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ENFERMEDAD CELIACA

INTRODUCCIÓN

La enfermedad celiaca es una forma de enteropatía que afecta a individuos


genéticamente predispuestos, al entrar en contacto con alimentos que contienen
gluten; ello determina la aparición de una lesión histológica que en las formas más
graves provoca atrofia de las vellosidades intestinales. Como consecuencia puede
producirse un defecto de malabsorción de nutrientes que conduce a diversos
estados carenciales responsables de un amplio espectro de manifestaciones
clínicas. Cursa con manifestaciones clínicas diversas pero, en muchas ocasiones
puede llegar incluso a ser asintomática.

CONCEPTO

Consiste en una intolerancia permanente a las proteínas del gluten del trigo
(gliadina), del centeno (secalina) y de la cebada (hordeína). La causa de la
enfermedad es desconocida pero se ha establecido que en su desarrollo
participan factores genéticos (HLA DQ2 y DQ8), ambientales (gluten), e
inmunológicos.

Cuando el gluten entra en contacto con la mucosa intestinal conlleva a la aparición


de un daño de la mucosa que varía desde casos en los que únicamente se aprecia
un aumento de linfocitos intraepiteliales, (que se conoce como enteritis linfocítica),
hasta formas avanzadas de atrofia de las vellosidades intestinales.

Cualquiera de estas formas histológicas de la enfermedad, incluyendo las formas


más leves, pueden cursar con diferentes estados carenciales como anemia,
osteopenia u osteoporosis y numerosos síntomas digestivos y extradigestivos.

Todas estas manifestaciones, así como las alteraciones serológicas e histológicas,


mejoran considerablemente e incluso pueden llegar a desaparecer cuando se
retira el gluten de la dieta.
EPIDEMIOLOGIA

La enfermedad celiaca es común a nivel mundial y se estima que afecta alrededor


de 1:100 y 1:300 personas; sin embargo, son muchos más los casos que quedan
sin diagnóstico que los casos diagnosticados. Es aproximadamente 2 veces más
frecuente en el sexo femenino que en el masculino, tanto en series pediátricas
como de adultos.

Aunque la enfermedad celiaca se puede presentar en cualquier edad después de


la introducción del gluten en la dieta, es característica su presentación antes de los
5 años de edad o durante la cuarta o quinta década de la vida, siendo
relativamente infrecuente su manifestación durante la adolescencia.

Diversos estudios epidemiológicos realizados en todo el mundo, han determinado


que la enfermedad celiaca sin sintomatología clásica es la más frecuente que la
forma sintomática, constituyendo un reto para los profesionales de la salud su
detección temprana y oportuna.

PATOGENIA

FACTORES AMBIENTALES: EL GLUTEN

En los años cincuenta, el pediatra Holandés Dicke, demostró que el componente


tóxico del trigo para los sujetos celíacos era su fracción proteica principal,
denominada gluten y más concretamente la fracción alcohol soluble del gluten: la
gliadina o prolamina del trigo. En cuanto a las gluteninas, componente secundario
del gluten, las informaciones disponibles no permiten concluir aún sobre su
toxicidad. Prolaminas similares a la gliadina del trigo se encuentran en otros
cereales como la cebada y el centeno; se ha demostrado que estas prolaminas,
denominadas respectivamente hosrdeína y secalina son capaces, al igual que la
gliadina, de inducir lesión intestinal en los individuos celiacos.

Existen dudas en cuanto a la toxicidad de la avena y más concretamente en


cuanto a su prolamina o avenina; un único estudio sugiere que este cereal puede
ser consumido por los celíacos sin riesgo alguno, sin embargo dichos resultados
deben todavía ser confirmados. La avena tiene un contenido en prolamina inferior
al de los cereales antes mencionados.
Mediante técnicas de electroforesis se han identificado 4 subfracciones de
gliadina, denominadas alfa, beta, gama y omega, todas ellas tóxicas, aunque se
atribuye mayor toxicidad a las alfa gliadinas

FACTORES GENÉTICOS

La existencia de una predisposición genética en el desarrollo de la enfermedad


celíaca es conocida desde hace muchos años.

Los hechos que apoyan la existencia de factores genéticos son: la mayor


frecuencia de esta enfermedad en los familiares de primer grado de un paciente
celiaco, muy superior a la observada en la población general; la concordancia para
la enfermedad celiaca en gemelos idénticos del 70% y que esta patología sea muy
infrecuente en determinados grupos étnicos (orientales y negros). Además, 95%
de los pacientes exhiben moléculas HLA específicas de clase II.

