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(Historia Del Mundo Antiguo Akal 55) Blázquez, José María - Artesanado y Comercio Durante El Alto Imperio
(Historia Del Mundo Antiguo Akal 55) Blázquez, José María - Artesanado y Comercio Durante El Alto Imperio
HISTORIA
^MVNDO
A ît iïg v o
o ARTESANADO Y
COMERCIO DORANTE
EL ALTO IMPERIO
,
Esta historia obra de un equipo de cuarenta profesores de va
f im m ,
rias universidades españolas pretende ofrecer el último estado
,
de las investigaciones y, a la vez ser accesible a lectores de di
HISTORIA versos niveles culturales. Una cuidada selección de textos de au
, ,
tores antiguos mapas, ilustraciones cuadros cronológicos y
orientaciones bibliográficas hacen que cada libro se presente con
°^MVNDO ,
un doble valor de modo que puede funcionar como un capítulo
del conjunto más amplio en el que está inserto o bien como una
ANTÎGVO monografía. Cada texto ha sido redactado por. el especialista del
tema, lo que asegura la calidad científica del proyecto.
ROMA
Director de la obra:
Julio Mangas Manjarrés
(Catedrático de Historia Antigua
de la Universidad Complutense
de Madrid)
Diseño y maqueta:
Pedro Arjona
J. M. Blázquez
¿2>
Indice
Págs.
I. A rtesanado............................................................................................................. 7
1. Aspectos g e n e ra le s......................................................................................... 7
— Objetos de l u j o ......................................................................................... 7
— Gemas ......................................................................................................... 7
— Objetos de v id rio ...................................................................................... 8
— Alfarería ..................................................................................................... 8
— El artesanado en las provincias o rien tales........................................ 11
— El artesanado en las fincas ag ríco las.................................................. 11
— Evolución del artesanado. Talleres imperiales ................................. 12
— El trabajo en las m inas .......................................................................... 12
— M aquinaria m inera ................................................................................. 16
— C anteras de m á rm o l................................................................................ 16
— Relieves con oficios ................................................................................. 18
2. Artesanado durante la época de A u g u sto ............................................... 18
— Italia ............................................................................................................ 18
— P o m p e y a..................................................................................................... 19
— A le ja n d ría .................................................................................................. 19
— Siria y Asia M e n o r.................................................................................. 19
— H ispania ..................................................................................................... 20
— Italia ............................................................................................................ 23
— Etruria ......................................................................................................... 23
— Arretium (A rezzo).................................................................................... 24
— Lacio ........................................................................................................... 26
— Roma ................................................................. ......................................... 26
— P o m p e y a..................................................................................................... 27
— C am pania .................................................................................................. 28
— Sur de I ta lia ............................................................................................... 30
— Sicilia ................................................................ .......................................... 30
6 A k al Historia del M und o Antiguo
Bibliografía ................................................................................................................... 79
A rtesanado y com ercio durante el Alto Im perio 7
I. Artesanado
grandes en 3 km. Estas cerám icas se galorrom anas personal libre. El artí
im pusieron entre los años de los go fice era el propietario de la alfarería.
biernos de D om iciano y A driano, y Lo m ism o se puede decir de los ta
fueron desplazadas a su vez por los lleres de La Rioja, tan im portantes o
productos de R h em zab ern . etc. En m ás que los del sur de la G alia, que
H ispania se producía estos años la si invadieron toda H ispania. El taller de
gillata hispana. El triunfo de la cerá Tritium exportó m uchos productos a
mica subgálica sobre la aretina lo ha M auritania Tingitana. Todos estos ta
explicado F. de M artino por el hecho lleres trab ajab an a pleno rendim ien
de que estaba aquélla más próxim a a to durante el siglo I. A finales del si
los lugares de consum o, a la calidad glo I y d u ra n te el siglo sig u ien te
del producto, a la o rganización in trab ajaro n las fábricas de A ndújar en
dustrial y al precio. E n las alfarerías H isp an ia. Se ha calcu lad o que La
aretinas trab ajab an esclavos y en las G ranfesenque produjo por lo m enos
Artesanado y com ercio durante el Alto Im perio 11
Copas de vidrio.
Museo Arqueológico de Colonia.
Plinio ha descrito bien la industria del a Roma en su taller; lo adelgaza por medio
papiro: de un pulimento esmerado; de esta mane
13.71.22. «El papiro por consiguiente cre ra el plebeyo hizo un papel de primera ca
ce tanto en los marjales de Egipto como en lidad al que dio su nombre; aquel que no
las charcas estancadas, después de la había sido retrabajado conservó el nombre
inundación de las aguas del Nilo, y donde de anfiteátrico.
la profundidad no excede de dos codos. 76. Viene a continuación el saítico, fabri
La raíz, del grosor de un brazo, es rampan cado en Sais, donde el papiro crece en
te; el tallo, más alto de diez codos, adelga abundancia; las fibras más cercanas a la
za hacia la altura, y termina en un ramillete corteza dan todavía el teonítico, así deno
alrededor de una especie de tirso despro minado por un lugar vecino de Alejandría, y
visto de granos y sin otro uso que servir que no se vendía más que al peso, con de
para corona de flores a las estatuas de fecto de calidad. En cuanto al empórico o
las divinidades. comercial, inutilizable para escribir'', sirve
72. Los habitantes emplean las raíces a para envolver otros papeles y para emba
manera de madera, no solamente para la lar las mercancías, de aquí su nombre de
calefacción, sino también para fabricar papel de los mercaderes. Después de ex
utensilios. De la planta misma trenzan bar traído este producto, no queda más que la
cos; de la parte interior tejen velos, trenzas, parte exterior del papiro, parecida al junco,
vestidos, colchones y cuerdas. Mastican de la que solam ente se pueden sacar
también el tocón crudo o cocido, pero so cuerdas, y éstas únicamente destinadas
lamente tragan el jugo. para la inmersión.
74. Para fabricar el papel, se separan con 77. Todo papiro se teje sobre una tabla
la aguja las fibras del papiro en tiras muy humedecida con agua del Nilo en la que el
delgadas y tan largas como sea posible. limo hace el efecto de cola. Allí se extien
Las mejores se sacan del corazón del tallo; den primero verticalmente las bandas en
vienen a continuación las otras en orden a toda su longitud, se recortan aquellas que
su posición relativa. Se denominaba en sobrepasen en cada extremo, después se
otros tiempos hierático al papel por cuya extiende por encima una capa de bandas
calidad estaba reservado a los textos sa transversales cruzadas. Se pone todo a
grados. Más tarde por adulación se le da el prensar y luego se extienden las hojas al
nombre de Augusto, co.no el de Livia su sol para secarlas, a continuación se van
mujer al de segunda calidad, si bien el hie juntando conforme a su calidad comen
rático fue reservado al tercer rango. zando por los mejores y acabando por los
75. A continuación venía el anfiteátrico, más malos. Cada rollo no contiene nunca
así denominado por el lugar de su fabrica más de 20 hojas.
ción; un hábil artesano, Fannio, lo importa 78.24. Las longitudes son muy diferen-
tes. El mejor papel tiene trece dedos de el mojado del principio ha sido realizado
largo, el hierático dos menos, el fannio con negligencia, este trabajo mal realizado
diez; el anfiteátrico uno menos, el saítico a veces también se percibe por el mazado
menos todavía y por otra parte no soporta o incluso por el olor. En ocasiones también
el mazado; en cuanto al emporítico no so se perciben visiblem ente m anchas de
brepasa los seis dedos. En el papel se moho; asi mismo otras veces las bandas
considera igualmente la finura, el cuerpo, del centro quedan demasiado esponjosas
la blancura y el pulido. y absorben la tinta, defecto que no se re
79. El emperador Claudio dio el primer conoce más que viendo la escritura exten
rango a otro papel. La excesiva tenuidad derse ella misma; ¡hay tantas falsificacio
del papel Augusto no le permitía resistir nes! Cuando esto sucede es necesario
suficientemente el cálamo; es más, dejaba rehacer el trabajo y tram ar una nueva
transparentar la escritura, con lo que se hoja.
arriesgaba a confundir el verso; en suma 82.26. Para el encolado, se emplea la
su transparencia le daba un aspecto desa cola ordinaria, hecha con flor de harina d i
gradable. Se hizo pues (a partir de Clau luida en agua hirviendo y a la que se han
dio) la urdimbre con bandas de segunda añadido algunas gotas de vinagre. No son
calidad, y la trama con las de primera. Ade utilizables la cola de carpintería ni la goma,
más hizo alargar la longitud hasta un pie. pues éstas le harían quebradizo. Un pro
80. Hubo tam bién un form ato de un cedimiento mejor todavía consiste en po
codo, denominado macrocole, pero la ex ner a hervir la miga de pan fermentada con
periencia mostró rápidamente sus incon levadura y colada, la capa de cola interme
venientes, porque una de las bandas se dia es reducida al mínimo, consiguiendo
destacaba sobre las otras y el defecto al así una flexividad mayor que la que se ob
canzaba a varias columnas. Éste es el mo tiene con el agua del Nilo. Pero hay que te
tivo por el que el papel Claudio obtuvo ge ner en cuenta que todas estas colas deben
neralm ente la pre feren cia , el Augusto tener un día, ni más ni menos. Una vez en
quedó entre tanto como el más rebuscado colado, el papel se adelgaza con el mazo y
para la correspondencia. El Livio, que no se encola de nuevo, después se pone bajo
tenía nada de la primera calidad, pero todo presión para aplanarlo, y se le rebaja una
de la .segunda, conservó su rango. vez más con el mazo.
81.25. Las asperezas del p a p iro se 89. El papiro, también, está sujeto a ca
pulen con un diente o con una concha restías; y bajo Tiberio, hubo tal escasez de
pero una vez hecho esto ya no conserva papel, que se designó a los senadores
sus características; pulido, el papel toma para controlar su distribución; de lo con
peor la tinta y es más brillante. A veces en trario esto habría po d ido crear desór
el papel resalta la humedad debido a que denes».
m ontaña totalmente excavada por una núm ero de m ineros son apenas dos
explotación m inera. Los obreros han centenares, descendiendo co n tin u a
abierto en su base grandes galerías. m ente a causa de las enferm edades y
Este trabajo es obra de los publicanos de las m uertes». Estas m inas eran
que em plean com o m ineros a crim i sulfuro de arsénico, utilizado en pin
nales co m p rad o s en los m ercados, tura por su color rojo-anaranjado se
donde eran vendidos en castigo de gún Vitrubio (7.7.5) y en farm acopea
sus crím enes. A dem ás del penoso tra según Plinio (34.114). Estacio (Theb.
bajo se añade el hecho de que la at 6.880-5) alude a los desprendim ientos
mósfera de estas m inas es, no sola de roca que sepultan a los m ineros
mente m ortal, sino que apenas es res- íberos, de lo que hay constancia en
pirable el aire a causa del m al olor las m inas de Río Tinto, 14 personas y
insoportable del m ineral. Por esta ra 50 en las de Iconium en Asia Menor.
zón los m ineros viven poco. Sucede T am bién tra b a ja b a n en las m inas
que frecuentem ente la explotación se mujeres y niños, citados en las m inas
para p or falta de rentabilidad, pues el del sur de Egipto por Diodoro (3.13.1),
16 A k al Historia d e l M und o Antiguo
te curvan y endurecen m ucho las ho ras, endureciéndose así am bas super
jas en el sentido de su longitud de tal ficies, m ientras que la parte interm e
modo, que si alguien quisiera flexar dia perm anecía blanda, por no haber
las espadas así forjadas, no podría llegado hasta ella la acción de los gol
hacerlo de ningún modo, o si lo lo pes, que eran ligeros en profundidad.
graba por la fuerza, rom perianse a Así pues, com o las hojas quedaban
causa de lo com pacto de toda la hoja com puestas de tres cuerpos, dos de
así endurecida por los golpes. La ac ellos duros y el otro, el del centro,
ción del fuego, según dicen algunos, blando, su flexibilidad era la que a n
ablanda el hierro y el bronce, dism i tes hem os dicho».
nuyendo su cuerpo, m ientras que la Los rom anos im itaron el procedi
acción del frío y de la forja lo endure m iento de fabricación de estas espa
ce. En verdad estos dos tratam ientos das du ran te la guerra h an n ib álica,
hacen com pactos los cuerpos, ju n ta n pero, com o afirm a Polibio (G uida,
do entre sí sus partes y rellenando el m achaira). «no pudieron im itar ni la
espacio vacío entre ellas. Forjábam os, excelencia del hierro, ni el esmero de
pues, en frío las hojas por las dos ca los dem ás detalles».
