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UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ANGELES DE

CHIMBOTE
FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

“PRESTACIONES RECIPROCAS”

AUTOR:

CUADROS SANTOS, JHOEL MANUEL

CHIMBOTE, PERÚ-2024
INTRODUCCIÓN
Antecedentes históricos del derecho de resolución

Derecho romano Remontándonos hasta el Derecho Romano, nos dice CAPITÁN “Que

no existió un tratamiento uniforme a la Res lución del contrato por incumplimiento de

una de las partes. Nos dice que los jurisconsultos romanos adoptaron e esta materia dos

sistemas opuesto aplicando el uno a la venta y el otro, un poco más relegado al

arrendamiento inmuebles y a los contratos innominados”.

Respecto a la venta, dice, no admitió nunca el Derecho Romano la posibilidad de la

resolución judicial. Sólo establecía que una vez perfecto el contrato, las dos partes

quedasen definitivamente ligadas y obligadas a ejecuta sus obligaciones. Si una se

negaba, no por eso la otra venía menos obligada, no pudiendo acudir a los Tribunales a

pedir la Resolución del contrato. Teniendo en cuenta la situación riesgosa para el

vendedor (que por falta pago, perdía el pago y la cosa) la práctica introdujo, como

protección para e vendedor, el pacto de la lex commisori cláusula que se solíainsertar en

los contratos de compra - venta, en virtud de la cual, el vendedor que no opta por exigir

al comprador el pago del precio una vez vencido el plazo convencional, tenía el derecho

a que se tuviera una cosa como no vendida (inempta). Es pues una opción entre exigir el

cumplimiento del contrato o hacer uso de derecho de Resolución que le confería 1

cláusula. Bastaba que el vendedor manifestase al comprador la intención de prevale 1 del

pacto de la lex commisoria para que la venta se resolviese de pleno derecho, con efecto

retroactivo. Por lo demás la lex commisoria sólo protegía los intereses del vendedor, de

tal manera que, si él no entregaba oportunamente el bien al comprador, éste sólo podía

pedir que se le diera su posesión en la vía judicial.


Derecho francés JOSSERAND, nos dice que en el antiguo derecho francés la lex

commisoria fue usándose de manera generalizada, hasta el punto que la cláusula

comisoria se convirtió en cláusula de estilo y el derecho consuetudinario terminó por

sobreentenderla en todos los contratos sinalagmáticos: aun cuando las partes no se

hubieran explicado al respecto, la inejecución por una de ellas llevada consigo la

Resolución del contrato; la condición resolutoria, de expresa que debía ser en Roma, se

había convertido en tácita; se la sobreentendía. POTHIER, en el siglo XVIII, llegó a decir

“De la misma manera que puede crearse una obligación con el pacto de que no durará

sino hasta cierto tiempo, se puede también, contratar con la cláusula que sólo durará hasta

el cumplimiento de una cierta condición que se llama condición resolutoria”

El Código de Napoleón establece en su norma pertinente, que a la letra dice: Art. 1184.-

La condición resolutoria está sobreentendida siempre en los contratos sinalagmáticos,

para el caso en que una de las partes no satisficiera su obligación. En este caso, el contrato

no se resuelve de pleno derecho. La parte a la cual no se haya cumplido la obligación,

puede elegir entre compeler a la otra al incumplimiento de la convención, cuando ello sea

posible, o de mandar su Resolución, con abono de daños y perjuicios. La Resolución debe

demandarse judicialmente y puede concederse un plazo al demandado, según las

circunstancias.

El Código Alemán (BGB) Establece lo siguiente: Art. 325.- Si la prestación que incumple

a una parte, derivada de un contrato bilateral, se hace imposible a consecuencia de una

circunstancia de la que ha de responder, la otra parte puede exigir indemnización de años

a causa de no cumplimiento o desistir el contrato. En caso de imposibilidad parcial, si el

cumplimiento parcial del contrato no tiene para ella interés alguno, está autorizada a

exigir indemnización de daños a causa de no cumplimiento de toda la obligación, de con

formalidad con el parágrafo 280, párrafo 2do, o desistir de todo el contrato. En lugar de
la prestación de indemnización de daños y del derecho de Resolución puede también

hacer valer los derechos señalados para el caso del parágrafo 323.

El derecho español. Art. 1.124. La facultad de resolver las obligaciones se entiende

implícita en las recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que

le incumbe. El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de

la obligación, con el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos.

También podrá pedir la resolución, aun después de haber optado por el cumplimiento,

cuando éste resultare imposible. El Tribunal decretará la resolución que se reclame, a no

haber causas justificadas que le autoricen para señalar plazo. Esto se entiende sin perjuicio

de los derechos de terceros adquirentes, con arreglo a los artículos 1.295 y 1.298 y a las

disposiciones de la Ley Hipotecaria.

