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Unidad 4
Los procesos inconscientes
Apunte de Cátedra
Introducción
Biografías
Psicología
Introducción
o ¿Cuáles son, cómo se definen y cómo se articulan entre sí, los conceptos centrales del
Psicoanálisis?
Sin lugar a dudas, el surgimiento del Psicoanálisis está relacionado con dos temas de
particular interés para la medicina de fines del siglo XIX: la hipnosis y la histeria. En esta
primera parte profundizaremos en la temática y al finalizar podrán entender la frase: “El
tratamiento de la histeria fue la puerta de entrada del psicoanálisis”.
1
Freud, Sigmund (1976), Capítulo V: La interpretación de los sueños, en Obras completas (Tomo V), Buenos Aires,
Ediciones Nuevo Mundo.
Histeria deriva de la palabra griega ὑστέρα, útero. La idea de histeria como enfermedad, en
realidad, se remonta a Hipócrates (médico griego del siglo V a.C.) y desde ese entonces, se
pensó que era una enfermedad femenina. Lo característico de la histeria de conversión es la
de afectar al cuerpo sin que haya daño orgánico alguno. Por ejemplo, una parálisis se
considera histérica cuando un sujeto tiene alguna parte de su cuerpo imposibilitada de
movimiento pero la causa no es una lesión cerebral, ni medular. Se trata de otro tipo de daño,
de otro trauma. La ausencia de lesión orgánica llevaba a los médicos de ese momento a creer
que se trataba de sugestión, autosugestión o simulación.
Uno de los conocidos médicos que se ocupaban de la histeria fue Bernheim, quien realizó las
llamadas experiencias posthipnóticas. A continuación, el relato de Freud la experiencia:
“El médico entra en la sala del hospital, apoya su paraguas en el rincón, hipnotiza a
uno de los pacientes y le dice: „Ahora me voy. Cuando vuelva, usted saldrá a mi
encuentro con mi paraguas abierto y lo mantendrá sobre mi cabeza‟. Entonces el
médico y sus ayudantes abandonan la sala. En cuanto vuelven, el paciente, que ya
no se halla hipnotizado, lleva a cabo exactamente las instrucciones que se le dieron
mientras estaba bajo hipnosis. El médico le pregunta: „¿Qué está usted haciendo?
¿Qué significa esto?‟ El paciente queda claramente confundido. Hace alguna
observación inoportuna, como: „Sólo pensé, doctor, que, como llueve afuera, usted
abriría su paraguas en la sala antes de salir‟. La explicación es evidentemente
inadecuada y hecha en el apuro del momento para ofrecer algún motivo de su
conducta sin sentido. Es evidente, para nosotros los espectadores, que ignora su
real motivo. Sin embargo, nosotros sabemos cuál es, porque estábamos presentes
cuando se le hizo la sugestión que ahora realiza, mientras que él nada sabe del
acto que está en acción.”2
2
Freud, Sigmund (1976), Capítulo XV: Autobiografía, en Obras completas (Tomo II), Buenos Aires, Ediciones Nuevo
Mundo.
Otra de las experiencias que caracterizó la época fue la reproducción artificial de un síntoma
histérico. A continuación, pueden leer el relato de Freud acerca de la experiencia realizada por
Charcot en la que el médico provoca un síntoma, una parálisis histérica.
3
Freud, Sigmund (1976), Capítulo II: La histeria, en Obras completas (Tomo I), Buenos Aires, Ediciones Nuevo
Mundo.
o En todas las experiencias en las que se utilizaba la hipnosis como método, así como en
las pacientes histéricas de entonces, podía notarse una característica similar: la
existencia de una disociación psíquica. Dos estados psíquicos que no sabían nada uno
de otro, que coexistían. En la primera experiencia realizada por Bernheim, se constata
esa disociación cuando el paciente recibe la orden estando hipnotizado y cuando la
cumple sin recordar esa orden. También, se puede verificar en el padecimiento de las
histéricas como lo describe Freud en las Conferencias.