A rtesanado y com ercio durante el Alto Im perio 23
Estas fundiciones de la Meseta con de trabajadores de lino (CIL V 1041),
tin u ab an aú n en época de M arcial. y de alfileres.
E ntre las ciudades situadas al sur
Italia del Valle del Po, descuella Parm a por
sus talleres de lana, celebrados por
Se dispone de bastantes fuentes para varios autores del siglo I, com o Estra
reco n stru ir los trabajos artesanales bón (5. 1. 11), p o r C olum ela (7.2.3) y
en Italia a com ienzos del Principado. por M arcial (2.43.4; 5.13.8). El poeta
En el norte del Po. M ediolanum (Mi bilbilitano puntualiza que alim enta
lán) tenía talleres de lino y lana, con ba num erosos rebaños, cuya lana se
g ra n ac tiv id a d (C IL V 5923, 5932, trabajaba en la ciudad. El poeta his
5869), en función con el com ercio de pano (4.37.5) da la cifra de los ingre
G erm an ia y de las provincias d a n u sos de sus rebaños de un rico ganade
bianas. E n la elaboración de tejidos ro, de nom bre Afer, que obtenía de
de lin o e sta b a in te re s a d a V erona ellos la sum a de 600.000 sestercios al
(CIL V 3217). Las factorías de textiles año. En M utina trab a jab an alfarerías
trab ajab an principalm ente en el Valle que com petían con las de Arretium ,
del Po, especialm ente en M utina, P ar H asta, Pollentia y Surrentum . Plinio
m a y A ltinum , tam bién las había en el Viejo (35. 161) puntualiza que sus
C alabria y en Apulia. cerám icas, com o la de Tralles en Asia
Brescia en las de lana (CIL V 4324, M enor, son fam osas por su arte, y que
4501, 4504). En esta ciudad trab a ja «sus productos, logrados con la ayu
ban gran número de artesanos dedica da de la rueda, son conocidos en todo
dos a la construcción y herreros (CIL V el m undo, transportados por m ar y
4122, 4448-4449). Según Plinio el Vie tierra, a todas las regiones de la tie
jo (34. 144), C om um (Com o) fue fa rra». R avenna era célebre por su in
m osa p o r la in d u s tria del h ie rro , dustria naval (CIL IX 139). Las ins
«aunque no tenga m inas cerca», p u n c rip c io n e s (C IL X I 124, 126, 136)
tualiza el naturalista latino. En opi m encionan los artesanos. N ada tiene
nión de E strabón (5. 1.7) en Padua de particular la existencia de arsena
(Patavium ) « m a n u fa ctu rab a n vesti les en la ciudad, al ser ella un puerto
dos que se enviaban al m ercado de de la flota rom ana.
Rom a, telas de todo tipo y otras m u Las ciudades del valle del Po fue
ch as cosas». Este com ercio de los ron las más prósperas de Italia a p a r
productos, que la ciudad elaboraba, tir del año 20 en opinión de Tenney
estaba favorecido por el puerto. O tras Frank, entre las que descuella Padua
ciudades de esta región eran im por con 500 caballeros (Str. 3.5.3), las más
tantes centros de artesanado y de in florecientes por su industria fueron
dustria, con productos afanados en el Padua, con sus géneros de lan a (vesti
m ercado, com o A ltinum , al sur de Ve- dos, colchas, y alfom bras) y A qui
necia. M arcial (14, 155) m enciona sus leya.
confecciones de lana, que sitúa des
pués de las de A pulia y Parm a. Etruria
A q u iley a seg u ía tr a b a ja n d o los
m ism os productos que en época de C arrara, cerca de L una, fue famosa
Augusto. Se m encionan asociaciones por sus canteras de m árm ol, que se
de fabril artesanos y centonarii, fabri em pezaron a trab ajar en la época de
cantes de lonas (CIL V 749), de trab a C ésar para la construcción de edifi
jadores de lan a (CIL V, 815), de joye cios. E strabón (5.2.3) indica que el
ros (CIL V, 785), de tintoreros (CIL V, m árm ol es blanco y gris, que las ca n
997), de zapateros (CIL V 1585), de teras son inm ensas y de u n a belleza
trabajadores de púrpura (CIL V 1044), tal, que lo utilizan para la construc
24 A k al Historia del M und o Antiguo
ción de los edificios en R om a y en las obreros que los trab a jan y los con
otras ciudades de Italia, que el tran s vierten en objetos de hierro de dife
porte es fácil p or estar las canteras rentes formas. A unos les dan la for
próxim as al m ar, y que se suben los m a de p á j a r o s . F a b r ic a n p ic o s ,
b lo q u es m o n o lítico s p o r el T iber. guadañas y utros utensilios agrícolas.
A ñade el geógrafo griego que Etruria Los objetos son exportados por los
produce la m ayor parte de las m ade com erciantes a todas partes, y así m u
ras utilizadas en la construcción de chas regiones del m undo se benefi
casas. El m árm ol de C arrara llegaba cian de los servicios que la industria
hasta H ispania y fue usado en escul da a los hom bres». Populonia fue fa
tura, probablem ente venía com o car m osa durante el P rincipado por las
ga de retorno de los barcos hispanos, conservas de atún, al igual que Cosa.
que llevaban a Italia m inerales o ali
mentos. D ebían venir los bloques, no Arretium (Arezzo)
las esculturas term inadas ya.
Las canteras se explotaron princi Las fábricas de cerám ica desplazaron
palm ente bajo los gobiernos de A u los cuencos megáricos entre los años
gusto, N erón, Vespasiano y Trajano. 50 a. C. a la mitad del siglo i y la ce
Su m árm ol se em pleó en los tem plos rám ica de Aeo fabricada por C. Aeo,
de Apolo y de la C oncordia, en la P i por L. Sarius y por otros, inspirada en
rám ide de Cestius, en el Foro de Tra m o d e lo s g rieg o s. Se c o n o c e n los
jan o y en el Panteón. Se ha calculado nom bres de algunos fabricantes de
que trab ajaro n en estos años unos aretina, com o M. P erennius Tigra-
6.000 obreros. La m ayoría de ellos nus. Los propietarios de los talleres
eran esclavos. suelen ser ciudadanos rom anos, como
En Populonia, fam osa por sus m i lo indican los tres nom bres, pero tra
nas y objetos de hierro, en la época bajab an tam bién esclavos griegos e
arcaica, todavía se seguía trabajando, itálicos. Un taller, el de P. Cornelius te
pero la industria se trasladó a Puteoli, nía 58 esclavos. En la fábrica del P.
que no sólo tenía un excelente puerto, C ornelius unos esclavos, los más ca
sino tam bién m ucha m adera para ali pacitados, h acían moldes; el segundo
m entar las fundiciones. grupo platos planos; y el tercer grupo
D iodoro Siculo (5, 13, 1-2) ha dado trabajaba en los hornos y em balaba
en su Biblioteca datos m uy interesan el género; lo em barcaban, eran ofici
tes sobre la explotación del hierro de nistas y criados. En las inscripciones
la isla del Elba, enfrente de Posidonia se recogen los nom bres de cerca de
que «dista de la costa alrededor de 1.000 obreros libres y esclavos, de los
100 estadios... Tiene u na m ina de hie que la m ay o ría h a n a p a rec id o en
rro, donde se explota el m ineral m uy A rretium. Algunos esclavos alcanza
ab u n d an te. Los obreros em pleados ron la libertad, y llegaron a ser pro
en la m ina m achacan la roca, tuestan pietarios de talleres, que a su vez em
los blo q u es de m in era l en h o rn o s p le a b a n esclavos. Los nom bres de
construidos con m ucho arte. El fuego algunos esclavos se leen una sola vez,
intenso fusiona el m ineral. Parten la lo que quizá señale que fueron m a
fundición en fragm entos ya determ i num itidos. Son frecuentes las asocia
nados que se parecen m ucho a g ran ciones de alfareros, com o la de Rasi-
des esponjas. Los m ercaderes com nius, las de los Vienios o las de los
p ran la fundición o p o r dinero, o a Sceunios. U n m ism o dueño puede ex
cam bio de algunos o”bjetos de com er plotar dos alfarerías. U n esclavo, como
cio. Los tran sp o rtan p o r m ar a P uteo Pantagathus, podía pasar por varios
li, o a otros m ercados. Estos carga dueños. P rim ero perteneció a Rasi-
m entos son entregados a num erosos nius y a M em m ius, después a C. An-
Artesanado y com ercio durante el Alto Im perio 25
nius y fin alm en te a M em m ius. El dos en los vasos eran, probablem ente,
m ontar una alfarería no parece que en función del control del taller.
requería unas grandes inversiones de La decadencia de las alfarerías de
dinero, salvo las grandes com o la de Arezzo tuvo causas com plejas, según
Perennius. Tenney F rank, com o que la dem an a
Las a lfa re ría s d is p o n ía n de sus da era m ayor que la producción; que
propios hornos. Sobre el precio de la la producción en m asa llevó a fabri
cerám ica sólo se dispone del dato de car objetos m enos refinados; que no
M arcial (9.59.22), que dos cálices cos se hallaron nuevos decoradores; que
taban un as. Los nom bres estam pilla com petían con los objetos de vidrio;
J/\
1t í
Escultura provincial.
Un retrato hallado en Mérida.
Museo de Arte Romano, Mérida.
26 A k a! Historia del M und o Antiguo
ñus (Vitr. 7.9.4; Plin. 33. 118). Los ex una urbanización intensa en todo el
p lo tab a u n a co m p añ ía de p u b líca Im perio, por lo que la profesión de
n o s . Se a d u l t e r a b a d e m u c h a s cantero, albañil, arquitecto, carpinte
m aneras, lo que proporcionaba g ran ro, herrero, etc. ocupó a m ucha gente.
des ganancias a los publicanos. El go
bierno fijaba el precio, según se indi Pompeya
có ya.
El papiro se trabajaba en un taller Se está bien inform ado en la indus
p riv a d o , q ue fue e s ta b le c id o p o r tria de Pompeya, que se ha tom ado
Fannius. frecuentem ente com o m odelo de la
En M ilán se conoce un colegio de industria en una pequeña ciudad, pero
broncistas, al que pertenecían m ás de rica. Las excavaciones en la ciudad
1.000 personas (CIL V, 5847, 5892). h an dem ostrado u n a progresiva in
Sin em bargo, en R om a no se desa dustrialización de la ciudad, que co
rrolló un a industria im portante. No m enzó con el principado, y que llegó
existían m inas en las proxim idades, y a su apogeo poco antes de la destruc
al atraer la m ateria prim a de fuera, ción de la ciudad por el Vesubio. La
fue costoso. Tam bién debió c o n tri industria m ás im portante fue la del
bu ir a ello la descentralización. tejido, que se h a localizado en dife
U n m onopolio estatal era la fabri rentes zonas de la ciudad. En las ins
cación de ladrillos. F. C oarelli señala cripciones hay m ás de 20 alusiones a
bien la im portancia de este m onopo estos talleres (CIL IV 998, 2966, 3476,
lio: «La actividad edilicia alcanza su 3478, 3529, etc.). A lg u n as fábricas,
p u n to c u lm in a n te en R om a ju s ta com o la del liberto Stephanus, reque
m ente en tiempos de A driano. Tam rían un com plicado sistem a de tin a
bién en este sector se puede observar jas y de técnicos. En el ja rd ín se colo
un in ten to de re g la m en tació n p o r caron tinajones. El implivium servía
parte del Estado. En el período de de lavadero. Tam bién había otras pe
Trajano se estableció la costum bre de queñas tinajas. Dos tejedores de im
p oner la fecha consular en los sellos portancia, M. Vasonius Prim us y L.
para artículos de barro cocido, m ar V eranius H ypsaeus, llegaron a ser
cas de fábrica que se colocaban tam duouiri poco antes de la destrucción
bién en los ladrillos. Con A driano se de la ciudad, lo que indica que eran
hace obligatorio el sello con la fecha, ricos, y bien vistos en la ciudad.
