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En los aiius reciente~ alguna.

s diferencias bú-
1'>ir.m;, _<.,f"ñala VValtcrJ Ong en lu Introducción,
han sido descubierlas entre las formas ele
manc:jar el conocimiento y la verbalización en
la:-¡ cultur<.L~ orales y en las culturas con es-
critura. _
El capítulo primero versa sobre la oralidad
del leng·unjc y el segundo sobre el descubri··
miP.nto n~odcrno ele las culturas orales. Una
cultura oral es aquella que carece de un co·
nacimiento ac:crca de lo que es la escritura.
Las palabras, sin escritura, no tienen presen-
cia visual. Las palabras .son solamente soni-
dos. El problenl<l de lo que es una cultura oral
se resuelve comenzando por examinar lo que
es el sonido. En las culturas orales el conoci-
~\
miento debe ser repetido en voz alta a fm de {~
que no desaparezca. Esto produce una men-
talidad altamente tradicionalista o conser- '9
.
'1
vadora.
'
Las sociedades ágrafas pueden ser descri-
tas como homeostáticas; esto significa que vi··
ven en un presente que se mantiene a sí e • ·.'.

mismo en homcostasis, esto es, en equilibrio.


Estas páginas están dedicadas principal-
mente a la cultura oral y a los cambios regis- ,.,
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trados en el pensamiento y la expresión a
causa de la escritura.

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FONDO DE CUI:fURA ECONÓMICA
LENGUA Y ESTUDIOS LITI':RARIOS

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ORALIDAD
Y ESCRITURA
Tecnologz'as de 'Ca palabra

Traducción de
ANGlh.ICA ScHERf

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1
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'
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Mé,xico


80 PSICODINÁMICAS DE LA ORALIDAD

conseguir que parezca dividido en unidades separadas una junto a la otra.


No obstante, esto también falsifica el tiempo. El tiempo real no tiene nin-
guna división en absoluto, avanza inexorablemente: a la medianoche,
el ayer no pasó con un tac al hoy. Nadie puede indicar el punto exacto
de la medianoche y, si no es preciso, ¿cómo puede ser la medianoche?
Tampoco sentimos el hoy como junto al ayer, como se le representa en
un calendario. Reducido al espacio, el tiempo parece más controlado;
pero sólo lo parece, pues el tiempo real, indivisible, nos conduce a la muer· IV. LA ESCRITURA REESTRUCTURA
te real. (Esto no pretende negar que el reduccionismo espacial sea muy LA CONCIENCIA
útil y tecnológicamente necesario, sino sólo que sus logros son intelec-
tualmente limitados, y pueden resultar engañosos.) De igual manera, re- EL NUEVO MUNIXJ DF.L DISCURSO AUTÓNOMO
ducimos el sonido a configuraciones de oscilógrafo y a. ondas d<:: ciertas
"longitudes", que pueden ser utilizadas por una persona sorda quien UNA COMPRt:NsróN más profunda de la oralidad prístina o primaria nos ca-
posiblemente no tenga ningún conocimiento de lo que es la experiencia pacita para entender mejor el nuevo mundo de la escritura, lo que en
del sonido. O bien reducimos el sonido a una grafía y a la más radical realidad es y lo que de hecho son los seres humanos funcionalmente es-
. de todas las grafías, el alfabeto. colarizados: seres cuyos procesos de pensamiento no se originan en po-
No· es tan probable que el hombre oral piense en las palabras como deres meramente naturales, sino en estos poderes según sean
"signos", fenómenos visuales inmóviles. Homero se refiere a ellas regu- estructurados, directa o indirectamente, por la tecnología de la escritu-
larmente como "palabras aladas", lo cual sugiere fugacidad, poder y li- ra. Sin la escritura, el pensamiento escolarizado no pensaría ni podría
bertad: las palabras están en constante movimiento, pero volando, lo cual pensar cómo lo hace, no sólo cuando está ocupado en escribir, sino in-
constituye una manifestación poderosa del movimiento y que eleva del cl':1so normalmente cuando articula sus pensamientos de manera oral.
mundo ordinario, burdo, pesado y "objetivo" al que vuela. Más que cualquier otra invención particular, la escritura ha transforma:
Al objetar a.Juanjacobo Rousseau, Derrida por supue~to está en lo do la conciencia humana.
correcto cuando rechaza la creencia de que la escritura no es más que La escritura establece lo que se ha llamado un lenguaje ''libre de con-
una eventualidad de la palabra hablada (Derrida, 1976, p. 7). Sin em- textos" (Hirsch, 1977, pp. 21-23, 26) o un discurso "autónomo"Olson,
bargo, tratar de construir una lógica de la escritura sin investigar a fon- (.l980a) que no puede ponerse en duda ni cuestionarse directamente, como
do la oralidad a partir de la cual surgió y en la cual está basada permanente el habla oral, porque el discurso escrito está separado de su autor.
e inevitablemente, significa limitar la comprensión, aunque al mismo Las culturas orales conocen una especie de discurso autónomo en las
tiempo p_roduzca efectos extraordinariamente interesantes y también, a fórmulas rituales fijas (Olson, 1980a, pp. 187-194; Chafe, 1982), así co-
veces, psicodélicos, o sea, producidos por deformaciones sensorias. Nues- mo en frases adivinatorias o profecías, en las cuales la persona misma
tra liberación del prejuicio caligrafico y tipográfico en la comprensión que las enuncia se considera no la fuente sino sólo el conducto. El oráculo
del lenguaje probablemente resulte más difícil de lo que cualqujera de de. Delfos no era responsable· de sus profecías, pues se las tenía
nosotros pueda imaginarse; rnucho más difícil, según parece, que la "de- por la voz del dios. La escritura, y más aún la impresión, posee algo de
. Construcción" de la literatura, pues esta '·deconstrucción" sigue siendo esta cualidad adivinatoria. Como el oráculo o el profeta, el libro trans-
una ·actividad literaria. Se hablará más sobre este problema al tratar la mite una enunciación de una fuente, aquel que realmente "dijo" o es-
inte1;nalización de la tecnología en el siguiente capítulo. cribió el libro. El autor podría ser cuestionado sólo si fuera posible
comunicarse con él o ella, pero es imposible encontrar al escritor en un
libro. No hay manera de refutar un texto directamente. Después de una
impugn~ación generalizada y devastadora, dice exactamente lo mismo que
antes .. Este es un motivo por el cual "el libro dice" en el habla popular
es eqUivalente a "es cierto". También es una razón por la cual los libros
se han quemado. Un texto que manifiesta lo que el mundo entero sabe
que es falso expresará la falsedad eternamente, siempre que ese texto exis-
ta. Los escritos son inherentemente irrefutables.

81
ESCRITURA Y CONCIENCIA 83
>C,CRITURA y CONCIENCIA
82
PlATÓN, l.A I:.SCRJ'I1JRA y !.AS COMPUTADORAS
que se pronuncian contra la imprenta y, para expresarlas de modo más
efectivo, las ponen en letra impresa. La misma incongruencia en los ata-
. renden y muchas se molestan al ave- ques contra las computadoras se expresa en que, para hacerlos más efec-
La mayoría de las personas s~ sorp b. , ' múnmente impugnadas tivos, aquellos que los realizan escogen artículos o libros impresos con
·a las mtsmas o ~ecwnes co
riguar que, en esenCI • d f dirigidas por Platón contra base en cintas procesadas en terminales de computadora. La escritura,
,. t las computa oras ueron .
hoy en d ta con ra 1 S 'pt. Carta 1 a escntura, se- la imprenta y la computadora son, todas ellas, formas de tecnologizar la
la escritura, en el Fedro (274-277) y en¡ a/' de una inhur~a~a al pretender palabra. Una vez tecnologizada, no puede criticarse de manera efectiva
. h d ir a Sócrates en e 'e ro, es . .
gún Platon ace ec l'dad sólo puede cxtstlr lo que la tecnología ha hecho con ella sin recurrir a la tecnología más
f d l >ensarnicnto 1o que en rea t
establecer uera e l d .- nufacturado Desde luego, compleja de que se disponga. Además, la nueva ter:nología no se emplea
dentro de él. Es un objeto, un pro uctEo ma ndo lugar. afirma el Só- sólo para hacer la crítica: de hecho, da la existencia a ésta. El pensamien-
. d las computadoras. ...n segu ' . t
lo mismo se d ace e . 1 ~ oria Los que la utilicen l to filosóficamente analítico de Platón, como se ha visto (Havelock, 1963),
crates de Platón, la escntura dest~uyc ar~:~~~o cx.terior por lo que les • incluso su crítica a la escritura, fue posible sólo debido a los efectos que
se harán olvidadizos al depender . e und b'l't el pensamiento. Hoy en 1
• la escritura comenzaba a surtir sobre los procesos mentales .

¡
· t os La escntura e 1 1 a
falta en recursos m ern · , d eÜos temen que las calculadoras de En realidad, como Havelock demuestra de manera excelente (J963),
día, los padres, y otros ademas e ' . lo que debiera ser el re- la epistemología entera de Platón fue inadvertidamente un rechazo pro-
. un recurso externo para .
bolsillo proporciOnen . . · aprendidas de memona. gramado del antiguo mundo vital oral, variable, cálido y de interacción
. d 1 tablas de mu 1tlp 1¡cacJOncs
curso m terno e as · . 1e qUI'tan el trabaJ·O que loman- personal propjo de una cultura oral (representada por los poetas, a quie-
T 1 pcnsamtento
Las calculadoras d e b 1 Han e ' ·w no ¡)roducc respuestas. nes no admitía en su República). El término idea, forma, tiene princi·
~ En tercer lugar un texto escn b 1
tiene en orma. ' r palabras es posible o te- pios visuales, viene de la misma raíz que el latín video, ver, y de ahí, sus
Si uno le pide a una pe_rsona que! ex~d¡que su:exto no 'se recibe nada a derivados en inglés tales como vision [visión], visible [visible] o videotape.
. . Ó1"SIUOOSCOpleaun'
ner una exp l ¡cact I ' d estúpidas que provoca- La forma platónica era la forma concebida por analogía con la forma
·smas palabras a menu o •
cambio, sa va 1as nu
'
ron la pregunta en u o P
·
E '¡
rincipio n a en 1ca
· 'B
b" ·' - ' asura entra,
.,. moderna de la computado-
basura sale '' En cuarto

1 ·visible. Las ideas platónicas no tienen voz; son inmóviles; faltas de toda
calidez; no implican interacción sino que están aisladas; no integran una
ra, se hace la mJsma o J~CJOn. t !"dad agonística de las culturas orales,
lugar' y de acuerd~ con a ~en_ a 1 uta a la escritura el hecho de que la
1 parte del mundo vital humano en absoluto, sino que se encuentran to-

el Sócrates de Platon tamblen imp de hacerlo la palabra


¡ talmente por encima y más allá del mismo. Por supuesto, Platón no co-
. de defenderse como es capaz ~
nocía ele ninguna manera las fuerzas inconscientes que obraban sobre
palabra ~;:scnta no pue . 1 cales siempre existen esen- su psique para producir esta reacción, o sobre-reacción, de una persona
el habla y c1 pensam1en o r .
hab 1a-d a natura1: . a vuelta entre personas. La escr~tura que sabe leer ante la o_ralidad persistente y retardadora.
cialmentc en un contexto de id y
es pasiva; fuera de dicho contexto, en un m un
que las comput~doras. d
do irreal y artificial ... Igual

.b. las mismas acusaciones. Aque-


A Jortiori, la Imprenta pue e lrectd JrPI t, en cuanto a la escritura,
1 TaJes consideraciones nos ponen sobre aviso respecto a las paradojas
que determinan las relaciones entre la palabra hablada original y todas
sus transformaciones lecnológicas. La causa de las exasperan tes involu-
. ¡ tan los rece os e a on ciones en este caso es, claro está, que la inteligencia resulta inexorable-
llos a qUJenes mo es . · · . b una desean- mente reflexiva, de manera que incluso los instrumentos externos que
, ~ , l aber que la Imprenta mspu a a
se molestaran aun mas a s . b . t oducirse. Hieronimo Squar- utiliza para llevar a cabo sus operaciones, llegan a "interiorizarse", o
. t cuando cornenza a a 111 r .
fianza semeJan e ., . . ión de los clásicos launos, sea, a formar parte de su propio proceso reflexivo.
. d hecho promovw 1a Jinpies
cialir.o, qLnen e , u e a la "abundancia de libros hace me- U na de las paradojas más sorprendentes inherentes a la escritura es
tambi~n argumento, en 1477' q . y 1979 P 29-31 ): des· su estrecha asociación con la muerte. Ésta es insinuada en la acusación
.
d wsos los hombres" (c1tado en Lowry, 'P · .
nos. estu a .
. - debilita el pensamtento emasta d · d o t 1·abajo (una vez•
platónica de que la escritura es inhumana; semejante a un objeto, y des-
truye la rncrnona y . d d l 1 ·u ) degradando al hombre o tructora de la memoria. También es muy evidente en un sinnúmero de
1 . 1c la computa ora e )0 SI o '
más, _a qucJ_a e vecho de la sinopsis de bolsillo. Por supuesto. otr~s referencias a la escritura (o a la imprenta) que pueden hallars_c en los
la mujer sabtos en pro . 1 d . deseable que volvía sabiO diccionarios impresos de citas, dnde 2 Corintios 3:6, "La letra mat~,
const'd era b an l a imprenta como un nive a m más el espíritu vivifica", y la lflención que Horacio hace de sus tres li-
d d (l owry 1979 pp. 31-32). b'
a to o m un od Í :nento de Platón es que, para manifestar s~s ~ ~e- bros de Odas como un "monumento" (Ocies, iii.301), presagiando su pro-
Un defecto e argu . d . 1 . m o dcJ'ccto de las optmones pia muerte, hasta, y más allá, de lo dicho por Henry Vaughan a Sir
ciones, 1as puso P or escnto·' es ectr, e mts
84 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 85

