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Bronquiolitis aguda en infantes – Resumen Realizado por: Marcelo Rojas Palacios

La siguiente revisión sobre bronquiolitis fue realizada en el año 2014 en una revisión no-
sistemática en PubMed por médicos noruegos de la “Scandinavian Journal of trauma, resuscitation
and emergency medicine” sobre artículos de bronquiolitis aguda en infantes menores de 1 año de
edad, información que fue complementada con guías de manejo y revisiones de tipo meta-análisis
de Cochrane.

Introducción

La bronquiolitis es una infección aguda de vías respiratorias bajas caracterizada por tos, sibilantes
y déficit en la alimentación como síntomas cardinales; es además el motivo más frecuente de
hospitalización para niños en varios países y tiene como principal patógeno al virus sincitial
respiratorio. Algunos niños, particularmente quienes tienen factores de riesgo, pueden desarrollar
una forma grave de bronquiolitis que amerita cuidados en una unidad de cuidados intensivos y se
considera un reto para UCIs no pediátricas. El objetivo del artículo es entonces describir la
bronquiolitis en la infancia haciendo énfasis en su manejo.

Definición

No hay un consenso global en cuanto a la definición de bronquiolitis, en el año 2006 la Academia


Americana de Pediatría en conjunto con la Sociedad Europea de Respiración propusieron que “la
bronquiolitis es una constelación de signos y síntomas que incluyen una infección viral de vías
superiores a la que le sigue un incremento en el esfuerzo respiratorio y sibilantes en niños
menores de 2 años”. Debido a que niños entre 1 y 2 años que cumplen estas características son
frecuentemente asmáticos, la siguiente revisión se enfocará en niños menores de 1 año de edad.

Epidemiología

Aproximadamente 20% de niños desarrolla bronquiolitis en su primer año de vida, más


frecuentemente en epidemias en meses de invierno y puede ser contagiada(mediante VSR) por
contacto con adultos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica o inmunodeficientes.

Fisiopatología

La infección inicia en las vías respiratorias superiores trasladándose después a las vías respiratorias
inferiores encontrándose inflamación en los bronquiolos caracterizada por infiltrado de leucocitos
alrededor de los bronquiolos (principalmente mononucleares) y edema de la submucosa y
adventicia, es así que el daño puede ser causado por un daño directo del virus sobre el epitelio o
por la propia respuesta inmune del organismo.

El edema, la secreción abundante de moco o necrosis pueden ocasionar una obstrucción parcial o
total de las vías aéreas que condicionarán una pobre perfusión de ventilación, incremento del
trabajo respiratorio, hipoxemia e incluso el desarrollo de atelectasias.

Clínica

La bronquiolitis usualmente inicia con rinorrea y fiebre para gradualmente incluir taquipnea,
sibilantes y tos; en niños con antecedentes de prematuridad la principal manifestación suele ser la
apnea.

A la auscultación podremos escuchar crépitos inspiratorios así como sibilantes espiratorios


mientras que a la observación veremos una incrementada frecuencia respiratoria, espiración
prolongada y uso de músculos accesorios de la respiración así como una condición general
deteriorada en el infante.

Clasificación

No hay un consenso sobre la clasificación de severidad de bronquiolitis, sin embargo las guías de
manejo de bronquiolitis de Nueva Zelanda y Escocia proponen la siguiente clasificación:

Factores de riesgo

La mayor parte de infantes con bronquiolitis no tienen alguna condición o patología subyacente
sin embargo la presencia de algunos de los factores de riesgos presentados a continuación se
asocia a una mayor probabilidad de padecer la enfermedad, así como de desarrollarla en su forma
severa

- Prematuridad
- Inicio temprano de edad
- Enfermedades previas (displasia broncopulmonar; enfermedad pulmonar, neuromuscular
o cardiovascular)
- Exposición a tabaco
- Ausencia o corta duración de lactancia materna
- Antecedente de asma en la madre
- Pobre situación socioeconómica
Evaluación

El diagnóstico de bronquiolitis es clínico, los factores de riesgo deberían ser identificados por su
asociación a mayor riesgo de apnea, hospitalización prolongada, hipoxemia, ingreso a UCI y
probablemente la necesidad de ventilación mecánica. Recordar que el curso de la bronquiolitis es
variables y evaluaciones periódicas deben ser realizadas, especialmente en infantes con factores
de riesgo.

Exámenes auxiliares

La oximetría de pulso puede detectar hipoxemia no sospechada mediante la exploración física así
como la toma de hemograma de proteína C reactiva nos pueden ser útiles en caso de sospecha de
infección bacteriana secundaria; el análisis de gases arteriales es requerido en infantes con distrés
respiratorio severo y potencial riesgo de falla respiratoria.

Tratamiento

El tratamiento para la bronquiolitis es de soporte, el tratamiento con antibióticos no ha


demostrado mejorar los resultados clínicos así como tampoco disminuir el tiempo de estancia
hospitalaria o disminuir la necesidad de transferencias a UCI.

Colocar al infante en posición prono puede mejorar la oxigenación y se sugiere en infantes que son
cuidados con mucho detalle así como la succión nasal puede ser beneficiosa en niños con
secreción nasal copiosa.

La oxigenoterapia debe ser administrada en infantes hipoxicos vía cánula nasal o máscara facial
con una meta de saturación de oxígeno de 90%

Respecto a la alimentación en casos leves de bronquiolitis la alimentación oral puede ser


suficiente alentando a la madre a brindar lactancia, en caso esto no fuese posible o la alimentación
fuese insuficiente se plantean la alimentación por fluidos intravenosos o mediante sonda de
gastrostomía endoscópica percutánea. Los requerimientos diarios recomendados son del 70 a
80%, especialmente en los casos de enfermedad grave en los cuales serán necesarias evaluaciones
constantes de peso, osmolaridad sérica y urinaria además de electrolitos séricos para el manejo
del paciente.

Medidas adicionales como inhalación con broncodilatadores, corticoides sistémicos, antibióticos o


antivirales no han demostrado tener mayor impacto en el manejo del infante con bronquiolitis y
ameritan mayores estudios.

Medidas de prevención de contagio

Debido a que el virus sincitial respiratorio puede vivir hasta 7 horas en superficies contaminadas y
puede ser transmitido al contacto físico se recomienda lavado de manos riguroso antes y después
de establecer contacto con el paciente así como la remoción de guantes y posibles objetos
contaminados para prevenir la infección de más infantes y evitar un brote nosocomial

Conclusiones
La bronquiolitis es la causa más frecuente de hospitalización durante la infancia y representa un
daño al niño y a la familia así como costes al estado. Las bases del tratamiento se basan en el
mínimo manejo e incluye una óptima saturación de oxígeno así como un balance de hidratación y
nutrición. Niños con bronquiolitis tendrán mas probabilidad de desarrollar enfermedades como
asma posteriormente por lo cual se recomienda trabajar en modificar los factores de riesgo
importantes anticipándonos a esta patología tales como trabajar en disminuir la prematuridad y
fomentar la lactancia materna.

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