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A medida que iba leyendo los textos de Saussure, Peirce y Barthes, sentía que cada uno avanzaba

un poco más allá sobre la materia de los signos y la comunicación.

Saussure es el primero en proponer una ciencia que se ocupe de los signos, que no pertenezca a la
lingüística, sino que sea la disciplina superior que la absorba. Se ocupa de definir los elementos de
la semiología y establecer ciertos conceptos.

Peirce, solo unos años después, avanza todavía un poco más y privilegia el término SEMIÓTICA,
que entiende el estudio de los signos desde la perspectiva frente a la SEMIOLOGÍA de Saussure
que aborda la ciencia como forma analítica y crítica. Incluye el plano del interpretante que
Saussure deja afuera, resultando en una tríada de conceptos.

Barthes, revierte el orden que propone Saussure y dice que la lingüística no puede ser parte de la
semiología sino viceversa, porque la semiología es la porción de la lingüística que podrá hacerse
cargo de las grandes unidades significantes del discurso. Los signos no pueden reducirse, dice él, a
los signos del lenguaje, sino que debe extenderse la ciencia a cualquier sistema de signos, incluso
el de la moda o el de la alimentación. Tratará de pensar las características de la cultura como un
gran y complejo sistema semiológico que no trabaja con signos como unidades distintivas, sino
más bien con diferentes sentidos. El sistema semiológico es diferente al sistema de la lengua y
trabaja como una serie de montaje de signos. La cultura va construyendo sentidos a través de
nuevas connotaciones, de nuevos ingredientes. Estos conjuntos de significantes son el objeto de
estudio de la semiología.

Además de nuevos significados, la cultura construye nuevos significantes de anteriores, esto es el


metalenguaje. Por ejemplo, en la ciencia, se usa el lenguaje para estudiar el lenguaje y, cada
ciencia usa el castellano pero crea un metalenguaje. Me centraré también en este aspecto para
tocar el texto de Fernández Toledo y partir de ahí para proceder a analizar la tragedia griega de
Sófocles Antígona.

En una breve exposición enumeraré los conceptos de estos autores revisados en la materia.

SAUSSURE

En primer lugar Saussure refiere a la distinción de las partes social e individual del lenguaje, y
utiliza el término HABLA para referir a la porción individual y LENGUA para referir al producto que
el individua registra previamente. Lo localiza en el circuito donde la imagen acústica se relaciona
con un concepto por fuera del individuo. Es algo que el individuo aprende, un sistema de signos
que expresan ideas.

Acuña entonces el término SEMIOLOGÍA como denominación de la ciencia que estudia la vida de
los signos en el seno de lo colectivo y determina a la LINGÜÍSTICA como una parte de esta primera
ciencia.

En la primera parte de su Tratado sobre lingüística, define el SIGNO LINGÜÍSTICO como la unión
de dos términos psíquicos a través de la asociación. No une una cosa y su nombre, acalara, sino un
CONCEPTO Y UNA IMAGEN ACÚSTICA, que no es el sonido sino su HUELLA PSÍQUICA.

A estos dos elementos los denomina SIGNIFICACO Y SIGNIFICANTE.


En su tratado refiere a ciertas características primordiales del signo

ARBITRARIEDAD: no existe un lazo racionala entre el significante y su significado, sino que se


apoya en una convención. Esto quiere decir que es inmotivado.

SIGNIFICANTE LINEAL: al ser de naturaleza auditiva, el significante se desenvuelve en el tiempo.


Representa una extensión y esta es solo mensurable en la dimensión lineal. Todos los mecanismos
de la lengua dependen de este hecho. Sus elementos solo pueden presentarse uno detrás de otro,
formando una cadena.

INMUTABILIDAD: el signo, como imposición, no es consultado ni elegido. Los individuos no pueden


modificarlo, no una regla consentida, sino una condición que se sufre.

MUTABILIDAD: a pesar de parecer una contradicción, otra de sus características es la capacidad de


cambiar a lo largo del tiempo. La mutabilidad y la inmutabilidad son dos hechos solidarios. Como
el signo continúa, es susceptible al cambio. El tiempo lo altera todo y el signo no puede escaparse.

NOCIÓN DE VALOR EN EL SIGNO

La lengua es un sistema de valores, porque la lengua no es la significación aislada, sino que es la


parte de un sistema que le será necesario para ser analizado.