Thomas Bodlcy en el sentido de que, en la Biblioteca de Bodleyana_ de no surge inevitablemente del inconsciente. El proceso de poner por es-
Oxford, "cada libro es tu epitafio". En Pippa Passes, Robert ~rowmn_g crito una lengua hablada es regido por reglas ideadas conscientemente,
llama la atención a la práctica, difundida aún hoy en día, d_e mtr:>duCir definibles: por ejemplo, cierto pictograma representará una palabra es-
flores frescas para que se marchiten entre las páginas de los _hbros Im~re­ pecífica dada, o a representará un fonema, b otro, y así sucesivamente.
sos: "fadedyellow blossomrl twixt page and page" ["entre págma Y págma/ (Esto nd pretende negar que la situación de escritor-lector creada por
flores amarillas marchitas"]. La flor muerta, en otro tiempo viVa, es el la escritura afecta profundamente los procesos inconscientes que deter-
equivalente psíquico del texto verbal. La_paradoja radica er: el hecho de minan la composición escrita una vez que se han aprendido las reglas
que la mortalidad del texto, su apartamiento del mund~ ~.ntal humano explíCitas y conscientes. Trataremos este punto más adelante.)
v 1vo, su rígida estabilidad visual, aseguran su perdurab1hd~d Y su po- Afirmar que la escritura es artificial no significa condenarla sino elo-
tencial para ser resucitado dentro de ili~itados contextos vtvos por un giarla. Como otras creaciones artificiales y, en efecto, más que cualquier
número virtualmente infinito de lectores vtvos (Ong, 1977, pp. 230-271 ). otra, tiene un valor inestimable y de hecho esencial para la realización
de· aptitudes humanas más pfenas, interiores. Las tecnologías no son só-
lo recursos externos, sino también transformaciones interiores de la con-
LA F..SCRI11JRA ES UNA TECNOI.OCÍA ciencia, y mucho más cuando afectan la palabra. Tales transformaciones
pueden resultar estimulantes. La escritura da vigor a la conciencia. La
Platón consideraba la escritura como una tecnología externa Y ajena, lo alíenaáón de un medio natural puede beneficiarnos y, de hecho, en mu-
mismo que muchas personas hoy en día piensan de la co~putadora. Pues- chos sentidos resulta esencial para una vida humana plena. Para vivir
to que en la actualidad ya hemos interiori~ado la escntura de mane.ra y comprender totalmente, no necesitamos sólo la proximidad, sino tam-
tan profunda y hecho de ella una parte tan _unp?rt.ante de, nosotros rms- bién la distancia. Y esto es lo que la escritura aporta a la conciencia co-
mos, así como la época de Platón no la hab1a asimilado aun ple~amente mo nada más puede hacerlo.
(Havelock, 1963), nos parece difícil considerarla una tecnolo~1a; como Las tecnologías son artificiales, pero, -otra paradoja- lo artificial es
por lo regular lo hacemos con la imprent~ y la comp~~adora. n embar-
s•. natural para los seres humanos. lnteriorizada adecuadamente, la tecno-
go, la escritura (y particularmen.tc la escntura alf<:beuca) .constJ~uye una logía no degrada la vida humana sino por lo contrario, la mejora. La
tecnología que necesita herramientas y otro eqmpo: est1los, pmccl.es o orquesta moderna, por ejemplo, constituye el resultado de una compleja
plumas; superficies cuidadosame~te pre~aradas, .como el papel, pte~es tecnología. Un violín es un instrumento, o sea, una-herramienta. Un
de animales, tablas de madera; ast como untas o pmturas, y mucho mas. órgano es una enorme máquina, con fuentes de poder -bombas, fue-
Clanchv (1979, pp. 88-115) trata el asunt~ detalladament;: dentro del lles, generadores eléctricos- ubicadas totalmente fuera de su operador.
contexto medieval de Occtdente, en el capitulo m titulad? La tec~olo La partitura de Beethoven para su Quinta Sinfonía consiste en instruc-
gía de la escritura". En cierLO mo.do, de las tres tecnologtas, la e~cntura ciones muy cuidadosas para técnicos altamente calificados, que especifi-
es la más radical. Inició lo que la Imprenta y las computadoras solo con- can exactamente cómo deben utilizar sus herramientas. Legato: no quite
tinúan: la reducción del sonido dinámico al espacio inmóvil; la sep':r~­ el dedo de una tecla antes de hacer sonar la siguiente. Staccato: toque la
ción de la palabra del presente vivo, el único lugar donde pueden.ex1stlr nota y quite el dedo de inmediato. Y así sucesivamente. Como bien sa-
ben los musicólogos, no tiene sentido oponerse a las cOmposiciones elec-
las palabras habladas.
Por contraste con el habla natural, oral, la escritura es completamen- trónicas como The Wild B11ll de Morton Subotnik porque los sonidos sean
te artificial. No hay manera de escribir "naturalmente". El habla oral producidos por aparatos mecánicos. ¿Dónde cree usted que se originan
es del todo natural para los seres humanos en el sentido de que, en toda los sonidos de un órgano? ¿O de un violín o incluso de un silbato? El
cultura, el que no esté fisiológica o psicológicament~ afectado, aprende hecho es que, al emplear aparatos mecánicos, un violinista o un organis-
a hablar. El habla crea· la vida consciente, pero asciende hasta la con- ta pueden expresar algo intensamente humano que no sería posible sjn
ciencia desde profundidades inconscientes, aunque desde luego con la dicho aparato. Para lograr tal expresión, por supuesto, el violinista u or-
cooperación voluntaria e involuntaria de la s?ciedad. Las regl~s grama- ganista tiene que haber interiorizado la tecnología, haber hecho dc,Ja he-
ticales se hallan en el inconsciente en el senudo de que es posible saber rramienta o de la máquina una segunda naturaleza, una parte psicológica
cómo aplicarlas e incluso cómo establecer otras nuevas aunque no se puede de sí mismo. Esto requiere años de "práctica", de aprender cómo lo-
grar que la herramienta haga lo que puede hacer. Tal adaptación de una
explicar qué son.
La escritura o grafía difiere como tal del habla en el sentido de que herramienta a uno mismo, o aprendizaje de una habilidad'tecnológica,
86 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 87
difícilmente puede sc1· deshumanizadora. El uso de una tecnología puede determinado, la integran en la conducta meramente biológica. ¿Cuándo
enriquecer la psique humana, desarrollar el espíritu humano, intcnsifi~ se convierte en "escritura" la huella de un pie o un depósito de heces
car su vida interior. La escritura es una tecnología interiorizada aún más u orina (empleados por muchas especies de animales como comunica-
profundamente que la ejecución de música instrumental. No obstante, ción; Wilson, 1975, pp. 228-229)? El uso del término "escritura" con
para comprender qué es la escritura -lo cual significa comprenderla ~n este sentido más amplio, para incluir toda marca semiótica, hace trivial
relación con su pasado, con la oralidad-, debe aceptarse sin reservas su significado. La irrupción decisiva y única en los nuevos mundos del
el hecho de que se trata de una tecnología. saber no se logró deutro de la conciencia humana al inventarse la simple
marca semiótica, sino al concebirse un sistema codificado de signos visi-
;.QUÉ FS LA "ESCRITURA" 0 "GRAFÍA"? bles por medio del cual un escritor podía determinar las palabras exactas
que el lector generaría a partir del texto. Esto es lo que hoy en día llama-
La escritura, en el sentido estricto de la palabra, la tecnología que ha· mos "escritura" en su acepción más estricta.
moldeado e impulsado la actividad intelecfual del hombre moderno, re- En este sentido global de escritura o grafía, las marcas codilicadas vi-
presenta un adelanto muy tardío en la historia del hombre. El Horno sapitnS sibles integran las palabras de manera total, de modo que las estructuras
lleva tal vez unos 50 mil años sobre la tier-ra (Leakey y Lewin, 1979, y referencias sutilmente intrincadas que se desarrollan en el oído pueden
pp. 141 y 168). La primera grafia, o verdadera escritura, que conocemos ser captadas en forma visible exactamente en su complejidad específica
apareció por primera vez entre los sumerios en Mesopotamia apenas alrede-
dor del año 3500 a. de C. (Diringer, 1953; Gdb, 1963).
.. y, por ello mismo, pueden producir estructuras y referencias todavía más
sutiles, superando con mucho las posibilidades de la articulación oral.
Antes de esto, los seres humanos habían dibujado durante innumera- En este sentido ordinario, la escritura, era y es la más trascendental de
bles milenios. Asimismo, diversas sociedades utilizaban diferentes recursos todas las invenciones tecnológicas humanas. No constituye un mero apén-
para ayudar a la memoria o aides-mémoire: una vara con muescas, hileras dice del habla. Puesto que traslada el habla del mundo oral y auditivo
de guijarros, o bien como los equipos de los incas (una vara con cuerdas a un nuevo mundo sensorio, el de la vista, transforma el habla y tam-
a las que se ataban otras cuerdas), los calendarios de los indios nortea- bién el pensamiento. Las muescas en las varas y otras aides-mémoire con-
mericanos de las llanuras, quienes dividían el tiempo por inviernos y así ducen hacia la escritura, pero no reestructuran el mundo vital humano
sucesivamente. Sin embargo, una grafía es algo más que un simple re- como lo hace la verdadera escritura.
curso para ayudar a la memoria. Incluso cuando es pictográftca, una gra- Los sistemas de verdadera escritura pueden desarrollarse, y normal-
fía es algo más que dibujos. Los dibujos representan objetos. Un dibujo mente lo hacen, de manera paulatina a partir de un uso más elemental
de un hombre, una casa y un árbol en sí mismo no expresa nada. (Si se de los recursos para ayudar a la memoria. Existen etapas intermedias.
proporciona el código o el conjunto de reglas adecuado, es posible que En algunos sistemas codificados, el que escribe sólo puede producir apro-
In haga; pero un código no puede representarse con imágenes, a menos ximadamente lo que el lector comprenderá, como en la técnica creada
que sea con la ayuda de otro sistema no codificable en la ilustración. En por los vai en Liberia (Scribnet y Cale, .1978) o incluso en los antiguos
último término, los códigos deben explicarse con algo más que dibujos; jeroglílicos egipcios. El control más riguroso es el logrado por el alfabe-
es decir, con palabras o dentro de un contexto humano total, comprensi- to, aunque aun éste nunca sea totalmente perfecto en todos los casos.
ble a los seres hunianos.) Una grafía en el sentido ele una escritura real, Si escribo la palabra read, pudiera significar un participio pas11do (pro-
como es entendida aquí, no consiste sólo en imágenes, en representacio- nunciado para rimar con reá), e indicaría que el documenfo sobre el cual
nes de cosas, sino en la representación de un enunciado, de palabras que la escribí ya fue revisado; o es posible que sea un imperativo (pronuncia-
alguien dice o que se supone que dice. do para rimar con reeá), e indicaría que habrá que revisarlo. Incluso con
Por supuesto, es posible considerar como "escritura" cualquier mar- el alfabeto, en ocasiones se necesita un contexto extra-textual, aunque
ca semiótica, es clccir,.cualquicr marca visible o sensoria que un indivi- sólo en casos excepcionales: ¿cuán excepcionales? Dependerá de la me-
duo hace y a la cual le atribuye un significado. Por lo tanto, un simple dida en que se haya adaptado el alfabeto a una lengua dada.
rasguño en una piedra o una muesca en una vara, interpretables sólo
por quien los produjo, podría ser "escritura". Si esto es lo que se pre- MucHAS GRAFiAs I'ERO sóLO UN ALFA~E'ID
tende dar a entender por "escritura", su antigüedad es comparable, tal
!
vez, a la del habla. No obstante, las investigaciones ele la escritura que ..f.: En el mundo se han creado todo tipo de grafías cuya evolución ha sido
la definen como cualquier marca visible o sensoria con un significado · -.t independiente de las demás (Diringcr, 1953; Diringer, 1960; Gclb, 1963);
88 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 89

la escritura cuneiforme mesopotámica, 3500 a. de C. (las fechas aproxima· específicas. No obstante, y aun en esos casos, el significado deseado no
das fueron tomadas de Diringer, 1962); los jeroglíficos egipcios, 3QOO resultaba del todo claro.
A partir . d e 1os pictogramas
. (el dibujo de un árbol representa la pala-
a.C. (tal vez con un poco de influencia de la escritura cuneiforme); la es-
critura minoica o micénica "·Lineal B", 1200 a. de C.; la escritura del valle bra para ':árbol"), las grafías crearon otros tipos de símbolos. Uno de
del lndo,3000-2400 a.C.;la escritura china,1500 a.C.;la escritura ma- ellos es el .tdeograrna, en el cual el significado es un concepto no repre-
s~ntado d1recta~ente por el ~ibujo, sino establecido por un código: por
ya, 50 d. C.; la escritura azteca, 1400 d.C.
Las grafías tienen antecedentes complejÓs. La mayoría de ellas, tal CJCmplo, en el pictograma chmo, un dibujo estilizado de rlos árboles no
vez todas, derivan directa o indirectamente de cierto tipo de escritura represent.a.las palabras "dos árboles" sino la palabra "bosque"; las fi-
pictográfica o, quizás en algunos casos, en un nivel aún más elemental, guras csulizadas de una mujer y un niño, uno junto al otro, simbolizan
~a palabra "bueno", y así sucesivamente. La palabra hablada para mu-
del uso de símbolos. Se supone que la grafía cuneiforme de los sumerios,
la primera de todas las que se conocen (ca. 3500 a. de C.), se originó, par- Jer es ny; para niño, dza; para bueno, hua: la etimología pictórica, como
cialmente al menos, a partir de un sistema para registrar transacciones en este caso, no necesariamente tiene relación con la etimología fonérni-
económicas utilizando símbolos de arcilla encerrados en pequeños reci- c~. Los que escriben el chino se relacionan con su lengua de manera muy

