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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior

Universidad Nororiental Privada Gran Mariscal de Ayacucho

Escuela de Derecho

Cátedra: Derecho Romano

1er Semestre Sección 1

Patria Potestad
Y
Adopción en el Derecho Romano

Profesora: Alumnos:

Maribel Maestre Arias Génesis C.I 27.438.965

Afonso Bruce Eduardo C.I 27.940.433

Machado Hever C.I 27.115.10

Nairileth Maghalaes C.I 28.162.364

Martinez Ashley C.I 28.628.376

Mata David C.I 27.438.396

Noto Guissepe C.I 26.249.794

Odreman Hugo C.I 27.514.194

Jaspe Moises C.I 25.849.151

Diaz Luisa C.I 27.731.964


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Índice:
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 3

Patria Potestad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Pág. 4

Poderes del Pater familias………………………………………………………Pág.4

Capacidad jurídica de los Sui juris y Aliene juris …………………………..Pág.5

Efectos de la Patria Potestad personales y patrimoniales


…………………………………………………………………………………………Pág.8

Los Peculios y sus clases……………………………………………………….Pág.9

Modos mediante los cuales un aliene juris se convierte en sui


juris……………………………………………………………………………….....Pág.11

Adopción, Legitimación, Emancipación, tutela


………………………………………………………………………………………..Pág.11

Formalidades previas al ejercicios del cargo, acciones, extinción


………………………………………………………………………………….....…Pág.23

Conclusión………………………………………………………………………...Pág.25

Anexos………………………………………….…………………………………..Pág.26

Bibliografía…………………………………………………………………………Pág.28

Citas…………………………………………………………………………………Pág.29
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Introducción
La familia es la institución fundamental de la sociedad sea en la época romana
como en la contemporánea de ella se derivan ciertas relaciones, algunas de las
cuales han desaparecido con el paso de los años y otras se han mantenido.
Antiguamente en el núcleo familiar romano la mujer no tenía ningún tipo de
derechos solo se le imponían deberes, la relación padre-hijo no era una relación
familiar como la conocemos hoy en día facultada recíprocamente con derechos y
obligaciones sino que se asemejaba a la relación del patrono con sus esclavos
donde el páter familia es decir, el padre de familia podía gestionar y cambiar la
vida de sus familiares a su opinión, podía vender o matar a sus hijos decidir si
eran merecedores de un castigo físico, entre otros. Y los límites de su potestad se
extendían hasta las esposas de sus hijos e inclusive a sus nietos bajo las mismas
condiciones expuestas. De la familia romana y derivados se expondrá puntos
como su legitimación, emancipación, efectos, causas, características y adopción,
mostrando las diferencias y semejanzas antiguas tanto como las actuales.
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Patria Potestad
-Es el poder que tiene el jefe de familia sobre los sus miembros, es una institución
del Derecho Civil que solo puede de ejercer el ciudadano romano sobre sus
descendientes que también son ciudadanos romanos.

Poderes del Páter familiae

-El Páter familias era el ciudadano independiente, homo sui iuris, bajo cuyo control
estaban todos los bienes y personas que pertenecían a la casa; la persona física
que tenía atribuida la plena capacidad jurídica para obrar según su voluntad, sui
iuris, y ejercer la patria potestas, la manus, la dominica potestas y el
mancipium sobre, respectivamente, los hijos y resto de personas alieni iuris que
estaban sujetos a la voluntad, sobre la mujer casada, los esclavos y otros
hombres.

El concepto anudado a la capacidad jurídica (caput) consistía en la posesión de


los tres estados (status) de libertad, de ciudad libre, ciudadano y cada persona
física que gozaba de los tres estados civiles, con plena capacidad jurídica y de
obrar, libre, ciudadano y jefe de familia.

Poderes del Páter familiae

El poder del Páter familiae era llamado patria potestas —patria potestad en
español—. La potestas (potestad o poder) es distinta de la auctoritas, que
también es tenida por el Páter. Bajo la Ley de las XII Tablas, el Páter familias
tenía vitae necisque potestas (poder de vida o muerte) sobre sus hijos, su
esposa y sus esclavos, de todos los cuales se decía que estaban sub manu —
bajo su mano—.

Para que un esclavo se convirtiera en un ciudadano libre, tenía que ser liberado
«fuera de la mano» del Páter familias, de ahí los términos manumissio y
emancipatio. Por ley, en cualquier circunstancia, su palabra era absoluta y final.
Si un hijo no era querido, bajo la ley de la República Romana tenía el poder o
potestad para ordenar la muerte del niño por exposición.

También tenía el poder para vender a sus hijos como esclavos; la ley romana
preveía, sin embargo, que si un hijo era vendido como un esclavo tres veces,
dejaba de estar sujeto a la patria potestas y el poder de aprobar o rechazar
matrimonios de sus hijos e hijas; sin embargo, un edicto del emperador romano
Augusto «proveía» que el Páter familiae no pudiera negar ese permiso levemente.
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Solo un ciudadano romano disfrutaba del status de Páter familiae y solo podía
haber un hombre ejerciendo el oficio dentro de un hogar. Los hijos varones adultos
seguían estando bajo la autoridad de su padre mientras este viviera, y no podían
adquirir los derechos de un Páter familias al menos, en teoría legal, toda su
propiedad era adquirida a cuenta de su padre, y él, no ellos, tenía la autoridad
última para disponer de ella. Quienes vivían en sus propias casas a la muerte de
su padre adquirían el status de Páter familias sobre sus respectivas casas.

Capacidad jurídica de los sui iuris


y de los alieni iuris

De los sui iuris

Sui iuris, comúnmente escrito sui juris, es una frase latina que literalmente significa
'de Propio Derecho'. En la Ley o Derecho Civil la frase Sui Juris indica capacidad
jurídica para manejar sus propios asuntos. También comprende a alguien que es
capaz de demandar y/o ser demandado en procedimientos legales en su propio
nombre sin la necesidad de un ad litem.

La palabra española "autónomo" deriva del griego antiguo αυτονόμος (de autos -
mismo, y nomos - ley) que a la vez corresponde a la frase latina "sui iuris".

