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Ensayo: La conquista de América - Controversia sobre la leyenda negra de Miguel

Molina Martínez (2018)

Juan Felipe Cardozo Ramírez

Profesor:

Pedro Antonio Ospina Suárez

Escuela de Teología, Filosofía y Humanidades


Programa en Teología
Historia De La Iglesia En America Latina y Colombia
Medellín
Febrero, 2022
Introducción

Este ensayo hace un análisis crítico del artículo “La Conquista de América - Cinco siglos
de controversia y una leyenda negra omnipresente” presentado por el historiador Miguel
Molina Martínez (2018) en las XIX Jornadas de Historia en Llerena, España, en el que el
autor llega a la conclusión que “La leyenda está viva a pesar de que los historiadores la den
por fenecida; la leyenda fascina y seduce. Y eso será así mientras no se construya un relato
de la conquista más desapasionado, despojado de complejos y alejado de las rancias cuentas
pendientes” (55). Y es esta afirmación la que pretende entenderse a partir de los
argumentos expuestos por su propio autor y el examen de quien realiza este escrito. En este
sentido, es bueno recordar que se entiende por leyenda negra, al conjunto de creencias en
torno a la presunta barbarie del imperio español entre los siglos XVI y XVII, especialmente
a partir de su llegada a América, que ha perdurado hasta la actualidad, lo que ha incidido de
forma determinante en una negativa reputación de España.

Desarrollo

Sobre la leyenda negra, Molina Martínez sostiene que resulta interesante discutir las
razones de su permanencia en el tiempo, considerando sus fundamentos contenidos en una
abundante bibliografía que aborda el tema con multiplicidad de enfoques historiográficos.
Así, destaca lo expuesto por Pedro Cieza de León, testigo de los hechos acontecidos en
Perú y cronista de Llerena, quien en sus escritos manifiesta una ambivalencia “entre la
exaltación de la misión española en Indias y la dramática evidencia de muerte y desolación”
(Molina, 2018, 37), identificando ambas posturas con el proceso conquistador, lo que
denota su sensibilidad al mostrar las dos caras de éste. Sin embargo, esta posición no ha
sido la más común, pues cada escritor se ha identificado con alguna postura, por lo cual ya
son cinco siglos de controversia y pensamientos radicales y poco objetivos sobre el tema.

Si se revisa históricamente este fenómeno, se revela que su nacimiento se dio al interior de


la misma España, lo que fue aprovechado por las potencias europeas rivales con la finalidad
de minar su hegemonía, tomando el tema de la conquista como motivo de rivalidades y
argumento para desacreditarla, especialmente desde la Europa protestante en la segunda
mitad del siglo XVI, siendo esta una maniobra propagandística bien planificada y exitosa
que el país hispano no pudo contrarrestar, surgiendo con el tiempo el concepto de leyenda
negra, enunciado en primer término por la novelista Pardo Bazán (1899) y luego por Julián
Juderías (1914). Esto sin duda, ha entorpecido la investigación del propio hecho histórico,
desviando la discusión hacia lo político, ideológico, moral, entre otros aspectos. Frente a
esto, Molina Martínez fija posición: “La conquista supuso la destrucción de las
civilizaciones indígenas, desarticulando totalmente su organización político-administrativa,
sus estructuras socioeconómicas, sus tradiciones religiosas y culturales” (39).

Por otro lado, es fundamental reconocer que este proceso se enmarcó en el desarrollo
histórico de Europa y sobre todo de España, trayendo consigo el nacimiento del
capitalismo, que marcó el futuro de América. De allí que, la investigación actual rescata el
tema desde la desmitificación, siendo más rigurosa y crítica sobre los acontecimientos y
resaltando el papel de los vencidos, apartándose de la leyenda negra cuyos objetivos nada
tienen que ver con el quehacer histórico, pretendiendo centrarse solo en lo negativo o
rechazando otras posturas distintas, por lo cual termina ignorando una parte de la realidad,
tal como también lo hace la leyenda rosa, lo que entorpece una verdadera interpretación del
proceso conquistador, estimando que con el avance de la investigación histórica se deberían
abandonar estas posturas sesgadas.

Para quienes la discusión sobre la leyenda negra se mantiene, son varios los factores que
han influido. Uno de ellos viene del interior de la propia España y se relaciona con la
imagen que de sí mismo se ha formado el ser español a lo largo del tiempo, arraigada en el
imaginario colectivo. Por otro lado, también ha contribuido la obsesión de algunos por
negar su contenido, construyendo la leyenda contraria igualmente radical y manipuladora.
Históricamente, un tercer factor fue la maniobra interesada que hizo el régimen de Franco,
exaltando la leyenda negra como bandera liberal y progresista en contraposición a sus
postulados. Asimismo, la posición de algunos gobiernos e instituciones en Iberoamérica,
que han empleado la conquista española como argumento para su legitimación, incluso hoy
día, utilizando la leyenda negra como coartada para ocultar sus propias fallas y eludir
responsabilidades, especialmente con los pueblos indígenas eternamente discriminados.
Aunque el escrito de Molina Martínez no pretende discutir el origen de la leyenda negra, el
autor señala que su propagación en América está relacionada directamente con la propia
conquista, siendo determinante la obra de Bartolomé de las Casas titulada “Brevísima
relación de la destrucción de las Indias” (1552), que describe buena parte de las crueldades
de los conquistadores, aclarando que no fue intención de este generar un sentimiento
antihispánico. Esta corriente lascasiana en favor de los indígenas ganó simpatizantes en
América, más que los adeptos a la presión encomendera: Cieza de León, Cristóbal de
Molina, entre otros, que inspiraron a extranjeros críticos a la presencia española en
América, como el italiano Benzoni. Mientras tanto, en España surgía una corriente
contraria, que pretendía resaltar el heroísmo y servicio a la Corona de los conquistadores,
así como legitimar la explotación indígena justificándose en su superioridad cultural y
moral, grupo encabezado por los propios conquistadores, entre ellos Hernán Cortés, y
Francisco Pizarro, a los que se sumaron muchos cronistas como López de Gómara,
pretendiendo ensalzar la conquista como instrumento para la civilización del Nuevo
Mundo.

