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Universidad Nacional de Tucumán

"2018 - año del Centenario de la Reforma Universitaria"

FREUD Y EL DESCUBRIMIENTO DE LO INCONSCIENTE:


UNA RUPTURA EPISTEMOLOGICA CON LA PSICOLOGIA

María Graciela Simon

INTRODUCCION
El descubrimiento del Inconsciente, según Sigmund Freud, representa “la
tercera herida narcisística” en la historia de la humanidad. Si la revolución
copernicana había representado la primera herida, desalojando al hombre del
centro del universo y luego con la teoría de Darwin queda ubicado como un
eslabón más en la evolución, ¿cuál es el plus que arroja el Psicoanálisis?
Justamente el cuestionamiento a la idea de un sujeto totalmente consciente de
sus actos y pensamientos. Dirá Freud: “El yo no es amo en su propia casa”. El
descubrimiento inicial de los síntomas de las histéricas como padecimientos que
“dicen” de fantasías inconscientes, sitúa a Freud en el camino de investigar el
complejo mundo del psiquismo a partir de aquello que tropieza, no se recuerda
exactamente, se dice o se actúa más allá de una intencionalidad consciente. De
este modo una parálisis que no obedece a una causa orgánica, un sueño que
figura un contenido extraño, una equivocación al hablar (lapsus), los olvidos
significativos, son manifestaciones que dicen de lo Inconsciente de un sujeto,
aún cuando le provoquen extrañeza y en primera instancia no se reconozca allí.
La Modernidad se despliega a partir de la concepción cartesiana de
sujeto: “Yo soy una cosa que piensa”. Y esta afirmación se complementa con la
distinción de dos órdenes de realidad: res cogitans y res extensa. En
consecuencia, desde la Psicología, los diferentes sistemas se sitúan
epistemológicamente en la línea de la EXPLICACION (res extensa), o en la línea
de la COMPRENSION (res cogitans).
Cuando Freud publica “La Interpretación de los sueños” (1900), las
Ciencias Sociales se debaten entre dos modelos:
• MODELO POSITIVISTA: que propone el tratamiento de los fenómenos
humanos y sociales al modo de los fenómenos naturales. Defiende el método
inductivo para arribar a la formulación de leyes generales, buscando EXPLICAR
los hechos sociales en términos de relaciones causales necesarias.

• MODELO DEL HISTORICISMO E IDEALISMO POSKANTIANO: que sostiene la


irreductibilidad de la experiencia vivida por el sujeto a la generalización. Rescata
la importancia de la COMPRENSION del sentido de la conducta humana y de
los fenómenos sociales.

Con la noción de Inconsciente, Freud cuestiona ambas posiciones:


➢ La EXPLICACION, que tiene un sustento positivista: en tanto el Inconsciente no
es un hecho positivo susceptible de observación y experimentación. Se trata de
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un constructo teórico que da cuenta de una estructura invisible no observable


que produce fenómenos psíquicos y corporales.

➢ La COMPRENSION, entendida como este acto de “insight” o intuición intelectual


que hace posible la aprehensión del sentido de una conducta. Freud no se afana
por “comprender las conductas”, al modo de encontrarles un sentido. Su
propuesta toma la dirección singular del caso por caso: “hacer consciente lo
Inconsciente” implica un trabajo a cuenta del sujeto, vía transferencia, en una
situación analítica.

El Psicoanálisis representa para la Psicología un punto de quiebre, una


ruptura epistemológica, en tanto no busca “comprender” ni “explicar”. Supone un
cambio de problemática y es esto, justamente, lo que representa el
descubrimiento del Inconsciente. Es la vía que le permite a Freud abandonar el
terreno de las evidencias sensibles y apuntar a la investigación de una estructura
psíquica subyacente, inobservable, resultante de un trabajo de producción
conceptual.
Para comprender la complejidad de esta ruptura epistemológica y sus
efectos, es preciso interiorizarnos acerca del recorrido teórico-clínico que hizo
Sigmund Freud hasta arribar al descubrimiento de lo Inconsciente.