y esto debió suceder en el 123: lo que Junto a la Strada delfA bbondanza,
contribuye a explicar la gran can ti se encontraba la lonja de contrata
dad de sellos de aquel año que nos ción, construida por E um achia para
h an llegado. Nos hallam os ante la de los fullones (bataneros). En varios
cidida intervención de la autoridad frescos de P om peya h a n q u ed ad o
estatal en un sector que constituía la m uchas alusiones a la industria de la
in d u stria m ás im p o rtan te existente ciudad, así en la Casa de los Vettios se
entonces en Rom a: precisam ente la representan una fábrica de perfum es
de la construcción. A través de estos y una perfum ería. A la derecha en
sellos de los ladrillos podem os seguir una prensa se prepara el aceite. El
el proceso p o r el cual los hornos y las aceite h irv ie n d o se m ezc lab a con
m in as, in ic ia lm e n te p ro p ie d a d de esencias de flores. Siguen las mesas
particulares, p asaron poco a poco a del director y del contable. A su lado
m anos del em perador, el cual se en un arm ario contiene las esencias en
contró consiguientem ente en una si tarros de diferentes tam años. Termi
tuación ideal para una política edili na la com posición con la venta de
cia pública y de bajos costes». perfum es a una dam a acom pañada
La época im perial coincidió con de su esclava. O tra pintura de esta
28 A ka! Historia del M und o Antiguo
ron com petir con los de la G alia. P li En Selinunte, Acrae y Agrigentum
nio (18. I l l ; 13, 5 y 26: 21, 16) m en trabajaron m uchos obreros. Panorm o
ciona en C apua la industria de per en C atania y Selinunte eran centros
fu m e ría o b te n ié n d o s e los p e r f u im portantes de joyeros.
mes de las rosas y del aceite de oliva. También los talleres producían gran
Los talleres de este producto se h alla cantidad de ánforas y de cerám icas.
b a n en u n distrito llam ad o S epla Se conocen los nom bres de m uchos
sia (Plin. 16.40; 34, 108; 33, 164), d o n alfareros, D icae en Panorm o, M alius
de se asentaron m uchos pequeños ta F ortunatus en Siracusa, P rim us en
lleres. Las inscripciones m encionan a C atania.
perfum istas, fabricantes de incienso
(CIL X 3966, 3968, 3974, 3979, etc.) que
d eb ían ser libres a ju z g a r p o r sus 3. La industria durante
nom bres. O tras inscripciones h alla e! siglo I
das en la ciudad m encionan a joyeros
(CIL X, 3976, 3978), o fundidores de Alfarerías
cobre (CIL X 3988), a fabricantes de
espadas (CIL X 3986), y de ruedas Fam osos eran los vasos saguntinos.
(CIL X 3989). A los talleres de plata Plinio (35. 160) escribe sobre el p arti
probablem ente alude Plinio (33. 139). cular: «Se alaba todavía la cerám ica
de Samos, vajilla de mesa. La m ism a
Sur de Italia fama conserva la de Arretium , en Ita
lia; por sus cálices sólo la de Surren
La costa de Paestum , la antigua Posi tum, H asta y Pollentia; en H ispania
donia, se había especializado en las Saguntum ; en Asia Pérgamo». Se ha
pesquerías y en la conserva de pesca supuesto por algunos investigadores
do salado. Q uizá estab an co n ecta que el naturalista latino alude a la te
das las factorías de salazón con las tra sigillata fabricada en Sagunto, pero
casas de los Escauros de Pompeya. en la ciudad hasta el m om ento pre
De nuevo es Plinio el que da datos sente no h an aparecido las alfarerías.
im portantes sobre la industria del sur Otros autores creen que se trata de ce
de Italia, com o la de lanas (9. 190- rám ica ibérica.
191). Un taller aretino trabajaba en H e
rrera de Pisuerga, la antigua Pisaro-
Sicilia ca, donde han aparecido unos 30 va
Sicilia fue u n o de los graneros de sos del figlinarius de la Legio IIII
Roma. C riaba tam bién grandes reba M acedónica. Alfarerías están locali
ños de ovejas, lo que desarrolló una zadas en A bella, Solsona, C orella,
industria de tejidos de lana favoreci U xam a y P am plona y Puerto Real
da por la legislación de Tiberio (Tac. (C ádiz), y de ánforas en la C atria,
Ann. 2.33.1). Fam osa fue la fábrica de A zanque, am bas situadas en Lora del
Aurelius de localización dudosa (IG Río, El R inconcillo de Algeciras, en
XIV, 2415, 2). O tras fábricas trab aja Oliva (Valencia), etc. que trabajaron
b a n en C atania y en Siracursa. En la desde el siglo I en adelante. La alfare
prim era ciudad h ab ía tam bién arse ría de A ndújar (Jaén) produjo vasos
nales (CIL X 364). E ra un centro im desde finales del siglo I en adelante.
portante de canteros, com o Siracusa U n taller fam oso fue el de Tricio (Lo
lo fue de escultores, de pintores, de fa groño), del que se conoce un gran n ú
bricantes de copas y de fundidores, al m ero de moldes. Es interesante la no
igual que p or los escultores, fueron ticia recogida p o r P lin io (35. 171):
famosos D repane y Panorm o; M enae «En Pitane, en Asia, y en M axilna y
p o r los carpinteros. Callet, civitates de la H ispania Ulte-
A rtesanado y com ercio durante el Alto Im perio 31
tualm ente el garum m ejor se obtiene A lm ería, con gran núm ero de aljibes,
del pez escom bro en las pesquerías en M álaga y en Baelo, ésta m agnífi
de C artago E spartana. Se conoce con cam ente situada en el Estrecho de G i
el nom bre de sociorum . D os congrios b raltar en la trayectoria que tom aban
no se pagan con m enos de m il m one los atunes, siguiendo las corrientes
das de plata. A excepción de los u n m arítim as. La c iu d ad se fundó en
güentos, no hay licor alguno que se función de la pesca del atún. Los de
pague tan caro, dan d o su nobleza a pósitos alcanzan los 1.500 m etros cú
los lugares de donde viene». bicos. La sal debía proceder de fuera
G argilio M arcial describe la fabri del lugar. Los trabajadores em plea
cación del garum , que se preparaba dos eran indígenas. En opinión de M.
en u n a vasija de 30 litros de capaci Ponsich, com o los atunes bordeaban
dad. E n el fondo se colocaban hier la costa de M auritania antes de entrar
bas olorosas, com o tom illo, orégano, en el M editerráneo, los m ism os m ari
m enta, hinojo, anís, albahaca y otras neros, pescadores y obreros especiali
parecidas. A co n tin u ació n se ech a zados trab ajab an prim ero en M auri
b an trozos de diferentes pescados: tania (T ham usida, Lixus, Konas, Ta-
sardinas, sardas, salm ones, anguilas, hadart, Cotta, Z ah ara) y después el
etc. Se cubría todo con sal. Se dejaba Estrecho de G ib raltar. El personal
descansar todo siete días y se rem ovía em pleado era m uy num eroso, com o
du ran te otros veinte. Valía alrededor se deduce del hecho de que ju n to a
de 150 sestercios el litro. las fábricas existían el cem enterio,
Viveros de peces m enciona Plinio unas term as y un tem plo, pero no hay
(9, 92) en Carteya, que tenían cercas y casas en las proxim idades. Todas es
guardianes acom pañados de perros. tas edificaciones aparecen ju n to a las
Estos viveros eran m uy num erosos fábricas de salazones, com o en Tlo-
(Plin. 9.49). O tras fábricas se h a n h a nas, en Tahadart, en Cotta, en Zanara,
llado en Baria, la actual Villaricos en en A lcacer Seguer, en M elania y en
Venta del Tito, etc. La riqueza de Bae- rias; así, Silchester en productos de
lo, que queda m agníficam ente refle tintorería, W roxcester en las de hierro
jad a en los edificios públicos, tem y C astor en la cerám ica. C handow n
plos, teatros, tabernas, foro, etc. y en tenía fábricas de toda clase. Algu
sus n ec ró p o lis p ro c e d e e x c lu siv a nas ciudades tenían talleres m uni
m ente de las fábricas de salazón que cipales com o Glocester, alfarería de
requerían unas ricas com pañías de tejas.
publicanos con fuertes conversiones Era frecuente que las aldeas de los
de dinero y u n a organización de dis indígenas se dedicaran a alguna arte
tribución de los puertos m uy perfec sanía, com o la de Anglesey, que tra
cionadas. Todas las fábricas del Es b ajaba el cobre. O tras aldeas poseían
trecho tienen la m ism a planificación alfarerías. Estas aldeas trabajaban para
y es probable que pertenecieran a la los procuradores rom anos o para los
m ism a com pañía de publicanos, ta n dueños privados. Es dudoso si los h a
to las del sur de H ispania, com o las bitantes de estas aldeas indígenas eran
de la costa atlántica de M arruecos. esclavos o asalariados. Están docu
En un gran edificio de Baelo se sala m entadas artesanías de asentam ien
ba el pescado en el prim er piso. Tenía tos civiles en los lugares m ilitares,
cubas defendidas del sol y de la lluvia com o la fam osa industria de broncis
por unas techum bres. Las salas esta tas en B rough-under-Stainm ore, que
ban aireadas p or ventanas. En el piso entrem ezclaba en sus productos los
superior se salaba el pescado, o será, estilos celtas y rom anos. H abía tam
quizá, un alm acén de ánforas vacías. bién artesanos am bulantes, que eran
Las fá b ric a s no c o n ta b a n con u n de condición libre.
puerto propio y o b tenían el pescado Las legiones contaban con artesa
de la alm adraba. Los atunes se saca nos para cubrir sus necesidades, lo
ban a la arena y eran introducidos en mismo que las tropas auxiliares, como
un depósito. Se les alm acenaba des alfareros y tintoreros, donde trabaja
pués en otros dos, hasta que estuvie b an los soldados, próxim os a las ciu
ran bien lim pios de sangre y de sal. dades m ilitares, com o ju n to a la Le
En otra sala contigua eran troceados gio XX acuartelada en Holt.
y colocados en cubas con sal. Este Son escasos los restos de fábricas
m ism o procedim iento se repetía en estatales. La distribución de los fun
todas las fábricas, que ocupaban el li didores de hierro coincidía con las
toral del M ediodía de H ispania. m inas de hierro. La zona principal de
fundiciones fue Weald, a la que siguió
Britannia Forest od D ean. El m étodo de trabajo
era m uy prim itivo. C on la ayuda de
Desde el prim er m om ento de la co n los m etalúrgicos rom anos se produje
quista de B ritannia por Rom a, se des ro n p la n c h a s de h ie rro m aleab le,
arrolló en la isla la industria, alrede com o en Corbridge.
dor de la ciudad con artesanos, que Los broncistas siguieron trab a jan
vendían sus propios productos que do durante el Im perio R om ano. Se
fabricaban. Carecieron estos artesanos conocen varios tipos de hornos, como
de originalidad, sim plem ente copia los de W roxeter, de B rough-under-
ron los objetos rom anos. De los p ri Saintm ore, y de Fauwix. Las indus
meros años de la conquista se conoce trias del bronce florecieron principal
en C hichester u n colegio de artesa m ente durante el siglo I y II. A final
nos. Los tallerçs estaban en función del siglo II p or causas desconocidas
de que las ciudades se conviertan en estaban en retroceso las fundiciones.
m ercados de la región. Las ciudades A parecen ah o ra bronces que n ad a
se esp ecializan en diferentes m ate tienen que ver con la tradición celta, y
Artesanado y com ercio durante el Alto Im perio 35
que se relacionan con el estilo con reros vivían en barracones m ilitares
tinental. con baños. El oficial que vigilaba los
La plata se utilizaba en gran escala trabajos, viviría en una villa de corre
p ara ad o rn ar los objetos de bronce. dor. U nas cuantas casas del valle del
Los obreros especializados en trab a Neue, de planta rom ana, indican que
jos de plata en época rom ana fueron la industria era propiedad de unos
m ás bien presos. M uchos de ellos se alfareros.
rían forasteros. Tam bién se conserva Los alfareros de N ew Forest debían
alguna docum entación sobre los au ser itinerantes. Las alfarerías de York
rifices, com o en M alton, Yorks (CIL shire estaban en m anos de indígenas
VII 265). M uchos aurifices trabajaron que trab ajab an bajo control militar.
en las m inas de oro de D olancothy, Se han hallado m uchas m arcas de
donde h abía m uchos talleres de fun ladrillos. Es corriente la estam pilla
dir metales. h a l l a d a en S ilc h e s te r N e r ( o n is )
En W ilderspool hubo fábricas de C l(audi) C ae(saris) A ug(usti) G e r
cristal. Se han encontrado hornos de m anici). Tejas de la Legio II Augusta
fundición, crisoles, escorias de vidrio, son m uy abundantes en Caerlen, Sea
y otros detritus y piezas ya acabadas ton, Sixth, etc. Doce unidades de tro
de vidrio. O tras fábricas existieron en pas auxiliares tenían tejares propios.