La susceptibilidad a enfermedad celíaca reside en el heterodímero HLA-DQ. La


molécula DQ2 formada por las cadenas DQα 0501 y DQβ 0201 o DQβ 0202
confiere el mayor riesgo para el desarrollo de enfermedad celíaca.

MECANISMO DE LESION INTESTINAL

En el organismo, en la comida, se ingieren numerosas proteínas extrañas que no


pertenecen a nuestros tejidos, sin embargo el sistema inmune intestinal no
reacciona contra ellas; este fenómeno por el cual el ingreso de proteínas ajenas al
huésped no provoca una respuesta defensiva del organismo, se conoce como
“fenómeno de tolerancia oral”. Se cree que este fenómeno de tolerancia se debe a
las linfocinas que liberan determinados grupos de linfocitos.

Sin embargo, en determinados individuos, genéticamente predispuestos, se


desarrolla una intolerancia frente a proteínas alimenticias, como sucede en la
enfermedad celiaca. Se sabe que fragmentos pequeños del gluten se unen a
determinadas moléculas HLA y en los pacientes celíacos se produce una
respuesta muy enérgica de linfocinas, que contribuyen a la lesión intestinal.
CLÍNICA

Entre las formas clínicas de presentación de la enfermedad se encuentran:

 Enfermedad celiaca clásica. Caracterizada por la aparición de síntomas


graves de malabsorción, anticuerpos séricos positivos y atrofia grave de las
vellosidades intestinales.

 Enfermedad pauci o monosintomática. Es la forma más frecuente de


enfermedad celiaca, tanto en la edad adulta como de la pediátrica, y puede
cursar con síntomas intestinales y/o extraintestinales. El espectro
histológico es variable, desde enteritis linfocítica a la atrofia total y el
porcentaje de positividad de autoanticuerpos séricos es variable (15 a
100%) y dependiente de la gravedad histológica.

 Enfermedad celiaca silente. No hay manifestaciones clínicas, pero sí


lesiones histológicas características (incluso atrofia de vellosidades). Estos
casos suelen descubrirse bien por una determinación de marcadores
séricos indicada por sospecha clínica o bien por pertenecer a alguno de los
grupos de riesgo.

 Enfermedad celiaca latente. Se caracteriza por la existencia de una mucosa


duodenoyuyenal normal en individuos que toman gluten en la dieta en el
momento de ser evaluados, con o sin anticuerpos positivos, pero que en
algún momento de su vida han presentado o van a presentar características
propias de la enfermedad celiaca.

 Enfermedad celiaca potencial. Hace referencia a aquellos individuos que no


han presentado nunca alteraciones histológicas características de la
enfermedad, pero por sus características genéticas o inmunológicas
presentan riesgo “potencial” de desarrollarla.

 Enfermedad celiaca refractaria. Hace referencia a aquellos pacientes con


lesión histológica bien documentada, cuyos síntomas no desaparecen
después de haber excluido el gluten de la dieta al menos durante un
periodo de 6 meses.
En el niño pequeño el cuadro clínico varía de dependiendo del momento de la
introducción del gluten a la dieta. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son
diarrea crónica, falta de apetito, vómitos, dolor abdominal recurrente, laxitud e
irritabilidad, apatía, introversión y tristeza. Los signos más frecuentes son la
malnutrición, la distensión abdominal, la hipotrofia muscular, el retraso póndero-
estatural, la anemia ferropénica y la hipoproteinemia.

El niño mayor y el adolescente pueden no tener síntomas digestivos. La


enfermedad puede presentarse como una anemia ferropénica rebelde a la
ferroterapia oral, estreñimiento, dolor abdominal, menarquía retrasada e
irregularidades menstruales, cefaleas, artralgias y hábito intestinal irregular. Los
signos que se presentan con mayor frecuencia son talla baja, aftas orales,
hipoplasia del esmalte dental, distensión abdominal, debilidad muscular, artritis,
osteopenia y queratosis folicular.

En el adulto, la enfermedad puede tener distintos patrones de presentación. Los


síntomas a considerar son: diarrea crónica, dispepsia, dolor abdominal recidivante,
pérdida de peso, síntomas que simulan síndrome de intestino irritable, vómitos
recidivantes sin causa aparente, estreñimiento, dolores óseos y articulares o
historia de fracturas ante traumatismos banales, parestesias, tetania, infertilidad,
abortos recurrentes, irritabilidad, astenia, ansiedad, depresión, epilepsia y ataxia.