En la “Segunda conferencia” se
encuentra la concepción acerca de la
histeria elaborada por Pierre Janet,
discípulo de Charcot.
En “Historia del movimiento psicoanalítico”5 explica Freud cómo surgió la primera diferencia
con Breuer referida al mecanismo de la histeria. Allí donde Breuer prefería una teoría
fisiológica (hablaba de estados hipnoides) para explicar la escisión psíquica de los histéricos,
Freud pensaba que se trataba de un proceso de repulsión (que más adelante se convertiría en
el concepto de represión).
4
Freud, S. (1976), Capítulo II: La histeria, en Obras completas (Tomo I), Buenos Aires, Nuevo Mundo. Este texto fue
publicado por primera vez en 1895.
5
Freud, S. (1976), Capítulo XIV: Historia del movimiento psicoanalítico, en Obras completas (Tomo II), Buenos Aires,
Nuevo Mundo.
¿En qué consiste la técnica del apremio? Con esta técnica, el paciente no era hipnotizado;
Freud lo invitaba a recostarse en un diván y le ponía la mano en la frente aclarándole que a
partir de ese momento podría recordar la escena olvidada.
Cuenta Freud que para tomar la decisión de prescindir del método de la hipnosis, recurrió a
una experiencia que observó realizar al doctor Bernheim, quien presionaba a los pacientes
para que recordaran lo que decían olvidar cuando estaban hipnotizados. Tengan presente que
en todas las experiencias con hipnosis, los sujetos que participaban decían no recordar la
orden que habían recibido en ese estado. Bernheim echaba por tierra esa idea y, de esa
experiencia, se sirvió Freud para dejar de utilizar ese método.
De la técnica del apremio pasaría a la creación del método psicoanalítico que corresponde
a la etapa del Psicoanálisis propiamente dicho, que trabajaremos en el segundo punto de este
apunte.
En síntesis
Hasta ahora hemos recorrido el trayecto que parte del tratamiento que los médicos daban a la
histeria, a las investigaciones llevadas adelante por Breuer y por Freud durante el tiempo que
trabajaron juntos. Algunos de los términos utilizados en este primer punto, sobre la historia y
génesis del Psicoanálisis, los vamos a encontrar en el segundo referido a los conceptos
centrales de la Teoría psicoanalítica, y son, por ejemplo: inconsciente, latente, síntoma,
sexualidad.
Lo que instala la ruptura entre un momento y otro es la relación causal, el nexo entre aspectos
que se consideraban de naturaleza diferente: lo olvidado, que más adelante se constituirá en
lo reprimido y los síntomas en el cuerpo. Se trata de la ruptura con el saber médico y los
momentos iniciales de la Teoría psicoanalítica.
Este tema, que incluye la ruptura con la Psicología fundacional de Wundt centrada en la
conciencia, lo encontrarán desarrollado en el libro de Töpf y Rojo, Lo inconsciente6 bajo el
título “Las rupturas epistemológicas del pensamiento freudiano”.
Inconsciente
Represión
Pulsion sexual
6
Töpf, José y Rojo, Heberto (2000), Psicología. Lo inconsciente (pp.51-73), Buenos Aires, Eudeba.
El aspecto relativo a lo descriptivo, clasificatorio, no será abandonado por Freud, pero no será
el único ni el más importante aspecto de la perspectiva freudiana.
De manera que en sentido descriptivo hay dos clases de inconsciente y solo una en sentido
dinámico.
La segunda tópica la elabora, Freud, a partir de 1920, como una diferenciación progresiva en
la constitución psíquica. Este aparato psíquico comprende el yo, el superyó y el ello. Esta
nueva concepción no anula el sentido dinámico
expresado en la primera tópica, sin embargo En este trabajo hacemos mención de
complejiza el primer modelo de manera tal que las las dos tópicas freudianas que
encontrarán desarrolladas en el texto
relaciones conflictivas ya no son solo entre sistemas Lo inconsciente: la primera
conscientes o inconscientes, sino que hay aspectos formulación freudiana del aparato
conscientes e inconscientes que forman parte, tanto psíquico, en la página 75 y en la
página 113, la segunda formulación.
de la instancia llamada “yo”, como de la llamada
“superyó”. El “ello” será el único aspecto solo
inconsciente.
