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“UNIVERSIDAD NACIONAL DANIEL

ALCIDES CARRION”
FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS
E.F.P. INGENIERIA EN INDUSTRIAS ALIMENTARIAS
FILIAL - LA MERCED

CATEDRA:
QUIMICA DE ALIMENTOS
CATEDRATICO:
FORTUNATO PONCE ROSAS

TEMA:

SAPONIFICACIÓN DE ACEITES

INTEGRANTES:
BERNABE VILA, EDGAR

DIAZ RAYMUNDO ABIGAIL

MANYARI QUISPE, VICTOR

PACHECO LLANTOY, CRISTINA JASMIN

TORRES VASQUEZ, ERICKSON

ROJAS BERMUDO, ENRIQUE

ZEVALLOS DURAN , KEYLA NEDITH

LA MERCED – CHANCHAMAYO
SAPONIFICACIÓN DE ACEITES

I. INTRODUCCIÓN

El proceso de fabricación de jabón se lleva a cabo gracias a una reacción


química llamada saponificación. La saponificación es la hidrólisis con
catálisis básica de grasas y aceites para producir jabón. Los aceites vegetales
y las grasas animales son triglicéridos (esteres de glicerina con ácidos grasos),
y al ser tratados con una base fuerte como (NaOH) o (KOH) se saponifican,
es decir se produce el jabón (sal del ácido graso) y la glicerina (glicerol).

La saponificación consta de dos etapas, la descomposición de los ingredientes


en sus partes útiles y la reacción de estas para producir el jabón.

Las grasas y los aceites se componen de triglicéridos, pero no se puede hacer


jabón a partir de ellos; es necesario que se descomponga en ácidos grasos y
glicerol. Los ácidos grasos son un elemento primordial en el proceso de
elaboración de jabón, en cambio el glicerol aunque es útil no es fundamental.
La desintegración de un triglicérido en sus componentes se denomina
hidrólisis. En contacto con el agua todo los esteres, incluidos los glicéridos se
descomponen en sus componentes, glicerina y un ácido graso.

En el proceso de fabricación de jabón, el agua hace llegar el hidróxido de sodio


a todos los rincones del recipiente, permitiendo así que se produzca la
hidrólisis. Cuando el agua y las grasas se mezclan, tan solo una pequeña parte
del aceite se disuelve en el agua. Es decir, el agua corriente tan solo
descompone ligeramente las grasas y los aceites, por esto debemos añadir
hidróxido de sodio al agua.

Durante la hidrólisis, los iones de (NaOH) atacan el átomo de carbono que se


encuentra en el extremo carboxilo de los ácidos grasos liberándolos del
triglicérido. Una vez separados los ácidos reaccionan con un ion de sodio y
forman el jabón. A continuación tres iones de hidróxido reaccionan con el
glicerol y dan lugar a la glicerina.

Todas las reacciones químicas requieren que los reactivos estén en contacto,
por lo tanto es un problema que la solución caustica (álcali) y las grasas no se
mezclen. Sin embargo Las grasas y aceites aparte de contener triglicéridos
siempre contienen una pequeña cantidad de ácidos graso libres. Cuando se
añade la solución alcalina a la grasa se saponifican primero los ácidos grasos
libres formando porciones considerables de jabón que actúa como un
excelente agente emulsionante. La grasa no saponificada se disgrega gracias a
la formación del jabón, aumentando la superficie de contacto entre los
reactivos, esto incrementa la velocidad de la reacción. Por lo tanto, una buena
forma de acelerar el proceso de saponificación es agregar una pequeña porción
de jabón ya formado a la mezcla de reacción.

II. OBJETIVOS

 Realizar la obtención de jabones por saponificación de grasa vegetal

 Observar el proceso de saponificación para la fabricación de jabones.

