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Dermatosis precancerosas

Una dermatosis precancerosa es una condición cutánea que si se deja a su evolución natural,
en un tiempo variable sufrirá transformación maligna en un porcentaje significativo de los
casos. El concepto de dermatosis precancerosa está basado en estadísticas.

Las lesiones precancerosas de la piel más importantes son las siguientes:

Queratosis actínicas o solares

Esta dermatosis se ha descrito como la dermatosis precancerosa por excelencia; en los


últimos años, muchos autores tienden a considerarla como parte del carcinoma epidermoide
superficial, la dermatosis se origina por los efectos acumulativos de la radiación ultravioleta.

Se observa en las áreas de mayor exposición solar, como la cara y el dorso de las manos
principalmente, en forma de lesiones eritematosas circunscritas de superficie ligeramente
escamosa, de 1 a 2 cm.

En algunas de ellas existe una hiperqueratosis de mayor o menor grado que puede llegar a la
formación de pequeños cuernos cutáneos.

Las queratosis actínicas se observan en individuos de piel blanca, edad media o avanzada, y
por lo general se asocian con cambios degenerativos solares como atrofia, telangiectasias,
pigmentaciones, despigmentaciones circunscritas, alteraciones todas englobadas en el
término de dermopatía solar crónica o atrofia senil degenerativa, término no apropiado, pues
en ocasiones se presenta en personas que están lejos de la senilidad.

La histopatología muestra hiperqueratosis con paraqueratosis y diversos grados de atipia de


las células epidérmicas.

Es difícil calcular el porcentaje de evolución de las queratosis actínicas a carcinoma invasor,


ya que los pacientes pueden tener numerosas lesiones, y sólo algunas de ellas progresan; pero
se ha observado histológicamente inicio de carcinoma invasor en 10 a 15% en un tiempo
variable.

Radiodermatitis crónica
Se manifiesta clínicamente en forma de placas atróficas y telangiectásicas en las que se
observa pigmentación y despigmentación moteada, alopecia parcial o total, queratosis y en
ocasiones, úlceras tardías. La frecuencia de malignización en áreas de radiodermatitis varía
de 10 a 55% en diversas series publicadas. Habitualmente transcurren varios años entre la
exposición a los rayos X y la aparición de carcinomas basocelulares o espinocelulares.

Queratosis arsenicales

Son lesiones queratósicas múltiples de color amarillento, de unos cuantos milímetros a 1 cm


de tamaño; algunas de ellas son hiperqueratósicas y salientes. Afectan manos y pies,
predomina en las regiones palmares y plantares, aun cuando también se observan en las caras
externas de antebrazos y piernas. Su histología varía de queratosis benignas a lesiones con
cambios celulares de un carcinoma in situ.

El porcentaje de queratosis arsenicales que se transforma en carcinomas espinocelulares no


se conoce con exactitud, pero los pacientes con lesiones múltiples de este tipo presentan un
riesgo evidente del desarrollo de cáncer cutáneo. También están expuestos a padecer
carcinomas viscerales, en especial del pulmón y del hígado, como manifestación sistémica
de la acción carcinogénica del arsénico. Los pacientes con queratosis arsenicales también
pueden presentar otras lesiones precancerosas, localizadas principalmente en el tronco, a las
que se les conoce como enfermedad de Bowen.

Enfermedad de Bowen

Actualmente también es considerada por muchos autores como carcinoma epidermoide de


tipo superficial. Se manifiesta por lesiones eritematosas, circulares u ovaladas, ligeramente
salientes, bien limitadas, que pueden alcanzar un tamaño de varios centímetros; están
cubiertas por escamas y costras, que al desprenderse, muestran una superficie húmeda y
granular. A menudo se observan en pacientes mayores de 50 años; son únicas o múltiples,
predominan en el tronco, pero también se presentan en la cara y las extremidades.

La histología de la enfermedad de Bowen muestra los cambios celulares de un carcinoma in


situ (intraepidérmico); las lesiones crecen lentamente y pasan varios años antes de que se
desarrolle un carcinoma epidermoide invasor en algunas de ellas.
Se puede manifestar como lesiones únicas o múltiples, en estas últimas el arsenicismo es un
factor importante en la producción de este trastorno; cuando existe la exposición a arsénico,
es frecuente que la enfermedad de Bowen coincida con otras lesiones premalignas y malignas
de la piel, como queratosis arsenicales y actínicas, carcinomas espinocelulares y carcinomas
basocelulares, especialmente de tipo múltiple y superficial. Ha sido también reportada su
asociación con cáncer visceral, la cual alcanzó en una serie 25% de los casos.

