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Lectura N° 11
Si bien esta clasificación puede ser hoy un tanto inadecuada, es la que más se utiliza
cuando se habla de educación y nos referimos a sus tipos.
Recordemos entonces esta clasificación que nos ordena y, a su vez, pensemos en los
nuevos modos educativos que han surgido en la actualidad.
El primer agente educativo es la familia. Allí se inicia el proceso de crianza y los padres
acompañan y son referentes significativos en los procesos de subjetivación y
socialización.
El segundo agente que tiene un papel trascendental en la vida de los niños es la escuela.
El niño ingresa a las instituciones educativas con un bagaje de valores, creencias,
conocimientos (habitus) que ha construido en el mundo familiar y en los primeros lazos
sociales que se han generado en vinculación con las experiencias en la vida familiar. En
la escuela las prácticas educativas están planificadas y se orientan a la transmisión de
contenidos predeterminados en un contexto socio-histórico que es el telón de fondo desde
donde se producen las prácticas educativas.
Este módulo pretende poner en consideración algunos aspectos que se juegan en los
procesos educativos a la luz de las nuevas formas de constitución psicosocial que se
vinculan a características propias de nuestra época. Estos nuevos rasgos atraviesan la
cotidianeidad escolar tiñendo las interacciones, las tramas intersubjetivas que se conforman
en las aulas. Se hará especial hincapié en un abordaje conceptual haciendo algunas
referencias a los desafíos que la escuela, como institución que se ocupa de los procesos
ligados al entendimiento y a la reproducción simbólica, debe poder asumir en lo que
respecta a la constitución psicosocial.
En la escuela hoy observamos manifestaciones que reflejan nuevos modos vinculares que
se construyen en la intersubjetividad y como producto de las experiencias subjetivas y
sociales que los sujetos tienen.
El ámbito familiar será el primer grupo de encuentro en que inicia la socialización el niño y
el psiquismo individual resultará de la interiorización de esta vida grupal en la que el niño
realiza experiencias que luego se extenderán más allá de esta instancia de filiación. Las
primeras interacciones en el grupo primario dejarán huellas en la singularidad del sujeto,
impregnando -de cierta manera y no de otra- los procesos de interacción de los que es y
será parte.
1
Habermas, Jürgen. (1999) « Teoría de la acción comunicativa, II” Crítica de la razón funcionalista. ED.
Taurus. Madrid. Pág.161
Este hecho nos obliga a mirar una escuela que se encuentra permanentemente
atravesada por situaciones a las que no sabe responder. Hoy no es suficiente con plantear,
entre los objetivos institucionales, la transmisión de determinados contenidos curriculares.
La escuela, como espacio público, se enfrenta a demandas que la exceden en su
posibilidad de respuesta pero que cotidianamente atraviesan sus puertas. Problemas
socioeconómicos tienen como consecuencia la desnutrición o mal-nutrición, el desempleo y
sus efectos en la constitución familiar, la violencia en la familia y en la sociedad, la soledad
de los niños en los procesos de crianza, el abandono, los procesos de colonización de los
mundos de la vida, la ausencia de proyectos sostenidos en sus mundos de la vida, entre
otras circunstancias que aquejan a gran parte de la población, como consecuencias del
avance de la economía de mercado, la globalización y el neoliberalismo. Esta realidad
afecta a una importante población infantil.
En este contexto bastante adverso al mantenimiento de los propósitos más loables que
tiene y ha tenido la escuela pública, las instituciones deben seguir intentando promover un
clima favorable para un desarrollo psicosocial saludable en los niños. Tarea nada sencilla y
que requiere de replanteos en el trabajo pedagógico donde las relaciones intersubjetivas
sean la piedra angular donde se asienten las acciones a partir del reconocimiento de los
problemas y el conocimiento de aportes teóricos que le permitan comprender a los sujetos
infantiles, superando las apreciaciones dóxicas que obstaculizan la posibilidad de reflexión.
2
Bourdieu, Pierre.(1999) Meditaciones Pascalianas Anagrama. Barcelona. 1999 Pág. 243
3
Freud, Sigmund.(1984) La interpretación de los sueños. Ed. Círculo de Lectores. Argentina. Pág. 145
La escuela también ejerce una función jurídica interpretando aquellas leyes que le llegan
así como generando normas nuevas. Los docentes también asumen una función legislativa
en sus prácticas cotidianas marcando límites, negociando e inscribiéndose en ciertos
cuerpos normativos.
Habiendo aclarado esta cuestión vamos ahora a contextualizar las realidades escolares que
tanta prensa tienen en relación a los conflictos donde se ponen en acción las interacciones
violentas.
