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identificar tal meudescripción -cuya función cultural co . t .

. d' nSls e preCio


samente en e1..nguroso
, reor enamlento
'. d de
.. , lo que en lo pro n o e! .
fu d d
espesor adqumo una excesiva
,'. m efiniclOn- con el· t "d
eJloreal d ela .•.
cuItura como tal . El cnnco escnbe sobre cómo J _ h '
. B i1
ceso Iiterano. o eau esublece normas precisam t i ·
""vena marchar e! pro- .•
so marcha de otra manera y se violan las en e porque e proce-
escritos perdenan todo sentido) mientrasnorm~ ~e otro modo esos
que an~e él se halla la descripció~ de! roce!U;eal stonador supone
su apanenCla dominante. De! hecho las de . o, por lo m~nos, de
los sobornos por e! gobierno de I R ' d íep'eglndas pro~lblClones de
toriador de la vida cotidiana' ,dI
ca
uSla e SI o XVII, ID un solo his-
bomos desaparecieron sino tJoundo I saca la conclusión de que los so- .
' o contrano' Supone q l'da
rea! esuban ampliamente extendid s· b' ~e en a VI
os. mem ar"o e!hit . d d
la Iiteratura considera que esu' en l d ch d '"
.. d ,. e ere o esuponer
s ona or e
l
La semiótica de la cultura y el concepto de texto*
enpClones e los teoncos eran cumpl'd d que as pres-
r 1 . las e una manera m' .
PLas° os esento!es. que las leyes de! código penal por los fu as. ngur?sa
meudesenpCiones de la cultura po l l ' nClonanos. En la dinámica de! desarrollo de la semiótica durante los últimos
misma, un esqueleto una arm' r <; a nusma, no son, para ella quince años se pueden aprehender dos tendencias. Una está orienuda
polos estructuraIes' ;ara e! his~ondque SIrVe de ~ase, sino uno de los
ción Iisu, sino un ~aterial de ~:d·or, en
cultura, que se halla en constánte luch; = C'::"?IO, no so~ una solu-
o;oso~:~=:o~edellla
, e a.
a precisar los conceptos de partida y a detenninar los procedimientos
de generación. La aspiración a una modelización exactá conduce a la
creación de la metáSemiótica: devienen objeto de investigación no los
textos como tales, sino los modelos de los textos, los modelos de los
modelos, y así sucesivamente. La segunda tendencia concentra su
atención en el funcionamiento semiótico del texto real. Mientras que
desde la primera posición la contradicción, la inconsecuencia estruc-
tural, la conjunción de textos diversamente estructurados dentro de
los lúnites de una sola formación textual y la indefinición del sentido
son rasgos casuales y "no funcionantes», suprimibles en el metanivel
de la modelización del texto, desde la segunda posición son objeto de
especial atención. Aprovechando la terminología saussureana, podría·
mos decir que en el primer caso el habla le interesa al investigador
como materialización de las leyes estructnrales de la lengua, y en el se-
gundo, pasan a ser objeto de la atención precisamente aquellos aspec-
tos semióticos que divergen de la estructura de la lengua.
Así como la primera tendencia obtiene su realización en la meU'
semiótica, la segunda genera de manera natural la semiótica de la cuI·
tura.

* «Semiotika kul'tury i poniatie teksta», en Semeiotiké. Trudy po znttktYrym sistemam,