Derecho peruano Texto antes de la modificación por el artículo 5° del Decreto Ley N°

25940, publicado el 11/12/92. Artículo 1372°.- La rescisión de un contrato tiene efecto

desde el momento de su celebración, en tanto que la Resolución no opera

retroactivamente, salvo disposición o pacto en contrario. En ningún caso se perjudican

los derechos adquiridos de buena fe.

La resolución contractual. Nuestro Código Civil nos señala que la Resolución deja sin

efecto un contrato válido por causal sobreviniente a su celebración.

Por lo que en la Resolución, la relación contractual nace químicamente pura, y es sólo

después que se presenta acontecimientos que determinan 1 pérdida de su eficacia.

MESSINEO sostiene que “la Resolución pone fin al contrato pero ella importe

implícitamente, que pone fin también la relación obligacional nacida por ese contrato.

Sólo que la resolución suele ser referida lógicamente al contrato, y porque éste no ha sido

ejecutado o porque es de ejecución continuada. No es concebible la resolución de un


contrato ya ejecutado o de la parte ya ejecutad del mismo”. Siguiendo a MESSINEO éste

nos seña la que varias son las razones por las que un contrato puede resolverse: ya se

porque interviene la voluntad conocer dante de las partes o bien se tiene un

incumplimiento voluntario o involuntario (por imposibilidad sobreviviente de la

prestación) o bien exige una dificultad de cumplimiento a causa de una excesiva.

A su vez DE LA PUENTE Y LAVALLE no da un concepto de Resolución señalan do

que son tres los elementos necesarios para que proceda la Resolución del contrato: · Que

se trate de un contrato válido. ·Que la causal que motiva la Resolución del Contrato sea

sobreviniente a la celebración del contrato. ·Que deje sin efecto la relación jurídica

patrimonial, convirtiéndola e ineficaz, de manera que no exista entre las partes el deber

de cumplir las obligaciones que la constituyen ni, consecuentemente ejecutar las

respectivas prestaciones. Ejemplo. Contrato de Arrendamiento, la resolución determinará

que el arrendador deje de estar obligado a ceder el uso del bien al arrendatario y éste deje

de estar obligado a pagar la renta al arrendador.

Rescisión contractual. El artículo 1370 de nuestro Código Civil establece que la

Rescisión deja sin efecto un contrato por causal que existía al momento en que se celebró.

Desde luego es necesario diferenciarla con la invalidez de la relación contractual, pues

esta se produce por las causales de nulidad (artículo 219) y anulabilidad (artículo 221) de

la Acto Jurídico. De lo expuesto aparece que si bien en la rescisión el contrato no se

encuentra viciado en su origen de un modo que determine su nulidad o anulabilidad tiene,

empero, un germen que puede conducirlo a su disolución. MESSINEO, Francesco


DESARROLLO

Los contratos con prestaciones reciprocas son aquellas en los cuales ambas partes se

obligan a ejecutar una prestación en favor de la otra (prestación; contraprestación). Cada

parte contratante es a la vez deudora y acreedora de la otra parte. El acreedor es al mismo

tiempo deudor y el deudor es al mismo acreedor.

Prestación y contraprestación nacen desde el perfeccionamiento del contrato, además, son

independientes, es decir, que si el deudor es acreedor, es porque el deudor es acreedor y

ello en virtud del mismo contrato. Cada contratante se obliga frente al otro porque el otro

se obliga frente a él. Tiene como premisa básica, el hecho en que en él, intervienen por lo

menos dos partes; por tanto es un acto jurídico plurilateral denominación que supera la

clasificación tradicional de contrato Unilateral y bilateral o sinalagmático término griego

que significa obligación conjunta y conduce a la confusión con el acto jurídico bilateral.

DESARROLLO CONCEPTUAL. – Los contratos con prestaciones recíprocas son

aquellos en los cual ambas partes se obligan a ejecutar una prestación en favor de la otra.

Cada parte contratante es a la vez deudora y acreedora de la otra parte, el acreedor es al

mismo tiempo deudor y el deudor es al mismo tiempo acreedor. La prestación y

contraprestación nacen desde el perfeccionamiento del contrato, además son

interdependientes, es decir que, si el acreedor es deudor, es porque el deudor es acreedor

y ello en virtud del mismo contrato. Cada contratante se obliga frente al otro porque el

otro se obliga frente a él (ambas partes se obligan entre sí).

