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Tema 6 De la Edad Media al Renacimiento: Lírica

Bloque 3 La lírica. El YO DE LA EDAD MEDIA AL RENACIMIENTO

LA REVOLUCIÓN PETRARQUISTA

ÍNDICE
1. De la Edad Media al Renacimiento:
trovadores, cancioneros y servidores
2. Renacimiento y Humanismo
3. Dante
4. Petrarca y el Petrarquismo:
Cancionero
5. Otros poetas petrarquistas: Ronsard y
Garcilaso

1. De la Edad Media al Renacimiento: trovadores, cancioneros y servidores

La poesía provenzal, cultivada en el sur de Francia durante los siglos XII y XIII, es la primera
manifestación de poesía en lengua romance. Los autores son cultos y firman sus poemas, son los
trovadores.

Los trovadores originalmente son los que componían versos en lengua provenzal, luego se llamó así a
todos los poetas. La temática de la poesía trodavadoresca era amorosa, se acompañaba de un
instrumento musical con melodías compuestas también por los trovadores. A veces tenían un juglar que
interpretaba sus composiciones para un público culto y refinado. Otros trovadores eran nobles que
escribían poemas por entretenimiento.

El primer trovador del que se tiene noticia es Guilhem de Peitieu, pero hubo muchos, como Bernart de
Ventadorn, Giraut de Bornelh, incluso mujeres nobles como la Condesa de Día. Los trovadores escribían
en provenzal -también llamado occitano o langue d’oc-. Se extendieron por Europa y dieron lugar a
diferentes escuelas poéticas: Minnesänger alemanes, poesía cancioneril española y cantigas de amigo
en galaico-portugués.
Principales géneros líricos provenzales
Cançó Servientés
AMOR CORTÉS
Poesía de tema amoroso con melodía Poesía de tema satírico y político
propia y lenguaje delicado. Ataques personales, polémicas literarias y
Amor del caballero (vasallo) como servicio discursos morales.
a la dama (señor). Siempre tiene un tema de actualidad.

Planto: Poesía de lamento por la muerte de un ser querido.

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Rasgos del amor cortés
El amor cortés resulta de trasponer los códigos del vasallaje feudal a la relación entre hombre y mujer. El
amante manifiesta absoluta sumisión a la dama, a la que sirve y debe obediencia y fidelidad absolutas.
La dama expresa un rechazo inicialmente y provoca sufrimiento. Con frecuencia, era una mujer casada y
eso suponía que era un amor imposible, prohibido o secreto que exige discreción. De ahí los seudónimos
utilizados por los trovadores. es un amor que provoca dolor mitigado solo por las concesiones de la
dama o la intimidad erótica.Los trovadores fueron complicando sus poemas con retórica y expresiones
rebuscadas, su poesía se fue haciendo artificial y libresca. Muchos de los poemas trovadorescos se
recogían en “cancioneros” que se divulgaron por toda Europa.

Giraut de Bornelh / Cançó


Señora, del mismo modo que en un castillo que puede nada contra un oso, así yo soy, si vuestro
es asediado por poderosos señores, cuando le valor no me ayuda, más débil que una caña y
derriban las torres la catapulta, el ariete y el será cuatro veces más breve mi vida si a partir
maganel y es tan dura la guerra por todas de hoy se me retrasa el que me hagáis justicia
partes que de nada sirven ingenios ni artificio y en la sinrazón. Y tú, Amor puro, que me
son tan fieros el dolor y los gritos de los de sostienes, que debes proteger a los leales
dentro, que tienen gran miedo, os parecería y enamorados que no hagan locuras, sé mi guía y
creeríais que deberían clamar compasión, así yo garantía ante mi señora, ya me vence así.
clamo compasión humildemente buena señora,
noble y valiente.
Señora, del mismo modo que un cordero no

1. Esta traducción en prosa del occitano es un ejemplo de poesía provenzal. Explica el contenido del
poema. ¿Qué rasgos del amor cortés aparecen? ¿Alguna figura retórica?
Condesa de Día / Beatriz
He estado en grave cuita por un caballero que he tenido, y quiero que para siempre se sepa cuán
excesivamente lo he amado. Ahora veo que soy traicionada, porque no le di mi amor; y por eso he
estado en gran congoja en el lecho y cuando estoy vestida.
Quisiera tener a mi caballero, una noche, desnudo en mis brazos, y que él se tuviera por dichoso sólo
con que yo le hiciese de almohada. Pues estoy más enamorada que Floris lo estuvo de Blancaflor: le
entrego mi corazón, mi amor, mi juicio, mis ojos y mi vida.
Hermoso amigo, amable y bueno: ¿cuándo os tendré en mi poder? ¡Ojalá pudiese dormir con vos una
noche y daros un beso amoroso! Sabed que gran deseo tendría de teneros en el lugar del marido, con
tal que me hubieseis jurado hacer cuanto yo quisiera.