En Derecho Romano, se denominó sui iuris a aquel que no se encuentra sometido


al mando de otros (autónomo) de cualquier potestad familiar, el ciudadano que no
tuviese ascendientes legítimos masculinos vivos o que hubiera sido liberado de la
patria potestad mediante un acto jurídico llamado emancipación (emancipatio). Las
sui iuris tenían poder de decisión sobre sus actos, a diferencia de los y las alieni
iuris que eran personas sometidas al mandato de otras.

El hombre Sui Iuris era denominado paterfamilias, independientemente de que


tuviera o no hijos, o que fuera o no mayor de edad. La mujer podía ser sui iuris en
el caso de no estar sujeta a autoridad alguna, pero no puede ejercer la jefatura
familiar, es decir no puede ser paterfamilias. El hombre libre, ciudadano y Sui Iuris,
era la persona optimo iure: tenía el goce completo de todos los derechos públicos
y privados. Podía ser titular de las cuatro potestades clásicas que se le conoció a
la legislación romana:

• La Patria potestas: era el poder del paterfamilias sobre sus hijos y sobre
todas las personas agregadas al grupo familiar por adopción o adrogación;

• La Dominica potestas: poder o dominio sobre los esclavos;


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• La Manus maritalis: potestad sobre la esposa;

• Y el Mancipium: que era la potestad que se ejercía sobre un hombre libre


entregado en noxa, ya por los delitos que hubiera cometido, ya para garantizar el
pago de las obligaciones del paterfamilias bajo cuya potestad se hallaba.

De los alieni iuris

Alieni iuris (frase latina que se podría traducir como sin derechos, o más
literalmente como "bajo el derecho de otro") es una denominación del derecho
romano para aquellos que se encuentran sometidos a la patria potestad de otro.

La persona sometida al poder familiar, cualquiera fuera su edad o su sexo, era


alieni iuris, comprendiéndose entre ellas al filiusfamilias, descendiente legítimo o
adoptivo del paterfamilias viviente; a la mujer sujeta a la manus de su propio
marido o la del pater bajo cuya potestad éste se encontrara, y la persona in causa
mancipi, que era el hombre libre dado en noxa por los delitos que hubiere
cometido o en garantía de las obligaciones del paterfamilias de quién dependía.

Los alieni iuris tenían la capacidad restringida debido a la situación de


dependencia en que se encontraban respecto al páter. Así, los filii no podían
contraer matrimonio sin la autorización del jefe de familia y en cuanto a su
situación patrimonial, tenían un estado parecido al de los esclavos, pues lo que
adquirían se incorporaba al patrimonio del páter. Esta incapacidad patrimonial fue
modificándose paulatinamente, especialmente a partir del otorgamiento de los
peculios que posibilitaban al filius -en algunos supuestos- realizar negocios de
disposición tanto inter vivos como mortis causa.

Dentro de la familia romana, se distinguen las personas sui iuris (de propio
derecho) de las alieni iuris (derecho ajeno). Las primeras son las que poseen, si
son hombres, la plena capacidad jurídica, y son los paterfamilias, personas que
gozan, además, del status libertatis (son libres) y del status civitatis (son
ciudadanos romanos). Se logra este status al encontrarse libres de autoridad
sobre ellos, ya sea por muerte de sus antecesores varones, por vía masculina, o
por haber sido emancipados. Los sui iuris y paterfamilias son cabeza de sus
familias y poseen distintas potestas: la patria potestas sobre sus filius (liberis y
adoptados), la manus sobre su esposa y nueras, y el mancipium sobre los
incorporados en causa mancipi, por venta de su pater o por abandono noxal
(quien cometía un delito era entregado en noxa a la víctima si su pater no optara
por reparar el daño cometido). El páter era también el dueño de los esclavos sobre
los que tenía la dominica potestas, y del patrimonio familiar (dominium).
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Las mujeres podían también ser sui iuris por haber muerto el páter, pero nunca
serían páter, ya que no podían ser cabeza (iniciar) de una familia. En este caso,
de ser las mujeres sui iuris; si eran impúberes estaban bajo la tutela prevista para
los menores (igual que los varones) pero cumplidos los 12 años quedaban bajo la
tutela perpetua de los agnados mientras no se casaran. En época de Augusto se
les otorgó el ius liberorum, que significaba la posibilidad de no tener tutor si se
era ingenua con tres hijos o liberta con cuatro.

Los alieni iuris estaban bajo la potestas del páter, cualquiera sea su sexo o edad;
podían casarse con su conformidad y si bien los varones púberes podían ejercer
cargos públicos, litigar y votar en los comicios, como no tenían patrimonio no
podían testar. Todo lo que adquirían ingresaba al patrimonio familiar, cuyo dueño
era el páter, lo que se mitigó con la aparición de los peculios, o pequeños
patrimonios que pudieron ir adquiriendo los filius, separados del patrimonio
familiar.

Las mujeres podían también ser sui iuris por haber muerto el páter, pero nunca
serían páter, ya que no podían ser cabeza (iniciar) de una familia. En este caso,
de ser las mujeres sui iuris; si eran impúberes estaban bajo la tutela prevista para
los menores (igual que los varones) pero cumplidos los 12 años quedaban bajo la
tutela perpetua de los agnados mientras no se casaran. En época de Augusto se
les otorgó el ius liberorum, que significaba la posibilidad de no tener tutor si se
era ingenua con tres hijos o liberta con cuatro.

Los alieni iuris estaban bajo la potestas del páter, cualquiera sea su sexo o edad;
podían casarse con su conformidad y si bien los varones púberes podían ejercer
cargos públicos, litigar y votar en los comicios, como no tenían patrimonio no
podían testar. Todo lo que adquirían ingresaba al patrimonio familiar, cuyo dueño
era el páter, lo que se mitigó con la aparición de los peculios, o pequeños
patrimonios que pudieron ir adquiriendo los filius, separados del patrimonio familiar
capacidad jurídica de los Sui Iuris y de los Alienis iuris.
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Efectos de la Patria Potestad: Personales


y Patria Potestad.

