de vida. No es una cuestión baladí,
acción social están llamadas a definir el puesto que la calidad de vida que nos
modelo de servicios sociales de la próxi- ofrece un espacio es, en la mayoría de los
ma década. casos, el argumento que nos lleva a asen-
tarnos en un lugar o en otro: la red de
equipamientos, la seguridad ciudadana,
los espacios verdes, los viales de comuni-
1. LA COMUNIDAD ESTA EN EL cación, etc. El precio de la vivienda gene-
CENTRO DE LA VIDA ralmente cuantifica estas pretensiones,
CONTEMPORANEA hasta el punto de que, en general, casi to-
dos tendemos a adquirir la vivienda más
cara que podemos permitirnos según los
Desde el comienzo de los tiempos está estándares habituales.
abiertamente constatado que todas las
personas tenemos la vocación de vivir De esta forma consciente o incons-
junto a otras personas, de convivir. En el ciente, cuando las personas nos asenta-
fondo esto no deja de ser una obviedad: el mos en un entorno concreto, prolonga-
ser humano es un ser evidentemente so- mos hacia fuera las expectativas que
cial. Por eso nos interesa más una lógica nacen en el interior de los hogares, con-
inferencia de este principio: todas las per- virtiendo las calles en espacios vitales y
sonas tenemos la natural tendencia a vivir experienciales. Nuestras vidas, las de to-
en algún tipo de comunidad. das las personas, discurren en un barrio,
en un municipio, en una comunidad más
Y efectivamente el hecho es que, a o menos difusa en la cual surgen toda cla-
fuerza de decirlo tantas veces, de creerlo se de acontecimientos que involucran for-
un hecho natural, esto se ha convertido en zosamente a cuantos viven en ella. Ya se
un hecho latente. El concepto de comuni- trate de lugares elegidos o asumidos, de
dad ha pasado a formar parte del conjun- vecinos afines o extraños, la comunidad
to de realidades incuestionables de la vida es en esencia el lugar en el que las perso-
cotidiana. Una vida concreta, que nos si- nas establecen los pilares más estables de
túa en un marco convivencial específico sus vidas. Hablamos ya del contexto so-
que, a su vez, condiciona considerable- ciológico propio de esta época, y precisa-
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mente como tal, todas sus características an sus propios espacios y tejen redes de
han de ser estudiadas y analizadas ex- supervivencia.
haustivamente, tanto las positivas (dina-
mismo, creatividad, cultura, diversidad de
equipamientos), como las negativas (pro-
blemáticas sociales, inseguridad, delin- 2. LA COMUNIDAD VA MAS ALLA DE LO
cuencia, degradación del medio físico, en- QUE ENTENDEMOS COMO TAL
fermedades psicosociales, etc.).
Y hablando del sitio donde construi- Pero si estamos atribuyendo al entor-
mos nuestra vida, no podemos dejar de no comunitario tal trascendencia en la
mencionar aquellos lugares en los que la vida de las personas, es justo que le aten-
dualización inherente a nuestra sociedad damos en toda su dimensión, con sus ca-
nos lleva a descomponerla, a deteriorarla. rencias pero también con sus potenciali-
Indudablemente, vivir hoy en ciertas zo- dades. De hecho, la comunidad va
nas de nuestra geografía es ya, de hecho, bastante más allá de lo que solemos co-
un factor de exclusión social. Los últimos nocer como tal. A pesar de que la mayoría
estudios relacionados con el impacto de la veamos entorno físico, edificios y calles,
pobreza y la exclusión social en Euskadi1 hay que empezar por decir que una comu-
nos hablan inequívocamente de un fenó- nidad, antes que un conjunto de infraes-
meno concentrado, localizado en áreas tructuras, es un grupo de personas. Per-
francamente deterioradas de nuestra geo- sonas unidas entre sí por una sutil red
grafía: Altza e Intxaurrondo en Donostia; social tejida por multitud de elementos:
San Francisco, Bilbao La Vieja, Otxarkoa- vínculos naturales y espontáneos, objeti-
ga, Peñascal o Zorrotza en Bilbao; Abetxu- vos comunes, sentimientos, pensamien-
ko y el Casco Viejo en Vitoria; Rivas en tos y emociones, acciones de cooperación
Sestao; Pasaia; Lamiako en Leioa; Cabie- y competencia, etc. En cualquier caso un
ces en Santurtzi; Retuerto y Burceña en grupo especial, orgánico en cierto modo,
Barakaldo; etc. La lista es amplia. distinto de la mera agrupación casual de
vecinos y vecinas. En definitiva, un espa-
Con orígenes bien distintos pero pro- cio social con varias características defini-
blemas recurrentes, la combinación de das, que se interrelacionan y que pueden
factores ha contribuido a crear guetos ur- ayudar a entendernos el papel que la co-
banos que funcionan como un imán para munidad, entendida de esta manera, está
los fenómenos de exclusión social. Ya sea llamada a ejercer en cualquier tipo de ac-
a causa de la ruina industrial, de la inmi- ción social.