III. REVISION BIBLIOGRÁFICA

3.1. SAPONIFICACIÓN

Se entiende por saponificación la reacción que produce la formación


de jabones. La principal causa es la disociación de las grasas en un
medio alcalino, separándose glicerina y ácidos grasos. Estos últimos
se asocian inmediatamente con los álcalis constituyendo las sales
sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta reacción se denomina
también desdoblamiento hidrolítico y es una reacción exotérmica. La
reacción típica es:
ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓNALCALINA = JABÓN +
GLICERINA

Así es como al mezclar los ácidos grasos (principales componentes de


las grasas animales y de los aceites vegetales) con una solución
alcalina (hecha a partir de una mezcla de agua y un álcali, como por
ejemplo la sosa), se obtiene el jabón (quesera realmente suave, porque
además el otro subproducto que se obtiene de esta reacción es la
glicerina).

El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay


que tener en cuenta que por sí solo es un elemento cáustico muy
peligroso, cuyo manejo implica tomar una serie de precauciones muy
importantes para manipularlo con seguridad. Los álcalis más utilizados
en la fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico, NaOH) y la
potasa (hidróxido potásico, KOH). Por eso, es necesario tener mucha
experiencia y unos conocimientos muy amplios sobre los álcalis y sus
reacciones químicas, para proceder a realizar una saponificación que
ofrezca totales garantías de que el producto final obtenido no entrañe
riesgo alguno para la piel.
Esto no significa que la saponificación sea un proceso terriblemente
peligroso, sino más bien muy delicado de realizar: Así, por ejemplo, si
en la reacción anterior hay un exceso de sosa, el producto resultante
será una masa cáustica inservible; mientras que si por el contrario, la
cantidad de sosa es insuficiente, el producto resultante será una mezcla
grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón. Es por
eso que para realizar un buen jabón, perfectamente saponificado, y con
unas excelentes cualidades limpiadoras y emolientes.

3.2. LÍPIDO SAPONIFICABLE

En primer lugar, habría que dirimir entre un lípido saponificable y uno


insaponificable; a pesar de que los enlaces son muy similares, existe
una diferencia entre los enlaces covalentes de sus elementos. Un lípido
saponificable sería todo aquel que esté compuesto por un alcohol unido
a uno o varios ácidos grasos (iguales o distintos). Esta unión se realiza
mediante un en lace éster, muy difícil de hidrolizar. Pero puede
romperse fácilmente si el lípido se encuentra en un medio básico. En
este caso se produce la saponificación alcalina. En los casos en los que
para la obtención del jabón se utiliza un glicérido o grasa neutra, se
obtiene como subproducto el alcohol llamado glicerina, que puede dar
mayor beneficio económico que el producto principal. En el ejemplo
de arriba una molécula de un lípido es tratada con dos de hidróxido de
potasio; se obtienen dos moléculas de palmitato de potasio (un jabón)
y una de glicerina. La acción limpiadora del jabón se debe a su poder
emulsionante, esto es, su habilidad para suspender en agua sustancias
que normalmente no se disuelven en agua pura. La cadena
hidrocarbonada (parte hidrofóbica) de la sal (el jabón), tiene afinidad
por sustancias no polares, tales como las grasas de los alimentos. El
grupo carboxilato (parte hidrofílica) de la molécula tiene afinidad por
el agua. En la solución de jabón, losiones carboxilato rodean a las gotas
de grasa: sus partes no polares se ubican (disuelven)hacia adentro,
mientras que los grupos carboxilatos se ordenan sobre la superficie
externa. Así, reducidas a volúmenes muy pequeños, las gotas pueden
asociarse con las moléculas de agua y se facilita la dispersión de la
grasa. Estas pequeñas gotas que contienen las partículas no polares
rodeadas de aniones carboxilato se denominan micelas. Es la presencia
de estos aniones carboxilato la que hace que las superficies de las
micelas estén cargadas negativamente y se repelan entre sí, impidiendo
la coalescencia y manteniendo la emulsión, es decir la dispersión en
gotas muy finas.

3.3. ÍNDICE DE SAPONIFICACIÓN (I.S.).

