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CAPÍTULO 1

Anatomía del globo ocular


y de la órbita

Introducción 1 Pasos y canales de la cavidad


El globo ocular 1 orbitaria 5
La órbita o cavidad orbitaria 2 Periostio y recubrimiento fascial
Base 3 de la órbita 6
Vértice 3 El sistema fascial orbitario 7
Pared superior o bóveda 4 Cápsula de Tenon 7
Pared inferior o suelo 4 Envolturas musculares 7
Pared interna o medial 4 Prolongaciones orbitarias 1
Pared externa o lateral 5 y ligamentos de contención 7
Algunas consideraciones sobre Resumen 8
la anatomía de la órbita 5

INTRODUCCIÓN nen permitirá al terapeuta el acceso con garantías


El globo ocular está situado en un espacio, lla- a la evaluación y el tratamiento de las alteracio-
mado órbita, formado por varios huesos del nes oculomotoras.
viscerocráneo.
La pregunta que podría plantearse es: ¿Se pue- EL GLOBO OCULAR
de denominar articulación a la relación del ojo El globo ocular tiene una forma de esfera ovoide
con la órbita? Desde un análisis ortodoxo, esto se de unos 23 mm de diámetro y ocupa la mitad
podría poner en duda, ya que no existen superfi- anterior de la órbita. Pesa alrededor de 7 g y su
cies de contacto revestidas de un cartílago articular. consistencia es muy firme, dando la sensación
Pero, por otro lado, el ojo está situado de forma de ser un cuerpo duro y sólido. Esta consistencia
muy estable con relación a la órbita y su movi- se debe a la presión de los líquidos que contiene
miento responde a un análisis matemático muy (fig. 1.1).
preciso. Incluso podríamos decir que hay una Con relación a la base de la órbita, el vértice
cápsula articular. Efectivamente, el ojo en la órbita de la córnea está situado casi en la línea recta que
puede considerarse una articulación más; muy uniría los salientes de los rebordes orbitarios su-
particular, pero articulación al fin y al cabo. perior e inferior (fig. 1.2). Con relación a una lí-
El sistema oculomotor comprende, entre nea que uniera los bordes interno y externo de la
otras cosas, la relación biomecánica de los ojos órbita, la córnea se encontraría muy por delante
con el espacio en el que se mueven: las órbitas. (fig. 1.3). Así pues, el reborde superior de la órbi-
Conocer las estructuras óseas y la organización ta excede y domina al globo en una función de
del conjunto de tejidos blandos que lo compo- protección, pero el globo a su vez rebasa por

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delante a los otros tres bordes. Estas relaciones del


globo ocular con la base de la órbita pueden va-
riar según los individuos y dependen de lo que se
ha dado en llamar «estado de plenitud de la cavi-
dad orbitaria», esto es, el desarrollo más o menos
considerable de la masa adiposa retroocular.
El globo nunca está en relación inmediata con
los huesos. Está cubierto por delante por los pár-
pados, y alojado en una especie de cúpula fibrosa
que forma la aponeurosis orbitoocular o aponeu-
rosis de Tenon, que más adelante será descrita.
En relación a las paredes de la órbita, el glo-
bo no está situado a igual distancia de estas. Está
FIGURA 1.1 Visión frontal del ojo derecho. más próximo a la pared externa que a la interna,
y algo más próximo a la pared superior que a la
inferior. Estas distancias a las paredes se mantie-
nen fijas. Así pues, este dato es importante por-
que puede dar la impresión errónea de que el
ojo al moverse se desplaza dentro de la órbita,
pero lo que hace es rotar sobre sí mismo.
Posterior al globo se encuentra el complejo
vasculonervioso, muscular y adiposo separado
dentro de la órbita por la cápsula de Tenon. La
grasa que se encuentra en la órbita tiene una
elasticidad y viscosidad baja (Schoemaker et al.,
2
2006).
El globo está constituido del exterior al inte-
rior por tres capas o túnicas. La primera capa es
fibrosa y se llama esclerótica; la segunda es vas-
cular, llamada úvea; y la tercera es más sensorial
y se llama retina.