2. Las trovairitz fueron la contrapartida femenina a


los trovadores que vivieron y crearon música y poesía
en la Occitania de los siglos XII y XIII. Ellas eran
compositoras y poetisas que desarrollaban su arte en
las cortes occitanas de estos siglos. Mientras el
trovador solía ser de la nobleza, también nos
encontramos trovadores de origen humilde. Las
trovairitz eran de origen noble y estaban casadas con
importantes nobles de ámbito provenzal. ¿Podrías
reconocer los rasgos del amor cortés? Identifica los
recursos estilísticos del texto. ¿Qué diferencias existen
entre ambos textos?

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2.- Renacimiento y Humanismo

El Renacimiento se inicia en Italia a mediados del siglo XIV y se extendió a Europa hasta el siglo XVII. Se
llamó así porque era una vuelta al clasicismo grecorromano, un renacer a las artes y las ciencias después
de siglos de literatura y cultura cristiana. Es el inicio de la Edad Moderna, tras el desmoronamiento del
feudalismo y la ampliación del mapa geográfico con el descubrimiento de América. Durante los siglos XIII
y XIV habían crecido las ciudades y sus habitantes, debilitándose el poder de los castillos; el poder se
centraliza en el rey, aparecen las universidades, hay una crisis espiritual. El individuo recupera
importancia frente al concepto de sometimiento a los designios de Dios: antropocentrismo, frente al
teocentrismo medieval. Esto supone nuevos temas y nuevas formas de hacer literatura. Se normalizan
las lenguas nacionales. El antropocentrismo propone una nueva visión del hombre, que es dueño de su
propio destino. El ideal renacentistas se refleja en los siguientes aspectos:

● Afán de goce: sensualista y hedonista. El mundo es para el disfrute. El vitalismo caracteriza la


narrativa de Boccaccio y se caracteriza en la recuperación del carpe diem en la lírica: Ronsard y
Garcilaso. La naturaleza es fuente de placer y la mujer es un compendio de belleza.
● Despierta la conciencia individual. Aparece el ensayo como género literario, la lírica se vuelve
introspectiva, se descubre el yo como protagonista de una vida propia, caracterizada por un
mundo interior y una visión de la realidad singulares.
● El Humanismo. Los humanistas creen en los estudios que favorecen el perfeccionamiento del ser
humano. La cultura grecolatina ayuda al hombre a formarse como individuo y como ciudadano.
● Neoplatonismo: se difundió a través de obras que circularon por toda Europa: 1474, De amore, de
Marsilio Ficino; 1528, El cortesano, de Baltasar de Castiglione; 1535, Diálogos de amor, de León
Hebreo. Los autores reflejaron en sus obras un mundo ideal mediante tópicos como el locus
amoenus y la descriptio puellae, alejándose del mundo material, que es copia imperfecta del
verdadero. Así, la belleza de la mujer o de la naturaleza es reflejo de la belleza divina. Esto supone
que el amor deja de ser pecaminoso para convertirse en transcendental, como se verá en la
donna angelicata.

3.- Dante Alighieri: Donna angelicata

Dante Alighieri es autor de una de las obras maestras de la literatura universal: La Divina comedia. El
toscano inició su trayectoria influido por la poesía trovadoresca y dolce stil nuovo: la amada es una
criatura angélica -donna angelicata- que permite la elevación espiritual del yo lírico.

En Vida nueva, donde aparecen expuestas estas ideas, ya expresa su amor hacia Beatriz, de la cual se
enamoró cuando ambos eran niños y que murió prematuramente. La obra apareció en 1292 y tiene
cuarenta y dos capítulos en los que se alternan la prosa y el verso, el narrador evoca su amor a Beatriz,
desde que se enamora de ella, cuando Beatriz tiene nueve años, hasta que
muere.

