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INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGIA INDUSTRIAL

“RODOLFO LOERO ARISMENDI”


I.U.T.I.R.L.A
EXTENSION CIUDAD GUAYANA
SEDE PUERTO ORDAZ
DISEÑO GRAFICO
CUARTO SEMESTRE - NOCTURNO

EXPRESIONES ARTISTICAS A FINALES DEL SIGLO XIX E INICIOS


DEL SIGLO XX

Bachilleres:
 Aronico Vanessa C.I. 20.807.667

Puerto Ordaz, Noviembre del 2012


INDICE

Introducción 3
Movimientos artísticos del siglo XIX 4
Movimientos artísticos presentes en el siglo XIX 8
Siglo XX: Escuela de Chicago 15
El pre-modernismo. Inicios y evolución del Modernismo. 18
El Arte Moderno 21
Conclusión 23
Referencias 24

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INTRODUCCION

El surgimiento y desarrollo de los movimientos artísticos, se encuentra en


constante evolución desde el siglo XIX, la pintura ha tenido significativas técnicas
buscando nuevas formas más elaboradas, entre ellas tenemos el impresionismo,
postimpresionismo, modernismo, realismo y romanticismo.

En cuanto a nuestros movimientos artísticos contemporáneos del siglo XIX, se


pueden observar la influencia de diversas destrezas artísticas ellas son, fauvismo,
expresionismo, expresionismo abstracto, cubismo, futurismo, dadaísmo,
surrealismo y abstracción geométrica.

Las artes tienen diferentes carácter el más predominante es el religioso, por las
grandes pinturas que poseen las iglesias católicas dominantes en Europa, donde el
perfeccionamiento hace surgir nuevas formas más complejas.

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Movimientos artísticos del siglo XIX

El siglo XIX fue una época de profundas transformaciones políticas, sociales,


económicas y culturales. En Inglaterra a mediados de siglo XVIII, Revolución
Industrial, que modificó no sólo la economía, sino también la demografía, las
relaciones sociales y los hábitos y costumbres de toda una sociedad.

Desde el siglo XVIII, en la mayoría de los países europeos gobernaban


monarquías absolutistas, que se vieron sustituidas en el siglo XIX por otras formas
de gobierno en las que no sólo los monarcas, sino también la sociedad, tuviera
derecho particular en la toma de decisiones políticas. Inglaterra fue el primer
Estado que permitió a la burguesía intervenir en la política. Los principios
ideológicos y filosóficos de la Ilustración se intentaron aplicar por primera vez en
las colonias inglesas de Norteamérica y en Francia.

En cuanto a las artes plásticas, el historicismo marca a la nueva arquitectura,


que se deja influir por la añoranza al pasado, que encuentra su originalidad en el
estudio del pasado origen. Concentraba todos sus esfuerzos en recuperar la
arquitectura de tiempos pasados. Al neoclasicismo del pasado siglo le continuó el
neogótico, asociada a los ideales románticos nacionalistas. La arquitectura
ecléctica, en hace evolucionar a la historicista, combinando variedad de estilos
arquitectónicos en una nueva estructura.

El movimiento Arts & Crafts contempló la idea de aprovechar el desarrollo


industrial y tecnológico, viendo en el artesano una figura destacable. Con la
disolución de sus ideales y la dispersión de sus defensores, las ideas del
movimiento evolucionaron, en el contexto francés, hacia la estética del Art
Nouveau, considerado el último estilo del siglo XIX y el primero del siglo XX.

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El romanticismo del siglo XIX fue la antítesis del neoclasicismo. La moderación,
el racionalismo, la pública inmoralidad serán tajantemente reemplazados por el
exceso, el sentimentalismo, la búsqueda de crear una moralidad cada vez más
inalcanzable. Los ideales cimentados por Rousseau, el precursor ideológico del
romanticismo, culminarán en la Revolución francesa, que sería el punto de partida
para la creación de una nueva época. La revolución será constantemente evocada
a lo largo del siglo, junto con ideales como la libertad, la independencia y el
nacionalismo, en ese entonces perteneciente a la izquierda política. Los pilares son
el individualismo burgués, que quedaría plasmado en el subjetivismo literario; la
evasión de la realidad, en pro de la creación de una nueva sociedad mejorada; la
exaltación de la naturaleza, en la cual suponían que el Hombre estuvo exento de
dramas y dificultades.

Hacia el post-romanticismo se gestaría la idea de que la belleza del arte se


encuentra en el arte mismo: El arte por el arte. Varias corrientes se consideran
postrománticas: El parnasianismo, se caracterizaría por su ruptura con el
subjetivismo y con el exceso de sentimentalismo; el simbolismo según definió el
propio Jean Moréas es "Enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa
sensibilidad, la descripción objetiva", se encuentra impregnada de intenciones
metafísicas, misterio y misticismo; el decadentismo surge por el acto de potenciar a
Baudelaire, que buscaba la belleza en lo repugnante, busca revelarse contra la
falsa moralidad burguesa.