Índice de saponificación: se define como los miligramos de KOH


necesarios para saponificar un gramo de lípido. El Número de
Saponificación o Índice de Saponificación es el número de miligramos
de hidróxido de potasio requeridos para saponificar 1gramo de grasa
bajo condiciones específicas.

Sirve para determinar la clasificación de aceites y grasas, puesto que


el índice de saponificación está inversamente relacionado con la
longitud de los ácidos grasos constituyentes de los glicéridos de la
grasa. Es una medida para calcular el peso molecular promedio de
todos los ácidos grasos presentes. La variedad enorme de grasas
formadas por mezclas distintas de un pequeño número de glicéridos
hace muy difícil su caracterización, con este objeto (caracterizar) se
determinan algunas constantes, siendo muy corrientes el Índice de
refracción, Número o Índice de saponificación, Índice de
Reichertmeissl, Indice de Polenske, Indice de acetilo, etc. La palabra
saponificar significa producir jabón, la hidrólisis alcalina de un
triglicérido produce glicerol y las correspondientes sales de ácidos
grasos que forman el triglicérido. Por ejemplo: TRIPALMITINA + 3
KOH glicerol + 3 C15H31COOK Jabón Peso molecular de la
tripalmitina: 860 g/mol Peso molecular del KOH (56 g/mol) Si 860 g
de tripalmitina: 1680.000 mg de KOH 1 g Como siempre se requieren
3 moles de KOH para la hidrólisis alcalina, se puede decir que :I.S. =
168.000/peso molecular del triglicérido. Se puede observar que el
índice de saponificación es inversamente proporcional al peso
molecular del triglicérido.

3.4. TABLAS DE SAPONIFICACIÓN

Las Tablas de Saponificación, son tablas que recogen, como su nombre


indica, los índices de saponificación de cada tipo de grasa. En general,
su aplicación más extendida en el campo de la jabonería, es para
conocer la cantidad exacta de sosa, dependiendo del tipo de aceite que
vayamos a utilizar, necesaria para que el jabón resultante esté
completamente saponificado. En química, se define el índice de
saponificación de una grasa, como el número que indica la cantidad en
miligramos de hidróxido potásico, necesaria para saponificar por
completo un gramo de esa grasa en concreto. Sin embargo, para
elaborar el jabón tradicional, el álcali más utilizado normalmente es la
sosa (hidróxido sódico), por lo que será necesario transformar el índice
de saponificación de cada grasa, en otro tipo de índice alternativo que
esté expresado en peso de sosa. Para ello, bastará con multiplicar el
índice de saponificación de cada grasa concreta por la masa molar de
la sosa (hidróxido sódico) y dividir por la masa molar del hidróxido
potásico. La tabla que se muestra a continuación es la más utilizada en
jabonería y sus parámetros están basados en los valores medios de los
índices de saponificación reales de cada grasa, donde se han
convertido algunos parámetros para evitar los cálculos.

Tabla básica de valores de saponificación:

Miligramo de hidróxido de sodio por gramo de grasa.


0,134 g Aceite de oliva 0,190 g Aceite de coco
0,141 g Aceite de palma 0,134 g Aceite de girasol
0,128 g Aceite de ricino 0,136 g Aceite de almendras
0,133 g Aceite de aguacate 0,135 g Aceite de soja
0,136 g Aceite de maíz 0,133 g Aceite de sésamo
0,069 g Aceite de jojoba 0,156 g Aceite de palmiste
0,132 g Aceite de germen de trigo 0,069 g Cera de abeja
0,137 g Manteca de cacao 0,128 g Manteca de karité

Forma de Uso:

Para saber cuánta sosa se necesita para saponificar una cantidad de una
grasa concreta, sólo hay que multiplicar dicha cantidad por el valor
correspondiente que aparece en la tabla. Por ejemplo, para saponificar
totalmente 100 g de aceite de oliva (en la tabla su parámetro es de
0,134) basta multiplicar 100 x 0,134 = 13,4 g de sosa necesitaremos.
En el caso que se vaya a hacer un jabón con diferentes aceites, habría
que buscar la cantidad necesaria de sosa para cada tipo de aceite
concreto, y luego sumarlas todas. También por eso, en las recetas de
jabón, si queremos sustituir un aceite por otro, también habrá que
ajustar la cantidad de sosa necesaria.