El sentido económico
Para completar las implicancias del concepto de inconsciente, es necesario dar cuenta del
aspecto o sentido económico. La hipótesis freudiana considera que los procesos psíquicos
consisten en la circulación y distribución de una energía cuantificable (energía pulsional o
libido), es decir, una energía que es susceptible de aumento, disminución y equivalencias. El
aparato psíquico tiene la función de mantener al nivel más bajo posible la energía que por él
circula, para lo cual realiza cierto trabajo: la transformación de la energía libre en energía
ligada, se trata de la elaboración psíquica de las excitaciones. La energía está ligada cuando
se une, se carga una determinada representación, idea o palabra. Vayamos a un simple
ejemplo: una mujer sueña que tiene en la mano a una niña pequeña cuando en análisis había
estado trabajando su primer infancia, entonces descubre a través de sus asociaciones en el
tratamiento que esa niña pequeña es ella misma. La carga de afecto, montante de afecto, la
energía libididinal que correspondía a sus recuerdos de la infancia quedó concentrada,
condensada en el sueño en el que esa energía queda ligada a una representación, la imagen
de ella misma siendo niña en su mano.
Los sueños son la vía regia de acceso a lo inconsciente, pero se puede ver en todo sueño la
legalidad, siendo su característica principal el proceso primario caracterizado por los
mecanismos de condensación y de desplazamiento.
¿Cuál ha sido la causa que lo llevó a Freud a crear otro modelo teórico y por qué no le
resultó suficiente con la primera tópica? Como ya señalamos en el comienzo de este
punto todos los cambios que Freud ha ido realizando en su teoría surgen de su práctica clínica
y del deseo de aliviar el padecimiento del sujeto. El pasaje de la primera tópica a la segunda
no implica que un modelo reemplaza a otro, sino que el esquema inicial que describe la
relación entre los sistemas consciente, preconsciente e inconsciente, le resulta insuficiente a
Freud para explicar muchos fenómenos clínicos. Uno de esos fenómenos es el de la
autoobservación que, en términos de la segunda tópica, pasa a denominarse superyó con
características propias y que tiene aspectos conscientes e inconscientes.
7
Töpf, José y Rojo, Heberto (2000), Psicología. Lo inconsciente (pp.79-82), Buenos Aires, Eudeba.
El concepto de represión está íntimamente ligado a la idea de conflicto psíquico. En cada uno
de los momentos, el conflicto se ubica de un modo singular y a cada uno de los momentos le
corresponde una modalidad de respuesta.
Las dificultades de Freud para hipnotizar a sus pacientes y el recuerdo de las experiencias de
Bernheim lo decidieron a abandonar el método de hipnosis. Recuerden que la opinión médica
sobre la hipnosis sostenía la premisa de que la orden que el paciente recibía estando
hipnotizado le impedía, cuando recuperaba la conciencia, recordarla. Sin embargo, Freud había
asistido a experiencias realizadas por Bernheim que le habían parecido muy instructivas y
asombrosas y que ponían en cuestión esa idea.
La decisión de abandonar la hipnosis fue el paso que le permitió descubrir que los recuerdos
olvidados no estaban perdidos, y que lo determinante para el olvido era el conflicto interno que
se le presentaba al sujeto; se trataba de fuerzas en oposición y era el olvido el resultado de
ese conflicto. Elaborar teóricamente la relación entre deseo y represión le permitió discernir el
mecanismo de la histeria y la dinámica en juego. Se trataba de una lucha interna, un conflicto
entre deseos inconciliables y las exigencias éticas y estéticas de la personalidad. El conflicto
provocaba un grado tal de displacer que solo la represión evitaba.
A modo de síntesis
Para comprender el concepto de represión, es necesario tener en cuenta la función del conflicto
en la construcción del psiquismo humano.