Otra alternativa al romanticismo fue el realismo, inspirado en los efectos


sociales del nuevo capitalismo. Es habitual el uso de la sátira, la denuncia, las
temáticas de enfermedad, suciedad, locura, pobreza, vicios y prostitución. El
realismo se potenciaría en el naturalismo, más influenciado por el materialismo, el
positivismo o el determinismo.

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La pintura del siglo XIX no estuvo exonerada del quiebre histórico con su
historia. Tampoco lo estuvo de la multitud de corrientes de filosofía del arte.
También se dejó influenciar por el fenómeno político francés, la ruptura con el
tradicional artista que muestra lo que la monarquía y su aristocracia pretenden. El
mundo no está en orden, y eso pretende mostrar el nuevo arte, al mismo tiempo
que propone un nuevo orden: El Romanticismo. Allí donde el neoclasicismo
propone una belleza ideal, el racionalismo, la virtud, la línea, el culto a la
Antigüedad clásica y al Mediterráneo, el romanticismo se opone y promueve el
corazón, la pasión, lo irracional, lo imaginario, el desorden, la exaltación, el color, la
pincelada y el culto a la Edad Media y a las mitologías de Europa del norte.

Hacia mediados de siglo hay una vuelta, en cierta forma, al racionalismo como
fuente de inspiración. El notorio desarrollo industrial provocado por la Revolución
industrial, sus «efectos secundarios» y la frustración con los estímulos
revolucionarios de 1848 llevan al artista a olvidarse del tema político y a centrarse
en el tema social. El manifiesto realista comprende que la única fuente de
inspiración en el arte es la realidad, no existe ningún tipo de belleza preconcebida
más allá de la que suministra la realidad, y el artista lo que debe hacer es
reproducir esta realidad sin embellecerla.

Los pintores paisajistas ingleses del romanticismo afianzarían las bases sobre
las que más adelante trabajarían los impresionistas. De Turner los impresionistas
tomarían su gusto por la fugacidad, sus superficies borrosas y vaporosas, el
difuminado y la mezcla de colores intensos; pero desecharían el componente
sublime, propio de la pintura romántica.

Hacia finales de siglo y comienzo del siglo XX se podía ver una gran variedad
de vanguardias. El punto máximo del individualismo implicaba que cada artista
debía promover su propia vanguardia, que afirmaba, de carácter universal y
verdadero. El postimpresionismo, el puntillismo, el simbolismo pictórico, el
expresionismo, el cubismo, el fauvismo, el surrealismo, el futurismo darían cuenta

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de una sociedad que vive en la revolución por la revolución, la vanguardia por la
vanguardia, la universalidad por la universalidad. Una sociedad donde los plazos
son cada vez más pequeños, el ritmo cada vez más rápido.

Aunque rompió con la moderación armónica, el Romanticismo no


necesariamente funcionó como antítesis del clasicismo. Beethoven (1770-1827),
que significó un nexo entre ambos estilos, desarrolló principios heredados de
Haydn en término de contraste, al mismo tiempo que extendió temporalmente la
forma sonata. Se retomó la tonalidad cromática ampliándola y llegando al extremo,
en el Post-romanticismo, de suspenderla o creando tonalidad errante generalizada.
También fue ampliado el tamaño de la orquesta llegando a extremos utópicos
como el de Berlioz. En este siglo se gestaría el culto al pasado, particularmente a
Bach y el barroco, por lo que se daría inicio a la interpretación como nueva rama.
Hacia mediados de siglo también sería importante el papel del nacionalismo como
búsqueda estética.

Hacia fin de siglo se gestaría el impresionismo, que buscaría su expresión en la


ruptura con la tonalidad, buscando en la modalidad como forma búsqueda
arcaizante. También se inspiraría en músicas "exóticas", particularmente en la
música de gamelán. Rompería con el contraste en favor de la homogeneidad
incluso hasta llegar al concepto de música funcional, como es el caso de la pieza
experimental de Erik Costome "Musique d'ameublement".

Mientras que el modalismo y escalismo del Impresionismo influenciarían más


tarde a los compositores modernistas, el interés por la música con mínimos
contrastes influenciaría al Minimalismo. El cromatismo postromántico, por el
contrario, ejercería más influencia en el Expresionismo, que desarrollaría el
atonalismo Libre y posteriormente el Dodecafonismo.