Es esperable que las instituciones, habitadas por sujetos, alberguen malestar. Los
conflictos son parte de su funcionamiento. Cuando los hechos de violencia se reiteran,
existe una repetición sistemática de los mismos, es necesario pensarlos como síntoma, lo
que requiere para ser abordado de algún dispositivo que facilite el análisis y la
simbolización de los mismos por parte de los sujetos implicados. Si bien siempre ha existido
violencia, las formas en que hoy se tramita el malestar en las instituciones educativas tiene
una modalidad preocupante que se reproduce a pasos acelerados. ¿Qué es lo que está
pasando?, ¿qué es lo que ha ocurrido en las últimas décadas que ha potenciado la
violencia?
4
Furlán, Alfredo. “Problemas de indisciplina en las escuelas de México. El silencio de la Pedagogía”. UNAM.
5
Garay, Lucía; Gezmet, Sandra.(2000) “Violencia en las escuelas, fracaso educativo”.CIFFYH.
Cuando los medios de coordinación de la acción entre los sujetos no es el lenguaje sino
son medios deslingüistizados (como puede ser el dinero, el poder, modos de consumo), se
vehiculiza el malestar en instancias de pasaje al acto. En las escuelas podemos observar
que mucho de lo que no se pone en palabras se pone en actos (golpes, gritos, amenazas,
agresiones). Estas expresiones violentas pueden ser canalizadas positivamente según
cómo se las aborde, o pueden ser potenciadas según el entorno y las interacciones
intersubjetivas que allí se produzcan.
Si en las comunicaciones entre los sujetos se privilegian los fines encaminados a producir
determinados efectos como influencias en el accionar de otros, entonces, éstas pueden
generar diferentes perturbaciones. Dichas perturbaciones se manifiestan como sucesos de
violencia. Habermas sostiene que el avance burocrático y económico sobre los sujetos ha
producido una “colonización de los mundos de la vida” invadiendo con una lógica racional
instrumental, originando “patologías inducidas sistémicamente”. Estos mundos de la vida
como contextos formadores de sentido, proveedores de convicciones de fondo y del acervo
de saber necesario para los procesos de entendimiento; ha sido jaqueado por las
transformaciones políticas, económicas y sociales. Dichos cambios han sacudido estos
mundos de la vida provocando violentación, inestabilidad y confusión en los sujetos.6
6
“Mundos de la vida” es un concepto acuñado por Husserl, luego retomado por Schutz y finalmente
por Habermas. Este último diferencia “mundo” de “mundo de la vida”. Los “mundos de la vida” son un
conjunto de certezas aproblemáticas que conforman una suerte de plexo siendo el trasfondo a partir
del cual una persona va a definir su horizonte. Este conjunto de implícitos son inconscientes: Aquí
aparece una articulación entre lo social (procesos de socialización) y lo subjetivo (constitución
psíquica del sujeto).
Silvia Bleichmar, plantea la diferencia entre sujeto ético y sujeto disciplinado, marcando en
relación a la violencia, que el problema no está en el límite (preocupación actual de padres
y educadores) sino en la legalidad que lo estructura, considerando relevante la doble
función del adulto frente al niño, la de inscribir sexualidad y la de pautar límites en relación
a la apropiación sobre el cuerpo del niño, y el reconocimiento de la diferencia de un sujeto
aún en la semejanza."En la medida en que se produce un reconocimiento ontológico y, al
mismo tiempo, una diferenciación de necesidades y un reconocimiento de las diferencias, el
sujeto no queda capturado por una sexualidad desorganizante inscripta por el otro, sino que
comienza inscribirse en un entramado simbólico que lo desatrapa, tanto de la inmediatez
biológica como de la compulsión a la que la pulsión lo condena"9
La escuela sigue en pie y está “sabiendo” que es necesario revisar, pensar, inventar nuevas
formas de acción. Son desafíos para los que no están las respuestas construidas.
Requieren de reflexión, Illusio, criticidad, creatividad.