pientes o bulas, huecos pero totalmcl'l.te tapados, corno si se tratara de un diferente de aquellos que la hablan sin saber escribirla. En un sentido
pci-icarpio, y hendiduras en la parte externa que representaban los símbo- especial, .las cifras como 1, 2, 3, son ideogramas interlingüísticos (aun-
los del interior (Schmandt-Besserat, 1978). Por lo tanto, los símbolos en que. no plc.to?ramas): representan el mismo concepto, pero no el mismo
el exterior de la bula -digamos, siete hendiduras- llevaban con ellos, dentro son1do en JdJOmas que cuentan con palabras enteramente distintas para
1, 2, 3. ~de:nás, aun d~ntro del léxico de una lengua dada, los signos J,
de la bula, la prueba de lo que representaban -digamos siete pequeños
artefactos de arcilla con figuras distintas para representar vacas, ovejas u
ll 2, 3 Y siguiGntes en Cierto modo están vinculados indirectamente con
otras cosas aún no descifrables-, corno si las palabras siempre se formula- el concepto antes que con la palabra: las palabras correspondientes al
ran acompañadas por sus significados concretos. El marco económico de .1 (" uno ") y 2 ("d os ") es tan ' en 1azadas con los conceptos '' 1o.'' y '' 2o. '',
tal uso precaligráfico de símbolos pudiera ayudar a asociarlas con la escri- pero no con las palabras "primero" y "segundo".
tura, pues se sabe que la primera grafía cuneiforme, de la misma región de Otro til:'o de pictog_rama es la "escritura n::bus" (el dibujo de la plan-
las bulas, cualesquiera que sean sus antecedentes exactos, servía principal- ta de un pu: [sole] pudiera representar también, en inglés, el pez llamado
mente para objetivos económicos y adn~inistrativos cotidianos en las socieda- sole.; .r~Jle, .en el sentido ":"ólo"; ? J-oul [alma] por su asociación con el cuerpo;
los dibUJOS .de un rnolmo [mtll], un paseo [walk] una llave fkryJ en este
des urbanas.
orden, pudieran representar la palabra "Milwaukee"). Dado que en es-
La urbanización proporcionó el incentivo para crear un rnétOOo de regis-
te punto el símbolo representa principlamcnte un sonido un "rebus"
tro. El uso de la escritura para creaciones de la imaginación, como por ejem-
es una ~specie de ~onograma (símbolo de un sonido), pero ~ólo de mane-
plo las palabras habladas en cuentos o lírica, es decir, el uso de la escritura
ra mediata: el son1do no es designado por un signo abstracto codificado
para producir literatura en el sentido más específico del término, aparece
(como una letra del alfabeto), .sino por el dibujo de una de las varias co·
bastante tarde en la historia de la grafía.
sas que significa.
Las imágenes pueden servir simplemente de a_ides-mbnoire, o puede con-
Todos los sistemas pictográficos·, incluso con ideogramas "escritura
ferírseles un código que les permita representar en forma más o menos
rcbus", requieren un número exasperante de símbolos. El chino es el más
exacta palabfas específicas, con diversas relaciones gramaticales entre sí.
amplio, complejo y rico; el diccionario Kanyi del chino incluye en 1716
La escritura china de caracteres aún hoy en día se compone básicamente
a. de _C. 40 545 caracteres. Ningún chino o sinólogo los conoce todos,
de dibujos, pero estilizados y codificados de complicadas maneras, que
Y nadie los ha conoci~o. Pocos chinos que saben escribir pueden anotar
si.n duda la convierten en el sistema de escritura más complejo que el
todas las palabras chinas habladas que entienden. Llegar a conocer con
mundo ha conocido. La comunicación pictográfica, tal como la encon~
ci~rta profundidad el sistema chino de escritura por lo general toma unos
trada entre los primero.s indígenas americanos y en muchos otros (Mac-
vem~e. años. La elaboración de dicha grafía exige mucho tiempo y resul-
kay, 1978, p. 32), no evolucionó a una grafía real porque el código se
ta eht1sta. No cabe duda que los caracteres serán reemplazados por el
mantuvo demasiado vago. Las representaciones pictográficas de diver-
alf~beto ro~ano en c~anto todos los habitantes de la República Popular
sos objetos servían como una especie de memorandum alegórico a los
Chma dommen la ~1sma lengua china ("dialecto"), el mandarín que
grupos que trataban ciertos temas restringidos, los cuales ayudaban a
actualmente se ensena en todas partes. Para )a literatura, la pérdida será
determinar de antemano cómo se relacionaban entre sí estas imágenes
.._,.

ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 91


90
enorme, pero no tan enorme como una máquina de escribir china con sólo una vez. Fue creado por un pueblo o pueblos semíticos alrededor
más de 40 mil caracteres. del año 1500 a. de e .. en la misma zona geográfica general donde apa-
La ventaja de un sistema fundamentalmente pictográfico radica en reció la primera de todas las grafías, la escritura cuneiforme, pero dos
que las personas que hablan diferentes ''dialectos'' chinos (en realidad, milenios más tarde que ésta. (Diringer, .1962, pp. 121-122, trata las dos
diferentes lenguas chinas mutuamente incomprensibles, aunque en esencia variantes del alfabeto original, el semítico del Norte y el semítico del Sur.)
con la misma estructura) y no pueden entender el habla de los demás, Todo alfabeto en el mundo -hebreo, ugarítico, griego, romano, <:iríli-
sí pueden leer sus escrituras. Producen sonidos distintos del mismo ca- co, arábigo, tamil, malayalam, coreano- se deriva en una forma u otra
rácter (dibujo), en cierto modo con un francés, un Juba, un vietnamita de la creación semítica original, aunque, como en la grafia ugarítica y
y un inglés sabrán lo que cada quien quiere decir con las cifras arábi- coreana, la imagen física de las letras no siempre esté relacionado con
gas 1,2,3, etcétera, pero no reconocerán un número pronunciado por uno la semítica.
de -los otros. (No obsta,nte, los signos chinos son básicamente dibujos, El hebreo y otras lenguas semíticas, como el árabe, hasta la fecha no
aunque exquisitamente estilizados, lo que. no sucede con 1, 2 y 3). · tienen letras para las vocales. Un periódico o librO hebreo sólo publica,
Algunas lenguas se escriben con silabarios, en los cuales cada signo todavía en la actualidad, las consonantes (y las llamadas semi-vocales
representa una consonante Yun. sonido vocal siguiente. Así pues, el sila- (j] y [w] que en realidad son las fonnas consonantes de [i] y [u]: si siguiéra-
bario Katakana del japonés tiene cinco símbolos distintos para ka, ke, mos la costumbre hebrea en el inglés, escribiríamos e imprimiríamos
ki, ko, ku, respectivamente; otros cinco para ma, me, mi, mo, mu, y así "cnsi~ts': por "consonants". La letra alef, adaptada por los antiguos griegos
sucesivamente. Resulta que la lengua japonesa está constituida en talma- para md1car la vocal alfa, que se convirtió en nuestra "a" romana, no es
,. nera que puede utilizar una escritura silábica: sus palabras se componen una vocal sino una consonante en el hebreo y otros alfabetos semíticos, y
de partes que siempre consisten en un sonido consonante seguido por representa una oclusión de la glotis (el sonido producido entre los dos soni-
uno vocálico (n funciona como cuasi-silaba), sin grUpos de consonantes dos vocálicos de la palabra huh-uh, que en inglés significa "no"), En una
(como en pitchfork, equipment). Por sus muchos tipos diferentes de sílabas etapa tardía de la historia del alfabeto hebreo, se agregaron "puntos" vo-
y las frecuentes agrupaciones de consonantes, el inglés no podría redu- cálicos -puntitos y rayas abajo o arriba de las letras para señalar la vocal
cirse eficazmente a un silabario. Algunos silabarios son menos desarro- apropiada- a muchos textos, a menudo en consideración a aquellos que
llados que el japonés. En el de los vai de Nigeria, por ejemplo, no existe no hablaban muy bien el idioma, y hoy en día en Israel, estos "puntos"
una correspondencia totalmente equivalente entre los símbolos visuales se añaden a las palabras para los niños pequeños que están aprendiendo
y las unidades de sonido. La escritura sólo proporc~ona una especie de a leer -más o menos hasta el tercer grado. Las lenguas se organizan
mapa de la enunciación que registra, y que es muy dificil de leer, incluso en muchas maneras distintas, y las semíticas están constituidas de tal modo
por alguien que conozca muy bien la escritura (Scribner y Cale, 1973, que resultan fáciles de leer cuando las palabas se escriben sólo con las.
consonantes.
página 456).
Muchos sistemas de escrituras en realidad son sistemas híbridos que Este modo de escribir -sólo con las consonantes y semi-consonantes
mezclan dos o más principios. El sistema japonés es híbrido (además de (y como enyou, w)- ha conducido a algunos lingüistas (Gclb, 1963; Ha-
:; un silabario, emplea caracteres chinos, pronunciados a su propia rnane- velock, 1963, p. 129) a llamar "silabario", o quizá silabario "reduci-
ra, distinta del chino); el sistema coreano eS híbrido (aparte del hangul, do" o sin vocales, a lo que otros lingüistas designan "alfabeto hebreo".
un alfabeto real, quizás el más eficaz de todos, utiliza caracteres chinos No obstante, en cierta manera parece absurdo considerar la letra hebrea
pronunciados a m manera particular); el antiguo sistema jeroglífico egipcio beth (b) como una sílaba cuando en realidad representa sólo el fonema
era híbrido (algunos símbolos eran pictogramas; otros, ideogramas; otros lbl, al cual el lector tiene que agregar el sonido vocálico que requieren
"rebus"); la escritura de caracteres china es en sí misma híbrida (mez- la palabra y el contexto. Además, cuando se utilizan los puntos vocáli-
cla de pictogramas, ideqgramas, ''rcbus'' y varias combinaciones, a me- cos, éstos se añaden a las letras (arriba o abajo de la línea) así conio las
nudo de complejidad, riqueza cultural y belleza poética extraordinarias). vocales se unen a nuestras consonantes. Además, los israelfes y árabes
En efecto, debido a la tendencia de las grafías de empezar con pictogra- moderno~ --:-que en otros asuntos tienen tantas divergencias- general-
mas y pasar a ideogramas y "rcbus", la mayoría de los sistemas de es- mente COinCiden en que ambos escriben las letras de un alfabeto. A fin
critura, menos el alfabeto, tal vez sea hasta cierto punto híbrida. Incluso de comprender el desarrollo de la escritura a partir de la oralidad,
la escritura alfabética se vuelve híbrida cuando escribe 1 en lugar de uno. parece al menos inobjetable pensar en la grafía semítica sólo como
El hecho más notable respecto al alfabeto sin duda es que se inventó un alfabeto compuesto de consonantes (y semi-vocales) al cual los lectores,
ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 93
. 92
al leer, simple y sencillamente agregan las vocales apropiarlas. cunstancias: que una palabra es una cosa, no un suceso; que está pre-
Sin embargo~ una vez diCho todo lo anterior acerca del alfabeto semí- sente en toda su extensión y que es posible dividirlo en elementos
lico, se hace evidente que los griegos lograron algo de primordial inpor- pequeños, los cuales incluso pueden escribirse de una manera y pronun-
tancia psicológica al crear el primer alfabeto completo co~ vocales. ciarse a la inversa: "p-a-r-t'' pueden pronunciarse "trap". Si se graba
Havelock (1976) opina que esta transformación decisiva, cast total: de la palabra parten una cinta sonora y ésta se hace retroceder, no se escu-
la palabrá -del sonidO a la imagen- dio a la antigua cultura gnega chas trap sino un sonido totalmente distinto, ni part ni trap. Un cuadro
el predominio intelectual sobre otras culturas de la antigüedad. El lector de, digamos, un pájaro, no reduce el sonido al espacio, pues representa
de la escritura semítica tenía que recurrir a datos no textuales además un objeto, no una palabra. Es el equivalente de un número indetermina-
de los textuales: tenía que hablar la lengua que leía a fin de saber cuáles do de palabras, según la lengua empleada para interpretarlo: oiseau, ucce-
vocales agregar entre las consonantes. La escritura semítica aún se ha- llo, pájaro, Vogel, sae, tort~ bird.
llaba bien inmersa en el mundo vital humano no textual. El alfabeto vo- En cierto modo, representa las palabras como si fueran cosas, objetos
cálico griego estaba mucho más remoto de ese mundo (como lo estarían· inertes, marcas inmóviles para la asimilación por medio de la vista. Los
las ideas de Platón). Analizaba 'el sonido de manera más abstracta, co· ''rebus'' o fOnogramas, que ocurren irregularmente en algunas escritu-
mo componentes puramente espaciales. Era posible emplearlo para es- ras pictográficas, representan el sonido de una palabra mediante la ima-
cribir o leer palabras incluso de lenguas desconocidas (con algunas gen de otra (la planta del pie ["so/e"] como representación del alma ["soul"]
inexactitudes debidas a las diferencias fonéticas entre las lenguas). Los por su relación con el cuerpo, según el ejemplo ficticio utilizado
niños podían aprender el alfabeto griego aunque fueran muy pequeños anteriormente). Sin embargo, el "rebus" (fonograma), aunque puede
y tuvieran un vocabulario limitado. (Acaba de descubrirse que deben representar varias cosas, sigue siendo la imagen de una de ellas. El alfa-
agregarse "puntos" vocálicos a la grafía consonante hebrea usual para beto, aunque probablemente se derive de pictogramas, ha perdido todo
hacerla comprensible a los niños israelíes que cursan aproximadamente vínculo con las cosas como tales. Representa al sonido mismo como una
el tercer grado.) El alfabeto griego cumplía una función de democratiza· cosa, transformando el mundo fugaz del sonido en el mundo silencioso
ción en el sentido de que para todos resultaba fácil aprenderlo. También y cuasi-permanente del espacio.
era un medio de intcrnacionalización pues facilitaba una manera de pro- El alfabeto fonético, inventado por los antiguos semitas y perfeccio-
cesar incluso las lenguas extranjeras. Este logro griego de analizar abs· nado por los antiguos griegos, es con mucho el más flexible de todos los
tractamente el evasivo mundo del sonido en equivalentes visuales (no en sistemas de escritura en la reducción del sonido a una forma visible. Quizá
forma perfecta por supuesto, pero de hecho sí de manera global) presa· también sea el menos estético de todos los sistemas importantes de escri-
giaba y aportaba los medios para sus ulteriores hazañas analíticas. tura: es posible delinearlo atractivamente, pero nunca con la belleza de
Aparentemente, la estructura de la lengua griega, el hecho de que no los caracteres chinos. Es una grafía democratizadora, que todos pueden
se basara en un sistema como el semítico, que permitía omisión de las aprender fácilmente. La escritura china de caracteres, como otros mu-
vocales en la escritura, resultó una ventaja intelectual quizá fortuita, pe- chos sistemas, es intrínsecamente elitista: dominarla totalmente requie-
ro decisiva. Kerckhove (1981) señala que, más que otros sistemas de es- re dedi"cación continua. La capacidad democratrizadora del alfabeto puede
critura, el alfabdo completameÍlte fonético favorece la actividad del observarse en Corea del Sur. En los libros y periódicos coreanos, el texto
hemisferio izquierdo en el cerebro y así que, por motivos neurofisiológi- consiste en una mezcla de palabras escritas alfabéticamente y cientos de
cos, propicia el pensamiento abstracto y analítico. caracteres chinos distintos. Sin embargo todos los letreros públicos siem-
La razón por la cual el alfabeto se inventó tan tarde y el porqué fue pre se esc"riben únicamente con el alfabeto, el cual casi todo mundo pue-
inventado sólo una vez pueden comprenderse si reflexionamos sobre la de leer puesto que llega a dominarse totalmente en los primeros grados
naturaleza del sonido. Puesto que el alfabeto funciona con el sonido en de la escuela elemental; mientras los 1 800 han, o caracteres chinos, que
sí de manera más directa que las otras grafías, reduciéndolo a equivalen- se necesitan como mínimo además del alfabeto, para leer la mayor parte
tes espaciales (y en unidades más pequeñas, analíticas y manejables que de la literatura en coreano, por lo común no se aprenden en su totalidad
un silabario), en lugar de un símbolo para el sonido ha, hay dos, b más a. antes de finalizar la escuela secundaria. ,
Como ya se explicó anteriormente, el sonido cobra vida sólo cuando _Tal vez el logro más notable en la historia del alfabeto se haya realiza·
está dejando de existir. No puedo tener una palabra en toda su exten- do en Corea, donde, en 1443 d. de C., el rey Sejong de la dinastía Yi
sión en un solo momento: al decir "existencia", para cuando llego a decretó que se creara un alfabeto para el idioma coreano. Hasta esa épo·
"-tencia", "exis-" ha desaparecido. El alfabeto implica otro tipo decir- ca, el coreano sólo se escribía con caracteres chinos, cuidadosamente adap-
94 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 95
tados para ajustarse al vocabulario del coreano (e influir recíprocamente bía leer acumulaba en su casa todo fragmento de material impreso que
en éste), lengua que no tiene ninguna relación con el chino (aunque con- encontraba: periódicos, cartones, recibos (Achebe, 1961, pp. 120-121).
tenga muchas palabras prestadas de éste, en su mayor parte tan adapta- Todo le parecía demasiado importante para desecharse.
das al coreano que resultan incomprensibles para cualqui~r chino). Miles Algunas sociedades que tienen un conocimiento limitado de la escri-
y miles de coreanos-todos los que sabían escribir- habíau pasado o tura la han <:onsiderado peligrosa para el lector no avezado, por lo cual
estaban dedicando la mayor parte de sus vidas al dominio de la compli- "' necesitan una figura semejante al gurú para mediar entre el lector y el
cada caligrafía chino-coreana. Por tanto, era poco probable que acogie- texto (Goody y Watt, 1968, p. 13). El conocimiento deJa escritura pue-
ran con agrado un sistema nuevo de escritura que dejara en desuso sus de restringirse a grupos esP:ccialcs, como el clero (Tambiah, 1968,
habilidades tan afanosamente adquiridas. Sin embargo, la dinastía Yi pp. 113-114). Puede considerarse que los textos tienen un valor religioso in-
era poderosa, y el decreto de Sejong, al hacer frente a la extensa resis- trínseco: los analfabetos se benefician frotando el libro contra su frente,
tencia con la (~ual se contaba anticipadamente, indica que el ego del mo-
·¡ o de hacer girar rápidamente molinillos de oraciones con textos que
narca era igualmente poderoso. La aplicación del alfabeto a una lengua no saben leer (Goody, 1968a, pp. 15-16). Los monjes tibetanos acostum-
dada generalmente toma muchos años, incluso generaciones. El grupo braban sentarse en las ori1las de los arroyos para "imprimir páginas de
de eruditos de Sejong creó el alfabeto coreano en tres años, un logro ma- hechizos y fórmulas en la superficie del agua con bloques de madera gra·
gistral, virtualmente perfecto en su adaptación a la fonética coreana y hados" (Goody, 1968a, p" 16, citando a R. B. Eckvall)" Los "cultos de
estéticamente diseñado para producir una grafía alfabética con algo de car·ga" aún en boga en algunas islas del Pacífico del Sur son muy cono-
la apar·iencia de un texto en caracteres chinos. No obstante, era de pre- cidos: los analfabetos o semi-analfabetos creen que los papeles comercia-
verse la acogida a este notable logro: el alfabeto sólo se utilizaba con pro- les -pedidos, facturas de embarque, recibo~ y otros por el estilo- que
pósitos prácticos, vulgares, no eruditos. Los escritores ((serios" saben que figuran en las operaciones de embarqúe, son instrumentos má-
continuaban usando la escritura china de caracteres, la cual habían apren- gicos para hacer llegar por el mar los barcos. y la carga, y practican va-
dido con tanto trabajo. La literatura seria era elitista y quería que se le rios ritos, que comprenden la manipulación de los textos escritos con la
considerara como tal. Sólo en el siglo xx, con la mayor democratización esperanza de que la carga aparezca para tomar posesión de ella y usarla
de Corea, el alfabeto alcanzó su predominio actual (aún menos que total). (Mcggitt, 1968, pp" 300-309). En la antigua cultura griega, Havclock
descubre una tendencia general del conocimiento limitado de la escritu-
ra que puede aplicarse a otras muchas culturas: al poco tiempo de la in-
EL COMIENZO DEI. CONOCIMIENTO DE LA ESCRITURA troducción de la escritura, se desarrolla un "oficio de escribir" (Have-
lock, 1963; ifr. Havclock y Herschell, 1978). En esta etapa, la escritura es
Cuando una grafía totalmente desarrollada de cualquier tipo, alfabético un oficio ejercido por quienes saben escribir, a quienes otros ·contratan para
u otro, irrumpe por primera vez en una sociedad particular, al principio escribir una carta o documento, igual que cuando contrataban un alba-
lo hace necesariamente en sectores restringidos y con variados efectos ñil para construir una casa o un carpintero para fabricar un barco. Tal
e implicaciones. Por lo regular, la escritura se considera en un principio era la situación en los reinos de África occidental, como Mali, desde la
como instrumento de un poder secreto y mágico (Goody, l968b, P: 236). Edad Media hasta entrado el siglo xx (Wilks, 1968; Goody, 1968b)" En
Las hudlas de esta antigua actitud ante la escritura todavía llegan a m a~ tal fase de la escr·itura como oficio, no había necesidad de que un indivi-
nifestarse en la etimología: la grammaryt o gramática del inglés de los si- duo supiera más de la lectura y la escrit-ura que de otra actividad cual-
glos XII y XVI, que se refería a la sabiduría adquirida en los libros, llegó quiera. Sólo en la época de Platón en la antigua Grecia, rnás de tres siglos
a significar el saber oculto o mágico y, a través de una forma dialectal después de la introducción del alfabeto griego, se trascendió esta etapa
escocesa, surge en nuestro vocabulario inglés actual como glamor (poder y la escritura finalmente fue difundida entre la población griega e inte-
de seducción). Clamor girls ["muchachas seductoras" J en realidad son gram- riorizada lo suficiente para afectar los procesos de pensamiento de una H
mar girls ¡"muchachas gramaticales"]. El alfabeto futhark o rúnico de la manera general (Havelock, 1963).
'
'.
Europa medieval del Norte se asociaba comúnmente con la magia. Los Las propiedades físicas de los primeros materiales para escribir esti-
fragmentos escritos se emplean como amuletos mágicos (Goody, 1968b, mulaban la conservación de la cultura de la escritura (véast Clan-
pp. 201-203), pero también pueden valorarse simplemente por la mara- chy, 1979, pp. 88-115, sobre "The tecnnology of writing'} En lugar del
villosa permanencia que otorgan a las palabras. El novelista nigeriano papel hecho a máquina de superficie uniforme y los bolígrafos relativamente
Chinua Achebe describe cómo en una aldea ibo el único hombre que sa- durables, el escritor antiguo conta!H-t c?n un equipo tecnológico más di-
96 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 97
fícil de manejar. Sus superficies para escribir eran ladrillos de arcilla hú· (<?lanchy, 19_79, p. 218)_. Santo Tomás de Aquino, que escribía sus pro-
meda, pieles de animales (pergamino, vitela) raspadas para quitarles la pios manuscnstos, orgamza su Swnma tluo/ogú:a con una estructura casi oral:
grasa y el pelo, a menudo alisadas con piedra pómez y blanqueadas con cada apartado o "cuestión" empieza con una relación de objeciones contra
yeso, frecuentemente reprocesados mcdiame la eliminación de un tex[O el punto de vista que será adoptado por el autor; luego expone su opi-
anterior (palimpsestos). O bien, disponía de la corteza de árboles, el pa- nión, Y finah~1entc re~p?nde a las objeciones en orden. De igual manera,
piro (mejor que la mayoría de las superficies, pero aún áspero según los un poeta antlgtlo escnb1a un poema imaginándose su declamación frente
criterios de la alta tecnología), hojas secas u otra vegetación, cera aplica- a un público. Casi ninguno de los novelistas actuales escriben una nove-
da en capas a tablillas de madera, a menudo unidos para formar dípticos la imaginánd.ose su ?~clamación en voz alta, aunque se preocupen por
usados en un cinturón (estas tablillas de cera se utilizaban para hacer darle un matiz exquistto a los efectos sonoros de las palabras. El conoci-
apuntes y, cuando se deseaba usarlas nuevamente, bastaba con ·alisar la miento avanzado de la escritura propicia la composición verdaderamen-
cera), varas de madera (Clanchy, 1979, p. 95), y otras superficies de ma- te escrita, en la cual el autor compon~~l.ln texto que es precisamente un
dera y piedra de diferentes tipos. No había papelerías en la esquina que te~to, concentra sus palabras sobre el papel ..Esto proporciona al pensa-
vendieran cuadernos. No había papel. Como herramientas de inscrip- miento perfiles distintos de los que posee el pensamit~nto que se produce
ción, los escribientes tenían varias clases de estilos, plumas de ganso, que oralmente. Más adelante discutiremos (mejor dicho, escribiremos) con
había que hender y aguzar una y otra vez con lo que aún llamamos "cor- más detalles sobre los importantes efectos que tiene el conocimiento de
raplulllas", pinceles (particularmente en Asia oriental), u otros diversos la escritura en los procesos del pensar.
instrumentos para grabar las superficies o extender las tinta"s o pinturas.
Las 1intas líquidas se mezclaban de diversas maneras y se preparaban
para el uso en cuernos bovinos huecos (tinteros de cuerno) o en otros DE LA MEMORIA A LOS REGISTROS ESCRITOS
receptáculos resistentes al ácido: asimismo, por lo común en el Asia orien-
tal, los pinceles se mojaban y retocaban en bloques de tintas, secos, co- Mucho después de que una cultura comienza a utilizar la escritura es
mo se hace en la pintura de acuarela. _posible que todavía no se confíe mucho en ella. Una persona ~scolariz~da
Se necesitaban habilidades mecánicas especiales para rhanipular tales de nuestros días por lo general supone que los escritos tienen mayor fuerza.
mater!"lles de escritura, y nO todos los "escritores" las tenían adecuada- que las palabr_as habladas como evidencia de una situación pasada hace
mente desarrolladas para dedicarse a esta actividad durante mucho tiem- mucho, es!)ec1almen~e en la sala de justicia. Las culturas más antiguas
po. El papel hizo la escritura físicamente más fácil. Sin embargo, el papel que conocwn la escntura pero no la habían intcriorizado de modo tan
-fabricado en China probablemente en el siglo 11 a. de C. y extendido completo, a menudo consideraban exactamente lo contrario. El grado
i
por los árabes hasta el Oriente Medio aproximadamente en el siglo v111 de credibilidad atribuido a los registros escritos indudablemente variaba
1
de la era cristiana- se fabricó por primera vez en Europa apenas en el