núm. 12, Tartu, Tartu Riikliku Ülikooli Toimetised, 1981, págs. 3-7. Reproducido en
1. M. L., Izbrannye ,tat'i, Tallin, Alexandra, 1992, t. 1, págs. 129·132. [N. ddT.]
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La conformación de la semiótica de 1 ul . . "
. l' ., a c tura -disClpli sión del mismo en una fórmula ritualizada, codificada también me-
examma a mteracclOn de sistemas semióti d' na qUe '.
rados, la no uniformidad interna d 1 cos Iversamente estIuctu. ,'. , diante algún lenguaje secundano, o sea, en un texto. La sIguIente eta-
del po1iglotismo cultural y senu'o'l:!' e espaCio semiótico, la necesidad ' ", pa fue la unión de tales o cuales fórmulas de modo que furmaran un
'd
da las leas '
sellllóticas tradicional co-cambló
El en co,nSl'derable medio "
texto de segundo orden. Adquirieron un especial sentido estructural
de una transrormación
r es.
sustancial Los concepto d.e.t ~xto fu e o b'jeto
aquellos casos en que se unían textos en lenguajes esenciahnente dife-
que subrayaban su naturaleza uru't' . d co~ceptos mlClales del texto rentes; por ejemplo, una fOrmula verbal y 'un gesto ritual El texto de
d fu' ana e senal o la 'd d' di " ' "
. e sus nClOnes en cierto contexto cu1 al " uru.a m VIsIble segundo orden que se obtenía como resultado encerraba, dispuestos
hdades, suponían implícita o explí' tuL, o cualesqUIera otras cua. en un solo nivel-jerárquico, sub textos en lenguajes diversos y no dedu·
. do en un 1enguaje cualqui
cla LaCltamente
. que el texto es un enun-
cib1es uno del otro. El surgimiento de textos del tipo del «ritua]", la
parecía obvia, fue abierta prec~~enfe~:'~ brecha en. eS,ta idea que «ceremonia», la «representación dramática» [deiswo], conducía a la
to de texto en e! plano de la semióti d lose eJ<ammo el concep· combinación de tipos esencialmente diferentes deseruiosis y ---<:omo
para q~e un mensaje dado pueda se~ade~rtura. Se descubrió que, , resultado- al surgimiento de complejos problemas de recodificación,
tar codificado como mmun" d o como «texto» debe es- equivalencia, cambios en los puntos de vista y combinación de dife-
o d .' 0, os veces As' . ,
Je. e.fimb1e como «ley>, se distingue de ¡dI, por eJ;mp10, el mensa· , rentes <<voces» en un único todo textual. El paso siguiente desde el
cl1l11l?~ por e! hecho de ue erten a escnpclOn de cierto caso .' punto de vista heurístico es la aparición de los textos artísticos. Al ser
al JundlcO, constituyendo ~n ef rim ece a la vez al lenguaje natural y ' reexpuesto en el lenguaje de un arté dado, el material multivocal ad·
<;li~ersos significados, y en el se p nder ~so u1!a cadena de signos con quiere una unidad complementaria. Así, la conversión del ritual en un
uruco sIgnificado. Lo mismo seguue o, cIerto SIgnO complejo con un ballet se acompaña de la traducción de todos los subtextos diversa-
de la <<plegaria» y otrosl. p de deCir sobre los textos del tipo mente estructurados al lenguaje de la danza. Mediante el lenguaje de
. El curso del desarrollo de! ens' " la danza se transmiten gestos, actos, palabras y gritos, y las propias
Igual que en muchos otros rI' tí a¡e~to clentifico, en este caso al danzas, que, cuando esto ocurre, se «duplican» semÍóticamente. La
del propio objeto. Como s~ p pe a a 10g¡ca del desarrollo histórico mu1tiestructuralidad se conserva, pero está como empaquetada en la
Cl'ad o en una lengua n tural fuuede .suponer . ' his'o' .
,ncamente e1 enun- envoltIlra multiestructIlral del mensaje en el lenguaje del arte dado.
a e pnmano, después siguió la conver-
Esto es particularmente visible en la especificidad genérica de la nove-
Pueden darse casos de reducción de los signifi d . la, cuya envoltura -un mensaje en una lengua natural- oculta una
. 1
~d~~ natural): ~~ plegaria, el conjuro, la fónnula
a o, tamblen, tender a la glosolalia Esto
ritu: os ~e la pnmera serie (del len-
'. pue :ll estar en una lengua 01-
controversia extraordinariamente compleja y contradictoria de dife-
clad de tomar conciencia de! tex! . no supnme, SInO que subraya la n .
rentes mundos semióticos.
