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MOTIVOS de la poesía elegíaca erótico-subjetiva

1. El amor como motivo de vida del poeta; el amor deja de ser un lusus, juego superficial, hedonista, puramente sensual o
pasajero y anecdótico, propio del pasar rápido e indoloro de una mujer a otra (como era en la tradición calimaquea) para
convertirse en un proceso doloroso y profundo (a la manera de Meleagro). No solo condiciona la vida sino también la elección
de su poética. A diferencia de otros géneros serios que cultivan la musa trágica o épica, representa el culto a la musa levis /
tenue.
2. El amor no puede tener un final feliz, es fuente se sufrimientos continuos, lo marca el adjetivo “miser” con que se
autocalifica el enamorado. Es una experiencia totalizante, que invade por entero al poeta. El amor está caracterizado como
locura, enfermedad, dolor (por la indiferencia de la amada o por la traición o el rechazo); predominan los momentos de dolor
y angustia, de soledad, de desgarramiento y sufrimiento continuo, con breves momentos de felicidad y plenitud. Lágrimas y
dolores son un ingrediente indispensable. El amor entorpece la capacidad de razonamiento del enamorado y lo enceguece, sin
permitirle ver la realidad pues él crea otra realidad en torno a su amada.
3. El elemento biográfico es base de la poesía y sufre u proceso de reelaboraciòn y transfiguración, es decir, de ficcionalización
( pues eso es la literatura); por lo tanto es casi imposible reconstruir la crónica de la relación amorosa. Claro que tampoco se
puede negar totalmente este elemento. Lo que importa es cómo el poeta lo convierte en poesía, no la realidad misma de la
experiencia.
4. El poeta es un exclusus: desesperado por ese amor no correspondido y dispuesto a servir fielmente a su amada, en vez de
reaccionar virilmente al sufrimiento de amor desea huir del mundo y estar pendiente de su amada; por eso mismo, llega a
detestar a las castae puellae¸ se pone automáticamente fuera de la sociedad, con la cual no comparte sus principios
fundamentales (compromiso político, cívico y militar especialmente. El contraste entre el civis romanus y el poeta está presente en
todo el proceso amoroso: vive sine ratione , sometido a los mandatos de la amada (servitium amoris), sin honor. No se interesa
para nada por la vida en sociedad.
5. El servitium conlleva un proceso de degradación y esclavitud. Es el motivo central y más peligroso para la tradición porque
coloca al hombre en un nivel de inferioridad muy perjudicial para el mantenimiento de las instituciones de la comunidad. El
poeta se somete a los caprichos de su amada y se coloca en un nivel que es imposible se dé en la realidad. Esto es admisible
sólo en la ficción elegíaca.
5. Se dan las catenae amoris, extrema manifestación del servitium. Simbolizan también la unión indisoluble y atestiguan el deseo
de una vida en común con iguales derechos.
6. Se da así la oposición poeta – civis: mientras éste busca las riquezas materiales, los honores, el poder, el poeta vive en una vida
tranquila sin sobresaltos políticos, sociales y militares y en la paupertas material aunque no espiritual ya que su riqueza son sus
poemas amorosos. Se pone así en las antípodas de la moral tradicional romana: empeño político, superioridad del hombre
sobre la mujer, alejamiento de la pasión de amor que son sustituidos por el no-empeño político, el servitium hacia la amada,
aceptación plena del amor y la pasión.
7. Rechaza, en consecuencia la avaritia que se asocia a la navegación (fundamental para el comercio) Tambièn rechaza la
guerra (trae lutos y muertes pero también provecho material y, lo màs importante, interrumpe las relaciones de amistad y de
amor.
8. Rechaza al mismo tiempo, la vida familiar: renuncia al amor conyugal (porque no puede casarse por nupcias aceptables /
iustae nuptiae), a los hijos (porque con su amada no puede tenerlos legítimos / ingenui), a los padres (porque falta a la pietas filial)
que no se conjugan con este amor ilícito.
9. Reivindica el otium y la experiencia de amor en una actitud individualista pura. Su ideal se presenta asi anticonformista pues
se apoya en el rechazo a actividades que son la base de la conciencia colectiva y que aseguran la continuidad de la comunidad.
10. Surge entre los enamorados un nuevo vínculo no-tradicional: el foedus amoris: esta relación reconoce en la mujer una
condición de igualdad que ni la legislación romana ni la realidad concebía como tal (lo tradicional era la superioridad del
hombre sobre la mujer). Establece el foedus amoris /pacto de amor: es el lazo entre el hombre y la mujer ya que ésta no puede
acceder al lazo conyugal porque ya está casada o es una cortesana o tiene un status social inferior al poeta. Este lazo, basado en
la fides y que tiene a los dioses por testigos, puede ser fundado una y otra vez, después de cada infidelidad (de la amada
siempre ya que él se declara fiel en todo momento). Este vínculo ya existe en los poetae novi pero aquí se enriquece porque se
reconoce la igualdad y hasta la superioridad de la mujer. El pacto de amor no se funda únicamente en el erotismo sino que
incluye la ternura, la comprensión, el afecto sincero pues pretende tener la permanencia de un matrimonio y la gama de
variados sentimientos de una relación libre.