VALOR CONCEPTUAL: en un primer lugar se piensa el término como valor de un signo para
representar una idea. El VALOR CONCEPTUAL es un elemento de la significación, pero no se reduce
a eso, porque si no la lengua sería simple nomenclatura. El valor conceptual es el hecho de que
una cosa puede intercambiarse por otra desemejante cuyo valor se determina a través de ese
intercambio (significación, intercambio de cosa por idea), o por cosas similares que se comparan,
como otra palabra.

VALOR MATERIAL: lo que diferencia a un término de otro no es el sonido en sí mismo sino las
diferencias fónicas que distinguen a una palabra de las otras. Al igual que en la escritura, el valor
material de una letra escrita está en que su forma debe ser siempre perfectamente diferenciable
de la otra.

RELACIONES ENTRE SIGNOS

La manera en la que relacionamos los signos se corresponden con nuestra actividad mental.

RELACIONES SINTAGMÁTICAS

Las palabras pueden ser, por un lado, relacionarse por su carácter lineal, por su lugar en la cadena
del habla. Este tipo de combinación Saussure lo llama SINTAGMA y explica que su característica es
la imposibilidad de referir a dos signos en simultáneo. LOS TÉRMINOS OBTIENEN SU VALOR POR
OPOSICIÓN A LOS QUE LO PRECEDEN, y esa relación se da in presentia.

RELACIONES ASOCIATIVAS

Fuera del discurso, en cambio, las palabras se asocian o disocian en la mente y ya no utilizan la
extención como soporte, sino que se da en una especie de memoria virtual que los agrupo en
“conjuntos” imaginarios. Esta es in absentia, al contrario que la sintagmática, porque se da en el
cerebro y no en el habla.
PIERCE

Peirce, por su lado, incluye en la construcción de esta ciencia un elemento más a la teoría de
Saussure. La ausencia de interpretante había causado muchas dificultades, pero la teoría de este
autor lo establece cómodamente.

Establece tres clasificaciones que ordenan la relación entre los elementos del signo y sirven de
estructura para toda su teoría. Esta relación triádica propone un objeto de reflexión que es parte de
la ciencia de las ideas tal como aparecen. Propone las categorías como tres modos de ser de todos
los conceptos, tres modos en los que actúan las ideas. Todo puede pensarse a partir de ellas:

PRIMERIDAD o de POSIBILIDAD

La cosa tal como es, sin hacer referencia a otra. Es la cualidad tomada independientemente, fuera
de su realización concreta.

El REPRESENTAMEN de un signo es la parte que se relaciona con esta categoría. Es la PRIMERIDAD


porque es una cualidad sensible.

SECUNDIDAD o de EXISTENCIA

Cualidad como es, pero en relación a otra cosa. Vincula la categoría con la existencia, porque se
constituye por la primeridad (cualidad) aplicada a un hecho de la realidad.

El OBJETO al que refiere un REPRESENTAMEN es la secundidad.

TERCERIDAD

Hace posible la ley, la regularidad. Nuestra mente conecta las cualidad con las cosas que percibimos
y las transforma en razonamientos. Es la categoría que constituye la auténtica relación triádica.

El SIGNO está en el lugar de algo que se denomina OBJETO. El OBJETO no está en todos sus
aspectos, sino en una idea en particular, esta IDEA es el FUNDAMENTO DEL REPRESENTAMEN.
Este fundamento es uno o varios rasgos de un objeto, que llamaremos RASGOS DISTINTIVOS. El
SIGNO entonces instituye al objeto inmediato a través de él.

Para que un SIGNO sea tal, Peirce establece ciertas condiciones:

1) Debe tener cualidades

2) referir a un objeto

3) necesariamente el signo es una relación triádica: el representamen debe ser reconocido como
un objeto a través de un INTERPRETANTE.

En relación a estas condiciones surgen los tres elementos componentes del SIGNO:

- REPRESENTAME: algo que está, para alguien, en lugar de algo bajo su aspecto o capacidad.
Es una cualidad, un rasgo.
- OBJETO: aquello que es existente y el SIGNO-REPRESENTAMEN da cuenta. El objeto se
distingue entre
o OBJETO INMEDIATO: La cosa tal como la representa por el signo
o OBJETO DINÁMICO: La realidad misma
- INTERPRETANTE: mediador entre REPRESENTAMEN y OBJETO. Es el SIGNO equivalente y
más desarrollado. Supone una modificación que se produce en la mente. Los
interpretantes son infinitos, por eso es que se da la semiosis ilimitada. El interpretante es
esa nueva representación que se refiere al mismo objeto que el REPRESENTAMEN.

