La hemorragia obstétrica es una de las tres principales causas de morbilidad y mortalidad
materna. Actualmente existen estrategias farmacológicas que intentan sustituir el protocolo de transfusión masiva; permitiendo así una reducción significativa del uso indiscriminado de hemoderivados. Durante el embarazo se atraviesa por diversos cambios fisiológicos en los que la hemostasia se inclina a un estado protrombótico, paradójicamente en el momento de la separación de la placenta se establece un estado de hiperfibrinólisis. Las guías actuales no distinguen respecto a la etiología de la Hemorragia Obstétrica, en consecuencia se activa el código MATER por hemorragia masiva. Esta nueva estrategia se compone por diferentes concentrados: concentrado de complejo de protrombina y el concentrado de fibrinógeno. Además de fármacos hemostásicos como: acetato de desmopresina, ácido aminocaproico y ácido tranexámico. En un enfoque farmacológico, la desmopresina aumenta de forma efectiva la concentración plasmática del factor VIII, favoreciendo la coagulación y actúa como un excelente agregante plaquetario al liberar al factor Von Willebrand del endotelio siendo una parte esencial en la formación del coágulo. El ácido aminocaproico a dosis bajas es un análogo competitivo de la lisina sobre el plasminógeno, mientras que a dosis altas bloquea la interacción de la plasmina con la fibrina, siendo un excelente inhibidor de la fibrinólisis. Por último, el ácido tranexámico posee un potente efecto inhibidor sobre la acción de la fibrolisina. La Hemorragia Obstétrica sigue siendo una causa importante de muerte materna, la correcta identificación temprana debido a su rápida aparición y progresión es fundamental por lo que se requiere de servicios de alta calidad y de disponibilidad inmediata, contando con un sistema como el RHO** para poder disminuir los índices de mortalidad.