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UN TAL TALES

¿Quién fue Tales de Mileto?


Tales, fue un egregio pensador y científico oriundo de
Mileto, colonia jónica ubicada en el Asia Menor, tuvo
origen fenicio y sus padres fueron Examies y Cleobulina
(Fraile, 1997).
El filósofo jonio, es considerado como el más célebre
representante de los 7 sabios de Grecia, siendo su
nombre recurrentemente mencionado en las diferentes
listas de sabios helénicos (Guthrie, 1984).
Tales de Mileto, es reconocido por sus aportaciones
políticas prácticas y por sus hallazgos científicos. Así,
Heródoto, respecto al pensador heleno, considero sabio
su consejo de establecer una organización de estados
federados jonios, administrados desde un gobierno
central ubicado en Teos, esto como medida preventiva a
las invasiones persas (Heródoto, 1992, pág. 230).
¿Cuál fue la fecha de su nacimiento?
No se conoce con exactitud su fecha de nacimiento ni la
fecha de su muerte

De él se afirma que predijo un eclipse acaecido durante


la etapa final de la guerra entre medos y lidios, así lo
confirma Heródoto, quien alega:
[…..] se entabló entre los lidios y los medos una
guerra que duró cinco años, en el transcurso de
los cuales, unas veces, los medos vencieron a los
lidios y, otras, los lidios a los medos. Y durante
esos años hasta libraron un combate nocturno;
llevaban la guerra con suerte equilibrada, cuando,
en su quinto año, ocurrió en el curso de un
combate que, en plena batalla, de improviso el día
se tornó en noche (Tales de Mileto, por cierto,
había predicho a los jonios que se produciría esa
inversión del día, fijando su cumplimiento en el
ámbito del año en que justamente se produjo la
inversión). (Heródoto, 1992, pág. 148)
La actual ciencia astronómica aduce, que la fecha de
realización del eclipse vaticinado por el filósofo milesio,
es el 28 de mayo del año 585 a.C., sin embargo, es
necesario dilucidar, que Tales de Mileto, carecía del
conocimiento astronómico necesario para predecir con
exactitud la fecha de dicho eclipse; en realidad,
probablemente se limitó a aplicar el sistema sumerio
Saros, que establece que después de un ciclo de 223
meses lunares (18 años, 10 días y 8 horas), los eclipses
de sol y luna pueden repetirse con pequeñas variaciones
de tiempo. (Guthrie, 1984). Precisamente, en Egipto, 18
años antes del eclipse vaticinado por Tales, se pudo
vislumbrar un eclipse.
LA FILOSOFÍA DE TALES DE MILETO.
EL AGUA COMO PRIMER PRINCIPIO.
Una característica genérica en la totalidad de los
pensadores presocráticos, es el contenido de sus
cuestionamientos. Ellos no se limitaron a preguntar,
¿Qué son las cosas?; profundizaron a tal grado sus
inquisiciones, que tuvieron la pretensión de conocer: ¿De
qué están hechas todas las cosas?, ¿Cómo se hacen?,
¿Cuál es primer principio de donde provienen? (Fraile,
1997).
Esto equivale a contraponer el ser al aparecer, las
esencias a los fenómenos, lo cual les lleva a preguntarse
si por debajo de las apariencias sensibles existe alguna
realidad estable, algún principio, permanente a través de
las mutaciones incesantes de las cosas.
De esta manera, aun cuando el problema físico aparece
planteado en función de la mutación de las cosas
sensibles, este mismo planteamiento lleva implícito un
sentido ontológico más amplio. A través de la
impermanencia de las «cosas» particulares buscan una
realidad fija, eterna, indestructible, que ha existido
siempre, de la cual salen y a la cual retornan todas las
cosas, y que permanece a través de todas las
mutaciones.
De aquí brota el concepto, común a todos los
presocráticos, de una «Naturaleza» (φύσις) estable e
inmutable, contrapuesta a la pluralidad y movilidad de las
«cosas» particulares.
La «Naturaleza» es la realidad que existe por debajo de
todas las «cosas», y que, aunque es común a todas, se
distingue de ellas. En cambio, las «cosas» múltiples, más
que realidades, son apariencias mudables, inestables y
de duración limitada.
Esta «Naturaleza» la entienden los presocráticos en un
doble
sentido: como substratum inmutable del ser, por debajo
de
todas las mutaciones de las cosas, y también como
fuerza que
hace llegar las cosas a ser, como una fuente inagotable
de «seres
».
De esta primera contraposición entre «Naturaleza» y
«cosas»
particulares se derivan otras varias, como son: la
antítesis entre
la verdadera realidad, que solamente puede ser percibida
por la
inteligencia, y las apariencias mudables percibidas por
los sentidos;
entre lo inmutable y lo móvil, entre la unidad y la
pluralidad,
entre el ser y el no-ser, entre lo lleno y lo vacío, entre
lo limitado y lo ilimitado., etc. 2
Asimismo, de este concepto unitario de la Naturaleza
proviene
el de una Ley universal, que rige todas las mutaciones,
cuya existencia deducen del hecho de la periodicidad
cíclica de
los fenómenos celestes, de los movimientos ordenados
de los
astros, de la repetición de las estaciones del año.
También se
deriva el concepto de Ciencia, entendida como un
conocimiento
estable, fijo y universal, que abarca la razón de la
totalidad
de las cosas, en contraposición a la Opinión, que no
rebasa la
contingencia y particula
En su búsqueda del arché (ἀρχή), ante la pregunta por el
primer principio de todo cuanto existe, Tales de Mileto
halla su respuesta, afirmando que el arché de las cosas
es el agua.

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