Ejemplos

REPRESENTAMEN --- INTEPRETANTE

Palabra perro --------- El perro propio

Palabra perro --------- Definición científica de perro

Sal ----------------------- Cloruro de sodio

Dios --------------------- god

Remedio -------------- Medicamento

Perro ------------------ Fidelidad

Se distinguen tres tipos de interpretantes de un signo:

INMEDIATO: concepto que comporta todo signo sin tener en cuenta el contexto o la situación de
enunciación. Relaciona un signo sin considerar la situación concreta en la que se encuentra. Su
interpretación posible (PRIMERIDAD)

DINAMICO: efecta particular que provoca un signo en la mente de un intérprete. Se da en un


contexto determinado. Su interpretación efectiva. (SEGUNDIDAD)

FINAL: agota al dinámico en su representación y posibilita una intepretación estable, resultando


casi en una ley, o al menos en regularidad. (TERCERIDAD)

Las aportaciones de Peirce ayudaron al conocimiento sobre cómo se da la semiosis en la


percepción de los objetos. Ayuda a reconocerla y proporcionar los signos necesarios para armar un
discurso. Las relaciones triádicas de comparación, ejecución y pensamiento profundizan en su
estudio:

RELACIÓN TRIÁDICA DE COMPARACIÓN: habla del signo en su naturaleza (en su PRIMERIDAD)

CUALISIGNO: Cualidad sin aplicar. Ejemplo: blanco

SINSIGNO: Cualidad aplicada a un objeto. Ejemplo: vestido de novia blanco (objeto real)

LEGISIGNO: Cualidad aplicada a un objeto de la que desprende un hábito, ley o convención.


Ejemplo: vestido de novia blanco como signo de virginidad.

RELACIÓN TRIÁDICA DE LA EXISTENCIA: Relación del signo con su objeto (en su SECUNDIDAD)

ÍCONO: signo similar a su objeto, comparten ciertas características. Ejemplo: ícono en el celular de
la cámara de fotos; una fotografía.
ÍNDICE: el signo determinado por un objeto y en relación con él, pero no igual. Ni siquiera tienen
que compartir rasgos. Ejemplo: huella, síntoma

SÍMBOLO: Signo que no tiene relación con el objeto, pero depende de una convención. Ejemplo:
bandera.

RELACIONES TRIÁDICAS DEL PENSAMIENTO: signo que establece una convención (en su
TERCERIDAD)

REMA o TÉRMINO: representa información en sí misma sin relación a otra cosa. Ejemplo: palabra
suelta.

DECISIGNO: aporta información y características concretas de algo. Ejemplo: una frase

ARGUMENTO o RAZÓN: aporta algo más en relación a una tercera cosa, genera un razonamiento o
una ley que se formula a través de algo concreto.

BARTHES

En términos generales, pues, la semiología tiene por objeto todos los sistemas de signos.

Los trabajos de Roland Barthes son fundamentales para la semiótica contemporánea. Sus aportes
hacen posible el desarrollo de lo que Saussure funda con sus “Cursos de lingüística”, retoma
muchas de sus tesis para hacer de la semiología una ciencia en la segunda mitad del siglo XX. Hace
del estudio del signo, así como de la significación, un problema central en las ciencias sociales.
Tratará de pensar las características de la cultura como un gran y complejo sistema semiológico,
porque hasta ahora la semiología se había ocupado tan sólo de sistemas de signos muy
restringidos, y apenas se pasaba a conjuntos dotados de una auténtica profundidad sociológica.

Los conjuntos de objetos (vestido, comida) no acceden al estatuto de sistema si no es pasando a


través de la mediación de la lengua, que aísla sus significantes bajo forma de nomenclaturas y
nombra los significados bajo forma de usos o de razones. Además, parece cada vez más difícil
concebir un sistema de imágenes o de objetos cuyos significados puedan existir fuera del lenguaje:
para percibir lo que una sustancia significa, necesariamente hay que recurrir al trabajo de
articulación llevado a cabo por la lengua: no hay sentido que no esté nombrado, y el mundo de los
significados no es más que el mundo del lenguaje.