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Movimientos artísticos presentes en el siglo XIX

Impresionismo

Aunque el término Impresionismo se aplica en diferentes artes como música y


literatura, su vertiente más conocida, y aquélla que fue la precursora, es la pintura
impresionista. El movimiento plástico impresionista se desarrolló a partir de la
segunda mitad del siglo XIX en Europa –principalmente en Francia- caracterizado,
a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz (la "impresión" visual) y el
instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus
antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintarán el momento
de luz, más allá de las formas que subyacen bajo éste. El movimiento fue
bautizado por la crítica como Impresionismo con ironía y escepticismo respecto al
cuadro de Monet "Impresión: sol naciente". Siendo diametralmente opuesto a la
pintura metafísica, su importancia es clave en el desarrollo del arte posterior,
especialmente del postimpresionismo y las vanguardias.

Si hay un autor clave entre los precursores del movimiento impresionista, éste
es Édouard Manet. Dos trabajos son esenciales en la comprensión de su influencia
sobre el grupo.

Postimpresionismo

Este término se aplica a los estilos pictóricos de finales del siglo XIX y principios
del XX - tras el impresionismo. Fue acuñado por el crítico británico Roger Fry en
1910, con motivo de la exposición celebrada en Londres de pinturas de Paul
Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh. Este término era sólo una extensión
del impresionismo como un rechazo a sus limitaciones. Los post-impresionistas
continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura,

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pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción
y expresión a su pintura.

Aunque los post-impresionistas basaron su obra en el uso del color


experimentado por los impresionistas, reaccionaron contra el deseo de reflejar
fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo. Seurat,
denominado neo-impresionista por sus criterios más próximos al impresionismo,
inventó una técnica denominada puntillismo, cuyo ejemplo más destacado es el
cuadro Un domingo de verano en la Grande Jatte (1884-1886, Instituto de Arte de
Chicago).

La obra de Cézanne, Gauguin y Van Gogh se caracterizó por un uso expresivo


del color y una mayor libertad formal. Cézanne se interesó por resaltar las
cualidades materiales de la pintura, representando seres vivos y paisajes,
volúmenes y relaciones entre superficies, como en Pinos y rocas (1895-1898,
Museo de Arte Moderno, Nueva York). Su interés por las formas geométricas y la
luz prismática inherente en la percepción de la naturaleza anticipó los
experimentos del cubismo.

Gauguin, en un intento por conseguir la capacidad comunicadora del arte


popular, se centró en la representación a base de superficies planas y decorativas,
como se aprecia en la obra Calvario bretón (1889, Palacio de Bellas Artes,
Bruselas).

Van Gogh, por su parte, se aproximó a la naturaleza con vigorosas pinceladas


coloristas, evocadoras de las emociones internas del artista. Su experimentación
subjetiva, ejemplificada en Noche estrellada (1889, Museo de Arte Moderno de
Nueva York), preludió el expresionismo. Henri de Toulouse-Lautrec estuvo
fuertemente influido por las composiciones lineales de los grabados japoneses, y
su obra se caracterizó por los intensos grabados de contorno y los colores planos.

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Otros movimientos artísticos posteriores, como el cubismo, el expresionismo, el
fauvismo, el surrealismo y el futurismo, presentaron algunas de las características
de la pintura impresionista: la libertad expresiva del artista y el énfasis en el
concepto abstracto del arte.

Naturalismo

El naturalismo es un estilo artístico, sobre todo literario, basado en una


objetividad sexual y documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes
como los más vulgares. Su máximo representante, teorizador e impulsor fue el
periodista Émile Zola que expuso esta teoría en el prólogo a su novela Thérèse
Raquin y sobre todo en Le roman expérimental (1880). Desde Francia, el
Naturalismo se extendió a toda Europa en el curso de los veinte años siguientes
adaptándose a las distintas literaturas nacionales. El naturalismo presenta al ser
humano sin albedrío, determinado por la herencia genética y el medio en que vive.
Se considera que el Naturalismo es una evolución del Realismo. De hecho, la
mayoría de los autores realistas evolucionó hacia esta corriente materialista, si bien
otros orientaron su descripción de la realidad hacia el interior del personaje
llegando a la novela psicológica.

El Naturalismo, al igual que el Realismo, refuta el Romanticismo rechazando la


evasión y volviendo la mirada a la realidad más cercana, material y cotidiana, pero,
lejos de conformarse con la descripción de la mesocracia burguesa y su
mentalidad individualista y materialista, extiende su mirada a las clases más
desfavorecidas de la sociedad y pretende explicar los males de la sociedad de
forma determinista. El Naturalismo tenía como objetivo explicar los
comportamientos del ser humano. El novelista del Naturalismo pretende interpretar
la vida mediante la descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen
la conducta humana. El Naturalismo surge en París; Zola fue el iniciador del
movimiento Naturalista, al decidir romper con el romanticismo, crea este
movimiento literario; siendo considerado el maestro de este movimiento junto con

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Gustave Flaubert. En sus obras más importantes describirían de manera cruda y
realista el contexto social de París, el lugar de inicio del movimiento.

