Está en la página 1de 16

BREVE HISTORIA DE LA POESÍA

POESÍA ORIENTAL

 La poesía tiene su origen, al igual que la civilización, en los pueblos


orientales. En general, las literaturas orientales son muy ricas en dicho
género literario. En este ensayo sólo nos detendremos en aquellas obras o
poetas que han tenido repercusión y/o influencia en occidente, puesto que
se trata de poesía producto de una mentalidad completamente distinta a
nuestra condición de pueblos occidentales y que, además, cuenta con una
enorme producción.

1.- POEMAS ACADIOS: En Mesopotamia, el rey Assurbanipal creó en Nínive


una de las primeras bibliotecas de las que se tiene constancia en la historia.
Ello ha permitido a los arqueólogos descubrir dos extensos e importantes
textos: Enuma Elish o Poema de la Creación, que se supone escrito en la
primera parte del segundo milenio a.C., y cuenta cómo se organizó el mundo
después del caos primitivo; y la Epopeya de Gilgamesh, que cuenta las
aventuras del fundador y rey de Uruk, personaje real magnificado por el
mito. Esta última obra tuvo mucha influencia en siglos posteriores, en el
Génesis bíblico, en la Odisea y en la leyenda de Hércules.

2.- LA BIBLIA: En la Biblia se pueden rastrear testimonios de la poesía


hebraica más antigua. Así encontramos pasajes líricos en el Libro de los
Salmos, el Cantar de los Cantares del rey Salomón, o en el Libro de Job,
entre otros. Los estudiosos no se ponen de acuerdo a la hora de fechar
estas composiciones y dan unas fechas muy vagas, que oscilan entre los
siglos XI a III a.C.

3.- POESÍA CHINA: La muestra más antigua de poesía china es el Shih


Ching, una antología de poemas de la dinastía Chou, que remonta sus
orígenes al siglo XVIII a.C.. Se cree que entre los años 1.122 a 570 a.C.
existieron unos 3.000 poemas y fue el gran maestro Confucio quien, en el
siglo V a.C., compiló las 305 piezas que conforman el libro para utilizarlas
como texto de su enseñanza para las élites, insistiendo en la teoría de
guardar el corazón recto. Se trata de poemas de contenido extenso y de
expresión espontánea, simple e íntima, que refleja los sentimientos de la
gente corriente, y cuya influencia llega hasta la actualidad.

Durante la dinastía Han (206 a.C. – 221 d.C.) hay que destacar al
Emperador Wu, célebre por sus campañas en el centro de Asia, por su
poesía y por su protección de las artes y las letras. La dinastía Tang (618-
960) está considerada como la Edad de Oro de la poesía china. De ella se
conservan alrededor de 50.000 poemas de una gran cantidad de poetas,
como Wang Wei, Tu Fu y, sobre todos ellos, la figura mítica de Li Po,
considerado el poeta más grande de China. Posteriormente cabe mencionar
a Wan Nan Che y Li Ts’ing Chao, de la dinastía Song (960-1279) y a Kao
Ki y Wu Seu-Tao de la dinastía Yuan.

4.- POESÍA JAPONESA: La literatura en Japón nace tardíamente, hacia el


siglo VI d.C., claramente influenciada por la china. En ella predomina la
delicada sensibilidad, y en sus orígenes se plasmaba en una estrofa llamada
"tanka" (corto) de 31 sílabas repartidas en cinco versos, que con el tiempo
se transformará en otra denominada "haikai" (más corto), de 17 sílabas
contenidas en tres versos. Matsuo Bashô (1644-1694) es la gran figura del
haiku y se le considera el poeta más grande de la historia de Japón. A su
muerte, un grupo de poetas llamado Los Diez Filósofos se encargan de
mantener su llama, enseñando a muchos poetas jóvenes. Otros poetas
clásicos son Onitsura (1660-1738), Chiyo (1701-1775), considerada la mayor
poetisa de haiku de Japón y discípula de uno de los 10 filósofos, Yosa
Buson  (1716-1783), que creó una escuela propia, y Issa Kobayashi (1762-
1826), que no tuvo maestros ni discípulos y se caracterizó por realizar haikus
a las cosas más insignificantes de la naturaleza, como insectos, ranas o
caracoles. A finales del siglo XIX, la apertura de Japón al mundo supuso un
cambio en su literatura, considerándose a Shiki Masaoka (1867-1902) como
el gran renovador de la poesía japonesa.