Sin embargo, este lenguaje no es el mismo que el de los lingüistas: es un segundo lenguaje, cuyas
unidades no son ya los monemas o los fonemas, sino fragmentos que remiten a objetos. Partiendo
de las distinciones saussurianas, Barthes va más allá del campo lingüístico y analiza los fenómenos
sociales, manifestados en forma de sistemas de signos susceptibles de ser leídos como discursos.

Propone una terminología, esperando introducir un orden inicial (si bien provisional) en la masa
de los significantes: se trata, sustancialmente, de un principio de clasificación de los problemas.
Todas las secciones las presenta en forma de dicotomía, como es frecuente en el pensamiento
estructural.
LENGUA / HABLA

Esta dicotomía, esencia en Saussure y una novedad respecto a la lingüística. La LENGUA para él es
el resultado del LENGUAJE menos el HABLA. Una institución social y con un sistema de valores que
no ni acto ni premeditación, arbitraria, inmotivada, inmutable y mutable, además de elemento de
un sistema de valores. El HABLA sería la parte individual, es la constitución que expresa el
pensamiento personal a través del código de la LENGUA.

Barthes plantea que una no existe sin la otra. La lengua es la herramienta de la práctica de los
sujetos de una comunidad. La suma colectiva de las huellas individuales siempre es incompleta,
porque la LENGUA no existe sino en la masa hablante y el HABLA, a su vez, solo puede provenir de
la LENGUA.

Hjelmslev toma la concepción saussuriana en términos de su forma y la distingue en tres planos:

ESQUEMA: lengua como forma pura, lengua saussuriana.

NORMA: lengua como forma materia, definida por cierta realización social, pero sin llegar a nivel
de manifestación específica.

USO: lengua como costumbre de determinada sociedad.

De las relaciones que se establecen entre estos tres planos y el habla, surge una nueva dicotomía
que reemplaza a la de lengua/habla, esta es esquema/uso, en tanto que para Hjelmslev la norma
es pura abstracción metodológica y el habla una simple concreción; es por esto que formaliza el
concepto de Lengua a través del concepto Esquema y elimina el habla concreta para dar paso a un
concepto más social que es el uso.

Ejemplos:

* En el nivel fonológico y desde punto de vista del esquema la /r/ sería considerada como una
unidad, un fonema consonántico.

* En la norma, en cambio, tenemos que en español, por ejemplo, /r/ es un fonema con un rasgo
que lo diferencia de todos los demás del español: ser vibrante simple.

* En el uso, entrarían las distintas realizaciones particulares que del fonema /r/ hacen los
hablantes.

SIGNIFICADO Y SIGNIFICANTE

En la terminología de Saussure, el SIGNIFICADO y el SIGNIFICANTE son los componentes del


SIGNO. Los SIGNOS remiten a una relación entre, por un lado, los SIGNIFICANTES, que
pertenece al PLANO DE LA EXPRESIÓN y el de los SINGNIFICADSO que corresponde PLANO
DEL CONTENIDO.

A su vez, cada plano se divide en dos: SUSTANCIA Y FORMA

SUSTANCIA DE LA EXPRESIÓN: sustancia fónica (fonética)