e 'd o COmo un mensaJ' - 1 eceSl- La ulterior dinámica de los textos artísticos está orientada, por una
Olioa o o secreto. La definició 'd e en CIerto enguaje primario -d
de la cultura '1
b"
el
. n que aqw amos del texto
, s~ o a pnmera vista contradice la ad tad
len esta últuna. el texto, de hecho, está codifi oS 1 lId
~ p ano e la semiótica
da en a lingüística, porque tam-
es- parte, a aumentar la unidad intema y la clausura inmanente de los
mismos, a subrayar la importancia de las fronteras del texto, y, por
y en e !lletalenguaJe de la descri ción . ca o os veces: en Una lengua natural otra, a incrementar la heterogeneidad, la contradictoriedad seruiótica
que sansface solamente la prun'ePra . gr~at:Ical de la lengua natural dada El men .
eJ'e 1 .
mp o, mIentras la lengua habl d
extgenaa no era
d' '
'd d .
COnsI era o como texto As'
saje interna de la obra, el desarrollo, dentro de ésta, de subtextos estructu-
Pendi t a a no evmo objeto d
. en e, era tratada sólo como un ti .
. . 1, por
e una atenaón lingüística ind _ ralmente contrastantes que tienden a una autonooúa cada vez mayor.
escnta, aun siend~ un hecho indiscuti~l~~~a«t:ompleta» o «incorrecta» de la lengu: La vacilación en el campo «homogeneidad semiótica B heterogenei·
texto. Es paradÓJICO, pero la conocida fónnul ~a ~~Imal, no era considerada como dad semiótica» constituye uno de los factores formadores de la evolu-
como «todo 10 que se puede decir en la le a e Je slev que definió el texto ción histórico-literaria. De los otros factores importantes de esta últi-
<<todo 10 que se puede escribir en correctanra danesa», de hecho era entendida como
lengua. hablada en el círculo de los textos lin~?'u~ danesa». Pero la introducción de la ma debemos subrayar la tensión entre la tendencia a la integración
!enfaJe que correspondiera especialmente a ~s~Os;uponía la creación de un meta- -la conversión del contexto en texto (se forman textos como el «ci-
n~r~ ~~: el Contexto linguosemiótico es CO~p:;:b~ee~~:prto de vis~ el concep- clo lírico», la «creación de toda la vida como una sola obra», etc.}-- y
o. e concepto cIentífica ge- la tendencia a la desintegración -la conversión del texto en contexto
(la novela se desintegra en nlYlJeUe, las partes devienen unidades estéti·
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'""'-"---
cas independientes) ..E:, est~ proceso las posiciones dell~ctor y del au'
tor pueden no comCldir: allí donde el autor ve un t<;rt0 uruco que pa- ~ente
.~
. a los textos tradicionales, antiguos,
esenCial en lo quealrespecta d canonicidad- actualiza deter-
d
d' trnguen por un to gra o e .. E 1
see unidad mtema, el lector puede ver una coleccIon de novelle y na- .
velas (cfr. la obra de Faulkner), y viceversa (así, Nadezhdin inte1preta_ . que se IS 1 ersonalidad del propio destrnatan<;>_ n e
¡j¡Ínados. aspectos de a p d 1 infonnación COnsIgO mIsmo, e!
ba en gran medida «El conde Nu!in» como una obra u1trarromántica, curso de es~ trato del recep~r m:iliador que ayuda a la reestructura-
texto intemene en el paJ~\e~or al cambío de la autoorientaci~n es-
porque el poema había aparecido en un mismo libro junto con «El
baile» de Baratynski y ambos poemas fueron percibidos por el crítico
como un solo texto)_ En la historia de la literatura se conocen casos en
ción de ladepersonalidad
trUctural 1 d
la tnlsma y d_e grado e su vínculo con las construCCIones
que la percepción de tal o cual obra por los lectores fue detenninada
metaculturales. I t xt Al manifestar propiedades inte-
por la reputación de la edición en que fue publicada, y casos en que °d
esta circunstancia no tuvo ninguna importancia para el lector.
Las complejas colisiones histórico-culturales activan una u otra
4 El trato del lector con e e.
lectu~es, el texto altam.ente: u:
d ja de ser un mero mediador
:"rg~e:e interlocutor de iguales de-
en e! acto de la comumcacI~~~ de autonomía. Tanto para e! autor (e!
rechos que posee un altol ~ ct r (el destinatario), puede actuar como
tendencia. Sin embargo, potencialmente en cada texto artístico ambas
destinador) .';o~o !lara ~ ~d~pendiente que desempeña un pape! ac-
