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Guilhem de Peitieu
En lo que respecta a la estructura del poema hay que señalar que éste se compone de
cinco coblas (estrofas) de 6 versos con rima consonante y masculina (rims mascles).
El autor emplea tres rimas distintas distribuyéndolas a lo largo de la cansó de la
siguiente manera: Las dos primeras coblas tienen la misma estructura de rimas
(coblas doblas) y del mismo modo las tres restantes repiten un esquema idéntico
(coblas ternas). Cabe destacar la ausencia de una estrofa final más breve o tornada,
que será uno de los elementos formales característicos de la cansó trovadoresca. Por
otro lado, entre la segunda y la tercera cobla se produce una inversión en las rimas
(coblas retrógradas), quedando configurado así el esquema rítmico del poema:
Mediante este cambio de patrón entre las coblas II y III el objetivo del poeta fue quizá
el de conferir cierta complejidad compositiva al poema, evitando caer en una mera
sucesión de coblas unisonans, seguramente más comunes y menos difíciles desde un
punto de vista creativo. Aunque también es cierto que esta decisión responde además
a una intención temática por parte del trovador, que divide de esta forma el contenido
de la cansó en dos partes. En las dos primeras estrofas el autor se centra en una
descripción del marco ambiental (que analizaremos más tarde) así como su efecto
sobre los amantes y sus sentimientos de inseguridad, mientras que en las tres coblas
restantes pasa a describir la naturaleza de su amor en el pasado y sus confiadas
esperanzas para el futuro.
Se ajusta por lo tanto la composición a las reglas o leys d’amors que rigen el amor
cortés. Un enamorado dispuesto a servir como vasallo (om) a su dama, que
irremediablemente deberá ser casada y de alta alcurnia (domna). La relación amorosa
atravesará diversos niveles o grados, cuyo fin último no será otro que el contacto
carnal. En relación a esto, la segunda cobla nos presenta al amante como pregador,
es decir, como suplicante inseguro de la respuesta de la dama. Sin embargo, en la
cuarta cobla IV aparece ya como entendedor, pues ha recibido una prenda (son anel)
que le asegura en cierto modo su posición de enamorado oficial.
En esta última cobla hace también referencia el poeta a las lógicas dificultades de una
relación amorosa de tales características. El “extraño latín” (d’straing lati) que separa
al amante de la amada bien puede referirse a los conocidos como lausengiers o
maledicentes, personajes también omnipresentes en la producción trovadoresca,
empeñados en obstaculizar la relación de los enamorados, normalmente revelando la
infidelidad de la dama a su torpe y celoso marido (gilós).
Como conclusión podemos decir que nos encontramos ante uno de los primeros
ejemplos de cansó trovadoresca provenzal. Sin embargo, a pesar de su carácter
inaugural de una nueva práctica literaria exhibe ya, como hemos visto, gran parte de
los elementos centrales y básicos que definirán este tipo de producción lírica medieval.