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La inoponibilidad se refiere a la ineficacia relativa de un contrato respecto a ciertos terceros, cuya posición jurídica no queda afectada por dicho contrato. Esto ocurre cuando el contrato tiene como objeto una cosa propiedad del tercero o sobre la que tiene algún derecho. La oponibilidad de los actos jurídicos a terceros es la regla general, mientras que la inoponibilidad constituye la excepción.
La inoponibilidad se refiere a la ineficacia relativa de un contrato respecto a ciertos terceros, cuya posición jurídica no queda afectada por dicho contrato. Esto ocurre cuando el contrato tiene como objeto una cosa propiedad del tercero o sobre la que tiene algún derecho. La oponibilidad de los actos jurídicos a terceros es la regla general, mientras que la inoponibilidad constituye la excepción.
La inoponibilidad se refiere a la ineficacia relativa de un contrato respecto a ciertos terceros, cuya posición jurídica no queda afectada por dicho contrato. Esto ocurre cuando el contrato tiene como objeto una cosa propiedad del tercero o sobre la que tiene algún derecho. La oponibilidad de los actos jurídicos a terceros es la regla general, mientras que la inoponibilidad constituye la excepción.
Se ha sostenido que la inoponibilidad “puede entenderse como una ineficacia
relativa, es decir, sólo respecto de ciertos sujetos, cuya posición jurídica no
queda afectada por la conclusión de un contrato-válido-por otras personas. Este contrato se dice que les es inoponible o que no puede oponérseles, o que no les afecta o que no les perjudica. Naturalmente, ha de tratarse de tercero de alguna manera relacionado con el contrato que le es inoponible (por ejemplo, el contrato tiene como objeto un cosa propiedad del tercero, o a la que tiene algún derecho), ya que de otro modo bastaría atender a que el contrato sólo produce efectos entre las partes que los otorgan y sus herederos” (LACRUZ, p. 272).
la oponibilidad de los actos jurídicos a los terceros es la regla general y
la inoponibilidad es la excepción.
CASOS DE RESCISIÓN EN EL CÓDIGO CIVIL
Los únicos casos de rescisión regulados en el Código son: 1. La rescisión por lesión que procede cuando en el momento de celebrarse el contrato existe una excesiva desproporción entre las prestaciones, de más de las dos quintas partes, siempre que la desproporción resulte del aprovechamiento por uno de los contratantes de la necesidad apremiante del otro.
Si la desproporción es igual o superior a las dos terceras
partes se presume el aprovechamiento por el lesionante del estado de necesidad apremiante del lesionado (arts. 1447 y 1448). Para que proceda la acción de rescisión por lesión se requiere: 1) que en el momento de la celebración del contrato exista una excesiva desproporción en las prestaciones; 2) que el lesionado se haya encontrado en estado de necesidad; y 3) que el lesionante, conociendo el estado de necesidad, se haya aprovecha de ella. 2. La rescisión por venta de bien ajeno. El contrato se rescinde a solicitud del comprador cuando éste no sabía que el bien no pertenecía al vendedor (arts. 1539 a 1541).
3. En la compraventa por extensión o cabida, la rescisión
procede cuando entre la extensión o cabida señalada en el Contrato y la extensión o cabida que realmente tiene el bien existe una diferencia, de más o de menos, que supere el 10%. La acción compete únicamente al comprador (art. 1575).
CASOS DE RESOLUCIÓN
El hecho sobreviniente que constituye el presupuesto para la
resolución del
contrato puede ser imputable a la otra parte (ej., el
incumplimiento) o puede ser extraña a la voluntad de ambas (caso fortuito o fuerza mayor);
puede tener un origen legal (ej., la resolución por
incumplimiento)
o convencional (el mutuo disenso).
La relievanza de la incidencia del hecho sobreviviente sobre los
efectos del contrato unifica todas las hipótesis de resolución y justifica la unidad de la terminología, pero la diferencia de presupuestos obliga a tratar separadamente cada una de las figuras de resolución reguladas por el ordenamiento jurídico civil: resolución por incumplimiento, por imposibilidad sobrevenida y por sobrevenida excesiva onerosidad.
Existen otros casos especiales de resolución dispuestos por ley o por
pacto.
Por ejemplo, en la compraventa de bienes muebles no entregados al
comprador, si éste no paga el precio u otorga la garantía ofrecida, el vendedor puede disponer del bien, quedando el contrato resuelto de pleno derecho (art. 1564);
el pacto de retroventa por el que el vendedor adquiere
el derecho de resolver unilateralmente el contrato, sin necesidad de decisión judicial (art.1586);
si la compraventa se hace sobre muestra, el
comprador tiene derecho a la resolución del contrato si la calidad del bien no es conforme a la muestra o a la conocida en el comercio (art. 1573).