SIGMUND FREUD. SUS INICIOS: LA ETAPA PRE-ANALITICA


“ En aquellos años no había sentido una particular preferencia por la posición y la
actividad del médico…más bien me movía una suerte de apetito de saber, pero dirigido más a la
condición humana que a los objetos naturales”
Freud Sigmund,“Presentación Autobiográfica” (1925)

Sigmund Freud nace en Moravia, un poblado de Checoslovaquia, en el


año 1856. A los 4 años de edad se muda con su familia a Viena, ciudad en la
que desarrollará la mayor parte de su obra y desempeño profesional. Ingresa a
la universidad en 1873 para estudiar Medicina, obteniendo el título de médico en
1881. En la universidad, aún siendo estudiante, se forma con Ernst Brücke, en
su laboratorio de fisiología. Los primeros escritos freudianos versan sobre la
fisiología del sistema nervioso. No se sentía causado por la tarea médica en sí
misma, su interés residía en la investigación. En palabras de Freud, en su
“Presentación Autobiográfica” (1925)“ No me atraían las disciplinas realmente
médicas, con excepción de la Psiquiatría” ( p.10).
Por cuestiones económicas de Freud, Brücke le aconseja abandonar el
laboratorio e ingresar al Hospital General de Viena, en el año 1882. Allí Freud
estudia anatomía del cerebro y conoce más tarde a Meynert, Profesor de
Neuroanatomía que gozaba de reconocimiento y prestigio. Pero el giro
fundamental en su formación se produce en 1885, cuando obtiene una beca para
viajar a París y estudiar en La Salpetriére con Charcot.
Charcot y el encuentro de Freud con la clínica de la histeria
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Jean Martin Charcot ( 1826-1893) neuropatólogo, tiene el gran mérito de


haber llevado a cabo un ordenamiento clínico en La Salpetriére, estableciendo
diferencias diagnósticas entre la histeria y enfermedades nerviosas. Hasta ese
momento, los pacientes convivían en pabellones recibiendo a menudo el mismo
tratamiento, sin que estuviera presente la discriminación entre una dolencia de
causa neurológica (epilepsia) o de causa psíquica (histeria). El diagnóstico de
“histeroepilepsia” abarcaba padecimientos de índole distinta. Cabe señalar que
en cuadros histéricos pueden aparecer convulsiones, hecho por el cual la
confusión diagnóstica encontraba cierta justificación.
Charcot se propone entonces investigar esta diferencia y parte para ello
de un criterio pragmático: el bromuro de potasio actúa en los cuadros de
epilepsia, pero en cuadros de histeria no evidencia efecto alguno. Por otra parte,
la presión de ciertos puntos del cuerpo en pacientes histéricas, desencadenaban
ataques similares a las convulsiones epilépticas. Charcot nombra “puntos
histerógenos” a estas zonas del cuerpo, conceptualización retomada después
por Freud al enunciar la idea de un cuerpo erógeno, libidinizado, deseante, que
trasciende el organismo viviente (soma).
Con ayuda de la hipnosis o sueño artificial provocado, Charcot procurará
reproducir el estado patológico, cerciorándose así que se trata de una histeria.
Es decir, si el sujeto es permeable al efecto de la hipnosis para provocar
síntomas, la causa no es neurológica. Freud (1925)“De todo lo que ví junto a
Charcot, lo que me causó la máxima impresión fueron sus últimas indagaciones
acerca de la histeria… la producción de parálisis y contracturas histéricas
mediante sugestión hipnótica, la conclusión de que estos productos artificiales
mostraban los mismos caracteres hasta en los detalles, que los accidentes
espontáneos, a menudo provocados por traumas”. (p.12). Con esta enunciación,
Freud rescata de Charcot que la hipnosis puede operar como instrumento
diagnóstico eficaz para identificar los cuadros de histeria y procurar un
tratamiento diferencial.
Bernheim y el experimento de sugestión pos-hipnótica
Un viraje decisivo para Freud se produce al viajar a Nancy en 1889. Allí
observa los experimentos de sugestión hipnótica de Hippolyte Bernheim, médico
abocado a investigar la sugestión como un mecanismo psicológico presente en
todos los sujetos. Bernheim rechaza el nexo necesario entre histeria e
hipnotizabilidad, señalando que la sugestión sería una condición presente en el
psiquismo y no propiedad exclusiva de la histeria. En este sentido, difiere de las
enseñanzas de Charcot, para quien el hipnotismo se trataba de una suerte de
“neurosis experimental” susceptible de ser provocada en histéricos.
Lo que Freud toma de Bernheim es la concepción ideodinámica, es decir,
que una idea comunicada a través de la sugestión tiende a convertirse en un
acto, tiene efectos. En el texto, “Nota sobre el concepto de lo Inconsciente en
Psicoanálisis” (1912), Freud detalla el experimento de Bernheim de la siguiente
manera:
“En ese experimento tal como lo ha realizado Bernheim, una persona es
puesta en estado hipnótico y despertada luego. Mientras se encontraba en
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estado hipnótico, bajo el influjo del médico, le impartían la orden de ejecutar


