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PARTE VII
Por
William R. Downing
PARTE VII
Por
PastorWilliam R. Downing
Preguntas#97-133
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PARTE VII
LA SALVACIÓN Y LA EXPERIENCIA DEL CRISTIANO
(Segunda Parte)
COMENTARIO
" ... bajo la influencia y con la ayuda del Espíritu de Dios ... " La
obra del Espíritu Santo es esencial para nuestras oraciones. Si de-
seamos su dirección, entonces no debemos apagar ni entristecer su
influencia en nuestros corazones, mentes y vidas (Romanos 8:26-
27; Ef. 4:30; 1 Tes. 5:19).
" ... conje ... " No podemos orar con incredulidad. La oración es
la articulación de la fe,es la expresión de la fe (Heb. 11 :06). Nues-
tra fe debe descansar en Dios mismo, lo que Dios es y no simple-
mente en lo que hace. Frecuentemente lo que discernnimos en nues-
tra experiencia actual puede ser malentendido y mal interpretado
(2 Cor 12:7-10).
" ... pediendo aquellas cosas que necesitamos ... " El mismo
acto de orar expresa nuestra necesidad. Como nuestro Padre Ce-
lestial, Dios se preocupa por nuestras necesidades, y nos invita a
ponerlas delante de Él (Mateo 6:7-8, 11-13; Lucas 11:1-13).
" .. que son consistentes con la voluntad de Dios ... " Debemos
siempre acercarnos a Dios con sumisión, ya que Él sabe mucho
mejor que nosotros lo que necesitamos. Es la voluntad de Dios y no
la nuestra, la que debe ser el factor determinante siempre en la
oración (Mateo 6:10; Lucas 22:41-42; 1 Jn.5:14-15).
"... que son para su gloria... " El fin de todas las cosas es la
gloria de Dios, por lo que la oración debe buscar esto y no simple-
mente nuestra propia voluntad, planes o agenda ( 1 Cor 10:31 ).
" ... Y por lo tanto, que se deben pedir con humilde sumisión." La
verdadera oración se conforma a Dios, como a Aquel cuya voluntad
debe reinar en todas las cosas. Las respuestas a la oración se deri-
van de su poder, sus propósitos y su voluntad, no de los nuestros.
De este modo la oración nos obliga a poner a un lado el deseo de ser
'nuestro propio dios' y tomar nuestro lugar ante Él, como sus cria-
turas, súbditos, siervos voluntarios e hijos espirituales. Y todo
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esto no excluye o desalienta el fervor y la perseverancia en la ora-
ción, sino que nos alinea con la voluntad de Dios y su gloria (Lucas
18:1-8; 22:42, Hechos 21:10-14; Stg. 5:16-18).
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Pregunta 98: ¿Cuál es la importancia de la oración en la
vida y experiencia del creyente?
COMENTARIO
"Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nues-
tros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque
tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén." (Mateo
6:9-13)
Vea también: Lucas 11:1-4. Romanos 8:26-27; 12:12; Ef. 6:17-18, 1
Tes. 5:17; Stg. 1:5-8; 5:16-18.
COMENTARIO
"Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, "
(Mateo6:9)
Vea también: Lucas 11:13; Romanos 8:15; Ef. 2:18; 1 Jn. 3:1-2, 10.
COMENTARIO
Vea también: Salmo 5:11; 86:11; 111:9; 145: l; Isa. 42:12; Mateo 5:16;
1 Cor. 10:31; l Pedro 4:11.
COMENTARIO
Vea también: Dan. 7:27; Mateo 3:2; 6:33; 7:21; 11:12; Marcos 10:15;
Lucas 1:33; 17:21; Romanos 8:28; 14:17; 16:20; 1 Cor. 4:20; 15:24-28; Ef.
2:2-3; Col. 1:12-13; 1 Tes. 2:12; 2 Tim. 4:1, 18; 2 Pedro 1:11; 3:13; 1 Jn.
3:8; Apoc. 12:12; 20:1-10; 22:20.
COMENTARIO
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4: 1-11) y terminó con su pasión, resurrección y ascensión al cielo
(Heb. 1:1-3; 2:9-15). El reino de Satanás se mantiene por su poder
(2 Cor. 4:3-6;. Ef. 2:2-3; Apoc.12: 12), Pero Dios está destruyéndolo
y finalmente lo destruirá para siempre ( 1 Corintios 15 :24 -25; Efesios
2:4-10; Col. 1:12-13; Apoc. 20:1-6, 10).