7
Haberbas, Jurgen.(1982) Teoría de la acción comunicativa, complementos y estudios previos
Cáp.11
8
Laino, Dora. “Violencia simbólica, violencia social, violencia escolar” .En “Psicopedagogía en la
actualidad” Laino Dora (comp.) Ed. Homo Sapiens. Santa Fe. 2003
9
Bleichmar Silvia La diferencia entre sujeto ético y disciplinado. Texto extractado de la clase 1
Seminario La construcción del sujeto ético. Buenos Aires. Abril de 2006
La escuela como continente de hilos entre mezclados, viejos, anudados, de otros tipos y
colores…Agreguemos hilos más nuevos, los “recién llegados”. Este entramado de lazos
entreverados, semejantes y a su vez diferentes, en un lugar, unos topos donde se
entretejan hilos, lazos que anudan lo social, lo cultural, lo subjetivo. Lazos de varios tipos,
pluralidad de vínculos y tramas. Un continente como "Yo piel”, que anuda, que ordena, que
instituye, que construye lazos con ciertos cercos institucionales necesarios que permiten
el pensar.
Las instituciones educativas son espacios de filiación simbólica que aseguran un pasaje
de lo singular a lo plural, inscribiendo a los sujetos a un grupo, en una herencia que
recibirán, tomarán, ampliarán, actualizarán, recrearán, y dejarán a los por-venir.
Educar implica una toma de posición, que se traduce en decisiones y actos “con otros”, que
orienta nuestras acciones de modo que no se acepte pasivamente la realidad como lo
“natural” a modo de resignación dóxica en la que la realidad preexiste por “el orden
de las cosas”. Participación y responsabilidad en la realidad de la que “somos parte”. Los
miembros de una sociedad pueden no sentirse “integrante-parte” por ser ubicados desde
los espacios que detentan poder, en el lugar de “resto” colocados en otra categoría de
ciudadanos y lo que ello implica respecto de sus posibilidades de modificar su realidad. Al
interior de las escuelas también aparecen estos procesos estigmatizantes, portado por los
alumnos. Está lo instituido sin factibilidad de lo instituyente. Pero todos somos y hacemos a
las instituciones. Ellas no están al margen de nuestra existencia, somos su existencia y
ellas hacen a la nuestra. Los enunciados identificantes dejan huellas, marcas en los
sujetos. La ofrenda que el docente haga al niño, si hablamos de una tarea educativa, va a
depender en gran parte de la confianza que tenga el adulto en sus capacidades. La apuesta
como aquello pensado para dar, para hacer, para ofrecer al otro y con el otro en un sentido
que “vale la pena”. Una relación desde la confianza brinda un terreno fértil para la
educación. El sujeto necesita sentirse reconocido y gratificado por la aceptación del otro.
Ese reconocimiento le aporta suministros narcisistas necesarios para seguir desando
Es necesario tener presente, tal como afirma Sancho Gil, que las nuevas
tecnologías (más o menos novedosas según los países y sectores sociales) no tienen el
mismo efecto social y cultural ni las mismas consecuencias para todos. La autora dice
que lo “viejo o nuevo parece depender en definitiva de la capacidad y amplitud de
acceso”. 10
10
De Pablos Pons, J.: Nuevas tecnologías. Comunicación audiovisual. Cedecs Editorial.
Barcelona.
Invade entonces una lógica instrumentalista orientada estratégicamente en pro del influjo
unidireccional en el otro manipulándolo, de manera tal que las acciones orientadas al
entendimiento regidas por la reciprocidad, quedan obstaculizadas por otras lógicas (del
orden económico) que han colonizado modalidades del orden social generando procesos
de desintegración social.11
Volvemos a la pregunta. ¿Qué papel han tenido y tienen las Tics en estos nuevos
procesos? Bourdieu explicita su posición crítica, en particular a los medios de información
y comunicación como medios formativos. En una de sus producciones titulada
“Preguntas a los verdaderos amos del mundo”* el autor pone el énfasis en la
convergencia tecnológica y económica de lo audiovisual, de las telecomunicaciones y de
la informática. Sostiene que esta convergencia se sostiene y justifica en la “multiplicación
de canales temáticos” que responderían a la demanda real y potencial de los diversos
“consumidores” generando una oferta adecuada a todas las demandas posibles. “Todo lo
que producen y hacen circular los nuevos grupos de comunicación tecnológica integrados
económicamente –desde publicidades en televisión hasta libros, películas o juegos
televisivos- deben recibir el mismo trato que cualquier otra mercancía” … “obedeciendo
así a la ley del mercado, a la ley del beneficio que otorga el triunfo al producto
plebiscitado por la mayoría”.12
11
Habermas plantea dos posibilidades en las acciones comunicativas.: unas orientadas al
entendimiento (a través de acuerdos y comunicaciones recíprocas que persiguen el entendimiento
entre los sujetos) y otras acciones estratégicas orientadas al éxito donde un sujeto influye sobre
otro, influencia por manipulación que no tiene por finalidad el entendimiento sino que por influjo
uno de los sujetos haga lo que el otro quiere.