gración -legal o ilegal-, de la concentra-
ción de la pobreza, de la resistencia a la En primer lugar hay que decir que se
homogeneización cultural, del paro, de la trata de una agrupación previa a toda in-
infravivienda, del aislamiento social, de la tervención. Es más, previa a toda planifi-
carencia de equipamientos o de la degra- cación de trabajo que se pudiera hacer so-
dación ecológica y urbanística, es un he- bre ella. Esto, que pudiera parecer una
cho que importantes contingentes de po- obviedad, tiene importantes repercusio-
blación han quedado hacinados en nes sobre el posicionamiento y las actitu-
espacios socialmente "quemados". Luga- des que cualquier persona que quiera in-
res a los que pocos quieren ir a vivir y de tervenir sobre ella debiera observar antes
los que muchos quieren marchar. Barrios de enfrentarse a su trabajo. Toda comuni-
visualmente impactantes, objeto de un ur- dad posee unas características propias,
banismo desolador, caótico y falto de es- una dinámica evolutiva específica y una
pacios libres, absolutamente desprovistos forma de organización exclusiva, todas
de infraestructuras y decididamente aje- ellas diferentes y difícilmente aplicables a
nos a los estándares de calidad de vida otras realidades comunitarias. Por esto, el
contemporáneos. Pero, a fin de cuentas, hecho de preexistir a toda forma de acción
vecindarios, a veces comunidades, donde social nos tiene que conducir a la convic-
viven personas que, inevitablemente, cre- ción de que tienen que existir recursos la-,
tentes y virtudes previas. Valorar estas po-
tencialidades es casi siempre el primer
1
Fundamentalmente la Encuesta de Pobreza y paso para cuestionar, desde la modestia,
Desigualdades Sociales, publicada por el Departa- nuestra capacidad de aportar nuevos re-
mento de Justicia, Trabajo y Seguridad Social del cursos y nuevas formas de solucionar pro-
Gobierno Vasco en 1997 y los estudios presentados
durante 1999 por el mismo Departamento de cara a blemas que casi siempre vienen de atrás.
la tramitación parlamentaria de la Carta de Derechos No es más que modestia, pero nunca vie-
Sociales. ne mal.
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Por otro lado, hablamos un grupo que Ahora bien, es cierto que no toda perte-
está en constante evolución, lo cual exige nencia es solidaria y, por ende, participati-
sagacidad y flexibilidad para interpretar va, activa en cuanto a sus propios proble-
los cambios sociales, las transformacio- mas. Es más, frecuentemente hablamos de
nes socioeconómicas, las tendencias de- una identidad latente, adormecida, que no
mográficas y sociográficas, etc. Es impor- aún no se ha articulado sobre esos ejes que
tante comprender que este dinamismo llevan a las personas a sentirse partícipes,
inherente a la comunidad, le confiere la a expresar esa conciencia de vinculación a
cualidad de ser capaz de enriquecerse, de un espacio a través de la participación. A la
fortalecerse con cada recurso que se le in- luz de esta afirmación, suele ser clarifica-
corpora. A medida que va tomando con- dor, (como actores sociales, pero también
ciencia de sí misma (es decir, a medida como personas que se sitúan ante su pro-
que va adquiriendo identidad y sus miem- pia vida) analizar el modo de vida urbano
bros recuperan el sentimiento de perte- contemporáneo. Una forma de organizar
nencia y la conciencia social) sus poten- nuestra vida impuesta o quizás meramente
cialidades se van haciendo realidad. El propuesta (detrás de todo posicionamiento
trabajo se facilita, puesto que la propia co- ante la vida siempre hay una persona con
munidad va asumiendo (está en condicio- voluntad) a través de una serie de actitudes
nes de asumir) las funciones que antes de- que atentan directamente contra el modelo
legaba. de vida en comunidad: individualismo,
competitividad, jerarquía, mesocracia, ais-
No deja de ser cierto, por otro lado, lamiento social, etc. Parece un tópico, pero
que la comunidad se organiza en un espa- la tendencia del estándar de vida actual se
cio geofísico concreto, con unas limitacio- orienta un habitat aislado (¿quién no aspi-
nes geográficas y unos condicionamien- ra a vivir en un chalet del extrarradio?) y a
tos urbanísticos. Un espacio habitado por una actividad profesional lo suficientemen-
personas que tienen unos vínculos entre te lucrativa como para mantener la familia
sí, pero que mantienen su individualidad, nuclear dentro de un espacio cerrado y es-
sus propias necesidades y una enorme table. Bajo este prisma de aislamiento so-
cantidad y variedad de intereses con- cial, indudablemente la comunidad desa-
tradictorios. De hecho, más que una parece en favor de la familia. Es bueno
agrupación de personas, ya estamos en entenderlo para saber cuando estamos
condiciones de comprender que una co- ante una comunidad y cuando no, cuando
munidad es una trama de relaciones so- podemos aprovechar el caudal acumulado
ciales. Una red social que se extiende más por la red social y cuando sólo nos quedan
allá de grupos y personas, permitiendo las personas y los grupos primarios, en de-
describir relaciones sociales complejas finitiva, cuando hablamos de comunidad, y
que incluyen en su entramado a grupos y cuando de mera yuxtaposición de edificios
a otros conjuntos (Mayer, 1980). habitados.