LA ÓRBITA O CAVIDAD
FIGURA 1.2 Corte sagital de una RM donde se aprecia
la posición de la córnea con respecto a los rebordes
ORBITARIA
orbitales superior e inferior. Existe una relativa alineación La órbita es la cavidad que aloja el globo ocular
de la parte anterior del ojo con respecto al borde superior, junto con sus estructuras vasculares, neurológi-
que protege al ojo como un techo. (Imagen cedida por el cas y lacrimales. Las cavidades orbitarias están
profesor Javier Álvarez.) situadas de forma simétrica a cada lado de las

FIGURA 1.3
Corte horizontal de una RM
donde se aprecia cómo la córnea
sobrepasa una línea que uniese
los bordes interno y externo de
la órbita. (Imagen cedida por el
profesor Javier Álvarez.)

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CAPÍTULO 1
Anatomía del globo ocular y de la órbita

fosas nasales. Cada una de ellas tiene una forma Si los ejes oculares guardaran proporción en-
de pirámide cuadrangular de base anterior, en la tre la pared interna y la externa de la órbita, los
que se presenta un vértice situado posteriormen- ojos mirarían hacia delante y hacia fuera, en
te que se abre a la cavidad craneal por varias fisu- completa divergencia, lo que nos daría un as-
ras. Podemos diferenciar: una base, un vértice pecto muy particular. La oblicuidad de la órbita,
y cuatro caras —suelo, pared medial, pared lateral así como el hecho de que los ejes visuales sean
y techo—, siendo cada una de estas caras de for- frontales y paralelos, implica que los ojos estén
ma triangular. En cuanto a las paredes, están situados de forma fisiológica en una relativa
formadas por la disposición de siete huesos del aducción-rotación interna con respecto a la órbi-
cráneo: esfenoides, frontal, cigomático, maxilar, ta. Es sorprendente la similitud de esta situación
lacrimal, etmoides y palatino. con la de las extremidades superiores e inferio-
La pirámide orbitaria tiene una medida de res, donde también el húmero y el fémur, con
unos 4 cm de ancho por 3,5 cm de alto y está respecto a la escápula y la pelvis, se encuentran
rotada lateralmente. A causa de esta rotación, el en una relativa aducción-rotación interna.
reborde lateral orbital coincide aproximada- Esta es la descripción de las distintas paredes
mente con el ecuador del globo (fig. 1.4). La ór- (figs. 1.6 y 1.7):
bita se expande en su máxima dimensión 1 cm
detrás del reborde exterior. El ápex está situado Base
entre 44 y 50 mm por detrás y concentra estruc- La base es la apertura facial de la órbita y tiene la
turas neurovasculares muy importantes. forma de un cuadrilátero con los ángulos muy re-
Una característica interesante es que la pared dondeados (v. fig. 1.6). Su contorno o reborde orbi-
interna de cada órbita tiene una dirección prácti- tario está formado, por arriba, por el arco
camente sagital, mientras que la pared externa es orbitario del frontal y por las dos apófisis orbita-
oblicua de atrás a adelante y de dentro a fuera rias del mismo hueso; por dentro y abajo, por la
con una angulación de 45°(v. fig. 1.4). Esta obli- apófisis ascendente del maxilar superior; y por 3
cuidad de la pared externa hace que el eje de la fuera y abajo, por el borde superior del hueso
órbita quede a unos 23° y que los ejes de las cigomático.
dos órbitas, prolongados hacia el occipital, se
encuentren por detrás y un poco por debajo del Vértice
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borde superior de la lámina cuadrilátera del es- El vértice provee la ruta de comunicación entre
fenoides, formando entre sí un ángulo de 40 a la cavidad intracraneal y la órbita. El vértice de la
45°(fig. 1.5). órbita corresponde con la porción más interna

45°

FIGURA 1.4 Imagen de una RM en un corte horizontal. Se pueden apreciar la pared nasal de la órbita en un plano
sagital y la pared orbital con una oblicuidad de unos 45°. Probablemente se trate de un residuo de cuando los ojos estaban
situados en los laterales de la cabeza. La evolución de las especies ha ido llevando los ojos hacia una posición más frontal.
Esto es especialmente constatable en los depredadores, a los que la frontalidad de los ojos permite un mejor cálculo de la
distancia hasta la presa. Los «depredados» mantienen los ojos en una situación más lateral, lo que les permite un mayor
campo visual ante posibles peligros. (Imagen cedida por el profesor Javier Álvarez.)