5.- POESÍA INDIA: Dos grandes poemas épicos, situados por los


historiadores alrededor del siglo V a.C., constituyen la epopeya del pueblo
indio: el Ramayana, atribuido a la figura legendaria de Valmiki, narra el
nacimiento y educación de Rama, el destierro en compañía de su esposa, el
rapto de ésta y las vicisitudes por recuperarla; y el Mahabhárata, compuesto
por más de 200.000 versos escritos en sánscrito, que relata la lucha que
sostienen los "pandavas" por la posesión del reino de Hastainapur.

La lírica también es muy abundante en la India. Cabe destacar a Kalidasa, al


que la tradición sitúa en el siglo I d.C., pero los críticos creen más probable
situarle en el VI d.C. Una de sus obras dramáticas, Sakuntala, ha alcanzado
gran popularidad en Europa. Otro autor con repercusión en occidente
es Kabir (1440-1518), místico que expresó una reivindicación de los
derechos del corazón frente al exagerado intelectualismo de la filosofía
vedantista.

6.- POESÍA ÁRABE: Otra lírica que también cuenta con una vasta


producción, pero de escasa repercusión occidental es la árabe. A finales del
primer milenio de nuestra era, la pesimista voz de Omar Khayyam gozó y
goza de gran fama en occidente. Otro poeta muy influyente de la literatura
fue Sadi (S. XIII d.C.), descendiente de Alí, yerno de Mahoma, con una poesía
moralizante sobre los ideales ético – religiosos del mundo musulmán de su
tiempo. Otro importante poeta es Fuzulî (hacia 1500 en el actual Irak) con una
obra muy extensa en árabe, persa y turco, cantando al amor, al sufrimiento y
a la muerte.
POESÍA GRIEGA

 La poesía griega tiene unos orígenes oscuros, por los problemas que plante
la propia historia de Grecia y del resto del mundo en los periodos de
formación de la escritura. Podemos distinguir, a efectos meramente
expositivos, tres períodos:

1).- CIVILIZACIÓN GRIEGA ARCAICA: El origen de la poesía griega hay que


situarlo en Homero, del que no se tiene ningún dato real acerca de su
existencia. Algunos estudiosos creen que se trataba realmente de un título
como posteriormente fueron "bardo", "juglar" o "trovador", por lo que
prefieren hablar de poemas homéricos. La Ilíada se supone compuesta en el
siglo VIII a.C. y canta el hecho histórico más notable del pueblo griego: la
guerra de Troya, aunque el relato se ha embellecido con muchos detalles
fantásticos y mitológicos. La Odisea se cree compuesta cincuenta años
después, y narra el regreso de Odiseo (Ulises) a su patria, con todos sus
viajes y aventuras que preparan la venganza final. Ambas obras han servido
de influencia a todas las culturas mediterráneas, llegando a nuestra época
con el mismo interés que hace tres mil años.

A finales del siglo VIII a.C. surge la figura de Hesíodo, que continúa
utilizando los procedimientos y los metros de la poesía homérica, pero con
un espíritu muy diferente y aplicando su imaginación sobre los aspectos del
realismo de la vida cotidiana.

La poesía épica se marchitó rápidamente dando lugar a una nueva poesía


caracterizada por la influencia de la música oriental y al mismo tiempo por el
individualismo de los griegos: la lírica. Cabe considerar como padre de la
misma a Arquíloco de Paros (S.VII a.C.), La poesía lírica pronto contó con
importantes poetas, como Tirteo (S.VII a.C.), Alceo (S.VI a.C.) y sobre
todo Safo de Lesbos (S.VI a.C.), a la que Platón llamó "la décima musa".

2).- LA GRECIA CLÁSICA: La poesía lírica culmina en el siglo V a.C.


con Anacreonte, que compuso sus versos para ser cantados a una sola voz
al son de la cítara, y sobre todo con Píndaro de Tebas, que compuso 17
libros de Odas en las que cantó a los atletas vencedores en los juegos
públicos, y que se dividen, según estos,
en Olímpicas, Píticas, Nemeas e Istmicas. Píndaro es el más grande de los
poetas líricos griegos y a la vez el último, pues el género se extingue en el
siglo IV a.C.