Dentro de los signos y alteraciones analíticas encontradas en un adulto con


enfermedad celiaca tenemos la malnutrición con o sin pérdida de peso, edemas
periféricos, talla baja, neuropatía periférica, anemia ferropénica sin explicación,
hipoesplenismo, osteopenia u osteoporosis, aftas bucales recidivantes, descenso
de la albúmina sérica, disminución del tiempo de protrombina y deficiencia de
ácido fólico o vitamina B12 no explicada.

Existen ciertas enfermedades asociadas que pueden preceder a la enfermedad


celiaca, aunque también pueden manifestarse simultáneamente e incluso después
del diagnóstico. Los pacientes que las padecen son considerados grupos de
riesgo ya que su asociación se produce con una frecuencia superior a la esperada.
Algunas de estas enfermedades son:

 Enfermedades autoinmunes y otras inmunopatías:


 DM I. aproximadamente un 5-6% de los pacientes asocian
enfermedad celiaca.
 Tiroiditis autoinmune. La asociación de la enfermedad celiaca es
frecuente (5%), tanto en niños como en adultos.
 Déficit selectivo de IgA. Alrededor del 4% de los pacientes celiacos
presentan además un déficit selectivo de IgA.
 Enfermedad inflamatoria intestinal.

 Otras enfermedades:
 Sx de sjogren
 LES
 Addison
 Nefropatía por IgA
 Hepatitis crónica autoinmune
 Cirrosis biliar primaria
 AR
 Psoriasis
 Vitíligo

 Trastornos neurológicos y psiquiátricos:

 Encefalopatía progresiva
 Síndromes cerebelosos
 Demencia con atrofia cerebral
 Leucoencefalopatía
 Epilepsia
 Esquizofrenia

 Otras asociaciones:
 Síndrome de Down (su asociación a enfermedad celiaca es superior
al 12%)
 Síndrome de Turner
 Fibrosis quística
 Cardiomiopatía
 Fibromialgia
 Síndrome de fatiga crónica
 Infertilidad

DIAGNÓSTICO

SOSPECHA CLÍNICA

Se valorará en el paciente la existencia de síntomas y signos de la enfermedad o


la pertenencia a grupos de riesgo, ya sea por presentar alguna enfermedad que se
pueda asociar con la enfermedad celiaca o bien que el paciente tenga familiares
de primer grado afectados.
DETERMINACIÓN DE MARCADORES SÉRICOS

Está bien documentado el valor de los marcadores inmunológicos séricos como


apoyo para el diagnóstico de sospecha de enfermedad celíaca para indicar el
momento en que debe realizarse la biopsia intestinal, durante la prueba de
provocación con gluten o para vigilar el cumplimiento de la dieta exenta de gluten
y también para descartar enfermedad celiaca en grupos de riesgo; aunque no
sustituyen a la biopsia intestinal, que sigue siendo el estándar de oro de referencia
para el diagnóstico definitivo de enfermedad celiaca.

Los marcadores disponibles son:

 Anticuerpos antigliadina. Poseen una sensibilidad del 75-90% y una


especificidad del 82-95%. Son tanto de clase IgA como IgG. Se utilizan
preferentemente los de clase IgA y su eficacia para el cribado de
enfermedad celiaca es mayor en niños que en adultos.

 Anticuerpos antiendomisio. (Sensibilidad del 85-98% y especificidad de 97-


100%). Son también de clase IgA. Su sensibilidad y especificidad son
variables según la edad. Tienen el inconveniente de ser difíciles de
determinar y su interpretación es subjetiva.

 Anticuerpos antitransglutaminasa tisular humana de clase IgA. Poseen una


sensibilidad del 90-98% y una especificidad del 94-97%. Se han mostrado
como los marcadores más útiles y hoy en día existe acuerdo generalizado
en utilizar solo este tipo de marcadores para el cribado de enfermedad
celiaca. También está disponible la determinación de antitransglutaminasa
tisular del tipo IgG, especialmente útil en caso de déficit de IgA asociado a
enfermedad celiaca.

CONSIDERACIONES ESPECIALES ANTES DEL EXAMEN SEROLÓGICO

Antes de pedir el consentimiento para la realización del estudio serológico, se


debe brindar información al paciente, a sus padres o responsables (según sea el
caso), sobre la naturaleza de la enfermedad, las implicaciones que ésta tiene en la
calidad de vida del paciente y que el retraso en el diagnóstico y tratamiento, puede
resultar en complicaciones a largo plazo.