determinada acción en un momento preciso, por ejemplo, media hora después.
Despierta, y todo indica que se ha reintegrado a su plena conciencia y a su
condición mental ordinaria, no recuerda su estado hipnótico y, pese a ello, en el
momento fijado se impone a su espíritu el impulso de hacer esto y esto otro, y
ejecuta la acción con conciencia, aunque sin saber por qué. Parece
imposible dar del fenómeno otra descripción que esta: el designio estaba
presente en el espíritu de esa persona en una forma latente o inconsciente,
hasta que llegó el momento fijado, y le devino consciente.” (p.272)
Lo que Freud distingue con este experimento es que el sujeto ejecuta un
acto, es consciente de lo que hace, pero no sabe por qué lo hace. La orden del
médico, de aquel que lleva a cabo la sugestión, permanece inconsciente, (no
conciente), pero a la vez es una idea eficaz, produce efectos, el sujeto realiza la
acción que se le ordena. Esta concepción va a resultar decisiva para Freud al
formular la noción de Inconsciente y le va a permitir arribar a una explicación
metapsicológica de los síntomas. “ La vida anímica de los pacientes histéricos
se nos muestra llena de ideas eficaces, pero inconscientes. De ellas proceden
todos los síntomas” (Freud S., 1910, “Primera Conferencia”). Cuando un sujeto
padece un síntoma, parálisis de un brazo, por ejemplo, es consciente de su
padecimiento, pero “no sabe” porqué le sucede. Se trata de reconstruir entonces,
en el dispositivo analítico, las determinaciones inconscientes de ese síntoma.
Como consecuencia de esta experiencia con Bernheim, Freud va a
efectuar un viraje del hipnotismo a la sugestión. Este pasaje supone concebir a
la sugestión como una disposición general en la condición humana, y no como
una propiedad exclusiva de algún cuadro patológico. Asimismo, rescata la
relación de la sugestión con la presencia de una acción psíquica o idea. Con
Bernheim, Freud descubre la noción de casualidad psíquica y esto le brinda una
vía privilegiada para formular su noción de Inconsciente.
El encuentro con Breuer: actuar sobre el síntoma
Entre 1880 y 1882, en el tramo final de su carrera, Freud entabla contacto
con Joseph Breuer, médico vienés, a quien asiste en el tratamiento de una
paciente histérica, nombrada en las publicaciones clínicas como “Anna O.” Se
trataba de una joven de 21 años que presentaba síntomas diversos: parálisis
rígida de pierna y brazo derechos, anestesia de miembros de modo alternado,
alteraciones de la visión, tos nerviosa, repugnancia a los alimentos, incapacidad
de beber. Padecía también de estados de ausencia y pérdida de la capacidad de
hablar. El complejo de síntomas no podía explicarse desde una causa orgánica,
y tanto Breuer como Freud advirtieron que los síntomas comenzaron en un
tiempo en el que la paciente estuvo al cuidado de su padre enfermo.
“Habíase observado que la paciente en sus estados de absence y
alteración psíquica acostumbraba murmurar algunas palabras que hacían el
efecto de ser fragmentos arrancados de un contexto que ocupaba su
pensamiento. El médico se hacía comunicar esas palabras, y sumiendo a la
enferma en una especie de hipnosis, se las repitió para incitarla a asociar algo a
ellas”. 8Freud S., 1910, “Primera Conferencia”).
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Breuer apela a la hipnosis para fundar el método catártico, a saber,