3).- LA ÉPOCA HELENÍSTICA: A partir del siglo III a.C. comienza la


decadencia de la cultura griega y consecuentemente de su poesía. Hay que
señalar la aparición de un género nuevo: el poema didáctico, consagrado a
la exposición de conocimientos científicos. Hubo poemas de agronomía,
medicina, plantas medicinales, serpientes venenosas, etc., pero el que más
éxito alcanzó fue Los Fenómenos de Arato de Soles, un tratado sobre las
teorías astronómicas de Eudoxeo, ya anticuadas cuando se escribió el
poema. También en este género hay que destacar a Licofrón, con la
obra Alexandra, que es una recopilación de profecías puestas en boca de la
troyana Casandra, y a Calímaco de Alejandría, autor de himnos, elegías,
epopeyas y amante a los mitos y episodios poco conocidos.

Precisamente un discípulo de Calímaco, Apolonio de Rodas, resucita la


poesía épica con su Argonáuticas, 6.000 versos para cantar las aventuras de
Jasón en busca del vellocino de oro.

Como cierre de oro a una cultura fascinante, aparece otro género nuevo: los
epigramas, que eran pequeñas obras, derivadas de las inscripciones
métricas que se grababan sobre las tumbas, y que exigían gran destreza
para encerrar en algunos versos un sentimiento valedero o espontáneo. En
este arte destacan Teócrito de Siracusa (330-240 a.C.), también máximo
representante de la poesía bucólica, y Maleagro (140-60 a.C.), al que además
le corresponde el honor de ser el primero en realizar una antología de
epigramas de autores de la época.

POESÍA LATINA

En los primeros tiempos, la península itálica contaba con tres lenguas sin
literatura propia: el osco, el humbro y el latín. Con el paso del tiempo, y
coincidiendo con el crecimiento político y militar de Roma, el latín adquiere
preponderancia y surgen los primeros textos literarios hacia el siglo III a.C.,
por contacto con la literatura griega, aunque su influencia se irá paliando
debido a las características del latín, muy distinto del griego, escindiéndose
en dos direcciones: los historiadores y los poetas emplean un lenguaje
rígido y de precisión lapidaria, mientas que los comediógrafos emplean un
lenguaje más popular. La poesía latina suele dividirse en tres períodos:

1).- ARCAICO (Siglo III – 78 a.C.): En el siglo III a.C., Livio Andrónico realiza


una traducción muy libre de la Odisea, que ejercerá una enorme influencia
en Roma. Con Ennio (239-169 a.C.) la poesía épica se consolida con Anales,
considerada la epopeya nacional hasta la aparición de la Eneida. Como
derivación de la épica surge la poesía didáctica, que tiene como finalidad no
los mitos sino la enseñanza, y cuya máxima figura es Lucrecio Caro (S. I
a.C.) con una obra poético – filosófica influenciada por las doctrinas de
Epicuro.

En el siglo II a.C. aparece un género nuevo y genuinamente romano, la sátira,


considerándose padre de la misma a Lucilio (hacia 180 a.C.), el cual, con un
lenguaje popular, utiliza la poesía para realizar feroces críticas a personajes,
vicios de la sociedad, literatura o teorías filosóficas.

2).- CLÁSICO (78 a.C. - 14 d.C.): Coincidiendo con los últimos tiempos de la


República y el reinado de Augusto surge la voz de Virgilio (70 a.C. - 19 d.C.),
uno de los más grandes poetas latinos y de los que más influencia ejercieron
para la posteridad, que cultivó prácticamente todos los géneros, con sus
obras Bucólicas, sobre su profundo amor a la naturaleza, Geórgicas, en el
que habla del cultivo del campo, y sobre todo, la Eneida, donde narra el
origen y crecimiento del pueblo romano.