12
Bourdieu, Pierre. (2002) “Pensamiento y acción” Ed del Zorzal.
Visto sólo así suena un tanto desesperanzador. Como educadores se instala la necesidad
de otorgar crédito a los márgenes de libertad de los sujetos para resistir, tomar posición,
criticar, rechazar, reconsiderar lo que circula y los que se les ofrece ubicándolos en un
lugar activo respecto de los que ven, leen y escuchan. Las posibilidades del hombre para
lograr la criticidad y la reflexividad dependerán de lo que a través de la educación, y
específicamente de las instituciones educativas, se ofrezca en tanto herramientas teóricas
y metodológicas a disposición en pro del análisis e interpretación, jugando las nuevas
tecnologías un rol importante; aspecto que también se pondrá bajo la lupa para recuperar
los aspectos positivos que favorezcan la transformación y el mejoramiento de los sujetos
y de las sociedades a las que pertenecen.
“Uno de los retos a los que debe dar repuesta la educación consiste en que el alumnado
sea capaz de utilizar con sentido ese repertorio de formas de pensar, de sistemas de
información y de saberes acumulados en un mundo a la vez fragmentado y global”. 14
13
Bourdieu, P. : Ob.cit.
14
De Pablos. : Ob.cit.
15
Habermas, Jürgen. (1992)Ciencia y técnica como ideología. Ed. Tecnos. Madrid. 1992
16
Gewerc Barujel, Adriana: “Encuadres teóricos de la tecnología” Extracto del proyecto docente para
la titularidad de la asignatura “Nuevas tecnologías aplicadas a la Educación” (inédito).
17
Gewerc Barujel, A.: Ob. Cit.
En relación a las nuevas tecnologías y la educación hay tres ejes que nos
permiten la comprensión del campo de la Tecnología Educativa: el ontológico, el
pragmático y el fenomenológico.
Como disciplina tuvo un desarrollo histórico del cual porta la marca de sus orígenes, un
sello ingenieril, cargando una visión de corte instrumentalista que definió por bastante
tiempo su identidad. Luego se reconoce la importancia de tratar la tecnología educativa
vinculada e involucrada en procesos sociales lo cual implicó delimitar su objeto de estudio
para abrir un nuevo espacio epistemológico que permitiera la investigación abriendo a
nuevos análisis e interpretación de las Tics en el campo educativo. Para De Pablos este
objeto de conocimiento tendría que ver con “los medios y los procesos de comunicación
educativa”. 18
18
Gewerc Barujel, Adriana: “Hacia una conceptualización de la Tecnología Educativa como campo
de conocimiento”. Extracto del proyecto docente para la titularidad en la asignatura “Nuevas
tecnologías aplicadas a la educación” (inédito).
¿Cómo investigar estas nuevas realidades?, ¿Qué disciplinas aportan? De este modo el
abordaje desde una perspectiva relacional, tal vez con una mirada interdisciplinaria,
permita investigar la realidad en su complejidad a partir del diálogo entre los campos
donde las fronteras sean flexibles permitiendo análisis en los que intervengan la Teoría
de la Comunicación, la Teoría de la Educación, la Didáctica, la Psicología Educacional, la
Inteligencia Artificial y posiblemente otras disciplinas a las que se recurra dependiendo de
las problemáticas a investigar.
En las escuelas donde sí tienen presencia, la cuestión pasa a ser otra: ¿Cómo se
integran al trabajo escolar? La solo presencia física per se ¿alcanza? Las prácticas
educativas, ¿devienen tal como lo hacían antes? ¿Se pueden recuperar y valorar las
posibilidades que éstas aportan para la labor pedagógica incluyendo a todos los actores?
Parece ser una cuestión central, respecto de las nuevas tecnologías, el modo en que se
han integrado en las escuelas, física y simbólicamente.
La verdadera integración tiene que ver con ir más allá del mero “uso instrumental de la
herramienta” para pensarlas como fuente de innovación curricular.