3.- Petrarquismo: elementos para hacer nuevos poemas


PETRARCA (1304-1374): CANCIONERO

Francesco Petrarca nació en Arezzo y estudió “trivium” (gramática,


retórica y dialéctica). Amó a Laura con pasión y entrega. Escribió obras en
diversos géneros, lenguas e intenciones, pero su obra fundamental es el
Cancionero, unos 400 poemas, la mayor parte sonetos, escritos en italiano
y que son casi una biografía sentimental, una sucesión de los cambiantes
estados de ánimo que le impone su atormentado amor por Laura. Unas
veces canta su crudeza e indiferencia, otras veces clama al cielo una paz

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interior como alternativa al amor inalcanzable. En 1348 murió Laura y este hecho divide el Cancionero en
dos partes. El amor no se extingue y el poeta sigue recordando a Laura, cree verla entre la belleza del
paisaje y se atormenta evocando un tiempo que no volverá.

El Cancionero de Petrarca tiene su origen en dos tradiciones poéticas anteriores: Lírica trovadoresca y Il
dolce stil nuovo, que aporta el poder beatificador de la amada y su influjo espiritual sobre el amante.
Petrarca innova aportando elementos nuevos:

● Análisis pormenorizado del proceso amoroso, el amor es un


conflicto íntimo y se expresa en sentimientos contradictorios.
Paz no encuentro, y no tengo armas de guerra;
temo y espero; ardiendo estoy helado;
vuelo hasta el cielo, pero yazgo en la tierra;
no estrecho nada, al mundo así abrazado.

● Humaniza la figura de la amada: la describe físicamente, exalta su


belleza y alaba su virtud y perfección moral. No es la “señora” sino
una criatura angélica, que provoca en el corazón del amante un deseo
de belleza, bondad y perfección moral.

Oro el cabello, el rostro nieve ardiente,


cejas de ébano y ojos como estrellas

● La Naturaleza como reflejo o como marco de su estado de ánimo.

Valle que de mis quejas hoy se llena,


río que con mi llanto amargo creces,
fieras silvestres, lindas aves, peces
a los quena, y la otra, orilla frena.

● Y, sobre todo, Petrarca acierta en el hallazgo de un tono de franqueza y confesión íntima


desconocidos hasta entonces.

No hay médula en mis huesos, sangre en fibra


que no hayan temblado cuando he ido
junto a la que en su peso suspendido
me tiene, y muerte y vida allí equilibra.

● Recursos: motivos clásicos, carpe diem, locus amoenus, comparaciones y metáforas latinas.
● Estilo: el poema busca la claridad y la expresión sencilla, utiliza muchas imágenes. Los recursos
más usados, además de la metáfora, son las antítesis, las paradojas y correlaciones, algunas
aliteraciones y comparaciones ingeniosas.
● Se renueva la métrica: endecasílabos, sonetos, silvas, églogas, madrigal, etc.

El petrarquismo en Europa
Italia: Bembo
Francia: Ronsard y La Pléyade (Constelación de siete estrellas).
Inglaterra: Spenser
España: Garcilaso, Boscán...

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La donna angelicata de Dante
Mora Amor en los ojos de mi amada ¡Oh mujeres, le cumple ser loada!
por lo cual cuanto mira se ennoblece. Toda humildad y toda dulcedumbre
Aquel a quien saluda se estremece: nace oyendo su voz pura y afable.
todo mortal le lanza su mirada. Dichoso el hombre que la vio primero.
Si ella baja la faz, el todo es nada, Cuando sonríe -que su boca es lumbre-
el ánimo en quejumbre desmerece, se magnifica y hácese inefable
muere soberbia, cólera perece. porque es algo divino y hechicero.

El Cancionero de Petrarca
Petrarca es el primer lírico que compuso un libro con sentido unitario: el amor no correspondido. Aunque
todavía idealice a Laura, el amor adquiere en él una dimensión más terrenal y humana que en Dante. Las
rimas compuestas mientras vivía Laura están teñidas de angustia y culpabilidad, la desea y la venera al
mismo tiempo. Las compuestas tras la muerte de la amada, que ya es espíritu puro y símbolo divino,
muestran un corazón que alcanza la paz y la serenidad.
LXI CXXXIV
Bendito sea el día, el mes y el año, Paz no encuentro, y no tengo armas de guerra;
y la estación, la hora y el instante, temo y espero; ardiendo, estoy helado;
y el país, y el lugar donde fui preso vuelo hasta el cielo, pero yazgo en tierra;
de los dos bellos ojos que me ataron; no estrecho nada, al mundo así abrazado.
y bendito el afán dulce primero Quien me aprisiona no me abre ni cierra,
que al ser unido con Amor obtuve, por suyo no me da, ni me ha soltado;
y el arco y las saetas que me hirieron, y no me mata Amor ni me deshierra,
y las llagas que van hasta mi pecho. ni quiere verme vivo ni acabado.
Benditas cuantas voces esparciera Sin lengua ni ojos veo y voy gritando;
al pronunciar el nombre de mi dueño, auxilio pido, y en morir me empeño;
y el llanto, y los suspiros, y el deseo; me odio a mí mismo, y alguien me enamora.
y sean benditos los escritos todos Me nutro de dolor, río llorando;
con que fama le doy, y el pesar mío, muerte y vida de igual modo desdeño:
que pertenece a ella, y no a otra alguna. en este estado me tenéis, señora.

