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comisivas
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Estafas y otras defraudaciones
Estafa genérica:
La Estafa no está definida por el Código Penal. Consiste en el hecho de defraudar a otro
mediante cualquier ardid o engaño.
Los delitos de hurto y robo atacan la tenencia de las cosas sin intervención de una acción de la
víctima, mientras que en la extorsión la intervención de la actividad de la víctima, por medio de su
voluntad viciada por coacción, es imprescindible para la tipicidad. En los delitos de estafa también
pasa lo mismo, pero en éstos la acción de la víctima se origina en su voluntad viciada por un error
suscitado en ella, como también puede ocurrir que ese error induzca a la víctima a omitir
conductas, cuyas omisiones faciliten la actividad ilícita del sujeto activo. Ésta es una regla general
mas no absoluta, pues los delitos de defraudación se asemejan al hurto; pero, de cualquier modo,
en todos los casos, el desplazamiento material de los bienes o se produce por obra de la propia
víctima o, cuando menos, por circunstancias que no necesitan la actividad material del agente,
quien solo se aprovecha del desplazamiento ya realizado sin su intervención.
Teoría de la defraudación
La defraudación no es un tipo penal sino una expresión genérica que abarca dos clases de
estructuras típicas, a saber:
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a) Estafas.
b) Abuso de confianza.
El esquema del código incluye dentro de las segundas el 173 inc. 2, 7, 11, 12, 13,14 y las
restantes en la primera categoría.
En el derecho comparado hay dos sistemas:
1) Sistema francés: Que enumera exhaustivamente las defraudaciones posibles.
2) Sistema Austriaco: Establece una fórmula genérica.
Tipos de defraudación
Art. 172 Figura básica
Art. 173 Inc. 1º Defraudación en la sustancia, calidad o
cantidad de las cosas
Inc. 3º Mediante suscripción de documentos
Inc. 4º Por abuso de firma en blanco
Inc. 5º Por sustracción
Inc. 6º Mediante el otorgamiento de un contrato
simulado o falso recibo
Inc. 8º Mediante sustitución, ocultación o mutilación
de documento
Inc. 9º Estelionato
Inc. 10º mediante supuesta remuneración a jueces o
empleados (Venta de Humo)
Estafas Inc. 15 Mediante el uso de tarjeta o el uso de sus
datos
Inc. 16 Estafa informática
Art. 174 Inc. 1ª De seguro
Inc. 2º Explotación de incapaces
Inc. 3º Mediante el uso de pesas o medidas falsas
Inc. 4º materiales de construcción
Inc. 5º A la administración pública
Art. 175 Inc. 1º Apropiación de cosa perdida
Inc. 2º Apropiación de cosa habida por error o caso
fortuito
Inc. 3º Apropiación de prenda
Inc. 4º Desnaturalización de cheque
Abusos de confianza Art. 173 Inc. 2º Retención indebida
Inc. 7º Administración fraudulenta
Inc. 11º Desbaratamiento de derechos acordados
Inc. 12º Defraudación de derechos
Inc. 13º a) ejecución perjudicial de hipoteca
b) omisión de recaudos legales
Inc. 14º Omisión de consignación de pago en letras
hipotecarias
174 Inc. 6º Vaciamiento de empresas
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Ampliar en Bibliografía obligatoria1.
La doctrina discute si lo que el bien jurídico que protege estas figuras son el patrimonio en su
conjunto o sus elementos integrantes.
La posición mayoritaria se enrola en la segunda posición. Para esta posición, a los fines de la
consumación del delito de estafa, es suficiente para que se concrete la lesión, que la misma
recaiga sobre un elemento del patrimonio, independientemente de su mayor o menor valor, sin
perjuicio de que siempre, la defraudación, importa un menoscabo a la completitividad del
patrimonio, afectándolo y produciendo una disminución en su conjunto. Por ello se dice que
atacado el patrimonio, nunca volverá a ser el mismo.
Estafa:
La estafa es una defraudación por fraude, que no ataca simplemente a la tenencia de las cosas,
sino a la completividad del patrimonio. Ocurrido la estafa siempre se verá disminuido el patrimonio
de la víctima y esa disminución se produce por el error provocado en una persona que dispone del
bien detrayéndolo del patrimonio afectado, acción que realiza, por lo tanto, desconociendo su
significado perjudicial para dicho patrimonio.