Efectos De La Patria Potestad

Los efectos personales que puede ejercer el páter familia sobre sus hijos son el
ius puniendi, el derecho a castigar al hijo, ius vendendi, el derecho a venderlo en
territorio extranjero, no podía venderse como esclavo en territorio romano, pero si
podía ser entregado incausa mancipii; ius exponendi, potestad que tiene el Páter
familiae por el cual, puede abandonar a su hijo libremente, pero esto último no es
frecuente.

Los efectos patrimoniales, es decir, como se ve afectada el hijo por la patria


potestad. La situación patrimonial del hijo de familia aparece marcada por una
serie de incapacidades que determinan importantes limitaciones en su posibilidad
de actuación. La primera y esencial es que los “alieni iuris” no tiene capacidad
para ser titulares de un patrimonio (incapacitados y con limitaciones). Los “alieni
iuris” son lo contrario a los “sui iuris”. Tú no eres “sui iuris” hasta que el Páter
familias no fallezca o se haga una ceremonia de emancipación

Efectos de la Patria Potestas: Son dos los efectos de la patria potestas:

a) Personales

b) Patrimoniales

a) Efectos Personales: Desde ese punto de vista el poder del padre (Páter
familias), en los primeros tiempos de Roma, fue ilimitado. En efecto:

1º.- Tuvo, en primer lugar, sobre sus hijos, el derecho de vida y muerte, ius vitae et
necisque, que subsistió hasta el emperador Valentino I, que lo abolió, obligando a
someter el castigo de los hijos a los jueces competentes;

2º.- El padre, ejerció, también, desde los tiempos más remotos, el derecho de
vender a sus hijos y descendientes, ius vendendi. Las consecuencias de esta
venta eran distintas, según fuera el lugar donde se efectuará. Si se hacia fuera de
Roma, como ellos también llamaban, Transtiberim, el hijo o descendiente, se
convertía en esclavo, si se hacia dentro de Roma, quedaba serví loco, es decir,
cuasi esclavo, de cuyo régimen de vida podía salir recuperada su antigua
condición personal libre. Este derecho de venta subsistió hasta Caracalla y
Diocleciano, en que fue suprimido. Constantino permitió esa venta en casos de
pobreza y de recién nacidos, o como se decía “sanguinolenti”;
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3º.- El padre tuvo el derecho de exponer a sus hijos, ius exponendi. Constantino
suprimió este derecho, disponiendo que la patria potestad del expósito debiera
corresponder a quien lo recogiera.

Este omnímodo poder del páter familias, fue evolucionando y restringiéndose con
el transcurso del tiempo y el deseo de moralizar la organización familiar. Así el
derecho de vida y muerte, quedó reducido a la corrección leve de los hijos, módica
castigatio (actualmente está regulado en nuestro Código Civil, artículo 423º, inciso
tres), considerándose como autor de homicidio al que diera muerte a su
descendiente (Filicidio, castigado en el Código Penal, artículo ¿?). Se reconoció a
los hijos el derecho de pedir alimentos y de acudir al poder judicial para
conseguirlos (Artículo 481º del Código Civil).

Finalmente, conforme la patria potestad, el páter tenía el derecho de instituir a sus


hijos, como herederos, de otorgar o negarle el consentimiento para su matrimonio.
Sin embargo, debe recordarse que si este consentimiento era injustamente
negado, el hijo podía conseguirlo judicialmente.

b) Efectos Patrimoniales: En el orden patrimonial la patria potestad se expresa con


la misma fuerza que en el orden personal. Todos los bienes de la familia
pertenecen al jefe de ella, el páter familias. Los hijos adquirían bienes para
aumentar el patrimonio del padre. A diferencia de este derecho, el padre no era
responsable de las obligaciones que contrajera un hijo sujeto a la patria potestad.

Sin embargo, desde los primeros tiempos de Roma, fue perfilándose una figura
patrimonial de los hijos de familia, conforme a la cual podrían ser titulares de
conjunto de pequeños bienes: El Peculio.

El Peculio y sus clases.

LOS PECULIOS: Se llamó peculio, a determinados bienes que el páter familias


permitía que sean administrados por el filii familia, separado del patrimonio
general.

Los peculios fueron de cuatro clases:

1°- Profecticium

2°- Castrense

3°- Cuasi Castrense

4°- Adventicium
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El peculio Profecticium, era aquel que estaba formado por el bien o bienes que el
pater familias cedía a su hijo, a fin que este lo disfrute o administre en la forma que
le pareciera más conveniente. El hijo, sobre esta base podía obligarse, y el efecto
de esta obligación recaía sobre su peculio. El padre tenía el derecho de disponer
de ese peculio por que la propiedad de él le pertenecía y respondía por las
obligaciones del hijo en la medida de dicho peculio.

El peculio Castrense, fue aquel constituido por los bienes obtenidos por el filii
familias, con motivo de su servicio en la milicita, tales como su sueldo, el botín de
guerra, las donaciones recibidas de sus camaradas, las liberalidades del
emperador; hallándose en el servicio militar, etc. Posteriormente, se asimiló a
estos bienes los heredados por el filii familia, de su esposa, durante la
permanencia en sus legiones. Augusto fue el primer Emperador en reconocer al
hijo de familia derecho absoluto de propiedad sobre los bienes que constituían el
peculio castrense y, en consecuencia, podía disponer de él en la forma que
quisiera. El padre sólo tenía derecho a esos bienes, si el hijo moría sin hacer
testamento.

El peculium Cuasi Castrense, era el que estaba constituido por todos los bienes
que el hijo de familia adquiría en su actividad civil o sea como empelado,
funcionario o en el ejercicio de alguna profesión, lo que obtenía un clérigo o los
bienes donados por el Emperador o la Emperatriz. Este peculio fue, a los
servidores civiles, como el castrense, a los militares. Sus titulares, tuvieron sobre
ellos, idéntico derecho de disposición, por ser considerados como propium
patrimonium (Art culo 425º del Código Civil).