Por último, y aquí viene la clave, la co- Quizás por eso, muchos profesionales
munidad representa un área social forma- de la acción social han optado por la re-
da por personas que tienen un sentimien- construcción de este sentimiento de perte-
to de pertenencia y de identidad social. nencia como uno de los ejes claves de la
Forjado por múltiples avatares y reforzado intervención comunitaria. La necesidad de
por variadas circunstancias, el sentimiento sentir la comunidad, de experimentar soli-
de pertenencia marca definitivamente la daridad, pertenencia, conexión emocional
existencia de una comunidad. Sin él no e identidad de grupo se erige como el ins-
hay identidad, y resulta estéril esforzarnos trumento capaz de generar recursos cuan-
en focalizar nuestra acción sobre una co- do estos son escasos, es decir cuando no
munidad que en realidad no lo es. Las si- están en el entorno familiar nuclear. Por
nergias comunitarias, la gasolina que eso hablamos de la comunidad como un
alimenta el motor de la intervención co- instrumento pionero y privilegiado en ma-
munitaria, sencillamente no existen fuera teria de acción social. Porque siendo váli-
de este espacio. Y esto es así porque la do para generar cualquier tipo de recurso,
persona que vive en comunidad, en este lo es más aún cuando hablamos de pro-
contexto, siente e intuye que las otras per- blemas sociales. Es en las zonas desfavo-
sonas que se encuentran a su alrededor, recidas, en esos "espacios quemados"
piensan y actúan como ella misma, al me- que mencionábamos antes, donde urge la
nos en lo que respecta al conjunto de acti- creación de unas sinergias que no pueden
tudes y problemas que se desarrollan en surgir por otras vías (poder adquisitivo,
su entorno cercano (Mann, 1978). cultura, prestigio social). En efecto, es en
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estos ámbitos donde la vinculación de la pamientos comunitarios: escuela, amista-
persona a un espacio común, a una forma des4, alternativas de ocio y tiempo libre,
de vida, va a servir de catalizador para la dotaciones socioculturales y deportivas,
resolución de problemas que potencial- etc. Es una tarea íntimamente relacionada
mente afectan a toda la comunidad. Como con el control social que legitima la esta-
anticipábamos con anterioridad, la comu- bilidad social y que, a su vez, se traduce
nidad deja de ser un conjunto de personas, en un modelo de estratificación social vin-
edificios y equipamientos para convertirse culado a las estructuras de poder social e
en un espacio de relación social estable. económico, de prestigio y de división so-
cial vigentes en la comunidad y en la pro-
Y en el fondo esto sí que es determi- pia sociedad en su conjunto.
nante para la intervención social. Para po-
der minimizar los efectos de la progresiva Son funciones claves en la construc-
despersonalización de los medios urba- ción de la red social, y es necesario verlo
nos son necesarias -imprescindibles- las así, pero que no se reducen a la reproduc-
relaciones de sociabilidad, el apoyo, la ción del sistema de valores imperante. Al
ayuda mutua y el intercambio informal tratarse de una trama de relaciones socia-
entre los vecinos. La tarea del profesional les, la comunidad también incide sobre
tiene que consistir, pues, en la moviliza- toda una serie de canales dirigidos a en-
ción y dinamización del recurso por exce- cauzar las aspiraciones de participación
lencia del barrio: el/la vecino/a. Para ello social democrática, principalmente a tra-
tendrá que incidir sobre las relaciones de vés de organizaciones y asociaciones co-
sociabilidad, sobre los intercambios, so- munitarias y un buen conjunto de servi-
bre las organizaciones formales y sobre cios de apoyo social formal (servicios
las asociaciones informales, recogiendo sociales) e informal (grupos de autoayu-
inquietudes y potenciando su manifesta- da, familia, vecindad).
ción pública y privada.
