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COMPRENSIÓN Y REDACCIÓN DE TEXTOS I (CGT)

UNIDAD 2
SESIÓN 5A

Al final de la sesión, el alumno organiza la información de las fuentes a través del


Logro
uso de las diversas estrategias aprendidas.

Actividad 1
Revisa las siguientes fuentes y procesa la información debidamente, pues, a partir de esta,
deberás plantear un esquema causal para la PC1.

Fuente 1
Sobre la corrupción en el Perú
Por Yván Montoya (abogado penalista)

La corrupción puede ser abordada desde dos perspectivas: como actos o manifestaciones
concretas indebidas del uso particular de la función pública delimitados en la legislación
administrativa o penal y como un clima de mentalidad colectiva, sentimientos y práctica
histórica. Esta última perspectiva, que exige entender este problema en un sentido más amplio,
es la más importante a tener en cuenta, debido a las repercusiones negativas que tiene en la vida
general del país, y porque es la que sostiene o explica, de algún modo, las manifestaciones
concretas de corrupción habitual.

La corrupción: uno de los grandes problemas


García Enterría afirma que la corrupción generalizada es uno de los dos grandes problemas para
el funcionamiento efectivo de las democracias occidentales y la describe esencialmente como
un fenómeno de colonización del Estado por la sociedad, a diferencia de lo que ocurre con la
administración pública en un Estado partidocrático, en donde el fenómeno es el inverso: la
colonización de la sociedad por el Estado. En este último caso, existe una injerencia
distorsionaste del sector privado en el funcionamiento del servicio público.
Al respecto, se señala que la corrupción, en el contexto actual, presenta tres aspectos singulares
que la hacen potencialmente lesiva al desarrollo de las sociedades democráticas incipientes. En
primer lugar, se evidencia una conexión peligrosa entre la novedosa criminalidad organizada y
la administración pública. Si bien la criminalidad organizada no es un tipo de criminalidad
absolutamente nueva, dado que su estructura no cambia en nada la clásica división entre los
delincuentes y los vigilantes de la ley, sí lo es su connivencia con los propios órganos estatales
encargados de su control y persecución. Como señala Hassemer, la criminalidad llegaría a una
situación paradójica de tener que combatirse a sí misma. En segundo lugar, el avance
tecnológico e industrial en campos como la banca o las finanzas permiten modalidades nuevas
y encubiertas de corrupción que hacen difícil su develamiento y persecución. Esto se evidencia
en las millonarias transferencias bancarias provenientes de fondos públicos, realizadas por los
testaferros del exasesor presidencial Vladimiro Montesinos, a cuentas privadas en
organizaciones financieras ubicadas en paraísos fiscales, lo que ha dificultado enormemente su
ubicación y eventual repatriación. En tercer lugar, la globalización y los procesos de integración
supranacional han propiciado la configuración de una forma de criminalidad de carácter
transnacional con enorme capacidad de desestabilización de mercados, así como de corrupción
internacional de funcionarios públicos. Por ejemplo, durante el gobierno del expresidente
Fujimori, se realizó compras por parte del Estado de armamento militar o policial a proveedores
de países extranjeros, el cual terminó “desviándose” a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC).

Causas
Determinar las causas de este fenómeno es realmente una tarea compleja. No obstante, diversos
investigadores han planteado algunos factores que condicionan su aparición y desarrollo.
– La ausencia de valores en la sociedad explica el poco interés para determinar lo correcto de lo
incorrecto en el ejercicio de la función pública. Un ejemplo de lo mencionado son las
declaraciones del líder político Luis Bedoya Reyes cuando, respecto del proceso penal seguido
contra su hijo, Bedoya de Vivanco, por complicidad en delito de peculado realizado por
Vladimiro Montesinos, señaló que su hijo había cometido, en todo caso, un pecado, pero no un
delito.
– La distribución política del poder en la administración pública de forma intolerablemente
concentrada, discrecional y sin ejercicio transparente del mismo es otra de las causas de la
corrupción. Puede citarse como ilustración los innumerables decretos supremos secretos
emitidos por el gobierno del expresidente Fujimori, por medio de los cuales se dispuso transferir
fondos de los ministerios de Defensa y del Interior al Servicio de Inteligencia Nacional.
Precisamente, gran parte de estos fondos sirvió para “sobornar” a múltiples funcionarios
públicos (congresistas tránsfugas, magistrados judiciales y fiscales y oficiales militares) y
empresarios (publicistas y dueños de medios de comunicación) para mantenerlos adheridos al
régimen de turno y abdicaran de sus deberes esenciales de independencia en el ejercicio de sus
funciones.
– La coyuntura de una sociedad subdesarrollada que encara un periodo de crecimiento y de
modernización requiere mucha atención para no relajar los sistemas de control sobre el gasto
público.
– Los factores sociales y políticos de raigambre histórica (esencialmente desde el Virreinato) en
el Perú han determinado que los funcionarios públicos perciban al Estado como un botín a
conquistar y aprovechable, prescindiendo de las normas y reglas establecidas.
– El aspecto singular propio del desarrollo político de Perú en la década de los años 90, sistema
político autoritario, engendró un acentuado nivel de corrupción política sin precedentes en el
país: una corrupción de corte instrumental a efectos de mantener el poder gubernamental sin
posibilidad de control. De ello da cuenta la situación que atravesó el Poder Judicial, el Ministerio
Público, el Congreso de la República, la Academia Nacional de la Magistratura, el Tribunal
Constitucional, la prensa, entre otros entidades estatales y privadas. Esa concentración del poder
determinó que la corrupción avanzara a niveles que ninguno imaginó. Por ello, es importante un
sistema de administración de justicia independiente en el contexto de un Estado democrático
que necesita consolidarse.