TEMAS CONSTANTES: CARPE DIEM


En el Renacimiento reaparece el tema clásico del carpe diem asociado al de la brevedad de la vida de la
rosa. La frase imperativa en latín «carpe diem», que significa "aprovecha el día de hoy», procede de la oda
XI del Libro I de Horacio:
Mientras hablamos, huye el tiempo enemigo;
aprovecha el momento, sin fiar en absoluto en el mañana.
En la poesía grecolatina aparecía frecuentemente el tema de la fugacidad de la vida tratado desde una
perspectiva epicúrea, según la cual hay que aprovechar toda ocasión de gozo en la breve existencia. En el
siglo IV, el poeta latino Ausonio dio una forma simbólica al tema usando la imagen de la rosa, como
imagen de la belleza transitoria de la vida humana ( «Collige, virgo, rosas dum flos novus et nova
pubes...»):
Recoge, doncella, las rosas mientras esté nueva la flor de tu juventud,
y ten presente que de la misma manera la vida se te va.
En la literatura cristiana medieval de carácter didáctico, surge el motivo de la brevedad de la vida y de la
conveniencia de aprovecharla como preparación para morir cristianamente. Finalmente el tópico se
actualiza en el Renacimiento retomando la visión epicúrea de los clásicos. Éste es el tema central del
soneto XXIII de Garcilaso de la Vega:

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En tanto que de rosa y de azucena
Aquí el tema del tiempo se dramatiza a través de la voz masculina del poeta, que aconseja
interesadamente a la dama que aproveche su juventud. El tópico del carpe diem mantiene su vigencia en
la literatura del Barroco, cuando se percibe una verdadera obsesión por el paso del tiempo.

CLXXXI CXXXII
Amor tejió en la hierba una red bella Si no es amor, ¿qué es esto que yo siento?
con perlas y con oro bajo un ramo Mas si es amor, por Dios, ¿qué cosa y cuál?
del árbol siempre verde, tan amado, Si es buena, ¿por qué es áspera y mortal?
aunque triste y no alegre sea su sombra. Si mala, ¿por qué es dulce su tormento?
Cebo fue la semilla que él cultiva, Si ardo por gusto, ¿por qué me lamento?
dulce y amarga, a la que ansío y temo; Si a mi pesar, ¿qué vale un llanto tal?
las notas nunca fueron tan süaves Oh viva muerte, oh deleitoso mal,
desde el día en que Adán abrió los ojos. ¿por qué puedes en mí, si no consiento?
La clara luz que al sol oscurecía Y si consiento, error grave es quejarme.
fulguró, y el cordel tuvo la mano Entre contrarios vientos va mi nave
que al marfil y a la nieve superaba. -que en altamar me encuentro sin gobierno-
Así caí en la red, pues me acogieron tan leve de saber, de error tan grave,
sus palabras angélicas, sus modos, que no sé lo que quiero aconsejarme
y el placer y el deseo y la esperanza. y, si tiemblo en verano, ardo en invierno.
1. ¿A qué parte del Cancionero pertenecen estos sonetos? ¿In vita o In morte?
2. Señala de qué manera describe a la amada: epítetos, imágenes, y comparaciones.
3. Señala con un color los términos que están referidos al aspecto físico y en otro los espirituales.
4. Analiza las palabras relativas a los sentidos y relaciónalo con el Petrarquismo.
5. ¿De qué modo espiritualiza la imagen de Laura en estos sonetos?
CCLXXIX CCLXXXVIII
Si el llanto de las aves, o el murmullo Yo llené de suspiros este aire,
del aura entre las ramas en verano, mirando desde el monte la llanura
o el ronco murmurar de claras aguas donde naciera aquella que, en su mano
se escuchan por la verde y fresca orilla, mi corazón teniendo en flor y en fruto,
donde de amor yo escriba pensativo, subió al cielo, y de tal modo me ha dejado
a quien guarda la tierra, y mostró el cielo, con su raudo partir, que, desde lejos
entiendo, y oigo, y veo que aún viva vanamente buscándola mis ojos,
desde lejos responde a mis suspiros. no dejan ya cansados lugar seco.
«Ay, ¿por qué antes de tiempo te consumes? No existe zarza o piedra en estos montes,
-me dice con piedad- ¿por qué derramas ni rama o fronda verde en estos llanos,
un río doloroso por tus ojos? ni flor en estos valles, hoja o hierba,
Por mí no llores más, porque la muerte ni brotan de estas fuentes agua alguna,
en la luz interior me volvió! ni hay fiera tan salvaje en estos bosques,
cuando al cerrar los ojos, los abría». que no sepan cuán áspera es mi pena.