La secuencia causal en la estafa –como toda defraudación- es la siguiente: El agente despliega
una actividad engañosa que induce en error a una persona, quien en virtud de ese error, realiza
1
(Jorge E BUOMPADRE “Derecho Penal . Parte Especial” – Tomo II – Pág. 117 y ss. Ed. Mave, Bs. As., 2009)
2
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 120 y ss)
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una prestación que resulta perjudicial para su patrimonio. La conducta punible es, pues, la de
defraudar por medio de ardid o engaño.
Abuso de confianza:
No hay fraude inicial. No hay dolo ex ante sino ex post. La idea de fraude aparece en un
momento posterior a la relación jurídica. La relación jurídica es válida, no es nula porque no hubo
vicio de voluntad. Además hay una relación situacional válida, por su origen de verdadera
confianza entre las partes. Luego aparece el abuso.
La disposición patrimonial perjudicial se basa en una entrega a título precario con obligación de
restituir o devolver.
Acción típica
3
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 121 y ss)
5
Resultado:
Es un delito de daño efectivo, pues exige una disposición privativa de propiedad.
La disposición patrimonial debe ser pecuniariamente perjudicial. Por ello, se ha considerado
que no concurre este delito cuando el autor logra que el comerciante venda al precio corriente la
cosa que no quería vender; o si alguien, mediante engaño, logra un préstamo reservado para un
limitado circulo de personas, al que el autor no pertenece. Tampoco en los casos en que el
afectado esta jurídicamente obligado a realizar la disposición de propiedad pertinente, por Ej.
4
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 124 y ss)
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La estafa se caracteriza por el medio del cual se vale el autor para cuasar la lesión a la propiedad
ajena, es decir, el fraude. La estafa es la defraudación causada por el autor, valiéndose de
cualquier ardid o engaño.
Ardid es cualquier artificio o medio empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento;
engaño es falto de verdad en lo que se dice o se hace creer, y exige que un tercero padezca el
error que es su consecuencia. El ardid requiere artificios o maniobras objetivas, mientras que el
engaño le basta la conducta contraria a la verdad.
Tanto el ardid como el engaño deben producir un error en la víctima, de modo de determinar la
disposición patrimonial. La norma exige la presencia de una doble relación causal; entre el ardid y
el error, por un lado; entre el error y la disposición patrimonial, por el otro.
En esta cuestión aparece el problema de la idoneidad del ardid o engaño, tema en el que las
opiniones se han dividido. Unos exigen que el ardid o engaño sea capaz de causar el error en el
tipo medio de personas correspondientes a la categoría del sujeto pasivo (idoneidad objetiva).
Otros entienden que la capacidad del ardid o engaño debe apreciarse con relación al sujeto pasivo
concreto. Una tercera posición, considera que la ley no presupone el uso de un ardid o engaño de
una cierta entidad objetiva, sino que la eficacia engañosa del medio empleado se determina por su
éxito en el caso concreto.
Así, y teniendo en cuenta la falta de idoneidad del medio elegido, se resolvió: Que la conducta de
quien promovió la ejecución de una hipoteca que habría sido cancelada por el deudor a la fecha
de interposición de la demanda, no configura el delito previsto en el Art. 172 del C.P. toda vez que
no resulta idónea para inducir a error a engañar al magistrado actuante; que es atípica la conducta
sí el medio empleado por el sujeto para perpetración de la maniobra engañosa –boleto de tren-
resultó una grosera adulteración carente de toda idoneidad, dado que, en la falsedad documental,
si el objeto fue burdamente adulterado se convierte en inidóneo, lo que excluye, asimismo, la
tentativa inútil, pues ésta tiene lugar únicamente cuando el medio elegido es inidóneo para lograr
su consumación; y que no basta para la configuración de la estafa que el sujeto pasivo haya caído
en error por su propia torpeza, sino que es necesario que la víctima haya sido inducida a error.
Por otro lado, y asumiendo la teoría del éxito en el caso concreto, se resolvió que consumado el
delito no puede dudarse de la idoneidad del ardid o engaño.
Otra cuestión discutida se plantea con el empleo de medios sobrenaturales; en tal sentido, se
decidió que encuadra en la figura de la estafa la acción de la procesada que alega utilizar medios
sobrenaturales para procurar de sus víctimas objetos de oro, alentando sus esperanzas en torno a
la desaparición de seres queridos a raíz del conflicto bélico en el sur.