Finalmente, el peculium Adventicium estuvo constituido por los bienes


provenientes de la sucesión materna. Constantino estableció este peculio
disponiendo que los bona adventicia, es decir los bienes que pertenecían a la
madre, pasaran a ser propiedad del hijo, entregándose sólo la administración al
padre. Este no puede enajenar los bienes que forman este peculio, sin el
consentimiento de su hijo. A este peculio fueron incorporados los bienes del hijo
que los recibía de ascendientes de la rama materna, o lo que adquiría por
esponsales. En el Derecho de Justiniano, al morir el hijo, los bienes de este
peculio se entregan, con arreglo a los principios de la sucesión hereditaria.
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Modos mediantes los cuales un Alienis Iuris se


convierte en un Sui Iuris.
Era sui iuris el sujeto autónomo respecto de cualquier potestad familiar, el
ciudadano que tuviese ascendientes legítimos masculinos vivos o que hubiera sido
liberado de la potestad paterna mediante un acto jurídico familiar llamado
emancipación (emancipatio)

La adopción romana

Concepto

Los legisladores del derecho romano, entendían que la institución de la adopción


era el acto solemne de prohijar hijos y nietos por medios legales, mediante adoptio
oadrogatio, en quienes antes no lo eran por naturaleza (liberi adoptivi),
estableciéndose el vínculo civil de la patria potestad con iguales derechos que los
de natura (naturales liberi), por esto y de haberlos, partían herencia con ellos.
También se adoptaba a esclavos libertos.

En otras palabras, la adopción es la institución del derecho civil por la cual se crea
entre dos personas un vínculo similar al que deriva de la filiación.

En el derecho romano primitivo, el objeto de la adopción era el de perpetuar el


culto familiar. No así en el derecho moderno, en el que el objetivo principal es el
de dar hijos a quién no los tiene, o el de dar padres a quién no los tiene.

Justificación

Proporcionar una descendencia artificial; permitía a un ascendiente adquirir la


patria potestad sobre un descendiente; tenía un fin político la de beneficiar a niños
huérfanos.

Características

Es una institución del derecho civil y de familia, aplicable a hijos e hijas y constituía
fuente de la patria potestad.

Efectos. El adoptado perdía la agnación con la familia natural; si estaba casado


producía efectos sólo para él y corría el riesgo en lo sucesoral de no recibir nada
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de ninguna de sus familias (después de la adopción podía fallecer su padre natural


y podía ser emancipado por su padre adoptivo).

Clases de adopción. Hubo dos especies la de los alieni iuris iuris o adopción
propiamente dicha y, la sui iuris bajo la denominación de adrogación.

La primera mencionada, esto es, alieni iuris iuris, implicaba extinguir la patria
potestad de origen para crear la del adoptante. Ello aparejaba la realización de
dos operaciones: una, la de rompimiento de la autoridad del paterfamilias bajo el
cual estaba el hijo que iba a ser adoptado y dos, la de hacer pasar ese hijo a la
patria potestad del adoptante. De acuerdo a la Ley de las Doce Tablas, operaba la
mancipación del hijo por tres veces, con los cuales el hijo quedaba in mancipio en
casa del adoptante y, para que el adoptante adquiriera la patria potestad sobre el
mancipado, tenía que mancipar a su vez, a éste del padre natural para luego
recurrir a juicio ficticio, en cuyo trámite alegaba ante el magistrado contar con la
autoridad paternal, alegación que, al no ser contradicha por el padre natural,
resultaba admitida.

Una acotación importante con este tipo de adopción, es que solamente podían
adoptar los ciudadanos romanos, paterfamilias, sui iuris, pero siempre que
contaran con la aptitud física para engendrar, ya que la adopción debía imitar la
naturaleza y además, el adoptante debía superar al menos en 18 años al
adoptado si lo era a título de hijo, y en 36 años si lo era a título de nieto, en el
entendido de que cada 18 años se sucedía una generación.

La segunda clase de adopción, esto es, sui iuris (adrogación), implicaba la forma
primitiva en que el pueblo romano autorizaba esa constitución de la patria
potestad.

Se celebraba ante los comicios curiados en presencia del Pontífice. Esta


intervención de la autoridad religiosa, se hacía necesaria pues, al pasar un jefe de
familia bajo la potestad de otro jefe, una familia con su respectivo culto, se
extinguía.

La adrogatio se formalizaba por medio de tres interrogaciones, luego de un


informe confeccionado por los pontífices. Las preguntas se dirigían al adrogante, y
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al adrogado, y si ellos manifestaban su conformidad, el pueblo, por último,


manifestaba su aprobación a través de su voto, con lo que quedaba sancionada la
ley respectiva.

Por realizarse ante los comicios curiados, esta celebración sólo podía darse en
Roma, y no podían ser adrogados los impúberes ni las mujeres, por no ser parte
integrante de dichas asambleas populares.

Las formalidades antes enunciadas siguen en vigor en la época clásica, aunque ya


los comicios curiados estaban constituidos por treinta lictores, representantes de
las respectivas curias; siempre con la intervención de los pontífices.

Bajo el reinado de Antonino Pío, se admitió la adrogación de impúberes por medio


de rescripto imperial, con la auctoritas de sus tutores y con una especial atención
por tratarse de un incapaz que podría evaluar inadecuadamente una decisión tan
trascendental para él y su familia.

En estos casos, la adrogación podía ser dejada sin efecto por orden del
magistrado a solicitud del adrogado, una vez llegado éste a la pubertad. Si el
adrogado impúber era emancipado sin motivo, recuperaba su patrimonio y tenía
derecho a una cuarta parte en la sucesión del adrogante.

Hacia mediados del siglo III D.C., estas formas fuero reemplazadas por rescripto
del príncipe, modalidad que se afirmó durante el reinado de Diocleciano. A partir
de ese momento, pudieron adrogarse mujeres y el trámite podía llevarse a cabo
tanto en Roma como en las provincias.

Para este tipo de adopción, se necesitaba que el adrogante, reuniera las


condiciones de rigor para la adopción de los alieni iuris, acreditara tanto tener al
menos 60 años para presumir que ya no tendría descendencia en justas nupcias,
como tampoco tenía hijo distinto del adrogado.