3.5. JABONES.

El jabón (del latín tardío sapo, -ōnis, y este del germánico *saipôn) es
un producto que sirve para la higiene personal y para lavar
determinados objetos. En nuestros tiempos también es empleado para
decorar el cuarto de baño. Se encuentra en pastilla, en polvo o en
crema. En sentido estricto, existe una gran diferencia entre lo que es
un jabón, un detergente y un champú. Este artículo familiar
principalmente usado para lavar y emulsionar se compone de las sales
de sodio (o de potasio) de ácidos grasos de 12 a 18 átomos de carbono.
Se obtienen saponificando grasas o aceites, o neutralizando ácidos
grasos, con hidróxidos o carbonato de sodio o de potasio. Las sales de
sodio fabricadas en grandes cantidades son los jabones duros, y los de
potasio se denominan jabones blandos. La mejor clasificación de los
jabones se basa en el uso para que han sido fabricados. Los de mejor
calidad son los jabones de tocador, que contienen muy poco álcali y se
utilizan grasas y aceites de color mucho más claro. Los que le siguen
en calidad son los jabones de servicio ligero, que se prestan en forma
de pastillas, polvos, gránulos y escamas. Se usan para lavar la vajilla,
tejidos de lana, etc. Aquí se usan grasas con un color un tanto más
oscuras. Las grasas más oscuras se emplean en la fabricación de
jabones para el lavado de ropa en el hogar doméstico. Existen también
jabones industriales que se fabrican para fines específicos.

El jabón es una mezcla sales de metales alcalinos (usualmente sales de


sodio), provenientes de ácidos de16, a 18 átomos de carbono, pero
pueden contener sales de sodio de ácidos carboxílicos de baja masa
molecular. Se estima que el jabón fue descubierto por los fenicios,
otros atribuyen este descubrimiento a los antiguos egipcios; se supone
que data del año 600 A.C., se conoce también que tribus teutónicas
hacían el jabón pero se desconocía su acción limpiante, estos datos
fueron publicados por Julio Cesar, no obstante estos descubrimientos
fueron olvidados, no fue hasta el Renacentismo que el jabón fue
redescubierto. Su utilización con los fines actuales data del siglo
XVIII. La preparación o manufactura del jabón no ha variado mucho,
se usan las mismas técnicas que antiguamente, se trata la grasa o aceite
con disolución de NaOH al 40%, mediante la reacción conocida como
Saponificación, entonces se produce la hidrólisis de los triglicéridos
formando ácidos grasos y glicerol o glicerina los ácidos se convierten
en sales en presencia de una base.
3.6. ACCIÓN DETERGENTE