Ahora, si bien la capacitación puede ser la causa de mayor peso, según lo que dicen
políticos e investigadores, Salvat reconoce que hay otros “aspectos relativos a los propios
aparatos hasta la adecuación de la institución al medio”.19 Respecto de esta afirmación
recuerdo uno de los trabajos de Justa Ezpeleta refiriendo a las reformas educativas en la
que ella pone en el tapete la cuestión de la “bajada” de dichas reformas pensadas “allá
arriba” sin atender “las condiciones de posibilidad de las instituciones y sus actores” para
comprender, compartir y llevas adelante estas reformas. Con las computadoras (que en
algunas ocasiones han venido en el paquete de esas reformas) seguramente ha ocurrido
lo mismo. Para que una reforma se valide por los actores que deben ejecutarla debe
haber un reconocimiento acerca de su necesidad. Las nuevas tecnologías se consideran
necesarias, pero en muchos casos se les da valor en el discurso, y luego poco de este
deber ser se traslada al trabajo cotidiano de la escuela. De allí la importancia del trabajo
con los docentes para que: operen las máquinas, pierdan el temor a su uso y a lo que
desconocen de lo que circula en la red, conozcan y validen esa fuente de información y
comunicación, piensen que no necesariamente siempre se ocupa un lugar pasivo con su
uso, reconozcan que la utilización de los medios también tiene dependencia con la
propuesta de enseñanza que ellos generen, puedan dar cuenta de las posibilidades de
intercambio con otros colegas y del reconocimiento del aporte a la democratización del
conocimiento dando acceso si no a todos a gran parte de las personas; entre otras
muchos aspectos constructivos más.
Son preguntas y reflexiones, tal vez apenas, algunas certezas… Para concluir quisiera
dejar abierta la reflexión sobre la relación educación-sociedad-nuevas tecnologías
recuperando tres citas que, rompiendo la lógica argumental de cada autor del que han
sido extraídas, tiene por intención poner en tensión los fines de estas nuevas tecnologías
y la preocupación de los pedagogos respecto de una deseada “educación para todos”.
Primero, una mirada crítica desde la literatura con fuerte componente político donde
Galeano trasluce una especial manera de escribir acerca del fin se siglo… y los efectos
tecnológicos y posmodernos…
19
Gros Salvat, B (2000) De un trasto que ocupa mucho sitio a ¿dónde he dejado mi ordenador?
En Gros Salvat “El ordenador invisible. Hacia la apropiación del ordenador en la enseñanza”
Gedisa, Barcelona .2000
La igualación y la desigualdad.
“…Lo mejor que el mundo tiene está en los muchos mundos que el mundo contiene, las
distintas músicas de la vida, sus dolores y colores: las mil y una maneras de vivir,
creer y crear, comer, trabajar, bailar, jugar, amar, sufrir y celebrar, que hemos ido
descubriendo a lo largo de miles y miles de años.
La igualación que nos uniforma y nos emboba, no se puede medir. No hay computadora
capaz de registrar los crímenes cotidianos que la industria de la cultura de masas
comete contra el arcoiris humano y el humano derecho a la identidad. Pero sus
demoledores progresos rompen los ojos. El tiempo se va vaciando de historia y el
espacio ya no reconoce la asombrosa diversidad de sus partes. A través de los medios
masivos de comunicación, los dueños del mundo nos comunican la obligación que todos
tenemos de contemplarnos en un espejo único, que refleja los valores de la cultura de
consumo…”
Eduardo Galeano “Patas Arriba. La escuela del mundo al revés” 1999
Luego, una mirada esperanzadora de las tecnologías, tal vez bastante utópica en
nuestros países sureños, pero alimentadora de proyectos democráticos y compartidos por
la humanidad:
20
Zuluaga Olga y otros. “Educación y pedagogía: una diferencia necesaria”. En AAVV. Pedagogía
y Epistemología. Cooperativa editorial Magisterio. Colombia. 2003
Hemos sufrido los pueblos, el paso de una sociedad integrada a una fragmentada
con fuertes polarizaciones generando grandes masas y nuevos grupos de “pobres”.
Estas nuevas franjas poblacionales han buscado nuevos modos de subsistencia
económica, política y cultural. La presencia de variadas O.N.G es el ejemplo de esto
como formas de acción colectiva que han ido dando “respuesta coyuntural al cierre de los
canales instituidos”23.
21
Feijoo, María del Carmen. “Nuevo país, nueva pobreza”. FCE. Bs As. 2001
22
Feijoo, María del Carmen. “Nuevo país, nueva pobreza”. FCE. Bs As. 2001
23
Jelin, Elizabeth. ¿Ciudadanía emergente o exclusión? Movimientos sociales y Ong en América
Latina en los años 90. En Poder: aportes para un debate. UBA.
24
Giroux Henry. “La pedagogía de los límites en la era del podmodernismo” en Pedagogía y
política de la esperanza. Amorrortu. Bs. As. 2003
25
Cuando Pierre Bourdieu refiere a la Doxa y a la naturalización de las ideas expresa que “hay
muchas cosas que la gente acepta sin saberlo”. Refiriéndose a la capacidad de resistencia dice
que ha sido sobreestimada lo que “no significa que los sujetos dominados toleren todo pero que
consienten mucho más de lo que creemos y mucho más de lo que ellos saben”. En “la dominación
simbólica la resistencia es más difícil, puesto que es algo que se absorbe como el aire, algo por lo
que uno no se siente presionado: está en todas partes y en ninguna, y escapar de eso es muy
difícil…” lo que no quiere decir que lo pensemos como imposible.