Primitivismo

El primitivismo se expresa a través de la sensibilidad del artista y del lenguaje


de la pintura. El movimiento intenta condensar las pulsiones del espíritu que llevan
a crear y las manifestaciones más libres de la imaginación. El camino de la
autenticidad artística se buscará en el arte africano o en las manifestaciones de
culturas remotas y en el arte popular. Los agentes que sirven como punto de
referencia son aquellos no traspasados por la historia del Occidente, los pueblos
ágrafos no europeos, los niños y a menudo los locos. Porque ellos pintan, dibujan o
esculpen atendiendo a una necesidad básica, lejos de consideraciones, discursos y
retóricas históricas. Se busca, pues, la autenticidad y la sinceridad del mensaje
artístico. “Picasso y otros muchos se servirán de lo primitivo, de aquellas obras de
arte nacidas de la espontaneidad como fin para el lenguaje artístico.

La expresividad de las máscaras africanas, por ejemplo, hace que no sean sólo
esculturas, sino que tras ellas exista todo un universo mítico, todo un universo de
pulsiones, pasiones, miedos y diversiones, de formas-fetiche cuya finalidad es
mágica. El arte negro se concibe, por norma general, como exorcizador de los
espíritus que pueden ensañarse con el hombre. Se utilizan contra fetiches ante
aquellas fuerzas desconocidas y no aprehensibles que pueden amenazar la
existencia del hombre. Por ello, estas figuras deben servir de constante antídoto y
freno, y no representan a nadie ni nada concreto, sino que su poder es más bien
sugestivo y catalizador. La presencia de estas figuras armoniza la materia con la
que están hechas, su forma y su significado. En sí condensan numerosas
naturalezas, la mítica, la material y la espiritual. En la convicción e integridad
espiritual del arte africano, Picasso y sus correligionarios no sólo reconocen una
alternativa a la fragmentación y al vacío interior del arte europeo del siglo XIX, sino
también un valor artístico al que atribuyen un significado universal. El carácter

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primigenio e indivisible del mensaje artístico se convierte en la escala vinculante y
en el ideal conductor de la modernidad”.

Realismo

El Realismo fue un movimiento artístico y literario cuyo propósito fundamental


consistió en la representación objetiva de la realidad, basándose en la observación
de los aspectos cotidianos que brindaba la vida que para ese momento estaba en
esa época.

Esa exigencia de contemporaneidad, ajena a evocaciones o fantasías de corte


romántico, posibilitaron a los artistas realistas un amplio campo de representación,
tanto en la temática como en su intencionalidad. Precedido por el Romanticismo y
seguido por el Simbolismo y por el Impresionismo, el Realismo no se reveló en
Europa con igual intensidad ni tampoco de modo simultáneo. Su apogeo puede
situarse entre 1840 y 1880, sin perjuicio de que en algunos países su práctica se
prolongara durante el primer cuarto del siglo XX.

La aparición y desarrollo del Realismo fue fruto de la agitada situación política


que protagonizó Francia a raíz del derrocamiento de la monarquía burguesa de
Luis Felipe y de la proclamación de la II República en 1848 y, veinte años más
tarde, en 1871, tras el advenimiento de la Comuna, de la proclamación de la III
República. Es a lo largo de esos años cuando surgen los movimientos obreros y
proletarios que, avalados por las teorías de Marx y Engels, se inspiran en nuevos
sentimientos sociales y en nuevas ideas políticas, cuya influencia también se
dejaría sentir en el mundo artístico.

El Realismo comenzaría, efectivamente, como un movimiento del proletariado


artístico. La representación del pueblo sin idealismos, es decir, tal como era
objetivamente, encerraba un cierto mensaje sociopolítico. Así lo ratificó Courbet,
uno de los padres del Realismo, cuando en 1851 expresara sin ambages que "yo

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no soy sólo socialista, sino también demócrata y republicano partidario de la
Revolución; en una palabra y sobre todo, un realista, es decir, un amigo sincero de
la auténtica verdad".

Esa veracidad del Realismo fue entonces duramente criticada, acusándole de


recrearse en lo feo y en lo vulgar, en lo morboso e, incluso, en lo obsceno. Se
quiso ver, ante todo y sobre todo, que la representación de, por ejemplo,
campesinos, o sea, de trabajadores vulgares, comportaba una protesta y, en
definitiva, un ataque a la sociedad existente.