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Eje óptico
23°
Eje de la cavidad
orbital

45°

FIGURA 1.5 Imagen de RM en un corte horizontal donde se pueden apreciar los globos oculares con sus córneas y
cristalinos. En esta imagen se observa con claridad la situación de los ejes ópticos con respecto a los ejes de la cavidad
orbital. Las dos órbitas forman un ángulo de unos 45° entre sí. Cada uno de los ojos está situado a unos 23° con respecto
a un plano sagital. A partir de esta constatación, podemos afirmar que los globos oculares con respecto a las órbitas se
encuentran en una rotación interna (aducción) relativa. (Imagen cedida por el profesor Javier Álvarez.)

y más ancha de la hendidura esfenoidal y el agu- estructuras neurovasculares lo predisponen a ser


4
jero óptico. En el borde interno se encuentra un un lugar delicado ante ciertas inflamaciones.
pequeño tubérculo óseo, más o menos desarro-
llado según los sujetos, en el cual viene a inser- Pared superior o bóveda
tarse el anillo de Zinn. La alta concentración de Es muy cóncava y está formada, sobretodo, por
la bóveda orbitaria del hueso frontal, y en parte
por la cara inferior del ala menor del esfenoides.
En esta bóveda orbitaria y en la parte medial
encontramos la fosita troclear para la inserción
de la polea de reflexión del músculo oblicuo su-
perior del ojo, y en la parte lateral se sitúa la fosa
para la glándula lacrimal.

Pared inferior o suelo


Es cóncava como la anterior y tiene la forma de
plano inclinado hacia abajo, afuera y adelante.
Está formada por el plato orbital del maxilar,
con la contribución del cigomático, y en su lími-
te posterior se encuentra la apófisis orbitaria del
palatino.
El suelo orbital es el techo del seno maxilar.
En sus dos tercios posterolaterales, el suelo está
separado de la pared lateral por la fisura orbital
inferior por la que la división maxilar del trigé-
mino (V2) entra en la órbita.

FIGURA 1.6 Imagen de resonancia en 3D donde se Pared interna o medial


aprecian las características de la arquitectura de la órbita. La pared interna de la órbita es plana y paralela
(Imagen cedida por el profesor Javier Álvarez.) al plano medio. Muy delgada y formada en su

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CAPÍTULO 1
Anatomía del globo ocular y de la órbita

Foramen supraorbital
Borde supraorbital
Foramen óptico

Hueso frontal
Hueso nasal

Hueso lacrimal
Ala menor del esfenoides

Hueso etmoides
Ala mayor del esfenoides

Fosa lacrimal
Fisura orbital superior

Hueso maxilar

Hueso palatino
Fisura orbital inferior

Foramen infraorbital Hueso cigomático

FIGURA 1.7 Esquema de los distintos huesos y estructuras anatómicas que forman la órbita.

mayor parte por la lámina papirácea u orbitaria a diferentes traumatismos cefálicos, y no solo en
del hueso etmoides, que se articula anteriormen- la cara. Cualquier traumatismo que afecte alguno 5
te con el lacrimal y este último con la apófisis de estos siete huesos podrá afectar a alguna de
montante del maxilar superior. La lámina papi- las suturas, lo cual tendrá consecuencias para las
rácea es límite de los senos o celdas etmoidales. tensiones de los tejidos en el interior de la órbita,
Entre el maxilar y el lacrimal encontramos el además de los efectos negativos que podría su-
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conducto lacrimonasal. En la zona posterior, la poner una inflamación en esta zona.


lámina papirácea del etmoides se articula con El esfenoides es una pieza clave en la constitu-
una pequeña porción del cuerpo del esfenoides. ción de la órbita gracias a sus alas grandes y pe-
La pared medial contacta con el techo de la queñas y a la participación de la parte anterior de
órbita en la sutura frontoetmoidal, y contacta la cara lateral de su cuerpo. Su posición repercuti-
con el suelo en la sutura maxiloetmoidal. rá directamente en el paso de las estructuras vascu-
lonerviosas por las hendiduras y agujeros, y en la
Pared externa o lateral tensión de los músculos oculomotores (MEO)
Plana y triangular, la pared externa está consti- que, como veremos, toman inserción en él.
tuida por la apófisis frontal del hueso cigomáti-
co en su parte anterior y por el ala mayor del PASOS Y CANALES
esfenoides en su parte más posterior. En su parte
superior vemos la apófisis orbitaria externa del
DE LA CAVIDAD ORBITARIA
Son básicamente nueve y aseguran las comuni-
frontal. La pared externa es fuertemente oblicua
caciones con las fosas nasales, la parte media de
hacia dentro y hacia atrás.
la base del cráneo y la fosa pterigoidea-palatina.
La pared lateral es la más espesa de la órbita
Entre estos pasos y canales destacan:
y está separada del suelo por la fisura orbital in-
El conducto óptico, formando prácticamente
ferior y del techo por la fisura orbital superior
el vértice de la pirámide cuadrangular que cons-
(más posterior) y por la sutura frontoesfenoidal.
tituye la órbita en el ala menor del esfenoides.
Por él pasa el nervio óptico (II nervio craneal), la
Algunas consideraciones arteria oftálmica y una rama ortosimpática desti-
sobre la anatomía de la órbita nada al globo ocular.
En un espacio y volumen reducido, la órbita pre- La hendidura esfenoidal, o fisura orbitaria
senta 7 huesos y 14 suturas. Esto la hace sensible superior, que constituye gran parte del ángulo

