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Desarrollo Moral

Moralidad heterónoma

La etapa de la moralidad heterónoma también se conoce como realismo moral, durante


esta etapa la moralidad es impuesta desde el exterior.

Los niños consideran que la moralidad obedece las reglas y leyes de otras personas, las
cuales no se pueden cambiar.

Durante esta etapa, los niños consideran que las reglas son absolutas e inmutables, es
decir, «divinas». Creen que las reglas no se pueden cambiar y que siempre han sido las
mismas.

El comportamiento se juzga como «malo» en términos de las consecuencias


observables, independientemente de las intenciones o razones de motivaron dicho
comportamiento. Por lo tanto, una gran cantidad de daño accidental se considera peor
que una pequeña cantidad de daño deliberado.

Concepción de la mentira y el castigo desde la moral heterónoma

Piaget también estaba interesado en lo que los niños entienden por una mentira.

Descubrió que los niños más pequeños valoran la gravedad de una mentira en términos
del tamaño de su desviación de la realidad.

Por ejemplo, para el niño aquel que afirma que vio a un perro del tamaño de un elefante
sería juzgado como más mentiroso, que quien diga haber visto un perro del tamaño de
un caballo, aunque es menos probable que se le crea al primero.

Con respecto al castigo, Piaget también descubrió que los niños en esta etapa tenían una
visión característica.

Para ellos la función del castigo es hacer sufrir al culpable. Piaget llamó a este
fenómeno como justicia retributiva, o castigo expiatorio, porque el castigo se percibido
como un acto de retribución o venganza.
Moralidad autónoma

La etapa de la moralidad autónoma también se conocida como etapa del relativismo


moral, donde la moralidad basada en sus propias reglas.

Durante este periodo los niños comprenden que no existe el bien o el mal absoluto y que
la moralidad depende de las intenciones y no de las consecuencias.

Piaget creía que alrededor de la edad de 9-10 años la comprensión de los niños de los
problemas morales sufre una reorganización fundamental.

Al iniciar la etapa de las operaciones formales y empezar a superar el egocentrismo


propio de la infancia media, van desarrollado la capacidad de percibir las reglas morales
desde el punto de vista de otras personas.

El niño puede descentralizarse para tener en cuenta las intenciones y las circunstancias
de otras personas, además realizar juicios morales más independientes que en la etapa
previa.

Como resultado, las ideas de los niños sobre la naturaleza de las reglas mismas, sobre la
responsabilidad moral, sobre el castigo y la justicia cambian, por tanto, su forma de
pensar se asemeja más a la de los adultos.

Concepción de la mentira y el castigo desde la moral autónoma


Los puntos de vista de los niños sobre la mentira también cambian. La gravedad de una
mentira se juzga en términos de traición a la confianza. Ahora reconocen que todas las
mentiras no son iguales, por ejemplo, puedes decir una «mentira piadosa» para proteger
los sentimientos de alguien.

También reconocen que si alguien dice algo que sabe que no es cierto, ello no significa
necesariamente que la otra persona esté mintiendo. Ya que podría ser que cometieron un
error o que se trate de una diferencia de opinión.

En otras palabras, el castigo debe estar dirigido a ayudar al infractor a comprender el


daño que ha causado, de modo que no esté motivado para repetir la trasgresión y
siempre que sea posible, el castigo debe coincidir con el daño causado; por ejemplo,
reparar un daño causado a un bien ajeno.
Los niños en este periodo también reconocen que la justicia en la vida real es un sistema
imperfecto. A veces los culpables se salvan de pagar por sus trasgresiones y algunas
veces los inocentes sufren injustamente.

DESARROLLO INTELECTUAL
Los factores de Desarrollo de Piaget
Piaget propone cuatro factores para explicar el desarrollo:

1. La maduración (evolución orgánica).


2. La interacción con el medio físico.
3. La interacción con el medio social.
4. La equilibración (capacidad de autorregulación del organismo que tiende a
mantener un equilibrio con el medio).

1.- La maduración orgánica: los niños nacen con una estructura mental muy básica
(genéticamente heredada y evolucionada) en la que se basan todos los aprendizajes y
conocimientos posteriores. Sin la maduración orgánica (maduración de la estructura y
funciones mentales) al niño le es imposible conocer.

2.-La experiencia adquirida por la acción con los objetos. Para lograr el conocimiento
me valgo de la acción.

3.-Las transmisiones sociales, o sea, el aprendizaje; el cual a su vez tiene que ver con las
nociones de acomodación, asimilación y adaptación los cuales son capaces de manejar
la mayoría de la información recibida.

4.-Mecanismo interno de autorregulación: Es un estado de equilibrio móvil,


psicológico, biológico y social. Equilibrio entre la adaptación y la organización, entre el
estímulo y la respuesta. Con la autorregulación se comienzan a experimentan
discrepancias entre lo que el niño sabe y lo que va descubriendo en su entorno.
Hay cosas que no las podemos captar por los sentidos pero igualmente gracias a que
somos seres cognoscentes, seres pensantes, hemos encontrado la manera de estudiarlas.

Piaget hace hincapié en que el afecto es el motor del desarrollo cognitivo, reconociendo
así la importancia del ambiente. Las cosas se van construyendo, por eso dicen que la
teoría del desarrollo cognitivo es una teoría constructivista. Se construyen desde formas
más simples hasta las más complejas que se puedan alcanzar en el desarrollo del
conocimiento.

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