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El texto propuesto pertenece al poemario de Cayo Valerio Catulo, sobre el cual

la mayoría de críticos sostiene que nace en Verona aproximadamente en el 84 a.C. y


muere en Roma en el 54 a.C., donde desarrolla su actividad literaria. La obra de Catulo
se encuadra en el periodo clásico de la literatura latina, donde surge la lírica romana de
mano de los neotéricos. Estos autores buscaban la imitación de la lírica monódica griega
y alejarse de la turbulenta actualidad del momento, marcada por las guerras civiles y la
inestabilidad política. Estos poetae novi o neotéricos, del que Catulo era el principal
representante, buscan la ruptura con la literatura arcaica latina mediante la innovación,
la concisión en las composiciones y la delicadeza a través de la erudición, centrándose
en el “yo” lírico. Además, estos poetas son herederos de los poetas alejandrinos cuyos
principios estéticos básicos incluyen el gusto por la realización de poemas breves y la
concepción de estos como una forma de entretenimiento (ars gratia artis).

Estamos ante una de las 116 composiciones que constituyen su poemario,


póstumamente denominado Catulli Veronensis Liber o Carmina, siendo el primer libro
de poesía lírica personal en latín. En su obra crea la idea de la urbanitas, un proyecto
ideal de sociedad romana, patricia, culta y aristócrata. Concretamente, este poema es el
número 51 del libro, entrando dentro de los carmina minora, que comprenden los 60
primeros poemas: composiciones breves de temática y métrica variada. Los temas
principales de este grupo de poemas son: la diatriba, la amistad,la reflexión personal y el
amor, eje temático de esta composición perteneciente al ciclo de Lesbia.

Se describe cómo Catulo observa desde la distancia a su amada Lesbia conversar


con otro hombre, lo que provoca que la pasión y los celos se apoderen de él. Al verse en
ese estado se reprocha y advierte sobre su dañina tendencia al ocio.

Aquí podemos distinguir dos unidades temáticas relativas al contenido: la


primera comprende los versos del 1 al 12 (enamoramiento y signa amoris de Catulo
hacia Lesbia) y la segunda de los versos 13 al 16 (reflexión sobre los males del ocio).
Este poema marcaría el inicio de la turbulenta relación de Catulo con Lesbia y
cronológicamente el comienzo del ciclo de Lesbia en su obra. Asimismo, hay una
correspondencia entre la figura de Lesbia en el poema y Clodia en la vida real, siendo
Clodia la esposa del gobernador de la Galia Cisalpina, Metelo Celer. Este último podría
ser el “ille” del que está celoso Catulo en el poema.
Cabe destacar que la primera unidad temática es una reelaboración del
fragmento 31 de Safo, adaptado desde una nueva perspectiva romana (imitatio cum
variatione). En las tres primeras estrofas se hace patente el anhelo de Catulo de
acercarse al mundo de la propia Safo: libre de expresar su amor. Al verse cautivo en sus
pasiones ilícitas, se reprime a sí mismo a través de la moral romana. Aun así, el
homenaje hacia Safo en esta composición no se limita a la reelaboración de su texto,
sino que también se puede establecer una conexión entre la figura de Lesbia y la propia
Safo. De hecho, Safo era natural de la isla griega de Lesbos, un topónimo que siempre
ha ido asociado a la femineidad, de la que, casi de manera segura, Catulo toma la idea
del pseudónimo para su deseada Clodia.

La última estrofa, que es adición original de Catulo, hace mención al ocio y sus
peligros, empleando la palabra “otium” con un sentido impreciso. Específicamente los
dos últimos versos hacen referencia a la guerra de Troya causada por el “ocio” amoroso
de Helena.

Si bien Catulo recoge una doble tradición griega (arcaizante -pues se inspira en
los líricos arcaicos griegos Safo, Alceo y Anacreonte- y alejandrina -ya que se sirve,
también, de las obras de Calímaco y Filodemo-), en esta composición encontramos,una
forma intencionadamente arcaica, puesto que la unidad métrica por la que Catulo
decidió inclinarse ha sido la estrofa sáfica (creada por Safo de Lesbos a modo de
reconocimiento de autoría), que emplea para dirigirse a Lesbia. En cuanto a la sintaxis
de la composición, llama la atención la abundancia de estructuras subordinadas
bimembres a las que saca provecho para camuflar su odio bajo una aparente y falsa
humildad, como, por ejemplo, en la oración “[…] si fas est, superare divos […]”situada
en el segundo verso y cuya traducción escogida es“[…] (aquel) si es lícito, supera a los
dioses”.Por una parte, las cadenas completivas están dispuestas en prácticamente todo el
poema, ideadas para que las relaciones lógicas de las proposiciones sean inequívocas y
precisas, estando propiamente especificadas en el texto.Por otra parte,a través de las
aposiciones reflexivas peyorativaspretende generar una sensaciónen el lector de
necesidad, pena y tristeza sobre sí mismo, como encontramos en las líneas 5 y 6: “[…]
misero […] mihi […]” traducido por “[…] a mí, mísero, […]”. Además, también
encontramos varios arcaísmos: restos de un antiguo perfecto reduplicado como es el
caso de “perdidit” y “omnis” como acusativo arcaico.
En lo referente al estilo, en el proceso de reelaboración varía la fidelidad de la
traducción de Catulo respecto al texto original de Safo, siendo la tercera estrofa la más
fiel y el primer verso una traducción casi literal que mantiene incluso las formas
verbales. Así pues, podemos ver que Catulo trata hasta cierto punto de competir con
Safo, enfrentando la armonía de esta con su propia intensidad y la brusquedad del latín.
Muestras notable de esto son el cómo se atreve a afirmar la superioridad del ille a los
dioses mientras que Safo tan solo lo equipara, el empleo de identitem para expresar la
recursividad y constancia de las muestras de afecto entre Lesbia y el otro hombre y el
propio hecho de nombrar al objeto de su amor en el texto, mientras que el de Safo
permanece anónimo.

De igual manera, añade otras expresiones como “sonitu suopte” que no


encontramos en Safo, característico de su estilo directo y conversacional. Además,
añade otros matices que resaltan su respeto hacia el marido de Lesbia y le distancian de
la escena que presencia (videtur, aspexi).

Sin duda la cuarta estrofa es la que más ha dado que hablar. Adición propia de
Catulo, aparentemente súbita y fuera de contexto, transforma el poema de una simple
traducción a una obra propia. Debido a la interrupción abrupta de la traducción para la
incorporación de esta estrofa, algunos estudiosos han teorizado que se trata de un poema
distinto, pero al observar la composición dentro del contexto del corpus, encontramos
que estos cambios repentinos de tono no son poco comunes (Kletke 2016, p. 58).

Como ya se ha mencionado, esta cuarta estrofa, que culturalmente es la más


impactante al representar la irrupción de la moral romana, se dedica a la noción del
otium con un sentido inexacto y a los peligros que supone. Aquí, la palabra otium se
repite tres veces en anáfora al inicio del verso, formando un tricolon que gradualmente
va aumentando la intensidad de sus elementos: de lo privado y personal a lo socio-
político y mayor fatalidad semántica (Luque Moreno 2017, p. 84).

Bibliografía:

Luque Moreno, Jesús (2017) “Catulo 51: notas para un análisis” Myrtia 32 (2017): 79-
98.
Kletke, Stefanie (2016) “Catullus' Otium: A Transgressive Translation?” Past Imperfect
19 (2016): 55-75.

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