26
Nuñez, Violeta. Pedagogía social. Cartas para navegar en el nuevo milenio. Santillana. Bs. As.
Entrado el S XX, se inicia la polémica respecto del papel del Estado en estas
obras filantrópicas, siendo centro de debate la cuestión financiera. Se reconoce la
necesidad de una legislación que regulara estas instituciones y cierto control sobre los
subsidios otorgados. Se crean, entre 1911 y 1937, entidades específicas para ello junto a
reglamentaciones que pondrán orden a esta situación.
Hacia fines del S XIX y principios del S XX podemos avizorar una especie de
modernización de la filantropía y de la asistencia social. La intervención estatal fue cada
vez mayor y el “higienismo” impregnó la época. Bajo el modelo francés de asistencia
pública tendió a la profesionalización de la práctica poniendo el acento en la “prevención”
27
Thompson Andrés Beneficencia, filantropía y justicia social en Thompson A. (comp.) Público y privado
UNICEF/ Losada. Argentina 1995
28
Thompson Andrés. Ob. Cit. Pág. 23
A pesar del derrocamiento de Perón en año 55, el Estado seguirá siendo el centro
en las cuestiones de política social. El autoritarismo de los 60 y 70 y la renovación
democrática de los 80 abrirán un nuevo camino a las ONGs.
Expresa Andrés Thompson “…Hoy, en los umbrales del SXXI, nos encontramos
en los inicios de un proceso de reversión de esta tendencia “Estado-céntrica”. Las
implicancias en el campo del desarrollo social, y por ende, del accionar de las
organizaciones no gubernamentales están aún en gestación”. 30
En lo político:
• Se generó un reemplazo de los regímenes militares por democracias más o
menos estables, democracias formales pero no reales, entendidas pobremente como
forma ordenada de ingreso al poder.
• Debilitamiento del rol del estado en relación a las políticas distributivas y de
equidad social.
• Democracias débiles acompañadas de corrupción, ostentación de la
riqueza e impunidad de los funcionarios públicos.
29
Thompson Andrés. Ob. Cit. Pág. 43
30
Thompson Andrés. Ob. Cit. Pág. 59
En lo social:
• Dualización de la sociedad en relación a la distribución de la riqueza, el
acceso a bienes materiales y culturales. Generación del deseo e impedimento real de
acceso a estos bienes.
• Profundización de la pobreza en sectores de pobreza estructural.
• Exclusión social.
• Disminución de la participación social (espacios y prácticas)
• Desintegración social.
• Crisis de identidad y de la defensa de los derechos.
• Urbanización creciente (hacinamientos, asentamientos de emergencia)
• Sentimiento de angustia, incertidumbre, desesperanza, impotencia.
Manifestaciones variadas de violencia por la imposibilidad de tramitar el malestar general.
Veamos una situación concreta sobre las prácticas educativas en un contexto no escolar. Decían
los niños en un apoyo escolar en un Centro Comunitario: (ONG)*
• Son algunas consideraciones que parten de una investigación que se hizo en una ONG en la Ciudad de
Córdoba entre los años 2001 a 2003.
31
Canguilghem George (1978) Lo normal y lo patológico Ed S. XXI México.
Extraído de http://aufop.blogspot.com/2010/07/angel-i-perez-gomez-nuevas-exigencias-y.html
Se espera, de manera ingenua o falaz, que la habilidad de cada estudiante consiga unir y
vincular los fragmentos disciplinares, aprendidos de manera abstracta y memorística, en
teorías, actitudes y estrategias de acciones coherentes, eficaces y adecuadas. Pero las
competencias o cualidades humanas personales y profesionales, como sistemas
complejos de comprensión y actuación, requieren prácticas, vivencias, experiencias
auténticas en contextos reales y reflexión, debate y contraste abierto de saberes
personales y profesionales.
Con este propósito se presentan al comienzo del mismo cuatro contribuciones que
analizan y debaten propuestas relacionadas con la transformación radical de la formación
inicial de los docentes. Con sus evidentes posiciones diferenciadas, las cuatro
aportaciones se plantean la necesidad de repensar sustancialmente la función del
docente y modificar de forma coherente los programas y procesos implicados en su
formación. Para todos ellos, el núcleo del problema reside en la necesidad de comprender
cómo se forman, desarrollan y modifican las dimensiones y recursos personales y
profesionales que definen sus modos de actuar en la práctica cotidiana de la enseñanza.