¡
de una cultura a otra, pero el minucioso estudio histórico de casos parti-
siglo XII. cu_la_rcs h~cho por Clanchy del uso de la escritura para propósitos ad-
Los arcaicos hábitos mentales orales de pensar en voz alta propician mmlstra_tlvOs prácticos en la Inglaterra de los siglos XI y Xll (1979),
el dictado, pero también lo hacía el estado de la tecnología de la escritu- proporCIOna una clara muestra de la medida en que el lenguaje oral pue-
ra. En el acto físico de escribir, afirma en la Edad Media el inglés.Orde- de aún subsistir en el lenguaje escr·ito, incluso en un medio administrativo .
ric Vitalis, ''todo el cuerpo participa" (Clanchy, 1979, p. 90). A través . En el periodo que analiza, Clanchy descubre que los "documentos
de la Edad Media europea, los autores a menudo contrataban amanuen- n.o inspiraba_n confianza en seguida" (Clanchy, 1979, p. 230). Fue pre· 1
ses. Por supuesto, la composición por escrito -la hilación escrita de los CISO pcrsuad1r a la gente de que la escritura mejoraba lo bastante los vie-
1
pensamientos, particularmente en composiciones más breves- se prac- jos métodos orales para justificar todos los gastos y fastidiosas técnicas
ticaba en cierta medida-desde la antigüedad; sin embargo, en las distin·- que implicaba. Antes del uso de documentos, comúnmente se utilizaba 1
tas culturas su empleo en obras literarias y otros escritos extensos llegó el testimonio colectivo oral para fijar, por ejemplo, la edad de loS he re·
a generalizarse en distintas épocas. No era muy conocida aún en la In-
glaterra del siglo x1; y cuando se aplicaba, incluso en este periodo tan
cleros feudales. Para poner fin a una disputa en. 1127, tocante a si los, dere-
chos de aduana del puerto de Sandwich correspondían a la Abadía de
¡,
tardío, podía llev~rse a cabo en un marco psicológico tan oral que nos ?an Agust[n en Canterbury ·o a la Iglesia de Cristo, se eligió un jurado
1
resulte difícil de imaginar. En el siglo XI, Eadmer de St. Albans afirma mtcgrado por doce hombres de Do ver y doce de Sandwich, "personas 1
que, al escribir, tenía la impresión de estar dictándose así mismo mayores, madw·as y sabias que dieran un buen testimonio''. Cada
.··-·--· -,-----------------------=-