Como podemos comprobar, se trata de
Con este acercamiento superficial, he- una vasta amalgama de funciones, cada
mos llegado a una definición descriptiva, una de las cuales abre novedosas y fecun-
pero también funcional y operativa, pues- das vías de trabajo. Por eso, antes de en-
to que reunimos en ella todos los recursos frentarse a la tarea de intervenir como pro-
disponibles en la praxis social: la comuni- fesional, es importante aprender que la
dad pasa a ser considerada el centro de la comunidad no la construyen ni los políti-
actividad de grupo, de la organización ins- cos ni los trabajadores sociales (a veces
titucional básica y del desarrollo de la per- únicamente cooperan en su destrucción),
sonalidad humana. sino las personas que la hacen suya. Los y
las profesionales únicamente aportan sus
cualidades y conocimientos en una prácti-
3. LA COMUNIDAD COMO SUJETO DE LA ca que debe ser creativa y crítica. Creativa
INTERVENCION SOCIAL en la medida en que nos convenzamos to-
dos y todas de que las situaciones de crisis,
sólo pueden superarse con un espíritu
Cuando hablamos de tomar la comuni- abierto a nuevas fórmulas de trabajo. Críti-
dad como sujeto de la acción, tenemos en ca porque su misión consiste en crear es-
mente aprovechar sus particularidades en pacios de reflexión y debate en los que las
beneficio de la intervención. En este senti- personas aprendan a conocerse personal
do, la comunidad nos permite incidir so- y mutuamente, a interpretar la realidad y a
bre algunas funciones sociales que tras-
cienden de la esfera de lo individual (y
sobre las cuales no tendríamos margen de La familia, además de cumplir otras funciones,
maniobra si nos centrásemos exclusiva- establece el puente de relación entre el individuo y la
mente en las personas). Entre dichas fun- sociedad. De su capacidad para favorecer un clima
ciones juega un papel fundamental la pro- favorable, adecuado al cumplimiento de esta fun-
ción, dependerá el que sus miembros tengan un ám-
ducción y d i s t r i b u c i ó n de bienes y bito relacional y de interacción social más o menos
recursos (sobre todo sociales). También la sano.
socialización2 de los individuos que for- El tipo de relación con las amistades es indu-
man parte de ella, función compartida con dablemente muy significativo, puesto que evidencia
el grado de sociabilidad real de personas y familias
la familia3 y repartida entre diversos equi- con su entorno. Los últimos datos referidos a pobla-
ción vasca revelan que las familias con un estatus
más elevado acostumbran a relacionarse, principal-
2
Socialización entendida como la transmisión mente, con amigos, mientras que las menos acomo-
consciente o inconsciente de valores, conocimien- dadas, por el contrario, lo hacen sobre todo con ve-
tos, actitudes y pautas de conducta. cinos (EUSTAT, 1995).

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actuar sabiendo que tienen en sus manos modelos basados en las teorías psicoanalí-
la llave del cambio. El cambio es básico, ticas para pasar a centrarse en otros mo-
pero también lo es la conciencia de que delos más eclécticos, que integran una
éste es posible y está al alcance de todos y pluralidad de sistemas teóricos y de expe-
todas, aunque no sean profesionales. riencias prácticas. Esto se traduce en nue-
vos esquemas ideológicos que, como
mencionábamos antes, ya no ponen el
4. TRABAJANDO EN CLAVES NUEVAS:
acento en la terapia individual y la solución
LA INTERVENCION COMUNITARIA de crisis en el corto plazo, sino en la adop-
ción de un marco de referencia que hable
de personas (unas veces actores, otras ve-
Etimológicamente, la intervención co- ces usuarios) y que posibilite determinar
munitaria no es más que un modelo de comunitariamente el problema y los objeti-
atención social (es decir, centrado en la re- vos a alcanzar. Un marco de referencia nue-
solución de problemas circunscritos al vo, que utiliza la teoría de los sistemas y las
ámbito de lo social) que se centra sobre diversas teorías de la comunicación, y que
un grupo humano ligado por lazos de ve- -esto es muy interesante- se acostumbra a
cindad. Profundizando más en este con- trabajar en varias dimensiones a la vez (pa-
cepto, podemos hablar de la comunidad reja, familia, entorno social...). En cualquier
como protagonista, sujeto de una acción caso, un esquema que supone una aproxi-
social que se caracterizaría por explotar la mación al trabajo social de un modo distin-
capacidad de la propia comunidad de re- to, mucho más laborioso, matizando las
solver los conflictos generados en su nociones de causalidad y de responsabili-
seno. No es una definición fácil ni común- dad, y fijando la atención sobre el proceso
mente aceptada, en la medida en que aún personal y comunitario como garantía del
no se trata de una categoría delimitada. equilibrio del sistema. La pluralidad de mo-
En cualquier caso, lo que sí estamos en delos a disposición de nuestros agentes
condiciones de afirmar es que la interven- sociales proporciona un panorama bastan-
ción comunitaria es un instrumento clave te amplio de la dimensión individual, fami-
en el marco de la acción social en Euskadi. liar y vecinal del trabajo en la comunidad.