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Lucas 24:30; Romanos 8:35-37; Ef. 4:28; Fil. 4:6-7, 19; 1Timoteo4:1-5;
6: 17; 1 Pedro 5:6-7.
COMENTARIO
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Vea también: Salmos 68: 11; Mateo 5:43-44; 6: 14-15; Lucas 18:9-14;
Romanos 12:14.
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Pregunta 106: ¿Qué nos enseña la sexta petición de la Ora-
ción Modelo?
"Yno nos metas en tentación, mas líbranos del mal; ... " (Mateo 6:13)
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1:8-10; 2:1). Esto revela la necesidad de la vigilancia, la mortifica-
ción y el ministerio de la gracia divina en nuestras vidas (Jn. 1: 16).
La gracia nos santifica. La gracia nos sostiene y (Ef. 2:8) mantiene.
La gracia nos anima a orar (Romanos 5: 1-2; Heb. 4: 14-16). La gra-
cia nos capacita para servir fielmente a la causa de Cristo ( 1 Cor.
15:8-10). La gracia nos capacita para perseverar fielmente y sufrir
la adversidad (2 Corintios 12:7-10; Fil. 1:29).
"Yno nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén." (Mateo 6: 13)
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COMENTARIO
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Debemos recordar que las Escrituras nos brindan nuestra única
fuente objetiva e infalible de guía y medición. Todo lo demás es
subjetivoy relativo (basado en la experiencia personal). Sin embar-
go, nuestra certidumbre (de nuestra propia salvación) es necesa-
riamente parcial y subjetiva e inseparable de nuestra experiencia.
A condición de que nuestra fe refleje o responda a lo que está deli-
mitado en las Escrituras, entonces tendremos cierto grado de certi-
dumbre de que nuestra fe es verdadera, fe salvadora. Las Escritu-
ras declaran que podemos y debemos examinarnos a nosotros mis-
mos, así como nuestro estado espiritual (2 Cor. 13:5). Para obtener
algún grado de certidumbre subjetiva, debemos dejar a un lado
todos los pecados, especialmente nuestros pecados dominantes y
mirar sólo a Cristo (Heb. 12: 1-4). Además, es nuestra responsabili-
dad añadir las gracias de la salvación verdadera a nuestra fe (2
Pedro 1 :5-8). En otras palabras, debemos prepararnos espiritual-
mente y perseverar para discernir nuestro estado espiritual. Esto
no es algo que debe ser tomado a la ligera. Tampoco es algo dado
por el Espíritu Santo a los que toman el pecado a la ligera o no
están espiritualmente preparados. La fe salvadora no existe por si
sola, es decir, nunca se encuentra sola. Esta fe existe en una armo-
niosa mezcla de gracias que testifican de nuestro estado espiritual
y se expresan en la vida a través de la responsabilidad humana y el
crecimiento en la gracia (Gálatas 5:22-23; 2 Pedro 1:4-11; 3:18 ).
¿Es usted un verdadero cristiano o sólo uno profesante?
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COMENTARIO
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Del testimonio del Nuevo Testamento, podríamos afirmar que
cierto grado de certeza es normalmente el resultado de la experien-
cia de la conversión. El pecador creyente, en el contexto de la fe y el
arrepentimiento obrado por Dios (Efesios 2:4-10; Fil. 1:29; Hechos
11: 18; 18:27.). a través de la comprensión de la verdad divina (Juan
17: 17, 1 Juan 2:20, 27), el testimonio del Espíritu de Dios (Roma-
nos 5: 5; 8: 11- 16), y la obra de la dinámica de la gracia divina en su
vida (Romanos 6: 1-14, 1 7-18), posee una certeza razonable de que
él es una nueva creación en Cristo Jesús, y se regocija en esto (2
Cor. 5: 17; Romanos 5: 1-2). Él está consciente del amor incondicio-
nal de Dios, que le es dado por el Espíritu (Romanos 5:5). Esta
certidumbre inicial es doctrinal, inferencial y experimental. Vea la
pregunta 112. Las profundas realidades de la regeneración y la con-
versión transforman la vida, no por la determinación humana, sino
por la dinámica de la gracia divina.