Toda esta confrontación se alimentó con el trabajo de la Escuela de Salamanca,


conformándose una corriente denominada “la lucha española por la justicia en la conquista
de América”, en la que participaron innumerables juristas y teólogos como Francisco de
Vitoria, Domingo de Soto, Melchor Cano, Alonso de Veracruz, cuyo esfuerzo se ve cuando
se habla de derechos humanos y relaciones internacionales. Sin embargo, el debate continúa
hasta hoy, manteniéndose esas dos visiones enfrentadas que desean imponer su criterio
contrario al avance historiográfico, mostrando incapacidad para admitir una visión global.

Frente a esto, la Corona ofreció en 1573 una versión oficial, más pacifista, aunque al mismo
tiempo censuró la Brevísima, pero ni así pudo frenar la confrontación. De allí en adelante,
son innumerables los escritores que durante los siglos XVI, XVII y XVIII alimentaron la
polémica, lo que, para Zaragoza y García, contribuyó a arraigar en España una percepción
de decadencia y atraso debido a la naturaleza política y religiosa de los gobiernos anteriores
(Cfr.). Con la Independencia de las colonias a principios del s. XIX, se renovó la discusión
tanto en España como en América. Para la segunda mitad de este siglo, el liberalismo
desestimó la herencia colonial y la calificó como barbárica. Ya en el s. XX, la investigación
histórica gana terreno, a pesar de la insistencia de algunos en reavivar la leyenda negra. En
esta época destaca la publicación de la Leyenda Negra de Julián Juderías, pero también las
actas y memorias del Congreso de Geografía e Historia hispanoamericanas de Sevilla, que
defendieron el papel de España y llevó a la consolidación del americanismo español, con la
aparición de diversos organismos y cátedras en distintas universidades, cuyo objetivo fue
alejarse de posiciones radicales y emitir opiniones críticas y científicas sobre el tema,
negando la leyenda negra y viendo la conquista como una empresa heroica al minimizar su
impacto catastrófico. Esto trajo como consecuencia el nacimiento de la leyenda rosa, pero
también el resurgimiento de la posición contraria, la leyenda negra, apoyada entre otros por
Juan Comas y Miquel Izard, quien califica la leyenda rosa como “apologética
legitimadora”.

Para Molina Martínez, el análisis de todo este conjunto de documentos contrastantes solo
conduce a una discusión sin sentido. Y así ha sido a lo largo de los últimos años, por lo cual
la lista de autores a favor de una u otra leyenda ha seguido creciendo, tanto dentro como
fuera de España. Frente a ello, llama la atención la posición de Todorov, quien insiste en la
idea de comprender al otro sin olvidar el genocidio, sugiriendo nuevas vías de estudio. El
debate resurgió durante el V Centenario del descubrimiento, marco en el cual se publicó el
libro “La leyenda negra” (Molina Martínez, 1991), cuyo objetivo fue llamar la atención
sobre la dinámica tomada por la efeméride y su rechazo en distintas instancias (Cfr.), sobre
todo entre los indígenas americanos, consolidando una corriente en su favor como sujeto
activo y protagonista de la conquista, lo que revitalizó la leyenda negra.

Conclusión

Todo lo expuesto evidencia la realidad contenida en la frase de Molina Martínez sobre la


vitalidad de la leyenda negra, aunque los historiadores se empeñen en hacerla morir, lo cual
solo será posible si se logra llegar a una narración crítica, real, sin posiciones sesgadas, sin
remordimientos, que se podría alcanzar únicamente desde una investigación historiográfica
objetiva. De este modo, se conseguirá el punto medio de justicia que ambas posiciones
exigen y se sanará una controversia que ya llega a 530 años.

Referencias

Molina Martínez Miguel. La conquista de América: cinco de siglos de controversia y una


leyenda negra omnipresente (35-55). En: España y América. Cultura y colonización. V
centenario del nacimiento de Pedro Cieza de León, cronista de Indias (1518-1554).
XIX Jornadas de Historia en Llerena. [Coord. Felipe Lorenzana de la Puente y
Francisco Javier Mateos Ascacibar]. Llerena: Sociedad Extremeña de Historia, 2019.

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