Úlceras y cicatrices

La piel alterada por infecciones crónicas, úlceras y cicatrices puede presentar cierta tendencia
al desarrollo de cáncer.

Se han observado carcinomas en úlceras o cicatrices de osteomielitis, tuberculosis luposa,


lepra lepromatosa, traumatismos, quemaduras, etc. No obstante su abundancia, las úlceras de
estasis rara vez dan lugar a carcinomas. En ciertos casos de cáncer desarrollado sobre úlceras
o cicatrices es preciso considerar la posibilidad de la acción conjunta de dos o más
carcinógenos, como sucede en lesiones localizadas en zonas expuestas que están también
recibiendo la acción carcinogénica de la luz solar, o como acontecía antes en pacientes con
tuberculosis luposa que recibían rayos X como tratamiento.

En general, la frecuencia de malignización de úlceras y cicatrices es baja, con excepción de


las cicatrices de quemadura que presentan un riesgo mayor de desarrollo de carcinomas
espinocelulares. Sin embargo, en algunas regiones constituyen un factor carcinogénico muy
importante, como sucede en las poblaciones africanas, en las cuales es frecuente el desarrollo
de carcinomas espinocelulares en la llamada úlcera tropical y en cicatrices de traumatismos
e infecciones de las piernas.

Leucoplasia

Es la condición precancerosa más frecuente de las mucosas. Desde el punto de vista clínico
se caracteriza por lesiones blanquecinas bien delimitadas de unos cuantos milímetros o placas
difusas, extensas, de varios centímetros, a veces engrosadas y queratósicas. Afectan las
mucosas bucal y genital, son más frecuentes en la mucosa yugal, la lengua, el labio y el
paladar. Por lo general se observan en pacientes mayores de 40 años y las lesiones orales
predominan en los hombres.
La leucoplasia bucal es una respuesta a estímulos irritativos como el tabaquismo, dientes
cariados o mal implantados, prótesis dentales inadecuadas y mala higiene dental.

La leucoplasia del pene se observa en individuos no circuncidados, con defectuosa higiene.


La leucoplasia de la vulva se presenta generalmente después de la menopausia.

Algunos casos de leucoplasia presentan sólo acantosis e hiperqueratosis benignas, mientras


que otras muestran alteraciones celulares displásicas del epitelio. Estas últimas son las
verdaderas leucoplasias premalignas, que pueden dar origen a un carcinoma espinocelular en
un porcentaje que ha sido estimado entre 5 y 30% de los casos. Para las primeras, queratosis
focales benignas de las mucosas, es preferible el término de leucoqueratosis.

Eritroplasia de Queyrat

Es una alteración considerada la contraparte a nivel de mucosas del área genital de la


enfermedad de Bowen, es más frecuente en el glande. Clínicamente, se presenta como una
placa eritematosa, poco saliente, bien delimitada, de superficie aterciopelada o lustrosa. Las
lesiones crecen de manera lenta y pueden extenderse varios centímetros; en ocasiones
presentan erosiones y costras en su superficie. El padecimiento se observa en individuos no
circuncidados, mayores de 40 años.

El aspecto histológico de la eritroplasia de Queyrat es el de un carcinoma in situ, similar a la


enfermedad de Bowen, de la que se diferencia por su evolución más frecuente a carcinoma
invasor y por la ausencia de asociaciones con carcinomas internos.

Cáncer cutáneo

El término “cáncer cutáneo” incluye tumores de diversa estirpe celular y diferente


agresividad y pronóstico: carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular o epidermoide,
melanoma maligno, adenocarcinomas de glándulas sebácea o sudorípara, sarcomas y
manifestaciones cutáneas delinfomas malignos. Enseguida se estudian los tres primeros, que
constituyen las formas habituales del cáncer de piel. Por el contrario, el cáncer originado en
la dermis (sarcoma) o en los anexos cutáneos (adenocarcinomas sebáceo y sudoríparo) se
presentan rara vez.

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