El aprendizaje abstracto de contenidos teóricos tanto de las disciplinas que han de
enseñar como de las disciplinas que indagan qué, cómo, por qué y cuándo enseñar y
evaluar no garantiza ni una interpretación, ni una planificación, ni una intervención
adecuadas a las exigencias complejas y cambiantes de la diversidad de aprendices
contemporáneos. La formación del pensamiento práctico (Pérez Gómez), el desarrollo de
las competencias profesionales (Perrenoud), la construcción de los saberes in-corporados
(Contreras), la formación reflexiva de la identidad profesional (Korthagen), parecen el
talón de Aquiles de los programas de formación de los docentes contemporáneos.
En consecuencia, el oficio docente, para Contreras, se hace con uno mismo, con lo que
uno es y lleva incorporado. Al enseñar, uno se expone, se enseña; no sólo enseña un
saber, sino la propia relación con el saber; no sólo está allí, entre estudiantes, sino que es
ante todo presencia… el saber que necesitamos para vivir (y para vivir-nos como
docentes) es aquel que está unido a nosotros, que nos constituye, que hace cuerpo con
nosotros, que tenemos in-corporado. De este modo, el docente ha de considerarse como
un creador de saber, no como un mero administrador de conocimientos.
En una línea muy similar, Korthagen y Pérez Gómez se detienen en analizar los
elementos y las relaciones que subyacen al saber de la experiencia, al saber in-
corporado. Korthagen en este artículo y en el resto de su obra más reciente (2001, 2004,
Ahora bien, la mera práctica en los contextos reales del aula tampoco garantiza el
aprendizaje crítico de lo vivido, ni la exploración de alternativas, ni, por tanto, la
intervención adecuada desde el punto de vista educativo, y frecuentemente no supone
más que la reproducción de las tradiciones docentes (LORTIE, 1975). El proceso de
formación de los profesionales docentes requiere provocar la reflexión en, sobre y para la
práctica, en las situaciones concretas y complejas de la vida del aula, del centro y de la
comunidad educativa donde interviene el docente. La reconstrucción del conocimiento
práctico, de las competencias profesionales como sistemas personales de interpretación y
de acción, requiere que los docentes revisen y cuestionen las mismas imágenes, ideas y
prácticas que han adquirido a lo largo de su vida personal y profesional y que practican,
activan, en su quehacer cotidiano. Hagger y Hazel (2006) denominan este proceso
teorización práctica, “practical theorizing”. La teorización práctica es la reflexión del
docente sobre su propia práctica, sobre su propia forma de actuar, a la luz de las
experiencias educativas más relevantes y de los resultados de la investigación educativa
más consistente.
-Gestionar por qué las cosas son y se hacen de una cierta manera.
- Indagar el sentido del conocimiento local e informal que se difunde en el contexto del
aula.
- Considerar los procesos históricos y sociales que afectan a las propias decisiones, y a
las rutinas, rituales y hábitos de la cultura escolar.
- Buscar las discrepancias entre lo que se dice y lo que se hace y observar cómo nos
afectan los acontecimientos externos y nuestras propias acciones y reacciones.
Ahora bien, como acertadamente afirman Dreyfus y Dreyfus (2005), la reflexión crítica
sobre nuestra práctica, la teorización práctica, es clave para perfeccionar, no para negar,
las propias intuiciones, puede ayudar a distanciarse de las rutinas y creencias propias y
del contexto social y profesional, que inducen una visión concreta de los fenómenos
educativos, así como a promover formas creativas y alternativas de percibir y proponer.
Zeichner, apoyado por su larga historia como maestro primero y como formador de
docentes, después, en uno de los departamentos universitarios más prestigiosos de los
EE.UU., insiste en la necesidad de equilibrar la presencia de estos dos componentes
irrenunciables y complementarios: la investigación reflexiva y la práctica responsable, de
alguna manera situados en instituciones distintas, la universidad y los centros escolares.