Estas prestaciones reciprocas son interdependientes, la prestación es causa de la

contraprestación y, al contrario, las ventajas y los sacrificios están correlacionados, es

decir, cada parte contratante es a la vez deudora y acreedora de la otra. Por ejemplo, el
vendedor es deudor de la entrega del bien vendido y acreedor del pago del precio y el

comprador es deudor del pago del precio y acreedor de la transferencia de la propiedad

del bien. La ausencia de la prestación extingue la contraprestación por desaparición de su

causa, salvo que la ley o el pacto dispongan lo contrario. Los contratos con prestaciones

reciprocas pueden ser onerosos, esta va ocurrir en la mayoría de casos o también pueden

ser gratuitos. Según Josserand los contratos recíprocos nos dice: “El contrato

sinalagmático o bilateral se caracteriza por la reciprocidad de los compromisos que dé él

se desprende por desempeñar cada una de las partes el doble papel de acreedor y de

deudor. Así, en la venta, el vendedor es deudor de la cosa vendida y acreedor del precio,

mientras que el comprador es deudor del precio y acreedor de la cosa. Existe por cierto

una cierta maraña de obligaciones que parten de dos puntos opuestos para entrecruzarse

y llegar igualmente a los dos polos de la operación. (Josserand, 2009, pág. 21).

No siempre hay coherencia entre el contrato oneroso y el contrato con prestaciones

recíprocas, pero con frecuencia los contratos con prestaciones recíprocas también son

onerosos.

El contrato con prestaciones reciprocas supone que ambas partes contratantes se obligan,

en cambio el contrato es con prestación unilateral cuando una sola de las partes se obliga.

De otro lado, el contrato es oneroso cuando hay ventajas y sacrificios para ambas partes

contratantes, y es gratuito cuando las ventajas son para una de las partes y los sacrificios

para la otra viniendo ser el caso de los contratos gratuitos. Cuando ambas partes se obligan

y a la vez adquieren ventajas y realizan sacrificios estamos en un contrato con

prestaciones recíprocas oneroso, por ejemplo en la compra venta, vendedor y comprador

se obligan, la una a transferir la propiedad de un bien y la otra a pagar un precio, ambas

partes obtienen ventajas al incorporar a sus patrimonios, el vendedor el dinero que recibe

como precio y el comprador el bien que compra; ambas partes realizan sacrificios, el
vendedor con el bien que saca de su patrimonio para transferirlo al comprador y este

dinero que pagan concepto de precio al vendedor. En suma, ambas partes se obligan

recíprocamente y se enriquecen y empobrecen recíprocamente. Torres dice “en cambio,

cuando ambas partes contratantes se obligan, pero la ventaja solo es para una de ellas y

los sacrificios para la otra, estamos ante un contrato con prestaciones recíprocas gratuito,

por ejemplo, el comodato.” (Torres, 2016, pág.289). Roppo nos dice “dentro de la

categoría de los contratos se enuclea la más restringida clase de los contratos con

prestaciones reciprocas, sinalagmático o de intercambio. (Roppo, 2009, pág.410).

. CONTRATOS CON PRESTACIONES RECÍPROCAS IMPERFECTAS. – Los

contratos con prestaciones recíprocas imperfectas, también son conocidos como contratos

sinalagmáticos imperfectos o bilaterales imperfectos, es aquello que, al perfeccionarse

como contrato el deudor es una sola de las partes, por ello es con prestaciones a cargo de

una sola de las partes, pero en el curso de cumplimiento surgen obligaciones también para

la otra parte contratante, ahí deviene un contrato sinalagmático imperfecto, ex post facto.

Ejemplo, un contrato de mandato gratuito, en el que el mandatario es el único obligado

para con el mandante; debe realizar los actos jurídicos de los cuales se ha encargado, sin

contraprestación alguna. Puede suceder, para celebrar los actos jurídicos que se la ha

encargado, el mandatario debe hacer algunos desembolsos. Es evidente que el mandante

está obligado frente al mandatario a reembolsarle los gastos efectuados para el desempeño

del mandato con los intereses legales desde el día en que fueron efectuados. De este modo,

es posible que, un contrato que al tiempo de la celebración nacen prestaciones a cargo de

una sola de las partes, en el curso de la ejecución surjan obligaciones a la otra parte

contratante, no derivadas del contrato mismo sino ex post factum de hecho ocurrido

después del contrato. El perfeccionamiento del contrato queda obligado solo una parte y
en el trascurso de esta ejecución la otra parte se convierte a su vez en acreedor, de la otra

frente a la cual está obligado.

En el contrato bilateral imperfecto vamos a estar en presencia de prestaciones que van a

nacer al momento de la celebración del contrato, por ejemplo, la obligación del

mandatario y prestaciones que nacen durante la ejecución del contrato, la obligación del

mandante de reembolsar los gastos hechos por el mandatario para poder ejecutar el

mandatario. Lo contratos reales (comodato, mutuo, depósito, la prenda) al tiempo de

generarse generan obligaciones para una de las partes (comodatario, mutuario,

depositario, prendario), puede originar luego obligaciones en la otra parte, por tanto,

nacen por una parte perfecta, pero con posterioridad se convierten en imperfectos. Como

expresa Josserand: “contratos sinalagmáticos imperfectos son aquellos que, aun cuando