98 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 99

uno de ellos declaró que, según "he sabido por mis antepasados, y he vive cotidianamente dentro de un marco de tiempo computado, reforza-
visto y oído desde mi juventud", los tributos pertenecían a la Iglesia de do por millones de calendarios impresos, relojes de pared y de pulso. E.n
Cristo (Clanchy, 1979, pp. 232-233). Estaban acordándose públicamen- la Ingl_aterra del siglo XII, no había relojes de pared ni de pulso ni ca-
te de lo que otros habían recordado antes que ellos. lenclanos para la pared o el escritorio.
Los testigos eran prima Jacie más creíbles que los textos, porque era Antes de que la escritura se interiorizara profundamente mediante la
posible cuestionarlos y obligarlos a defender sus afinnaciones, mientras imprenta, la gente no consideraba que estuviera siluada, en todo mo-
con los textos esto no podía hacerse (esta, corno se recordará, fue pr·cci- mento de sus vidas, dentro de un tiempo computado abstracto de cual-
samentc una de las objeciones de Platón contra la escritura). Lo,.:; méto- quier tipo. Parece poco probable que la mayoría de las personas en la
dos notariales para dar validez a los documentos se comprometen a Europa occidental del medievo o incluso del Rcnaciruient.o hubiera sa-
inlegrar los mecanismos de autenticidad en los textos escritos. Sin ~rn­ bido habitualmente en qué año vivían, a partir del nacimiento de Cristo
bargo, <;e desarrollan tardíamente en las culturas que conocen la escntu- o de otro punto cualquiera en el pasado. ¿Por qué tenían que saberlo?
ra y mucho más tarde en Inglaterra que en Italia (Clanchy, 1979, La indcci:-;ión en cuanto al punto desde el cual debían hacerse los cálcu·
pp. 235-236). Los documentos escriws mismos a menudo se autenticaban los comprueba la trivialidad de la cuestión. En una cultura sin periódi-
no por escrito sino mediante. objetos simbólicos como un cuchillo, liga- cos u otro material fechado regularmente que dejara una huella en la
do al documento por una correa de pt~rgamino; (Clanchy, 1979, p. 24). conciencia, ¿qtlé sentido ~cndría para la mayoría de las personas saber
En efecto, los objetos simbólicos solos podían servir de instrumentos pa- en qué año vivían? El número abstracto del calendario no estaría relacio-
ra la transferencia de propiedades. En ca 1130, Thornas de Muscharnps nado con nada en la vida real. La mayoría de las personas no sabía -y
traspasó ::;us propiedades de Hetherslaw a los rnonjcs de Durham ofre- nunca trataba siquiera de descubrir- en qué año había nacido.
ciendo su espada sobre un altar (Clanchy, 1979, p. 25). lncluso después Asimismo, las cédulas se acompañaban invariablemente de alguna ma-
del Drmtt"Jday Book* (1085-1086) y del aumento consiguiente en la docu- nera con los ob~equios simbólicos, como cuchillos o espadas. Éstos po-
mentación escrita, la historia acerca del conde Warrenne muestra cómo dían identificarse por su apariencia. Y, en efecto, era muy común que
el antiguo sistema oral del pensamiento aún persistía: ante los jueces, las cédulas se falsificaran para darles la aparienéia (por equivocada que
en procedimientos quo warranto bajo Eduardo I (su reinó comprende los fuera) que una corte consideraba apmpiada (Cianchy, 1979, p. 24·9, ci-
años 1272-1306), el condc·Warrenne no presentó una cédula sino ''una tando a P. H. Sawyer). ''Los falsificadores'', señala Clanchy, no eran
antigua y oxidada espada", haciendo protestas de que sus antepasados "descarriados ocasionales en las periferias de la práctica legal" sino "ex~
¡
habían venido con Guillermo el Conquistador para ocupar Inglaterra por pcrtos arraigados en el centro de la cultura literaria e int~lectual del si-
medio de la espada, y que él defendería sus tierras con ella. Clanchy se- glo xu". De las 164 cédulas existentes de Eduardo el Confesor, sin duda
[¡a]a (1979, pp. 21-22) qUt~ la historia resulta algo dudosa debido a cier- 1-4 son falsificadas, sólo 64 son incuestionablernentc auténticas, y no
tas incongruencias, pero señala también que su persistencia da fe de un puede determinarse si el resto son legales o no.
sistema anterior ele pcnsamit:nt.o familiarizado con el valor testimonial Los errores comprobables que se derivan de los procedimientos eco-
nómicos y jurídicos aún radicalmente orales referidos por Clanchy son
de (ns obsequios simbólicos.
Las p1:imeras cédulas que certifican l"a posesión de tierra en lnglate+ mínimos porque el pasado más extenso era en su mayor parte inaccesi-
rra originalrnente ni siquiera se fechaban (1979, pp. 231, 236-241), tal ble a la conciencia. ''La verdad recordada cra ... Oexible y estaba al día''
vez por toda una variedad de motivos. Según Clanchy, acaso el de rna- (Clanchy, 1979, p. 233). Como se ha visto en los casos de la Nigeria y
yor peso haya sido que el "fechar obligaba al que escribía a expresar Ghana modernas (Goody y Watt, 1968, pp. 31~34), en una economía
una opinión respecto a su lugar en el tiempo" (1979, p. 238), lo cual oral de pensamiento, los asuntos del pasado que no tuvieran cierta rela-
le exigía elegir un punto de referencia. ¿Cuál punto? ¿Había de ubicar ción con el presente por lo regular caían en el olvido. La ley de la cos-
el docümento con referencia a la creación del mundo? (:A la crucifixión? tumbre, :Ün vínculos con un material caído en desuso, estaba
¿_Al nacimiento de Cristo? Los papas fechaban los documentos ele esta automáticamente siempre al día y por lo tanto era actual, hecho que,
manera, a partir del nacimiento de Cristo; sin embargo, ¿resultaba prc~ paradójicamente, hace que la ley de la costumbre parezca inevitable y
suntuoso fechar un documento secular del mismo modo que lo hacían por ello muy vieja (cfr. Clanchy, 1979, p. 233). ·Las personas cuya visión
los papas? Hoy en día, en las culturas de alta tecnología, todo mundo ~el munJo ha sido moldeada por un grado elevado de escolarización,
tienen qu~ rccordar que en las culturas funcionalmente orales el pasadu
no se cons1dcra como un terreno categorizado, acribillado con ''hechos''
.-------------_-__-_--______ --~--------------------------------------------------------------------====c------------------------------------------------------------------------------------

100 ESCRITURA Y CONCIENCIA


!1~¡1 ESCRITURA Y CONCIENCIA 101
o partes de información cuestionables y verificables. ~~ pa_sado es dom~-
1;io de Jos antepasados, fuente resonante de una conCJe~Cla renovadora
'·¡
~~ en una cultura con características orales muy marcadas, incluso las ge-
nealogías no resultan "listas" de datos sino más bien la "memoria de
de la existencia actual, que en sí misma tampoco constl,tuye u~ ter~eno canciones cantadas". Los textos parecen cosas, inmovilizados en el es-

"
categorizado. El lenguaje oral no conoce las listas, las graficas m las rlus- pacio visual, sujetos a lo que Goody llama un "análisis a la inversa"
tracwnes. . . ., . (1977, pp. 49.-50). Goody muestra en detalle cómo, cuando los antropó-
Goody (1977, pp. 52-111) examina en detalle la Stgmficaclün mtelcc- logos exponen sobre una superficie escrita o impresa listas de varios artí-
tual de los cuadros y los listados, de los cuales el calendano constJ_tuye culos hallados en los mitos orales (tribus, regiones de la tierra, tipos de
un ejemplo. La escritura hace posible tal aparato. En efecto, la escntura viento, y así sucesivamente), en realidad deforman el mundo mental en
en cierto sentido fue inventada principalmente para elaborar algo pare- el cual los mitos tienen su existencia propia. La satisfacción que propor-
cido al listado: la mayor parte, por mucho, de la es~ritura más tcn~prana cionan los mitos en esencia no es "coherente" de un modo tabular.
que conocemos. la grafía cuneiforme de 1os s~menos -cuyas pnme~a.s Por supuesto, las listas del tipo tratado por Goody son útiles si tene-
manifestaciones datan aproximadamente del ano 3500 a. de c.- se utlh- ~~ mos una conciencia refleXiva de la deformación que inevitablemente pro-
zaba para hacer cuentas. Las culturas orales pri~arias por lo gener~l co- ducen. La presentación visual del material articulado de manera verbal
locan su equivalente de los listados en las nar-rac1ones, como el catalogo en el espacio posee su propia economía particular, sus propias leyes de
de navíos y capitanes en la Jlíada (ii. 461-879): no se trata de un recuento .1 movimiento y estructura. En la~ diversas grafías del mundo, los textos
exacto, sino de un despliegue operativo en un ~elato acerca de una gu_e- • se leen divergentemente de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo,
rra. En el texto de la Tora, que puso por escnt.o formas de ~cr:sar aun ~ o en todas estas formas al mismo tiempo, como en la escritura bustrófe-·
básicamente orales, el equivalente de la geografía (el esta?lecmucnto ~e ~-, don, pero en ningún lugar, hasta donde se sabe, de abajo hacia arriba.
la relación entre un lugar y otro) se integra en una n~rrac1ón f?rn;ulana ¡ Los textos asimilan el enunciado al cuerpo humano. Introducen un con-
de acciones (Números, 33: 16 ss. ): ''Y partidos del desterto de Sma1, asen- cepto para "cabezas" en las acumulaciones del saber: "capítulo" se de-
taron en Kibroth-hataava. Y partidos de Kibroth-_hataav~ ascnt;ron e~ riva de caput en latín, que significa "cabeza'·' (del cuerpo humano). Las
Hasen)t. y partidos de Haseroth, asentaron en R1t.ma; .. , Y as1 s~ccsl­ páginas no sólo tienen "cabezas", sino también "pies", para las notas
vamcnte, en muchos versos más. Incluso las genealog1as que prov1enen de pie de página. Las referencias remiten a lo que se encuentra "arriba"
de una tradición de características marcadamente orales resultan, de he- y "abajo" en un texto cuando se quiere especificar algo varias páginas
cho, generalmente narrativas. En lugar de una recitaci~n de nombres, atrás o adelante. La significación de lo vertical y lo horizontal en los tex-
encontramos una secuencia de ''engendró'', de afirmaciOnes de lo que tos merece un estudio formal. Kerckhove (1981, pp. 10-11 en ~'pruebas")
alguien hizo: "e lrad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró~ Mct- t _ sugiere que el notable crecimiento del hemisferio izquierdo determinó el
hujael, y Methujael engendró a Lamech" (~énesis, 4: 1_8j. Est? tipo de ,.~ rumbo en la temprana escritura griega, primero de derecha a izquierda;
agregación proviene en parte de la tendencia oral a uttltz~: f~rmul~s, luego con el movimiento bu.strófcdon (del tipo "arado de buey": una lí-
en parte del gusto mnemotécnico oral de aprovechar el equthbno _(!_ate- nea hacia la derecha y luego un giro en la siguiente línea, hacia la iz-
p~.:~tición de sujeto-predicado-objeto produce un esquema q~e faCihta el ~ quierda; las letras se invierten según la dirección de la lfnea); al estilo
recuerdo, Jo que una mera secuencia de nombres no tcndna), ~n parte ¡_;, stoichedon (líneas verticales). y finalmente a un movimien-
de la propensión oral a la redundancia (cada persona se menciOna dos -_!1.. to definitivo de izquierda a derecha sobre una línéa horizontal. Todo es-
veces, como el que engendra y como el engendrado), y en parte de la to conforma un mundo de distribuciones bastante distinto de cualquier
costumbre oral de narrar antes que simplemente yuxtaponer (las perso- manifestación de la sensibilidad oral, que no tiene manera de operar con
nas no se encuentran inmóviles, como cuando la policía alinea a l~s de- {~ "cabezas" u organización verbal lineal. En todo el mundo, el alfabeto,
Jincuentes uno junto al otro para identificarlos, sino que están haCiendo ~:. este reductor despiadadamente eficaz del sonido al espacio, está obliga-
algo, a saber: engenrlrando).
Estos pasajes bíblicos son, claro está, registros escritos, pero nac~n de ;f:
_J do a prestar servicio directo para establecer las nuevas secuencias defini-
das en el espacio: los artículos se marcan a, b, e, y así sucesivamente,
una sensibilidad y tradición constituidas oralmente. No se les comadera -~ para indicar su orden, y aun los poemas, en los primeros días de 13. escri-
como cosas, sino como reconstituciones de sucesOs en el tiempo. Las_se--$ ~ tura, se componen siguiendo el orden del alfabeto con la primera letra
cuencias presentadas oralmente siempre son inciden~cs en el tiempo. Im-? _ de la primera palabra de las líneas sucesivas. El alfabeto como simple
1
posibles de ''examinar'', porque no se presentan· VIsualmente ~1110 ~ue~J serie de letras constituye un vínculo fundamental entre la mnemotecnia
son, antes bien, articulaciones sonoras. En una cultura oral pnmana ~{:J ~ oral y la escolarizada: por lo general la secuencia, de las letras del alfabe-

.. :f! ~ .·
ESCRITURA Y CONCIENCIA 103
102 ESCRITURA Y CONCIENCIA
e~~mplo, gene~almcntc requieren que la voz se eleve un poco. La tradi-
In se aprende de memoria de manera oral y luego se utiliza para la recu- CJOn ~;la escntura, adoptada y adaptada por experimentados críticos,
peración, en gran medida visual, de material, a manera de índices. tambtcn puede aportar algunos indicios extra textuales de las entonacio-
Las gráficas, que no sólo disponen los elementos del pensamiento en nes, ~unque n~ totalmente. Los actores pasan horas diciendo cómo pro-
una línea clasificatoria sino simultáneamente en órdenes horizontales y nunciar en realidad. las palabras del texto que tienen frente a sí. Un pasaje
varios en zig-zag, representan un marco de pensamiento más apartado dado puede ser recitado por un actor con gran sonoridad; por otro, con
aún que Jos listados en relación con los procesos intelectuales orales que, un susurro.
se supone, tales gráficas representan. El extenso uso de listados y parti- No sólo los lectores, sino también el escritor, carecen del contexto ex-
cularmente de gráficas, tan común en nuestras culturas de avanzada tec- tratcxtual. La f~lta de un contexto comprobal:~e es lo que normalmente
nología, es resultado no sólo de la escritura, sino de la profunda h_a~ce _m_ucho mas p~n~sa la actividad de la escritura que una presenta-
interiorización de lo impreso (Ong, 1958b, pp. 307-318 et passim), la cual cw~ ~~al ante un pubhco ,real. "El pú~lico del escritor siempre es imagi-
pone en práctica el uso de listas de palabras, esquemáticas y fijas, y otras nano (Ong_; 1977, pp. 53-81 ). El escntor debe c•·ear un papel que pueda
aplicaciones informativas del espacio neutral, mucho más allá de cual- ser des~~ penado por los lectores ausentes y a menudo desconocidos. Aun
quier posibilidad en una cultura con conocimiento de la escritura. al esc:tbtr a un arr~igo Íntimo, tengo que crear una disposición anímica
para e~, a la cual cJ d~be ~moldarse. El lector también tiene que crear
al escntor. Cua~d? mt amtgo lea mi carta, es posible que me encuentre
ALGUNAS DINÁMICAS Dt-: LA TEXTUALIDAD en un estado de ammo enteramente distinto de cuando la escribí. En efec-
to, es mu?' posi~le que h~ya yo muerto. Para ql'~ un texto comunique
La condición de las palabras en un texto es totalmente distinta de su con- su ri_IensaJC,. no tmporta st el autor está muerto o vivo. La mayoría de
dición en el discurso hablado. Aunque se refieran a sonidos y no tengan los l.Jbt:os ext~;entes hoy en~ día fueron es.critos por personas muertas ya,
sentido a menos que puedan relacionarse -externamente o en la La artlculacwn hablada solo es produCJda por los vivos.
imaginación- con los sonidos o, más precisamente, los fonemas que co- Incl~so e~ un diario personal dirigido a mí mismo, tengo que crear
difi~an, las palabras escritas quedan aisladas del contexto más pleno dentro al destmatano De hecho, el dtano reqUiere, en cierta forma de la in-
del cual las palabras habladas cobran vida. La palabra· en su ambiente venciÓ~ máxu.na de la persona que habla y ~e aquella a la cual se dir_ige.
oral natural forma parte de un presente. existencial real. La articulación I~a escntura stempre. es una especie de imitación del habla; y en un dia-
hablada es dirigida por una persona real y con vida a otra persona real na, P?r lo tanto, finJO estar hablando conmigo mismo. Pero nunca ha-
y con vida u otras personas reales y con vida, en un momento específico blo ast cuando me refiero a mí mismo. Ni podría hacerlo sin la escritura
dentro de un marco real, que siempre incluye más que las meras pala- o, de hecho, sin la imprenta. El diario personal es una forma literaria
bras. Las palabras habladas siempre consisten en modificaciones de una muy tardía, de h~cho desconocida hasta el siglo XVII (Bocrncr, 1969). La
situación total más que verbal. Nunca surgen solas, en un mero contex- clase de ar:ob~mJentos verbales solipsistas que implica son un producto
to de palabras.
'. de la concienCia como ha sido moldeada por la cultura de lo impreso
Sin embargo, las palabras se encuentran solas en un texto. Es más, ¿Y ?ara cuál "y?" es_roy escribiendo? ¿El yo de ahora? ¿Cómo creo qu~
al componer un texto, al "escribir" algo, el que produce el enunciado ~ere ~entro de dtez anos? ¿Cómc espero ser? ¿Para mí mismo cómo me
por escrito también está solo. La escritura es una operación soli¡}sista. tma~t_no o cómo espero que los demás me imaginen? Preguntas tales co-
Estoy escribiendo un libro que espero sea leído por cientos de miles de mo estas pueden colmar y colmar de angustias a los redactores de diarios
personas, de manera que debo aislarme de todos. Mientras escribo el Y co.n bastante frecuencia conducen a la interrupción de los diarios. El
presente libro, he dejado dicho que no estoy durante horas y días, de escntor no puede vivir ya con su ficción.
modo que nadie, incluso personas que probablemente leerán el libro, pue- Las formas_ en l~s c_uales .los lectores son imaginados representa la parte
da interrumpir mi soledad. oculta de la ht.stona hterana; la parte superior es la historia de los géne-
En un texto incluso las palabras que están ahí carecen de sus cualida- ros ~ el maneJO de los personajes y la trama. Los primeros sistemas de
des fonéticas plenas. En el habla oral, una palabra debe producirse con escntura propo:cionan recursos al lector para situars..e imaginari~mente.
una u otra entonación o tono de voz: enérgica, excitada, sosegada, irri- Presenta matenal filosófico en diálogos, como los del Sócrates de Platón
tada, resignada o como sea. Es imposible pronunciar oralmente una pa- que el. lec~or puede imaginarse estar escuchando. O debe figurarse qu~
labra sin entonación alguna. En un texto, la puntuación puede señalar los ep1sodtos son contados a un público vivo durante un periodo de días.
el tono en un grado mínimo: un signo de interrogación o una coma, por l
1