En la primera mitad del siglo I a.C. aparecen los poetas


denominados neotéricos, que, abandonando la épica, propugnaron la
realización de pequeñas composiciones sobre la intimidad y la vida privada,
buscando la perfección métrica. Su mayor figura fue Catulo (84-54 a.C.),
cuyos temas fueron muy variados: la tristeza del amor, el erotismo,
descripciones de la naturaleza, sátiras privadas e incluso pasquines
políticos. Otro gran lírico fue Ovidio (43 a.C. – 17 d.C), que conoció la vida
espléndida y alegre de Roma y murió desterrado en el Ponto Euxino.
Precisamente su destierro le consagró como poeta elegíaco. Su obra capital
es la Metamorfosis.

Cerrando el periodo clásico aparece otra gran figura, Horacio (68 – 8 a.C.),


gran cultivador de la sátira, pero, a diferencia de períodos anteriores (la
situación política tampoco era la propicia) reprende con suavidad irónica y
prudente, y difícilmente se pueden conocer los destinatarios de sus poemas.

3).- IMPERIAL (14-117 d.C.): En el siglo I d.C. el "español" Lucano supone el


único intento de resucitar la épica con la Farsalia, sobre la guerra civil entre
César y Pompeyo, aunque la obra se resiente un poco por su extensión (10
libros), su minucioso carácter histórico y su trasfondo moral.

La gran producción poética de esta etapa se produce en el terreno de la


sátira. Persio (34-62 d.C.) puso su poesía al servicio de la filosofía estoica
y Juvenal (60-130 d.C.) fustigó las corrompidas costumbres de su tiempo
con unas sátiras feroces. Marcial (S. I d.C.) recuperó el epigrama griego de la
época helenística para hacer una poesía de alta calidad referida a personas,
cosas y sucesos de su tiempo.

Boecio (480-525) marca el fin de la poesía latina propiamente dicha. Fue un


neoplatónico cuyas conclusiones van a parar a términos idénticos a la
ideología cristiana, lo que, unido a su ejecución por causas políticas, le ha
conferido la condición de mártir cristiano.

POESÍA MEDIEVAL

Con la caída del Imperio Romano, una gran incultura se apoderó de Europa.
Prácticamente sólo en los monasterios conocían la escritura, por lo que la
poesía era eminentemente oral. La incultura y la oralidad van a provocar la
paulatina desaparición del latín y la formación de las lenguas denominadas
"romances", que a partir del siglo XI van a ser las utilizadas en las distintas
literaturas.
1).- CANTARES DE GESTA: Existían unos grupos de recitadores, cantores y
músicos, denominados comúnmente "juglares", que recorrían ciudades,
pueblos, castillos y señoríos feudales recitando versos, cantando e incluso
haciendo de saltimbanquis. A lo largo del tiempo las composiciones se iban
aumentando y embelleciendo hasta tal punto que antiguas historias reales
se convertían en leyendas. La escritura ha conservado algunos restos de
estas tradiciones orales, permitiéndonos conocer las epopeyas nacionales
de los pueblos: son los Cantares de Gesta. Así los pueblos germánicos nos
dejaron el Cantar de Hildebrando (S. IX) y, sobre todo, Los
Nibelungos (S.XIII), que narra la pasión y muerte de Sigfrido y la venganza de
su esposa. La literatura anglosajona nos dejó el Beowulf (hacia el año 1000)
sobre las guerras entre gautas con francos y frisones, y el importante ciclo
artúrico, compuesto por poemas de juglares que hoy no se conservan pero
se pueden rastrear en las obras en prosa que han llegado hasta nosotros.
Los pueblos escandinavos nos transmitieron sus mitologías en las Eddas,
selección de poemas islandeses de los siglos IX al XII. En Francia hay tres
ciclos importantes: el ciclo de Guillermo de Orange, el ciclo de Doon de
Mayence y el ciclo de Carlomagno, que ha dejado una la de las obras cumbre
de la literatura gala, la Chanson de Roland, que narra la batalla de
Roncesvalles (año 778). En España también se da otra obra maestra de la
literatura, el Poema de Mío Cid, compuesto a mediados del siglo XII, para
algunos anónimo y para otros obra de Per Abbat, que cuenta las
desventuras del Cid Campeador en su destierro.