Es una afirmación rotunda que, no obs- Despliega ante los profesionales de lo so-
tante, se infiere de la incapacidad demos- cial un enorme abanico de funciones y ro-
trada por el sistema tradicional de servi- les: informante, defensor, mediador, orien-
cios sociales a la hora de hacer frente a tador o educador; proporcionar modelos
problemas que trascienden de la esfera in- de conducta, intervenir en el sistema fami-
dividual o familiar. Hoy más que nunca es liar; mostrar nuevas formas de actuación,
absolutamente necesario dotar a los ser- etc. Son enfoques altamente socializado-
vicios sociales de base foral, pero sobre res y francamente alternativos que de-
todo local, de recursos adecuados que fa- muestran continuamente la necesidad de
vorezcan la acción integral sobre aquellas replantear la práctica de la intervención so-
variables que puedan propiciar cambios cial ante la emergencia de nuevos proble-
definitivos: en este caso la comunidad, el mas sociales en la sociedad vasca.
entorno capaz de generar exclusión e in-
tegración entre sus miembros. En este caso, los modelos de interven-
ción desarrollados en el entorno vasco
Pero el trabajo no queda aquí. Una vez son lo suficientemente específicos, es de-
claro el modelo, será preciso concretar la cir, se encuentran tan adaptados a realida-
acción sobre la base de unas metodologí- des concretas, y están tan desperdigados,
as amplias, variadas y, por qué no, utópi- que no se puede decir que respondan a un
cas, generalmente heredadas de expe- patrón estratégicamente programado de
r i e n c i a s ya desarrolladas en otros intervención5. Como apuntábamos ante-
contextos. Estas pueden y deben ir desde
la reivindicación hasta el compromiso, pa-
sando por la creación de espacios propios Es realmente complicado rescatar del anoni-
de identidad (culturales, ideológicos) y de mato modelos de trabajo integral en la comunidad
alternativas válidas frente a los valores de que puedan adaptarse a los parámetros descritos. Al-
masas. Son metodologías que necesitan gunos ejemplos válidos podrían venir representados
siempre de un posicionamiento ideológi- por Gazteleku y Bidegintzan en Bilbao, Berpiztu en
Donostia, o Goiztiri en Barakaldo. Con el paso del
co que absorba los planteamientos de tiempo y algunas modificaciones, también podrían
fondo, las cosmovisiones yacentes. llegar a incluirse iniciativas forales agrupadas en tor-
no a la Sección de Programas Comunitarios (Gipuz-
En este sentido, las tendencias que vie- koa), los Equipos de Intervención Socioeducativa
nen de Europa parecen distanciarse de los (Bizkaia) o el Servicio de Acción Comunitaria (Araba).

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riormente, pocos de ellos (muchos difícil- dicios de un modelo de identidad comu-
mente se pueden considerar intervención nitaria, caracterizado por la creencia de
comunitaria) se pueden identificar con al- que el compartir un entorno físico (el ve-
guna de las construcciones teóricas clási- cindario) proporciona a la persona un
cas gestadas en el ámbito de la psicología conjunto de expectativas en virtud de las
comunitaria (Pons, 1995). cuales ésta llega a pensar que los indivi-
duos que están a su alrededor actúan,
Dentro de los enfoques con los que se piensan y sienten como ella. Gestado a
aborda el trabajo en la comunidad, uno de través de un pasado común (generalmen-
los más extendidos es el psicosocial, por te mejor), se va creando un sentimiento
cuanto es capaz de adecuar sus procedi- de pertenencia al barrio, que define a la
mientos y técnicas a diferentes contextos. comunidad y se consolida a través de una
Apuesta por estudiar al individuo en sus relación permanente entre persona y en-
características definidas por su relación torno físico/social. Este sentimiento nace
con el medio. Presenta la ventaja de valo- de la vinculación de las personas a un es-
rar el factor territorial de los sujetos que in- pacio común y a una forma de vida relati-
tegran la comunidad, y de apostar por la vamente similar, que es capaz de producir
redimensionalización de la persona a tra- una conciencia de que existen problemas
vés de su socialización dentro de un grupo comunes. En la medida en que cada uno
concreto, con sus representaciones socia- percibe como miembros de la comunidad
les y valores culturales e ideológicos pro- al resto de los vecinos, considera que
pios. Constituye un esquema de trabajo comparte una experiencia subjetiva con
muy interesante para aquellas comunida- el resto.