La elaboración teórica del concepto de formaciones sustitutivas está relacionada con los
conceptos de inconsciente y de represión. Con lo inconsciente, en el punto en que un deseo
que fue desalojado de la conciencia, que fue reprimido, puede retornar a la conciencia solo en
forma desfigurada, única manera de poder burlar las defensas, como comenzamos a señalar
en el punto 2.2.3. En la medida en que el deseo se disfraza y aparece en la conciencia, es
necesario hablar de fracaso de la represión.
En la primera parte de este trabajo vimos que el origen del Psicoanálisis estuvo directamente
relacionado con el tratamiento de las pacientes histéricas. Pero la conceptualización de
8
Ver el apartado 2.3. del libro Lo inconsciente.
Los sueños
En “La interpretación de los sueños”, Freud tiene como uno de sus interlocutores válidos a
Wundt (quien, recordemos, es el representante de un modo de pensar lo psíquico que
trabajamos en la primera unidad). En el texto citado, Freud relata que la escuela de Wundt
inició el experimento llamado de asociación, en el que un sujeto es invitado a responder lo más
rápidamente posible, con una reacción cualquiera, a la palabra que se dirige a título de
estímulo.
o En el soñar, la palabra estímulo queda reemplazada por algo que procede de la vida
psíquica del soñante, aunque de fuentes ignoradas por él.
Freud llamará relación simbólica a la relación constante entre el elemento del sueño y
su traducción, siendo el elemento del sueño (lo soñado) un símbolo de la idea
inconsciente correspondiente.
2) qué motivo o motivos son los que han hecho necesaria esta traducción.
Esta desfiguración que ocurre al soñar es el mismo proceso psíquico que, como hemos visto,
participa en la producción de síntomas.
Con este título que corresponde a un extenso capítulo9 del desarrollo de su teoría, Freud
analiza todas aquellas conductas que realizamos cotidianamente y que se refieren a
equivocaciones, errores, olvidos, torpezas, es decir, a todas aquellas conductas que no
deseamos realizar, que escapan a nuestra voluntad, que nos suelen ocurrir habitualmente y
que, para el Psicoanálisis, se explican como una sustitución simbólica de una satisfacción
libidinal. Sustitución que es posible gracias a los mecanismos de desplazamiento y de
condensación desarrollados en libro Lo inconsciente de la bibliografía.
Un tema fundamental de la teoría psicoanalítica ha sido desde los comienzos, como vimos, el
tratamiento de síntomas, formas de padecimiento que afectan al cuerpo o a la mente y que
tienen un origen psíquico. Los síntomas son también formaciones del inconsciente que tienen
la particularidad de que se instalan de forma permanente, a diferencia de los sueños o de los
olvidos.
Veamos qué articulación realiza el psicoanálisis entre síntomas y sentido. Lo primero que
tenemos que decir es que para el sujeto su síntoma no tiene ningún sentido, lo siente como
un cuerpo extraño y fuera de toda lógica (consciente). Lo paradójico es que ese síntoma que el
sujeto no reconoce como propio lo lleva a un padecimiento constante.
Entender la significación que adquiere esta “satisfacción” es uno de los aspectos más
complicados con que la teoría nos confronta. Pero podemos decir que el síntoma tiene un
aspecto satisfactorio, logra una satisfacción a modo de transacción que explica por
qué, a pesar del padecimiento, el sujeto no se deshace de él (del síntoma).
¿Por qué se trata de una transacción? Todas las formaciones de compromiso son formas
de transacción o formas sustitutivas en las que el deseo que fue reprimido encuentra una
manera desfigurada de acceder a la conciencia, lo cual implica un modo de satisfacción que
es una transacción entre el deseo que busca satisfacción y la fuerza de la defensa, de la
censura, que buscan mantenerlo lejos de la conciencia. Recordemos que para Freud los
deseos inconscientes son reprimidos y sexuales.
9
Freud, S. (1976), Capítulo VI: Psicopatología de la vida cotidiana, en Obras completas (Tomo I), Buenos Aires,
Ediciones Nuevo Mundo.