2).- LOS TROVADORES: En las regiones del Mediodía francés, que durante la


dominación romana se llamaron Aquitania y Galia Narbonense, se desarrolló
una lengua románica, conocida como "provenzal" o "lengua de oc", que
pronto fue apta para la expresión poética. Hay que distinguir la figura del
"trobador", que es el poeta, de la del "joglar", que era quien cantaba la
poesía, aunque la línea no aparezca siempre clara. A partir del siglo XI y
sobre todo en los siglos XII y XIII los trovadores aparecen protegidos en
castillos y palacios, componiendo canciones sujetas a férreos esquemas
estróficos sin ningún tipo de libertad, de temas muy variados. Entre los
numerosos trovadores de los que se tienen constancia cabe destacar
a Ghilhen de Peitieu, Bernart de Ventadorn, Bertran de Born, Giraut de
Bornelh, Raimon de Miravalh, y de manera especial a Arnaut Daniel (S.XII)
máximo exponente del "trobar clus", una poesía hermética dirigida a un
público muy selecto.

3).- ESPAÑA: Una de las primeras manifestaciones fueron las jarchas, breves


composiciones escritas en mozárabe (aunque con grafía árabe) entre los
siglos XI-XIV, cantando al amor de manera sencilla y emotiva. Por otro lado,
los clérigos, poseedores de la cultura latina, advierten que el pueblo no
habla latín y por ello deciden escribir en castellano, utilizando un lenguaje
culto mediante la estrofa cuaderna vía. Es el movimiento denominado Mester
de Clerecía, que floreció entre los siglos XIII y XIV. De entre sus autores hay
que destacar a Gonzalo de Berceo (1195-1268), el primer poeta castellano de
nombre conocido, autor de Los milagros de Nuestra Señora, y a Juan Ruiz,
llamado el Arcipreste de Hita (1283?-1350?), con el Libro de Buen Amor,
documento histórico y literario sobre los usos, costumbres y lengua de la
época. También son destacables las obras anónimas Libro de
Alexandre y Libro de Apolonio, sobre Alejandro Magno y Apolonio de Tiro,
respectivamente.

Fuera del Mester de Clerecía hay que mencionar al rabino Sem Tob (1290-


1369), primer poeta hebreo que escribió en castellano los Proverbios
morales dedicados a don Pedro el Cruel.

En el siglo XIV la poesía deja de estar en las manos únicas de los clérigos, y
aparecen autores como Pero López de Ayala (1332-1407), con su Rimado de
Palacio, donde retrata la corrupción de las costumbres de su tiempo;
el Marqués de Santillana (1398-1458) que mezcló con maestría sus
tendencias cultas con otras de raíz popular; Juan de Mena (1411-
1456), Gómez Manrique (1412-1490) y su sobrino Jorge Manrique (1440-
1478), autor de la poesía elegíaca por excelencia del castellano, las Coplas a
la muerte de su padre, compuesta en una estrofa que, en su honor, se llamó
manriqueña.

Para cerrar este período en España hay que mencionar a Juan del
Encina (1468-1529), poeta y músico al servicio de la casa de Alba y
posteriormente del Papa León X, y la aparición del denominado Romancero
Viejo, compuesto por romances anónimos compuestos entre los siglos XIV y
XVI.

4).- FRANCIA: En el Norte de Francia los troveros imitan en lengua vernácula


la poesía provenzal, sin alcanzar la perfección ni la importancia de aquellos.
Su figura más importante fue Adam de la Halle (1255?-1288).

La figura de Rutebeuf (segunda mitad del S. XIII), primer poeta lírico de


Francia, da paso al más grande poeta medieval, François Villon (1431-?),
nacido en los barrios pobres de París, lo que le llevó a la delincuencia, que le
costó una condena a muerte conmutada por destierro, lo que le hizo
"desaparecer de la historia" con 32 años. Sus famosas Baladas giran
alrededor de la muerte y el arrepentimiento, con un lirismo considerado, aún
hoy, moderno.