FORMA DE LA EXPRESIÓN: reglas paradigmáticas y sintácticas
SUSTANCIA DEL CONTENIDO: aspectos emotivos, ideológicos, nocionales del significado
FORMA DE CONTENIDO: organización formal de los significados, por ausencia o presencia
de marca semántica.
Barthes entonces, aplica todas estas reglas del signo lingüístico al SIGNO SEMIOLÓGICO,
que al igual que este, se compone por dos elementos como caras de la misma moneda,
pero se separa a nivel sustancia, que no necesariamente reside en la significación, sino en
objetos de uso que la sociedad resignifica. El vestido protege, pero además significa. Estos
son los FUNCIÓN-SIGNO.
SIGNIFICADO: No es la cosa, sino la representación psíquica de la cosa. Saussure lo llama
concepto. Es aquello que quien emplea el signo entiende por él.
SIGNIFICANTE: no puede separar su definición del significado. Se opone a él porque es un
mediador al que la materia le resulta necesaria. Es la cadena de sonido que representa una
idea, su imagen acústica.
SIGNIFICACIÓN: es el acto de unir ambos planos para resultar en el signo. Hjelmslev lo
presenta como la relación del plano expresión y plano contenido.
En este aspecto no hay grandes diferencias con Saussure, ni tampoco en la siguiente
dicotomía, excepto por la sustitución del nivel “asociativo”, propio del análisis de Saussure,
por el “sistemático”. Este plano sistemático se encuentra de manera más clara en el sistema
de la lengua, mientras que el sintagmático tendría esa relación más bien con el habla. Dado
que tanto lo sintagmático como lo sistemático corresponden a formas de actividad mental
ambos planos deberían encontrarse en sistemas de significación que no sean el lenguaje.
En primer lugar tenemos los SINTAGMAS, que son una combinación de signos que tiene
como soporte la EXTENSIÓN. En el lenguaje dos elementos no pueden ser pronunciados al
mismo tiempo y cada término tiene su propio valor en oposición al término que le sigue.
Los términos se unen entre sí, y su enlace funciona en presencia.
El segundo plano es el plano de las ASOCIACIONES o PARADIGMAS. Los términos se asocian
por cualidades de sentido, sonido, forma, color, fónica, etc. Cada grupo forma una serie que
se une in absentia, en un análisis que se da a través de la clasificación.
Ambos planos están ligados y son como las partes de un edificio, en donde el SINTAGMA
funciona como COLUMNAS mientras que el PARADIGMA sería su ESTILO. El SINTAGMA
avanza a través de la ASOCIACIÓN, o PARADIGMA. El HABLA tiene que ver con el SINTAGMA
mientras que la LENGUA se vincula al PARADIGMA.
Por ejemplo, en la oración «El león es un animal», «león» forma un paradigma junto con un
numeroso grupo de palabras, como «cocodrilo», «mosquito», «perro», etc. Las relaciones
entre las palabras de un paradigma se llaman relaciones paradigmáticas.
Para entender de manera más clara la diferencia entre el sintagma y paradigma recurramos
al siguiente ejemplo que se aleja un poco del ámbito lingüístico: El contenido de nuestro
ropero es el paradigma y lo que estamos vistiendo en este momento es el sintagma.
Así pues, podemos decir entonces que un paradigma es un juego de signos asociados que
hacen parte de la misma categoría o, que se asocian por una función común, en este caso
dicha función es el “vestir”, mientras que, el sintagma sería algo así como la utilización de
cada uno de los elementos del “vestir” traje en un momento determinado.
EJEMPLOS PARADIGMA Y SINTAGMA
VESTIDO
PARADIGMA: Grupo de prendas que no pueden llevarse simultáneamente sobre un mismo
lugar del cuerpo y cuya variación corresponde a un cambio del sentido expresado por la
prenda
SINTAGMA: Combinación de elementos diferentes del vestido. Camisa, pollera, abrigo,
zapatos…
MOBILIARIO
PARADIGMA: variedades estilísticas de un mismo mueble
SINTAGMA: combinación de muebles en una misma habitación.
ARQUITECTURA
PARADIGMA: variaciones estilísticas de un mismo elemento de un edificio.
SINTAGMA: concatenación de los detalles del conjunto del edificio.
La verdadera innovación de este texto, se encuentra en realidad en esta última dicotomía:
CONNOTACIÓN Y DENOTACIÓN
Saussure se preocupó por los signos lingüísticos y por la forma cómo se entrelazan para
conformar un sistema, cómo se sintactizan para construir una frase y como su forma
determina un sentido. Nunca mostró interés por explicar la manera como el signo actúa en
las relaciones sociales y qué proceso se da en la relación signo-convenciones sociales o
signo-usuario.
Todo sistema de significación conlleva un PLANO DE EXPRESIÓN (E), una de CONTENIDO (C)
y la SIGNIFICACIÓN, que es la relación entre ambos, representado en el gráfico ERC.
Roland Barthes, uno de los encargados de desarrollar las ideas semiológicas de Saussure
propone los siguientes órdenes de significación:
El primer sistema constituiría el PLANO DE LA DENOTACIÓN.
Se dirá entonces que la denotación es un primer orden de significación en el que el
significante entra en una relación directa con el objeto (referente) concreto. Es algo así
como una significación inmediata, obvia, icónica del signo. Una fotografía de una calle
(plano de la expresión) significa una calle (plano de contenido), o en términos semióticos
preferimos decir» la fotografía de una calle DENOTA esa calle. Denotativamente una calle
es un sendero urbano a lo largo de la cual hay edificios o casas.
Si este sistema ERC se convierte a su vez en el elemento de un segundo sistema, nos
encontraríamos frente a dos sistemas de significación que se insertan uno en otro y que
están desligados. Este desligamiento de dos sistemas puede efectuarse de dos maneras,
según el punto de inserción del primer sistema en el segundo, dando con dos conjuntos
opuestos.
En el primer caso, EL SIGNO (ERC) SE CONVIERNE EN EL SIGNIFICANTE O PLANO DE
EXPRESIÓN DEL SEGUNDO SIGNO. Es el significado no directo pero asociado. Es subjetivo
porque es el significado personal que le da cada persona concreta en contexto
determinado, y no se encuentra en el diccionario. Así, el significado del verde, por ejemplo
puede significar la esperanza para uno, la naturaleza para otro.
(ERC)RC
Esto se verifica en la SEMIÓTICA CONNOTATIVA.
En el segundo caso, EL PRIMER SISTEMA (ERC) SE CONVIERTE NO YA EN EL PLANO DE
EXPRESIÓN, COMO OCURRE EN LA CONNOTACIÓN, SINO EN EL PLANO DE CONTENIDO O
SIGNIFICADO DEL SEGUNDO SISTEMA.
ER(ERC)
Este es el caso de los METALENGUAJES.
UN METALENGUAJE ES UN SISTEMA EN EL QUE EL PLANO DEL CONTENIDO ESTÁ A SU VEZ
CONSTITUIDO POR UN SISTEMA DE SIGNIFICACIÓN; O ES UNA SEMIÓTICA QUE TRATA DE
UNA SEMIÓTICA.
Connotación, el plano de la expresión ya es un sistema de significación. En la connotación
hay un segundo sistema desencajado del primero, por naturalización. Es un proceso
cultural. Ejemplo, jugo de naranja es igual a frescura (se confunde con el primer significado).
Metalenguaje, es un 2do sistema de significación cuyo plano de contenido es otro sistema
de significación. Es como vaciar de significado algo, reinterpretarlo y darle un contenido de
otro sistema.
Toledo plantea el mito como un lenguaje, y aún más allá, un METALENGUAJE. Existen en el
mito dos sistemas semiológicos de los cuales uno está desencajado respecto al otro: un
sistema lingüístico, la lengua (o los modos de representación que le son asimilados), que
llamaré lenguaje objeto, porque es el lenguaje del que el mito se toma para construir su
propio sistema; y el mito mismo, que llamaré metalenguaje porque es una segunda lengua
en la cual se habla de la primera. Al reflexionar sobre un metalenguaje, el semiólogo ya no
tiene que preguntarse sobre la composición del lenguaje objeto, ya no necesita tener en
cuenta el detalle del esquema lingüístico: tendrá que conocer sólo el término total o signo
global y únicamente en la medida en que este término se preste al mito. Por esta razón el
semiólogo está autorizado a tratar de la misma manera la escritura y la imagen: lo que
retiene de ellas es que ambas son signos, llegan al umbral del mito dotadas de la misma
función significante, una y otra constituyen un lenguaje objeto.
En el mito, hay un sentido primero y literal, la historia. Sin embargo, es evidente que este
texto no se encuentra aqui solo para presentar esta información; el texto tiene un sentido
más allá del de primer orden y es este sentido de segundo orden lo que realmente
determina la presencia de la historia. La presencia de un sentido de segundo orden
inmediatamente nos pone en el reino de mito, pues el mito es un tipo de habla que se define
mucho más por su intención que por su sentido literal.
El sentido de segundo orden de este texto es que, por ejemplo, el enfrentamiento entre
Antígona y Creonte, sirve como significantes de dos modelos de justicia que son el natural
y el del Estado. Es decir, a la vez que se capta el sentido de cierta historia en el primer orden,
se revela la presencia de un sistema semiológico mayor. En este sistema semiológico mayor
-o mito- hay un significante que se ha formado dentro del sistema previo, hay un concepto-
modelo de la justicia y hay la presencia del concepto a través del significante, o sea hay
significación.
Podría tomarse este enfrentamiento entre las dos “autoridades” posibles como el
metalenguaje del relato. Invita a reflexionar que siempre se debe atender a la Ley Divina,
perfecta y omnisapiente, en contra de la ley terrenal, conducida por un ser humano, que
puede equivocarse, llevándose a sí mismo o a su ciudad, o a su familia a destinos trágicos.

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