encuentra un modo de intervenir terapéuticamente sobre los síntomas en la
histeria. Parte de “esas palabras” comunicadas por la paciente para reconstruir
recuerdos que habían sido olvidados, recuerdos referidos a vivencias
traumáticas.
“Tratábase de fantasías hondamente tristes…que tomaban su punto de
partida de la situación de una muchacha junto al lecho en que yacía su padre
enfermo. Cuando la paciente había relatado de este modo cierto número de tales
fantasías, quedaba como libertada de algo que la oprimía y retornaba a la vida
psíquica normal”. (Freud S., 1910, “Primera Conferencia”).
¿Cuál es la importancia de Breuer en la fundación del Psicoanálisis? Su
aporte fundamental reside en orientar a Freud en el camino de encontrar un
modo de intervención terapéutica. En palabras de Paul Laurent Assoun, ( 2005)
“ Si bien Charcot enseñó a Freud a ver…puede decirse que Breuer le enseñará
a actuar sobre el síntoma”. Mientras que para Charcot la hipnosis era un medio
de demostración clínica, para Breuer se constituye en dispositivo terapéutico.
El “método catártico” empleado por Breuer nos remite a la idea de catarsis,
término que entraña la idea de “descarga o purificación”. Si es una vivencia
traumática la que produce los síntomas, se infiere que dicha vivencia está
“saturada de afecto”, es decir, que el sujeto soporta un estado de tensión o
intensos montos de excitación que no puede descargar, tramitar. Esos montos
de afecto se enlazan a una representación de una parte del cuerpo y producen
así los síntomas somáticos en la histeria.
El trabajo que efectúa Breuer con Ana O. procura, precisamente “liberar
esos afectos” a través del despliegue de la palabra, es decir, instándola a hablar,
para lograr así la progresiva resolución de los síntomas. La llamada “talking cure”
se constituye como ese trabajo de elaboración de “hacer consciente lo
inconsciente” de este modo primero, procurando la repetición del suceso
traumático a través del recuerdo, para desbloquear el montante de afecto
retenido.
Importancia de la etapa pre-analítica
A partir del desarrollo efectuado de los inicios de Freud, ¿ cómo articular
los aportes de Charcot, Bernheim y Breuer en el descubrimiento de lo
Inconsciente? Pues bien, si reconocemos en Freud al “Padre del Psicoanálisis”
y, en tanto tal, tiene el valor de llevar a cabo una ruptura epistemológica con la
Psicología, se trata de identificar en estos inicios aquellos elementos e
instrumentos que le permitieron abordar el psiquismo desde la estructura
invisible que da cuenta de su funcionamiento y sus efectos.
Con Charcot, Freud se encuentra con “lo real clínico”, en términos de Paul
Laurent Assoun. La clínica de la histeria le presentifica un enigma que hace
ruptura con las evidencias sensibles de la lectura neurológica, indicando allí un
padecimiento en los sujetos que es efecto de una estructura psíquica no visible.
En la Escuela de Nancy, es decisivo para Freud presenciar el experimento
de sugestión pos-hipnótica de Bernheim, en tanto descubre allí que una idea no
conciente puede provocar efectos.
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Al asistir a Breuer en su trabajo terapéutico con Ana O., el método


catártico ofrece a Freud la vía para pensar que el descubrimiento de lo
Inconsciente no es sólo un descubrimiento teórico sino también clínico y
terapéutico. Es posible entonces elaborar una teoría que de cuenta de la
estructura del psiquismo, explicando así la formación de síntomas, y a la vez
proponer una terapéutica para intervenir sobre los síntomas.
NOCION DE IDEOLOGIA Y RUPTURA EPISTEMOLOGICA
Néstor Braunstein parte de la pregunta ¿Cómo se constituye una ciencia?
para señalar diferentes posturas epistemológicas. Nos interesa,
fundamentalmente, la siguiente distinción:
➢ Postura Continuista: que encuentra su soporte en el Positivismo. Plantea que
una ciencia se constituye de modo lineal, por una continuidad entre conocimiento
sensible y objetivo. Se arriba al conocimiento científico partiendo de la
observación y experimentación, es decir, por acumulación de “hechos positivos”
(observables).

➢ Postura Discontinuista: cuyos representantes son Gastón Bachelard, Louis


Althusser, Néstor Braunstein; entre otros. Esta postura sostiene que no hay
continuidad sino ruptura entre las evidencias sensibles y el conocimiento
científico. Es posible construir ciencia si se interroga la realidad, cuestionando
las apariencias y llevando a cabo un trabajo de producción conceptual, que no
es empírico, se basa en la abstracción.