Efectos
La generalidad y extensión de la corrupción, así como las nuevas características que viene
adquiriendo en este último tiempo, generan efectos sumamente graves en la vida política,
económica y social de un país.
En el ámbito político, la corrupción influye en la inestabilidad política de los Estados. Los
cambios de régimen, en mayor o en menor medida, son explicables desde la constatación de
factores de corrupción precedente. Esto se debe a que este fenómeno profundiza la desconfianza
de la ciudadanía en el funcionamiento regular de las instituciones políticas, lo que detiene
precisamente el desarrollo de estas y encuba situaciones que pueden determinar un explosivo
ambiente de insatisfacción social. Como señala Ackerman, “la corrupción sistemática socava la
legitimidad de los gobiernos, especialmente la de los democráticos, los que incluso pueden verse
amenazados por golpes de Estado dirigidos por líderes totalitarios”. Paradójicamente, señala
que, en los países no democráticos, autoritarios o dictatoriales, la corrupción no siempre es
desestabilizadora, aunque siempre opera contra las reglas de un poder abierto y justo. Esto es
aplicable a la realidad política peruana, pues basta recordar que el periodo del régimen del
gobierno aprista precedió al régimen autoritario que gobernó el Perú durante la década de los
años 90. Finalmente, la corrupción también reproduce y consolida la desigualdad social,
promueve el clientelaje político y perpetúa la ineficacia de la burocracia. Por lo tanto, impide
contar con una administración pública eficiente al servicio de la satisfacción de los derechos de
los peruanos.

Con relación al ámbito económico, los especialistas señalan a la corrupción como un factor de
ineficiencia y desperdicio en el aprovechamiento de los recursos y en la implementación de las
políticas públicas. En efecto, cuando el soborno se convierte en práctica corriente, los contratos
gubernamentales, las concesiones, las licitaciones y las privatizaciones no son adjudicadas a los
postores más eficientes y profesionales, sino a los que tienen mejores contactos y carecen de
escrúpulos. Ello, evidentemente, perjudica los intereses del Estado y, por ende, los intereses de
todos los ciudadanos. Igualmente, la corrupción genera que la redistribución de la riqueza se
reasigne a favor de aquellos que detentan alguna forma de poder monopólico: a sectores con
mayor capacidad adquisitiva en perjuicio de las capas menos favorecidas y a las que
generalmente van destinados los fondos públicos. Así mismo, algunos estudios econométricos
indican que existe una “correlación negativa entre crecimiento y altos niveles de corrupción”,
lo que significa que, a mayores niveles de corrupción, menores serán los índices de crecimiento
económico de un país.

No obstante, el efecto más grave es que la corrupción atenta contra una de las condiciones
necesarias de la vida en sociedad: la confianza recíproca entre los ciudadanos y en la
colectividad, debido a lo imprevisible del comportamiento entre unos y otros. Este sentimiento
de desconfianza en las instituciones y entre los propios conciudadanos quiebra las bases del
contrato social y genera un clima de anomia y desestructuración social. Como bien señala Díez
Picazo, “es cierto que los gobernantes no encarnan el Estado en su conjunto y que concretos
casos de criminalidad gubernativa no convierten al Estado en una organización criminal, pero
es incuestionable que los gobernantes son órganos del Estado y sobre todo que representan la
imagen visible del mismo. La conclusión es evidente: la criminalidad gubernativa tiende a
difuminar la ecuación entre Estado y legalidad y, por consiguiente, tiende a deslegitimar el
Estado ante los ciudadanos”.