Los jabones ejercen su acción limpiadora sobre las grasas en presencia


del agua debido a la estructura de sus moléculas. Éstas tienen una parte
liposoluble y otra hidrosoluble. El componente liposoluble hace que el
jabón moje la grasa disolviéndola y el componente hidrosoluble hace
que el jabón se disuelva a su vez en el agua. Las manchas de grasa no
se pueden eliminar sólo con agua por ser insolubles en ella. Él jabón
en cambio, que es soluble en ambas, permite que la grasa pase a la
disolución desapareciéndola mancha de grasa. Cuando un jabón se
disuelve en agua disminuye la tensión superficial de esta, con lo que
favorece su penetración en los intersticios de la sustancia a lavar. Por
otra parte, los grupos hidrofóbicos del jabón se disuelven unos de
otros, mientras que los grupos hidrofílicos se orientan hacia el agua
generando un coloide, es decir, un agregado de muchas moléculas
convenientemente orientadas. Como las micelas coloidales están
cargadas y se repelen mutuamente, presentan una gran estabilidad. La
acción limpiadora del jabón se debe a su poder emulsionante, esto es,
su habilidad para suspender en agua sustancias que normalmente no se
disuelven en agua pura. La cadena hidrocarbonada (parte hidrofóbica)
de la sal (el jabón), tiene afinidad por sustancias no polares, tales como
las grasas de los alimentos. El grupo carboxilato (parte hidrofílica) de
la molécula tiene afinidad por el agua. En la solución de jabón, los
iones carboxilato rodean a las gotas de grasa: sus partes no polares se
ubican (disuelven) hacia adentro, mientras que los grupos carboxilatos
se ordenan sobre la superficie externa. Así, reducidas a volúmenes
muy pequeños, las gotas pueden asociarse con las moléculas de agua
y se facilita la dispersión de la grasa. Estas pequeñas gotas que
contienen las partículas no polares rodeadas de aniones carboxilato se
denominan micelas. Es la presencia de estos aniones carboxilato la que
hace que las superficies de las micelas estén cargadas negativamente
y se repelan entre sí, impidiendo la coalescencia y manteniendo la
emulsión, es decir la dispersión en gotas muy finas. En las aguas duras
los jabones ordinarios reaccionan y forman los jabones de calcio y
magnesio. Éstos forman los grumos que flotan en el agua jabonosa de
las máquinas lavadoras, en las tinas de baño, etc. Al agregar el jabón
al agua dura, las sales de calcio y de magnesio que forman la dureza
son precipitadas y consumen jabón antes de que éste se incorpore a la
solución para producir la concentración requerida por el lavado.

3.7. MATERIAS PRIMAS PARA LA ELABORACION DE JABON

Dependen de la clase y calidad de jabón que se desea producir. Se


pueden dividir en dos grupos principales y adicionales. Las principales
son grasas, aceites, álcalis y agua, con ellas inicialmente se puede
producir jabón. El grupo de las materias adicionales se conforma por
las sustancias colorantes, odorantes, granuladoras, espumantes y de
relleno que incrementan o varían las propiedades del producto.

3.8. SUSTANCIAS GRASAS

La materia prima más importante en la industria del jabón, puede ser


de origen vegetal o animal. De acuerdo con el grado de insaturación
(índice de yodo), se pueden dividir en grasas no secantes (índice de
yodo < de 90), semisecantes (índice de yodo entre 90 y 130) y secantes
(índice de yodo >130). En la industria jabonera son importantes todas
las materias grasas que se pueden saponificar, tales como grasas de
animales como el sebo, grasas y aceites vegetales como el aceite de
coco, aceite de palma, aceite de ricino, entre otros.
3.9. ALCALIS

Se utiliza hidróxido de sodio (NaOH) o de potasio (KOH). El NaOH,


es fuertemente higroscópico, ataca el zinc, aluminio, estaño, latón y
bronce. En la saponificación, es el encargado de disociar y combinarse
con los ácidos grasos presentes, obteniéndose jabones de grano. El
KOH, produce jabones blandos y tiene una actividad química más
marcada que el hidróxido de sodio. Su precio es más elevado, pero
genera productos de primera calidad y al igual que el NaOH, se
presenta en diferentes concentraciones.

3.10. AGUA

Este proceso trabaja exclusivamente con soluciones acuosas, es


necesario que sea incolora y pura. En cuanto a su dureza (contenido de
sales, calcio y magnesio) afecta poco, pero en jabones potásicos es
preferible que el agua sea blanda, ya que se obtiene soluciones más
claras.

3.11. CLORURO DE SODIO

O sal común, es conocida como el agente granulador o separador,


ayuda a precipitar la glicerina, las impurezas, el agua, etc.