En ese compromiso con lo social, el Realismo dio paso a temas que hasta
entonces se habían ignorado, elevando a la categoría de protagonistas de sus
obras a tipos humanos que nunca tuvieron el honor de ser representados.
Campesinos, picapedreros, ferroviarios, lavanderas, mineros, etc., fueron fuente de
inspiración para los creadores realistas. Unos protagonistas que figuraban tanto en
los lienzos como en los relatos literarios y cuyo concurso se revelaban no como un
simple complemento pintoresco, sino que también se hacían como especies de
figuras centrales.

La contemporaneidad fue uno de los elementos esenciales del Realismo. Sus


defensores sostenían que el único tema válido para el artista del momento era el
mundo coetáneo. El propio Courbet manifestaría que "cada época debe tener sus
artistas que la expresen y reproduzcan para el futuro".

No extraña, pues, que el desarrollo del Realismo estuviera vinculado a la serie


de avances tecnológicos surgidos en el marco de la entonces incipiente revolución
industrial. Recuérdese que, en 1830, se inauguraría el primer tren de viajeros,
recorriendo el trayecto Liverpool-Manchester a la velocidad de 22 km/h; que, diez
años más tarde, París se convertiría en el nudo de una importante red ferroviaria;
que, al mismo tiempo, la invención de la hélice y de los navíos de construcción
metálica intensificarían la creación de líneas transatlánticas, y que, entre 1835 y

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1855, tendría lugar la aparición y auge progresivo del telégrafo, el teléfono y el
sello de correos, así como del periodismo ilustrado.

Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en el Reino


Unido y Alemania a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra
el racionalismo de la Ilustración y el Neoclasicismo, dándole importancia al
sentimiento. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición
neoclasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica
es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es
incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir
la naturaleza, la vida y al hombre mismo es que se presenta de manera distinta y
particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación se
desarrollan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.

Arquitectura

Todo el siglo XIX asistirá a una serie de crisis estéticas que se traducen en los
movimientos llamados historicistas: bien por el hecho de que las innovaciones
tecnológicas no encuentren en aquella contemporaneidad una manifestación
formal adecuada, bien por diversas razones culturales y contextos específicos, los
arquitectos del periodo veían en la copia de la arquitectura del pasado y en el
estudio de sus cánones y tratados un lenguaje estético legítimo.

El primero de estos movimientos fue el ya citado Neoclásico, pero también va a


manifestarse en la arquitectura neogótica inglesa, profundamente asociada a los
ideales románticos nacionalistas. Los esfuerzos historicistas que tuvieron lugar
principalmente en Alemania, Francia e Inglaterra por razones ideológicas, vendrían
más tarde a transformarse en un mero conjunto de repertorios formales y

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tipológicos diversos, que evolucionarían hacia el Eclecticismo, considerado por
muchos como el más decadente y formalista de entre todos los estilos historicistas.

La primera tentativa de respuesta a la cuestión tradición x industrialización (o


entre las artes y los oficios) se dio con el pensamiento de los románticos John
Ruskin y William Morris, proponentes de un movimiento estético que fue conocido
justamente con el nombre de Arts & Crafts (cuya traducción literal es "artes y
oficios"). El movimiento propuso la investigación formal aplicada a las nuevas
posibilidades industriales, viendo en el artesano una figura a destacar: para ellos,
el artesano no debería extinguirse a causa de la industria, sino hacerse su agente
transformador, su principal elemento de producción. Con la disolución de sus
ideales y la dispersión de sus defensores, las ideas del movimiento evolucionaron,
en el contexto francés, hacia la estética del Art Nouveau, considerado el último
estilo del siglo XIX y el primero del siglo XX.

Siglo XX: Escuela de Chicago

La escuela de Chicago fue un estilo arquitectónico surgido a finales del siglo


XIX y principios del XX en la ciudad de Chicago. Fue pionero en la introducción de
nuevos materiales y técnicas para la construcción de grandes edificios
comerciales.

Ésta surge en un contexto, en la que la ciudad es más próspera, aumenta


considerablemente el nivel demográfico, lo que supone que el urbanismo
adquiriera una relevancia máxima. Sin embargo, en 1871 un incendio devastó la
ciudad de Chicago. Era la ciudad más dinámica de EEUU y la industria su motor. El
planteamiento de las autoridades fue hacer una “ciudad nueva” que fuese
agradable para los vecinos y un emblema del poderío norteamericano. Así,
aparecerán en los años 80 los primeros rascacielos (de unos 15 pisos) en el
“centro financiero”. Paralelamente al surgimiento de los rascacielos, aparecerán los
primeros ascensores eléctricos. La Escuela de Chicago está integrada por un

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conjunto de arquitectos que proponen soluciones similares entre ellos: estructuras
metálicas revestidas según la función del edificio, ventanas que podían variar de
tamaño cuando se deseara y la eliminación, en muchos casos, de los muros de
carga. Dejan de realizarse edificios con muros únicamente de piedra (y de gran
grosor) y dominarán el panorama las estructuras de hierro recubiertas. Otra
innovación serán las ventanas corridas que ocuparán la mayor parte de las
fachadas de los edificios, esto dará lugar a lo que más adelante se llamará 'muro
cortina'.