1. El tema de la naturaleza formó parte de las preocupaciones del Renacimiento. ¿Cómo es esa
naturaleza en estos poemas? ¿Qué palabras te lo dicen?
2. Los dos sonetos hablan ya de la amada cuando está muerta. En el segundo el poeta parece que
está retirado en el campo, parece un pastor que llora y suspira por la muerte de su amada.
¿Cómo es su pena? ¿Cómo se puede consolar, si es que tiene alivio su pena?

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CLIX Mis venturas se acercan lentamente,
¿En qué parte del cielo, y en qué idea dudando espero, el ansia en mí renace,
fue el modelo que usó naturaleza y aguardar y apartarme me desplace,
para ese bello rostro donde quiso pues se van, como el tigre, velozmente.
mostrar aquí el poder que tiene arriba? Ay de mí, nieve habrá negra y caliente,
¿Qué ninfa en fuente, en qué selva una diosa sierras con peces, mar que olas no hace,
al aire un oro dio de tal finura? y el sol se acostará por donde nace
¿Cuándo un pecho acogió virtud tan pura, Eufrate y Tigris de una misma fuente,
aunque culpable de mi muerte sea? antes que ella una tregua, o paz, me ofrezca,
Por ver beldad divina en vano mira o Amor otro uso enseñe a mi señora,
quien los ojos no vio que, suavemente, que en contra mía ya han pactado alianza:
hacia quien la contempla a veces gira: que si algo hay dulce, tras la amarga hora,
ni cuán duro es Amor, y cuán clemente, hace el desdén que el gusto desfallezca;
sabe quien nunca vio cómo suspira, y de sus gracias nada más me alcanza.
y cómo ríe y habla dulcemente.
● ¿Cómo describe a la mujer? Señala las palabras y expresiones que la describen físicamente y en virtudes.
● ¿Qué aspecto del poema anuncia la estética renacentista?
● ¿Qué recursos propios del petrarquismo aparecen en este soneto?
● ¿Cómo se muestra el amor en este poema? ¿Qué efecto tiene?

Pierre de Ronsard
Hoy te envío estas flores que mi mano Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela
acaba de cortar recién abiertas, hilando y devanando, sentada junto al fuego,
que de no recogerlas hoy temprano dirás maravillada, mientras cantas mis versos:
las habría encontrado el alba yertas. «Ronsard me celebraba, cuando yo era
Ellas recuerdan el destino humano, hermosa»,
porque tus gracias y bellezas ciertas Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga
se agostarán en día no lejano y que medio dormida ya por la labor
y estarán, pronto, como flores, muertas. se despierte al oír el sonido de mi nombre,
Se va el tiempo, mi amiga... mas no es cierto: bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza.
somos nosotros, !ay! , los que nos vamos. Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos
Ni de ti ni de mí quedará huella. reposaré junto a la sombra de los mirtos,
Y cuando tú estés muerta y yo esté muerto, y tú serás una anciana junto al hogar encogida.
nada habrá de este amor de que hoy hablo Lamentando mi amor y tu desdén altivo
ámame, entonces, mientras eres bella. Vive, créeme, no aguardes a mañana:
Coge desde hoy las rosas de la vida.

1. ¿Qué tópico literario recrea Ronsard?


2. ¿Qué recursos aparecen en el poema?
3. ¿Dirías que es petrarquista? Explícalo.

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Mora Amor en los ojos de mi amada
por lo cual cuanto mira se ennoblece.
Aquel a quien saluda se estremece:
todo mortal le lanza su mirada.
Si ella baja la faz, el todo es nada,
el ánimo en quejumbre desmerece,
muere soberbia, cólera perece.
¡Oh mujeres, le cumple ser loada!
Toda humildad y toda dulcedumbre
nace oyendo su voz pura y afable.
Dichoso el hombre que la vio primero.
Cuando sonríe -que su boca es lumbre-
se magnifica y hácese inefable
porque es algo divino y hechicero.