están presentes en compleja tensión entre sÍ.
La creación de la obra artística indica una etapa cualitativamente una fonnaclOn ~t ectu diál Re u1ta que desde este punto de
nueva en la complicación de la estructura del texto. El texto de mu- tivo e independiente en e1 . ogo. ¡libro» está llena de profundo
chos estratos y semióticamente heterogéneo, capaz de entrar en com- vista la antigua metáfora «p1atIcar con e
plejas relaciones tanto con el contexto cultural circundante como con
sentido. 1 el texto cultural En este caso el tex-
5. ~I trato entre e text~ ~nt~~~1 acto comunicativo, sino en cali-
el público lector, deja de ser un mensaje elemental dirigido del
destinador [adresant] al destinatario. Mostrando la capacidad de con- to no mtemene como un g I derechos como una fuente
densar infonnación, adquiere memoria. Al mismo tiempo muestra la dad de un partici:;te en .é,ste ~r~l=~~~es del tdto
con e! contexto
cualidad que Heráclito definió como «lagos que crece por sí mismo»2_ o un receptor de onnaC1o~. tafórico cuando e! texto es pera-
r¡ En tal estadio de complicación estructural el texto muestra propieda- cultural pueden tener un caraclter me al ~al él desde detenninado
des de un dispositivo intelectual: no sólo transmite la infonnación de- bido como sustituto de toodo e contextbo:, un carácter metonímico,
positada en él desde afuera, sino que también transfonna mensajes y d · nivalente o tam len el
produce nuevos mensajes_ punto e VIsta es eq 'ext como una parte representa
cuando
3
e! texto representa el cont o u1tural es un fenómeno com-
En estas condiciones la función socio-comunicativa del texto se tod0 • Además, puesto que: el contexto Cede entrar en diversas relacio-
complica
cesos: considerablemente. La podemos reducir a los siguientes pro- piejo y heter<;>géneo, un mismod~~ ~tintos niveles de! ~mo. ~or
nes con las diversas estructuras . , estables y delimitadas, tIen-
1. El tr<\to entre el destinador y el destinatario_ El texto cumple la último, los textos, como fonna~onesr:,as por lo común con las
den a pasar de un. contexto a o ::.;~~al trasladarse a otro contexto cul-
ocurre
auditorio.de un mensaje dirigido del portador de la infonnación a un
función
obras de arte relatIvamente 10~0~ante trasladado a una n':leva situa-
se co~po~ actu
2. El trato entre el auditorio y la tradición cultural. El texto cum-
tural,comumcatIva:
ción comaliz°·un
an aspectos antes ocultos de su sIStema co-
ple la función de memoria cultural colectiva. Como tal, mUestra, por
una parte, la capacidad de eruiquecerse ininterrumpidamente, y, por
otra, la capacidad de actualizar unos aspectos de la infonnación depo-
3 Relaciones análogas surgen, por eJem! ~extos independientes dispuestos en di-
. lo entre el texto artístico y su título. P~r
sitada en él y de olvidar otros temporalmente o por completo. una parte éstos pueden considerarse como os Por otra pueden considerarse como
3. El trato del lector consigo mismo. El texto -esto es particular- ' dI·
versos niveles e a Jer:U9-Ul
'a «texto - metatexto». , él d·
El título uede referirse al texto que. esJgna
con
0
dos subtextos de un uruco tc:n . al d 1 P tonimia. Puede estar realizado con ayu-
arreglo al principio de la !lle~ora. o e:sm~ ran o de metatexto, o con ayuda de: pa-
2 Heráclito de Éfeso, Fragmenty. Citado según la recopilación Antichnyefi!osofy. Svi-
detel'stva,ftdgment¡, teksty, Kiev, 1955, pág. 27. da de palabras del lenguaJe pnmano, elevad d ~ el título y el texto que él deslgna
tal . te Como resulta o, en
labras de un m~ en~aJe, e d .
.
tido que generan un nuevo menstlje.
surgen complejas comentes e sen
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dilicante. Tal «recodificación de sí mismo» en correspondencia
situación pone al descubierto la analogía entre la conducta sígnica
la persona y el teXto. Así pues, el texto, por una parte, al volverse
jante a un macrocosmos cultural, deviene más importante que sí .'
mo y adquiere rasgos de un modelo de la cultura, y, por otra, tiende .
realizar
sona una conducta independiente, al volverse semejante a una
autónoma.