En la década del ´60, la corriente estructuralista representa un movimiento


decisivo en la Epistemología, fundamentalmente en Francia. Parte del propósito
de encontrar la estructura subyacente a los fenómenos, es decir, el conjunto de
relaciones que determinan el sentido de la actividad humana. Louis Althusser
(1918-1990) es uno de sus representantes. A partir de la lectura de Gastón
Bachelard y Karl Marx, toma ideas de estos pensadores para formular la
distinción entre ideología y ciencia.
Althusser enuncia dos sentidos de la palabra “ideología”:
➢ Sentido epistemológico: es el conjunto de representaciones que preceden
a la aparición de la ciencia, se apoyan en las evidencias aportadas por los
sentidos y constituyen un conocimiento pre-científico.

➢ Sentido político: es el conjunto de representaciones que las clases


dominantes requieren para legitimar y justificar su dominación sobre la
sociedad.

Retomando la acepción epistemológica, la ideología representa un


conocimiento aparente y encubridor, engañoso, en tanto reposa sobre lo
aparente y desconoce la estructura que produce dicha apariencia. Es un
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conocimiento intuitivo, basado en percepciones, a las que llamamos nuestro


“REAL CONCRETO”. La práctica pre-científica toma estos saberes y construye
NOCIONES, que reproducen teóricamente estas representaciones aparentes,
pero no llegan a constituir ciencia. Es posible situar como ejemplo la cosmología
aristotélica, que sostiene una concepción geocéntrica basada en apariencias
sensibles, afirmando que la Tierra es un punto fijo en torno al cual giran el Sol y
los demás astros. Otro ejemplo, más cercano a la práctica de nuestra disciplina,
es la semiología psiquiátrica, ya que parte de la observación y descripción de
signos a partir de los cuales elabora “cuadros psiquiátricos” ( “depresión”, “
melancolía”, “paranoia”, etc). Pero estos “cuadros psiquiátricos no llegan a
explicar la causación de los procesos que describen. Veremos más adelante con
los desarrollos de Néstor Braunstein, qué tiene el Psicoanálisis para decir al
respecto.
Para Althusser, la ideología puede representar un obstáculo para la ciencia,
pero es, paradójicamente, su inevitable paso previo. Una ciencia se constituye
como tal a partir de una ideología a la que critica y supera. Aquí se torna
fundamental el concepto de ruptura epistemológica enunciado por Gastón
Bachelard. Una ruptura epistemológica supone un cambio de problemática, un
punto de no retorno, un corte con las evidencias sensibles para llevar a cabo un
trabajo de producción conceptual. En esta producción conceptual no se
reproducen apariencias, se interroga a la realidad. En otros términos, se
construye el objeto formal de una ciencia, al cual se arriba por la aplicación de
instrumentos teóricos, conceptos y operaciones lógicas y no por acumulación de
datos observables.
Néstor Braunstein va a tomar los desarrollos de Althusser para fundamentar
de qué modo el Psicoanálisis representa una ruptura epistemológica con la
Psicología. La Teoría del aparato psíquico freudiana no se limita a describir
cuadros al modo de la Psiquiatría, sino que se constituye como un objeto teórico
que explica la estructura subyacente a los fenómenos (síntomas, por ejemplo).

PSICOANALISIS: RUPTURA EPISTEMOLOGICA CON LA PSICOLOGIA


Críticas a la Psicología Académica o Experimental
En su obra “Psicología, ideología y ciencia” (1982) Néstor Braunstein
afirma la cientificidad del Psicoanálisis al rescatar su valor de ruptura
epistemológica. Braunstein retoma el desarrollo althusseriano para preguntarse
cuál es la ideología a la cual el Psicoanálisis cuestiona y trasciende. A estos
fines, realiza un análisis crítico de la conciencia y la conducta, ubicando de este
modo a la Psicología Académica y/o Experimental como el saber precientífico.
➢ En relación a la Psicología de la Conciencia, su abordaje elementalista propone
describir a la conciencia como un recipiente que tiene “contenidos” y dichos
contenidos parten de evidencias sensibles: sensaciones, imágenes. La
introspección experimental como método hace detiene en estas apariencias y
procura construir la noción “conciencia” como una reproducción de lo empírico. En
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consecuencia, al plantear una continuidad entre lo sensible y lo objetivo , no puede


constituirse como conocimiento científico.