1
104 ESCRITURA y CONCIENCIA F.SCRITURA Y CONCIENCIA. 105
Más tarde, en la Edad Media, la escritura presenta textos filosóficos y nos separadas, en segmentos significativos. Empero, las palabras t:só·i-
teológicos a manera de objeciones y respu~stas, de manera que ellect,or tas agudizan el análisis, pues se exige más de las palabras individuales.
· ·
pue d e 1magmarse u n debate total . Boccacc10 y Chaucer presentan
.
tor grupos ficticios de hombres y mujeres contándose h1stonas ~nos a
. allt.:c-
1
. Para darse a entender claramente sin ademanes, sin expresión facial, sin
entonación, sin un oyente real, uno tiene que prever juiciosamente to-
otros es decir, un relato principal, de modo que el lector puc~~ sim_ula~ ¡ dos los posibles significados que un enunciado puede tener para cual-
'
que forma parte del grupo oyente. Pero, ¿quien ·" 1e cuc nt a a_ q m en en Pn-
. quier lector posible en cualquier situación concebible, y se debe hacer
de and Prejudice, Le Rouge et le noir o Adarn Bede? Los novelistas del siglo que el lenguaje funcione a fin de expresarse con claridad por sí mismo,
una ~ ot~a v~z, par~ ~ecor­
11
XIX repiten tímidamente "querido lector sin contexto existencial alguno. La necesidad de esta exquisita formali-
darse a sí mismos que no están contando una histona smo escnbiendo dad hace de la escritw·a la penosa labor que comúnmente es.
un relato en el cual tanto el autor como el lector tienen dificultades para Lo que _Goody (1977, p. 128) llama "análisis a la inversa" permite
ubicarse. La psicodinámica de la escritura maduró muy lentamente en en la escritura eliminar incongruencias (Goody, 1977, pp. 49-50), elegir
la narración. ? S 'l ~- palabras con una selección reflexiva que dota a los pensamientos y
.y cómo ha de comprenderse al lector de Finn~gans' Wake. ~ o como \"'1: las palabras de nuevos recursos de discriminación.' En una cultura oral, el
un 'lector. Pero de una especie imaginaria especial. La mayona de l_os ~-: flujo de las palabras, el correspondiente fluJO de pensamiento, la copia
lectores en inglés no pueden o no quieren converti_rse e.n l~ clase especial ·?;- defendida en Europa por los retóricos desde la Antigüedad clásica hasta
.¡,-·,
de lector quejoyce exige. Algunos toman cursos umvers1tanos para apren- ''~ el Renacimiento, tiende a manejar las discrepancias falseándolas -en
der cómo imaginarse a sí mismos, a la Joyce. A pesar de que su texto \1': este caso, la etimología resulta reveladora: glossa, lengua, producirlas '~con
es muy oral en el sentido de qu.e se lee bien en voz alta, la_voz,y ~u oyen-
te no caben en ningún marco concebible de la vida real, smo umc.amente
'~.¡. la lengua''. En la escritura, las palabras, una vez ''articuladas'', exteriori-

en el marco imaginario de FinnLgans' Wake, q~e sólo ~esulta ~onceb1ble por .~.·.
-~.-
zadas, plasmadas en la superficie, pueden eliminarse, borrarse, cambiarse .
No existe ningún equivalente de esto en una producción oral, ninguna ma-
-~
la escritura y lo impreso que lo han precedido. Fmnegans Wake es. u.na nera de borrar una palabra pronunciada: las correcciones no elimi-
obra escrita, pero destinada a la impresión: co.n su o~tografía Y us?s I~IO­
sincrásicos de las palabras, sería virtualmente Imposible reproduc~rla con
~recisión mediante copias· escritas a mano. Aqu~ no hay· rnímes1s en_ el
l -~l
nan un desacierto o un error, sino meramente lo complementan con ne-
gaciones y enm!endas. El bricolage o creación a partir de elementos
heteróclitos que Lévi-Strauss ( 1966 y 1970) considera característico de las
.;.~.
sentido aristotcliano, salvo irónicamente. La escfltura es d~ ~,echo la tie-
rra fértil de la ironía, y cuanto más perdurable sea l_a t:adiciOn de ?a e~·
}, normas de pensamientos "primitivas" o "salvajes" puede considerarse
aquí como producto de la situación intelectual oral. En la presentación
~:·.
critura (y de lo impreso), más vigoroso será el crecimiento de la 1roma
(Ong, 1971, pp. 272-302). l. oral, las correcciones suelen resultar contraproducentes, hacer poco con-
vincente al orador. Por eso se las reduce al mínimo o se las evita del to-
>ji do. Al escribir, las correcciones pueden ser enormemente provechosas,
.lt.
"-~
pues ¿cómo sabrá el lector que se han hecho siquiera?
DISTANCIA, PRECISIÓN, "CRAFOLECTOS" Y MAGNOS VOCABULARIOS Por supuesto, una vez que la sensibilidad, producida caligráficamen-
·]'~'
··j

te, para la precisión y la exactitud analítica es interiorizada, puede re-

~! ~~:~~~~~~~~~:oa;~:J:~~~c:~:b~~r~~u~;a~~~~~;~e; r~;oa ;~~v;a~~~~~ f~ troalimentarse a su vez en el habla, y eso es lo que sucede. Aunque el
pensamiento de Platón se expresaba en forma de diálogo, su exquisita
contexto existencial de gran parte de la cxprcsiOn oral. ~as real~zact,ones --~ precisión se debe a los efectos de la escritura en los procesos intelectua-
orales pueden ser impresion~ntes en su grandllocu~~c¡a y sab1dunavd: ~~-~,
1a comun )·dad , ya sean prolijas ' como en la narraciOn formal, o bre e .-ft:~
les, pues los diálogos de hecho son textos escritos. A través de un texto
escrito presentado en forma de diálogo, avanzan de manera dialéctica
1
l
·d ' ' ·"'·
y apotegmáticas, como en los proverbios. Co_n todo, la.sa~• una esta re:..~·~·; hacia el esclarecimiento analítico de temas que Sócrates y Platón here-
Jacionada con un conteXto social total y relattv~m_ente mvwlable. EI_I~~n . ~ · daron de manera más "totalizada'', ajena al análisis, narrativa y oral.
guaje y el pensamiento qu~ se producen no se dtstmguen por su preciSJO l~_;l' .· En The Greek. Concept ojJustice: From Its Shadow in Horner lo lü Substanct
analítica. -~·,;o ·t · in Plato ( l978a), Have1ock analiza e1 movimiento que la obra de Platón
. puesto todo lenguaj·e y pensamiento es hasta cierto punto ana· ¡-, (.
P orsu llevó a su culminación. Nada de la concentración analítica de Platón so-
, . · 1 '' me-
lítico: descompone el conti~uo compa~t? de la expenenc1a, a _enor _'l.,.,"f, bre un concepto abstracto de la justicia puede hallarse en ninguna de
floreciente y ruidosa confusión" de Wilham James, en partes mas o me_. ;.f \ ~ ~ las culturas meramente orales en que se conocen. Asimismo, la devasta-
'• ~.:.. ¡.'
·- ,r~
......-;~'
A---r...
,~,,~·¡.,·
)
106 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 107
dora precisión sobre los temas y las debilidades de sus adversarios en los v~ d:
la cultura or~l. El código elaborado se forma con la ayuda impres-
discursos de Cicerón es la obra de una mente escolarizada, a11nque sabe- cmdib~c de la escntura y, para su completa realización, de lo impreso.
mos que Cicerón no escfibía sus discursos antes de pronunciarlos; los Los mJ;mbros del grupo que Bernstein descubrió utilizando este código
textos que han llegado hasta nosotros fueron escritos después de pronun- proven_t~n d~ l~s seis. principales escuelas públicas que proporcionan la
ciarlos (Ong, 1967b, pp. 56-57). Los debates orales refinadamente ana- educacion m~s .mten~wa en lectur-a y escritura de la Gran Bretaña (1974
líticos de las universidades medievales y de la tradición escolástica P· ~3). Lo~ codigos lingüísticos "restringidos'' y "elaborados" de Bern~
posterior, hasta entrado el presente siglo (Ong, 1981, pp. 137-138), fue- dstetn podnan,,reclasificarse como ''basados en ellenguaJ·e or a 1" y "b asa -
ron d producto de espíritus forjados por la escritura, la lectura y el co- o~ en texto~ , .respectivamente. Olson (1977) muestra cómo la oralidad
mentario de textos, oralmente y por escrito. atnbuye el s1gmficado principalmente al contexto, mientras que la escri-
Mediante la separación del conocedor y lo conocido (Havelock, 1963), tura lo concentra en la lengua misma.
la escritura posibilita una introspección cada vez más articulada, lo cual La :::;critura Y lo impreso producen clases especiales de dialectos. La
abre la psique cómo nunca antes, no sólo frente al mundo objetivo exter- mayona de. las lenguas nunca se han puesto por escrito en absoluto co-
no (bastante distinto de ella misma), sino también ante el yo interior, mo se ha ~1sto (sufra, p. 7). No obstante ciertas lenguas o, más co;.rec-
al cual se contrapone el mundo objetivo. La escritura hace posibles las ta~ente, Ciertos dtalectos, han practicado extensamente la escritura. En
grandes tradiciones religiosas introspectivas como el budismo, el judaís- ~a1ses co~o Inglaterra, Alemania o Italia (donde confluyen una gran can-
mo, el cristianismo y el Islam. Todas ellas poseen textos sagrados. Los tidad de dialec,tos), un ler.Iguaje regional se desarrolló por escrito más que
antiguos griegos y romanos conocían la escritura y la utilizaban, parti- todos l~s demas por ~~ouvos económicos, políticos, religiosos u otros, y
cularmente los griegos, para elaboY.ar el conocimiento filosófico y cientí- con ~1 tiempo s.e volv1o una lengua nacional En Inglaterra este proceso
fico. Sin embargo, no produjeron textos sagrados comparables con los se d10 con el d1a!ecto del inglés londinense de clase alta; en Alemania,
Vedas, la Biblia o el Corán, y su religión no logró establecerse en los con el ~lto aleman (el que se habla desde las tierras altas hasta el sur);
nichos de la psique que la escritura les había abierto. Se volvió sólo un en Ital~a, con el t~scano. Aunque es verdad que en el fondo todos ellos
recur~o liter·ario y arcaico -de clases provilegiadas- para escritores co- eran dialectos regionales o de clases, su status como lenguas nacionales
mo Ovidio, y un sistema de usos externos, carente de un'significado per- c_ontroladas por escrito ha hecho de ellos tipos de dialectos 0 idiomas di~­
sonal predominante. · untos de aquellos que no se escriben en gran escala. Según señala Gux-
En una lengua, la escritura crea códigos distintos de los códigos ~an (1970, pp. 773~776), una lengua nacional escrita tuvo que haberse
orales de esa lengua. BasilBernstcin(1974, pp.l34-135, 176,181, 197-198), aislado de s.u base dialectal originaria, descartar ciertas formas dialecta-
hace una distinción entre el "código lingüístico restringido" les Y también ~~·~ar _ciertas peculiariddes sintácticas. Ha u gen ( 1966,
o "lenguaje público" de los dialectos ingleses de las clases bajas en Gran pp. 50-7_1) bautizo atmadamente como "grafolecto" a este tip.o de len-
Bretaña, y el "código lingüístico elaborado" o "lenguaje privado" de gua ofic1al escrita.
los dialectos de clase media y alta. Walt Wolfram (1972) había notado Un grafolecto moderno como el "inglés" (por utilizar el término sim-
con anterioridad diferencias como las de Bernstein, entre el inglés esta- p.le que. comúnmente se emplea para referirse a este "grafülecto'') ha
dounidense común. El código lingüístico restringido puede ser al menos Sido reformado desde hace siglos, primero y con mayor intensidad
igualmente expresivo y preciso que el elaborado, dentro di! contCxtos fa- aparcnteme~t~, por la c~~cillería ~e ~Enrique V (Richardson, 1980); ;
miliares y compartidos por el hablante y el oyente. Sin embargo, si se luego por teoncos, gramattcos y lexJCografos normativos, entre otros. Se
exige expresividad en un contexto desconocido, el código lingüístico ela- ha plasmado ampliamente en la escritura, en la imprenta y ahora en COill-
borado no basta~ un código lingüístico elaborado resulta estrictamente puta~o:as, de modo que quienes conocen el "grafolecto'' hoy en día pue-
necesario. El restringido evidentemente es de origen y uso en gran me- den f~;Jlmentc establecer contacto no sólo con millones de personas, sino
dida orales y -como .sucede por regla general con el pensamiento y la tam?1cn, con el pensamiento de siglos pasados, pues los otros dialectos
expresión orales- opera en relación con el contexto, cerca del mundo del mglcs -como sucede con miles de lenguas extranjeras- son inter-
vital humano: el grupo que Bernstein descubrió utilizando este código pret~dos. en el grafolecto. En este sentido, el grafolecto incluye todos los
estaba formado por mensajeros sin educación primaria. Su manera de demas dialectos: los explica como ellos mismos no pueden expliCarse. El
expresarse tiene características de fórmula y no coordina los pensamien- grafolecto lleva el sello de los millones de intelectos que lo han utilizado
tos mediante una subordinación cuidadosa sino "como cuentas en un,· para co~partir su conciencia unos con otros. En él se ha forjado un vo-
marco" (1974, p. 134): sin duda la disposición formularia y acurnulati-' cabulano extenso de una magnitud imposible para una lengua oral. El 1

