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Jarcorzynski, Witold - Wasson-MaSabina
Jarcorzynski, Witold - Wasson-MaSabina
Witold Jarcorzynski
Introducción
micólogo. En la segunda parte, argumentaré que, nuestro caso ilustra un dilema moral que
debe someterse a una reflexión ética. A continuación, presentaré dos posturas tradicionales, o
sea- el paternalismo y el autonomismo, las que han ayudado a los filósofos a orientarse en el
caso y proponer una solución correcta. Finalmente, argumentaré que la manera ortodoxa de
abordar el caso sufre de varios defectos y debe ser abandonada a favor de una tercera
julio de 1894. Cuando tenía tres años, murió su padre de una enfermedad enviada por Señor
del Trueno, como castigo por quemar milpas protegidas por él. Las ceremonias de los hongos
que hizo el abuelo de María Sabina con el fin de pedirle perdón al Señor del Trueno, no
dieron resultados. Su padre murió cuando María Sabina tenía 3 años. Después fue criada por
su madre y los abuelos maternos; sufría habre y tenía que trabajar cuidando los aves de corral.
Cuando tenía alrededor de 6 años, junto con su hermana María Ana, probó los hongos en el
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bosque: “yo lo conocía bien. Mis manos sacaban un hongo tras otro. Los miré de cerca: „Si te
como a ti, a ti, y a ti- les decía- me harán cantar hermoso‟.” Recordaba que mis abuelos
hablaban de estos hongos con mucho respeto. Por eso sabía que no eran malos” (Estrada,
1981: 39) Siguió comiendo hongos la próxima temporada de lluvias. “Algo después aprendí
que los hongos eran como dioses. Nos daban sabiduría, curaban las enfermedades, y que
nuestra gente, los ha tomado desde mucho tiempo. Aprendí que tenía poder, y que eran la
sangre de Cristo” (Estrada, 1981: 40). Cuando contrae su primer matrimonio a los 14 años,
deja de comer hongos. La religión mazateca exige una dieta sexual estricta antes de cada
ritual (4 días antes y 4 después). Cuando se hace viuda del segundo matrimonio, se dedica a la
“sabiduría, para curar las enfermedades de la gente, y para siempre estar cerca de Dios. Uno
tiene que respetar los pequeños hongos. En el fondo sentí que eran mi familia. Como si fueran
mis padres, mi sangre. La verdad es que nací con mi destino. Para hacerme la mujer sabia.
un reportaje de Robert Graves sobre el uso ritual de los hongos en México. Wasson había
trabajado apasionadamente sobre el uso de los hongos en diferentes culturas desde 1927.
Finalmente, acompañado por su esposa Valentina Pavlovna, hace el viaje a Sierra Mazateca
en 1953. Un curandero- don Cayetano- lo presenta con María Sabina, entonces la curandera
de 59 años. Wasson realiza una “velada” nocturna durante la cual María Sabina le enseña el
uso ritual del hongo además de que le proporciona muestras de los hongos que usaba. Wasson
lleva las muestras a Paris: Psilocybe mexicana empieza a cultivarse en Europa; sus sustancias
Albert Hoffman. Wasson escribe sobre sus experiencias a la revista Life Magazine; su artículo
2
Mesoamérica”, basado en gran parte en las grabaciones de las pláticas que tuvo con María
Sabina. En éstos y otros textos, Wasson expone al público estadounidense y europeo el ritual
Las publicaciones de Wasson caen como chispa en un ambiente minado por los
empieza a recibir las visitas de personas ajenas a su comunidad; tanto mexicanos como
extranjeros, viajan o bien en búsqueda de una experiencia psicodélica con los hongos o bien
realizando una investigación. Pronto a Huautla llegan oleadas de los hippies, investigadores,
científicos, estrellas de rock como Bob Dylan y John Lennon. Hasta 1967 más que 70
personas de USA, Canadá y Europa pudieron en persona ver, platicar y hacer veladas con la
curandera mazateca. María Sabina gana fama y algo de dinero, sobre todo por los derechos a
la película documental de Nicolás Echeverría: “María Sabina. Mujer Espíritu”. Pero nunca se
vuelve rica. Sigue viviendo en la casa hecha de madera y cubierta con las hojas de caña secas.