COMENTARIO
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Pregunta 112: ¿Cuáles son los aspectos bíblicos de la cer-
tidumbre de salvación?
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Pregunta 113: ¿De qué es salvado o liberado el creyente?
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¿Qué hay de las consecuencias inmediatas de pecado? Aun-
que el creyente es librado del pecado como el principio reinante o
dominante en su vida, todavía puede sufrir de las consecuencias
inmediatas (o temporales) de sus pecados. ¿Qué quiere decir esto?
Dios usualmente deja que los creyentes sufran los efectos de sus
pecados cometidos antes, y en ocasiones después de la conversión.
Esto se puede explicar por ejemplo, con el borracho que tras su
conversión no obtiene un nuevo hígado, y pudiera no obtener una
nueva reputación; por ejemplo el preso que se convierte no cuenta •
con su pena conmutada automáticamente. La conversión no puede
revertir el divorcio pecaminoso o restaurar una famílía perturbada.
El asesino, aunque perdonado por Dios, no es liberado por el Esta-
do. Demandas judiciales no se descartan simplemente porque una
persona se convierte en un cristiano. Aunque la inmoralidad puede
ser y será perdonada, las enfermedades de transmisión sexual no
se pueden curar mediante la conversión. Cuando los cristianos pe-
can, algunos de los efectos inmediatos pueden quedarse con ellos
durante toda su vida. En ocasiones, Dios no interviene en su sabia
y bendita providencia para anular algunas de las consecuencias
inmediatas de pecado. Normalmente, sin embargo, este tipo de co-
sas tiene que ser sobrellevada como parte de la propia experiencia
cristiana para la humildad y la instrucción en la gracia.
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se engaña a sí mismo (1 Juan 1:8). Los creyentes, así como los
incrédulos pecan. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre el pecado
en el incrédulo y el pecado en el creyente? Mientras que el íncrédu-
lo, de acuerdo con su carácter, vive bajo el dominio constante del
pecado (Romanos 1:18-32; 6:20; Ef2:1-3; 4:17-19), el creyente, al
contrario de su carácter, comete actos de pecado ( 1 Jn.2: 1 ). [El griego
utiliza el tiempo aoristo, refiriéndose a los actos en vez del tiempo
presente, lo que correspondería a una acción o práctica constante].
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Pregunta 116: ¿Puede el creyente obtener la victoria sobre
cualquier pecado?
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interior de la gracia que ofrece la dinámica para cumplir. Esto ex-
plica por qué ningún pecado puede seguir dominando al verdadero
creyente.
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semos nuestras faltas y transgresiones a Dios como pecado, nunca
actuaremos de forma agresiva contra ellos. Debemos arrepentir-
nos. El arrepentimiento del pecado es una actitud constante que
debemos tener siempre cuando tenernos conciencia de nuestros
pecados. Abandonar el pecado es la acción que surge de una mente
y un corazón arrepentido.
"Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más
bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano." (Romanos
14:13)
"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la
gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de
Dios;" (1Corintios10:31-32)
Vea también: Romanos 14:1-23; 1 Cor. 6:12-13; 10:12-33; Gálatas
5:13-14, 22-3; 6:14; 1Pe.1:13-16, 22; 2:9-17; 2 Pe. 3:13-14
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El siguiente contraste de "cosmovisiones" demuestra su im-
portancia: el ateo, si es consistente, debe presuponer que no hay
Dios, no hay nada trascendente o sobrenatural, no hay absolutos;
no hay certeza excepto el fatalismo, ni esperanza excepto en el aza,r
el destino o la suerte; no hay bases morales salvo el consenso hu-
mano, ningun significado salvo el que el hombre da a las cosas, y
ningun futuro más allá de la vida presente. Por lo tanto, el ateo, si
es consistente, debe enfrentarse con la vanidad y la futilidad, una
perspectiva necesariamente nihilista.
" ...Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios." (Mateo4:4)
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, l 7a fin de que el hombre
de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2
Timoteo 3:26-17)
Vea también: Salmos 19: 1-6; 139:1-18; Hechos 17:22-31; Romanos
8:28-39; 11 :33-36; 1 Cor. 8:6; 10:31; 2 Pedro 3: 1-18.