Debe explicárseles también, que los exámenes serológicos son precisos solo si
siguen una dieta con contenido de gluten. Los pacientes que serán sometidos a
estudios serológicos deben ingerir gluten en más de una comida al día por al
menos 6 semanas antes de realizarse el examen y no deben empezar una dieta
libre de gluten hasta que el diagnóstico sea confirmado por biopsia intestinal, aún
si la prueba serológica resulta positiva.

De igual manera, es necesario que estén conscientes de que la pruebas


serológicas por sí mimas, no diagnostican la enfermedad, pero sí indican si más
estudios son necesarios.

El resultado de la serología determina la conducta a seguir, debiendo considerar


las siguientes situaciones:

 Serología positiva: la sensibilidad de la serología es muy elevada,


especialmente en personas con lesiones histológicas avanzadas. Por lo
tanto, ante la presencia de síntomas sugestivos y serología positiva debe
iniciarse una biopsia intestinal. En caso de alteraciones morfológicas
compatibles, se procederá a retirar el gluten de la dieta.

 Serología negativa y elevada sospecha clínica: la serología negativa no


permite excluir con seguridad el padecimiento de la enfermedad. Ante la
presencia de síntomas sospechosos con serología negativa, especialmente
en grupos de riesgo, debe considerarse la posibilidad de derivar el caso
para proseguir su evaluación en un medio especializado.

BIOPSIA DUODENOYUYENAL
El estándar de oro para establecer el diagnóstico definitivo consiste en la práctica
de una biopsia del duodeno proximal o del yeyuno. Dado que las lesiones
histológicas pueden ser parcheadas, se aconseja la toma de al menos 4 muestras
para el análisis histológico.

La primera biopsia intestinal, se efectuará en el momento de realizar el diagnóstico


de sospecha y antes de iniciar la dieta sin gluten, siempre que el estado general
del paciente lo permita y previa normalidad del estudio de coagulación.

Una segunda biopsia intestinal de control de normalidad, se realizará


obligadamente después de una dieta sin gluten en aquellos casos en que el
paciente estuviera asintomático cuando se realizó la primera biopsia intestinal o
cuando la respuesta clínica a la supresión de gluten de la dieta haya sido dudosa.

En los demás pacientes, aunque la remisión clínica con desaparición de los


síntomas tras establecerse la dieta sin gluten apoya el diagnóstico, la razón
principal por la que es necesario realizar la segunda biopsia de intestino delgado
es la de asegurar la normalización histológica de la mucosa intestinal.

ESTUDIO GENÉTICO

El 90% de los pacientes con enfermedad celíaca son HLA-DQ2 positivos


(codificado por los alelos DQA1*05 y DQB1*02) mientras que sólo lo expresan un
20-30% de los individuos de la población general.

El resto de pacientes celíacos poseen variantes alélicas que codifican HLA-DQ8


(DQA1*03 y DQB1*0302) sin HLADQ2 (6% del total) o un solo alelo del HLA-DQ2
[DQB1*02 (4% del total) y DQA1*05 (2% del total)]. Por tanto, la ausencia de HLA-
DQ2 y HLA-DQ8 hace que el diagnóstico de EC sea muy poco probable.
La investigación del haplotipo DQ2 (o DQ8, si aquél es negativo) es importante en
el enfermo con sospecha clínica bien fundada y estudio serológico negativo. Si el
estudio genético es negativo, el clínico debería plantearse un diagnóstico
alternativo. Sin embargo, un resultado positivo, en presencia de una serología
negativa, obliga a considerar firmemente la necesidad de biopsiar el duodeno.

Estudios recientes han demostrado que esta estrategia multiplica por 3 la


probabilidad de establecer un diagnóstico en familiares de primer grado, cuando
se compara con la estrategia clásica basada exclusivamente en el estudio
serológico.
TRATAMIENTO

El único tratamiento eficaz de la enfermedad celiaca es una dieta estricta sin


gluten durante toda la vida. Con ello se consigue la mejoría de los síntomas
aproximadamente a partir de las dos semanas, la normalización serológica entre
los 6 y 12 meses y la recuperación de las vellosidades intestinales en torno a los 2
años de iniciado el tratamiento.

Al planear una dieta para un enfermo celíaco, deberán considerarse diversos


factores, tales como, la situación fisiopatológica y las necesidades nutritivas que
suelen estar en relación con la edad del paciente y la etapa evolutiva de la
enfermedad, así como el estado de gravedad del enfermo. De tal modo que en
pacientes muy jóvenes o severamente malnutridos debido a una evolución
prolongada sin tratamiento, el reposo intestinal absoluto junto con la reposición del
equilibrio hidroelectrolítico, por vía intravenosa, constituyen las medidas
terapéuticas prioritarias.