El Psicoanálisis, según la postura de Braunstein, por el contrario, hace


ruptura con las apariencias al decir que la conciencia no es el motor del
psiquismo, es solo una de las instancias que conforman el aparato psíquico.
Cuestiona la realidad empírica, la trasciende, en tanto la noción de aparato
psíquico no es tangible, es una construcción teórica. Cuestiona las apariencias
porque estas nos devuelven la idea de un sujeto plenamente consciente de sus
decires y de sus actos. El Psicoanálisis hace pie justamente en aquello que hace
“trastabillar” la consciencia. Pensemos en un lapsus, una equivocación al
hablar…hay un intangible que emerge como efecto y es el Inconsciente la
estructura subyacente que lo produce.
➢ En relación a la Psicología de la Conducta, Braunstein cuestiona lo siguiente: si
la conducta es la respuesta de un organismo a los cambios del medio, entonces
el Conductismo realiza un reduccionismo de lo cultural y lo psicológico a lo
biológico. Se detiene en las apariencias (la conducta entendida como
comportamiento observable) y obstaculiza así la investigación acerca de la
estructura invisible que determina las conductas visibles observadas.

El Psicoanálisis no desconoce las conductas o los comportamientos de


los sujetos, pero su interés se centra en aquellos actos o decires que retornan
para el sujeto como un enigma, retornan como un olvido, un acto fallido, un ritual
que se repite automáticamente sin saber por qué, etc. El acto fallido, el ritual
obsesivo, el olvido, son “lo visible”, “lo observable”. Limitarse a describir estos
fenómenos no los explica ni resuelve el enigma que representan para el sujeto.
Se trata, por el contrario, de sostener ese enigma en una situación analítica, para
descubrir las representaciones inconscientes (mociones de deseo) que retornan
en estos fenómenos. Se trata entonces, de indagar acerca de la estructura
invisible que los causa y soporta.
Luego de este análisis, Braunstein reúne los argumentos para afirmar que
la Psicología carece de cientificidad, ya que se limita a registrar hechos y
clasificarlos, desconociendo la complejidad psíquica estructural del sujeto. El
Psicoanálisis sirve de base a la Psicología, es su infraestructura, su fundamento,
ya que aporta elementos conceptuales para abordar dicha complejidad.

LA PRODUCCION TEORICO- CONCEPTUAL DEL PSICOANALISIS


“ La teoría psicoanalítica es un conjunto complejo de conceptos articulados que han
sido obtenidos a través de un trabajo teórico realizado a partir de un dispositivo experimental
específico: la situación analítica”
Braunstein Néstor, “Psicología, ideología y ciencia”,(1982) pág. 49.

Luego de enunciar que la Psicología carece de cientificidad, Braunstein


se ocupa de establecer cuáles son los instrumentos conceptuales producidos por
el Psicoanálisis, diferenciándolos claramente de las nociones ideológicas (
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nociones de conciencia y conducta para la Psicología, por ejemplo). Identifica