5).- GRAN BRETAÑA: En Inglaterra la poesía medieval se centra en la figura


del Geoffrey Chaucer (1340-1400), considerado el padre de la poesía inglesa,
puesto que es el primero en fijar el inglés como lengua poética además de
dotar al mismo de innovaciones métricas y estilísticas. Su obra fundamental
es los Cuentos de Canterbury, colección de cuentos en verso donde, con
intención satírica, se reflejan las costumbres de la época.
6).- ALEMANIA: La influencia de trovadores y troveros hace aparecer, a
finales del siglo XII, a los minnesinger, poetas caballerescos que se
diferencian de los anteriores por cantar a un amor más real e incluir en sus
canciones elementos no amorosos, como la guerra. Sus figuras más
destacadas son Walther von der Vogelweide (1170?-1228), Walther Neid hart
von Reuenthal (1190?- 1236?) y Tannhäuser (S. XIII), personaje semi-
legendario que inspiró a Wagner la ópera del mismo nombre.

7).- ITALIA: Los poetas italianos hasta el siglo XII están muy influenciados


por los trovadores, tanto en la lengua como en las formas y temas de la
poesía. Unicamente la lírica popular religiosa de San Francisco de
Asís (1181-1226) y de Fra Jacopone de Todi (1228?-1306) se desentiende de
toda tutela trovadoresca. A finales del siglo XIII varios poetas, toscanos en
su mayoría, reelaboran y enriquecen la vieja tradición lírica de los
trovadores, concediendo menos importancia a la habilidad técnica que a la
inspiración directamente producida por un amor profundo: son los poetas
del Dolce Stil Nuovo: Guido Guinozzelli, Guido Calvancanti, Cino da
Pistoia, Dino Frescobaldi y, sobre todo, Dante y Petrarca. Dante
Alighieri (1265-1321) nació en Florencia, ciudad de la que tuvo que huir por
motivos políticos y a la que nunca volvió, andando errante por toda Italia.
Dante elevó a idioma el dialecto florentino en obras como Vita nuova,
dedicada a su amada Beatriz, y sobre todo en la Divina Commedia, extenso
poema alegórico, filosófico y religioso que narra la marcha de la humanidad
hacia su fin, Dios, a través de tres cantos situados, respectivamente, en el
Infierno, el Purgatorio y el Cielo. Francesco Petrarca (1304-1374), cuya obra
está casi toda ella inspirada en su amor por Laura, la "bella creatura", dejó
para la posteridad su Canzoniere, que fue imitado por toda la lírica europea.

8).- SEGLE D’OR: En el siglo XIV, el esplendor económico del Reino de


Valencia propicia el florecimiento de la literatura en lengua valenciana,
período que se conoce como "Segle d’or" y que continuará hasta el siglo XV.
Partiendo de postulados provenzales, Ausias March (1397?-1459) es la gran
figura de este movimiento. Sus poesías se suelen dividir en cantos de amor,
cantos de muerte, poesías religiosas y morales. También se le atribuye el
mérito de abandonar el provenzal para escribir en su lengua materna. Otras
figuras relevantes de la literatura valenciana de esta época son Jordi de Sant
Jordi, Roiç de Corella y Jaume Roig.

EL RENACIMIENTO

A mediados del siglo XV se produce en Italia (y posteriormente en toda


Europa) un movimiento de retorno a la cultura grecolatina, casi olvidada a lo
largo de la Edad Media, abriendo una nueva época en la literatura, pero
también en las artes, en la filosofía y en la política. Frente al teocentrismo
medieval, el humanismo coloca al hombre como centro de todas las cosas.
Puede decirse, en términos generales, que el Renacimiento oscila entre dos
tendencias, el idealismo y el naturalismo, aunque en ambas se hace patente
el culto a la vida, al hombre y su mundo interior.

1).- ITALIA: Aquí tiene su origen el Renacimiento, sobre las bases sentadas


por Dante y Petrarca. Tres grandes poetas son los que marcan esta
época. Angelo Poliziano (1454-1494), filólogo y poeta bajo el mecenazgo de
los Medicis, considerado uno de los precedente de la ópera por la estructura
de sus canciones; Ludovico Ariosto (1474-1533), autor de la obra
épica Orlando furioso y uno de tantos artistas que murió sin ver reconocidos
sus méritos; y Torquato Tasso (1544-1595), autor de muchas obras, entre las
que destaca Jerusalén libertada, perteneciente también a la épica.