C aistor-next-N orw ich y en W roxeter, Tam bién se han hallado en B ritannia
donde se halló un fragm ento de vi tejares de propiedad privada, en Plax-
drio ju n to a un horno, fechado entre tol y G loucestershire. La co n stru c
los años 75-100. ción del Vallum H adriani requirió un
M ás de 100 alfarerías y tejares, p er gran núm ero de canteras.
tenecientes a la Legio XX, se conocen La industria textil estuvo vinculada
en Holt. E stán concentradas princi con las villas com o en D arenth, con
palm ente en el noroeste de Kent, en un gran batán. U n batán de dim en
New Forest, en el valle del Neue, en siones más pequeñas se conoce en
las proxim idades de Castor, en el va G loucestershire. Un tercer batán se
lle del Támesis y en el norte. halló en la villa de Tilsey.
Esta industria tuvo tres fases en su En el barrio situado en el noroeste
historia. Al principio de la conquista de Silchester, hubo fábricas textiles,
eran fábricas locales, que abastecían sin poder precisar cuándo y durante
la dem anda local, con gran variedad cuánto tiem po existieron, que tuvie
de unas zonas a otras. D espués se ron una gran im portancia en la vida
centró en los lugares im portantes. En económ ica de la ciudad.
el Bajo Im perio estos centros fueron
d estru id o s p o r las in v asio n es b á r Galia
baras.
Las alfarerías cu b rían la dem anda Este país, desde el comienzo del Princi
local, salvo si se trata b a de piezas pado, rivalizó con Italia en los p ro
de lujo. ductos industriales. C om o escribe M.
E n Colchester trabajó u n a de estas Rostovtzeff, «desde m uy pronto G a
alfarerías. La calidad de las cerám i lia había dem ostrado u n a rara capa
cas varió m ucho de unos talleres a cidad industrial. Bajo la dom inación
otros. En los cuarteles de Holt, y en rom ana continuó desarrollándose en
los próxim os a Caerlem , los dibujos y gran estilo, y no tardó en rivalizar se
la técnica m ás bien fueron rom anos riam ente con Italia en la producción
que celtas. Las cerám icas de Kentish de artículos genuinam ente itálicos en
seguían m ás bien m odelos celtas. su mayoría hasta entonces, tales como
Los asentam ientos de los alfareros la cerám ica con relieves y las m an u
eran m uy variados. En H olt los alfa facturas de metal».
36 A kat Historia del M undo Antiguo
pisando sin cesar mis propias h u e sólo cubrían su bajo vientre con un
llas, podía correr librem ente sin p er pañ o reducido a la m ínim a expre
der el rum bo. sión; desde luego, todos iban vestidos
N o obstante, com o no había perdi com o para lucir su cuerpo a través de
do p o r com pleto mi sagacidad y p ru los harapos: tenían letras grabadas en
dencia, me mostré torpe en el ap ren la frente, la cabeza m edio rapada, los
dizaje del oficio; y aunque, cuando pies con anillas; desfigurados ya por
vivía como hombre entre los hombres, su color lívido, el hum o de los hornos
hab ía visto fu n cio n ar m áquinas de y el vapor del fuego les ha cham usca
esta clase; sin embargo, aparentando do los párpados hasta dejarlos medio
no tener experiencia ni idea de la ta ciegos. Y así com o los atletas se salpi
rea, me hacía el tonto y perm anecía can de arena fina antes del com bate,
inmóvil. Me figuraba que, si me con esta gente lleva una sucia m áscara
sideraban un tanto inepto y bastante b lan ca que es m ezcla de ceniza y
inútil para ese m enester, me darían harina.
otro trabajo cualquiera, pero siem pre Y ahora, refiriéndom e a mi com pa
m ás llevadero, o tal vez h a sta me ñía de caballerías, ¿qué podría decir y
m antendrían sin empleo. Pero en vano en qué térm inos me podría expresar?
acudí a esa estratagem a: salí perdien ¡Qué vejestorios, los m ulos aquellos!
do. En efecto, de pronto, me rodeó ¡Qué recua de jam elgos im potentes!
un a m ultitud arm ad a de estacas, y A lrededor del pesebre, donde sum er
cuando, por tener tapados los ojos, gían sus cabezas, trituraban m onta
m enos me lo esperaba, a u n a señal ñas de paja: resollaban los cuellos ul
convenida, dan una voz y descargan cerosos y p u ru le n to s , las flácid as
sobre mí una lluvia de estacazos; la m em branas de sus fosas nasales se
algarabía me aturde de tal m odo que, distendían bajo el im pulso de una tos
a b a n d o n a n d o to d o s m is cálcu lo s, incesante, su pescuezo estaba gangre
cargo en seguida y de la m anera más noso por la rozadura perm anente de
adecuada todo mi peso sobre la soga la soga de esparto, sus flancos esta
de esparto y doy unas vueltas a paso b a n desollados h asta los huesos a
ligero. El cam b io re p en tin o de mi fuerza de latigazos; sus pezuñas se
co n d u cta hizo reír a toda la com hab ían ensanchado enorm em ente en
pañía. la interm inable m archa sobre el rue
H ab ía tra n sc u rrid o ya la m ayor do; y su piel era toda asperezas como
parte del día y me h allaba agotado, consecuencia de los años, de la sarna
cuando me desengancharon la soga y de la decrepitud.
de esparto y, libre ya del brazo de la El deplorable cuadro de tal socie
m áquina, me llevan al pesebre. A un dad era para mí un tem ible augurio».
que sum am ente cansado, con ansias U n gran m olino m ovido por una
de reponer fuerzas y m uerto de h a m bestia y con un esclavo se representa
bre, no obstante, distraído y pendien en un relieve de Ostia. Est tipo de m o
te de mi curiosidad habitual, sacrifi lino se introdujo en R om a en época
qu é la co p io sa c o m id a que ten ía de Sila. T rituraba a los esclavos que
d e la n te p a ra e x a m in a r con cierto lo movían. En el sarcófago de A nnius
agrado la organización de aquella in Octavius, hoy en el M useo Laterano
deseable em presa. ¡B ondad divina! de R om a, dos esclavos m ueven la
¡Qué desechos h u m anos había allí! viga de un molino.
Aquella gente tenía la piel m arcada Las inscripciones africanas aluden
de arriba abajo p or las m oraduras del a un gran núm ero de oficios, com o a
látigo; su esp ald a cicatrizad a, m ás V itulus, p la te ro de C a esa rea (C IL
que cubierta parecía som breada por VIII 21106), y a Félix... fabricante de
an d rajo s entrecosidos; algunos tan ungüentos y de perfum es que vivía en
40 Aka! Historia del M u n d o Antiguo
del Principado. De C hina se im porta bajo los Severos. Algunos autores son
ba m ucha seda y tam bién vasos de de la opinión de que el com ercio no
lujo que h an aparecido alm acenados decayó m ucho, sino que se sustituye
en el M ar Rojo. Los Anales de la D i ron las m onedas de plata p o r el inter
nastía H an aluden a una em bajada cam bio de las m ercancías, debido a
del em perador M arco A urelio a C h i la fuerte devaluación y pérdida del
na, que está silenciada en los autores poder adquisitivo de la m oneda ro
clásicos. Algunos investigadores pien m ana a partir de los Severos. M. Ros
san que N erón desarrplló ya este co to vtzeff es de la opinión de que el co
mercio con la India. La b alanza co mercio con los países limítrofes del
m ercial era deficitaria para Roma. F. Im perio, y con los lejanos, com o C hi
de F rancisco calcula recientem ente na e India, no desem peñó un papel
que durante el siglo I Roma se gasta im portante en la vida económ ica de
ba un millón de áureos en traer merce com ienzos del Im perio, aunque esti
narios del Extrem o O riente, o sea, m uló la im aginación de los contem
unos 7.390 kg de oro. Este autor des poráneos. Las m ercancías traídas del
carta la tesis anteriorm ente citada de O riente se pagaban en parte, según se
ser la fuga de la m oneda de oro y plata ha indicado ya, con m onedas de oro y
más allá de las fronteras la que desen de plata, y con productos fabricados
cadenó la crisis del siglo III, pues en dentro del m ism o Im perio, principal
este siglo la m oneda de oro era aún m ente procedentes de A lejandría.
abundante relativamente. Los bienes
de lujo estaban muy gravados por el Com ercio con el Bosforo y el sur
fisco, según indica Estrabón (17.1.13). de Rusia
Com ercio con el norte El com ercio con las regiones del Bos
de Europa foro y del sur de la estepa rusa conti
nuó floreciente en época im perial.
M ás im portante fue el com ercio con Rusia exportaba esclavos, pieles y tri
los p u eb lo s del n o rte de E u ro p a , go. Por esta región del Ponto Euxino
G erm ania y el sur de Rusia. Del nor pasaba una de las rutas de la seda. F.
te de E uropa se traía el ám bar, p ro de M artino es contrario a la tesis de
ducto utilizado m ucho en los collares fendida por el gran econom ista del
(Plin. 37.2; 32-41; 3.42; Tac. Ann. 45.4). M u n d o A ntiguo H e ic h elh eim que
Se carece de datos sobre el costo del describe varios bloques com puestos
ám b ar y de otros productos del norte de varias provincias, com o si fueran
de Europa. La ruta iba desde C ar un m ercado unitario. Un bloque esta
nuntum a través del D anubio y del ría form ado por H ispania, G alia y
Vístula al M ar Báltico. O tra ruta m a G erm ania. El segundo estaría inte
rítim a costeaba el A tlántico. Rom a grado por las cuatro provincias de
exportaba a los países norteños acei África. M auritania T ingitana y C ae
te, vino y productos artesanales. Se sariensis. África proconsular y Cire-
a d q u iría n an im ales salvajes (Plin. naica. El tercero com prendía Italia con
37.3.45). C on estos países se com er las islas próxim as a la Península Itá
ciaba fu n dam entalm ente con d en a lica. y el cuarto por las cuatro provin
rios. El m om ento de m áxim o tráfico cias d a n u b ia n a s N orico, P an o n ia,
com ercial, a ju zg ar por los hallazgos D a d a y Mesia. En el bloque quizá
m onetales, com prende los años de los entrarían islas del Egeo, Asia M enor
em peradores T rajano a M arco A ure con A rm enia, M acedonia y Acaya.
lio, dism inuyendo el com ercio bajo Regiones aparte serían Palestina. Egip
C om m odo, con la crisis económ ica to y Etiopía, y A rabia al igual que Ba
de este emperador. Decayó totalmente bilonia e Irán. La razón que alude el
52 A k a l Historia del M und o Antiguo
WM
ciones al igual que los que se especia dican los testim onios de m ercaderes
lizaban en el com ercio del vino, del itálicos, griegos, sirios, árabes, persas,
aceite, de las pieles, del trigo, de los africanos, cilicios, escitas, palm iren-
salazones, etc. ses, bactrianos, e indios, que ha dado
U nos funcionarios públicos llam a A lejandría. Los m ercaderes a leja n
dos curatores vigilaban el estado de drinos trab ajab an en Ostia. Cádiz, en
las naves y su disponibilidad para el el otro extrem o del M editerráneo, era
tran sp o rte de las m ercancías de la im p o rta n te p u e rto co m ercial. Los
annona. barcos gaditanos eran bien conocidos
Los puertos co n tab an con gran n ú en A lejandría en época augústea (Str.
