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JUDICIALIZACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN
DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN
JUSTIFICACIÓN E HIPÓTESIS
La investigación ofrece un aporte inicial al conocimiento de los mecanismos de
defensa de la Constitución en el Perú de la primera mitad del siglo XIX,
especialmente durante la vigencia de la Constitución de 1839.
Como hipótesis de trabajo afirmamos que, no obstante que en el Perú se adoptó
desde un inicio el modelo de defensa de la Constitución plasmado en Cádiz en
1812, en el cual las Cortes se constituían en el guardián de la Carta frente a las
infracciones fácticas de los otros poderes del Estado, especialmente del
Ejecutivo; en la práctica el cuerpo legislativo no cumplió con este deber en el
periodo comprendido entre 1839 y 1855; siendo por el contrario el Consejo de
Estado, cuerpo que auxiliaba en la defensa constitucional al Congreso, la
corporación que tomó la iniciativa en la guarda de la Constitución, utilizando al
máximo sus limitadas atribuciones constitucionales.
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diversos actores políticos y sociales, máxime cuando el artículo 38° de la Ley
Fundamental señala que es deber de todo ciudadano respetar, cumplir y
defender la Constitución[4]. El Tribunal Constitucional –interpretando el artículo
38° de la Constitución Política– ha señalado en el fundamento jurídico 3, del
expediente N° 01546-2002-AA/TC, que: “(…) es una obligación ciudadana el
respetar, cumplir y defender los principios, valores, derechos y obligaciones
contenidos en la Constitución”. Del mismo modo, el máximo intérprete de la
Constitución ha expresado en el fundamento jurídico 5, del expediente N° 00736-
2007-AA/TC, que: “el artículo 38° de la Constitución, establece que es deber de
todos los peruanos honrar al Perú y proteger los intereses nacionales, así como
respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la
Nación; y, por lo tanto, se trata de un interés difuso cuya titularidad corresponde
a la población en su conjunto”.
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realización de actos delincuenciales por parte de particulares [6]. Pero también
es pertinente señalar que bajo el pretexto de los disturbios cometidos, las
autoridades no pueden ejercer el ius puniendi del Estado de modo arbitrario, sino
en fiel cumplimiento con las garantías establecidas en la Ley Fundamental y los
tratados sobre derechos humanos ratificados por el Perú.
1 Blog de David Anibal Ortiz Gaspar sobre temas de Teorías Constitucional y Filosofía del Derecho -
Madrid-
2 España, 22 de julio de 2013./ Abogado por la Universidad de San Martín de Porres (USMP).
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DEFENSA DE LAS GARANTIAS INDIVIDUALES (DERECHOS
FUNDAMENTALES)
Las fuentes investigadas sobre este punto muestran que en el Perú también fue
alcanzado por la idea de que la Constitución era una norma suprema y también,
en teoría, no estableció mecanismos de control constitucional del Congreso.
No obstante, en el desarrollo práctico del Consejo de Estado, este cuerpo
consideró que el Congreso también estaba sometido a las disposiciones
constitucionales y trató de impulsar algún tipo de control constitucional.
Sin embargo, el Consejo se puso también en el hipotético caso de que tal
contradicción
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JUDICIALIZACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN
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Ocurre que esta discusión teórica, la mayoría de las veces, no es hecha en
términos adecuados, pues: a) no hay homogeneidad en esta clasificación, una
vez que las diferentes teorías poseen fundamentos bastante diversos; b) la
clasificación de una postura como siendo más o menos activa se presenta
bastante difícil, ya que el "activismo" se constituye en un concepto vacío de
significad, no siendo posible el establecimiento de estándares o criterios claros
y objetivos que permitan calificar una determinada decisión judicial como
"activista"; además, también el concepto de "activo" es relativo, siendo
dependiente y variable conforme el punto de referencia adoptado, como se ha
demostrado en el tópico anterior.
Tal aspecto, a su vez, apenas contribuye y refuerza las falacias acerca del tema,
dificultando su discusión y conduciendo a los problemas de comprensión ya
mencionados. En este sentido, cuando se habla de determinadas teorías o
corrientes de pensamiento, hay, generalmente, la idea de que existe una directriz
común bien definida, que se traduce en una relativa uniformidad de argumentos
y de elementos comunes.