Según la respuesta terapéutica y sobre todo en niños por encima de un año de


edad, puede iniciarse o proseguirse la realimentación con una fórmula sin lactosa.
A continuación, y de modo paulatino, se ensayará la introducción de suplementos
proteicos, almidones de arroz, maíz o tapioca, así como verduras, hortalizas y
frutas. Por otra parte, hasta que la recuperación de la mucosa intestinal no
asegure la absorción normal, deberá tenderse a la administración de hierro, ácido
fólico y vitamina B12, en dosis correctas y según los datos proporcionados por un
estudio basal de anemia.

La administración de preparados multivitamínicos que contengan las vitaminas


hidrosolubles A, D, E y K, está indicado en aquellos casos en los que la
homeostasis no está muy alterada. En caso contrario, y especialmente cuando
existen púrpura y diátesis hemorrágica, se administrará vitamina K intramuscular
en cantidades suficientes como para corregir la tasa del complejo de protrombina.

Otro tipo de actitudes terapéuticas, como seroalbuminoterapia o corticoterapia,


solamente están indicadas en algunos casos de crisis celíaca grave y en algunos
pacientes adultos, cuyo estado general continúa deteriorándose, a pesar de una
dieta rigurosa sin gluten. Junto a las medidas terapéuticas citadas anteriormente,
en algunos casos excepcionales se ha mostrado eficaz el empleo de
inmunosupresores.

En la infancia, la respuesta terapéutica es, en general inmediata, estableciéndose


un retroceso fácilmente apreciable de la sintomatología clínica. Sin embargo, en el
adulto, la mejoría puede ser más lenta y la evolución más complicada.

Además de las medidas terapéuticas ya establecidas, es preciso realizar un


seguimiento clínico de los pacientes con objeto de vigilar la evolución de los
síntomas, controlar el crecimiento en los niños y vigilar el cumplimiento de la dieta.
La determinación de anticuerpos antitransglutaminasa tisular humana de clase
IgA, es de utilidad para el control del seguimiento correcto de la dieta, cuando la
serología ha sido positiva.

BIBLIOGRAFÍA

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3. Farrell R, Kelly C. Diagnosis of celiac sprue. Am J Gastroenterol 2002; 96:3237-46.

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5. Polanco I, Román E. Marcadores serológicos en la Enfermedad Celíaca. An Pediatr Contin


2006;4(3):176-9.
ANEXOS

ANEXO 1. EL TRIGO: FRACCIONES TÓXICAS ASOCIADAS A LA ENFERMEDAD CELIACA


ANEXO 2. CLASIFICACION DE LOS ALIMENTOS EN FUNCION DE SU CONTENIDO EN
GLUTEN

ALIMENTOS SIN GLUTEN


-Leche y derivados.
-Todo tipo de carnes y vísceras frescas, congeladas y en conserva al natural.
-Pescados frescos y congelados, mariscos frescos y pescados y mariscos en conserva al
natural o en aceite.
-Huevos.
-Verduras, hortalizas y tubérculos. Frutas.
-Arroz, maíz y tapioca, así como sus derivados.
-Todo tipo de legumbres
-Azúcar, miel. Aceites y mantequillas.
-Café en grano o molido, infusiones y refrescos.
-Toda clase de vinos y bebidas espumosas.
-Frutos secos crudos.
-Sal, vinagre de vino, especias en rama y grano y todas las naturales.

ALIMENTOS QUE PUEDEN CONTENER GLUTEN


-Embutidos: chorizo, morcilla, etc.
-Yogures de sabores y con trocitos de fruta.
-Quesos fundidos.
-Caramelos.
-Sucedáneos de café y otras bebidas de máquina.
-Frutos secos fritos y tostados con sal.
-Helados, sucedáneos de chocolate.
-Colorante alimentario.

ALIMENTOS QUE CONTIENEN GLUTEN


-Pan y harinas de trigo, cebada, centeno y probablemente la avena.
-Productos manufacturados en cuya composición figure cualquiera de las harinas ya
citadas y en cualquiera de sus formas: almidones, almidones modificados, féculas, harinas
y proteínas.
-Bollos, pasteles, tartas, galletas, bizcochos y demás productos de pastelería.
-Pastas italianas (fideos, macarrones, tallarines, etc.) y sémola de trigo.
-Bebidas malteadas.
-Bebidas destiladas o fermentadas a partir de cereales: cerveza, agua de cebada, algunos
licores, etc.

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