Un caso particular será la cuestión del trato entre el texto y el meta:


texto. Por una parte, tal o cual texto particular puede desempeñar Con
respecto al contexto cultural el papel de mecanismo descriptor, y, por
otra, puede, a su vez, entrar en relaciones de descifraruiento y estruc.
turación con alguna formación metalingüística. Por último, tal o cual
texto puede encerrar en calidad de subestructuras parciales tanto ele-
mentos textuales como elementos metatextuales, como es caracteristi. El texto y el poliglotismo de la cultura*
ca de Steme, de Evgueni Oneguin, de los textos marcados por la ironía
romántica, o de una serie de obras del siglo xx. En este caso las ca.
rrientes comunicativas se mueven siguiendo la vertical. • o • o la cultura se construye sobre la

A la luz de lo dicho, el texto se presenta ante nosotros no como la Desde e! punto de VIsta ?enTIc 'de ellos es la lengua natural, UD:
b ase de dos lenguajes pnmanos. no · Su pape! en todas las cons'
realización de un mensaje en un solo lenguaje cualquiera, sino como !iza lh b neltratocool d ano . . el
un complejo dispositivo que guarda variados códigos, capaz de transo da por e om re e 'd te y no reqU1ere a ara.
d . d la cultura es eVI en cuI La
formar los mensajes recibidos y de generar nuevos mensajes, un gene. tlUcciones secun anas _e 1969 Émile Benveniste, en el artí . o «
radar informacional que posee rasgos de una persona con un intelecto ciones. Es más: en e! ano b. o programáticamente los p~eros

altamente desarrollado. En relación con esto cambia la idea que se te- semiología de la I~ngua», que. an~oSemiotica, escribió: «Toda seffi1olo.
nía sobre la relación entre el consumidor y el texto. En vez de la fór. números d,: la reVIsta mte?;a:~ debe servirse de la len~a como tra.
mula «el consumidor descifra el texto», es posible una más exacta: «el gía de un sistema no Ji.n¡¡ws 1 da de la semiologta de la lengua
consumidor trata con el texto». Entra en contactos con él. El proceso ductor y sól? pu~de ex!s~ c~~ ~i:;:a posición los participantes de.la
de descifraruiento del texto se complica extraordinariamente, pierde y dentro de esta» . Sosteruan Kiiariku (1964), que adoptaron la f?;.
su carácter de aconteciruiento finito que ocurre una sola vez, tomán. pfin¡era Escuela de Ver.ano en d 1 omplejo de los sistemas semlQ'
e mula de B. A. Uspenski para to o e ~delizantes secundarias».
dos más parecido a los actos, que ya conocemos, de trato semiótico
de un ser humano con otra persona autónoma. d
ticos supralingüísticos: «estruc~ras 1 gundo lenguaje pfin¡ario. Se
Menos evidente es la natur leza e. se Tcoda actividad del hombre
1 rural de espacIO. l'
trata del mode o estruc d dIos clasificacionales de espacIO,
. taO liga aamo e d 1
como
a homo Saplens
• • • o d Oesn «nropIO» . y «aje
'0
. no>> y a la traducClon e tos va.
al
la dlVISIOn e este e r .. lío' s de parentesco, e c.,
. dos vínculos SOCI.'a1 li<>losos
es, re.,.. po co, . cuI
na .al s, La d'" IVISlQn
o del espaCio en « to»
lenguaje de las relacIOnes esp~1 1e '. y espacio de los muertos, sao
e «inculto» (caótico), espacIO e os VIVOS

1 E. Benvemste,
• «Semlo
o' . de la langue (2»>, Semiotica, 1969, voL 1, núm. 2,
1ogre

pág. •130. "


«Tekst i poliglotlZm ,, en 1. M. L, Izbrtlmryestat'4 tomo L Tallin, Alek.
kul tury>
82 sandra, 1992, págs. 142·147. [N. tklT.]

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