11. La poesía de amor es evasiva, es una vía de escape que permite a) desahogar los sufrimientos de amor, b) conquistar a la
amada y dignificarla, c) servir de experiencia a los demás (especialmente a sus compañeros: valor didáctico), o sea que tiene un
fin práctico. Pero además le asegura la fama imperecedera y la trascendencia en el tiempo tanto del poeta como de la amada.
Su experiencia de amor se constituye entonces en paradigmática y universal.
12. El amor puede languidecer y morir por dos situaciones: o porque es feliz y, por lo tanto, no hay alternativas de momentos
felices y desgraciados o porque no hay peligros. En este caso, el mayor obstáculo es la figura del rival que aparece como
necesaria para las peripecias de la historia de amor. Es el elemento de amenaza o daño al amor pero su entrada contribuye a
poner en movimiento la vicisitud de amor que, de otra forma entraría en un status quo monótono y aburrido. Hay distintos
tipos de rival: a) el interesado en enriquecerse (que desafiará el mar: comerciante en general) b) el militar con la misma
esperanza c) el funcionario que busca también enriquecerse y se aleja de Roma para cumplir una función (cuestor, pretor).
Todos son rivales momentáneos sobre los que poeta pobre antes o después triunfará fácilmente; d) una situación diferente es
si los rivales son también amigos cultos y literatos porque debe combatirlos con las mismas armas.
13. Si bien rechaza la vida civil y militar, el poeta tiene su propia milicia: es la militia amoris y sus campos son los de Venus. Así
entra en el lenguaje latino una serie importante de vocablos propios del ámbito amoroso. Estos términos ya fueron
incorporados por Catulo y su grupo pero ahora aparecen enriquecidos en matices y cantidad.
14. El obsequium: el poeta no puede ofrecer bienes materiales, sobre todo los que pueden interesar a su amada (joyas, vestidos,
villas…) pero cuenta con un tesoro invalorable: el principal es la poesía misma con la que el poeta busca conquistar a la amada
e inmortalizarla; porque también a la mujer le interesa que su fama perdure a través del tiempo.
15. Hay un proceso de idealización de la amada de donde surge el modelo de mujer: belleza sin igual (pelo oscuro, cutis
blanco, manos largas, esbelta), culta / docta (no solo entiende sino que disfruta de los versos) ella misma escribe, tiene
cualidades como la conversación amena, inteligente, el canto, la danza y todo lo que atrae a los hombres. Pero también es
caprichosa, inconstante, voluble, iracunda, hiriente; manifiesta frecuentemente su ira ante cualquier detalle, es mandona.
16. En el mundo ficcional parece regir la “ley de la inversión” en relación con la moral tradicional: es la mujer la que manda en
la relación amorosa y goza de una extrema libertad; el hombre se esclaviza y obedece: se feminiza y esto es lo peor que le
puede pasar a un civis Romanus.
17. Si el amor no puede concretarse o ser feliz en la vida, la felicidad se puede dar en otro momento y en otro lugar: se
concreta en el más allá, después de la muerte de ambos (es el tema del amor más poderoso que la muerte). Esta realización post
mortem significa una liberación de los vínculos impuestos por la vida social a la relación amorosa y representa también la
plenitud y la felicidad completa. El poeta ha sido capaz de vivir a contrapelo de los mandatos de su época, ha sido capaz de
vivir hasta el fondo la contradicción de quien se dedica completamente a un amor, aun teniendo plena conciencia de la
imposibilidad de un éxito completo. Lo importante es animarse a vivir esta experiencia de amor, desafiando los valores y
pautas sociales: rebeldía y valentía de llegar hasta el fin sin importar el rechazo ni la crítica.
18. Existe un principio narratológico fundamental: la necesidad de peripecias para el desarrollo de una historia de amor: por lo
tanto, para los poetas del amor, éste no puede ser feliz porque no ofrece cambios ni peripecias: tiene que haber separaciones,
obstáculos, con sorpresas que los sacudan porque un amor feliz no podría traducirse nunca en historia; ahora bien: ellos no
presentan una historia “ordenada” según criterios cronológicos; nos entregan chispazos, momentos, instantáneas de esa
relación. Es el lector quien, activamente, participa en la reconstrucción de esa historia. Pero esto no es lo fundamental sino el
hecho de compartir una experiencia en que se manifiestan sentimientos y estados de ánimo vigentes aún hoy en las culturas de
Occidente.

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