voluntaria: a veces no cobraban nada contentándose con la comida servida por la familia del
María Sabina. La demanda a las veladas prometía ciertas ganancias y sembraba envidia entre
los familiares y otros curanderos. María Sabina fue la primera víctima de esta envidia. Sus
siete hijos y sus nietos entraron en un estado de querellas y acusaciones mutuas. “Catarino,
Viviana y Apolonia, los hijos de ji primer esposo están vivos, cada uno tiene hijos. Se
apartaron de mi”. (Estrada, 1981: 78). Su hijo del segundo matrimonio- Aurelio-fue
asesinado. Alguien quemó la casa donde vivía: “No sé por que motivo lo hicieron. Alguna
gente piensa que fue porque había revelado nuestros secretos ancestrales de los curanderos
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nativos a los extranjeros” (Estrada 1981: 79) Pero María Sabina está lejos de auto-culparse
por lo sucedido.
Es cierto que antes de Wasson nadie habló tan abiertamente sobre los niños.
Ningún mazateco revelaba sobre lo que sabía sobre este asunto. Yo sólo
obedecí al síndico; pero aún así pienso que si los extranjeros hubieran
llegado sin recomendaciones algunas, les hubiera mostrado mi sabiduría,
porque no hay nada malo en esto. Los niños son la sangre de Cristo. Cuando
nosotros los mazatecos hablamos sobre las veladas, lo hacemos en voz baja,
para no pronunciar su nombre en mazateco (¿nti’xi3tjo3) los llamamos
pequeñas cosas o pequeños santos. Así los llamaban nuestros ancestros.
(Estrada, 1981: 79)
Pero al final de su vida María Sabina expresó una postura mucho más escéptica acerca de la
El día que hice la primera velada en frente a los extranjeros, no pensaba que
algo malo pasaría porque la orden de hacer la velada con los rubios llegó de
las autoridades municipales, me fue recomendado por mi amigo Cayetano
García. ¿Pero a qué llegó todo esto?, Tanta gente ha venido en búsqueda de
Dios, gente de todos los colores y todas las edades. Los más
desconsiderados fueron los jóvenes. Cortan los niños en cualquier momento
y en cualquier lugar. No lo hacen en la noche y bajo el guía de los sabios ni
tampoco los utilizan para curar algunas enfermedades. Desde el momento en
que los extranjeros llegaron en búsqueda de Dios, los niños santos perdieron
su pureza. Perdieron su poder; los extranjeros los corrompieron. Desde
ahora ya no serán buenos. Ya no hay remedio para esto. Antes de Wasson,
sentí que los niños santos me elevaban. Ya no lo siento. La fuerza ha
disminuido. Si sólo Cayetano no hubiera traído a los extranjeros… los niños
santo preservarían su poder. (Estrada, 1981: 91)
Estas palabras fueron transcritas de mazateco al español por Alvaro Estrada, el biógrafo
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por esto. Si no lo hubiera hecho, “consultar hongos” se hubiera practicado
algunos años más, pero su extinción era y es inevitable. El mundo sabría
vagamente que tal cosa existiera, pero nunca conocería lo importante que
era su rol. Por otro lado, presentados como lo merecen, su prestigio, el
prestigio de María Sabina perdurarían. (Wasson, 1981: 20)
condiciones de miseria.
La vida de María Sabina no terminó con su muerte. Hoy día es venerada por los
habitantes de Huautla, los hippies, los hongo-turistas, los místicos de New Age de todo
volvió el centro religioso. Se construye una carretera, hoteles, restaurantes, crecen los
negocios, se establece una red de curanderos que compiten por los turistas ofreciendo
veladas desde 500 hasta 900 pesos por ceremonia. El ritual de los niños santos, ha
cambiado. Los curanderos no preguntan a los turistas por sus enfermedades ni motivos
para participar en las ceremonias, les ofrecen de entrada una “experiencia muy bonita”.