des con un fuerte componente de pobla-
ción de etnia minoritaria (fundamental- Una vez que se crea el sentimiento de
mente gitana, pero también magrebí, pertenencia, automáticamente viene un
portuguesa o subsahariana), como pue- cierto grado de cohesión y de apoyo mu-
dan ser Otxarkoaga o Zorrotza en Bilbao. tuo, aunque sea meramente moral. Esta
cohesión social favorece siempre el desa-
La perspectiva ecológica6 parece más rrollo de los miembros de la comunidad,
adecuada para aquellas comunidades ge- satisfaciéndose indirectamente sus nece-
ográficamente incomunicadas, con pro- sidades sociales, manifestadas o no. So-
blemáticas específicas asociadas a paro o bre esta base las actuaciones se orientan a
emigración (Peñascal en Bilbao, Lamiako la activación de recursos sociales capaces
en Leioa, Cabieces en Santurtzi o Intxau- de fomentar las relaciones de sociabilidad
rrondo en Donostia). Esta pone el acento e intercambio informal entre vecinos. Las
en la interacción entre individuo, comuni- asociaciones vecinales constituyen cualifi-
dad y medio, creando un universo propio cados puntos de encuentro en la medida
(el vecindario) en el que todos los elemen- en que facilitan las relaciones interperso-
tos que lo componen están interrelaciona- nales y dan cauce a las vocaciones de par-
dos entre sí. De esta manera se posibilita ticipación en tareas comunitarias (Chavis y
en gran medida la investigación e interac- Wandersman, 1990).
ción sobre las relaciones que se producen,
las conductas y actitudes, los recursos, los Tratándose de un modelo válido para
equipamientos comunitarios y su influen- prácticamente todas las comunidades, sin
cia sobre las relaciones psicosociales, etc. embargo, aquellas cimentadas sobre la
Un modelo que, en cualquier caso es un base de procesos de reconversión indus-
referente básico para todo proyecto de in- trial con graves problemas de paro estruc-
tervención comunitaria, puesto que pone tural (Trintxerpe, Pasaia, Retuerto en
el acento sobre un sistema coherente -el Barakaldo o Rivas en Sestao) son más
barrio- en el que cada elemento tiene su proclives a pautas de activación social, ge-
importancia y su influencia. neralmente manifestadas a través de gru-
pos de autoayuda. Este es un modelo que
Por otro lado, en determinadas expe- se centra en la capacidad innata de las
riencias centradas en el barrio de San personas de autoorganizarse e intervenir
Francisco de Bilbao pueden atisbarse in- decisiva y positivamente sobre sus pro-
pios problemas. Desde este eje, esta teo-
ría propugna la necesidad de que las per-
6
El modelo ecológico nace en un intento de in- sonas asuman el control de sus propias
tegrar los últimos avances en materia de psicología vidas e intenten resolver sus problemas
con las teorías ambientales y, actualmente, puede solidariamente. Los agentes sociales que
considerarse el primer paso hacia un terreno poco
explorado: la psicología comunitaria como categoría desarrollan su trabajo en la comunidad
conceptual. tienen como misión ayudar a las personas
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a conocer sus propias capacidades y habi- participativo. Por un lado, la participación
lidades, de manera que se reconozcan a sí social representa la fuerza vital de todos
mismos como agentes de cambio social. los cambios sociales importantes; por el
Los recursos sociales se multiplican en otro implica la asunción de compromisos
progresión geométrica desde el momento individuales y colectivos a la hora de ge-
en que todo vecino acaba convirtiéndose nerar recursos inéditos en una comuni-
en un recurso en sí mismo. Una vez que se dad. A pesar de que pudiera parecer una
ha creado esta dinámica, el objetivo cen- obviedad es una realidad que la mayoría
tral consistirá en estimular, mantener y de las intervenciones desarrolladas en
optimizar este nuevo caudal de fuerza me- nuestro entorno, el vasco, han descansa-
diante técnicas motivacionales, creación do sobre un modelo de ayuda social pro-
de estructuras democráticas, manteni- fesionalizada, burocratizada, que ha
miento de una cierta autonomía frente a abierto una difícil dicotomía entre las per-
presiones, etc. sonas que otorgan la ayuda y las que la
reciben. Lamentablemente, la divergen-
Desgajado de este molde, algunas or- cia entre agentes sociales y comunidad se
ganizaciones de autoayuda que toman ve plasmada hoy en la escasísima partici-
como base la comunidad han activado un pación de ésta en la elaboración, modifi-
modelo de apoyo social que viene a reco- cación y evaluación de los programas so-
nocer a ésta la capacidad de intervenir ciales.