Solo podía producirse la adrogación, con relación a personas sui iuris de


extracción romana que estuviesen en condiciones de expresar su consentimiento
al respecto. La única excepción establecida para que no se produjera este tipo de
adopción, era con respecto a los libertos quienes podían ser adrogados
exclusivamente por el antiguo amo en forma directa o con autorización a un
tercero, ello con la finalidad de evitar la pugna entre la patria potestad y el
patronato. El tutor y curador, tampoco podían adrogar al menor de 25 años, para
evitar que eludieran la obligación de rendir cuentas al pupilo y, finalmente, los hijos
nacidos en concubinato, ya que éstos únicamente podían ser incorporados a la
familia a través del matrimonio posterior de los padres.
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Las consecuencias para ambos tipos de adopciones eran similares, con la


excepción de que la primera no hacía alieni iuris a una persona puesto que ya lo
era; de resto, todo era parecido, tales como: quedar el adoptado bajo la patria
potestad del adoptante, pasar el patrimonio del adoptado al adoptante y crear el
derecho de sucesión al pasar el adoptado a la familia del adoptante.

Efectos de la adrogación

El adrogado pasaba a depender de la potestad del adrogante y entra en la nueva


familia como agnado.- Asimismo, pierde la agnación con su familia de origen,
manteniendo solamente la cognación.

Juntamente con el adrogado pasan a depender del adrogante, los descendientes


que aquél tenía bajo su potestad y la mujer in manu.

El adrogado participa del culto familiar del adrogante y cambia su nombre,


tomando el de la gens y el de la familia a la que ingresa.

El patrimonio del adrogado pasa al adrogante, aunque Justiniano decidió


concederle sólo el usufructo de esos bienes.
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LA ADOPCION

CONCEPTO

Los legisladores del derecho romano, entendían que la institución de la adopción


era el acto solemne de prohijar hijos y nietos por medios legales, mediante adoptio
oadrogatio, en quienes antes no lo eran por naturaleza (liberi adoptivi),
estableciéndose el vínculo civil de la patria potestad con iguales derechos que los
de natura (naturales liberi), por esto y de haberlos, partían herencia con ellos.
También se adoptaba a esclavos libertos.

En otras palabras, la adopción es la institución del derecho civil por la cual se crea
entre dos personas un vínculo similar al que deriva de la filiación.

En el derecho romano primitivo, el objeto de la adopción era el de perpetuar el


culto familiar. No así en el derecho moderno, en el que el objetivo principal es el
de dar hijos a quién no los tiene, o el de dar padres a quién no los tiene.

JUSTIFICACIÓN

Proporcionar una descendencia artificial; permitía a un ascendiente adquirir la


patria potestad sobre un descendiente; tenía un fin político la de beneficiar a niños
huérfanos.

CARACTERÍSTICAS
Es una institución del derecho civil y de familia, aplicable a hijos e hijas y constituía
fuente de la patria potestad.

Efectos. El adoptado perdía la agnación con la familia natural; si estaba casado


producía efectos sólo para él y corría el riesgo en lo sucesoral de no recibir nada
de ninguna de sus familias (después de la adopción podía fallecer su padre natural
y podía ser emancipado por su padre adoptivo).

Clases de adopción. Hubo dos especies la de los alieni iuris iuris o adopción
propiamente dicha y, la sui iuris bajo la denominación de adrogación.

La primera mencionada, esto es, alieni iuris iuris, implicaba extinguir la patria
potestad de origen para crear la del adoptante. Ello aparejaba la realización de
dos operaciones: una, la de rompimiento de la autoridad del paterfamilias bajo el
cual estaba el hijo que iba a ser adoptado y dos, la de hacer pasar ese hijo a la
patria potestad del adoptante. De acuerdo a la Ley de las Doce Tablas, operaba la
mancipación del hijo por tres veces, con los cuales el hijo quedaba in mancipio en
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casa del adoptante y, para que el adoptante adquiriera la patria potestad sobre el
mancipado, tenía que mancipar a su vez, a éste del padre natural para luego
recurrir a juicio ficticio, en cuyo trámite alegaba ante el magistrado contar con la
autoridad paternal, alegación que, al no ser contradicha por el padre natural,
resultaba admitida.

Una acotación importante con este tipo de adopción, es que solamente podían
adoptar los ciudadanos romanos, paterfamilias, sui iuris, pero siempre que
contaran con la aptitud física para engendrar, ya que la adopción debía imitar la
naturaleza y además, el adoptante debía superar al menos en 18 años al
adoptado si lo era a título de hijo, y en 36 años si lo era a título de nieto, en el
entendido de que cada 18 años se sucedía una generación.

La segunda clase de adopción, esto es, sui iuris (adrogación), implicaba la forma
primitiva en que el pueblo romano autorizaba esa constitución de la patria
potestad.

Se celebraba ante los comicios curiados en presencia del Pontífice. Esta


intervención de la autoridad religiosa, se hacía necesaria pues, al pasar un jefe de
familia bajo la potestad de otro jefe, una familia con su respectivo culto, se
extinguía.

La adrogatio se formalizaba por medio de tres interrogaciones, luego de un


informe confeccionado por los pontífices. Las preguntas se dirigían al adrogante, y
al adrogado, y si ellos manifestaban su conformidad, el pueblo, por último,
manifestaba su aprobación a través de su voto, con lo que quedaba sancionada la
ley respectiva.

Por realizarse ante los comicios curiados, esta celebración sólo podía darse en
Roma, y no podían ser adrogados los impúberes ni las mujeres, por no ser parte
integrante de dichas asambleas populares.

Las formalidades antes enunciadas siguen en vigor en la época clásica, aunque ya


los comicios curiados estaban constituidos por treinta lictores, representantes de
las respectivas curias; siempre con la intervención de los pontífices.

Bajo el reinado de Antonino Pío, se admitió la adrogación de impúberes por medio


de rescripto imperial, con la auctoritas de sus tutores y con una especial atención
por tratarse de un incapaz que podría evaluar inadecuadamente una decisión tan
trascendental para él y su familia.

En estos casos, la adrogación podía ser dejada sin efecto por orden del
magistrado a solicitud del adrogado, una vez llegado éste a la pubertad. Si el
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adrogado impúber era emancipado sin motivo, recuperaba su patrimonio y tenía


derecho a una cuarta parte en la sucesión del adrogante.