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superoexterno de la órbita (fig. 1.8). Tiene la forma suborbitario y un conducto malar para el nervio
de una coma cuya parte ancha se encuentra en la maxilar superior.
parte inferointerna. Está situada entre el ala mayor
y el ala menor del esfenoides, y deja paso a:
PERIOSTIO Y RECUBRIMIENTO
● Los tres nervios motores del globo ocular: el FASCIAL DE LA ÓRBITA
nervio oculomotor común (III), el nervio tro- El periostio orbitario, o periórbita, es una mem-
clear (IV) y el nervio oculomotor externo (VI). brana fibroelástica que reviste las paredes óseas de
● Las ramas (lacrimal, frontal y nasal) del ner- la órbita y actúa de saco intermedio entre el conti-
vio oftálmico de Willis (rama superior del nente óseo y el contenido visceral, amoldándose
nervio trigémino V1) que dan la sensibilidad a ambos. Es una membrana fina pero resistente.
de la órbita y el ojo. Está reforzada por un pequeño músculo liso,
● Una rama ortosimpática destinada al ganglio el músculo orbitario de Müller, que se inserta en
ciliar. la fisura esfenomaxilar y tiene extensiones a las
● Las venas oftálmicas superior e inferior. poleas de los músculos recto interno y recto ex-
● La arteria meníngea media, procedente de la terno. Este músculo es muy rico en fibras muscu-
carótida externa y una colateral. lares lisas y parece funcionar como un tensor de
la periórbita. Está inervado por algunas fibras
La fisura orbitaria inferior o hendidura esfeno- parasimpáticas que vienen del ganglio esfenopa-
maxilar está situada en la parte posterior del ángu- latino (Kakizaki et al., 2010).
lo inferoexterno de la cavidad (v. fig. 1.8). Pasan Es un periostio muy particular, desplegado
por ella dos ramas del nervio maxilar superior por todas partes excepto en algunas zonas de
(rama media del trigémino V2) y del ganglio de adherencia. No está limitado a la órbita, sino que
Meckel, permitiendo a las fibras parasimpáticas se prolonga con las formaciones fibrosas vecinas
llegar a la glándula lacrimal, al párpado, al múscu- por los diferentes orificios que ofrece la cavidad
6
lo de Müller y a los senos etmoidal y frontal. orbitaria en los bordes de los cuales se fija. Más
La órbita presenta además dos conductos et- allá de la lámina cribosa se prolonga con la dura-
moidales, un conducto nasal para el canal lacri- madre. Se continúa con el periostio del conducto
mal, una escotadura supraorbitaria, un conducto lacrimal, se fija en los bordes de la hendidura

Porción orbitaria
del hueso frontal

Hueso etmoides Fisura orbitaria superior

Porción orbitaria
del ala mayor del hueso
esfenoides

Porción escamosa
del hueso temporal

Fisura orbitaria inferior

Hueso cigomático

Seno maxilar Hueso maxilar


Hueso vómer

FIGURA 1.8 Imagen de un corte frontal del cráneo justo por detrás del borde externo de la órbita. Se aprecian las
órbitas y los distintos senos y espacios, que hacen ligera la estructura del cráneo.