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del mundo y de la vida. Vea la pregunta 136. Esto es el "locus
classícus" (discurso clásico) de la apologética en la Escritura ( 1 Cor.
10:3-5; Fil. 1:7, 17; 1 Pedro 3: 15; Judas 3). Sus palabras fueron las
más profundas Jamás pronunciadas en ese antiguo centro de la
filosofía pagana. Para comprender adecuadamente esta afirmación,
hay que señalar que este discurso fue la culminación de varias se-
manas predicando todos los días a Cristo en el ágora, lo que explica
el trasfondo doctrinal necesario de su defensa final, y por qué no
era necesario nombrar específicamente a nuestro Señor (Hechos
17: 16-18).
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Pregunta 123: ¿Por qué es necesaria una cosmovisión bí-
blica para sostener un cristianismo consistente?
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completa y totalmente autoritativa, ya que es la verdadera Palabra
de Dios. Dios nos ha dado su Palabra para ser tanto entendidá
como obedecida. Viene a nosotros como mandato divino, no sim-
plemente para proporcionar información o para debatir. El objetivo
del estudio de la Biblia es llegar a la verdad doctrinal. Es esta ver -
dad doctrinal la que posteriormente se aplica a la vida. En primer
lugar, debemos ser diligentes, en oración, para llegar a una com-
prensión de lo que el texto dice y lo que significa, y entonces darle
aplicación legítima y coherente. La regeneración, la conversión, la
iluminación espiritual y la obediencia están por lo tanto esencial-
mente relacionados. Vea las preguntas 7-19. ¿Es nuestra fe y la
perspectiva integral a toda la vida?
COMENTARIO
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En segundo lugar, el Decálogo como el compendio de la Ley
Moral es una serie de leyes de jurisprudencia que puede ser am-
pliada de manera coherente para cubrir cada asunto moral (por
ejemplo, comparen Mateo 5:27-28 con 1 Jn.3:15). En el Decálogo,
como el compendio de la LeyMoral, Dios legisló moralidad. El no ha
cambiado estos preceptos. La Ley Moral de Dios es la ley de Cristo.
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Por último, hay tres usos de la ley: como una vara, una norma
y un bastón: primero es el medio ordenado por Dios para la convic-
ción de pecado como la trascripción del carácter divino; una "vara"
para conducirnos a Cristo, por así decirlo (Gálatas 3:24). Se debe
tener cuidado con el tiempo en griego utilizado en este texto, 'La ley
fue' [del griego, 'gegonen' tiempo prefecto "era y sigue siendo"] nuestro
ayo, para llevarnos a Cristo, para que fuésemos justificados por la
fe." Nuestro Señor usó la Ley Moral para revelar el corazón del joven
rico (Mateo 19: 16. -22). Los primeros predicadores utilizaban la ley
de manera implícita en su predicación, en especial el sexto manda-
miento que prohíbe el asesinato (por ejemplo, Hechos 2:22-23; 3: 15;
7:51-52).
En tercer lugar, la Ley es, por así decirlo, un "bastón" que nos
ayuda a caminar. "De manera que la ley es santa, y el mandamiento
santo, justo y bueno." (Romanos 7: 14) Aun cuando la ley misma no
puede justificar ni santificar, sin embargo revela el nivel de absolu-
ta rectitud (y el pecado como Dios lo ve) para el creyente. La ley nos
libra de todo relativismo religioso. La obediencia a sus preceptos
debe proceder de un corazón amoroso, por la gracia habilitadora de
Dios, nunca de un principio formal, externo o legalista.
"Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primo-
génito entre muchos hermanos." (Romanos 8:29)
"Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí
hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como
en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria
en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor." (2 Cor. 3: 17-18)
Vea también: Romanos 8:3-4, 18-23; Gálatas 5:16-17, 22-25; Ef.
3:14-19; 4:22-24; Fil. 1:6; 2:12-13; 3:10-17; Col. 3:1-10; 1 Tes. 4:13-18;
2 Pedro 3: 18.
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(lsaías 65:17: 66:22; 1 Cor. 15:23-28; 2 Pedro 3:7-13; Apoc. 21:1).
En cuanto a nuestra redención personal, ésta se inició en el conse-
jo eterno de elección divina (Efesios 1:3-11). Vea la pregunta 68.