En muchos casos, los turistas se quedan en las casas de los curanderos pagando de 30
Nos enfrentamos con un dilema cuando entran en conflicto dos líneas de pensamiento moral
acerca del mismo objeto sin que exista un método prima facie que pueda conciliar estos dos
1
. La competencia de sus hijos y nietos por la repartición del dinero y la herencia de la parcela, no
cesaron después de su muerte. Don Filogonio su nieto está en el conflicto con Magdaleno, su sobrino, por
la parcela y el acceso a la casa que a María Sabina le había regalado entonces una de sus pacientes-
Margarita Portillo. Don Filogonio nos habló mal de Apolonia, otra nieta de María Sabina que, ejercía el
oficio de la mujer sabia antes de su muerte. En 2009, el bisnieto de María Sabina me preguntó si le podía
conseguir un detector de metales. Sospecha pues que en algún lugar bajo su parcela está enterrado un
tesoro de María Sabina. (comunicación personal junio de 2009)
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puntos de vista rivales o aceptar uno en detrimento del otro o, tal vez rechazar ambos.2 El
dilema difiere de un problema no-dilemático de tal manera que mientras que éste último
encuentra una solución, el dilema parece prima facie sin solución. La cláusula prima facie es
importante porque alude a una condición previa e inocente de nuestra concepción del
problema. El dilema puede solucionarse o no, puede reconocerse como un pseudo dilema o
un dilema ingenuo, después de realizar una reflexión crítica, teórica, conceptual o ética, no
antes de ella. El dilema prima facie se parece a una tragedia griega. Nadie es culpable y todos
son culpables. No está al alcance de ningún protagonista desatar la trama. No hay escape del
ananke, destino. Éste tritura despiadadamente los planes de los protagonistas del drama. La
Pero volvamos a nuestro ejemplo. ¿Encierra la historia de María Sabina algún dilema
moral para los antropólogos?. El problema para los moralistas tradicionales se expresa en la
nuestro caso los usos rituales del hongo mazateco? ¿Tenía el derecho moral Gordon Wasson a
divulgar las informaciones sobre los rituales mazatecos si se suponía que sus publicaciones
desatarían la comercialización del hongo, el odio de los curanderos de Huautla hacia María
Sabina por vender los secretos de los “Niños Santos”, y finalmente el colapso de varias
prácticas religiosas?
2
Los dilemas filosóficos fueron reflexionados por muchos filósofos. Dos son las escuelas que tienden a
ver en los dilemas filosóficos un problema aparente. La primera influenciada por los tres positivismos (el
de A. Comte, el de E. Mach y R. Avenarius y sobre todo el neopositivismo de Carnap, Schilck, Neurath, y
otros) y la otra inspirada en la filosofía tardía de Ludwig Wittgenstein, por ejemplo Gilbert Ryle. (Ryle,
1979: 1-16) La situación de los dilemas morales es parecida más no idéntica. Los dilemas morales no
son problemas únicamente intelectuales, refieren a los valores, a la vida buena, en palabras de
Wittgenstein, a algo de “máxima importancia”. Esta carga la comparte la ética únicamente con la religión.
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fundamentada en el principio de libertad, individualismo y autonomía de la persona. Veamos
las respuestas que proponen ambas posturas a las preguntas claves mencionadas arriba.
ser como padre para los nativos con quienes colabora. El paternalista está obligado a pensar
que el interés del nativo no necesita identificarse con lo que el protagonista asume que es su
interés. Esta analogía presupone dos ideas: primero, el padre actúa hacia sus “hijos” desde la
bondad (beneficence), velando sus intereses; y segundo, el padre toma, por lo menos algunas
decisiones, por sus hijos o en nombre de ellos (Beauchamp&Childress, 1985: 274) Los
filósofos están generalmente de acuerdo con que el paternalismo puede tomar dos formas
diferentes: a saber, una autoritaria (strong paternalism) y otra moderada (weak paternalism).
Como observó Feinberg: “es severamente confuso pensar sobre el paternalismo moderado
como una especie del paternalismo genuino” (Feinberg, 1984: 14). En su versión autoritaria,
el paternalismo admite que el poder del padre es absoluto. Un ejemplo de esta versión del
paternalismo era la decisión de la iglesia católica en 1685 de suspender la tolerancia hacia los
protestantes declarada en Nantes en 1598. Los pastores tenían que convertirse en católicos en
moderada, el paternalismo admite que el antropólogo puede decidir en nombre del nativo si
éste o bien no es capaz de entender su situación o bien su decisión afecta de manera directa
los intereses de otras personas (Holowka, 2001: 240-241; Feinberg, 1971: 13;
El paternalista radical en nuestro caso no sólo podría apoyarse en las grandes teorías
éticas sino además en los documentos normativos existentes, por ejemplo los códigos de
éticas actuales Ya que en México carecemos de tal código, citemos el código de ética
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convenido en AAA. La primera obligación del antropólogo es: “To avoid harm or wrong,
understanding that the development of knowledge can lead to change which may be positive
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or negative for the people or animals worked with or studied Pero ¿cómo entender el
concepto de harm (daño)? ¿Cuáles son la condiciones bajo las cuales la descripción “A hizo
daño a B” es verdadera? La cita del código de AAA sugiere que el daño s entiende como
“cambio negativo” para las personas que se estudia o con los cuales se trabaja.” Esa
sugerencia deja en blanco lo que se entiende por “negativo” y por lo tanto es de poca utilidad.