mero de oficinas m ercantiles priva 3.3.4). C ádiz era una ciudad de m illo
das, de alm acenes, astilleros, etc. y narios, com o lo prueba el censo de
con fu n cio n ario s ad m inistrativos y 500 caballeros (Str. 3.5.3), cifra sólo
de control. igualada por Padua, adem ás de por
Rom a. El geógrafo griego E strabón
Puertos afirm a que «sus habitantes son los
que navegan en m ás y mayores naves,
Otros puertos im portantes fueron los tanto por el M ar M editerráneo, com o
de C artago y A lejandría. Se ha su por el A tlántico». Se dedicaban al co
puesto por Rouge que la reconstruc mercio siendo pocos los que vivían
ción del puerto de Cartago, destruido en sus casas o en Rom a.
en 146 a. C., al m ism o tiem po que el A lgunos docum entos arro jan luz
de C orinto, es o b ra de C ésar, que sobre el funcionam iento de los puer
asentó en la ciudad púnica una colo tos, com o uno que se refiere al costo
nia (Str. 17.3.15), pero es m ás p ro b a de un depósito, y a la custodia en
ble que lo fuera en tiem pos de A ugus unos alm acenes de Puteoli. En él se
to, com o afirm a A piano (De reb. pun. cuenta que el esclavo Diognetus, por
136), cuando data la fundación de la orden de su am o, había alquilado a
colonia y del puerto. otro siervo, de nom bre Eusicus, pro
Rom a debió rehacer los dos recin piedad del liberto Euno Prim iano, el
tos antiguos, dedicándolos al com er hórreo XII en los hórreos públicos de
cio. A través de C artago se exportó el Puteoli, donde se encontraba deposi
trigo africano a Rom a, que consum ía tado el trigo alejandrino, recibido en
unas tres cuartas partes de trigo afri prenda de Cayo Novio Euno, y un se
cano. Otros puertos funcionaban en gundo alm acén para alm acenar 200
el norte de África y son conocidos sacos de legum bres. E uno P rim iano
por las inscripciones, com o M issua, hizo un préstam o a Cayo Novio, que
G um m i, Rusicade, H yppo, D iarrhy- lo garantizaba con la m ercancía al
tus, etc. m acenada. Se pagaba al mes 1 sester-
El puerto de A lejandría no perdió cio, lo que es una sum a ridicula. Se
im portancia du ran te el Im perio, que ignora el pago que se hacía por depo
había tenido en época helenística, sino sitar las m ercancías. F. de M artino,
que la aum entó, debido a la im por con ocasión de com entar este im por
tancia excepcional de Egipto para el tante docum ento, señala que «pone
abastecimiento de Rom a y com o puer ante nuestros ojos, u n negocio, que
to de tránsito de las m ercancías del debía corresponder a una práctica co
Oriente, de Arabia, del Extremo Orien mercial. Q uien necesitaba financia
te, etc. Los barcos de A lejandría vol ción, acaso para em prender un nuevo
vían cargados de aceite y de vino, que viaje, podía depositar en u n alm acén
enviaban al Extrem o Oriente. A lejan su m ercancía y luego darla en prenda
dría com erciaba con otras m uchas re a su acreedor, del que obtenía la fi
giones del M editerráneo, com o lo in nanciación para otra iniciativa. La
A kal Historia d e l M undo Antiguo
58
prenda podía ser un obstáculo para Corrientes com erciales.
la venta de la m ercancía, pero esto se Ganadería
p o día obviar m ediante un acuerdo
del acreedor pignoraticio, el cual po Las corrientes de tráfico se cruzaban.
día d ar su autorización para la venta En la G alia, a com ienzos del Im pe
y tom ar de lo obtenido la sum a co rio, se d o cu m en ta m ucho vino de
rrespondiente para la extinción de la procedencia hispana del noreste, y de
deuda: «Com o señala este autor este Italia; y en Pompeya vinos de Grecia,
docum ento es un procedim iento ru Asia M enor y G alia. Los vinos del
dim entario de los m odernos negocios Egeo llegaban a H ispania e incluso
de los depósitos de m ercancías en los b ro n c es a le ja n d rin o s con relieves,
alm acenes, con em isión de títulos de com o uno guardado en el Instituto
créditos representativos de las m er del C onde de Valencia de D on Juan
cancías, que pueden a su vez consti en M adrid, con la lucha de los grie
tuir instru m en to s p ara otros nego gos en torno al cadáver de Patroclo.
cios. H asta en ciudades pequeñas, como
F. de M artino es partidario de que Pompeya, llegaban objetos de lujo de
Rom a no tuvo una política com ercial la India, com o una estatuilla. Es im
propiam ente dicha ni que se dejara posible calcular el volum en del co
influir por decisiones de carácter co mercio, al carecer de datos precisos.
mercial. Algunos aspectos de su polí Los com erciantes, com o Trim alción,
tica, com o la construcción de calza am asaban grandes fortunas con pro
d a s , fa v o re c ie ro n el t r á n s i t o de ductos de prim era necesidad. La terra
m ercancías. Tam bién la posta estatal, sigillata aretina invadió entre los años
el llam ado cursus publicus, benefició 50 a.C. y 50 d. C. el Occidente. Después
el comercio. vino la subgálica. Se conocen vanas
Los im puestos de las m ercancías, fam ilias de ricos m ercaderes com o
portoria, eran bajos, según se ha indi los Fabios de N arbona, m ercaderes y
cado ya. N erón (Tac. Ann. 13.50-51) arm adores de naves. E n el año 149, S.
intentó suprim ir los im puestos, pero Fadio M usa socorrió a los colegios de
se opuso el senado. C om m odo im pu los m arineros y costeó la reconstruc
so nuevos im puestos, y Pertinax los ció n del C a p ito lio de su co lo n ia.
abolió (Herod. 2.4.7). Junto a estos M arción, que era un arm ad o r de P on
portoria había otros im puestos leves to, donó a la Iglesia de Rom a, poco
sobre las m ercancías, com o el 1% so antes de la m itad del siglo II, 200.000
bre la venta centesima rerum venalium, sestercios (Tert. De P raescript. her.
y el 4% sobre la venta de esclavos, 30,1-2). La figura m ás típica del co
quinta et vicesima venalium mancipio m erciante es en el siglo I el citado
rum, y aranceles sobre géneros muy Trim alción, com erciante en vinos,
utilizados. U n relieve de Saintes re tocino, perfum es, esclavos y habas.
presenta el pago de los im puestos, al En un viaje ganó 10 m illones de
igual que un se gundo de N eum agen, sestercios. O tra vez se hundieron
un tercero h allado en Kostoloc, y se cinco naves. Personajes com o este
guram ente otro con escena de reco liberto judío no eran raros. U n a r
lección de la ac eitu n a en c o n tra d o m ador de H ierapolis en Frigia
en Córdoba. (IG R R 4.841) viajó a Italia en el 73.
La actividad m arítim a relacionada El com ercio p o r m ar, al igual que
con la an n o n a estaba favorecida con los préstam os, fue u n a fuente de ri
privilegios. D om iciano construyó los queza (Hor. Epist. 1.6.32 ss). Se debía
alm acenes de la pim ienta, donde des g anar en opinión de Juvenal (14.204)
pués estuvo la Basílica de C o n stan ti el doble. A este respecto, F. de M arti-
no, y los alm acenes de Vespasiano. n o 'recu erd a algunas cifras que in d i
Artesanado y com ercio durante el Alto Im perio 59
can que las ganancias eran elevadas, nonia, D acia y Mesia. N o parece que
400.000 sestercios anuales pagaba el en época im perial, en este aspecto las
colegio de los tirios de Puteoli. m inas del O riente desem peñaran un
A pesar de estas elevadas g an a n papel im portante en el sum inistro de
cias, las fortunas mayores de época m inerales a Rom a. El azufre tan ne
im perial no proceden de la actividad cesario para el cultivo de la vid se
m ercantil, sino de la agricultura y de traía casi exclusivam ente de Sicilia.
la explotación de las provincias. Ju n Las provincias orientales se abaste
to a los grandes com erciantes y tran s cían de aceite en G recia y Asia M e
portistas v endían sus géneros otros nor. Italia enviaba productos agríco
p eq u e ñ o s ten d ero s, com o in d ic a n las a África, a Britannia, a G erm ania y
m ultitud de relieves, com o el em ble a las cuatro provincias danubianas.
m a de una vendedora de hortalizas y Italia, G alia y Asia M enor exporta
aves de Ostia, o la pintura de Pom pe b an tejidos de lana. E strabón (3.2.6)
ya, con un a p an ad ería; los relieves alude a que antes se exportaba del sur
del M useo Vaticano con vendedores de H ispania gran cantidad de tejidos,
de cuchillos, del M useo Torlonia de y que en la actualidad sus lanas eran
Rom a con vendedora de aves, y de los más solicitadas que las de los cora-
Uffizi de Florencia con vendedor de xos, y que nada las supera en belleza.
paños, etc. H ab ía tam bién grandes Sobre las lanas en general escribe P li
alm acenes. nio (8.191): «H ispania produce exce
F u n cio n ab an m ercados com o en lentes lanas negras; Pollentia junto a
Rom a los fam osos m ercados de Tra los Alpes, blancas; Asia, rojas, a las
jano, que consistían en una serie de cuales llam an eritreas; la Bética tam
oficinas, de tiendas y de alm acenes. bién las produce; C ancesio las p ro d u
La llam ada Basílica tenía tabernas. ce de c o lo r p a rd o , y T aren to n e
D om iciano construyó los alm acenes gruzcas.
de la pim ienta, donde después estuvo Las de H istria y de L iburnia son
la Basílica de C onstantino, y los al m ás parecidas a pelo que a lana, y no
macenes de Vespasiano, etc. pueden utilizarse para confeccionar
tejidos de largos flecos, com o tam po
co las de Salecia en L usitania, que en
2. Comercio en época de cam bio son más aptas para tejidos de
Augusto cuadros». Egipto producía m ucho lino
que tam bién se cultivaba en los alre
El co m ercio in te rp ro v in c ia l c o m dedores de A m p u rias en H isp an ia
p re n d ía p rin c ip a lm e n te objetos de (Str. 3.4.9). C am pos de esparto había
prim era necesidad, com o alim entos, en los alrededores de A m purias y de
según se ha indicado, pues am plias C artagonova (Str. 3.4.9), que «sirve
zonas com o Italia y G recia ya no p ara tejer cuerdas y que se exportan a
producían el trigo suficiente para ali todos los países, principalm ente a Ita
m entar a la población. A las ciudades lia», según Estrabón.
costeras les era m ás b arato p ropor Fam osos eran los bronces de C a
cionarse los alim entos p o r vía m aríti pua y de A lejandría. Al famoso cobre
ma, que traerlos del interior del país, de C am pania, que se trabajaba según
pues los transportes eran lentos y los un procedim iento seguido en C apua,
gastos elevados. Italia era pobre en se le añadía por cada cien libras diez
m inas y tenía que traer el metal nece de plom o argentífero de H ispania,
sario para la acuñación de m onedas con lo que se volvía m ás dúctil y to
de las provincias, com o H ispania, ri m aba el color agradable, que el aceite
cas en m inas de todas clases, y de las y el sol d ab a n a otras clases (Plin.
provincias d an u b ian as, N orico, Pa- 24.95).