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interpretativo, hermenéutico (lo que, aquí, denominamos de análisis de orden
interno), o sea, la discusión sobre el tema de la jurisdicción constitucional es
hecha a partir de la actuación del juez y del Tribunal y sólo entonces ella
adquiere, por vía refleja, repercusión para las demás esferas que están en su
entorno, incluida, ahí, la relación con los demás poderes).
Otros lo hacen desde una perspectiva inversa, estableciendo los límites
jurisdiccionales como punto de partida, como John Hart Ely, que, a partir de la
idea de representation reinforcing, sostiene la concentración de las actividades
de naturaleza material y valorativa en la órbita representativa. Él parece, por lo
tanto, trabajar la cuestión de la legitimidad y de las funciones de la jurisdicción
constitucional desde una perspectiva de orden externo, es decir, el principal foco
de su reflexión no reside en la actuación de los Tribunales propiamente dicha,
sino que en su relación con los demás Poderes, o sea, sus límites resultan,
implícitamente, del sistema de poder considerado en su totalidad. De ahí se
puede afirmar que el tema es tratado, en estos casos, bajo una perspectiva más
política que metodológica.
Así, en el primer caso, los límites de la jurisdicción son discutidos "desde dentro",
a partir de una perspectiva interna, vinculada más a la interpretación; al paso
que, en el segundo, estos límites son fijados "desde fuera", teniendo esta
demarcación un carácter apenas derivado con relación a la discusión
principal, que reside en la estructuración y en el funcionamiento del proceso
político en una perspectiva "macro".
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De otro lado, otro foco de reflexión puede ser percibido en el debate que se traba
entre interpretativistas (interpretivism) y no interpretativistas (non interpretivism),
pautado por la definición de lo que es la propia Constitución en cuanto
documento político y jurídico, pues, para los primeros, su interpretación posee
un carácter de rescate histórico que se traduce en la búsqueda y en la
vinculación de los magistrados a los contenidos originalmente pretendidos por
los fundadores (founding fathers), al paso que, para los segundos, este
contenido debe ser actualizado más allá del mero texto legal, lo que implica y
permite, a su vez, una interpretación de carácter más amplio y creativo.
Se podría decir, por lo tanto, que la primera concepción toma por fundamento la
comprensión de la Constitución como manifestación del Poder Constituyente
soberano, en cuanto que la segunda se afilia a la comprensión de la Constitución
como un documento autónomo, vivo, en directa conexión con la evolución de la
propia sociedad. Así, se tiene, en una, una primacía de la soberanía popular y,
en la otra, una soberanía de la Constitución; en aquella hay una valoración del
Legislativo, a quien cabe la determinación y la especificación de los contenidos
constitucionales, mientras que en esta última hay una valoración del Poder
Judicial como instancia privilegiada para esta actuación evolutiva.
De igual manera, el estándar o referencial hermenéutico adoptado por cada autor
repercute directamente en la concepción de los límites de actuación y en la
legitimidad de la jurisdicción constitucional, pues aquellos que se afilian a una
teoría interpretativa de naturaleza más creativa, de construcción y de atribución
de sentido al texto normativo, aproximándose, así, de la llamada "Nueva
Hermenéutica", tienden a reconocer un mayor espacio de actuación a los
tribunales, al paso que los adeptos de una teoría interpretativa más restrictiva,
de cuño más positivista, basada en los métodos clásicos, tienden a limitar esta
actuación, calificando, mucho más fácilmente que los primeros, una decisión
como "activista".
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c) Los diferentes "procedimentalismos": El elemento de unidad del así
nombrado procedimentalismo está determinado por el aspecto de restricción
interpretativa y de una postura de limitación del Poder Judicial en lo que
concierne a la protección y a la realización de los contenidos constitucionales
fundamentales, asociada a la idea de transferir a otros órganos la especificación
de los contenidos valorativos de la Constitución.