positivamente sobre los fenómenos de
estrés que pudieran sufrir sus miembros. Y si hablamos de participación, nece-
Vienen a decir que, independientemente sariamente lo hacemos de protagonistas:
de la capacidad de la persona de superar los ciudadanos y ciudadanas. Estos nunca
por su cuenta las situaciones de estrés, el deben resignarse al papel de meros re-
hecho de colaborar en una organización y ceptores de los servicios públicos institu-
poder acceder a diversas redes sociales, cionales, sino que más bien, al contrario,
va ayudar a las personas a superar sus han de aspirar de una u otra forma a un
problemas. Este conjunto de factores que papel activo en el diseño de las planifica-
influyen positivamente sobre la persona ciones que les conciernen. Siempre con la
configura el llamado apoyo social7, com- convicción de que participar nunca su-
puesto de una faceta afectiva -el aumento pone garantizar el resultado de dicha
de la autoestima que produce sentirse participación, ni tan siquiera que las apor-
aceptado, valorado, comprendido-, otra taciones deban ser constructivas. La parti-
formativa -nuevos puntos de vista, infor- cipación puede ser instrumental, contes-
mación, posibles soluciones- y otra ma- tataria, reivindicativa o proyectada, pero,
terial -prestaciones, servicios, ayudas en cualquier caso, en sí misma constituye
concretas-. Resulta altamente transfor- una necesidad humana que reviste las ca-
mador y alternativo en la medida en que racterísticas de derecho y deber social.
se fundamenta en la reciprocidad de la re- Las experiencias reunidas en torno a la
lación de ayuda, en un plano de igualdad. Mesa por la Rehabilitación de los barrios
Se han observado experiencias de este de San Francisco, Bilbao la Vieja y Zabala,
tipo en intervenciones puntuales (fre- en Bilbao, son un buen espejo para mode-
cuentemente de tipo sectorial8) desarro- los pioneros.
lladas en el Casco Viejo vitoriano y en al-
gunos barrios castigados de Bilbao y En resumen, cuando decimos que
Donostia como Olabeaga, Arangoiti, Alta- consideramos a la intervención comuni-
mira o Altza. taria como la forma idónea de trabajo
para la recuperación del tejido social vas-
No obstante lo dicho, parece que el co lo hacemos porque hablamos de un
modelo clave en materia de intervención modelo nuevo e innovador en lo que a ac-
social viene constituido por el modelo ción social se refiere. En el fondo se trata
de una opción por una intervención social
7 que busca la ruptura con los esquemas
Cobb lo definió como "la información que lle- tradicionales terapéuticos y clínicos en
va al sujeto a creer que es querido y cuidado, que es
estimado y valorado, que pertenece a una red de co- los que se han inspirado los servicios so-
municación, compartiendo con los demás indivi- ciales públicos y privados en el ámbito de
duos8 obligaciones mutuas". Euskadi.
Fundamentalmente grupos de parados, jubila-
dos o amas de casa y colectivos de personas afecta- Hasta hace relativamente poco (e indu-
das por algunas actuaciones urbanísticas. En ciertas
comunidades éste papel lo han representado asocia- dablemente arrastramos esta mentalidad
ciones de tipo religioso (cultos evangélicos, activida- en lo concerniente a los sectores tradicio-
des en torno al imán de una mezquita, etc.). nales de actuación social) la atención a
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"marginados"9 en Euskadi se ha venido 5. ORIENTAR LAS POLITICAS SOCIALES
alimentando de un etiquetaje previo que A LA PROMOCION DE LA
definía a la persona en función del proble- COMUNIDAD
ma que le asolaba. La actuación venía de-
terminada por un proceso de identifica- Frente a la pretensión globalizadora de
ción altamente excluyente. El objetivo las más importantes políticas sociales de
fundamental de las intervenciones apun- la CAPV10 y frente a aquellos remedios ho-
taba a la curación del "enfermo", lo cual mogeneizadores que buscan la piedra fi-
nos llevaba, sin remisión, a un modelo de losofal, proponemos la vuelta a lo local y
trabajo basado en unas metodologías a lo comunitario como el ámbito propio e
muy específicas por todos conocidas: se- indelegable de la intervención social y
paración del entorno (familia y comuni- como contrapartida a la universalización
dad), inclusión forzosa en programas ins- de las soluciones políticas. El desarrollo
titucionales (alejados del medio natural), de lo local pretende por todos los medios
gestión burocrática desde aparatos profe- movilizar y dinamizar los recursos socia-
sionalizados, etc. Se trataba por todos los les de nuestros barrios empobrecidos en
medios de adaptar a la persona margina- busca de una mejora concreta y palpable
da a la sociedad, para lo cual se utilizaban de las condiciones de vida a medio y largo
metodologías individualizadas, en las plazo. Se trata de un fenómeno endógeno
cuales se reforzaba el rol de los protago- -propio de la comunidad y absolutamente
nistas sociales: "marginado" y agente so- indelegable-, interdependiente e inte-
cial. grado.