A partir de lo trabajado conceptualmente hasta acá, tomaremos el “Caso Ana O.” que Freud
describe en la “Primera conferencia” para aplicar los conceptos en la formación de uno de los
síntomas que Ana O. padecía: su fobia a beber agua. Recuerden que se trata de una histeria
de conversión, esto quiere decir que el síntoma de fobia a beber agua es la manera de
expresión del conflicto a través del cuerpo.
¿Cuál es el conflicto en cuestión? El asco que le produjo a Ana O. ver al perro beber de su
vaso y lo que hubiese querido decir pero reprimió.
Cuando la paciente pudo recordar y articular en palabras la escena olvidada junto con el
afecto (el asco) que en aquel momento había sentido (pero que debió reprimir por considerarlo
inadecuado), el síntoma se disolvió. Recordemos que la represión actúa sobre los
representantes de la pulsión.
Escena olvidada---------------------------------------------------------------------
Por efecto del desplazamiento y de la condensación, aquella escena que quedó olvidada
fue transformada en la fobia al agua. De todos los elementos que conformaban la escena:
agua, dama inglesa, perro, solo quedan el agua y, fuera de la conciencia, reprimidos, los
elementos que habían provocado el conflicto: la dama inglesa odiada y su “asqueroso” perrito.
Agua
Asco
Existen otras formas de padecimiento psíquico, además de la histeria, que Freud denominó
“neurosis obsesiva” que tiene la característica de comportarse más discretamente, sin
manifestaciones somáticas concentrando su dominio en el campo de las ideas, los
pensamientos. El padecimiento en la neurosis obsesiva se caracteriza por:
o Los que la padecen experimentan impulsos ajenos a su personalidad, realizan actos que
no les proporcionan placer alguno pero que no pueden dejar de hacer y tienen ciertas
ideas fijas que les resultan extrañas.
Vayamos a un ejemplo.
Un caso de neurosis obsesiva: “La señora del mantel”. Se trata de un caso en el que una
señora realizaba un acto obsesivo que ejecutaba varias veces al día y que Freud describe de la
siguiente manera:
Fíjense que se trata de una conducta que la paciente no podía dejar de hacer, no es un grave
síntoma patológico pero, dice Freud, es bastante curioso. El tratamiento que realiza la paciente
con Freud le permite descubrir que ese acto, que no tiene sentido alguno, significaba para la
paciente reparar la figura del marido y ocultar el fracaso de su matrimonio.
10
Freud. S. (1976), Capítulo V: Introducción al Psicoanálisis, en Obras completas (Tomo II), Buenos Aires, Ediciones
Nuevo Mundo.
A modo de síntesis
Podemos caracterizar al inconsciente como un existente psíquico que pone en cuestión la idea
de lo psíquico limitado a lo consciente tal como desarrolla la psicología de Wundt trabajada en
la primera unidad. No se trata de una doble conciencia, sino de que “lo inconsciente” tiene
propiedades particulares. Es reprimido, solo puede acceder a la conciencia en forma
desfigurada lo que lo torna eficaz.
De esta manera, el Psicoanálisis no solo produce una ruptura con el saber médico al demostrar
que el origen de la histeria, su etiología, no es orgánica sino producto de la dinámica psíquica,
sino que, también, produce una ruptura con la Psicología de Conciencia al incluir a lo
inconsciente en su campo. Un inconsciente que, como veremos, está en relación con el cuerpo
(sexualidad) y, también, con la capacidad de simbolización del ser humano.
En “Tres ensayos sobre una teoría sexual” escrito en 190511, Freud señala en la primera
página la idea generalizada sobre la sexualidad humana a fines del siglo XIX y la ruptura que
produce el psicoanálisis. Dice el autor que para explicar las necesidades sexuales del hombre y
del animal, la Biología supone la existencia de un “instinto sexual “del mismo modo que para
explicar el hambre supone un instinto de nutrición. La ciencia usa la palabra libido para
referirse al hambre en lo relativo a lo sexual.