Dispositivos mecánicos:
Se ha discutido si el ardid desplegado frente a un aparato mecánico puede configurar el delito de
estafa. Dejando de lado los casos en que se emplean tarjetas de compra, crédito o débito,
expresamente previstos como defraudación en el Art. 173 inc. 15º. Cabe destacar que la posición
mayoritaria entendió que no existe estafa por que el tipo penal exige que el ardid recaiga sobre
“otro”, y ese “otro” sólo puede ser una persona física, no una máquina, por que ésta no puede
sufrir el error que es un estado psicológico. Desde otra perspectiva, se ha aceptado que el
instrumento mecánico representa la voluntad viciada del sujeto pasivo y en tal sentido habría
estafa. En tal sentido, se resolvió que el Art. 172 del C.P. admite cualquier ardid, lo que posibilita
que el acto de disposición pueda llevarse a cabo por un mecanismo no humano que no se dirija
necesariamente a provocar el acto de entrega bajo engaño, pero que genere como inmediata y
desconocida consecuencia y sin el concurso de la voluntad viciada, un perjuicio al patrimonio; es
que los dispositivos mecánicos o electrónicos ejecutan, al activarse, una voluntad dispositiva de la
que en momento alguno se independizan; es decir, que se produce una disposición patrimonial
que se imputa al titular del aparato mecánico.
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En relación a los medidores de electricidad, se ha sostenido por un lado la sustracción de
engreía eléctrica mediante la conexión clandestina de un cable a la red general, constituye hurto,
mientras que el consumo de energía sin registro en el aparato medidor, constituye estafa por
violación del convenio entre el imputado y la empresa. En tal sentido se resolvió que la alteración
del medidor para evitar el registro del consumo eléctrico constituye el delito de estafa que
configura el ardid y se vulnera una relación de confianza o de buena fe comercial, materializada
circunstancialmente en el medidor, causando un perjuicio económico a la empresa; la minoría
sostuvo en cambio, que el error que lleva la lectura del medidor no es determinante de la entrega
de la electricidad, sino que es representativo de su valor a posteriori, de forma tal que se configura
el delito de hurto, agregando que el abuso de las cosas automáticas no configura el delito de
estafa. Compartiendo el criterio mayoritario de este fallo, se decidió que la maniobra detectada en
el medidor de electricidad manifiesta la existencia de un ardid idóneo que genera un error y un
desapoderamiento patrimonial, que trae consecuentemente un perjuicio para registrar un consumo
sensiblemente menor. Soler entiende que cuando un contrato de suministro se rige por las cifras
de un medidor o contador, las maniobras que se hagan sobre este tienen por objeto determinar un
error en la factura, sobre la base de falsas cifras del medidor; ello vale tanto para los medidores de
electricidad como para los taxímetros y otros apartaros similares.
Silencio y mentira:
El ardid o el engaño también puede realizarse por acciones u omisiones; ello involucra el
problema del silencio como engaño. Algunos autores consideran que el silencio no puede
constituir engaño, y se fundamentan en que la ley enumera medios positivos, y al decir “valiéndole
de cualquier otro ardid o engaño” indica una actividad. Para otros, el silencio engañoso es un caso
de estafa por omisión, por lo que, sólo si el silencio que ha causado el error implica la violación de
un deber jurídico de manifestar lo que se calla, puede imputarse a título de engaño defraudatorio;
ese deber puede surgir de una ley, de una convención o de una conducta precedente. Es decir, se
trata de la aplicación de las reglas de la comisión impropia a este delito de comisión. Con sita de
esta posición se resolvió que configura el delito de estafa si el imputado ocultó a la damnificada
que el centro médico dirigido por él, carecía de habilitación para llevar a cabo la prestación médica
contratada; también si el imputado guardó silencio respecto de la quiebra de la empresa locadora,
lo que configuró el ardid a que se refiere el art. 172 del C.P. , pues frente a ese silencio el sujeto
pasivo se hallaba facultado a considerar que la circunstancia ocultada no concurría. Por su parte,
Soler exige que el silencio vaya acompañado de un acto engañoso positivo, o bien que se dé el
supuesto de que existía el deber jurídico de hablar.
