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Filosofía

Clase 3

Profesor: Del Aguila Miguel


Curso: 6to año
Email: delaguilamiguelok@gmail.com

El problema del conocimiento

1) Para entrar en tema

La filosofía del conocimiento estudia cómo conocemos la realidad. Hay una diferencia
muy importante entre preguntarse qué es lo que existe y plantearse cómo conocemos lo
que existe. La metafísica trata de contestar la primera cuestión, mientras que la filosofía
del conocimiento trata de responder la segunda. La parte de la filosofía que se plantea
preguntas acerca del conocimiento se llama gnoseología

ALGUNAS CUESTIONES GNOSEOLÓGICAS - ¿Cómo podemos captar la verdadera


realidad y distinguirla de las apariencias? - ¿Hasta qué punto podemos confiar en que
las ciencias descubren la verdad? - ¿Tiene límites la razón humana? ¿Es posible
conocerlo todo con completa fiabilidad? - ¿Hay algún conocimiento que sea
absolutamente indudable? ¿O, por el contrario, siempre es posible encontrar razones
para dudar de cualquier afirmación? - ¿Qué es la verdad? ¿Cómo podemos distinguir lo
verdadero de lo falso?
Por ejemplo:

“Todo aquello en lo que crees (sea respecto al Sol, la Luna y las estrellas, la casa y el
vecindario en que vives, la historia, la ciencia, otra gente, incluso la existencia de tu propio
cuerpo) se basa en tus experiencias y pensamientos, sentimientos e impresiones sensoriales. Eso
es todo lo que tienes como punto de partida: ya sea que veas el libro en tus manos, o sientas el
suelo bajo tus pies (…)
Las experiencias y pensamientos internos son lo más cercano a ti, y alcanzas todo lo
demás sólo a través de ellos. Por lo común, no tienes dudas sobre la existencia del suelo que
pisas, o del árbol que está frente a la ventana o de tus propios pies o de tus propios dientes. De
hecho, casi nunca reparas en los estados mentales que te hacen conscientes de esas cosas:
pareces estar consciente de ellas directamente; pero ¿cómo sabes que realmente existen? ¿Te
parecerían diferentes las cosas si de hecho existieran sólo en tu mente, si todo lo que creíste que
era el mundo real externo no fuese más que un gigantesco sueño o alucinación de las que nunca
despertarás?

Thomas, Ángel, ¿Qué significa todo esto? Una brevísima introducción a la filosofía.
F.C.E., México, 1995, pág 11.

Preguntas:

• ¿Puede haber un mundo externo o no?, ¿y si lo hay, puede ser distinto de cómo
nos parece?
• ¿Porqué aceptamos la existencia del mundo externo?
• ¿Podríamos decir que la creencia en el mundo real puede ser un gigantesco
sueño o una alucinación?

2) La teoría de las ideas de Platón

Platón (428-348 a.C.) hace una duplicación de la realidad y afirma la existencia


de dos mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible. Esto es lo que se conoce con
el nombre de dualismo.
El mundo sensible, es el mundo físico, el mundo de los objetos sensibles y
particulares, y su conocimiento es posible a través de los sentidos. Es el mundo de la
opinión, y de la apariencia, sujeto a cambios. Para Platón, este mundo no es más que
una copia del mundo real, el mundo inteligible. Aunque el mundo visible, como
también lo llama el filósofo, también tiene realidad en la medida en que participa del
mundo de las Ideas, imitándolo. El mundo sensible es devenir.
El mundo sensible, ha sido fabricado por el Demiurgo, que le da forma a la
materia tomando como modelo al mundo inteligible. Esta separación de la esencia de las
cosas, es lo que va a criticar su discípulo Aristóteles en la "Metafísica".
El mundo inteligible es el mundo de las ideas, de los universales, de las
esencias, y es el único verdadero. Es el mundo de la ciencia, y a él solo es posible
acceder a través de la razón, por medio de un proceso dialéctico, que va desde la falta de
conocimiento o ignorancia, hasta la verdad o conocimiento de las ideas. Este mundo es
imperecedero, inmutable y eterno. El mundo inteligible constituye el verdadero ser.
Mito de la caverna

3) El Racionalismo: Descartes y “pienso luego existo”

Renato Descartes, filósofo francés que vivió entre los años 1596 y 1650 se
propone fundar el saber sobra las bases cuya firmeza esté más allá de toda sospecha.
Para ello, Descartes proyecta dudar de todo hasta hallar alguna evidencia que sea
absolutamente indubitable. Su plan es no aceptar nada que sea dudoso y sólo dar por
válido lo que sea absolutamente cierto. Lo que este filósofo desea es ver si dudando de
todo queda algo que se resista a la duda. Esta duda que Descartes decide aplicar a todo
es una duda metódica pues es el camino para llegar a la verdad (si es que la verdad
existe)