Esta perspectiva cambia cuando con- Al situar los proyectos de integración
tamos con la intervención comunitaria social de personas en conflicto en el mar-
como factor de integración social. La exu- co de la promoción y del desarrollo comu-
berancia de este modelo en cuanto a los nitario, establecemos directamente la re-
recursos de los que puede disponer en l a c i ó n existente (y absolutamente
momentos puntuales lo convierte en un infravalorada en la mayoría de los casos)
instrumento de intervención muy cualifi- entre las necesidades existentes en el me-
cado. Por un lado permite generar inter- dio social -el entorno- y las capacidades
venciones informales entre los propios que todos los grupos humanos poseen.
miembros de la comunidad en un plano Trabajar por la mejora de las habilidades
de igual a igual, de manera que reduce sociales de los miembros de la comuni-
considerablemente las actitudes exclu- dad es, en el fondo, capacitarles para in-
yentes, marginantes; por el otro convierte tervenir decisivamente en la resolución de
a los usuarios en nuevos recursos sociales los conflictos que surgen -y que surgirán-
de cara a hipotéticos o previsibles conflic- en su propio entorno. Así conseguimos
tos sociales que pudieran surgir. De he- que la inserción se convierta en aporta-
cho, -y esto es de una gran riqueza- es ción responsable y personal a la comuni-
muy probable que "interventor" y "usua- dad, en vez de una carga social pasiva
rio" vean sus roles intercambiados en fu- (uno de los problemas más graves del
turas interacciones dentro de la propia co- modelo vasco de lucha contra la pobreza
munidad. y la exclusión social). Además se evita una
de las peores lacras del actual modelo de
En este sentido, constituye una opor- servicios sociales: la creación de nuevos
tunidad interesante de "mestizar" un esti- núcleos de marginación socialmente
lo de acción social en el que aún hoy adaptados a un ritmo de vida totalmente
predomina un voluntariado social prove- dependiente del sistema de protección vi-
niente de las clases medias (Giner y Sara- gente.
sa, 1995). En el ámbito de la acción social,
continúa siendo difícil hacer participar a Desde esta perspectiva de metodolo-
las clases más desfavorecidas, sobre todo gía participativa, en la que el individuo tie-
en actividades ajenas a sus propias pro-
blemáticas individuales. Es uno de los re- Fundamentalmente nos referimos a un variado
tos que la inserción social a través de conjunto de disposiciones que aún no han consegui-
la comunidad está en condiciones de do descender correcta y adecuadamente del plano
afrontar. autonómico a los niveles locales: el Plan de Lucha
contra la Pobreza y sus correcciones periódicas (des-
de el Decreto 28/89 hasta el 199/99), la propia Ley
contra la Exclusión Social (12/98) y las dos leyes de
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Personas "marginadas" en el sentido etimoló- Servicios Sociales (6/82 y 5/96). En una interpreta-
gico de la palabra: personas diferentes, que no enca- ción más amplia también se pueden incluir otras le-
jan en las pautas fundamentales de la estructura so- gislaciones, como pudieran ser las relacionadas con
cial imperante. las Fundaciones (12/94) o el Voluntariado (17/98).

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ne el derecho a definir sus necesidades y el fondo, en cualquier grupo humano.
a usar sus propias potencialidades para Constatadas las repercusiones que en los
resolverlas, no existen diferencias esen- niveles de gasto social ha tenido la crisis
ciales entre trabajar con una persona o del Estado de Bienestar, el modelo que
trabajar con un grupo. Esto es así porque aquí apuntamos sugiere dedicar esfuer-
resolver el problema de una persona es, zos a la búsqueda de un manantial de re-
en definitiva, resolver la versión particular cursos inagotable: el que nace de las pro-
de una problemática general. Por eso, an- pias personas, el que faculta a la persona
tes de planificar la acción social, es preci- para encontrar, en sí misma y en el entor-
so hacer una lectura de los mensajes la- no, los instrumentos que le permitan re-
tentes, desglosando la información que engancharse -y reenganchar a sus veci-
nos suministra la realidad social y reve- nos, familiares y amigos-a la sociedad a la
lando la índole familiar, grupal y vecinal, que pertenece, la sociedad que nos perte-
es decir, comunitaria, de todo problema. A nece a todos y todas.
este horizonte sólo se puede llegar descu-
briendo las necesidades no cubiertas en la sus
comunidad. ¿Cómo? Investigando, pre- CENTRO DE DOCUMENTACIÓN Y ESTUDIOS
guntando, encuestando, analizando, ha-
blando, no hay otro medio posible.
BIBLIOGRAFÍA
Por supuesto, dar importancia a lo en-
dógeno no supone, ni mucho menos, ACEBO, A.: "Trabajo social en los servi-
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neralmente puede traducirse en asegurar
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puestarias, etc. En el fondo es una dispo-
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cualquier persona interesada en comen- comunitario en entornos urbanos: un ca-
zar un proyecto de trabajo nuevo (ya sea talizador para la participación y el desa-
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