El paternalista está obligado a elaborar una teoría del “daño” siendo este último una
intervención que imposibilita o aniquila el bien supremo de la vida del hombre. Para elaborar
la teoría del daño, uno debe saber en que consiste el bien supremo del hombre. Pero el código
de ética de AAA ofrece únicamente la idea de que se trata del respeto del “bienestar de los
¿Cómo el paternalista radical resolvería nuestro dilema? Sin lugar a dudas, si por el
mazateca y las prácticas religiosas tradicionales de las intervenciones de Wasson y los hongo-
turistas. Desde este punto de vista se podría argumentar que Wasson hizo algo moralmente
reprehensible: divulgó las informaciones sobre los hongos sagrados, corrompió las prácticas
respetar sus valores, preservar su cultura. Todo lo que dificulta está tarea, le hace daño y debe
3
El reporte final de la comisión fue publicado en Septiembre de 1995 como parte de Anthropology
Newsletter y en la página de AAA (http://www.aaanet.org). Al someter este documento al debate, fueron
acpetados varias modificaciones y comentarios, lo que condujo a la versión final elaborada en febrero de 1997 y
aprobado definitivamente en junio de 1998 como Code of Ethics of the American Anthropological Association.
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ser prohibido por el código de ética. Como recordamos, Wassson estaba consciente del peso
negativo que en la vida mazateca tenían sus publicaciones: “Estas palabras me hacen temblar:
yo, Gordon Wasson estoy responsable de poner fin a las prácticas religiosas de Mesoamérica
que remontan a miles de años.” Wasson lamentó por lo que había sucedido pero insistía que
debió de haber sido revelado. La expresión “como lo merece” es en si obscura pero revela
bien la pasión que Wasson comparte con los grandes descubridores e innovadores: uno
descubre un tesoro que quiere compartir con el mundo; si no lo comparte, el mundo será
empobrecerá. Los cambios culturales es el precio que se paga por enriquecer y aumentar el
de las prácticas religiosas “era y es inevitable”. La imagen que Wasson tiene de las culturas
nativas es dolorosamente realista. Por más que el descubridor intente mantener en secreto su
descubrimiento, no podrá hacerlo por tiempo indefinido. Es la misión imposible ver en una
que cambia que dejar que el mundo la haga cambiar de manera caótica y azarosa. Finalmente,
en tercer lugar, Wasson creía que los cambios culturales producidos contribuyeron a valorar
mejor la cultura nativa: “su prestigio, el prestigio de María Sabina perdurarían.” (Wasson,
1981: 20)
endebles. En primer lugar, los cambios negativos en el seno de una cultura se pueden predecir
con mayor o menor probabilidad y actuar de acuerdo a las predicciones. Wasson y Hoffman
María Sabina y los hongos de la Sierra Mazateca. El hecho de que Wasson escribió a Life
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confirma que más que con beneficios para la humanidad, soñaba con su propio
que ésta no toma en cuenta la postura y la voluntad del mismo nativo. El paternalista radical
primero borra al sujeto en cuyo nombre quiere hablar., para posteriormente defender sus
intereses. Pero sin el conocimiento de la postura del nativo, no podremos descubrir qué es lo
que está en su interés o no. La postura paternalista se muestra opresora. El padre deja de ser
benévolo. Actúa en nombre sus hijos sin preguntarles qué es lo que ellos desean o necesitan; a
consecuencia pierde el contacto con ellos, deja de conocerlos, se enajena de sus intereses que
se refería al privilegio de establecer sus propias leyes por los estados/ciudades. El principio de
autonomía en ética favorece la conducta no determinada por factores externos, como por
sujeto estudiado por el antropólogo/ley para tomar las decisiones de acuerdo con sus propios
persona siempre se definen en sus propios términos. El autonomismo moderado asume que
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para que el sujeto pueda decidir sobre lo que está y no está en su interés, necesitan cumplirse
cuál es la posición del autonomismo radical respecto al dilema de Wasson, María Sabina y
Niños Santos.