Hacia mediados del siglo III D.C., estas formas fuero reemplazadas por rescripto
del príncipe, modalidad que se afirmó durante el reinado de Diocleciano. A partir
de ese momento, pudieron adrogarse mujeres y el trámite podía llevarse a cabo
tanto en Roma como en las provincias.

Para este tipo de adopción, se necesitaba que el adrogante, reuniera las


condiciones de rigor para la adopción de los alieni iuris, acreditara tanto tener al
menos 60 años para presumir que ya no tendría descendencia en justas nupcias,
como tampoco tenía hijo distinto del adrogado.

Solo podía producirse la adrogación, con relación a personas sui iuris de


extracción romana que estuviesen en condiciones de expresar su consentimiento
al respecto. La única excepción establecida para que no se produjera este tipo de
adopción, era con respecto a los libertos quienes podían ser adrogados
exclusivamente por el antiguo amo en forma directa o con autorización a un
tercero, ello con la finalidad de evitar la pugna entre la patria potestad y el
patronato. El tutor y curador, tampoco podían adrogar al menor de 25 años, para
evitar que eludieran la obligación de rendir cuentas al pupilo y, finalmente, los hijos
nacidos en concubinato, ya que éstos únicamente podían ser incorporados a la
familia a través del matrimonio posterior de los padres.

Las consecuencias para ambos tipos de adopciones eran similares, con la


excepción de que la primera no hacía alieni iuris a una persona puesto que ya lo
era; de resto, todo era parecido, tales como: quedar el adoptado bajo la patria
potestad del adoptante, pasar el patrimonio del adoptado al adoptante y crear el
derecho de sucesión al pasar el adoptado a la familia del adoptante.
18

EFECTOS DE LA ADROGACION

El adrogado pasaba a depender de la potestad del adrogante y entra en la nueva


familia como agnado.- Asimismo, pierde la agnación con su familia de origen,
manteniendo solamente la cognación.

Juntamente con el adrogado pasan a depender del adrogante, los descendientes


que aquél tenía bajo su potestad y la mujer in manu.

El adrogado participa del culto familiar del adrogante y cambia su nombre,


tomando el de la gens y el de la familia a la que ingresa.

El patrimonio del adrogado pasa al adrogante, aunque Justiniano decidió


concederle sólo el usufructo de esos bienes.

LA LEGITIMACIÓN.

Acto jurídico por el cual se reconoce la condición de hijo legítimo al hijo que en
principio no la tiene, porque tal condición la tenían aquellos nacidos dentro del
matrimonio.

En el derecho romano, existían hijos legítimos (aquellos nacidos en el matrimonio),


hijos naturales (aquellos nacidos en concubinato) y los hijos ilegítimos (aquellos
nacidos en relaciones diferentes al matrimonio o concubinato).

Se podía producir la legitimación de los hijos naturales, cuando estos adquirían el


cargo de decurión y de las hijas naturales cuando se casaban con un decurión. Tal
legitimación era dictaminada por rescripto o resolución del emperador, siempre
que se cumplieran dos condiciones: que fuera imposible el matrimonio de los
padres y éstos no contaran con hijos legítimos.

Efectos de la legitimación. Creaba la patria potestad, daba origen a esa misma


potestad sobre los descendientes del legitimado, introducía en la familia agnaticia
a personas que no estaban en ella y propiciaba el paso del patrimonio del
legitimado al legitimante.
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La emancipación
Es el acto por el cual el ´´Páter Familiae`` daba fin a la patria potestad, con
relación a uno de sus hijos.
La ley no daba al padre ningún medio para que se rompiera el vínculo jurídico,
pero la Ley de las XII Tablas preveía que el padre que hubiese vendido al hijo por
tres veces, perdería su poder sobre él. De allí que se practicó el que el padre se
pusiese de acuerdo con un amigo a quien le vendía su hijo haciéndole prometer
por un pacto de fiducia que lo libertaria, libertado el hijo por el amigo; volvía a la
potestad del padre, una segunda venta y liberación y para la tercera, ya el padre
no hacia prometer a su amigo que lo libertaria, sino que se lo revendiera, a fin de
que el mismo lo libertara. De esta manera los derechos de patronato
correspondían al padre y no al cómplice.
Para la emancipación de una hija o de un nieto bastaba una sola venta. El
emperador Anastasio admitió que se pudiera llevar a cabo la emancipación de
hijos ausentes por rescripto imperial ``Emancipatio Anastaciana``. Justiniano
acepto la emancipación por simple declaración ante el magistrado. ``Emancipatio
justinianea``.
En el derecho antiguo la emancipación tiene los siguientes efectos: rompe el
vínculo entre el emancipado y su familia, el emancipado se convierte en ``Sui
Juris`` y si es impúber cae bajo tutela, pierde los derechos sucesorios, pero
conserva sus peculios castrenses y cuasitrenses y si no hay oposición del padre
también el ``Profectitio`` y los bienes adventicios, ya que sobre el primero el padre
tiene propiedad y sobre los segundos, administración y goce.
El pretor acordó al emancipado derecho de sucesión ``Colatio Bonorum liberi
emancipati`` y fue usual conserva el peculio ``Profectitio`` y los bienes adventicios,
sobre estos el padre por la privación de su goce puede retener un tercio con
Constantino y la mitad con Justiniano.
En el Derecho romano, la emancipación era el acto de liberación de un esclavo
por voluntad de su dueño. Hay que tener en cuenta que en el derecho romano el
esclavo no era considerado como persona, sino que como una cosa.
Es fundamental decir que en la época contemporánea la emancipación se daba
más pronto que en la época romana, pues el ejercicio de la autonomía se daba en
una edad más temprana. Sin embargo, actualmente el ejercicio natural de este
derecho ha cambiado (tal vez por causas económicas, o por otras de ellas) en la
edad de emanciparse, pues cada vez se produce a una edad mayor.
En un sentido amplio la emancipación es la obtención de derechos de la mayoría
de edad sin aun tener 18 años. Stricto sensu, proveniente del derecho romano,
la emancipación es el término o extinción de la patria potestad o tutela de forma
anticipada durante la minoría de edad. Es una semicapacidad relativamente rara
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en la práctica actual, y puede considerarse un concepto análogo al 'beneficio de la


mayor edad' dado a sujetos a tutela desde los 16 años.
Las causas de la emancipación pueden ser varias:

 Emancipación automática:
 por mayoría de edad. Cuando el sujeto cumple la edad establecida en la
ley para tener plena capacidad.