Lo primero que Freud demuestra es que no es cierto que durante la vida infantil no haya
sexualidad, sino más bien lo contrario, para el psicoanálisis a los cinco años el niño ya tiene
determinada su estructura sexual y la que irrumpirá en la pubertad no será distinta que la
estructurada en la primera infancia, que la relación con el objeto no está determinada por la
especie, (como en la biología el “macho” que busca su “hembra”) y que el fin buscado puede
ser otro que el coito normal (las perversiones).
Durante cierto tiempo del ejercicio de su profesión, Freud se ocupó de la atención de niños, lo
que le permitió comprobar la existencia de una pulsión sexual en la infancia y que esta pulsión
sexual posee el carácter de ley. Esto significa que para todos los niños, la sexualidad tendrá
un carácter estructural.
11
Freud, S. (1976), Capítulo VII: Tres ensayos sobre una teoría sexual, en Obras completas (Tomo I), Buenos Aires,
Ediciones Nuevo Mundo.
La sexualidad infantil
Freud explica la teoría sexual a partir de la observación de una conducta típica de los bebés: el
chupeteo.
El chupeteo es el acto de succionar con la boca, que se repite rítmicamente y que no tiene por
fin la nutrición. Efectivamente, quien ha tenido hijos o bebés cerca que observar puede
constatar esto: que el bebé sigue chupeteando aun después de haber comido. Por lo cual, el
acto de chupetear no está relacionado exclusivamente con el alimentarse, o satisfacer la
necesidad sino con el placer, chupetea porque sí, porque le gusta, por placer.
1) Relación entre una actividad infantil, como el chupeteo, y el acto de la satisfacción de una
necesidad de comer.
2) Relación entre el efecto del bebé ante la satisfacción de la necesidad (de comer) y la
satisfacción sexual adulta. “Quien vea a un niño saciado adormecerse en el pecho materno,
con sus mejillas sonrosadas y una sonrisa beatífica, no podrá menos que decirse que este
cuadro sigue siendo decisivo también para la expresión de la satisfacción sexual en la vida
posterior.”13
El ser humano nace y se apuntala en una de las funciones corporales importantes para la vida,
por ejemplo, el comer. Todavía no conoce un objeto sexual, pues es autoerótico (el propio
objeto es fuente de placer y, aún, no hay diferenciación yo/ no yo.) Su meta sexual se
encuentra bajo el imperio de una zona erógena (la boca).
Es necesario señalar que estos caracteres son válidos también para la mayoría de las
otras prácticas de la pulsión sexual infantil.
12
Ob.cit., pp.95-107
13
Freud, S. (1976), Capítulo VII: Tres ensayos sobre una teoría sexual, en Obras completas (Tomo I), Buenos Aires,
Ediciones Nuevo Mundo.
Pulsión
Las relaciones entre inconsciente y organismo son abordadas por Freud utilizando el concepto
de pulsión. Freud parte de la fisiología que proporcionó el concepto de estímulo y el modelo
del reflejo de acuerdo con el cual un estímulo que llega al tejido vivo desde afuera produce una
reacción, una descarga hacia el exterior. A partir de ese modelo, concluye que la pulsión es un
estímulo para lo psíquico. La definición de pulsión es la de ser un concepto límite entre
lo psíquico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que
provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma.
Si se acercara a nosotros un animal feroz, huiríamos aterrados, allí el estímulo de la visión del
animal nos hace huir para defendernos de ser devorados por la bestia. En cambio, en el caso
de los impulsos internos, de nada vale la huida, pues el yo no puede escapar de sí mismo.
Junto a las excitaciones externas, de las que el sujeto puede huir, existen fuentes internas
que aportan constantemente un aflujo de excitación del cual el organismo no puede escapar y
que constituye el resorte del funcionamiento del aparato psíquico.