El autonomista radical está en una posición mucho más cómoda que el paternalista
radical. No necesita ninguna teoría del bien, felicidad o bienestar. No necesita saber que es lo
que realmente le puede dañar a uno aunque él no lo sepa. El daño queda definido y
reconocido como tal por el agente moral- el sujeto estudiado. De esta manera el antropólogo
limpia las manos y acepta la regla del jurista romano Ulpiano: Volenti non iniuria fit. (Al
quien desea el acto, éste último no le hace daño). Lo único que debe saber el antropólogo es
qué es lo que desea el sujeto estudiado para actuar de acuerdo a su voluntad. La autonomía
individualismo, libertad, derechos. Aunque las grandes teorías éticas fueran paternalistas,
autonomista radical podría encontrar justificación para sus veredictos en el código de ética de
AAA. La cuarta obligación del antropólogo es to consult actively with the affected individuals
or group(s), with the goal of establishing a working relationship that can be beneficial to all
parties involved (AAA) ¿Sin la consulta acerca de si el nativo estaba de acuerdo o no con la
investigación y sus posibles resultados, cualquier decisión del antropólogo acerca del
Aunque el autonomista radical este de acuerdo con la decisión que tomó Wasson, sus
asumir los beneficios que traerán los cambios, en lugar de una quejumbrosa predicción (o
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autonomista aludirá a otro argumento, a saber, a las preferencias de María Sabina. La
curandera no sólo recibía a Wasson y a su esposa para cumplir con sus deseos de organizar las
veladas, no sólo consistió en que se la entrevistaran, se grabaran sus entrevistas, sus cantosm
sus oraciones y conjuros, sino además aceptaba en su casa a los hongo-turistas que vinieron
después de Wasson- les dio voto aprobatorio a la presencia de los hippies, de los
nadie si quiera la persuadía. Si hubiera querido, hubiera dicho “no”. Pero no dijo “no”. Los
hospedaba en su casa, les hacía veladas, recibía de ellos dinero y regalos, quería compartir
con ellos su conocimiento: “Yo sólo obedecí al síndico; pero aún así pienso que si los
extranjeros hubieran llegado sin recomendaciones algunas, les hubiera mostrado mi sabiduría,
porque no hay nada malo en esto.” El autonomista radical aceptará esta evidencia como
prueba de que ni Wasson ni los hongo-turistas violaran la autonomía de María Sabina. Por lo
tanto Wasson y los hongo-turistas tenían ele derecho moral a hacer lo que hicieron.
¿Acaso tiene el autonomista radical la razón? Aunque tomara en cuenta una razón que
brillaba por ausencia en la argumentación del paternalista radical- a saber, las preferencias de
María Sabina, su veredicto suena tosco e igualmente opresivo como el juicio del paternalista.
mucho más etnocéntrica que el paternalismo. Todos los pueblos y todos los individuos tienen
algún concepto de buena vida, felicidad y bienestar pero solamente las sociedades
a decir “no” a los viajeros que piden veladas porque quieren hablar con Dios, no era una
respuesta que está al alcance de María Sabina: “la orden de hacer la velada con los rubios
llegó de las autoridades municipales, fue recomendado por mi amigo Cayetano García”. En
menos dos veces sobre lo ocurrido. La segunda reflexión es mucho más amarga que la
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primera: “Desde el momento en que los extranjeros llegaron en búsqueda de Dios, los niños
santos perdieron su pureza. Perdieron su poder; los extranjeros los corrompieron. (…). Si
sólo Cayetano no hubiera traído a los extranjeros… los niños santos preservarían su poder. “
Si sólo Cayetano no hubiera traído a los extranjeros…suena casi tan quejumbroso como la
profecía de Wasson- “era y es inevitable”. Pero María Sabina no profetiza sobre el futuro,
reflexiona desde retrospectiva, expresa un lamento. Cayetano los trajo y así empezó. Si no los
hubiera traído…pero los trajo y todo se acabó. Pero el lamento de María Sabina no es un
arrepentimiento. Ella lamenta por lo que sucedió pero sabe que no pudo haber sucedido de
otra manera. Cree en el “destino”. Aquí llegamos nuevamente al primer argumento contra el
autonomismo radical: las preferencias versus el destino, la cultura nativa versus la cultura del
antropólogo. ¿Qué valen los principios basados en las preferencias si en los nativos creen en
el destino? Y en tercer lugar, el autonomista radical no reconoce las diferencias entre acción
voluntaria y consentimiento. Uno puede actuar voluntariamente más por lo mismo no necesita
radical. Lo que cuenta no es tanto la preferencia sino el consentimiento dado por el nativo a lo
que propone el antropólogo. Así se debe leer la expresión de AAA, to consult actively with
the affected individuals or group(s). Consultar significa no tanto aceptar pasivamente lo que
al otro principio que normaliza las prácticas dentro del modelo liberal: el del Consentimiento
researchers should obtain in advance the informed consent of persons being studied,
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providing information, owning or controlling access to material being studied, or otherwise
identified as having interests which might be impacted by the research (AAA) El sujeto da su
investigación que se planea realizar, la acepta. Para aceptarla, debe ser capaz a comprenderla
reprehensible.