A ka! Historia de l M undo Antiguo
60
C om o afirm a M. Rostovtzeff: «Ita ción (Petr. Sat. 76) com erciaba con
lia desem peñó en la vida com ercial África en vinos. Plinio (14.71) com pa
del Im perio durante la era de Augus ra los vinos de las Baleares en H ispa
to papel principalísim o, más aú n que nia con los mejores de Italia. M uchos
durante el siglo i a. C., lo cual no fue datos de Plinio rem ontan a la docu
tan sólo el resultado de la im portan m entación que reunió Agripa, cu an
cia creciente de Rom a com o uno de do a raíz de las G uerras C ántabras
los mayores consumidores del mundo. vino a H ispania a reorganizar su ex
Italia toda, con sus num erosas ciu plotación. Plinio (3.8,16-17; 4.118; 59)
dades, era un m ercado gigantesco y cita concretam ente a A gripa com o
riquísim o para el resto del m undo ci fuente de sus afirm aciones.
vilizado. M erecería la pena investigar Italia exportaba m ucha terra sigi
desde este punto de vista los m illares llata aretina, a la que se aludirá en
de objetos hallados en Pompeya, para otras páginas.
definir cuáles de ellos eran de pro Los utensilios de m etal de C apua
ducción local y cuáles im portados, y se h an hallado hasta en el C áucaso y
en este últim o caso cuáles procedían el río Kuma en com pañía de otros
de otras ciudades de Italia y cuáles de procedentes de A lejandría y de Asia
las provincias u ltram arinas. N o es, Menor, como en la necrópolis de Bori.
sin em bargo, lícito afirm ar que R om a sobre todo durante el siglo I. D urante
e Italia pagaban la im portación con este siglo se h an descubierto grandes
los tributos que Rom a recibía de las cantidades de bronces y de vidrios en
provincias. C arecem os de estadísti Panticapaeum , a partir de la época de
cas, pero nuestro m aterial sobre la Augusto. D urante los años del funda
p ro d u c tiv id a d in d u s tria l de Ita lia dor del Principado, Italia exportó una
m uestra que la m ayor parte de la im gran cantidad de fíbulas de Ancissa,
portación era cubierta con una expor que se hallan en el Occidente, y hasta
tación correspondiente». en el Don.
Se exportaba de Italia m ucho vino Por estos m ism os años la fábrica de
y aceite. Plinio (15.8) afirm a que «en Fortis en M ódena exportó una gran
la calidad del aceite conserva Italia cantidad de Lám paras, que h an a p a
todavía el prim er puesto, luego rivali recido po r todas las provincias del
zan las tierras de H istria y de la Béli Im perio.
ca, yendo am bas a la par». En C am pania se im itó el vidrio si
C am pania era un m ar de vides; Pli rio, que se enviaba hasta el sur de
nio (14,21-70) y C olum ela (3.2,10-23) Rusia.
dan una im presionante lista de vinos Italia podía en el siglo I equilibrar
itálicos, que se debían com ercializar. la balanza de pago de los productos
El siglo I fue el siglo de oro de la vini que recibía de las provincias con es
cu ltu ra itálica. U na g ran e x p o rta tos productos.
ción de vino y aceite itálicos iba a C entros com erciales de prim er o r
p a ra r a las p ro v in cias del norte y den fueron A quileya y Puteoli. La
probablem ente al O riente tam bién. prim era ciudad exportaba gran canti
Se exportaba el vino y aceite a través dad de productos al resto de Italia
de Puteoli y de Aquileya. Sicilia igual com o a Rom a y a Pompeya, al África,
m ente cultivaba buenos viñedos re a Bélgica y a D alm acia. Los utensi
cordados por Plinio (14.66). Este au lios de hierro hallados en D alm acia
tor lo considera el cuarto lugar en proceden seguram ente de esta últim a
categoría. Los viñedos m ás im portan ciudad. También fabricaba armas para
tes se hallaban en M essana y Tauro- el ejército del D anubio.
m enicum. El vino de esta últim a loca A lejandría, com o se ha indicado,
lidad se exportaba a Pompeya. Trimal- exportaba sus productos, com o lino,
Artesanado y com ercio durante el Alto Im perio 61
que cubren el pecho de los bustos fe nas no podían com petir en el m erca
m eninos depositados en las necrópo do con los de los latifundios, que se
lis. Estas joyas, de un lujo escandaloso, dedicaban principalm ente al cultivo
como las fíbulas circulares con piedras de los cereales. Así Italia se convirtió
de colores, prueban un com ercio en en una región triguera. M. Rostovt-
tre Meroe, Egipto y Fenicia con Pano- zeff duda de que después de Augusto
nia. Otro punto de partida de las m er y de Tiberio m uchas provincias paga
cancías era Seleucia-Ctesifontc. D ura ran los tributos en trigo. Italia se pro
Europos sobre el Eufrates vigilaba las veía de trigo fundam entalm ente en
caravanas que iban cam ino de Pal- los dom inios im periales de África y
mira. de Egipto. El trigo sobrante, después
de aprovisionar al ejército y de ali
Relaciones com erciales con los m entar a la plebe de Rom a, era ven
países del norte de Europa dido por los em peradores. Esta venta
constituía unos ingresos im portantes
En tiem pos del gobierno de C laudio a los em peradores. Los cosecheros
o de Nerón, los m ercaderes rom anos determ inaban el precio del trigo en el
com erciaban activam ente con N orue m ercado. Con el tiem po la venta de
ga, Suecia y D inam arca. Este com er trigo por los em peradores aum entó
cio partía de los puertos del norte de m ucho, debido a la concentración de
G alia. Otra vía de penetración del co los latifundios en m ano de los em pe
m ercio iba desde la desem bocadura radores, por confiscaciones y h eren
del D anubio y las ciudades griegas cias de las fam ilias senatoriales más
del M ar Negro, subiendo el D nieper ricas y antiguas. Los em peradores lle
para term inar en los países del Bálti garon a ser los m ayores propietarios
co. Una tercera ruta desde Aquileya, a de fincas y los mayores vendedores
través de C arn u n tu m , term inaba al de trigo. Egipto era la m ayor finca del
noreste de G erm ania y desde aquí iba em perador.
a Escandinavia. Se com erciaba con En el com ercio y en el artesanado
vino y con bronces. los esclavos eran la colum na verte
En la época julio-claudia, se expor bral de la econom ía.
taban grandes cantidades de aceite y
de vino. La producción y venta del vino
está representada en la C asa de los 4. El comercio en época de
Vetti en Pompeya. El agrónom o Colu- los Flavios
mela (3.3.1) y Plinio el Viejo (14.3) re
com endaban p lan tar y conservar los Los años del gobierno de los Flavios
viñedos, pero se iba prefiriendo poco y de los A ntoninos trajeron un desa
a poco ab an donarlos a los colonos, rrollo grande del urbanism o. El im
que preferían el cultivo de los cerea perio se llenó de excelentes ciudades
les. Esta tendencia se debía a la ince que eran grandes focos com erciales
sante dism inución del m ercado, que e industriales.
coincide con el desarrollo de las p ro F. Coarelli ha sintetizado bien esta
vincias. Italia C en tral y C am p an ia época: «El período que com ienza con
fueron las regiones más perjudicadas. A driano y que puede term inar con
En cam bio, el valle del Po, que co C óm odo, representa ciertam ente la
m erciaba con las regiones d an u b ia fase m ás florida del Im perio: la eco
nas, acusó m enos la crisis, que coinci nom ía de las provincias está en plena
de con la aparición de 'grandes lati expansión, la producción y el com er
fu n d io s en Ita lia , en Á frica y en cio alcanzan un nivel jam ás logrado
Egipto. hasta la edad m oderna. Las rutas de
Los productos de las fincas m edia navegación tocan regularm ente los
A rtesanado y com ercio durante el Alto Im perio 63
puertos del Golfo Pérsico y del O céa vado de la necesidad de alojar a esta
no índico, y los productos de C hina y enorm e m asa (no inferior ciertam en
de la India afluyen al área m editerrá te al m illón de individuos) se resuelve
nea. Paralelam ente llega a la cum bre con la creación de edificios de varios
la civilización urbana, que representa pisos con apartam entos de alquiler,
el producto más típico de la sociedad cuya desconcertante m odernidad nos
antigua: el im perio constituye una sorprende hoy con los ejem plos que
u n id ad económ ico-social y cultural h an quedado en R om a y especial
que podríam os definir com o una aso m ente en Ostia.
ciación de ciudades, dotadas de gran La preponderancia de las provin
autonom ía y agrupadas en unidades cias se m anifiesta tam bién en el he
adm inistrativas, las provincias, que cho de que los dos prim eros em pera
ah ora h an asum ido ya características dores del siglo II, T rajano y Adriano,
casi nacionales. La u n idad del Im pe am bos son de las provincias, de H is
rio ya no es com o en otros tiempos, pania. Al m ism o tiem po, el aceite que
un hecho puram ente político-adm i se consum ía en R om a y en gran parte
nistrativo, basado en el poderío m ili de Italia procedía casi exclusivam en
tar de una ciudad-estado m ás podero te de España, com o dem uestra la coli
sa que las dem ás, com o había sido na artificial del Testaccio de Roma,
R om a en el período republicano, sino cerca del em porio del Tiber, form ada
que ahora está plenam ente realizada exclusivam ente por un incalculable
tam bién en el plano económ ico, so núm ero de ánforas para aceite espa
cial y cultural. El elem ento base, uni- ñolas (como puede verse p o r las m ar
ficador, está constituido precisam en cas de fábrica y las inscripciones de
te p o r la civilización urbana, com ún origen)». Im portantes centros com er
ahora a todas las provincias, tanto oc ciales eran:
cidentales com o orientales. A lejandría en Egipto, A ntioquía,
E n este cuadro Italia constituye un D am asco, Palm ira, Filadelfia, Helio-
elem ento de por sí: en gran parte des polis, en Siria; Éfeso, Pérgamo, Es-
p o blada, económ icam ente p a ra sita m irna, Sardes, Mileto, A ncira, Tarso,
ria, es ahora sólo un acervo de lati Nicea, N icopolis, B izancio, Cicico,
fundios senatoriales, figura anticipada Sinope, Tomi, Istros, en Asia M enor;
de lo que será la estructura feudal. C artago en Á frica; Lyon, N arb o y
Algo muy diferente hay que decir de M arsella en la G alia; C artagonova,
Rom a y de los centros m enores u n i C órdoba, H ispalis, Tarraco, Asturica
dos funcionalm ente con ella, com o es Augusta, Augusta Em erita y Gades,
O stia y la ciudad del Puerto, que se va B racara Augusta, C aesaraugusta en
form ando alred ed o r del nuevo em H isp an ia; O stia, Puteoli, Pom peya,
barcadero com enzado por C laudio y Aquileya y Verona en Italia; Siracusa,
am pliado por Trajano. Pero la capital Parnornus en Sicilia; C olonia Agrip-
está totalm ente aislada de su antiguo pinem sis, B ounca, M ogom tiacum y
hinterland, que ya no puede alim en Argentorate en G erm ania; Eburacum
tarla: R om a constituye cada vez más y L o n d in iu m en Inglaterra; H ippo
una pura expresión de representación R egius, C a e sa re a y H a d ru m e tu m ,
y de aparato, un telón para las repre C irta y C irene en África; Pola y Ter
sentaciones oficiales, u n cam po libre geste en Istria; Salonae en D alm acia;
p ara el arte y para la cultura oficial y Poetovio en P a n o n ia ; T esa lo n ic a,
cortesana. En torno al centro m o n u Atenas, C orinto y R odas en Grecia;
m ental se aferra un a plebe inm ensa, Q uersoneso y P anticapeum en C ri
nutrida a expensas del Estado, o de mea; Tiro, Sidón y A radus en Fenicia;
dicada a lo sum o a actividades secun Seleucia en M esopotam ia; B orra y
darias. El problem a urbanístico deri Petra en A rabia, y Jerusalén en Pales-
64 A k a l Historia del M u n d o Antiguo
P.P. Cornelio Félix Italo (CIL XI, gran m asa de la población los dem ás
377) se encargó del sum inistro de ali alim entos. M uchas veces no lo conse
m entos en A rim inum , posiblem ente guían, así se tiene noticia del rápido
requisándolos. Se tienen noticias de aum ento del precio del pan en Efe-
ham bres en Frigia, en Asia M enor, en so... Las ciudades com o lo hicieron
el año 162, y en Italia en torno al 175 frecuentem ente las de G recia y Asia
(CIL XI, 379, 5635). El ham bre azota M enor (Efeso), hon raro n a las perso
ba a veces incluso a las provincias nas que desem peñaban estos cargos,
trig u e ra s p o r ex c elen cia , com o el tan necesarios para el buen abasteci
Africa P roconsular y N um idia (CIL m iento de la población. A lgunas ve
V I I I 1648, 9250, 15497, 25703-4, ces el cum plim iento de este cargo era
26121, etc.). costoso para los funcionarios. A Mos-
Los latifundistas, com o M. C orne chion en Pérgamo, la com pra de trigo
lio F ro n tó n , alm ac en ab a n grandes para su ciudad le supuso 5.000 d en a
cantidades de trigo, que a veces d o n a rios de su bolsillo. En Estratonicea
b an a su ciudad. Las dificultades de un com prador de trigo entregó 10.000
los transportes explican estas cares denarios de su capital, al igual que en
tías en parte. Incluso Egipto padeció M artinee.