Concepto de libido
Freud define el concepto de libido de la siguiente manera: “Se trata de una fuerza
cuantitativamente variable, que nos permite medir los procesos y las transformaciones de la
excitación sexual.”14
Ahora bien, ¿cómo entender lo que allí Freud establece? En primer lugar, debemos decir
que para Freud se trata de una especulación teórica de la que no podía prescindir, ya que la
libido estaba fuertemente anudada a la teoría sexual y su relación con la concepción
económica del psiquismo (ver el punto 2.1.1. sobre la concepción económica del inconsciente
en este apunte). En segundo lugar, tienen que tener en cuenta que la sexualidad, para el
Psicoanálisis, abarca todo el campo de la afectividad, por eso en el texto “Psicología de las
masas y análisis del yo“15 Freud va a diferenciar una formación de masas organizadas (el
ejército, por ejemplo) y el enamoramiento. La diferencia entre uno y otro no es solo numérica
(en el enamoramiento se trata de la relación de dos personas ), la diferencia que nos importa
y que está en relación con el concepto de libido es que en el enamoramiento el fin es sexual,
en cambio, en la masa no. En conclusión: para el Psicoanálisis, la teoría sexual es una teoría
de la afectividad.
14
Freud, S. (1976), Capítulo XIII: Psicología de las masas y análisis del yo, en Obras completas (Tomo I), Buenos
Aires, Ediciones Nuevo Mundo.
15
Ídem.
La salida del Edipo la podemos ubicar alrededor de los cinco años de vida y, hasta ese
momento, el pequeño sujeto que había puesto toda su libido en sus padres puede, a partir
de entonces, retirar la carga de esos objetos y ponerla en otros. Gracias a la represión que lo
aleja de la conflictiva edípica, podrá iniciar una nueva etapa.
Se trata del período de amnesia infantil en el que el niño sale de la endogamia y va hacia
otros objetos fuera de lo familiar (exogamia).
Síntesis
Tal como lo anunciamos en la introducción, en esta segunda parte, hemos trabajado aquellos
conceptos que consideramos centrales para un primer acercamiento a la complejidad de la
teoría psicoanalítica. Comenzamos por el concepto de inconsciente que es su objeto de
estudio. El concepto de inconsciente está directamente relacionado con el de represión. Ya
que, por definición, todo lo reprimido es inconsciente. Luego, trabajamos la valoración que
hace Freud de toda una serie de conductas que la ciencia había dejado por fuera de su campo
de estudio (los sueños, los olvidos, las equivocaciones) y que, junto con los síntomas, incluye
El psicoanalista le dice a un paciente que diga lo primero que se le ocurre. Esta propuesta de
asociación libre parte de la idea de que el libre discurrir del paciente permitirá el surgimiento
de los contenidos reprimidos a través de equivocaciones, de olvidos, pero fundamentalmente
de la interpretación de los sueños, vía regia de acceso al inconsciente. En el caso de los sueños
no se trata sólo del relato que el paciente haga de su sueño sino de las asociaciones que a
partir de lo soñado, el sujeto pueda realizar.
Cuando un paciente tiene un sueño, lo relata a su psicoanalista, pero ahí no termina el trabajo
analítico. El analista le pedirá a su paciente que diga lo que se le ocurre de lo soñado. Al
trabajo de asociación que realiza el paciente sigue el de interpretación del analista. Se trata de
la comunicación hecha al sujeto con miras a hacerle accesible el sentido latente, según las
reglas impuestas por la dirección y la evolución de la cura.
La regla fundamental se refiere a que el paciente asocia lo que se le vaya ocurriendo y debe
comunicar a su analista todos los pensamientos que le surjan, aun aquellos que considere
tontos, sin sentido o vergonzantes. Porque, justamente, los pensamientos que no
controlamos, que nos surgen de pronto y que parecen no tener sentido, son los que interesan
al Psicoanálisis en tanto están determinados desde lo inconsciente
Para concluir
Pero hemos visto, también, que el psicoanálisis, no solo implica una ruptura con el saber
médico. Se trata de una nueva concepción de sujeto que excede lo límites de lo racional y de
lo consciente. Un sujeto atravesado por deseos fundamentalmente sexuales que desde los
primeros años estructurarán su psiquismo.
Biografías
Fuente: Buscabiografías