Las teorías más novedosas sobre el urbanismo y la sociología urbana se


desarrollarán aquí, en Chicago. En 1893 se celebra la Exposición Universal por lo
que fue un escaparate impresionante, pero las clases dirigentes, inmediatamente,
se pusieron a copiar el modernismo europeo.

El pragmatismo norteamericano está presente en la mente de los arquitectos a


la hora de acometer las necesidades de la nueva urbe. También el sentido de la
“economía” por lo que los nuevos materiales (ignífugos, además), y el enorme
avance técnico de la Revolución Industrial; el acortamiento de los tiempos en la
construcción; y la construcción en vertical para exprimir el precio del suelo, estarán
presentes en el planeamiento y en la construcción. Y como no hay una tradición
artística propia, la ruptura está servida. Después de 1900 será Nueva York el
nuevo centro.

Los principales arquitectos de la “escuela de Chicago” son:

 W. LeBaron Jenney (1832-1907) Iniciador de la escuela y primer constructor


de rascacielos. También fue el primero en sustituir los muros exteriores por
estructuras metálicas, con lo que pudo abrir grandes ventanales. Su
preocupación fundamental será la funcionalidad, más que la estética. Sin
embargo intenta equilibrar las líneas horizontales y verticales.

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 H.H. Richardson (1838-1886). Es discípulo del francés Labrouste y eso se
nota en que “pesa” el historicismo europeo. También es menos atrevido en
el uso de los nuevos materiales.
 Daniel Burnham (1846-1912). Bajo su dirección se construyeron famosos
edificios entre los cuales la Union Station es uno de los más conocidos.
Burham participó en diversos planes urbanísticos en especial el de la ciudad
de Chicago.
 Louis Henri Sullivan (1856-1924) bostoniano, formado en arquitectura en el
Instituto Tecnológico de Massachusetts (el MIT). Entre 1874 y 1876 estudia
en la Escuela de Bellas Artes de Paris y de regreso a Chicago es contratado
en el estudio de Dankmar Adler (otro famoso arquitecto de Chicago) con el
que se asociará en 1881 para formar el estudio Adler & Sullivan. Es el que
realizó una obra más intensa y quien más y mejor estudió la forma del
rascacielos inicial: planta baja alta para uso comercial; resto de plantas para
oficinas: predominio de lo horizontal abajo, y lo vertical arriba.

Características de esta arquitectura:

 Uso masivo de los nuevos materiales: hormigón armado, hierro, vidrio y


cerámica vidriada en la fachada. La estructura metálica de los edificios
permite levantar pisos de forma modular y repetitiva.
 El espacio se subordina a la función y ésa se impone sobre la forma del
edificio por lo que desaparece la decoración.
 La construcción en altura, a la que se incorpora el ascensor, la
electricidad y el teléfono.
 Las habitaciones se piensan “polivalentes” para que puedan cumplir
diversas y cambiantes funciones.
 Arquitectos e ingenieros trabajan de la mano y asociados en equipos de
despacho (estudios) sin ningún problema.
 Uso del pilar de hormigón como soporte o cimiento. Será la solución al
desafío de construir sobre un suelo arenoso y fangoso.

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 Ventanas extendidas horizontalmente por toda la fachada (con las
dimensiones que se desee, dado que ya no serán necesarios los
llamados muros de carga):
 Posible eliminación de los muros de carga (gracias a esta estructura
metálica)
 Con respecto al exterior, se suprimen los elementos decorativos (tan
habituales en la arquitectura artística de finales del siglo XIX). Se
apuesta por superficies lisas y acristadas. Predominan las líneas
horizontales y verticales.
 Atractivas fachadas de mampostería.

El pre-modernismo. Inicios y evolución del Modernismo.

El pre-modernismo, actualmente llamado “Inicios de la edad Moderna” en esta


los pintores representaban el mundo tal y como se presentaba al ojo humano.

El cambio del arte pre-moderno al de la modernidad, estuvo marcado porque los


rasgos representacionales fueron secundarios en la modernidad, mientras que
habían sido fundamentales en el arte pre-modernista.