escasez, com o en época de Plinio el Apuleyo (Met. 1.24-25) describe bien
Joven (Paneg. 31), en época de A dria la actuación de los ediles, encargados
no, y antes en tiem pos de G erm ánico. de controlar los precios de los alim en
M acedonia tam bién pasó escasez de tos en el m ercado: «Estoy encargado
trigo, m otivado p or el trasiego de tro de la sección de abastos, soy edil. Si te
pas por su territorio en época de Tra apetece algo, lo tendrás en seguida. Le
jano, al igual que, en el siglo II, el m u doy las gracias: había asegurado sufi
n icipio Aelio C oela en el Q uerso- cientem ente mi cena con la com pra
neso tracio. del pescado. Pero Pitias, al ver mi ces
Se creó un cargo m unicipal encar ta y sacudirla para ver m ejor el pesca
gado de la com pra de trigo, llam ado do: ¿C uánto —me pregunta— te han
el com prador de trigo. costado estos boquerones? Me costó
Los ediles en O ccidente y sus equi trabajo —le digo— para sacárselos al
valentes en Oriente, los agoranomoi, pescadero por veinte denarios.
vigilaban de que el precio del pan Al oírme, me coge del brazo en el
fuera siem pre bajo, y asequibles a la acto, y m etiéndom e de nuevo en el
no, pescado, cuero y cáñam o, produc tam bién las caravanas. La policía vi
tos que a través de las ciudades grie gilaba el tránsito por el Nilo. Las vie
gas, te rm in a b a n en m an o s de los jas asociaciones, que arran c ab an del
soldados acuartelados en el D anubio Egipto lagida, de m ercaderes y navie
o en C apadocia. El com ercio de las ros pervivieron hasta el siglo III com o
m ercancías, pieles y cera de R usia lo in d ic a u n a in s c rip c ió n de M e-
C entral con el Im perio R om ano, se dam ut.
d ebió h acer a través de las tribus El com ercio caravanero de A rabia
sarm antas. a Siria continuó floreciente. Petra en
El África, N um idia y M auritania tró en su m om ento de m áxim o es
ex p o rtab an esclavos, m arfil y gran plendor después del año 106, anexio
cantidad de fieras para los anfitea nada a A rabia Petrea. Este com ercio
tros, com o lo indica el fam oso m osai favorecido por la calzada que cons
co de Piazza A rm erina en Sicilia, que truyó T ra ja n o desd e S iria al M ar
es de origen africano, y fechado entre Rojo. Este siglo fue el del m áxim o flo
los años 310-330. C acerías de fieras se recim iento de Palm ira, que continuó
representan frcuentem ente en los m o hasta su destrucción en época de Au
saicos africanos, com o en pavim entos reliano. En Petra y en Palm ira el co
de C artago con cacerías de jabalíes, mercio estaba en m anos de m ercade
fechados entre los años 10-230 y 300- res in d íg en as. O tras ciu d ad es, sin
320; de D erm ech, con em barque de llegar a la im portancia com ercial de
fieras en una nave, al igual que en estas dos, com o Filadelfia, D ura Eu-
P iazza A rm erina de com ienzos del ropos, G erasa y Bosra fueron grandes
siglo IV; de H ippo Regius, con cace centros com erciales, com o lo indican
rías de leones y leopardos y antílopes sus ruinas espléndidas. Esta riqueza
con redes, 280-330; de Utica, con ca sólo podía proceder del comercio.
cerías de gacelas contra las redes y de El com ercio interprovincial era el
transporte de éstas, de la segunda m i que engendraba la riqueza, incluso
tad del siglo IV; de Le Kef, la antigua en Siria y Egipto. Egipto debía su
Sicca Veneria, con avestruces y cuer prosperidad a los tejidos de lino, al
vos dentro de red, de m itad del siglo trigo, al papiro, al cristal y a los obje
III; de Rom a, E squilino con cacería tos alejan d rin o s que se fab ricab an
de osos con redes. con m aterias traídas del exterior del
Tam bién se im portaba m adera de país, com o marfil, joyas, ébano y per
cedro de África. Siguió siendo im por fumes. Siria era fam osa por los vesti
tante el com ercio de A lejandría con dos de lana y de lino, que se obtenían
Arabia, la India y C hina, llegando el con la lan a de Tiro. Las ciudades
com ercio rom ano a Vietnam y S um a asentadas en la costa y en los grandes
tra, im portándose, adem ás de objetos ríos vivían del com ercio interprovin
de lujo, algodón y sedas. A lejandría cial. Ya E strabón (3.2.4), al referirse al
era un im portante m ercado de escla com ercio de la Bética, a com ienzos
vos. U na ruta de la seda iba a través del Im perio, afirm a «que se halla fa
de Partia y del sur de Rusia. Estuvo vorecido por los ríos y las abras, se
ab ierta h asta el final del Im perio. m ejantes a ríos, y com o tales remon-
Egipto com erciaba con M eroe y Abi- tables desde el m ar hasta las ciudades
sinia. E xportaba el Im perio a O riente de tierra adentro, ya p o r navios gran
trigo y h ierro p ro ced en tes de A le des, ya por otros m ás pequeños»; y en
jandría. otro pasaje (3.2.1): «Las ciudades más
Una ruta comercial llevaba de Kop- im portantes por su tráfico comercial
tos a Berenice, a través del desierto. son las que se alzan ju n to a los ríos,
U na ilota de guerra protegía a los co los esteros y el m ar». Esto sucedía en
merciantes. Los soldados escoltaban todas partes del Im perio. M uchas ins
68 A k al Historia d e l M und o Antiguo
C órdoba, unos 200 km, y hasta C ástu- tam bién las fam ilias de la nueva no
lo, donde se ha descubierto un puerto bleza creada por Augusto.
fluvial con barcazas (Str. 3.2.8; Plin. Este proceso político corresponde
3.10). El G u a d ia n a era navegable, perfectam ente a la situación econó
«no tan lejos ni en naves tan grandes mica que se había creado en los m is
com o el Betis» (Str. 3.2.3). «El Tajo m os años. La decadencia de Italia va
era rem ontable p o r grandes navios de siendo total; decrece la producción
transporte», algo m enos de 100 km. agrícola: por ejemplo, el aceite, que
«En el Duero los grandes navios pue en la últim a edad republicana consti
d en su b ir su curso p o r espacio de tuía uno de los principales artículos
unos 150 km» (Str. 3.3.4). «La m ayo de exportación, se im porta ahora en
ría de los ríos del noreste eran nave grandes cantidades de España. Tam
gables» (Str. 3.3.4). Los m ercaderes bién en el cam po industrial asistimos
rem ontaban el curso del E bro (Av. a una grave crisis; cesa la producción
Ora M. 503). El Nilo era tam bién una de la cerám ica de Arezzo, siendo sus
gran arteria de com ercio, al igual que tituida por las fábricas de cerám ica
el Eufrates y el Tigris. de la G alia, cuyas m anufacturas son
Favorecieron el com ercio la seguri tam bién am pliam ente im portadas en
dad de la navegación en época im pe Italia. El fenóm eno se acentuará cada
rial, y los bajos derechos de aduanas. vez más durante el siglo II: del Esta
T am bién existió un a b u n d a n te co do rom ano-itálico se ha pasado al Es
mercio al por m enor, recordado en tado m undial y R om a —carente de
las inscripciones y confirm ado por un hinterland económ ico— es ahora
la arqueología. únicam ente la capital parasitaria de
El desarrollo experim entado por el un inm enso territorio, en el cual las
com ercio llevó a una descentraliza provincias tom an casi el aspecto de
ción, en la que Italia perdió su im por naciones diferentes y autónom as, y
tancia en el com ercio, aunque los co constituyen por lo general los verda
merciantes itálicos, ricos e influyentes deros cen tro s económ icos del Im
en Rom a, todavía tenían copado el perio».
com ercio danubiano. F. Coarelli ha La decadencia del com ercio itálico,
indicado bien las causas de esta des o por lo m enos del sur de Italia, que
centralización: «La guerra civil, que da patente en la progresiva decaden
siguió a la m uerte de N erón y que lle cia de Puteoli. Se ha atribuido esta
vó al poder al representante de una decadencia a la im portancia crecien
oscura fam ilia sabina, Flavio Vespa te de Ostia ya desde los com ienzos
siano, no p or su breve duración fue del Im perio, cuyo puerto fue m ejora
un episodio m arginal. Así com o A u do por C laudio, am pliado por N erón,
gusto tuvo que apoyarse en las clases y reconstruido por Trajano. M. Ros-
m edias itálicas en la guerra contra tovtzeff, a quien en gran parte segui
A ntonio, Vespasiano tuvo que recu mos, sin em bargo, es de la opinión
rrir a las provincias contra Italia, que que a Ostia iban las naves, que proce
se había declarado p or su rival Vite- dentes de África, de G alia o de H is
lio. A continuación, la política de los pania, llevaban víveres a Rom a, y que
Flavios tam bién se orientó a favore a finales del siglo I todavía Puteoli
cer las capas superiores de la burgue conservaba la supremacía sobre Ostia,
sía m unicipal de las provincias occi com o lo indica que no atrajera a los
dentales m ás latinizadas. D efinitiva m ercaderes de Oriente, ni a la flota
mente desaparecen del Senado no sólo triguera de A lejandría, que desem
las antiguas fam ilias de la nobleza re barcaba en tiem pos de N erón aquí
publicana (este proceso se había ini los cereales. La razón la busca el sa
ciado ya bajo los Julio-claudios), sino bio ruso en que los productos típicos
A rtesanado y com ercio durante el Alto Im perio
71
son signos de riqueza y poderío, sino tos de Italia y del Oriente, y pagaba
que representan el ideal religioso es con lo obtenido por la venta de sus vi
toico, propio de las clases cultas del nos y de trigo.
Imperio. Se obtenía la apoteosis final El O riente se recuperó y se em anci
a través del trabajo en esta vida. Esta pó de Italia. R enació u n a intensa ac
idea está presente tam bién en las ins tividad económ ica. El ejército de las
cripciones funerarias de la aristocra fronteras del Eufrates contribuyó no
cia rom ana. Los artesanos galos se re poco al desarrollo del com ercio y de
presentan en sus diferentes oficios. Se la industria de Asia M enor y de Siria.
valora ahora el trabajo com o deber R om a era u n b u en c o m p ra d o r de
religioso y m oral, al revés que en la productos orientales, y de los del m er
época de Cicerón. Los relieves fune cado exterior (C hina e India), que lle
rarios con escenas de la vida corrien gaban al Im perio a través del Oriente.
te son propios de la G alia y del norte Egipto, y m ás concretam ente Ale
de Italia. R eflejan m agníficam ente jan d ría, hacía buenos negocios con la
que el com ercio, la industria y la agri venta de sus productos: trigo, vestidos
cultura eran la principal ocupación de lino, papiro, etc. Al elevarse el nivel
de estas poblaciones. En H ispania es de vida en la época Flavia y m ás d u
tas escenas sobre los m onum entos fu rante la dinastía de los A ntoninos, las
nerarios casi son desconocidas. Como clases altas del Im perio consum ieron
se indicó, en un a estela de Lara de los un gran núm ero de productos orien
Infantes se representa un telar, y en tales, que no necesariam ente eran de
una segunda el transporte a lom os de lujo, sino de uso corriente, com o telas
u n a caballería de un bulto redondo; de lino, y lan a de colores, muebles,
en C artagena un lab rad o r arando; en vajillas de plata, especias, perfum es y
M érida u n bodeguero, tem a que se re ungüentos, m uebles que se exporta
pite en una estela de Lara de los In ban en grandes cantidades hasta el
fantes, y en u n a tercera de D ertora, sur de Rusia.
u n barco de carga. Los com erciantes itálicos fueron
U na inscripción de Tréveris m en desplazados de todas partes por los
ciona a u n soldado, que se dedicaba a orientales, incluso en Italia y en H is
la fabricación de cerveza, en relación p an ia. A certad a m e n te escribe M.I.
