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1.- La Pregunta del título del capítulo resume lo que el autor nos quiere hacer llegar; el
reflexionar y cuestionar filosóficamente sobre nuestra percepción del mundo. En base a esta
nuestra mente sobre todo lo que le rodea y si incluso las cosas que nos rodean en realidad
existen o son producto de nuestra imaginación. Concluye que a pesar de todas las
interrogantes es casi imposible cuestionar que lo que nos rodea podría no existir y que al
final nos aferramos a la mayoría de nuestras creencias aun sabiendo de que podrían ser
2.- Argumento:.
Todas las ideas o nociones que tenemos sobre lo que nos rodea se basan en sensaciones,
pensamientos, percepciones, etc. que nos llegan del medio ambiente y se procesan en
damos por sentado, que así deben ocurrir en base a lo que captan nuestros sentidos y se
que todo lo que nos rodea realmente existe. Podría ser posible que solo ocurra en nuestra
mente y no en una realidad y ser el mundo externo un gigantesco sueño. Pero si esto fuera
así no podríamos probarlo. No podríamos comprobar la validez de nuestras percepciones
En todo caso podríamos tomar 2 conclusiones radicales discriminantes entre sí: Que la
mente es lo único que existe (solipsismo); o que asumamos que no sabemos nada mas allá
Si argüimos que debe haber un mundo externo porque es tan increíble en cuanto a
experiencias que no puede dejar de haber una razón lógica en términos de causas externas,
se podría replicar que, cómo es que se puede saber a partir de los contenidos de las
experiencias como son esas causas, y cual es la base para pensar que todo debe tener una
explicación.
También se podría argumentar que el escepticismo radical no tiene sentido ya que un sueño
tiene que ser algo de lo que se pueda despertar para descubrir que en realidad fue un sueño,
es decir que debe ser contrastada con otras cosas que si correspondan a la realidad.
Nuestra idea de que las cosas que existen es solamente nuestra idea de lo que podemos
precisamente no hay nadie o alguna otra cosa que no sea el interior de su mente. El
imposible creer que todas las cosas que nos rodean podrían no existir. Debemos tener una
aceptación instintiva del mundo que nos rodea y nos deshacernos de el solamente con
3.- Opinión:
El filósofo Platón en su dialogo Teeteto (1871) planteó esta duda acerca de los sentidos y ponía en
duda nuestra experiencia perceptiva y sostenía que a veces, los sentidos nos engañan.
Tal como refería Descartes (1971) el cuerpo es dudable, pero la propia mente no, luego si podemos
dudar de nuestro cuerpo y no de nuestra mente debemos concluir que no somos cuerpo sino mente.
La hipótesis del sueño es una posibilidad lógica, ya que no es una contradicción afirmar que todo lo
que estamos percibiendo en estos momentos sea un sueño, o parte de un sueño. Si eso fuese cierto,
que no estamos aquí ante la posibilidad de un error particular, ni siquiera ante la posibilidad de un
error universal a partir de errores puntuales, sino que todo sea un sueño, que todo sea sueño: sin ir
más lejos, que sea un sueño que ahora estoy escribiendo estas palabras (Defez, 2006).
El mundo tal como lo conocemos y como nos llega podría ser un sueño, porque cuando soñamos
tenemos sensaciones similares, se puede sentir, saborear, escuchar, oler, tocar como cuando estamos
despiertos, sin embargo, cuando despertamos nos damos cuenta que estábamos soñando, que todo
fue un producto de nuestra la mente y llegamos incluso a pensar que los sueños son reales.
Podríamos argumentar que el cerebro sólo recibe señales, imágenes, sonidos, sabores, olores,
texturas, que interpreta y combina, pero no existe conexión entre esa información y nuestra
percepción subjetiva.
La idea de que la percepción es el mundo y que el mundo es percepción, terminaría por hacernos
cuestionar todo lo que conocemos y nada de lo que hayamos vivido como humanidad tendría
sentido.
Tal como menciona el autor debemos tener una aceptación instintiva del mundo que nos rodea