En cambio, se decidió que el ocultamiento de una deuda por patentes que pesa sobre el
automotor vendido no constituye el ardid necesario para configurar el delito de estafa, pues el
silencio o la simple mentira carece de entidad suficiente como para ser engaño inidóneo
requerido por el art.- 172 del C.P., por lo que la suscripción del boleto de compraventa como “libre
de todo gravamen” puede justificar la procedencia de un juicio por incumplimiento de contrato pero
no configura una conducta delictiva por parte del vendedor. Tampoco constituye estafa la
conducta del contratante que omite señalar determinadas irregularidades respecto del estado
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societario, pues no constituye fraude el ocultamiento de ciertos datos que no se traducen en un
acto positivo que posibilite inducir en error a quienes se sienten damnificados ; agregando que
las presuntas víctimas, por tratarse de empresarios dedicados al mismo rubro que .los
encausados, tenían a su alcance todos los elementos de juicio para inferir de ellos el estado
social de la otra parte, por lo que debe imputarse a su propia negligencia la conducta que ahora le
reprocha al imputado.
Respecto de la mentira, que es la manifestación (verbal o escrita) o la expresión contraria a lo que
se sabe, cree o piensa, la opinión dominante no la considera un ardid o engaño, toda vez que,
para alcanzar tal carácter, la mentira debe estar reforzada con hechos exteriores; para otros sí
puede constituir un medio estafatorio, dado que es una forma de engañar. La jurisprudencia
tampoco es uniforme: por ejemplo, se decidió que la simple mentira puede ser engañosa en el
sentido del art. 172 del C.P., ya sea al insertarse en especiales circunstancias de hecho, o en
circunstancias propias de la víctima del engaño que el agente conoce y con las que cuenta; por lo
cual no parece posible establecer reglas a priori que la descarten como medio estafatorio: su
carácter dependerá del eco concreto en que se produzca.
Por otro lado, se resolvió que las alegaciones mentirosas, inexactas, mandases, temerarias,
manifiestamente exageradas o basadas en hechos inexistentes, no conforman las exigencias
típicas objetivas de esta delito. Así, no comete este delito quien inserta en una demanda
afirmaciones que no fueron acompañadas de ardid alguno, pues se decidió que el juez no puede
ser engañado simplemente con afirmaciones falsas; caso contero, toda demanda patrimonial
rechazada o toda plus petitio constituiría al actor civil en autor del delito de estafa procesal o de
una tentativa. A la misma solución se llegó en un caso en el que si bien se pretendía cobrar
judicialmente lo que no correspondía, no se habían acompañado pruebas o elementos espurios
que respaldasen la presentación, por lo que se descartó la existencia de ardid alguno.
c) Error
Es un estado Psicológico provocado por el autor del delito, quien induce a la víctima a la
realización de la disposición patrimonial perjudicial; es un conocimiento viciado de la realidad, un
defecto en la representación sobre los hechos. El error debe ser causado por el engaño del autor,
y es el que provoca la colaboración del sujeto pasivo; actúa de nexo entre aquél y la disposición
de propiedad.
Se discute si existe estafa en el caso de una persona que elude la vigilancia y viaja en un medio
de transporte sin pagar el correspondiente boleto, o ingresa a un espectáculo público sin abonar la
entrada. Al efecto, y a fin de deslindar la tipicidad de la conducta, se entendió que cabe analizar si
la víctima ni siquiera percibió la situación, no hay error y por ende la conducta es atípica. En
cambio, si el autor provoca la errónea creencia de tener derecho a la utilización del servicio,
podría haber estafa; pero, aún en este último caso existe otro inconveniente, y es que de todos
modos el servicio se presta para un número indeterminado de personas, por lo que el sujeto activo
del engaño no causa disposición patrimonial, sino que se aprovecha de ella, lo que hace difícil la
subsunción de este delito.
Sujetos activos: La estafa es un delito común, es decir que no requiere calidad especial alguna
en el autor, por lo que puede ser cometido por cualquier persona.
Sujeto pasivo: Cabe distinguir hacer una distinción. La victima del fraude es la persona que
padece el error causado por el ardid o engaño del autor. El ofendido por la defraudación es la
persona perjudicada en su propiedad a causa de la disposición patrimonial realizada por la víctima
del fraude a raíz de su error. Ambas calidades pueden caer en la misma persona o en personas
distintas. Así se entendió que había estafa si el procesado engañó a la empleada doméstica,
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logrando que ésta le entregue con voluntad viciada divisas extranjeras del dueño de casa, pese a
que el ardid y el perjuicio no se sitúan en cabeza del mismo sujeto.