estrecha con los tintoreros de paño. Finley:
En A ugusta V indelicorum (Augs- «Esto puede ser excesivo, pero no
burgo) los m o n u m en to s funerarios puede discutirse el volum en ni la im
tam bién aluden a escenas de la activi portancia del com ercio que pasaba
dad bancaria de los difuntos, tan ínti por tales centros (Lyon). N o es eso lo
m am ente relacionada con el com er que está en cuestión, sino el status de
cio de vino y de cerveza, y con la los hom bres que d om inaban el co
industria textil. E n G erm ania varios m ercio y la actividad financiera con
m o n u m en to s recu erd an la riqueza comitante, y se enriquecían así. AH.M .
obtenida p or los arm adores, com o a Jones observó que aun cuando real
Blusso, en com pañía de u n a bolsa y m ente hab ía hom bres de im portancia
de su fam ilia, tem a que se repite en entre los m ercaderes de Lyon, eran li
otros m onum entos funerarios. bertos y extranjeros (no sólo de otras
C iudades com erciales de segundo ciudades galas, sino de lugares tan re
rango eran Arelate y N arbona, que motos com o Siria), ni u n o solo de los
com erciaban fu n dam entalm ente con cu ales p u d o id e n tific a rse siq u iera
la G alia y con Ita lia ‘en. vino y con el com o ciudadano de Lyon, no diga
Oriente. M uchos ciu d adanos se enri mos com o m iem bro de la aristocracia
quecieron en estas ciudades con el local, ni aun pensem os en la aristo
transporte. G alia im portaba produc cracia im perial. U n análisis sim ilar se
A rtesanado y com ercio durante el Alto Im perio 73
ha hecho para Arlés y para el recién curator, C ornelio Silvano, dedica la
desenterrado centro descubierto en el lápida al patrono que les preside, de
M agadalensberg, en la provincia de nom bre Tiberio C lodio Juliano. N a
N o ricu m , “c á m a ras de c o m p e n sa vios orientales, com o indican las ins
ción” am bas, en la term inología de cripciones de las anclas, p ro b a b le
Rostovtzeff. D esde luego, hubo ex m ente procedentes de la costa siria, se
cepciones; no sólo individuos excep h undieron en los puertos de Huelva,
cionales, sino tam bién ciudades ex de M álaga y de C artagonova, com er
cepcionales, como la ciudad portuaria ciaban con salazones o con m inera
rom ana de Ostia, la ciudad de las ca les. En la capital de C orduba se ha
ra v a n a s, P alm ira, y q u iz á A rezzo hallado una inscripción, que m encio
m ientras m antuvo el m onopolio de na m uchos dioses de los m isterios si
las terra sigillata, pero confío en no rios, lo que indica una im portante co
tener que rebatir el argum ento b asa m u n id ad de sirios, p ro b a b le m en te
do en la excepción. H asta donde h an com erciantes, en la ciudad. Se cono
sido bien analizados los testim onios cen los nom bres de algunos m ercade
epigráficos —y a este respecto apenas res orientales, que negociaban habi
ha com enzado la investigación nece tualm ente con Occidente, como Flavio
saria—, confirm an lo que dicen tanto Zeuxis, natural de H ierápolis en F ri
las fuentes literarias com o los textos gia, que viajó 72 veces desde Asia M e
legales acerca del bajo status de los nor a Roma; Flavio Longino, de Dy
com erciantes y los m anufactureros de rrach iu m , m ercad er y n aviculario,
profesión durante toda la historia de tam bién hizo frecuentes travesías; L.
Roma». Erastus, de Éfeso, arm ad o r en tiem
U na lápida de M álaga, hoy perdi pos de A driano, servía a los goberna
da, y redactada en griego y de fecha dores del Asia M enor. El naucleros
incierta (CIL II, p. 251), m enciona a D iogeniano de N icom edia hizo cons
dos colegios de negociantes, de Siria tar en una inscripción de Aidepsos
el uno y quizá de Asia el otro, que que viajó frecuentem ente p o r mar.
seguram ente form aban un solo cole M uchos libertos escalaron un alto
gio, según A. D ’Ors, dedicados al co status social después de am asar gran
mercio m arítim o, probablem ente de des fortunas con el com ercio, con la
las salazones de la propia M álaga. Su m a n u fa c tu ra y con los préstam os.
tem porales eran respecto a otros ser rios, los hom bres que adm inistraban
vicios m unicipales, a ciertas contri el com ercio m arítim o a gran escala o
buciones y para el desem peño de la que prestaban dinero a los ricos, la
tutela. Podía h ab er otras de carácter burguesía de Rostovtzeff, en su m ayo
m unicipal. Estas corporaciones que ría estaban libres de obligaciones e
servían a la an n o n a, recibían com interrupciones de la adm inistración
pensaciones en dinero o en géneros. m unicipal o im perial; eran los hom
C laudio fue el p rim er em perador bres de quienes se h ab ía esperado
que concedió ciertos privilegios a los que desarrollaran y crearan nuevas
m iem b ro s de estas c o rp o ra c io n e s técnicas de form ación de capitales y
(Suet. C laud. 18.19). D espués fueron no lo hicieron. En realidad, no eran
extendidas p or A driano, p o r A ntoni los hom bres de m ayor potencial. Para
no Pío y por M arco Aurelio. C om m o encontrar a estos hom bres hem os de
do organizó la flota triguera de África buscar entre las élites terratenientes, y
siguiendo el ejem plo de la alejandri para éstos los disuasivos eran con
na, que era la m ejor organizada y la cluyentes».
más antigua del Im perio. E staría for Las asociaciones com erciales eran
m ada p o r navieros privados al servi profesionales. R egulaban sus relacio
cio del Estado R om ano. Fue una con nes con el Estado R om ano, en lo ju rí
secuencia de los disturbios de África, dico y en lo social principalm ente.
y de las m alas cosechas y desórdenes Las leyes rom anas no m encionan las
de Egipto, com o el de los bonkoloi de co m p añ ía s m ercantiles. La aso cia
Egipto que sofocó Avidio Casio. ción no lim itó la activ id ad de los
Sin em bargo, ni en G recia, ni en participantes.
Rom a existieron, com o señala acerta P reocupó a los em peradores la re
dam ente M.I. Finley «casas consisto gulación de los transportes, de capital
riales, y bolsas de valores... El papel im portancia para el com ercio y el de
político de los grem ios diferenció la sarrollo de la población. El transpor
ciudad m edieval de la antigua, así te por carretera era lento, caro y se lle
com o el papel político del cam pesi vaban cargas relativamente pequeñas.
nado diferenció la ciudad antigua de Se em pleaban bueyes, m uías y asnos,
la medieval. La A ntigüedad no sólo pero rara vez el caballo. El Estado
desconoció las casas consistoriales, R o m an o u tilizó frecu en tem en te el
desconoció los gremios, p o r m ucho trabajo de hom bres y bestias obliga
que, erróneam ente, se hayan traduci torio, de origen oriental. Las calzadas
do así los collegia ro m an o s y sus se construían, no en función del co
equivalentes griegos y helenísticos, de mercio, sino por motivos m ilitares. Ya
diversos nom bres. Los collegia de el em p erad o r C lau d io se ocupó de
sem peñaron un papel im portante en m itigar, en la m edida de lo posible,
la vida social y religiosa de las clases esta pesada carga para Italia y las
bajas, fuesen libres o esclavos; a veces provincias. C uando se desplazaba el
efectuaron labores de beneficencia, ejército se acudía a estas requisas de
com o pagar entierros; nunca llegaron trabajo obligatorio, de víveres y de
a ser agencias reguladoras o protecto alojam iento para el ejército. A veces
ras, en sus respectivos com ercios, y se adoptaba la forma de venta forzo
ésa, desde luego, fue la razón de ser sa, intervenida p o r funcionarios. Se
de los gremios genuinos m edievales o tienen noticias de las cargas que oca
m odernos». sionaron el desplazam iento del ejér
E n lo referente a estas asociaciones cito por Tracia, p o r M acedonia y por
de transportistas m arítim os hay que B itinia en tiem pos de T rajano y la
recordar tam bién la atinada conside vuelta del ejército desde M esopota
ración de M.I. Finley: «Los em presa mia. Se aplicaron estas prestaciones
A rtesanado y com ercio durante el Alto Im perio 77
en Egipto y en las provincias orienta 29): «Hay algo que yo considero como
les. En el prim ero, según M. Rostovt un donativo perpetuo, y es la ab u n
zeff: «la prestación personal siguió dancia de víveres. El interés por esta
siendo la principal fuerza m otriz del a b u n d a n c ia p ro p o r c io n ó en o tro
sistem a económico». tiem po a Pom peyo no m enor gloria
Se tiene docum entación sobre los que el haber desterrado el cohecho de
graneros de A lejandría y la política las votaciones, lim piado el m ar de pi
im perial en cuanto al trigo egipcio. ratas y recorrido en triunfo el O riente
Los em peradores construyeron gra y el Occidente. Pero no poseyó tantas
neros en las p ro v in cias, p rin c ip a l virtudes cívicas com o nuestro padre,
m ente en las trigueras. El arquitecto por cuya autoridad, resolución y fe, se
de T rajano A polodoro de D am asco construyeron calzadas, abrieron puer
co n stru y ó el m ercado que lleva el tos, se dotó de cam inos a las tierras y
nom bre del em perador. Las tiendas de costas al m ar, y de tal m anera se
son am plias. Su sucesor, A driano, le unieron por el com ercio los pueblos
vantó un segundo m ercado cerca del m ás apartados, que los productos de
foro de César. otros lugares parecían ser propios de
Rowse ha indicado otros de los as todos los dem ás países. ¿No estamos
pectos de la política de los em perado viendo cómo, sin perjuicio de nadie,
res: «Propicios com o eran a la activi todos los años son para nosotros años
dad económ ica, los em peradores ro de abundancia? Y es que las mieses
m anos —ya fuesen un m onstruo como no son arrebatadas com o si se tratara
N eró n , ya un h o m b re sabio com o de cam pos enem igos y robadas a los
T rajano— realizaron en su favor toda aliados, que en vano pedían protec
clase de grandes obras: la creación o ción para destinarlas luego a pudrirse
el ensancham iento de puertos, la lim en los graneros. Ellos m ismos apor
pieza y vuelta al servicio del canal tan lo que ha producido la tierra, lo
que conectaba el brazo pelusiaco del que ha alim entado el sol y lo que el
N ilo en el M ar Rojo... la erección de año ha ofrecido, y no dejan de pagar
faros en las entradas de los puertos, y los antiguos tributos agobiados por el
en los puntos peligrosos... Adem ás, ya peso de las nuevas cargas. El fisco
hem os visto cómo, a causa de los re com pra todo lo que aparenta com
querim ientos de alim entar a la ciu prar. De ahí la abundancia, de ahí los
dad de Rom a, los m ism os em perado víveres, cuyo precio viene fijado por
res fueron llevados a adoptar ciertas un acuerdo entre com prador y vende
m edidas en favor de quienes dedica dor, de ahí la saturación y la carencia
b an toda o parte de su actividad a sa de ham bre por doquier».
tisfacer esta necesidad. D icho de otro Sin em bargo, las requisas y ventas
modo... el Im perio se preocupó de los obligatorias estaban a la orden del
com erciantes que traficaban con el día en casos de necesidad.
Pireo y siem pre h u b o en el Im perio Los em peradores, a veces en época
bienhechores privados y m unicipios de escasez, fijaban el precio del trigo,
que m ejoraron las instalaciones p o r com o hicieron ya Tiberio (Tac. Ann.
tuarias; ¿significa esto que m etió las 2.87), C laudio (IG R R IV, 914), y N e
m anos en el com ercio, que la casi to rón (Tac. Ann. 15, 39), igual que die
tal libertad de principios del Im perio ron m edidas de carácter local, com o
estaba cediendo ante el com ienzo del lo hizo eí gobernador de Antioquía,
control del Estado? Beneficiar no sig de Pisidia y M arco A urelio en el nor
nifica controlar: el com ercio conser te de Italia. Los com erciantes m uchas
vó su libertad». veces acap arab an el género para su
Plinio el Joven confirm a esta afir bir el precio, com o hizo Ju an de Gis-
m ación en el caso de Trajano (Paneg. cala, según refiere Josefo (Vita 13),
78 A k al Historia del M und o Antiguo
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