Aun así, es posible aseverar que mismo los procesos amplios de participación
política propuestos presentan variaciones sustanciales, pues en Haberle, por
ejemplo, ellos se refieren y están asociados a la propia interpretación de la
Constitución en sentido amplio ("sociedad abierta de intérpretes de la
Constitución"40), al paso que, para Habermas, por medio del obrar comunicativo,
ellos poseen un carácter más amplio, direccionado a la política en general,
incluida ahí la Constitución, o sea, la propuesta habermasiana tiene un objeto
más general41, donde el foco central no reside, propiamente, en las figuras de la
Constitución o de la jurisdicción constitucional; ellas son teorizadas, más, por vía
refleja, en cuanto órganos e instituciones integrantes de la sociedad y de la
organización política como un todo.
De ahí se puede afirmar que la distinción entre ambos reside en el hecho de que,
en un caso, el aspecto del debate público parte de la Constitución -ella es, antes
que nada, el objeto del debate-; ya en el segundo, el debate público es dirigido
a la Constitución, pues ella sirve de fundamento al propio debate.
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A pesar de que las concepciones procedimentales se basen en una noción de
"retirada" de decisiones estratégicas del Judicial en beneficio de la sociedad y
del proceso político, que debe tener una participación amplia y efectiva en las
cuestiones que envuelven decisiones acerca de temas relevantes, se hace
necesario considerar, con todo, que ellas no rompen, de forma definitiva, con el
"activismo judicial", una vez que también ellas acaban por atribuir, en cierta
medida, un papel activo a la jurisdicción constitucional en el control de los
procedimientos de deliberación democrática, o sea: ellas tienden a reducir el
activismo en términos materiales, defendiendo una "transferencia" de las
decisiones de carácter valorativo a la sociedad, pero no lo hacen en la
perspectiva procedimental, ya que resguardan una actuación activa a la
jurisdicción en lo que concierne a la fiscalización, garantía y promoción del
derecho de participación de los ciudadanos en el debate público.
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Ante lo expuesto, es posible concluir, por consiguiente, que los términos
"sustancialismo" y "procedimentalismo" son, en la mayoría de las veces,
empleados de manera inadecuada y reduccionista, designando, con la misma
denominación, teorías que, en verdad, son muy distintas. No hay dudas de que
hay elementos entre ellas, pero, al discutir el tema, las variantes necesitan ser
consideradas. Hecha esta constatación, no se intenta, con eso, abolir o criticar
la denominación o la designación de corrientes teóricas distintas; lo que se quiere
dejar claro, aquí, es que estos conceptos deben ser empleados con cautela,
observándose, siempre, las particularidades de cada una de las teorías, así
como su complejidad.
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I. OBJETO DE ESTUDIO DEL DERECHO PROCESAL
CONSTITUCIONAL
PROCESOS CONSTITUCIONALES:
PROCESO DE HABEAS CORPUS: Es un proceso judicial de carácter
constitucional que tienen como finalidad proteger la libertad dela persona y los
derechos constitucionales conexos a ella (derecho de ingresar, transitar y salir
del territorio nacional y el derecho a no ser incomunicado) ante violaciones
amenazas de violación provenientes de una autoridad o de un particular. Lo
puede presentar el mismo afectado o cualquier otra persona en su nombre, si el
juez comprueba que efectivamente aquellas se han producido, ordena la
inmediata libertad de la persona o, si fuera el caso, ordena que se suspenda la
violación o amenaza de violación de un derecho conexo a la libertad.
3
ROBERTO ALFARO PINILLOS - Teoria general del derecho procesal constitucional. ¿Cómo interponer
una demanda constitucional con éxito? Editorial ADRUSS Pág. 46
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PROCESO DE AMPARO: Es un proceso judicial de carácter constitucional que
tiene como finalidad proteger todos los derechos constitucionales de la persona
con la excepción de los que protegen el habeas corpus, el Habeas Data y la
acción de incumplimiento ante violaciones o amenazas de violación provenientes
de una autoridad o de un particular. Lo puede presentar el mismo afectado o
cualquier otra persona en su nombre. Si el juez comprueba, efectivamente, que
hubieron violaciones a derechos ordena que los actos violatorios se suspendan
inmediatamente.