En vez de dudar de cada saber en particular, lo que sería una tarea infinita,
Descartes aplica la duda metódica a las fuentes del conocimiento, es decir, a la
sensibilidad y a la razón. Si estas fuentes son dudosas, entonces todo lo conocido a
través de ellas también lo será.
Su crítica al saber proveniente de la sensibilidad es sencillo: los sentidos a veces
nos engañan pues en ocasiones nos ha ocurrido creer ver algo y luego comprobar que
era otra cosa (por ejemplo, ver un arbusto a distancia y luego descubrir que es un
hombre). Si nos engañan deben ser desechados por ofrecer conocimientos dudosos.
Su crítica al saber proveniente de la razón es, en cambio, más compleja. No es
posible dudar de las verdades a las que llegamos a través de la razón: “el todo es mayor
que las partes”, “todo objeto es idéntico a sí mismo”, “dos más dos es cuatro”. Sin
embargo, dice Descartes, podría ocurrir que un genio maligno me esté engañando y me
haga creer que es absolutamente cierto lo que es falso. Si ese demonio existiera, ningún
saber sería seguro pues mi razón estaría siendo engañada por un ser superior y
trascendente.
En este punto, al postular la hipótesis de un genio maligno, Descartes llega al
extremo de su duda y se encuentra en la más absoluta incertidumbre. Sin embargo, es en
este extremo cuando el filósofo francés alcanza la primera verdad absolutamente
indubitable: aún cuando el genio maligno pudiera engañarme en todo no podría
engañarme acerca de lo siguiente: que estoy dudando. Y si estoy dudando, entonces
existo. La evidencia del propio pensamiento y del propio existir, es la base de la
posibilidad de un conocimiento seguro: “pienso, luego existo (ego cogito ergo sum)”.
4) Cerebros en la cubeta, el experimento de Hilary Putnam.

Imaginen, nos propone el filósofo estadounidense Hilary Putnam (1926-2016),


que un científico diabólico hubiera sometido a un experimento a un ser humano. Se
habría extraído del cuerpo el cerebro de la persona y colocado en un recipiente con
nutrientes que mantendría con vida el cerebro. Las terminaciones nerviosas estarían
conectadas a una computadora super-científica capaz de provocar en la persona la
ilusión de que todo es completamente normal. Parecería haber gente, objetos, el cielo,
etc.; pero en realidad todo lo que la persona experimentaría sería el resultado de
impulsos que van desde la computadora hasta las terminaciones nerviosas.
¿Se trata de una pesadilla de ciencia ficción? Tal vez, pero eso es exactamente lo
que diríamos si fuéramos un cerebro metido en una cubeta. Si nuestro cerebro estuviera
en un recipiente en vez de en el cráneo, cada una de nuestras experiencias sería
exactamente igual que si hubiéramos vivido en un cuerpo real inmerso en el mundo real.
El mundo circundante —esta silla, el libro que sostenemos con las manos, y las propias
manos— forma parte de la ilusión, la poderosísima computadora del científico
introduce en nuestros cerebros los pensamientos y las sensaciones. Probablemente no
creamos ser un cerebro flotando en una cubeta. Es posible que la mayoría de los
filósofos no crean ser cerebros en cubetas. Pero no se trata de que lo creamos sino tan
sólo de admitir que no es posible tener la certeza de que no lo somos. El problema es
que, si realmente somos un cerebro en una cubeta (simplemente no podemos descartar
la posibilidad), todas las cosas que creemos conocer del mundo serían falsas. La mera
posibilidad parece minar nuestras pretensiones de conocimiento acerca del mundo
exterior. ¿Existe alguna forma de escapar de la cubeta?
En la cultura popular ideas, como la del cerebro en una cubeta, han resultado tan
estimulantes y sugestivas intelectualmente que han dado lugar a numerosas
manifestaciones populares. Una de las más exitosas fue la película Matrix en 1999, en
la que un hacker llamado Neo (interpretado por Keanu Reeves) descubre que el mundo
americano de 1999 es, de hecho, una simulación virtual creada por una ciber
inteligencia maligna, y que a él y otros seres humanos los mantienen en el interior de
recipientes llenos de un fluido, conectados a una inmensa computadora. La película
presenta una elaboración dramática del cerebro en una cubeta, en la que se reproducen
los principales elementos de la situación. El éxito y el impacto de Matrix advierte de la
fuerza que poseen los argumentos del escepticismo radical.
Otras preguntas

• ¿Es posible conocer la realidad tal cual es? ¿O lo que llamamos “conocimiento”
no es más que nuestra manera de ver y de interpretar la realidad?
• ¿Cuáles son las capacidades que nos permiten conocer: la razón o la
sensibilidad? ¿Existe alguna otra capacidad cognoscitiva que no sea ni la razón
ni la sensibilidad? ¿Cuál?
• ¿Podemos conocer aquello de lo que no tenemos experiencia? ¿O sólo somos
capaces de conocer lo que podemos experimentar?

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