Dado que la estafa exige la presencia de un error en la víctima y una disposición voluntaria,
presupone en el sujeto pasivo la posibilidad psíquica de tener una noción correcta sobre el objeto
de que se trata, lo que excluye a los incapaces. Estos casos deben resolverse a la luz del Art. 174,
inc. 2º del C.P., pues no habrá error sino aprovechamiento de la situación. Pero no puede
descartarse la estafa cuando la acción recae sobre personas que sólo tienen algunas
insuficiencias psíquicas, siempre y cuando cuenten con una suficiente capacidad de disposición
que pueda ser objeto de un engaño; pues es común en este delito que la inmadurez o
determinados defectos psíquicos sean utilizados por el autor como parte de la maniobra
engañosa.
CONSUMACIÓN Y TENTATIVA
La estafa se comete en múltiples oportunidades junto a otros delitos, sea que éstos configuren el
ardid requerido por aquella, o que se cometa un injusto que permitirá luego configurar la estafa, o
que ésta se despliegue conjuntamente a otros hechos ilícitos; por lo que cabe establecer la
relación concursal que media en los distintos casos.
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Núñez sostiene que ni la arrogación ilegal de títulos, ni las falsificaciones de documentos o de
moneda, ni el ejercicio ilegal de la medicina, ni cualquier otro delito susceptible de constituir el
fraude del art. 172, representan un elemento indefectible de la estafa, ni una figura menos grave
en la misma línea que ella, ni un tipo de aplicación subsidiaria. El uso de tales medios no es una
exigencia del tipo de estafa, sino que el autor puede o no, según su voluntad, servirse de esos
medios; por ello, considera que existe concurso real entre la estafa o esos delitos, aún cuando se
trate de la falsificación de un documento privado. Otros autores distinguen si el medio empleado
es un documento falso público o privado, admitiendo en el primer caso el concurso real, y en el
segundo uno ideal; han habido fallos que han considerado que el concurso era aparente.
Al respecto, se ha resuelto que: el delito de falsificación de documento privado concurre
formalmente con el de estafa; la estafa con un cheque concurre idealmente con su falsificación:
entre la estafa y la puesta en circulación de moneda extranjera falsa media un concurso ideal,
toda vez que ambas conductas constituyen aspectos distintos de un mismo hecho, por constituir la
segunda el ardid, sin el cual no puede darse la primera, la presentación al cobro de cheques a la
orden mediante la exhibición de cédulas de identificación a las que fueron sustituidas las
fotografías, configura el delito previsto en el art. 296 del C.P. en concurso ideal con estafa.
También se he decidido que el concurso ideal no exige la plena coincidencia de las acciones
requeridas en los tipos concurrentes, pues lo decisivo para la delimitación de los tipos no es su
consumación formal, sino su terminación material; el uso de un documento privado falso, en sí
mismo delictivo, puede constituir uno de los elementos de delito de estafa (el engaño) si se lo
utiliza en perjuicio de otro: la coincidencia será solo parcial porque la estafa requiere, además del
engaño fraudulento, otros elementos como el error en la víctima y el perjuicio patrimonial; esa
utilización, tratándose de instrumentos privados, es la etapa final que consuma la falsedad pero, al
mismo tiempo, fue el medio engañoso a través del cual el imputado pretendió consumar la estafa
contra la firma comercial, pues, a sabiendas de su falsedad, los presentó en la entidad bancaria;
ambas disposiciones legales se ofrecen, respecto del único hecho concreto, como dos círculos
que se cortan recíprocamente, teniendo una parte en común –el uso engañoso-. El resto diferente.
Sin embargo, la jurisprudencia también ha dicho que: El delito que pudiera cometerse con la
presentación ante el Registro de la Propiedad del Automotor de documentación falsa es
independiente (art. 55 del C.P.) de la estafa que con dicha documentación se perpetró contra el
particular adquirente del rodado, la falsificación de un documento de un automotor para su
posterior venta es independiente de la estafa perpetrada como consecuencia de aquella; la
falsificación de un documento otorgado por el Registro del Automotor es un delito distinto de la
estafa que con tales elementos pueda perpetrarse; la estafa en perjuicio del adquirente de un
automotor es independiente de la sustitución de chapa patente y de la falsificación de la
documentación del vehículo.
Por último se ha entendido que mediaba concurso aparente en los siguientes casos: Quien
procura efectivizar un cheque que halló perdido comete únicamente el delito previsto por el art.