Este principio de la gracia soberana fluye a través del tiempo, la
historia y la experiencia personal, y se expresa a través de todos los
aspectos de la gracia salvadora desde nuestro llamamiento y rege-
neración hasta nuestra santificación. Vea las preguntas 66 y 78.
Este proceso será llevado a la consumación final en nuestra resu-
rrección a la gloria (Romanos 8: 18-23). Vea la pregunta 169.
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humildemente rogarle por más gracia. La gracia es todo. Nos lleva a
Cristo y nos mantiene en Cristo, templa la personalidad, mitiga los
impulsos naturales, da valentía, nos capacita para orar, servir y
sufrir y fijar la mente en las realidades eternas. Cualquiera que sea
el problema, situación o circunstancia, nos sostendremos o actua-
remos fielmente en relación con nuestra medida de gracia divina.
Dios ha declarado que esta gracia siempre es suficiente. (Romanos
12:3; 2 Cor. 12:9)
COMENTARIO
"Yno sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la
prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios
ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos
fue dado." (Romanos 5:3-5)
"porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y
gozo en el Espíritu Santo." (Romanos. 14:17)
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."
(Gálatas 5:22-23. 22)
"A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la
esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo,
que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos."
(1 Timoteo. 6:17)
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Vea también: Salmos 103: 1-5; Ec. 9:7-10; Hab. 3: 17-19; Mateo 5: 10--
13, 43-48; 13:21; Marcos 10:30; Jn.3:3, 5; 15:20; Hch. 8:1-4; 14:22; Ro-
manos 5:3-5; 14:17; 2 Cor. 4:17-18; 12:10; Ef. 3:13; 6:10-18; Fil. 3:20-21;
2 Tes. 1:4; 1Timoteo1:18-19; 2:1-2; 2 Tímoteo 3:11-12.
COMENTARIO
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tal de la seducción y las comodidades temporales o falsas que el
mundoproporciona(Romanos 12:1-2; Heb 12:4-13). El destino del
creyente es el de ser conformado a la imagen del Hijo de Dios (Ro-
manos 8:28-31; 2 Cor. 3:17-18; 1 Jn. 3:1-3). Por lo tanto, debe
permanecer separado del mundo, en su cosmovisión, motivación e
inclinación, sus actividades y sus objetivos fundamentales ( 1 Jn.
2:15-17; 1 Cor. 10:31; Romanos 12:11-13). Los que se sienten có-
modos en el mundo y encuentran en él su satisfacción, ponen en
entredicho su testimonio y posiblemente estén en un estado de per-
dición. Si son creyentes, éstos serán sujetos a disciplina divina
(Mateo 13:22; Marcos 4:18-19; Lucas 8:14; Heb. 12:14-17; 1 Jn.
2: 15-17). Los grandes enemigos del verdadero creyente son: en pri-
mer lugar, el mundo, con sus esperanzas, sueños y promesas va-
nas, que busca apartarnos de Cristo, su señorío y sus mandamien-
tos. Un barco está destinado a estar en el agua; el problema co-
mienza cuando el agua se mete en el barco. Así es con el cristiano y
el mundo. Estamos obligados a estar en el mundo, pero no hemos
de ser del mundo, ni el mundo debe meterse en nosotros (Mateo
5: 13-16). Existe un principio de hostilidad entre el creyente y el
mundo en virtud de su pertenencia y la identificación con el Señor
Jesucristo (Jn. 15:18-22). El mundo busca conquistar al cristiano
alejándolo con engaños de su fidelidad al Señor o neutralizándolo
(1 Jn. 2: 15-17). Esto se describe claramente como adulterio espiri-
tual (Stg. 4: 1-6). La estrategia contra este enemigo es dejar de amar
al mundo y huir de sus trampas (1 Cor. 10:14; 1 Timoteo 6:22).
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"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen
de su Hijo,para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos tambiénjustificó; y
a los que justificó, a éstos también glorificó.¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios
es por nosotros, ¿quién contra nosotros?"(Romanos 8:28-31)
Vea también: Jn.5:24; 6:37, 44; Romanos 8:18-23, 28-39; 2 Cor. 1:9-10;
4:17-18; 5:1-8; Ef. 1:3-14; Fil. 1:6; 1 Tes. 4:13-18; 5:23-24; 2 Timoteo 2:19;
4:18; 1 Jn. 3: 1-3; Judas 23-25.
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