Este soneto consta de tres partes. En la primera explico cómo dicha mujer reduce a acto la mencionada
potencia con la nobleza que emana de sus ojos, y en la tercera explico lo mismo con referencia a su
nobilísima boca; pero entre ambas partes hay otra cosa menor que, por decirlo así, se auxilia en la
precedente y en la siguiente y que empieza en «¡Oh mujeres!», mientras la tercera empieza en «Toda
humildad». La primera parte se divide a su vez en tres. En la primera digo cómo tiene la virtud de
embellecer todo cuanto mira, lo cual equivale a decir que conduce a Amor en potencia allí donde no
está; en la segunda digo cómo reduce en acto a Amor en los corazones de todos aquellos a quienes ve,
y en la tercera digo cómo reduce en acto a Amor, en los corazones de todos aquellos a quienes mira. La
segunda empieza en «Aquel a quien saludo»; la tercera, en «Todo mortal». Luego, al decir «¡Oh
mujeres!», doy a entender a quién tengo intención de hablar, invitando a las mujeres para que ayuden a
rendir pleitesía a mi amada. Después, al decir: «Toda humildad», repito lo ya dicho en la primera parte,
pero con referencia a dos funciones de su boca, una de las cuales es su dulcísima voz y otra su admirable
sonrisa, si bien no digo de esta cómo actúa en otros corazones, pues la memoria no puede recordarla ni
recordar sus efectos.

Comenta el siguiente soneto de Petrarca: tema, estructura, elementos petrarquistas,


figuras retóricas…
Puedes consultar el tema y las preguntas de los sonetos que hemos visto en clase.
1. Visión de la mujer en el soneto.
2. Sentimiento que expresa. ¿Es el mismo tema?
3. Compara este poema con otros que hemos visto del tema y comprueba si hay alguno que se le parezca.
4. Estructura: justifica si haces más de una parte, resume la idea principal de cada parte y busca elementos
lingüísticos o retóricos que ayudan a diferenciar las dos partes.
5. Señala las figuras retóricas de forma clara y señala si son propias del petrarquismo.

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Comenta el siguiente soneto de Petrarca

Volaba la dorada cabellera


a Laura que en mil nudos la envolvía,
y de los ojos el fulgor ardía,
como el sol en mitad de su carrera.

De su piedad, o falsa o verdadera,


en el color de su rostro se teñía:
yo que al amor dispuesto me sentía,
¿qué mucho fue que de improviso ardiera?

No era su leve andar humana cosa,


sino de forma angélica y volante;
no mortal parecía, sino diosa:

y al mirarla así sola semejante


por lo bella, modesta y pudorosa,
yo ser juraba su inmortal amante.

Volaba la dorada cabellera Epíteto Petrarquismo


a Laura que en mil nudos la envolvía, Hipérbaton, también en 3.
y de los ojos el fulgor ardía, Metáfora. Petrarquismo
como el sol en mitad de su carrera. Símil. Alusión a la naturaleza, propia
del estilo petrarquista.

De su piedad, o falsa o verdadera, Antítesis. Petrarquista.


Descripción de Laura psíquica
en el color de su rostro se teñía: La cara es espejo del alma.
yo que al amor dispuesto me sentía, Análisi pormenorizado del amor.
Aparece el yo lírico.
¿qué mucho fue que de improviso ardiera? Enamoramiento. Interrogación retórica.
Metáfora con el fuego de amor.

No era su leve andar humana cosa, Divinización de Laura. Metonimia


porque se refiere solo al andar, pero
realmente está hablando de Laura.
sino de forma angélica y volante; Donna angelicata.
no mortal parecía, sino diosa: Antítesis petrarquista. Símil.

9
y al mirarla así sola semejante Aparece de nuevo el yo y expresa el
momento del enamoramiento. Se
produce por la mirada, propio del
Petrarquismo.
por lo bella, modesta y pudorosa, Nueva caracterización de Laura
físicamente y psíquicamente
yo ser juraba su inmortal amante. Entrega del amante. Más allá de la
muerte.

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Análisis literario de un soneto petrarquista

Volaba la dorada cabellera Muerte ha apagado el Sol que me cegaba,


a Laura que en mil nudos la envolvía, y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse;
y de los ojos el fulgor ardía, roble y olmo el laurel veo convertirse;
como el sol en mitad de su carrera. tierra es la que frío y calor daba:

De su piedad, o falsa o verdadera, y, viendo así mi bien, el mal no acaba.


en el color de su rostro se teñía: No es ya quien hace en el temor hundirse
yo que al amor dispuesto me sentía, mi cuidado, o helarse o consumirse,
¿qué mucho fue que de improviso ardiera? ni quien de fe lo llena o daño agrava.