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CAPÍTULO 1
Anatomía del globo ocular y de la órbita

esfenomaxilar y prosigue por el periostio de la ocular de la parte posterior de la órbita y debe ser
fosa pterigomaxilar; después se adhiere a los bor- atravesada por todos los órganos que dirigen el
des de la hendidura esfenoidal, rodea a los ele- ojo: el nervio óptico, los nervios y arterias ciliares
mentos que la atraviesan y se continúa con la posteriores y los seis músculos motores del ojo.
duramadre del compartimiento medio del crá- Además de rodear el globo ocular, la cápsula
neo. Por último, su base se inserta sólidamente de Tenon envía prolongaciones a los músculos
en el reborde orbitario prolongado más allá por que la atraviesan y a las paredes orbitarias, de-
el periostio exocraneal de la frente y de la cara. sempeñando un papel mecánico importante
(McClung et al., 2006).
Es interesante esta conexión entr e la fascia
orbital y la duramadre, ya que la tensión fascial
puede transmitirse a las envolturas del sistema Envolturas musculares
nervioso. Por otro lado, destaca también la no La cápsula de Tenon envía a los tendones que
solución de continuidad fascial, que permitiría acaban de atravesarla prolongaciones conjunti-
que tensiones mecánicas fasciales exteriores a vas en forma de vaina que acompañan a los ten-
la órbita llegaran a alcanzar el ojo. dones hasta su inserción en la esclerótica, y
también envía a los cuerpos musculares prolon-
En el fondo de la órbita, el periostio se espe- gaciones que se constituyen como las vainas de
sa constituyendo el tendón de Zinn sobre el que estos músculos (Koornneef, 1977).
se insertan la mayor parte de los músculos ocu- Cada uno de los tendones de los seis múscu-
lomotores. los motores del ojo tiene una vaina conjuntiva
en forma de dedo de guante, que cubre toda su
EL SISTEMA FASCIAL ORBITARIO porción comprendida entre la cápsula de Tenon
Es un conjunto muy denso y rico de tejidos con- y su inserción escleral, a la cual se adhiere ínti-
juntivos de origen mesenquimatoso compuesto mamente. Las vainas tendinosas de los cuatro
de tres partes esenciales, continuas entre ellas, músculos rectos están unidas entre sí por expan- 7
que provienen del sistema membranoso intra- siones laterales, que se extienden en sentido
craneal (duramadre) y se prolongan por el siste- ecuatorial y que en su camino forman adheren-
ma fascial cefálico extracraneal. De una forma cias con la cápsula de Tenon.
simple y práctica, podríamos decir que el sistema Cada músculo extraocular, incluido el eleva-
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fascial orbitario está compuesto por tres estruc- dor del párpado, tiene su propia vaina muscular
turas: la cápsula de Tenon, las envolturas mus- que lo envuelve.
culares y las prolongaciones orbitarias.
Prolongaciones orbitarias
Cápsula de Tenon y ligamentos de contención
Es una membrana conjuntiva que envuelve toda Todas las vainas musculares, excepto la del obli-
la región esclerótica del ojo. Se la llama también cuo superior, envían a la base de la órbita expan-
aponeurosis orbitaria (fig. 1.9). Aísla el globo siones más o menos resistentes llamadas «alas

Conjuntiva
Poleas de los MEO

Ligamentos
de contención

Periórbita Cápsula de Tenon

Vainas musculares
Túnicas oculares
Vainas del nervio óptico
FIGURA 1.9 Dibujo esquemático de la cápsula
Hoja visceral de Tenon y del sistema fascial orbitario. Se puede
de la duramadre Tendón de Zinn apreciar la cápsula de Tenon, las envolturas
musculares, los ligamentos de contención y las
Nervio óptico poleas de los músculos extraoculares (MEO).

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Terapia manual en el sistema oculomotor

Resultante de la acción
estática de los m. oblicuos
y los ligamentos de contención

FIGURA 1.10 Esquema del equilibrio de fuerzas


entre la acción estática de los MEO y una de las
responsabilidades de los ligamentos de contención
del sistema fascial orbitario. La disposición de los
músculos rectos hacia atrás les dispone a una
resultante de la acción muscular estática hacia el
vértice de la órbita (lo ampliaremos en el próximo
capítulo; nos referimos a su acción cuando no hay
movimiento y es debida a su tono de base). En
oposición, la disposición de los oblicuos desde
sus inserciones y sus poleas es de delante atrás,
con lo que su acción estática es hacia delante.
Los ligamentos de contención se unen a la acción Resultante de la acción
estática de los oblicuos para frenar el retroceso del estática de los m. rectos
globo ocular, que, por otra parte, no presenta detrás
de él ninguna superficie sólida que lo pueda contener.