tres conceptos fundamentales: 1) Formaciones del Inconsciente, 2) Posición
subjetiva y 3) Aparato psíquico.
Estos conceptos son obtenidos a través de la situación analítica, que se
produce por el encuentro de un paciente con un analista, constituyéndose como
una situación científica y terapéutica al mismo tiempo. Es científica en tanto hay
un objetivo teórico, que reside justamente en la producción de conceptos. Pero
a la vez es terapéutica, en tanto el paciente demanda el alivio de sus síntomas
o encontrar la resolución a sus conflictos.
En este encuentro con un analista, el sujeto despliega su discurso y es a
partir de este discurrir discursivo que se puede realizar una producción teórico-
conceptual y una labor terapéutica. Según este doble fin, se parte de las
formaciones del inconsciente(1) para descubrir los procesos que rigen su
causación y determinan ciertas posiciones subjetivas (2), advirtiéndose así cierta
modalidad de estructuración del aparato psíquico (3).
1) Formaciones del Inconsciente: entendemos por este concepto a
aquellas manifestaciones de lo Inconsciente que se constituyen como “retorno
de lo reprimido”, a saber: síntomas, sueños, lapsus, chistes, actos fallidos. En el
discurso consciente de un sujeto que se analiza, emergen ciertos “tropiezos” que
hacen enigma, frente a los cuales el saber consciente no alcanza para explicar
o dar respuestas. Las formaciones del Inconsciente son vehículos para la
construcción de objetos teóricos no observables y desconocidos por el
analizante. En otras palabras, cuando un sujeto demanda análisis, lo hace desde
un síntoma que dice de un padecimiento, es consciente de su malestar, pero no
entiende porqué le sucede. En el trabajo analítico, el analista escuchará ese
malestar, para invitarlo al analizante a asociar libremente, es decir, invitarlo al
despliegue discursivo, para detectar en ese decir aquel “saber no sabido”
(Inconsciente) que da cuenta de mociones de deseo reprimidas que explican el
conflicto psíquico de ese sujeto, lo que ocasiona sus síntomas.
Las formaciones del inconsciente son “retornos de lo reprimido” en tanto
resultan de una transacción entre un impulso o pulsión que tiende a la
satisfacción de un deseo inconsciente y procesos de represión que se le oponen.
Esto supone una concepción dinámica del psiquismo, dice de fuerzas o
instancias psíquicas contrapuestas. Las formaciones del Inconsciente dan
cuenta de la división subjetiva y de la existencia de un conflicto psíquico. Afirmar
la división subjetiva es enunciar que todo sujeto, cuando habla, dice más de lo
que quiere decir, porque habrá algo siempre que escape a su control consciente.
Esta es la “tercera herida narcisista” a la que hace referencia Freud.
Podemos citar como ejemplo también a los sueños. Un analizante relata
en sesión un sueño, que tiene un contenido manifiesto (lo que el analizante
recuerda y relata en sesión), pero el trabajo analítico consistirá en tomar lo
manifiesto para arribar, a través de las asociaciones libres del paciente, al
contenido latente, que da cuenta de aquellas mociones de deseo reprimidas.
Cabe aclarar que por asociaciones libres se entiende el discurrir discursivo del
paciente en sesión, el analista lo invita a hablar y, como efecto, el analizante
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aporta aquellas ocurrencias espontáneas en torno al tema del cual está


hablando.
2) Posición subjetiva: este concepto remarca la singularidad de cada
sujeto en relación a lo que le sucede. Aún cuando en la teoría psicoanalítica se
mencionan tres grandes estructuras clínicas (neurosis, psicosis, perversión),
podemos afirmar que se trata de pensar, por ejemplo, la neurosis de un sujeto
en particular, atendiendo a sus marcas inconscientes y sus recursos para hacer
algo con lo que le pasa. La posición subjetiva resulta de un proceso histórico
singular de constitución subjetiva, en la cual es decisivo el modo de resolución
del Complejo de Edipo, que determinará una posición del sujeto frente a la
castración.
3) Aparato psíquico: se trata de una construcción teórica, una metáfora que
le permite a Freud arribar a la comprensión de cómo se organiza el proceso de
producción de conciencias y conductas. Freud elabora dos modelos de aparato
psíquico, a los que llama 1° Tópica (Consciente/ Preconsciente/ Inconsciente) y
2°Tópica (Yo/Ello/ Súper yo). “Tópica” proviene del griego “topoi”, que significa
“lugar”. Alude a la idea de “lugar psíquico”, “instancia psíquica” que dice de una
cierta lógica de funcionamiento, dice de una operatoria. No tiene una realidad
anatómica.
Conviene detenernos en la 1° Tópica, en la cual Freud establece la diferencia
entre 3 instancias psíquicas:
➢ Consciente (Cc): es la instancia vinculada a la percepción. Una
representación consciente es aquella que se encuentra “aquí y
ahora” en la percepción de un sujeto.

➢ Preconsciente (Prcc): es la instancia en la que se sitúan las ideas


latentes, esto es, aquellas ideas que momentáneamente no están
en la consciencia pero son susceptibles de hacerse conscientes
porque no están reprimidas.

Ambas instancias responden a una misma lógica u operatoria, que


suele entrar en conflicto con la instancia Inconsciente.

➢ Inconsciente (Icc): es la instancia en la que se sitúan las mociones


de deseo sobre las cuales operó la represión, por tratarse de
mociones de deseo incestuoso o parricida, deseos prohibidos
como fundamento de la cultura. Dichas mociones de deseo, que
remiten a la sexualidad infantil, pujan por emerger en la
consciencia, pero pueden hacerlo bajo la condición de la
desfiguración. Las formaciones del Inconsciente, en tanto
vehículos de acceso a lo Inconsciente, son efectos de esta
desfiguración, dicen de las mociones reprimidas bajo cierto disfraz
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o enmascaramiento. De otro modo, serían insoportables para el


sujeto y producirían horror.