175 del C.P. y no éste en concurso con tentativa de estafa, pues, tratándose la cosa perdida de un
cheque, no se concibe ni se alcanza a imaginar otra forma de utilización de ese ánimo de señorío
que procurar su cobro o utilizarlo como medio de pago, las figuras de robo, hurto, estafa y
encubrimiento, cuando recaen sobre un mismo objeto tienen una relación de alternatividad y, por
consiguiente, de exclusión; son calificaciones legales alternativas que corresponde asignar a un
único suceso, por lo que no pueden dictarse resoluciones de signo contrario respecto de un
mismo objeto procesal sobre la base de diferentes encuadres típicos, por cuanto se podría violar
el principio “non bis in ídem”; la venta a un tercero de una cosa obtenida con engaño o por abuso
de confianza –en el caso, un automotor- no configura un nuevo delito, pues no se produce
perjuicio patrimonial al adquirente, ya que el bien no es reivindicable –art. 2767 del C.C.-
11
Ampliar Bibliografía obligatoria5.
Estafa Procesal:
5
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 128 y ss)
6
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 177 y ss)
7
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 184 y ss)
12
Estafa mediante procedimientos mecánicos, automatizados o mecánicos
8
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 187 y ss)
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Modalidades comisivas
1) Nombre supuesto: es el nombre fingido, que no es propio del autor. Puede ser un nombre
falso (que no existe, o es imaginario) o verdadero, pero ajeno. Puede ser seudónimo u homónimo.
Lo fundamental es que el nombre falso, se utilice para aparentar ser una persona distinta a la que
es y su uso debe ser determinante a la prestación. Por ejemplo, si el autor utilizo un nombre falso,
pero lo que persuadió a la victima fue el uso de otro ardid (cheque), no se da el caso.
3) Falsos Títulos: es una variante del anterior. El titulo es una calidad que habilita para
determinadas funciones y que contiene ciertos honores. El titulo puede ser, otorgado por el Estado
(título profesional), por Universidades (grados académicos), culturales (distinciones honoríficas) de
costumbre (tit. Nobleza). Si también implica uso público concursa con 247.
4) Influencia mentida: todo poder o valimiento que se tenga entre personas o grupos y que
no sea real. Si es real podrá ser estafa pero no mediante este medio.
- Aparenta bienes, el que muestra que tiene cosas o derechos que no están en su
patrimonio.
- Aparenta crédito, el que simula la obtención de un respaldo económico de terceros.
- Aparenta empresa, quien simula la existencia de una organización destinada a la
producción económica lucrativa.
- Aparenta negociación, el que simula la existencia de una transacción, que se realiza o se
va a realizar; o muestra características distintas de una transacción que se esta llevando a cabo.
- Aparenta comisión, el que simula cualquier especie de representación de un tercero para
realizar un acto o recibe una extensión de esa representación distinta de la otorgada.
Tipo subjetivo:
9
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 197 y ss)
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Admite sólo dolo directo, que implica el conocimiento del carácter perjudicial de la disposición de
la víctima y la voluntad de usar ardid o engaño para inducirlo a error.
El dolo debe concurrir al momento de la realización del tipo, careciendo de relevancia el que se
verifica antes o después de ella.
El error, el desconocimiento o la ignorancia sobre alguno de los elementos del tipo objetivo,
importan la concreción de un error de tipo que conducen a la atipicidad y consecuentemente a la
impunidad.
En el presente ilícito, la imprudencia y el dolo eventual conducen a la atipicidad.
Consumación y Tentativa
Se consuman cuando se realiza la disposición patrimonial perjudicial, sin que interese que ella se
transforme en beneficio para el autor o un tercero. La tentativa comienza con el despliegue del
procedimiento ardidoso.
La estafa es un delito material y de resultado. Por ser un delito instantáneo y no de peligro, el
ilícito se verifica al momento en el cual el sujeto pasivo se desprende del bien objeto de la
maniobra, es decir, cuando se produce el perjuicio patrimonial. Carece de relevancia a los fines
consumativos, la reparación posterior al delito.
El ilícito se perfecciona cuando el autor logra el desplazamiento del bien en poder de la víctima a
la esfera del sujeto activo o un tercero y que tiene frente a ella la posibilidad de disposición.
La tentativa es admisible.
Ampliar Bibliografía obligatoria11.
Sujetos
Si el sujeto pasivo del fraude no es el titular del patrimonio ofendido, este es el perjudicado pero
aquel. Es el sujeto pasivo de la estafa, quien debe reunir las características propias de esa figura.
Debe disponer materialmente del objeto que constituye la prestación o debe poder decidir sobre
ella (por ejemplo, el juez).
10
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 209 y ss)
11
(Buompadre, Op. Cit., Pág. 214 y ss)
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