Para terminar este párrafo, observemos dos cosas. Primero, en práctica el paternalismo
en conflicto con el principio de autonomía, exige más bien su adecuada ejecución. En otras
condición más para cumplir con el ideal del bienestar del nativo. Probablemente de esta
manera hay que interpretar el espíritu en que se escribió el código de ética de AAA.
consentimiento a lo que sucedió después que don Cayetano le había presentado con Wasson.
Esta conclusión desencanta no sólo a los antropólogos sino también a los filósofos. La
pregunta acerca de si María Sabina dio su consentimiento o no, es muy ambigua. ¿Se la debe
hacer en español o en mazateco? María Sabina no hablaba español. ¿Tiene el sentido hablar
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mazateca? ¿Qué tanto debe aprender el nativo de los occidentales para poder dar un
consentimiento por escrito, llenar el formato institucional, etc.? Los autores de los códigos de
sino una imposición de una práctica occidental por parte del antropólogo burócrata. Dicha
práctica, quizá, no exista en la cultura nativa. El principio del conocimiento informado exige
que el nativo tenga acceso a todos los datos relevantes para el caso. ¿Pero cuáles datos son
relevantes para el caso? ¿Lo define el antropólogo o el nativo? ¿Era relevante para María
Sabina qué uso haría Wasson con las grabaciones de sus cantos en Estados Unidos? La
conocimiento informado para respetar el derecho del nativo a decidir sobre lo que concierne
él aprende una práctica nueva del antropólogo: a saber la de dar el consentimiento. Pero la
práctica de dar consentimiento a todo lo que hace el antropólogo se le impone al nativo y por
lo tanto no se respeta su derecho a decidir sobre lo que concierne su vida. ¿Dio el nativo su
Hay más en cosas en la historia de Wasson, María Sabina y Niños Santos que han soñado en
Ambos principios a los que apelan pueden ser falsos, crear una disyuntiva falsa. ¿Qué nos
hace pensar que es una disyuntiva falsa? Stephen Toulmin, el defensor de la casuística, hace
presentación de los principios y argumentación por uno de ellos, no es suficiente puesto que
dichos principios pueden entrar en conflicto en cuyo caso se necesita una especie de epieikeia
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(equidad)- el juicio razonable no reglamentado, el resultado de actuación de acuerdo con la
orthòs lógos (razón recta), un aspecto importante de phronesis (prudencia) o sea, la virtud o
excelencia de la parte calculativa o práctica del alma racional.4 La Epieikeia es un don que
En segundo lugar, Toulmin hace relucir el hecho de que dependiendo de si uno trata con
extraños o con los suyos, la confianza que uno deposita en los principios- cambia
es todo mientras que la importancia de las reglas estrictas- mínima”. (Toulmin, 1981: 36) No
es este el lugar para adentrarnos en los que Toulmin llama el método casuístico en ética,
filosofía del derecho y políticas publicas. Lo que él descubre es una perspectiva nueva desde
la cual un o puede ver diferente la historia de María Sabina y Wasson. Parte del argumento de
Toulmin es que no podemos predecir de antemano si un caso concreto puede adscribirse a una
cierta regla o no. El uso de los principios exige uniformidad de casos y situaciones además de
una teoría en torno a las características moralmente relevantes. Toulmin sugiere que las dos
son imposibles: los casos, moralmente interesantes y no-triviales no se parecen uno al otro;
por añadidura, la teoría de las características moralmente relevantes es una misión imposible.