3.12. ADITIVOS

Se clasifican en dos grupos, los denominados Bullders, permiten


mejorar las propiedades limpiadoras, prevenir el enranciamiento y
aumentar el contenido de álcali. El otro grupo está conformado por los
materiales de relleno propiamente dichos colorantes, aromatizantes,
etc.
IV. MATERIALES Y MÉTODOS

A. Materiales

B. Métodos

V. RESULTADOS Y DISCUSIONES

5.1. RESULTADOS

INSUMOS:

Utilizamos los siguientes insumos para hacer la saponificación.

 Aceite vegetal = 250 ml.


 Hidróxido de sodio(NaOH) = 15 gr.

Como resultado se obtuvo una masa jabonosa de color blanco de


consistencia un poco blanda, el proceso de saponificación que
empleamos fue un proceso sencillo, que produjo buenos resultados,
además fue posible observar fácilmente la reacción química que se dio
entre la grasa vegetal y el hidróxido de sodio.

Se recomienda utilizar grasa vegetal para la obtención de jabón puesto


que el tiempo en el proceso de saponificación de esta es
considerablemente menor en comparación con la grasa animal debido
a que la grasa animal necesita más energía (calor) durante la fusión y
la formación de la pasta con hidróxido de sodio NaOH ya que en su
estructura presenta enlaces simples muy estables, mientras que el
aceite vegetal o grasa insaturada contiene enlaces dobles y triples los
cuales son muy inestables y se rompen con mucha facilidad, de la
misma forma se recomienda realizar una gran cantidad de agujeros en
el papel filtro con el objetivo de filtrar mejor la solución y como
consecuencia realizar una mejor purificación.

5.2. DISCUSIONES:

 La norma del Instituto Nacional de Normalización del Ecuador


(INEN 1981) establece que los jabones elaborados con grasa
animal y aceites deben contener, como mínimo, 65 % de materia
seca, parámetro que se ha tomado como referencia para considerar
el éxito de los procesos químicos aplicados a residuos de aceite o
aceite natural.

 En lo que respecta a la consistencia, el hidróxido de sodio permitió


la dureza óptima de los jabones, indistintamente de la materia
prima sobre la que actuó, por lo que se puede utilizar en procesos
de saponificación, sea de residuos de aceite como de sebo ovino.
Por el contrario, cuando se trata de saponificar residuos de aceite,
no se podría recomendar la utilización de los hidróxidos de potasio,
puesto que se logran jabones blandos que podrían presentar
problemas de conservación, fundamentalmente en la mezcla de las
materias primas de los concentrados que se elaboren.

Coincidimos en nuestros resultados ya que gracias al Hidróxido de


sodio nuestro jabón salió bien y con firmeza, dureza.

VI. CONCLUSIONES

 Realizar la obtención de jabones por saponificación de grasa vegetal

 Observar el proceso de saponificación para la fabricación de jabones.

VII. BIBLIOGRAFIA
 ESPOCH 2011. Anuario Meteorológico. Estación Agro meteorológica de
la Facultad de Recursos Naturales. Escuela Superior Politécnica de
Chimborazo. 65 pp.

 AOAC 2005. Official Methods of Analysis. 18 th Ed. Ass. Off. Anal.


Chem. Gaithersburg, MD. USA

 Bernardini, P. 2009. El aceite vegetal. Estudio de la viscosidad y densidad


de diferentes aceites para su uso como biocombustible. Available:
http://upcommons.upc.edu/pfc/
bitstream/2099.1/9403/6/3.4.%20El%20aceite%20vegetal. pdf.
[Consulted: 8/10/ 2014].

 García, M. 2002. Manual de prácticas de química orgánica II. Facultad de


Ciencias Químicas. ESPOCH. p. 41-44

 García, G. & Cruz, L. 2011. Elaboración de cuatro tipos de jabones


utilizando aceites vegetales residuales de palma africana (Elaeis
guineensis) mediante el método de saponificación. Tesis de graduación.
Universidad Estatal de Bolívar. Facultad de Ciencias Agropecuarias.
Recursos Naturales y del Ambiente. p. 67-70

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