Se ha calificado como pre-modernista la decoración mural del castillo francés de


Roquetaillade, restaurado por Eugène Viollet-le-Duc en la década de 1850. Aunque
su propósito era producir una recreación neogótica, lo que se obtuvo fueron unos
frescos con un estilo germinal modernista de movimientos orgánicos, colores y
formas de una gracia innovadora.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX se fue intensificando la tendencia,


visible en movimientos innovadores británicos como los Arts and Crafts de William
Morris o la Hermandad Prerrafaelita. Los patrones del diseño de la arquitectura
victoriana derivaron hacia formas flotantes libres, especialmente en el hierro forjado

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que se deja a la vista, se exhibe con profusión y se aprovecha más allá de su
función arquitectónica; o en el uso de grandes piezas de cristal de forma irregular
(vitraux). Algo similar ocurría en los diseños textiles florales.

El primer diseño identificado inequívocamente con el nuevo estilo es la cubierta


de un libro de 1883 dedicado a las iglesias de Christopher Wren, del diseñador y
arquitecto Arthur Mackmurdo.

En 1888 Charles R. Ashbee fundó la Guild and School of Handicraft de


Whitechapel en Toynbee Hall (este de Londres), dedicada a la decoración integral
de interiores (forja, joyería, esmalte y mobiliario). Tras cerrar en 1897 la Kelmscott
Press de William Morris, Ashbee aprovechó la experiencia de muchos de sus
trabajadores para ampliar su actividad al sector de la imprenta (Essex House
Press). La Guild se trasladó en 1902 a Chipping Camden (Gloucestershire), donde
decae hasta su cierre en 1908.

La libertad vindicada en la década de 1890 por los grupos de artistas


denominados «secesión» aparecidos sucesivamente en varias ciudades europeas
(París - el Salon du Champs de Mars de 1890, escindido de la Société des Artistes
Français-, Múnich -la Münchner Secession, escindida de la Münchner
Künstlergenossenschaft, 1892-, Viena -la Wiener Secession escindida de la
Vereinigung Bildender Künstler Österreich en 1897-, Berlín -la Berliner Secession
escindida de la Große Berliner Kunstausstellung, 1898-8 ) dio sustento ideológico y
visibilidad pública al movimiento.

Entre 1892 y 1893 Victor Horta construye la Casa Tassel. Su taller de Bruselas
se convierte en un centro difusor de la nueva estética en arquitectura y diseño.

El 1 de enero de 1895 un cartel publicitario difundido por las calles de París


representó la aceptación popular del art Nouveau en las artes plásticas: era de
Alfons Mucha y representaba a la actriz Sarah Bernhardt en Gismonda.

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En 1896 comenzó a publicarse en Múnich la revista Jugend («juventud»), que
dio nombre al estilo en Alemania (Jugendstil).

En 1897 se inauguró el nuevo edificio de Charles Rennie Mackintosh para la


Glasgow School of Art. Un grupo de artistas de esa ciudad, liderados por
Mackintosh e identificados con el movimiento modernista, se conocerá como
Escuela de Glasgow.

Entre 1897 y 1903 funcionó en Barcelona el local Els Quatre Gats, punto de
encuentro del modernismo catalán (allí expuso por primera vez Picasso, en febrero
y julio de 1900).

La Exposición Universal de París (1900) significó un hito destacado. Fueron


especialmente impactantes las instalaciones coordinadas (en diseño y color) de
obras de arte junto a muebles y tapices, expuestas por iniciativa de la Maison de
l'Art Nouveau («Casa del Arte Nuevo»), una galería de arte abierta cinco años
antes (1895) en París por el marchante alemán Samuel Bing. Al igual que ésta,
otras casas comerciales, como la londinense Liberty & Co. (Arthur Lasenby Liberty)
y la neoyorquina Tiffany's (Louis Comfort Tiffany), se identificaron tan
estrechamente con la nueva estética que sus nombres se utilizaron también como
denominaciones de la misma.

El modernismo alcanzó su apogeo en la Prima Esposizione Internazionale


d'Arte Decorativa Moderna («Primera Exposición Internacional del Arte Decorativo
Moderno») de 1902 en Turín, donde expusieron diseñadores de todos los países
europeos.

Hacia la época de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la naturaleza


altamente decorativa del diseño modernista ya había comenzado a ser
abandonada en favor de trazos más simples y rectilíneos, más en armonía con la

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estética plana y el menor coste de los diseños industriales. Hacia los años veinte
esa tendencia se concretaría en una nueva etiqueta denominativa: el Art Decó.

El arte Moderno

Arte moderno es un término propio de distintos ámbitos del mundo del que
pretende diferenciar una parte de la producción artística, que se identificaría con un
determinado concepto de modernidad por oposición al denominado arte
académico. Este representaría la tradición: mientras que el arte moderno
representaría la experimentación.