ligamentosas», «tendones orbitarios» o «ligamen- trae, aunque también limita con menos eficacia
tos de contención». Las expansiones fibrosas de los el movimiento en sentido contrario.
músculos rectos interno y externo están más desarro- Otra de las funciones de estas expansiones
lladas, sobretodo la del recto externo, debido a la orbitarias es la de luchar contra la tensión estáti-
8 llegada de las inserciones de otros ligamentos (li- ca de los músculos extraoculares. La tensión es-
gamento de Lockwood, ligamento de Whitnall, tática de los músculos rectos en su conjunto
cantal del párpado), y poseen ciertas fibras de mus- quiere hacer retroceder al globo ocular en la ór-
culatura lisa. Estos ligamentos tienen también un bita, intención limitada por los ligamentos de
papel mecánico importante (Mustardé, 1968). contención que tratan de mantener el ojo en su
Estas expansiones fueron descubiertas en re- posición (fig. 1.10)
sonancia magnética por Miller (1989) y han sido
descritas con detalle en los últimos años (Demer
et al., 1995; Ruskell et al., 2005). Se las denomi-
na «poleas» de los músculos extraoculares. El RESUMEN
nombre de polea, poulie en francés, fue utilizado El globo ocular es una esfera en suspensión en un
por primera vez en el siglo XIX por Sappey. Cada espacio, llamado órbita, que está defi nido por
polea consiste en una vaina y un anillo de colá- siete huesos del cráneo. Estos huesos son: esfe-
geno localizado cerca del ecuador del globo en noides, frontal, cigomático, maxilar, lacrimal, et-
la fascia de Tenon, unida a la pared orbital, a los moides y palatino.
MEO adyacentes, y a la fascia ecuatorial de
Tenon mediante unas bandas como en cabestri- En este espacio, la esfera es capaz de rotar sobre
llo que contienen colágeno, elastina y una am- sí misma gracias a la acción de la musculatura
plia concentración de músculo liso (Demer, extraocular sin que haya contacto con las par e-
2004) (v. fig. 2.25). des de la órbita. Esto le confi ere gran libertad de
Las prolongaciones de los músculos recto movimiento sin los inconvenientes de la compre-
superior y recto inferior llegan al borde orbitario sión y el rozamiento.
y prosiguen su camino hacia los párpados.
La función principal de los ligamentos de La órbita tiene la forma de una pirámide cuadran-
contención es limitar la excursión del globo ocu- gular de base anterior y vértice posterior. Presen-
lar, especialmente en la contracción del músculo ta una pared interna y una externa, un techo y un
correspondiente al alerón fibroso. Por ejemplo, suelo. El vértice de la órbita pr esenta distintas
el ligamento de contención del recto externo li- aberturas para la entrada y salida de estructuras
mita la abducción cuando este músculo se con- nerviosas y vasculares.

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CAPÍTULO 1
Anatomía del globo ocular y de la órbita

La pared interna es prácticamente sagital, mien- Mustardé JC. The role of Lockwood’s suspensory liga-
tras que la pared externa presenta una oblicuidad ment in preventing downward displacement of the
de unos 45°. Esto deja al globo ocular en una eye. Br J Plast Surg 1968 Jan;21(1):73-81.
relativa rotación interna con respecto a la órbita Ruskell GL, KjellevoldHaugen IB, Buenech JR, van der
cuando se dirige hacia delante en una posición Werf F. Double insertions of extraocular rectus
muscles in humans and the pulley theory. J Anat
primaria.
2005;206:295-306.
La órbita está recubierta de tejido conjuntivo, con Schoemaker I, Hoefnagel PP, Mastenbroek TJ, Kolff CF,
netas relaciones con la duramadr e. De la misma Schutte S, van der Helm FC, Picken SJ, Gerritsen AF,
forma, todas las estructuras en el interior de la Wielopolski PA, Spekreijse H, Simonsz HJ. Elasti-
city, viscosity, and deformation of orbital fat. Invest
órbita (músculos, globo, etc.) están r ecubiertas
Ophthalmol Vis Sci 2006 Nov;47(11):4819-26.
por distintas especializaciones de esta fascia.

Dentro de esta estructura fascial destacan ciertas Lecturas recomendadas


expansiones que mantienen los músculos extra- Aviv RI, Casselman J. Orbital imaging: Part 1. Normal
oculares situados de forma estable en la órbita, anatomy. Clin Radiol 2005 Mar;60(3):279-87.
frente a los distintos movimientos del globo ocu- Review.
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