Este panorama de causas y efectos muestra un fenómeno cuya represión desborda su tratamiento
meramente jurídico penal y exige poner atención, además, en otro tipo de políticas de carácter
extrajurídico o extrapenal.
Adaptado de
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/98F34F32106A975A05257E0600627371/$FILE/Sob
re_la_corrupci%C3%B3n_en_el_Per%C3%BA._Montoya.pdf

Fuente 2
La corrupción y sus efectos

La corrupción –que no es un problema reciente– ha llegado a niveles que afecta no solo a los
que se involucran en estos actos. Esta se ha introducido en el “día a día” de todos los peruanos
y está impactando negativamente no solo en las personas e instituciones, sino en las relaciones
que se dan entre ellas, es decir, afecta a la cultura misma, entendida como el conjunto de
relaciones humanas y sociales. En ese sentido, se afirma que la corrupción genera una crisis de
confianza. De acuerdo al ranking del Foro Económico Mundial, el Perú, el año 2010, ocupaba
el lugar 120 entre 139 países en el índice de confianza. Este índice para el año 2016 mejoró
ligeramente y ubicó al Perú en el lugar 104 entre 138 países. No obstante, el país sigue rezagado
en un índice que, por su carácter internacional, es utilizado por las empresas privadas para
decidir si invierten o no en el Perú.

Un primer efecto negativo de la corrupción ocurre a nivel de la inversión privada, que tiene
como fundamento la confianza, valor central en las relaciones humanas y sociales. El país que
se expone a actividades corruptas es menos confiable y menos competitivo en el contexto
internacional. Otro efecto negativo es la informalidad, pues, junto a la corrupción, promueven
las economías sumergidas, la coima, el robo y la estafa, entre otros. La lucha contra la corrupción
le cuesta al país. Justamente, una de las medidas recientes del ejecutivo es triplicar el
presupuesto de la fiscalía. Este mayor gasto en fiscalización significa seguramente un menor
gasto en políticas sociales, tan necesarias para mucha gente que requiere del apoyo concreto del
Estado. Por último, la corrupción reduce las capacidades del país para invertir en programas
relacionados con la salud, educación y nutrición en las comunidades más pobres del país. La
corrupción promueve una economía perversa que favorece a unos cuantos corruptos y descuida
a las poblaciones más necesitadas.

Lava Jato es un caso de corrupción muy grave que se ha proyectado hasta lo más profundo del
tejido social del Perú, y ha puesto en duda la transparencia y eficacia del sistema de justicia.
Asimismo, ha puesto en riesgo la capacidad misma de gobierno en el Perú. Por ello, los
ciudadanos cada vez creen menos en las promesas de los políticos.

Por otro lado, parece que cada vez es más difícil salir de este dinamismo pernicioso de
corrupción y violencia ciudadana. Para recuperar la confianza, hace falta más que un discurso
del Presidente, un compromiso de todos por forjar una sociedad mejor.

Adaptado de https://ucsp.edu.pe/saladeprensa/articulos/la-corrupcion-y-sus-efectos/

Fuente 3
Piura: separarán de sus funciones a tres fiscales involucrados en casos de corrupción
https://elcomercio.pe/peru/piura/piura-separaran-funciones-tres-fiscales-involucrados-casos-
corrupcion-noticia-546404
Fuente 4
El Top 10 de los casos de corrupción en etapa final
https://larepublica.pe/politica/742063-el-top-10-de-los-casos-de-corrupcion-en-etapa-final

Fuente 5
¿Por qué la importancia de hacer memoria en el tema de corrupción?
http://elgranangular.com/radiografiadecorrupcion/

Fuente 6
Caso Odebrecht
https://www.youtube.com/watch?v=PDvM7WwVf_c

Fuente 7
Informalidad y corrupción
https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/informalidad-corrupcion-claudia-cooper-noticia-
542139

Fuente 8
Corrupción y poder
https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/corrupcion-alfredo-torres-noticia-480328

Fuente 9
Corrupción: causas y consecuencias sociales
http://www.garberipenal.com/corrupcion-causas/

Actividad 2

En la actualidad, se han generado diversas discusiones sobre el problema de la corrupción en el


Perú. A partir de las fuentes leídas y de otras que Ud. considere revisar por su cuenta, elabore
esquemas causales para un texto de dos párrafos que responda a las causas y consecuencias de
este problema.

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