 Emancipación a instancia de parte:


 Por un acta autorizante del padre (concesión paterna). Mediante negocio
bilateral padre-hijo, conforme al art. 317 del Código civil en España.
Requiere 16 años mínimo en el menor y su consentimiento. Se produce por
escritura pública o comparecencia registral, además de inscripción en el
Registro Civil.
 Por sentencia judicial (concesión judicial). Proceso voluntario iniciado a
instancia del hijo (art. 320 Cc. español). Requiere 16 años mínimo en el
menor, la petición de éste, la audiencia con los padres y la concurrencia de
una causa legal. Se produce por auto judicial e inscripción en el Registro
Civil. En caso de explotación laboral al menor se le recompensara
monetariamente por parte del tutor embargando el sueldo hasta pagar el
dinero utilizado del menor.
 Emancipación fáctica (artículo 319 del Código civil español). Cuando el menor
tiene vida económica independiente y los padres dan su consentimiento,
aunque puede ser revocada.

En el derecho contemporáneo, el término se usa específicamente en el sentido de


atribución a un menor de edad por parte de sus padres o tutores la totalidad, o la
mayor parte de los derechos y facultades civiles, que normalmente conlleva
la mayoría de edad Asimismo, algunas legislaciones conceden la mayoría legal al
menor de edad que contrae matrimonio.
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Tutela
La palabra tutela proviene del sustantivo latino "tutela ae", que significa protección
o defensa y tutela ae proviene de "tutoraris ari" verbo que significa
fundamentalmente defender, guardar, preservar, sostener, sustentar, socorrer.
Podemos considerarla como el poder otorgado por el derecho civil a una persona
con el objeto de que ésta proteja a otra incapaz por razones de edad o de sexo.
En esta situación se encontraban los impúberes sui juris y las mujeres púberes sui
juris.

CLASES DE TUTELAS

Existían diferentes clases de tutela, a mencionar:


TUTELA TESTAMENTARIA: Cuando el paterfamilias nombraba un tutor en su
testamento para sus hijos impúberos. Esta designación del tutor hecha en su
testamento por el paterfamilias para asistir a los impúberes y a las mujeres,
también para hijo póstumo los que se convertían en sui juris al morir el
paterfamilias.
El impúber debe ser contemplado por el testador ya sea como heredero o
legatario.

Se admite la renuncia del tutor.

El tutor que cometa fraude en la gestión de los bienes del pupilo puede ser
separado de la tutela mediante el ejercicio de una acción pública (accusatio
suspecti tutoris)
TUTELA DE IMPUBERES
Es la necesaria para asistir a los impúberes en la ejecución de actos de
disposición en tanto que estos no gozan de plena capacidad de obrar.
Distinguimos:
a) infantes: no pueden hablar razonablemente ( 5 a 7 años ) y por ende no
pueden obligarse civil ni penalmente. La tutela es completa.
Infantes mayores: son responsables de los delitos y pueden intervenir en actos
jurídicos pero asistidos por el tutor mediante la auctoritas
TUTELA LEGÍTIMA: Aquella que por disposición de la ley de las XII Tablas se le
otorgaba al agnado más cercano del impúber o a falta de éste a los gentiles,
siempre y cuando no existiera tutela testamentaria. Dicho en otras palabras la Ley
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le confiere la tutela al adgnatus proximus, pariente varón y púber más próximo, o


en defecto los gentiles. Varios adgnados de mismo grado, son todos tutores.
Puede transmitir la tutela a otra persona mediante la in iure cessio, pero el tutor
originario era quien mantenía la titularidad ya que si moría o incapacitaba el nuevo
tutor, volvía al cedente.
No puede renunciar ni ser removido de la tutela.
Se puede ejercitar contra él al final de la gestión una actio rationibus distrahendis
por el doble del daño que haya ocasionado a los bienes del pupilo.
Hubo otras divisiones de tutela legítima, que son las siguientes:
TUTELA LEGÍTIMA DEL PATRONO: En la cual los libertos o esclavos,
manumitidos tienen por tutor a su patrón y a la muerte de éste, a sus
descendientes.
TUTELA DEL ASCENDIENTE EMANCIPADOR: Era la que se reservaba al
ascendiente al emancipar a su hijo
TUTELA FIDUCIARIA: Que se daba a los terceros que habían intervenido en la
emancipación, al realizar la tercera manumisión de acuerdo al derecho clásico y
desde la época del emperador Justiniano a los hijos agnados del paterfamilias
emancipador, cuya tutela sobre sus antiguos hermanos es denominada tutela
fiduciaria.
TUTELA DATIVA: Esta era otorgada por el magistrado a falta de tutor
testamentario y tutor legítimo. A Este tutor, se le llamo tutor atilianus o datibus.

FACULTADES DEL TUTOR


La función primordial del tutor no es cuidar de la persona del pupilo, sino más bien
de la administración de su patrimonio. Las funciones del tutor se resumen en la
auctoritatis interpositio y en la gestio del patrimonio pupilar. La intervención del
tutor en los negocios del menor sigue sus cauces diversos según se trate de
impúberes que hayan rebasado la infancia o de infantes.
Si el pupilo ha salido de la infancia, el tutor, presente en el acto o negocio del que
se trate, le presta su asentimiento. El tutor complementa la deficiente capacidad
del impúber, o lo que es lo mismo, le capacita para actuar. Sin embargo, los actos
realizados por el impuber infantia maior sin la asistencia del tutor son válidos en la
parte que importan ganancia y nulos en la desfavorable. Así el negocio realizado
sin su asentimiento, sólo valen parcialmente, en lo que le favorece al menor.
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En cambio, el propio pupilo infantia maior puede realizar sin necesidad de


