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Definición de Impuesto al valor agregado

El impuesto al valor agregado (IVA) es un impuesto o tasa que se cobra sobre la adquisición de
productos y servicios o sobre otras operaciones en distintos países del mundo.

El IVA o impuesto al valor agregado es una tasa común en países de Hispanoamérica y Europa
que tiene lugar en la compra de bienes y servicios como una forma recaudatoria por parte del
Estado sobre el consumidor final.
Se trata de un impuesto indirecto, en la medida en que la entidad fiscal correspondiente no lo
percibe de forma lineal o directa, sino que depende de la paga de este tributo por parte de
cada uno de los intermediarios que intervienen en la venta de un producto. En otras palabras,
cada miembro de la cadena de valor debe pagar al miembro inmediatamente anterior una carga
o impuesto que se adhiere al precio del producto y lo percibe luego en su forma proporcional
por el miembro sucesor. El consumidor o usuario final es, en definitiva, el que se hace cargo del
impuesto. El resto de los actores deben rendir cuentas ante el organismo fiscal del IVA pagado
(o crédito fiscal) y el IVA cobrado (o débito fiscal), de forma de liquidar la diferencia entre
ambos.

Calcular el IVA que pesa sobre un producto es una operación matemática sencilla. Con saber el
porcentaje que se le agrega a la adquisición del mismo, por ejemplo 10 ó 15%, el consumidor
simplemente debe multiplicar el precio del producto por el valor y luego dividirlo entre 100. De
esta manera, obtiene el importe del tributo que debe pagar.
De todas maneras, en la mayoría de las adquisiciones y precios finales el impuesto al valor
agregado ya se encuentra incluido.

De acuerdo con el país en el que uno se encuentre el IVA puede diferir en su proporción y
forma de pago.

Impuesto al valor agregado

El IVA (impuesto al valor agregado o impuesto sobre el valor añadido) es una carga fiscal sobre
el consumo, es decir, financiado por el consumidor como impuesto regresivo,1 aplicado en
muchos países y generalizado en la Unión Europea.
El IVA es un impuesto indirecto: no es percibido por el fisco directamente del tributario, sino
por el vendedor en el momento de toda transacción comercial (transferencia de bienes o
prestación de servicios). Los vendedores intermediarios tienen el derecho a reembolsarse el IVA
que han pagado a otros vendedores que los precedieron en la cadena de comercialización
(crédito fiscal), deduciéndolo del monto de IVA cobrado a sus clientes (débito fiscal), y
debiendo abonar el saldo al fisco. Los consumidores finales tienen la obligación de pagar el IVA
sin derecho a reembolso, lo que es controlado por el fisco, obligando a la empresa a entregar
justificantes de venta al consumidor final e integrar copias de estas a la contabilidad en la
empresa.

Ejemplo
El siguiente ejemplo muestra la mecánica simplificada, con un IVA generalizado de 10 %.

1. La empresa A produce, a partir de recursos naturales, el bien x1, al que fija un precio
de $100 por unidad.
2. A vende x1 a B, con un precio de $100, y añade $10 en concepto de IVA. Por lo
tanto, B paga a A $110. Resultado fiscal: A es deudor del fisco por $10
3. B transforma cada unidad de x1 en una unidad de x2, bien al que fija un precio de
$150.
4. B vende x2 al distribuidor C, adicionando IVA por $15., C paga a B $165. Resultado
fiscal: B es deudor del fisco por $5 = (15 - 10).
5. C distribuye x2 en el comercio minorista, fijando un precio de $200.
6. C vende x2 a la tienda D, adicionando IVA por $20. Entonces, D paga
a C $220. Resultado fiscal: C es deudor del fisco por $5 = (20 - 15).
7. D vende x2 al público, fijando un precio neto de $240.
8. El consumidor final F compra x2 en la tienda D. Por consiguiente F paga por el producto
$240 ($24 de IVA). Resultado fiscal: D es deudor del fisco por $4 = (24 - 20).
Como se ve en el ejemplo, todo el monto acumulado del impuesto (10+5+5+4=$24) es
soportado por el consumidor final (F), pero ha sido percibido en varias etapas intermedias.
Percepción (A+B+C+D) = impuesto pagado por el consumidor final.