Ahora bien, ¿cómo distinguimos la operatoria de estas instancias psíquicas?


Lo Inconsciente se rige por el principio de placer, que intenta buscar la
satisfacción de las mociones de deseo. Con respecto a los sistemas Cc/Precc,
estas instancias se rigen por el principio de realidad, que atiende a la realidad
objetiva y a las prohibiciones que fundan la cultura y operan psíquicamente bajo
el proceso de represión. El conflicto psíquico surge cuando una moción de deseo
inconsciente, de carácter incestuoso, por ejemplo, intenta emerger en la
conciencia. Es pertinente aclarar que el conflicto psíquico es constitutivo del
psiquismo, en tanto da cuenta de un interjuego entre ambos principios, principios
de placer y de realidad, en el cual uno hace de límite al otro y sólo desde este
interjuego es posible pensar la existencia humana.

A MODO DE CONCLUSION
En el recorrido del presente trabajo se tomó como pilar fundamental el
descubrimiento de lo Inconsciente, realizado por Freud, como un hecho pleno en
consecuencias, en tanto se trata de una verdadera ruptura epistemológica. Todo
el recorrido freudiano, desde sus inicios (formación con Charcot, experiencia en
la Escuela de Nancy, el encuentro con Breuer), dan cuenta del pasaje que
efectúa el médico vienés desde una mirada médica, más vinculada al Positivismo
y las Ciencias Naturales a la construcción de un modelo conceptual, abstracto,
formalizable, que trasciende las apariencias y las evidencias sensibles.
Es en este punto que Braunstein retoma la concepción althusseriana para
decir que la Psicología es pre-científica, tiene el carácter de ideología,
constituyendo el paso previo para la construcción del conocimiento científico. Y
argumenta que el Psicoanálisis es el soporte científico de la Psicología, su
infraestructura. El Psicoanálisis puede dar cuenta de la estructura subyacente a
los fenómenos que se muestran (conciencia y conducta como fenómenos
visibles). Los instrumentos conceptuales que le permiten formalizar esta
estructura subyacente son las formaciones del Inconsciente, la posición subjetiva
y el modelo de aparato psíquico.
Para finalizar, es necesario retomar lo enunciado por Louis Althusser cuando
afirma el carácter científico del Psicoanálisis. Argumenta esta cientificidad con
tres razones, arribando así a una triple caracterización del Psicoanálisis.
➢ Se trata de una práctica ( en este caso, la cura analítica)
➢ Una técnica ( el método psicoterapéutico)
➢ Una teoría (que da cuenta de la estructura que produce los
fenómenos aparentes).

En la asignatura “Introducción a la Psicología” consideramos decisivo


abordar la transmisión del Psicoanálisis no como un sistema psicológico más, ya
que no se inscribe en la lógica de la Psicología concebida como ciencia
positivista o postkantiana. Es desde su valor de ruptura epistemológica que es
Universidad Nacional de Tucumán
"2018 - año del Centenario de la Reforma Universitaria"

posible abordar su estudio y comprender los alcances y efectos del


descubrimiento de lo Inconsciente realizado por Sigmund Freud en los ámbitos
de la ciencia, la filosofía y la cultura.

PSIC. MARIA GRACIELA SIMON


Aux. Graduado Introducción a la Psicología U.N.T.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- Althusser L (1984), Ideología y aparatos ideológicos de Estado, Edit.
Nueva Visión, Bs.As.
- Assoun P.(2005), Fundamentos del Psicoanálisis, Prometeo Libros,
Argentina.
- Braunstein N.( 1982), Psicología, ideología y ciencia, Edit. Siglo XXI,
México.
- Freud S. (1904), El método psicoanalítico, en Obras Completas,
Amorrortu, Tomo VII.
- Freud S. (1910),Cinco conferencias sobre el Psicoanálisis, en Obras
Completas, Edit. Amorrortu, Tomo XI.
- Freud S.(1912),Notas sobre el concepto de lo inconciente en
Psicoanálisis, en Obras Completas, Edit. Amorrortu, Tomo XII.
- Freud S.(1925), Presentación Autobiográfica, en Obras Completas, Edit.
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- Laso E. (2000), Psicoanálisis y Epistemología, en Díaz E (Ed.) La
posciencia. El conocimiento científico en las postrimerías de la
Modernidad, Edit. Biblos, Argentina.

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