no engendran por si mismos obligaciones más que un solos lado, puede, sin embargo, ser

fuente indirecta y ocasión de obligaciones que nazcan ulterior y consecuentemente por el

otro lado, por otro lado, de la otra parte. De acuerdo con esto el deposito no establece

compromiso inicial sino a cargo del depositario únicamente, obligado a restituir el primer

requerimiento la cosa que le fuera confiada; sin embargo, puede ocurrir que este

depositario desembolse dinero en interés del depositante y con ocasión del depósito con

el fin de conservar la cosa. Lo vemos pues, convertir por ello a su vez en acreedor el

depositante, a consecuencia y colocación del depósito. La misma situación puede

reproducirse en tanto al comodato y la prenda” (Josserand, 2016, p. 25).

Si un contrato unilateral transforma la prestación con posterioridad, no se considera un

contrato con prestaciones reciprocas, debido a que la prestación y la contraprestación

nacen al mismo tiempo de la celebración del contrato. En un análisis opuesto si esta se

transforma en etapa de cumplimiento se argumenta sosteniendo que las obligaciones

eventuales integran la obligación principal creado originario eventualmente. Messineo


hace mención: “que el contrato sinalagmático imperfecto las dos series de obligaciones

nacen en momentos distintos y en virtud de razones diversas y no se encuentran en ese

nexo lógico de interdependencia que están en los contratos con prestaciones reciprocas”

(Messineo, 1979, p. 415). Como puntuación final nuestro código civil no regula

distinguiendo entre contratos con prestaciones recíprocas, perfectas e imperfectas.

DESSARROLLO DEL TEMA SEGÚN LOS ARTÍCULOS DEL CÓDIGO CIVIL

1) Excepción de Incumplimiento (artículo 1426) En los contratos con prestaciones

recíprocas en que éstas deban cumplirse simultáneamente, cada parte tiene el derecho

de suspender el cumplimiento de la prestación a su cargo, hasta que satisfaga la

contraprestación o se garantice su cumplimiento. Nos menciona De La Puente (2017)

que: “(...) en los contratos con prestaciones recíprocas, la excepción de

incumplimiento es el ejercicio de la facultad que tiene cada parte de suspender

legítimamente la prestación debida, cuando la otra parte exige la ejecución de ella,

mientras esta parte no cumple u ofrece cumplir la contraprestación a su cargo”. (p.42)

La suspensión permitida por el artículo, exige como condiciones ineludibles, la

existencia de prestaciones recíprocas entre las partes; la satisfacción simultánea de

las mismas; la buena fe quien lo invoca; y la falta de cumplimiento simultáneo del

otro contratante. Como menciona Schreiber (2006): “(...) la excepción no operará en

los contratos con prestaciones plurilaterales autónomas. En el primer caso, porque el

cumplimiento de la prestación puede ser exigido solo a uno de los contratantes, no

existiendo prestación correlativa a cargo de la parte que requiere el cumplimiento.

En el segundo caso; en cambio, porque en este tipo de contratos, la prestación a cargo

de una de las partes no tiene correlación alguna con las prestaciones a cargo de los
demás, de tal manera que, precisamente, esa independencia de las prestaciones

determina que una parte continúe obligada aunque la otra parte incumpla su

prestación, desde que ningún significado tiene para la existencia de una prestación el

que existan o no prestaciones pendientes de cumplimiento por parte de los otros

contratantes”. (p. 177) 1) Excepción de la caducidad de plazo. – Artículo 1427: Si

después de concluido un contrato con prestaciones recíprocas sobreviniese el riesgo

de que la parte que debe cumplir en segundo lugar no pueda hacerlo, la que debe

efectuar la prestación en primer lugar puede suspender su ejecución, hasta que

aquella satisfaga la que le concierne o garantice su cumplimiento. El fundamento de

este artículo se encuentra en la seguridad que como se sabe, es inherente a la

contratación y prevé lo que sucedería cuando se produce un notorio empobrecimiento

en el patrimonio de la parte que está obligada a satisfacer en primer término su

prestación. Relacionado con lo anterior, debemos hablar del riesgo de

incumplimiento, sobre el cual, De La Puente nos menciona: “Puede ocurrir que

después de celebrado el contrato recíproco, pero antes que llegue el momento de

ejecución de la prestación que debe serlo en primer lugar, sobrevenga un riesgo de

que la parte que debe ejecutar su prestación en segundo lugar no pueda hacerlo

oportunamente.” (p. 73) En este contrato (...) cada una de las prestaciones descansa

en que cada una de ellas deberá ser ejecutada en su debida oportunidad, o sea una

antes que la otra, pero guardando una secuencia previa y precisamente establecida.