asentimiento del tutor (auctoritatis interpositio) todos aquellos negocios que
signifiquen una adquisición, sin contrapartida (donación)
La negotorium gestio tiene lugar en los casos de absentia e infantia del pupilo, así
como siempre que se prefiera recurrir a ella. Presupone laadministración de los
negocios del impúber como si fuesen propios: no se trata de cooperar con éste en
los actos jurídicos, sino de celebrarlos sin su propia presencia, recayendo los
efectos de los mismos en la cabeza del tutor. Es el tutor quien se constituye en
situación de propietario, deudor, o acreedor. Es decir, los efectos se producen en
cabeza del tutor y deben ser trasladados al pupilo con un nuevo acto.
Las facultades del tutor son muy amplias. En principio, como resabio de una vieja
concepción, se considera que actúa "como si fuera él el dueño" (domini loco) Y el
único límite es que actúe en interés del pupilo y no para expoliarle. Pero, luego, se
siente la necesidad de establecer frenos: una oratiodel emperador Septimio
Severo prohibe al tutor enajenar los praedia rustica et suburbana, y, al fin de la
evolución, Justiniano sólo permite enajenar al tutor cosas perecederas o de
escaso valor.

ACCIONES DERIVADAS DE LA TUTELA


Se comprende que a las amplias facultades del tutor deba corresponder
responsabilidad muy acentuada y toda una gama de acciones para exigirla. El
pretor obliga a concluir una stipulatio de que "las cosas del pupilo quedarán a
salvo". A fin de proteger y amparar aún más al incapaz, se derivaron varias
acciones de tutela; se entendía por ello, en sentido general, el derecho de
perseguir en justicia lo debido cuando el derecho había sido lesionado.
Además, hay dos acciones, procedentes de la época de las XII Tablas:

actio suspecti tutoris: es una acción expedita para todos (acción popular),
menos para el pupilo; lleva aparejada una nota de infamia, y se dirige contra el
tutor testamentario que obra dolosamente. En la época imperial se llega a la
remoción del cargo, y no ya sólo de la administración, mediante el nombramiento
de un nuevo tutor por el magistrado. Por último, es permitida la remoción sin
accusatio, siempre que el tutor sea inepto o traiga en abandono la gestión. Dentro
del Derecho justinianeo, puede dirigirse la accusatio contra toda clase de tutores,
quienes incurren en infamia en el caso de haber obrado con dolo.
actio rationibus distrahendis: es de carácter penal y tiende a proteger al pupilo
contra las sustracciones del tutor legítimo. La pena se cifra en el doble del valor de
la cosa sustraída. En el Derecho justinianeo se aminora su carácter penal,
pudiendo dirigirse contra cualquier tutor, y no ya sólo contra el legítimo.
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A estas acciones vino a añadirse, al final de la época republicana, otra sanción de


carácter infamante:

actio tutelae: es una sanción de carácter infamante, y se ejercita por el pupilo al


término de la tutela. Por medio de ésta, el pupilo exige al tutor la reparación de los
daños que éste le hubiera ocasionado en su patrimonio con una mala gestión.
Creada con relación al tutor dativo, se extendió después a los demás tutores.

Al principio, el tutor sólo responde del dolo pero más tarde le alcanza también la
culpa. Así contra el tutor dativo inoperante se concede, bajo Marco Aurelio, una
actio utilis tutelae.
Por razón de los desembolsos hechos durante el desempeño de su cargo, se
otorga al tutor una acción, llamada actio tutelae contraria en los textos
justinianeos.

EXTINCION DE LA TUTELA
La tutela, se extinguía por causas referentes al pupilo y al tutor.
Entre las primeras, o sea, referidas al pupilo, encontramos:
a) El arribo del pupilo a la pubertad.
b) La muerte del pupilo.
c) La capitis deminutio del pupilo, máxima, media y mínima.
d) La llegada del término o de la condición resolutoria.
Entre las causas de extinción de la tutela, relacionadas con el tutor, encontramos:
a) La muerte del tutor.
b) La capitis deminutio máxima y media.
c) La remoción del tutor.
d) La renuncia del tutor.
e) Excusas tales como, él haber cumplido 70 años, pobreza del tutor o posesión
de un número de hijos superior a tres.
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Conclusión

La época romana no fue la mejor para toda la sociedad, pero aun así
fueron los cimientos de lo que conocemos hoy en día, teniendo las
dificultades que el medio producía mas las propias de la mentalidad
precaria de los individuos de la época. Hoy reconocemos los derechos
humanos que antes no existían y las libertades que antes eran un
privilegio o un lujo como algo normal, la independencia de la mujer y
su potestad sobre los hijos es una obligación necesaria al igual que la
equiparación del padre con respecto a los hijos de forma recíproca que
la madre, la adopción que antes era muy extraña y complicada y la
emancipación que antes era un método riguroso ahora se basa solo
en el simple hecho de cumplir una edad determinada.
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Anexos
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28

Bibliográfia

Libros:

Ontiveros Paolini , Gerardo Derecho Romano I y II editorial ; Distribuidora Rikel


1986.

Abouhamd Hobaica , Chibly. Anotaciones y comentarios de Derecho Romano


editorial jurídica venezolana. Caracas 1988 tomo I y II.

Arangeo Ruiz , Instituciones de Derecho Romano . Buenos Aires Edit.


Depalma.

Ramos Cesar . Derecho Romano I Universidad Central de Venezuela. 1988.

Bofante , Pedro . Instituciones de Derecho Privado Romano, Buenos Aires Edit


Perrot 1963.

Iglesias Juan .Derecho Romano . Editorial Ariel Madrid 1990.


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Citas

“Es más fácil cometer parricidio que justificarlo”. Palpiano

“la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su propio


derecho”. Justiniano.

" Reclamo el derecho a contradecirme siempre que quiera. La expresión de la


verdad esta en las pruebas y no en las actas, no en nuestra propia convicción.
Si las causa fueran claras y se discutieran por ellas mismas, nadie necesitaría
un defensor. " Cicero.

" La ley debe de ser breve para que los profanos la recuerden." Séneca

‘La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo
cosas honradas hacer por ellos’. Marco Tulio Cicerón.

“La justicia no espera ningún premio. Se la acepta por ella misma. Y de igual
manera son todas las virtudes”. Marco Tulio Cicerón.

“Un abogado sin libros sería como un obrero sin herramientas” Palpiano

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