Fuera del alcance del que inferna,


No era su leve andar humana cosa, que me hizo largo daño, hoy amanezco
sino de forma angélica y volante; y me hallo en libertad amarga y tierna;
no mortal parecía, sino diosa:
y ante el Señor al que amo y agradezco,
y al mirarla así sola semejante que el Cielo con el ceño ata y gobierna,
por lo bella, modesta y pudorosa, cansado y satisfecho comparezco.
yo ser juraba su inmortal amante.

Solo y pensativo, los campos más desiertos Sus ojos que canté amorosamente,
voy hollando con pasos tardos y lentos, su cuerpo hermoso que adoré constante,
con los ojos bien abiertos para huir y que vivir me hiciera tan distante
de cualquier vestigio humano dejado en la arena. de mí mismo, y huyendo de la gente,
No encuentro otro medio que me sustraiga
de la manifiesta atención de la gente, Su cabellera de oro reluciente,
pues en los actos destemplados la risa de su angélico semblante
bien puede leerse que por dentro ardo. que hizo la tierra al cielo semejante,
Así que creo que montes y llanos, ¡poco polvo son ya que nada siente!
ríos y bosques sabrán ya lo que me atempera
la vida, aquello que pretendo ocultar a los demás. ¡Y sin embargo vivo todavía!
No encuentro rincón áspero y salvaje A ciegas, sin la lumbre que amé tanto,
al que Amor no acuda siempre surca mi nave la extensión vacía...
a hablar conmigo, y yo con él.
Aquí termine mi amoroso canto:
seca la fuente está de mi alegría,
mi lira yace convertida en llanto.

1. Idea principal de cada una de las estrofas.


2. Señala los verbos. ¿En qué persona están? ¿En qué tiempo verbal? ¿En qué verso o estrofa
aparece el yo lírico?
3. Estructura: divide el texto en partes.
4. Analiza en los poemas las siguientes cuestiones:
a. La naturaleza.
b. Estado anímico del yo lírico. Señala las palabras que lo indican.
c. Señala las características del Petrarquismo en cada soneto.
5. ¿Cuál es el tema del poema?
6. Señala las figuras retóricas que encuentres.
7. Redacta un texto de cuatro o cinco líneas con la sensación que te ha provocado.

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Muerte ha apagado el Sol que me cegaba,
y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse;
roble y olmo el laurel veo convertirse;
tierra es la que frío y calor daba:

y, viendo así mi bien, el mal no acaba.


No es ya quien hace en el temor hundirse
mi cuidado, o helarse o consumirse,
ni quien de fe lo llena o daño agrava.

Fuera del alcance del que inferna,


que me hizo largo daño, hoy amanezco
y me hallo en libertad amarga y tierna;

y ante el Señor al que amo y agradezco,


que el Cielo con el ceño ata y gobierna,
cansado y satisfecho comparezco.

Muerte ha apagado el Sol que me cegaba,


y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse;
roble y olmo el laurel veo convertirse;
tierra es la que frío y calor daba:

Laura ha muerto y el yo lírico queda en tinieblas.

y, viendo así mi bien, el mal no acaba.


No es ya quien hace en el temor hundirse
mi cuidado, o helarse o consumirse,
ni quien de fe lo llena o daño agrava.

El yo se hunde en una desolación profunda.

Fuera del alcance del que inferna,


que me hizo largo daño, hoy amanezco
y me hallo en libertad amarga y tierna;

Yo libre: es libre porque ella ha muerto, pero eso no le hace feliz.

y ante el Señor al que amo y agradezco,


que el Cielo con el ceño ata y gobierna,
cansado y satisfecho comparezco.

Acepta la muerte de Laura ante Dios

El texto pertenece a la segunda parte del libro, “In morte”. El yo lírico se lamenta de la muerte de Laura, pero
acepta su destino con resignación cristiana. Los dos cuartetos expresan el estado anímico después de la muerte de
Laura. Los dos tercetos suponen la aceptación cristiana.

Los verbos están en presente o en un pasado actual (ha apagado).

La naturaleza aparece brevemente y solo como referencia.

Muerte ha apagado el Sol que me cegaba,


y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse;
roble y olmo el laurel veo convertirse;
tierra es la que frío y calor daba:

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y, viendo así mi bien, el mal no acaba.
No es ya quien hace en el temor hundirse
mi cuidado, o helarse o consumirse,
ni quien de fe lo llena o daño agrava.