Como menciona Schreiber (2006): “El impedimento para incumplir la prestación

basado en la disminución del patrimonio no ha sido ni podía ser cuantificado por el

Código. Se trata, en suma, de una cuestión de hecho que tendrá que ser resuelta por

el juez que conozca de la causa. Si bien es verdad, por otro lado, que el

desmejoramiento de fortuna ordinariamente se presenta respecto de prestaciones


relacionadas con pago de sumas de dinero, no puede descartarse que opere también

cuando la prestación esté proyectada a bienes o servicios, pues estos pueden

transformarse en efectos de naturaleza pecuniaria. (...) la defensa que consagra este

artículo debe ser plena y no limitada”. (p. 178) 2) Resolución del contrato por

incumplimiento Art. 1428: En los contratos con prestaciones recíprocas, cuando

alguna de las partes falta al cumplimiento de su prestación, la otra parte puede

solicitar el cumplimiento o la resolución del contrato y, en uno u otro caso, la

indemnización de daños y perjuicios. A partir de la fecha de la citación con la

demanda de resolución, la parte demandada queda impedida de cumplir su

prestación. La facultad que da el presente artículo se condiciona a que exista

incumplimiento voluntario del obligado. Como menciona De La Puente (2017): “La

resolución por incumplimiento está orientada, pues, a que, mediante la acción

destinada a privar de eficacia a la relación jurídica obligacional nacida del contrato

recíproco, cese el deber de una de las partes, de ejecutar la prestación a su cargo en

virtud de la inejecución de la prestación a cargo de la otra parte, por causa distinta de

la imposibilidad”. (p. 91) Debemos tener en cuenta que la resolución del contrato

viene a ser una especie de sanción al deudor que no cumple con su obligación; y a su

vez, una solución al acreedor para poder hacer valer su derecho. Un punto a resaltar,

es el que menciona Schreiber (2006): “(...) cuando la prestación haya sido casi

totalmente satisfecha o el cumplimiento defectuoso sea de escasa relevancia, el juez

podría negarle al actor el derecho a la resolución y limitarse a exigirle al demandado

su cumplimiento (...)”. (p. 180) Sin embargo, lo mencionado es dudoso, ya que con

la propia redacción del código no hay distinción, y se limita a decir que solo el

cumplimiento total de la prestación produce los efectos del pago. 3) Resolución de

pleno derecho. – Art. 1429: En el caso del artículo 1428 la parte que se perjudica con
el incumplimiento de la otra puede, requerirla mediante carta por vía notarial para

que satisfaga su prestación, dentro de un plazo no menor de quince días, bajo

apercibimiento de que, en caso contrario, el contrato queda resuelto. Si la prestación

no se cumple dentro del plazo señalado, el contrato se resuelve de pleno derecho,

quedando a cargo del deudor la indemnización de daños y perjuicios. Schreiber

(2006) menciona: “Nada impide que contractualmente se fije un plazo de gracia

mayor. Pero, por el contrario, no se podrá establecer uno inferior al legal, ni tampoco

renunciarse al ejercicio de este medio de preservación de los derechos del contratante,

pues la norma es imperativa y está basada en el interés común”. (p. 181) Por su parte

De La Puente menciona a la intimación, y menciona: “La intimación es un acto

jurídico por cuanto el acreedor, declarando tener todavía interés en el cumplimiento

del deudor dentro del plazo fijado en la intimación, se obliga a no exigir el

cumplimiento ni la resolución antes de que finalice dicho plazo. (...) este acto es

unilateral ya que no necesita asentimiento de la otra parte”. (p. 127) Es necesario

mencionar que, en caso de retardo en la ejecución de la prestación, ese retardo sólo

se convierte en incumplimiento mediante la constitución en mora (pasado el plazo),

por consiguiente; el deudor tiene que haber sido constituido en mora, lo cual excluye

la posibilidad de que el requerimiento sea realizado antes de vencida la obligación

(cuando no hay retardo, ni constitución en mora ni incumplimiento). 4) Pacto

comisorio o clausula resolutoria expresa. – Artículo 1430: puede convenirse que el

contrato se resuelva cuando una de las partes no cumple determinada prestación a su

cargo, establecida con toda precisión. La resolución se produce de pleno derecho

cuando la otra parte comunica a la otra que quiere verse de la cláusula resolutoria. El

pacto comisorio o la cláusula resolutoria expresa es una cláusula del contrato con

prestaciones reciprocas en virtud de la cual se conviene que el contrato queda resuelto


cuando uno o cualquiera de las partes no ejecuta determinada prestación a su cargo.