La cooperación más estrecha entre la escuela y la universidad, entre la práctica y la
investigación para provocar la innovación permanente de las prácticas educativas, es la
clave de arco de la transformación de los programas de formación de docentes a la vez
que de la mejora de la vida educativa de las escuelas. Especialmente relevante es su
llamada de atención en el contexto político de los EE.UU., donde proliferan en la
Evitar esta deriva indeseable requiere, para Zeichner, transformar sustancialmente los
actuales programas de formación de docentes para superar el estéril academicismo
clásico, y promover de forma rigurosa programas de investigación acción, en los
contextos reales de la vida de las aulas, apoyados por los recursos de la investigación
educativa más responsable y actualizada. Esta exigencia inaplazable implica indagar de
forma prioritaria y permanente sobre la eficacia, el sentido y las consecuencias de nuestra
forma de hacer como formadores de docentes. El movimiento denominado Self-study
(ZEICHNER, 2007; DINKELMAN, 2003; LOUGRAND, 2007), merece nuestra mayor
consideración por significar un esfuerzo clave de volver la mirada sobre nosotros mismos
como docentes de docentes y sobre nuestras responsabilidades profesionales que se
sitúan a la base del edificio del sistema educativo. ¿Cuál es el sentido de nuestra
práctica? ¿Cómo se forman nuestras Gestalt profesionales, intuitivas e informadas como
formadores de docentes? No podemos implicar a nuestros estudiantes, futuros docentes,
en programas de investigación-acción, si nosotros no utilizamos esa misma estrategia
para comprender y mejorar nuestra propia práctica docente.
Perrenoud, por su parte, plantea las ventajas y las dificultades que conlleva la ubicación
de las instituciones de formación de los docentes en el campus universitario, para lograr
la coherencia que requieren los programas de formación. Analiza las contradicciones y
dilemas que la búsqueda de la necesaria coherencia lleva consigo y establece catorce
puntos para indagar los componentes en los que se puede fundamentar la coherencia o la
discrepancia. ¿Cómo armonizar la necesaria coherencia para que los programas
manifiesten una mínima orientación compartida y faciliten la eficacia en el aprendizaje de
la profesión docente, con la requerida libertad de pensamiento que exige el respeto a la
pluralidad de posiciones en temas educativos tan controvertidos y saturados de opciones
de valor? ¿Cómo ayudar al crecimiento relativamente autónomo de profesionales
docentes en un mundo tan complejo, incierto y cambiante? A lo largo de la prolongada
vida profesional de los docentes vamos a encontrar manifestaciones diferentes de este
mismo dilema. La coherencia no implica homogeneidad, sino claridad, transparencia,
diálogo y respeto a la pluralidad. Las propuestas, alternativas, formulaciones y
planteamientos de cada individuo en la comunidad de aprendizaje han de tener la
posibilidad y la exigencia de expresarse con libertad tanto como con claridad, rigor y
argumentación. El diálogo, la argumentación basada en razonamientos y evidencias y la
experimentación compartida son las claves para lograr acuerdos respetuosos con la
pluralidad y la divergencia. Como plantea el autor en su artículo:
“El hecho de que nos ubiquemos en la enseñanza superior debería facilitar las cosas: los
estudiantes son adultos capaces de vivir una formación que no rechace ni las
divergencias ni las zonas de incertidumbre, en particular si son objeto de comparaciones
explícitas. La complejidad es tanto más aceptable cuanto más inteligible. Esto exige de
los formadores no tanto un acuerdo sobre el fondo como un acuerdo sobre la necesidad
de debatir abiertamente acerca de sus divergencias, entre ellos y con los estudiantes.
BULLOUGH, R. V., Jr. (en prensa). “Hope, happiness, teaching and learning”. En C. Day y J. Lee (Eds.), New understandings
of teacher effectiveness: Emotions and educational
change. New York: Springer.
DAMASIO, A. (1999). The feeling of what happens: Body and emotion in the making of consciousness. London: Heinemann.
DARLING-HAMMOND, L., BRANSFORD, J., LE PAGE, P., HAMMERNESS, K. y DUFFY, H. (Eds.) (2005). Preparing teachers
for a changing world: What teachers should learn and be able to do. San Francisco: Jossey-Bass.
NOTA
(1) Esta insatisfacción con los modelos convencionales, institucionales y curriculares de formación de docentes ha provocado
una extensa e intensa producción teórica y práctica de modelos y reformas en el panorama internacional. Como ejemplos
podemos citar los siguientes: Holmes Group (1986); National Commission on Excellence in Teacher Education (1985); Furlong
y Maynard (1995); Tom (1997); Zeichner (2007); Grossman (2005); Grossman et al. (2009); Darling-Hammond, Bransford,
LePage, Hammerness y Duffy (2005); National Commission on Teaching & America’s Future (1996); Teacher For America
(TFA); Teacher for a New Era (TNE); “School based teacher education”, IVLOS (KORTHAGEN, 2004). SSN 0213-8646