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Aristóteles en su Etica Nicomáquea dice “que lo equitativo, si bien es justo, no lo es de acuerdo con la
ley, sino como una corrección de la justicia legal.” Hay pues casos en los que no es posible tratar las
cosas justamente del modo universal legalmente previsto. “Y tal es la naturaleza de lo equitativo: una
corrección de la ley en la medida en que su universalidad la deja incompleta” (Aristóteles, 2003: 265) En
la ética contemporánea los conceptos de Aristóteles los desarrolla en el espíritu de comunitarismo y la
teoría de las virtudes- Alisdair Maintyre (De la Torre 2005: 216)
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Hasta ahora hemos presentado dos posturas que se basan en principios: el paternalismo
benéficas o maléficas que la conducta del antropólogo puede tener para una cultura nativa,
colaboradores nativos. Ambos enfoques se olvidaron de algo que Toulmin nos recuerda con
vehemencia: la unicidad del caso. Ésta se da siempre en relaciones cara a cara, en situación de
intimidad, amistad y confianza mutua entre dos personas. En las situaciones únicas nos
concretas válidas para cada protagonista. María Sabina y Gordon Wasson estaban en una
relación única. La curandera recibió a Wasson que para ella era “como un hijo”. Ella no vio
nada malo en compartir con él su conocimiento. No pensó sobre los Niños Santos como
secretos que se puede o no, revelar. Para él, María Sabina era una amiga, una mujer sabia que
por un lado, y la desaparición de las antiguas costumbres que remontan a miles de años.
Creo que lo único que se puede decir en este caso, es aludir al concepto de la
responsabilidad personal del antropólogo y del nativo. Lo único que queda en la arena no es
atribuye a los agentes morales: 1. Al decir que X es responsable, entendemos que hay algo
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relación a Y, le “incumbe la responsabilidad de hacerlo”. (Frankena, 1965: 91) Estas
acepciones están emparentadas, más no son idénticas. En lo que sigue gana de importancia la
Toulmin, a diferencia de las relaciones anónimas con los ajenos, imponen la responsabilidad,
obligan a actuar de una cierta manera. Las relaciones íntimas, de amigos, de vecinos, de
zorro “una cosa muy olvidada” por los hombres que venden y compran y no tienen amigos.
¿-Crear lazos?
- Los hombres han olvidado esta verdad- dijo el zorro- Pero tú no debes
olvidarla. Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres
responsable de tu rosa…
María Sabina domesticó a Gordon Wasson: lo trató como si fuera su hijo. El siempre era un
su comunidad puesto que seguía las recomendaciones del síndico. El enojo y la envidia de
otros curanderos desatados por unas prácticas nuevas, no las pudo predecir. ¿Qué le importa a
uno si desata la envidia de personas terceras, si uno vela por el bien de su hijo?
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¿Domesticó Gordon Wasson a María Sabina de la misma manera? ¿Veló por su bien
como ella veló por su bien de él? Hay buenas razones para dudar de ello. Su egocentrismo
(“Yo estoy responsable…”) se tomó de la mano con su interés científico de revelar las
características de los hongos sagrados al mundo: (“Era preciso que los hongos sagrados y los
sentimientos religiosos que ellos encarnan en la sierras del sur de México, fueran revelados al
mundo, así como lo merecen”). ¿Pero acaso era preciso hacerlo sacrificando a una amiga?
Según las evidencias que prporciona Estrada en su libro, Wasson, pocas veces visitaba a
María Sabina al “revelar al mundo” los hongos sagrados. Le regaló las grabaciones y el
equipo para pudiera escucharlas? ¿Para qué? ¿Qué tipo de regalo es este? ¿A quién se le
ocurre regalar a una amiga las grabaciones de sus cantos y oraciones a Dios? Wasson no se
preocupó, como después Margarita López Portillo, en mejorar las condiciones de vida de
María Sabina, ni estuvo con ella, cuando ella necesitaba su apoyo. No la visitó cuando
agonizaba sola y olvidada en el hospital de Oaxaca. Él, Gordon Wasson, no les falló a los
Bibliografía citada
ARISTÓTELES, 2003
Etica Nicomaquea. Etica Eudemia, Gredos, Madrid, 2003,
19
FEINBERG, JOEL 1984
The Moral Limits of the Criminal Law. vol. 1: Harm to Others: Oxford University
Press. New York.
SAINT-EXUPÉRY 1977
El principito. Ediciones Roca. México.
20