Sin embargo, la resolución ineficaz cuando la parte fiel no cumple en tanto que el

acreedor no pone en conocimiento del acreedor que sea hacer efectiva la resolución,

caso en el cual esta ópera de pleno derecho. La cláusula resolutoria expresa un

mecanismo resolutorio que ha sido diseñado para lograr la resolución de un contrato,

de manera expeditiva sin necesidad de recurrir a la vía judicial. El perjudicado

comunicara a su contraparte que está haciendo uso de la cláusula en el contrato que

quedara resuelto de pleno derecho. La cláusula resolutoria es elemento accidental del

contrato, debido a que debe ser pactada para su existencia, en cambio la resolución

por cumplimiento es elemento natural de todos los contratos con prestaciones

recíprocas y se procede así no se estipule o si se renuncia a ella. De la Puente nos

menciona “que la resolución produce como consecuencia del incumplimiento

previsto en el pacto comisorio, pero que es ineficaz, ósea que nadie puede valerse de

ella, hasta que la parte fiel, mediante su declaración en ese sentido, le concede su

efecto resolutorio, el cual actúa de pleno derecho. La declaración de la parte fiel, no

es, pues, constitutiva de la resolución, sino un requisito (conditio iuris) para su

eficacia.” (De la Puente y la Valle, 2017, pág. 395). Este es un medio contractual más

eficaz para que se logre la ejecución de las obligaciones, no es necesario que el

perjudicado por el incumplimiento recurra al poder judicial. Para que la cláusula

resolutoria expresa produzca efectos se requiere: a) El incumplimiento de la

prestación establecido con toda precisión que provocara la resolución, o sea la

condición previa. b) El efecto específico que tiende a producir. c) La comunicación

cursada por el acreedor al deudor de querer valerse a resolución contenido. Cuando

una clausula resolutoria expresa no contenga una clara formulación del

incumplimiento de la prestación establecida, debe considerarse como destilo, sin


posibilidad de prueba en contrario, dada la gravísima y excepcional característica que

reviste la resolución de pleno derecho. Si se estipula claramente en el pacto comisorio

que la resolución va producirse de pleno derecho en caso cualquier incumplimiento

de la prestación establecida o de la contraprestación, tal estipulación va constituir una

clausula resolutoria expresa y va a producir sus efectos. Los efectos de la declaración

dando por resuelto de pleno derecho en contrato son

a) La resolución del contrato con el conocimiento del acreedor de la comunicación

del deudor que está haciendo valer la cláusula resolutoria expresa. b) La

resolución opera de pleno derecho sin necesidad de la declaración judicial, va

actuar automáticamente. c) La resolución se produce inmediatamente. d) La

declaración es irrevocable una vez conocida por el deudor. El deudor puede

cumplir la prestación en cuanto no conozca la comunicación del acreedor para

valerse de la cláusula resolutoria expresa, ya que la relación jurídica obligacional

se mantiene vigente. La resolución por incumplimiento de la prestación en la

cláusula resolutoria expresa, solamente es eficaz cuando la parte que incumple

conoce la comunicación de la otra parte en la que manifiesta su deseo de valerse

de dicha cláusula resolutoria. Para que produzca la resolución del contrato con

arreglo según el artículo del que se habla, se exigen dos requisitos: a) el

incumplimiento de la prestación establecida con toda precisión en la cláusula

resolutoria expresa y b) comunicación cursada y conocimiento de la otra parte

que incumple. Si en el lapso de la comunicación la prestación se cumpliese, este

cumplimiento es válido y no hay lugar a la resolución contractual alguna. La

renuncia de la resolución, donde la renuncia al pacto comisorio es un elemento

accidental del contrato, cobra sentido si se efectúa posteriormente a la celebración

del contrato, lo convierte en un contrato normal y corriente. 5) Imposibilidad de


la prestación sin culpa de los contratantes. – Artículo 1431: En los contratos con

prestaciones reciprocas, si la prestación a cargo de una las partes deviene en

imposible sin culpa de los contratantes el contrato queda resuelto de pleno

derecho. En este caso, el deudor liberado pierde derecho a la contraprestación y

debe restituir lo que ha recibido. Empero, las partes pueden convenir en que el

riesgo quede a cargo del acreedor. El articulo regula la imposibilidad de la

prestación sin culpa de los contratantes recogiendo como regla central al riesgo

de la perdida de la contraprestación, si la hubiere, corresponde al deudor de la

prestación que ha de venir en imposible, y, por lo tanto, el contratante que deviene

en imposible perderá el derecho a la contraprestación. Pero, de todas maneras,

sufrirá el perjuicio la otra parte, pues en sede de contrato con prestaciones

reciprocas se aplica la regla donde el vendedor perderá el derecho al pago de la

contraprestación pacta que en este caso es su precio, aplicable a una prestación

cualquier de dar, hacer y no hacer. En la teoría del riesgo se platea cuál de las

partes en la relación obligacional, ante la pérdida del bien cierto, tiene que asumir

el riesgo de la perdida de la contraprestación, si la hubiere. Se aplica el principio

periculum est debitoris a casos e perdida del bien por culpa del deudor o sin culpa

de las partes y el principio periculum est creditoris en el caso que sea culpa del

acreedor y finalmente e principio res perit domino cuando se le pierde la cosa o

el bien para su dueño en derechos reales. Es necesario resaltar que las reglas sobre