Se define por tanto al arte moderno como irracionalismo en su forma más


amplia. No obstante, podemos decir que el irracionalismo es una condición
necesaria del arte, y que está presente en todas las expresiones artísticas de la
humanidad, por lo que no puede considerarse como algo característico peculiar del
arte moderno.

Pero teniendo en cuenta que el arte moderno es el más artístico, el más puro
como arte, “el arte por el arte”, se entiende en qué sentido la definición anterior es
cierta; porque debe verse en el arte moderno el más puro, el más absoluto
irracionalismo estético que ha conocido la humanidad.

Las expresiones "arte moderno" y "arte contemporáneo" se utilizan muy a


menudo de forma totalmente intercambiable, incluso en la bibliografía
especializada y el entorno institucional, mientras que en otras ocasiones, en los
mismos ámbitos, se utilizan en oposición, reservando para el "arte moderno" un
periodo indefinido, que puede ir desde distintos momentos del siglo XIX hasta
distintos momentos del siglo XX.

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El arte moderno, como innovación frente a la tradición artística del arte
occidental, representa una nueva forma de entender la teoría y la función del arte,
en que el valor dominante de las llamadas artes figurativas ya no es la imitación de
la naturaleza o su representación literal. La invención de la fotografía había
convertido esta función artística, hasta entonces esencial, en algo accesorio,
cuando no obsoleto. En su lugar, los artistas comenzaron a experimentar con
nuevos puntos de vista, con nuevas ideas sobre la naturaleza, materiales y
funciones artísticas, llegando incluso a la abstracción. La Revolución Industrial no
sólo trajo las innovaciones técnicas que permitieron la arquitectura del hierro y del
cristal, sino que cambió para siempre las relaciones productivas y sociales, y con
ellas, la posición del artista frente a su cliente.

En su origen, dada su naturaleza reactiva, el arte moderno es un fenómeno


exclusivamente europeo, aunque en algunas ocasiones se planteaba la necesidad
de búsqueda de tradiciones alternativas fuera del arte occidental.

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CONCLUSION

Es muy difícil encontrar algún rasgo definitorio del siglo XIX que se mantenga
en el tiempo hasta la entrada del siglo XX. Si se comparan las formas de vida, la
mentalidad, las ideologías o los medios técnicos de 1800 con los de 1900, las
diferencias son mucho más grandes que las que podrían encontrarse entre los
comienzos y el final de la Edad Media, a pesar de los ocho siglos que abarca este
periodo. De todos modos el fenómeno más transcendental y renovador del siglo
fue la Revolución Industrial.

Del siglo XIX puede decirse que es el siglo de la Revolución Industrial, pero ésta
debe entenderse, simultáneamente, como causa y como efecto de otros muchos
cambios, hasta el punto de que casi nada de lo que inicialmente la impulsó y de lo
que fue impulsado por ella puede reconocerse al final de la centuria. Así pues, el
siglo XIX está mejor definido como un periodo de constantes cambios, que fue
poco a poco perfilando lo que habría de ser el siglo XX.

La historia europea del siglo XIX difiere mucho de unos países a otros, pero en
casi todos ellos se pueden establecer unas líneas de cambio que se manifestaron
con mayor o menor intensidad y que fueron las que habían de perfilar la futura
historia de la Europa del siglo XX y, en gran medida, del mundo actual.

En cierto modo, una de las características definitorias del siglo XIX es,
precisamente, la aparición de factores históricos en constante evolución. Por otro
lado, la mayor parte de esas líneas de cambio se generaron a partir de fuerzas
opuestas, de cuyo enfrentamiento surgió la evolución histórica y artística.

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REFERENCIAS

 Historia del Arte del Siglo XIX - Wikipedia, La enciclopedia Libre.


Recuperado el 22 de Noviembre del 2012 de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_Arte_del_siglo_XIX

 Historia de la arquitectura - Wikipedia, La enciclopedia libre. Recuperado el


22 de Noviembre del 2012 de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_Arquitectura#Siglo_XIX

 Andrea Agulló Gómez. Arte del siglo XIX – Arte Virtual. Recuperado el 22 de
Noviembre del 2012 de: http://www.alu.ua.es/a/aag43/artesiglo.htm

 Siglo XIX - Wikipedia, La enciclopedia Libre. Recuperado el 22 de


noviembre del 2012 de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_XIX#Hacia_la_vanguardia:_el_arte

 Modernismo – Wikipedia, La enciclopedia libre. Recuperado el 23 de


Noviembre de 2012 de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Modernismo_(arte)

 Escuela de Chicago – Arqhys. Recuperado el 23 de Noviembre del 2012 de:


http://www.arqhys.com/arquitectura/chicago-escuela.html

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