4
ROBERTO ALFARO PINILLOS - Teoría general del derecho procesal constitucional. ¿Cómo interponer
una demanda constitucional con éxito? Editorial ADRUSS Pág. 59
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PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD: Es un proceso constitucional que
tienen como finalidad que las leyes, decreto legislativos y otras normas con rango
de ley (decretos de urgencia, tratados internacionales, resoluciones legislativas,
etc.) no contravengan a la constitución. Se presenta ante el tribunal
Constitucional, quien resuelve en instancia única y declara en su sentencia si la
norma que han sido impugnada, efectivamente contradice o no a la constitución.
Si el tribunal declara inconstitucional una norma, esta pierde efecto desde el día
siguiente a la publicación de la sentencia, lo que equivale a decir que partir de
ese momento deja de existir en el ordenamiento jurídico.
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II. FUENTES DEL DERECHO PROCESAL
CONSTITUCIONAL
5
WALTER A. DIAZ ZEGARRA - Comentarios a la código Procesal Constitucional. Ediciones LEGALES Pág.
81
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La vinculatoriedad del precedente es simultáneamente horizontal y vertical; en el
primer caso porque implica que el Tribunal Constitucional asume fidelidad a la
regla por ella establecida; y en el segundo caso porque conlleva a su
acatamiento por los restantes operadores jurídicos.
PRECEDENTE VINCULANTE
6
WALTER A. DIAZZEGARRA - Comentarios al Código Procesal Constitucional, Segunda Edición. Pág. 84
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Consecuentemente, y por la aplicación de similares criterios respecto a la
reducción de procesos, las demandas de amparo que sobre las materias
laborales de carácter individual, sean del régimen laboral público o privado
descritos en la presente sentencia, deberán ser encausadas a través de las vías
igualmente satisfactorias para resolver las controversias individuales de carácter
individual laboral, privadas o públicas, y que son:
HA RESUELTO
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3. Declarar que los criterios de proa de la demandas de amparo en materia
laboral, previstos en los fundamentos 7 a 25, supra, constituyen en
precedente vinculante inmediato de conformidad con el artículo VII del
Título Preliminar del C.P. Const; motivo por el cual, a partir del dia
siguiente de la publicación de la presente sentencia en el diario oficial El
Peruano, toda demanda de amparo que sea presentada o que se
encuentre en trámite y que no cumpla con tales condiciones, debe ser
declarada improcedente.
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EL PRECEDENTE VINCULANTE Y SU CONTENIDO
Como lo indican los juristas Lucio Pegararo y Angelo Rinella. “El análisis de las
fuentes del derecho en los sistemas de common law, tradicionalmente pone de
manifiesto que corresponder un papel de fuente primaria el precedente judicial,
al contrario de lo que ocurre en los sistemas del civil law. Sin embargo, en sentido
lato, el precedente judicial no es desconocido en los ordenamientos de origen
romano.
Si bien en la familia del civil law predomina la norma, la jurisprudencia pasa como
fuente secundaria; en el common law el precedente judicial halla su valor
vinculante a la luz de stare decisis, donde el juez no crea derecho, sino que saca
a la luz lo que el derecho constituye, generándose un criterio de obligatorio
cumplimiento tanto horizontal como vertical. En nuestro caso, pese a que
nosotros pertenecemos a la familia del civil law, hemos tomado la institución del
precedente judicial para incorporarlo en nuestro ordenamiento jurídico, pero no
como un interpretar, sino como un crear norma frente a la laguna de derecho.
7
WALTER A. DIAZZEGARRA - Comentarios al Código Procesal Constitucional, Segunda Edición. Pág. 82
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El Tribunal Constitucional en el Exp. N° 0024-2003-AI establece las condiciones
para el precedente vinculante:
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III. PRECEDENTE VINCULANTE SOBRE “EL
DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL”
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Además, una siquiera breve mención a lo resuelto en estos casos, tarea que
emprenderemos de inmediato, nos permitirá entonces realizar luego una serie
de reflexiones al respecto, las cuales consignaremos al final de este texto. 8
8
JHONNY TUPAYACHI SOTOMAYOR (Coordinador)/ELOY ESPINOSA SALDAÑA BARRERA - El precedente
Constitucional Vinculante en el Perú (Análisis, comentarios y doctrina comparada) . Editorial ADRUSS.
Septiembre 2009. Pág. 842
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