la teoría del riesgo recogida por el código civil en materia de obligaciones de dar

bienes ciertos, como lo contrato con prestaciones reciprocas, tienen carácter

dispositivo y no imperativo en lo que respecta la pérdida del bien o imposibilidad

de la prestación producida sin culpa de las partes. En el caso de a pérdida del o

imposibilidad de la prestación por una de las partes son imperativas las normas
cuando hubiese surgido por culpa de las partes o dolo del deudor en caso podrá

pactar algo distinto si se hubiese producido por culpa leve del deudor. A cerca de

la imposibilidad de la prestación sin culpa de las partes se adopta la regla

periculum est debitoris, se aplica más acorde pero igual es factible que la partes

puedan pactar el principio periculum est creditoris. Igualmente sería factible que

las partes pactasen una situación intermedia en la que el riesgo fuera compartido,

es decir, el deudor no pierde el integro de la contraprestación sino una parte de

ella, podría ser la mitad. Sobre este tema, es decir, en relación al pacto contrario

del segundo párrafo que menciona el artículo 1431, caben no solo dos, sino

diversas alternativas, todos ellos dentro de este supuesto del riesgo compartido.

6) Prestación imposible por culpa del deudor o del acreedor. – Art. 1432: Si la

prestación resulta imposible por culpa del deudor, el contrato queda resuelto de

pleno derecho y este no puede exigir la contraprestación y está sujeto a la

indemnización de daños y perjuicios. Cuando la imposibilidad sea imputable al

acreedor, el contrato queda resuelto de pleno derecho. Sin embargo, dicho

acreedor deberá satisfacer la contraprestación, correspondiéndole los derechos y

acciones que hubieran quedado relativos a la prestación. De este artículo se

pueden deducir dos supuestos: a) que la prestación sea imposible por culpa del

deudor y; b) que la imposibilidad sea imputable al acreedor. Schreiber (2007)

menciona: “Si la prestación resulta imposible por culpa del deudor, éste deberá

cubrir su responsabilidad de una doble manera: por un lado, carecerá de derecho

para exigir la contraprestación y, adicionalmente, será responsable frente a la

contraparte por la reparación de los daños y perjuicios que pudiera haber sufrido”.

(p. 184) El presente artículo determina que, la resolución opera automáticamente,

por ministerio de la ley, sin que sea necesaria declaración alguna, ni del deudor
ni del acreedor. En el caso de que la culpa sea imputable al deudor (ya sea por

dolo, culpa inexcusable o leve), éste no puede exigir la contraprestación, en

cambio, está sujeto a la indemnización por daños y perjuicios. 7) Prestación

parcialmente imposible Art. 1433: Las reglas de los artículos 1431 y 1432 son

aplicables cuando el cumplimiento de la prestación se hace parcialmente

imposible, a menos que el acreedor manifieste al deudor su conformidad para el

cumplimiento parcial, en cuyo caso debe efectuarse una reducción proporcional

en la contraprestación debida. El contrato se resuelve cuando no sea posible la

reducción. En este artículo lo importante es que la resolución se produzca también

cuando la imposibilidad sobrevenida no impida que se cumpla la prestación en

forma parcial. De esto tenemos tres supuestos:

b) a) Imposibilidad parcial no imputable a las partes,

c) b) Imposibilidad parcial imputable al deudor y;

d) c) Imposibilidad parcial imputable al acreedor.

De La Puente menciona (2017): “Si es imposibilidad es sin culpa de las partes se

hará uso del principio periculum est debitoris, o sea que el deudor parcialmente

liberado de la prestación a su cargo perderá el derecho a la contraprestación,

correspondiendo al deudor los derechos y acciones que pueda originar el

deterioro del bien. En el caso de la imposibilidad parcial por culpa del deudor se

seguirá aplicando el principio anterior, pero con respecto a la contraprestación

será solamente en forma parcial; y en el caso de la imposibilidad parcial por culpa

del acreedor, no procede la resolución de pleno derecho si el acreedor manifiesta

al deudor su conformidad para el cumplimiento parcial, en cuyo caso debe

efectuarse una reducción proporcional en la contraprestación debida.” (p. 182-


183) Ya para concluir se debe mencionar que, si no se puede lograr la reducción,

el contrato se resuelve.

Prestaciones autónomas. – Art. 1434: En los contratos plurilaterales con

prestaciones autónoma, la imposibilidad sobreviene de cumplir la prestación por

una de las partes no determina la resolución del contrato respecto de las otras, a

menos que la prestación incumplida se considere esencial, de acuerdo con las

circunstancias. En los casos de incumplimiento, las otras partes pueden optar por

resolver el vínculo respecto del que hubiese incumplido o exigir su

cumplimiento”.