IVA
La sigla IVA hace referencia a un tributo o impuesto que deben pagar los consumidores al
Estado por el uso de un determinado servicio o la adquisición de un bien.

El desgloce de dicha sigla esImpuesto al Valor Agregado (en la mayoría de los países
de América Latina) o Impuesto sobre el Valor Añadido (en España). Y se trata de una tasa que
se calcula sobre el consumo de los productos, los servicios, las transacciones comerciales y las
importaciones.
El IVA es un impuesto indirecto; se llama así porque a diferencia de los impuestos directos, no
repercute directamente sobre los ingresos, por el contrario, recae sobre los costos de
producción y venta de las empresas y se devenga de los precios que los consumidores pagan
por dichos productos. Esto significa que se aplica sobre el consumo y que resulta financiado por
el consumidor final. Se dice que es un impuesto indirecto que el fisco no lo recibe directamente
del tributario.
El cobro del IVA se concreta cuando una empresa vende un producto o servicio y emite la
factura correspondiente. Las compañías, por lo general, tienen el derecho de recibir un
reembolso del IVA que han pagado a otras empresas a cambio de facturas, lo que se conoce
como crédito fiscal, restándolo del monto de IVA que cobran a sus clientes (el débito fiscal). La
diferencia entre crédito fiscal y débito fiscal debe ser entregada al fisco.

¿Quiénes pagan el IVA y cómo se declara?


El IVA se calcula de la siguiente manera. Un empresario vende u ofrece un servicio y factura el
costo del mismo, devengando el impuesto repercutido (el cual debe calcularse teniendo en
cuenta la legislación vigente donde se especifica a cuánto corresponde el mismo en base al
tipo de producto o servicio ofertado).
Cada dos o tres meses, según lo estipulado por la ley para el rubro en el que se encuentra
registrado, el empresario deberá realizar la declaración de impuestos, donde se sumarán las
cuotas que corresponden al IVA de ese período. Allí se realiza el cálculo de lo pagado y lo
recibido en referencia a este impuesto y se establece el saldo. Si éste es negativo (cuando
las cuotas del IVA soportado han sido superiores a las repercutidas) el empresario podrá
compensar futuros saldos o solicitar la devolución de dichas tasas. Si es positivo, deberá realizar
el pago de las mismas.
Es importante mencionar que para los comerciantes minoristas existe un régimen especial al
que pueden acogerse. El mismo determina que si no intervienen en el proceso de producción
de los productos que venden y si el 80% de sus ventas son a consumidor final, el comerciante
no tendrá que realizar la liquidación del IVA. Esto se debe a que dicho comerciante habrá
pagado por la compra del producto el IVA correspondiente al mismo, por lo que ya habría
cumplido correctamente con lo estipulado por el regimen tributario vigente.
Cabe mencionar que los consumidores finales, en cambio, pagan el IVA sin recibir ningún
tipo de reembolso. La única forma de control del IVA es la entrega de factura u otro tipo
justificante de venta al consumidor, mientras que el comercio guarda una copia.
La alícuota del IVA varía de acuerdo
al país. Ghana (3%), Irán (3%), Canadá (5%), Panamá (5%) y Japón (5%) son algunas
de las naciones con alícuotas muy
bajas. Finlandia (22%), Islandia (24,5%), Dinamarca(25%), Hungría (25%), Noruega (2
5%) y Suecia (25%), en cambio, presentan el IVA más caro del mundo. La alícuota, de todas
maneras, suele variar con el tiempo en función de las necesidades económicas de cada país.

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