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108 ESCRJTURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 109
Wtbster's Third New lnternational Dictionary (1971) declara en el prefacio INFLUENCIAS RECÍPROCAS: LA RETÓRICA Y LOS TÓPICOS
que a las 450 mil palabras que incluye podía haber agregado un número
"muchas veces" mayor. Si suponemos que "muchas veces" debe signi~ En occidente, dos tendencias particulares de la mayor importancia tu-
ficar por lo menos tres, y si redondeamos las cifras, podemos concluir vieron su origen en la oralidad y la escritura y dejaron sentir su efecto
que los ~ditores disponen de un registro aproximado de un millón y me- en la influencia mutua entre una y otra: se trata de la retórica académica
dio de palabras impresas en el inglés. Las lenguas y los dialectos orales y el latín culto.
pueden arreglárselas tal vez con cinco mil palabras o menos. En su volumen 111 de la Oxford llistory oj English Literature, C. S. Le-
La riqueza léxica de los grafolectos comienza con la escritura, pero wis advierte que la "retórica constituye la barrera más grande entre no-
su abundancia se debe a la impresión, ya que los recursOs de un grafo- sotros y nuestros antepasados" (1954, p. 60). Lewis honra la magnitud
Iecto moderno se encuentran principalmente en los diccionarios. Existen del tema negándose a tratarlo, a pesar de su abrumadora importancia
listas limitadas de palabras de varios tipos que datan desde los inicios para la cultura de todas las épocas, por lo menos hasta la del Romanti-
mismos de la historia de la escritura (Coody, 1977, pp. 74-111); sin em- cismo (Ong, 1971, pp. 1-22, 255-283). En sus albores, el estudio de la
bar.g0, antes del establecimiento definitivo de la imprenta, los dicciona- retórica, que dominaba en todas las culturas occidentales, hasta esa épo-
rios no se ocupan de hacer una suma global de las palabras usadas en ca, constituyó la parte medular de la educación y la cultura de la Anti-
cualquier lengua. Resulta fácil comprender el porqué si se considera lo . ·'· gua Grecia, donde el estudio de la "filosofía", representada por Sócrates,
que implicaría reproducir a mano sólo unas cuantas docenas de copias Platón y Aristóteles -y pese a toda su fecundidad subsiguiente- era
relativamente fieles del Webster's Third o incluso del mucho más reduci- un elemento relativamente menor en el conjunto de la cultura, que nun-
do lYebster's New Collegiate Dictionary. Los diccionarios de este tipo se en- ca pudo competir con la retórica ni en el número de sus adeptos ni en
cuentran a años luz de distancia del mundo de las culttP·as orales. Nada sus efectos sociales inmediatos (Marrow, 1956, pp. 194-205), como indi-
ilustra de manera más irnpresionapte cómo la escritura y lo impreso al- ca la infortunada suerte de Sócrates.
La retórica era, en su raíz, el arte de hablar en público, del discurso 1
teran los estados de la conciencia.
Donde existe un grafolecto, la gramática y el uso ''correcto" general- oral, de la persuación (retórica forense y deliberativa) o la demost1·ación
mente se interpretan como la gramática y el uso del grafolecto mismo, (retórica "epidíctica''). El griego rethor tiene la misma raíz del latín ora-
sin LOmar en consideración los de otros dialectos. Las bases sensoriales tor: "orador". En las teorías elaboradas por Havelock (1963) parecería 1
del concepto mismo de orden son principalmente visuales (Ong, 1967b, ·evidente que, en un sentido muy profundo, la tradición retórica repre-
pp. 108, 136-137), y el hecho de que el grafolccto sea escrito o, afortiori, sentaba el antiguo mundo oral y la tradición filosófica, las nuevas es-
impreso, hace que se le atribuya un poder normativo especial para man- tructuras caligráficas del pensamiento. Al igual que Platón, C. S. Lewis
tener a la lengua en orden. Sin embargo, cuando además del grafolecto
otros di;¡¡.lectos de un idioma dado difieren de la gramática de éste, no
de hecho volvía inconscientemente la espalda al antiguo mundo oral. A
través de los siglos, hasta la época del Romanticismo (cuando el ejercicio
1
son incorrectos: simplemente utilizan una gramática distinta, pues la len- de la retórica fue desviado, definitiva aunque no totalmente, de la pre-
gua es una estructura, y resulta imposible emplear una lengua sin gra- sentación oral a la escritura), el jnterés explícito o aun implícito en el
mática. En vista de lo anterior, hoy en día los lingüistas por lo común estudio y la-práctica formales de la retórica es una J!luestra de la medida
insisten en que todos los dialectos son iguales en el sentido de que ningu- en que siguen presentes las huellas de oralidad priÍnaria en una cultura
no posee una gramática intrínsecamente más ''correcta" que la. de otros. dada (Ong, 1971, pp. 23-103).
No obstante Hirsch (1977, pp. 43-50) establece, además, que en un sen- Los griegos homéricos y pre-homéricos, como los pueblos orales en
tido profundo ningún dialecto, por ejemplo, del inglés, alemán o italia- general, practicaban el discurso público con gran habilidad mucho antes
no,. cuenta con algo aun remotamente parecido a los recursos del de que sus facultades fueran reducidas a un ''arte'', es de'cir, a un con-
grafolecto. Resulta didác~icamentc equivocado reiterar que, si los otros junto de principios científicos de organización gradual, qUe explicaban
dialectos no son ''incorrectos'', no importa que las personas que los ha- y promovían los fundamentos de la persuasión verbal. Tal "arte" se pre-
blan aprendan o no el grafolecto, cuyos recursos corespondcn a una mag· senta en El arte de la retórica (Technerhetorikl) de Aristóteles. Las Cl;llturas
nitud completamente distinta. orales, como se ha visto, no pueden tener ''artes" de ~ste tipo cie;níflca- 1
mente organizado. Nadie podía ni put-dr simplemente recitar de: impro-
viso un tratado como El arte de lo. retórica de Aristótelcs,.como tendría que
hacerlo alguien perteneciente a una cultura oral si este tipo de éonoci-
110 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 111
miento fuera a ponerse en práctica. Las producciones orales extensas si- IJamarse los ''lugares comunes analíticos''. En segundo lugar, los loci com-
guen normas más acumulativas y menos analíticas. El "arte'' de la mu.nes o lugares comunes se referían a colecciones de refranes (en reali-
retórica, aunque relacionado con el discurso oral, era, al igual que otras dad, fórmulas) sobre varios tópicos -como la lealt.ad, la decadencia, la
"artes", producto de la escritura. amistad o Jo que fuera- que podían integrarse en el propio discurso o
Las personas de una cultura de tecnología avanzada, que se percatan escrito. En este sentido, los loci communes pueden llamarse "lugares co·
de la gran cantidad de tratados que versan sobre retórica, desde la anti- m unes acumulativos". Tanto los lugares comunes analíticos como los
güedad clásica hasta la .Edad Media, el Renacimiento y el Siglo de las acumulativos, claro está, mantenían viva la antigua sensibilidad oral para
Luces (v.gr. Kcnnedy, 1980; Murphy, 1974; Howell, 1956, 1971), dd el pensamiento y la expresión esencialmente compuestos de materiales
interés universal y obsesivo por el tema a través de las épocas y la canti- formularios, o bien convencionales, heredados del pasado. Lo anterior
dad de tiempo dedicada a su estudio, de su terminología vasta e intrin- no explica la totalidad de la compleja doctrina, ella misma parte inte-
cada para clasificar los cientos de figuras del lenguaje en griego y latí~1 grante del amplio arte de la retórica.
-antinomasia o prorwminatio, paradiastole o distinctio, anti-categoria o accusatzo La retórica, por supuesto, es en esencia antitética (Durand, 1960,
concertatiua, etc., etc., etc.- (Lanham, 1968; Sonnino, 1968), probable- pp. 451, 453·459), pues·cl orador habla haciendo fr·entc a adversarios por
mente opinen: ''¡Qué pérdida de tiempo!'' sin embargo, para sus pri- lo menos implicados. la oratoria posee raíces profundamente agonísticas
meros descubridores o inventores, los sofistas de la Grecia del siglo v, (Ong, 1967b, pp. 192-222; 1981, pp. 119-148). El desarrollo de la vasta
la retórica era algo maravilloso pues daba una razón de ser a lo que más tradición retórica fue característico de Occidente y estuvo relacionado
apreciaban, la presentación oraJ eficaz y a menudo espectacul~r; alg~ que -como causa o efecto, o ambos- con la tendencia entre los griegos y
había formado una parte característicamente humana de la ex1stenc1a del sus epígonos culturales de dar máxima importancia a las oposiciones (en
hombre durante épocas, pero que -antes de la escritura- no hubiera el mundo mental y en el extramental) en contraposición con los hindúes
podido prepararse o explicarse de modo tan reflexivo. y los chinos, que doctrinariamentc reducían su valor (Lioyd, 1966; Oh-
La retórica conservaba gran parte de la anr.igua sensibilidad oral para ver, 1971).
el pensamiento y la expresión, como básicamente agonísticos y formula· Desde la antigüedad griega, el predominio de la retórica en Jos fun-
rios. Esto se manifiesta claramente en la enseñanza rctóric¡:t sobre los "tó- damentos académicos produjo, en todo el mundo escolarizado, la im-
picos" (Ong, 1967b, pp. 56:87; 1971, pp. 147-187; Howell, 1956, índice). presión, real aunque a menudo vaga, de que la oratoria era el paradigma
Con su herencia agonística, el aleccionamiento retórico suponía que el de toda expresión verbal, y mantuvo muy en alto el nivel agonístico del
objetivo de casi todo discurso era probar a refutar un punto contra algu- discurso mediante criterios actuales. La poesía misma con frecuencia se
na opinión contraria. El desarrollo de un tema era considerado como un ·' comparaba con la oratoria ''cpidíctica" y se consideraba que estaba re-
proceso de 0 invención", es decir, de hallar en los argumentos que otros lacionada fundamentalmente con la alabanza o la censura (como sucede
habían explotado siempre, aquéllos que fueran aplicables en cuestión.
Se suponía que estos argumentos se encontraban (según Quintil~ano) en
con mucha poesía oral, e incluso escrita, aún hoy en día).
Entrado el siglo XIX, la mayor parte del estilo literario en Occidente
¡
~
los "tópicos (topoi en griego, loci en latín), y a mcuudo se designaban fue delineado -de una u otra manera- por la retórica académica, con 1
como los loci communes o lugares comunes, pues se creía que pro.porcio- una excepción notable: el estilo literario de las escritoras. Entre las m u· 1
naban argumentos comunes para todo tipo de asuntos. . jeres que publicaban sus escritos (como lo hicieron muchas de ellas a partir l
Por lo menos desde los tiempos de Quintiliano, los loci communes se In- . del siglo XVII), casi ninguna había recibido tal entrenamiento. En la épo-
terpretaban en dos sentidos distintos. En primer lugar, se referían a los
"fundamentos" de la argumentación, que en la terminología de hoy se
ca medieval y tiempo después, la educación de .las rnuchachas er;t a me-
nudo intensiva y producía administradoras eficientes de hogan;s que a
'
'~