Para entender bien este punto, debemos tener en cuenta que el contrato autónomo

se da cuando varias partes quedan obligadas, pero que las prestaciones que les

corresponda ejecutar no son recíprocas entre sí; por lo tanto, cada una de las

partes quedan obligadas, pero las prestaciones que les corresponda ejecutar no

son recíprocas entre sí. Schreiber (2006) menciona: “El artículo 1434 descarta la

resolución cuando se presenta el caso de una imposibilidad sobreviniente de uno

de los contratantes, en lo que concierne a su prestación. Así, el contrato de

sociedad permanecerá vigente, aun cuando uno de los socios no cumpla con

entregar la suma de dinero que se comprometió aportar y los restantes socios

tendrán derecho a escoger entre la resolución parcial del contrato respecto de

quien incumpla o la ejecución de este”. (p. 186) La justificación a lo mencionado

es que las prestaciones no son recíprocas, pues la prestación a cargo de una parte

no recibe una contraprestación de la otra parte, ya que las prestaciones están

destinadas a satisfacer un fin común. De la Puente (2017) menciona: “(...) en los

casos de incumplimiento, las otras partes pueden optar por resolver el vínculo

respecto del que hubiese incumplido o exigir su cumplimiento.” (p. 190) Aun
cuando se deje sin efecto el vínculo que une a las otras partes con el incumplidor

como en el de exigir el cumplimiento de la prestación a cargo de éste, puede

solicitarse la indemnización de daños y perjuicios.

CONCLUSIONES:

1. El contrato es sinalagmático o bilateral cuando los contratantes se obligan

recíprocamente unos para con otros, y es unilateral cuando los contratantes se

obligan recíprocamente unos para otros.

2. La prestación y contraprestación nacen desde el perfeccionamiento del

contrato, además son interdependientes, es decir que, si el acreedor es deudor, es

porque el deudor es acreedor y ello en virtud del mismo contrato.

3. Los contratos con prestaciones recíprocas son aquellos en los cual ambas

partes se obligan a ejecutar una prestación en favor de la otra. Cada parte

contratante es a la vez deudora y acreedora de la otra parte, el acreedor es al

mismo tiempo deudor y el deudor es al mismo tiempo acreedor.

4. Los contratos con prestaciones recíprocas imperfectas, también son conocidos

como contratos sinalagmáticos imperfectos o bilaterales imperfectos, son

aquellos que, al perfeccionarse como contrato el deudor es una sola de las partes,

por ello es con prestaciones a cargo de una sola de las partes, pero en el curso de

cumplimiento surgen obligaciones también para la otra parte contratante,

5. En los contratos con prestaciones recíprocas en que éstas deban cumplirse

simultáneamente, cada parte tiene el derecho de suspender el cumplimiento de la

prestación a su cargo, hasta que satisfaga la contraprestación o se garantice su

cumplimiento.

6. En los contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna de las partes falta

al cumplimiento de su prestación, la otra parte puede solicitar el cumplimiento o


la resolución del contrato y, en uno u otro caso, la indemnización de daños y

perjuicios.

7. La parte que se perjudica con el incumplimiento de la otra puede, requerirla

mediante carta por vía notarial para que satisfaga su prestación, dentro de un

plazo no menor de quince días, bajo apercibimiento de que, en caso contrario, el

contrato queda resuelto.

8. Puede convenirse que el contrato se resuelva cuando una de las partes no

cumple determinada prestación a su cargo, establecida con toda precisión.

9. Si la prestación resulta imposible por culpa del deudor, el contrato queda

resuelto de pleno derecho y este no puede exigir la contraprestación y está sujeto

a la indemnización de daños y perjuicios.

10. El contrato autónomo se da cuando varias partes quedan obligadas, pero que

las prestaciones que les corresponda ejecutar no son recíprocas entre sí; por lo

tanto, cada una de las partes quedan obligadas, pero las prestaciones que les

corresponda ejecutar no son recíprocas entre sí.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. VARIOS AUTORES (2008): Código Civil Comentado por los 100 mejores especialistas, Tomo
VII, Gaceta Jurídica, Lima-Perú.

2. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel (2017): El contrato en general, tomo II, Palestra Editores,
Lima- Perú.

3. ROPPO, Vicenzo ( 2001): El contrato, Gaceta Juridica, Lima-Perú.

4. SCHREIBER PEZET, Max Arias (2006): Exégesis del codigo civil peruano de 1984, Tomo I,
Gaceta Juridica, Lima-Perú

5. TORRES VÁSQUEZ, Anibal (2016): Teoría general del contrato, Tomo I, Instituto Pacífico,
Lima-Perú.

6. file:///D:/Dialnet-ResolucionContractual-8054439%20(2).pdf

7. https://www.studocu.com/pe/document/universidad-privada-del-norte/derecho-
civil/monografia-contratos-reciprocos/70642681/download/monografia-contratos-
reciprocos.pdf

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