Fuera del alcance del que inferna,


que me hizo largo daño, hoy amanezco
y me hallo en libertad amarga y tierna;

y ante el Señor al que amo y agradezco,


que el Cielo con el ceño ata y gobierna,
cansado y satisfecho comparezco.

El estado anímico se refleja en las siguientes palabras:

Muerte ha apagado el Sol que me cegaba,


y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse;
roble y olmo el laurel veo convertirse;
tierra es la que frío y calor daba:

y, viendo así mi bien, el mal no acaba.


No es ya quien hace en el temor hundirse
mi cuidado, o helarse o consumirse,
ni quien de fe lo llena o daño agrava.

Fuera del alcance del que inferna,


que me hizo largo daño, hoy amanezco
y me hallo en libertad amarga y tierna;

y ante el Señor al que amo y agradezco,


que el Cielo con el ceño ata y gobierna,
cansado y satisfecho comparezco.

Petrarquismo: es un poema petrarquista porque presenta un momento concreto del proceso amoroso, una vez que
Laura ha muerto. El yo lírico acepta su llanto con resignación cristiana. La muerte está representada por palabras
relacionadas con la frialdad: helarse, frío. El estado anímico, como siempre en estos poemas, se refleja en
sentimientos contrariados, está libre porque ella ha muerto, pero triste porque no la tiene. El amor le hizo daño,
del que ahora se libera. No obstante, hay algunos elementos que aparecen:

Muerte ha apagado el Sol que me cegaba, metáfora


y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse;
roble y olmo el laurel veo convertirse; símbolo
tierra es la que frío y calor daba: antítesis

y, viendo así mi bien, el mal no acaba. antítesis


No es ya quien hace en el temor hundirse
mi cuidado, o helarse o consumirse,
ni quien de fe lo llena o daño agrava.

Fuera del alcance del que inferna,


que me hizo largo daño, hoy amanezco
y me hallo en libertad amarga y tierna; antítesis

y ante el Señor al que amo y agradezco, anáfora en los versos 5, 11 y 12. Une las estrofas de las dos partes.
que el Cielo con el ceño ata y gobierna,
cansado y satisfecho comparezco.

13
L

Sus ojos que canté amorosamente,


su cuerpo hermoso que adoré constante,
y que vivir me hiciera tan distante
de mí mismo, y huyendo de la gente,
Recuerdo del yo cuando estaba enamorado.
Su cabellera de oro reluciente,
la risa de su angélico semblante
que hizo la tierra al cielo semejante,
¡poco polvo son ya que nada siente!
La muerte devora la belleza.
¡Y sin embargo vivo todavía!
A ciegas, sin la lumbre que amé tanto,
surca mi nave la extensión vacía...
Su vida continúa sin el amor de Laura
Aquí termine mi amoroso canto:
seca la fuente está de mi alegría,
mi lira yace convertida en llanto.
Es el final de la lírica, del canto.
El soneto está en la segunda parte del libro y el sentimiento expresado es de agotamiento del llanto, la decisión de
no escribir más.
Los dos cuartetos se refieren a la amada: descripción y muerte.
Los dos tercetos: el yo lírico decide dejar de escribir sobre Laura.
En la primera parte abundan los verbos en pasado, mientras que en la segunda son en presente. El recuerdo ocupa
las dos primeras estrofas, mientras que los tercetos se refieren al presente.
Es un texto petrarquista porque cumple algunas de las características más relevantes de esta corriente literaria. Ella
es absolutamente bella, rubia, de aspecto angelical. Expresa momentos del proceso amoroso, en este caso,
después de la muerte.
El tema es la decisión de no escribir más.
En cuanto al análisis estilístico, debe señalarse que aparecen las figuras retóricas propias de estos poemas: los dos
cuartetos están unidos por una anáfora (su). Metonimia en el primer versos, puesto que él canta a Laura por
completo, no solo sus ojos. La metáfora referida al cabello también es propia del petrarquismo, así como el
angélico semblante, que contiene un epíteto.
El verso 8 se cierra con una exclamación que revela la muerte, mientras que el verso 9 señala la vida del yo lírico,
son versos antitéticos. Las metáforas finales, referidas a la amada y al amor, lumbre=ojos=amor, nave=vida;
fuente=amor y llanto. Mi lira es “la poesía”, que ha dejado de ser poesía para ser llanto, no puede escribir más
porque está llorando. Hay una personificación en el verso 8: el polvo no siente.

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