le"s llamaría "divisiones principales", a saber: definición, causa, efecto, veces comprendían de cincuenta a ochenta personas -lo cual ya era un<.r
oposiciones, semejanzas, y así sucro:sivamente (la clasificación variaba et~ absorbente tarea- (Markham, 1675, título); sin embargo, esta educa-
extensión según el autor). Si se quería una "demostración'' -nosotros ción no se adquiría en instituciones académicas, las cuales enseñaban re-
simplemente le llamaríamos elaboración del pensamiento- sobre cual· tórica y todas las demás materias en latín. Cuando algunas pwjercs
quicr tema, como la lealtad, el mal, la culpabilidad de un criminal acu- comenzaron a asistir a las escuelas durante el siglo XVI, las muchachas
sado, la amistad, la guerra o lo que fuera, siempre podía encontrarse no asistían a las principales, con enseñanza del latín, sino a los institutos
algo que der.ir mediante la definición, la atención a las causas, los efec· más nuevos, que utilizaban el idioma vulgar y cuya enseñanza era de
tos, las oposiciones y rodo lo demás. Estas divisiones principales pueden tipo práctico (comercio y asuntos domésticos), mientras los colegios más
112 ESCRITURA Y CONCIENCIA
ESCRITURA Y CONCIENCIA 113
antiguos -con una instrucción basada en el latín- eran para los hom~ ·"'i
Por basarse en lo académico, terreno totalmente masculino -salvo
bres que aspiraban a ser clérigos, abogados, médicos, diplomáticos y otros
casos tan extraños que no vale la pena mencionar-, el latín culto tenía
servidores públicos. Las escritoras sin duda recibían la influencia de las
otro aspecto eri común con la retórica, además de su origen clásico. Por
obras que habían leído y que pertenecían a la tradición retórica acadéw
mucho más de mil años, estuvo vinculado con el sexo, una lengua escrí~
mica basada en el latín; no obstante, ellas mismas normalmente se ex- ta y hablada únicamente por varones, aprendida fuera del hogar en un
presaban con un lenguaje distinto, mucho menos oratorio, lo c~al tuvo medio tribal que de hecho era la esfera del rito masculino de la puber-
mucho que ver con el surgimiento de la novela.
tad, con todo y cascigos físicos y otras clases de penitencias impuestas
deliberadamente (Ong, 1971, pp. 113-141; 1981, pp. 119-148). No te-
nía vínculo directo alguno con el inconsciente de nadie, del tipo que siem~
INFLUENCIAS RECiPROCAS: LAS LENGUAS CULTAS
pre tienen las lenguas maternas, aprendidas en 1a infancia.
El latín culto se relacionaba con la oralidad y el conocimiento de la
La otra gran infllJencia que en Occidente hizo sentir su efecto en la es-
escritura, sin embargo, de maneras parad6jicas. Por una parte, como
trecha relación entre escrituras y oralidad fue el latín culto, resultado di-
se acaba de notar, era una lengua dominada por la escritura. De los mi-
ret.lC dt.· la escritura. Alrededor de los años 550 y 700 d. de C., el latín
llones que la hablaron durante los siguientes 1 400 años, todos ellos po~
ht bJado como lengua vernácula en varias partes de Europa había evolu- dían también escribirla. No había hablántes meramente orales. No
ci.mado en las primeras manifestaciones del italiano, el español, el cata- obstante, el dominio escrito del latín culto no impedía una afinidad con
lán, el francés, y las otras lenguas romance. Para el año 700 d. de C., la oralidad. Paradójicamente, el aspecto textual -que mantenía al latín
las personas que hablaban estos derivados del latín ya no entendían el arraigado en la antigüedad clásica- conservaba, en consecuencia, también
antiguo latín escrito, inteligible, quizá, para algunos de sus bisabuelos. sus raíces de oralidad, pues el ideal clásico de la educación no había sido
Su lengua hablada se había alejado demasiado de sus odgcncs. Empero, producir a un escritor eficaz sino airhetor, al orator, al orador. La gramá-
la educación y con ella la mayor parte del discurso oficial de la Iglesia tica del latín culto provenía de este antiguo mundo oral y también su
o el Estado, continuaban produciéndose en latín. En realidad no había vocabulario básico, aunque, como sucede con todas las lenguas vivas,
alternativa. Europa representaba un embrollo de cientos,de idiomas y incorporó miles de palabras nuevas a través de los siglos.
dialectos, la mayoría de los c.uales no se escribe hasta la techa. Las tribus Falto de los balbuceos infantiles, aislado de la más tierna edad de la
que hablaban innumerables dialectos germánicos y eslavos, y lenguas no infancia, donde se hallan las raíces psíquicas más profundas del lengua·
indoeuropeas aún más exóticas -como el magiar, el finlandés y el turco- je, sin ser primer lengua para ningUno de quienes lo hablaban, pronun-
penetraban en Europa occidental. No había manera de traducir las obras ciado en toda Europa de modos a meüudo mutuamente ininteligibles,
-literarias, cit':ntíficas, filosóficas, médicas o teológicas- enseñadas en pero escrito siempre de la misma manera, el latín culto constituía una
las universidades, al enjambre de dialectos vernáculos orales que a me- ejemplificación sorpre~dente del poder de la escritura para aislar el dis-
nudo resultaban muy distintos y mutuamente ininteligibles entre pobla- curso y de la productividad inigualada de tal aislamiento. La escritura,
ciones separadas quizá sólo por cincuenta millas. Hasta que uno u otro como se ha visto antes, sirve para separar y distanciar al conocedor de
dialecto llegaba a dominar lo bastante por motivos económicos o de otro lo conocido y, por ende, para establecer la objr.tividad. Se ha sugerido
tipo para ganar nuevos hablantes incluso de otras regiones dialectales (Ong, 1977, pp. 24-29) que el latín culto produce una objetividad aún
(como el dialecto de la región central del Este en Inglaterra, o el Hoch· mayor mediante la instauraci6n del conocimiento en un medio apartado
deutsch en Alemania), el único sistema práctico era enseñar el latín allí~ de las profundidades cargadas de emociones de nuestra lengua materna,
mitado número de muchachos que iban a la escuela. Así pues, otrora reduciendo de este modo la interferencia del mundo vital humano y po-
ulia lengua materna, el latín se volvió una lengua escolar .exclusivamen- sibilitando el reino extraordinariamente abstracto del escolasticismo me-
.1
te, hablada no sólo en ·el aula sino también en todas las esferas según . dieval y de la nueva ciencia matemática moderna que sigui6 a la
las premisas de la escuela (al menos en principio, porque de hecho no experiencia escolástica. Sin el latín culto, parece que la ciencia moderna
siempre ocurría así). Por dictado de los estatutos escolares, el latín se se hubiera puesto en marcha con mayor dificultad, si es que se puso en
había convertido en latín culto, una lengua dominada completamente marcha. La ciencia moderna creció en suelo latino, pues los filósofos y
por la escritura, mientras los nuevos idiomas vernáculos romances deriva- científicos, hasta el tiempo de Sir Isaac Newton, comúnmente escribían
ron del larín del mismo modo que siempre se desarrollaban las lenguas: !::
y elaboraban sus pensamientos abstractos en latín. ¡:
oralmente. El latín sufrió una división entre el sonido y la vista. La influencia recíproca entre una lengua como el latín culto, domina~ '
1
114 ESCRITURA Y CONCIENCIA ESCRITURA Y CONCIENCIA 115
da por la escritura, y los diversos dialectos vernáculos (lengua maternas) bra. A pesar de que el humanismo del Renacimiento inventó el moder-
aún está lejos de comprenderse por completo. No hay manera de sim- no sa?c~ textual y dirigió el desarrollo de la impresión con tipos, también
plemente "traducir" un.idioma como el latín culto a otros como los ver- presto md~s otra vez a la antigüedad y así imbuyó nueva vida a la orali-
náculos. La traducción era transformación. La influencia recíproca dad. El esttlo del inglés utilizado en el periodo de los Tudor (Ong, 1971,
producía todo tipo de resultados especiales. Bauml ( 1980, p. 264) llama PP· 2347) ~ mcluso mucho más tarde, conservaba muchas características
la atención, por ejemplo, sobre algunos de los efectos causados cuando del lengu_aJe oral en su uso de epítetos, equilibrio, antítesis, estructuras
las metáforas de un latín conscientemente mt~taUJrico se trasladaban a for!"nula.nas Y. elementos de lugares comunes. Lo misrno sucedía con lo!i
lenguas maternas menos metaforizadas. estilos hteranos europeos en general.
Durante este periodo, otras lenguas masculinas dominadas por la es- En ~a Ant~güedad clásica occidental, se daba por sentado que un tex-
critura se dcsarrol1aron en Europa y Asia, donde considerables pobla- to cscnto valioso debía y merecía leerse en voz alta, y la práctica de leer·
ciones escolarizadas querían compartir una herencia intelectual común. los textos en voz alta continuó, comúmente con muchas variaciones a
ContemporáneOs del latín culto eran el hebreo rabínico, el árabe clásico, través d~l si~lo XI_x (Balogh, 1926). Esta práctica tuvo un fuerte infl~jo
el sánscrito y el chino clásico, con el griego bizantino como sexta lengua, en el cst~lo ltterano desde la Antigüedad hasta tiempos bastante rccic~­
definitivamente una lengua mucho menos culta pues el griego vernáculo tes (Balogh, 1926; Crosby, 1936; Nelson, 1976-1977; Ahern, 1982). Ai\o-
mantenía un estrecho contacto con ella (Ong, 1977, pp. 28-34). Todas rando todavía ~a antigua oralidad, el siglo XIX ncó concursos de
estas lenguas ya no se usaban como lenguas maternas (es decir, en el ''oratoria'' q u e tn t cnta b an vo 1ver a un esta d o prístino los textos impre-
sentido directo, o sea que las madres ya no las utilizaban para criar a sos empleando una esrnerada habilidad para memorizar los textos pala-
los niños). No eran primeros idiomas para ningún individuo, se contro- bra po~ palabra, y recitadas de tal manera que sonaran como
laban únicamente por la escritura, eran hablados sólo por hombres·(con pr~oduccwnes orales. improvisadas (Howell, 1971, pp. 144-256). Dickens
algunas excepciones sin importancia, aunque quizá había más en el caso leta extractos escog1dos de sus novelas sobre la tribuna del orador. Los
del chino clásico que en los otros), y los hablaban sólo los que sabían famosos McGuffey's_ Readers, publicados en Estados Unidos con aproxi-
escribirlos y quienes de hocho los habían aprendido originalmente me- madamente 120 mdlones de ejemplares entre 1836 y 1920, eran concebi·
diante el uso de la escritura. Tales lenguas ya no existen, y hoy en día dos com~ selecciones de lecturas auxiliares, no para mejorar la 1
resulta difícil comprender su antigua fuerza. Todos los idiomas utiliza-
dos para el discurso culto en la actualidad también son lenguas maternas
(o, en el caso del árabe, están integrando las lenguas maternas cada vez
más a ellas). Nada muestra de manera más convincente que esta desa- '
comprensiÓn de la. lectura (lo que idealizamos hoy en día) sino para la
lectu~·a declamatona. oral. Los M_cGulfey 's se especializaban en pasajes li-
teranos dond: el sonrdo co~:rara tmportancia fundamental y versaran so-
bre ~rancies. heroes (personaJeS con una gran influencia oral). Proporciona-
l
parición de la lent,rua dominada por la escritura, cómo esta última está i ban mtcrrmnables pronunciaciones orales y ejercicios para la re~piración
perdiendo irremediablemente su antiguo monopolio de poder (aunque
no su importancia) en el mundo actual. r'
j (Lynn, 1973, pp. 16 y 20).
La retórica misma lüc trasladándose, gradual pero mcvitablcmcnte,
del mu~?o oral al mundo de la escritura. Desde la Antigüedad clásica,
t
l'
1 ·, las hab1hdades verbales aprendidas en la retórica se practicaban no sólo
1
LA PERSISTENCIA DE LA ORALIDAD !1 en la oratoria sino también en la escritura. P:ua el siglo xv1 los libros
d_c texto de retórica comlmmentc pasaban por alto, de las tradicionales
Como indican las relaciones paradójicas de la oralidad y la escritura en c_mc~ ~partes de la retórica (invención, disposición, estilo, memoria y re~
la retórica y el latín culto, la transición de la oralidad a la escritura fue cJ.tacwn), la cuarta, la memoria, que no era aplicable a la escritura. Tam-
lenta (Ong, 1967b, pp. 53-87; 1971, pp. 23-48). En la Edad Media, los btén reducían al mínimo la última parte, la recitación (Howell, 1956,
textos se utilizaban mycho más que en la antigua Grecia y Roma, los pp. 146-270, etcétera). Por lo general realizaban estos cambios con es~
profesores disertaban sobre textos en las universidades, y sin embargo paciosas explicaciones o bien sin explicación alguna. Hoy en día, cuan-
nunca ponían a prueba por escrito los conocimientos o la habilidad inte- do los programas de estudios incluyen la retórica como materia, por lo
lectual, sino siempre por medio del debate oral, costumbre que siguió regular esto sólo significa el estudio de cómo escribir correctamente. Pe-
practicándose de manera cada vez rnás disminuidas hasta el siglo XIX \, ro nadie lanzó nunca deliberadamente un programa para dar esta nueva
y que hoy en día aún sobrevive como vestigio en la sustentación de la orientación a la retórica: el "arte" simplemente siguió el rumbo de la
tesis doctoral, en los lugares (cada vez menos) donde esto se acostum- conciencia, alejándose de una economía oral hacia una escrita. La ten-

-~
F''~'~"'-~"
~~~-~-;,.;
t;~-~-·c,.;

''·'
116 ESCRITURA Y CONCIENCIA

dencia culminó antes de que se notara que algo estaba sucediendo, y en


ese momento la retórica ya no fue la materia que en o"tros tiemp.os había
abarcado todo: la educación ya no podía describirse como esencialmente
retórica, como se había hecho en épocas anteriores. Las tres grandes ma-
ter·ias: la lectura, la escritura y la aritmética, que representaban una edu-
V. LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDÓ
' .
cación -teórica, comer.cial y doméstica- en esencia ajena a la retórica,
fuerou sustituyendo paUlatinamente a la enseñanza tradicional, heroica
y agonística, de bases orales, que por lo general había preparado a los
EL PREDOMINIO Dr::L OÍDO CEDE Al. DE LA VISTA
jóvenes del pasado para la enseñanza y el servicio público y profesional,
eclesiástico o político. En el proceso, conforme la retórica y el latín iban AuNQurc: ESTElibro se ocupa principalmente de la cultura oral y los cam-
de salida, las mujeres entraban cada vez in.ás en el t_erren_o académico, bios en el pensamiento y la expresión producidOs por la escfitura, debe
que también orientaba más y más hacia el comercio (Ong, 1967b, pági- dCdiCan:m poco de atenci6n a lo impreso pues refuerza y transforma lo:.,
nas 241-255). efectos de la escritura en el pensamiento y l-a expresión:. Dado que el giro
del lenguaje oral al escrito es en esencia un cambio de. sonido al espacio vi-
sual~ en este caso los efectos de la impresión sobr·c el uso del espacio visual
pueden ser el punto centraJ de atención, aunque no el único pues no sólo
hace resaltar la relación entre lo impreso y la escritura, sinO también la rela-
ción entre lo impreso y la oralidad, que seguía presente en la escritura y la
primera cultura de lo impreso. Es más, mientras todOs los efectos de lo im-
preso no se reducen a aquéllos que tiene sobre el uso de espacio visual, mu-
chos de los otros de hecho están relacionados de varias maneras con este
último. ,,
·..... En una obra de estas difnensioncs no es posible enumerar siquiera 1¡
todos Jos efectos de la impresión. Incluso una ojeada superficial a los dos
volúmenes de Elizabeth Eisenstcin, Tite Printing Press asan A,geni of Change
(1979), hace muy patente cuán diversificados y vastos han sido los resul-
tados particulares de la impresión. Eisenstein explica detalladamente cómo
la impresión hizo del Renacimiento italiano un Renacimiento europeo
permanente; produjo la Reforma protestante y reorientó la práctica reli-
giosa católica;-afectó el desarrollo del capitalismo moderno; hizo posible
que la Europa occidental explorara el mundo; carnbió la vida familiar
y la política; difundió el conocimiento como nunca antes; hizo del alfa-
betismo universal un Objetivo formal; volvió posible el surgimiento de
las ciencias modernas; y dio nuevas facetas a la vida soCial e intelectual.
. ' En The Gutenberg Galaxy (1962) y Understanding Media (1964), Marshall
McLuhan ha llamado la atención sobre muchos de los modo.s más sutiles
con los cuales lo impreso ha afectado la conciencia, como también lo ha~
ce Georgc Steincr en Lrmguage and Silence ( 196.7) y corno yo lo intento en
otros estudios (Ong, 1958b; 1967b; 1971; 1977). Aquí nos interesan par-
ticularmente estos efectos más sutiles de lo impreso sobre la conciencia,
antes que sus consecuencias sociales más evidentes.
Durante miles de años, los seres humanos han imprimido dibujos con
superficies talladas de diversas maneras, y a partir de los siglos v¡: y VIII chi-
nos, coreanos y japoneses imprimían textos primero con bloques de ma-

1.17
......

..
:.,

• ¡.

·' ..
BIBLIOGRAFÍA

Además de las obras citadas en el texto, esta bibliografía también e·numera algu-
nos títulos más que el lector puede considerar de particular utilidad.
La bibliografia no pretende cubrir cntcmmente la extensa documentación en to-
dos los campos donde la oralidad y el conocimiento de la escritura son temas de
· estudio (por ejemplo, las cultura.<; africanas), sino sólo enunu:rar algunas obras im-
portantes que pueden servir de introducción a cawpos más vastos. Mucha.<; obras
citadas aquí contienen bibliografías que tratán más específicamente algunos temas.
Las investigaciOnes más irnp011.antcs sobre los contrac;tes entre oralidad y escri-
tura se han realizado en inglés; grn.r.. parte del trabajo precursor ha sido realizado
por especialistas en Estados Unidos y Canadá. Esta bibliogmfia se concentra en las
obras de lengua inglesa, pero iilcluye unas cuantas en otros idiomas.
Para evitar el exceso, el material de este libro que puede verificarse fáci\mcn-
.te en fuentes usuales de referencia, como enciclopedias, por ejemplo, no está in-
cluido en el siguiente listado.
Algunas referencias incluyen un comcnta1·io cuando se ha ju?.gado necesario
hacerlo.

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