2).- FRANCIA: Clement Marot (1496-1544), primer poeta renacentista, fue un


poeta cortesano de estilo elegante y jocoso, hasta que cayó en desgracia y
su poesía adquirió un tono más profundo y dolorido. En la segunda mitad
del siglo XVI aparece un movimiento denominado Pléiade que preconiza el
valor del francés frente al latín como lengua poética y la adopción de los
géneros grecolatinos. Sus máximos representantes fueron Pierre de
Ronsard (1524-1585), cantor del amor y del erotismo, y Joachim du
Bellay (1522-1560), considerado como el "teórico" del grupo. Frente a este
grupo hubo detractores como François de Malherbe (1555-1628), que
defendía la contención clásica y utilizó una poesía de férreos esquemas
negando validez a cualquier tipo de libertad poética, y Mathurin
Regnier (1573-1613), afamado poeta satírico.

3).- GRAN BRETAÑA: En la literatura inglesa renacentista lo culto y lo


popular se enlazan con la tradición medieval. Cuatro poetas destacan en
este período: John Skelton (1460-1529), al que podemos calificar de
satírico, Edmund Spencer (1552-1599), poeta original y con fuerte sentido
nacional, John Milton (1608-1674), que al quedar ciego se refugió en la
poesía y compuso uno de las obras maestras de la literatura, el Paraíso
perdido, y John Dryden (1631-1700), poeta, dramaturgo e iniciador de la
crítica literaria en Inglaterra.

Por encima de ellos hay que situar a William Shakespeare (1564-1616), una


de las más grandes figuras de la literatura universal, poeta y dramaturgo por
excelencia, con una habilidad en el lenguaje poético que aún hoy sigue
siendo fuente de inspiración. Su vida está llena de misterios, e incluso hay
quienes niegan su existencia. A parte de sus mundialmente famosas obras
teatrales, hay que destacar aquí sus Sonetos.

4).- ALEMANIA: La Reforma de Lutero limitó la libertad de los escritores, hizo


girar el interés alrededor de temas religiosos y rechazó por mundanas las
ideas del Renacimiento italiano. Las pocas figuras que ofrece esta etapa
son Hans Sachs (1494-1576), poeta indocto y popular, Friedrich von
Spee (1595-1635), activista en la Contrarreforma, y de manera
especial Martin Optiz (1597-1639), que trató de introducir el Renacimiento en
Alemania con el Libro de la poesía alemana, de gran influencia durante el
siglo siguiente.

5).- PORTUGAL: Gil Vicente (1465-1536) marca la intersección entre la Edad


Media y el Renacimiento, incorporado definitivamente por Sáa de
Miranda (1481-1558), Antonio Ferreira (1528-1569) y sobre todo por Luis de
Camoens (1524?-1580), el más ilustre de los poetas portugueses, autor
de Os luisadas y creador del lenguaje poético portugués.

6).- ESPAÑA: El Renacimiento español es conocido como "Siglo de Oro" por


la cantidad y calidad de poetas que aparecen en este período. Cabe
distinguir tres etapas:

a).- Primer Renacimiento: Coincidiendo con el reinado de Carlos V se acoge


en España la nueva poesía italiana de manos de poetas como Garcilaso de la
Vega (1503-1536) de corta vida y obra breve, pero intensa y muy
influyente, Juan Boscán (1495?-1542), al que se debe la introducción
definitiva de la métrica italiana, y sus continuadores Gutierre de
Cetina (1520-1557?) y Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575).

b).- Segundo Renacimiento: Durante el reinado de Felipe II alcanzan su


apogeo dos escuelas: la andaluza, donde predomina el preciosismo de la
forma, en la que destaca Fernando de Herrera (1534-1597), que cantó al amor
y al patriotismo con musicalidad y colorido; y la castellana, que antepone el
fondo a las formas, cuyo máximo representante es Fray Luis de León (1527-
1591), gran conocedor de los clásicos y de la Biblia. Hay que destacar
también el nacimiento de la lírica ascético-mística de la mano de Santa
Teresa de Jesús (1515-1582) y San Juan de la Cruz (1542-1591), y a la figura
aislada de Alonso de Ercilla (1533-1596?) con el poema épico La Araucana.

c).- Tercer Renacimiento: Durante el siglo XVII, y coincidiendo con el


Barroco, van a producirse dos tendencias enfrentadas entre sí:
el culteranismo (seguidor de la escuela andaluza) representado por Luis de
Góngora (1561-1627) con una obra extensa, rebuscada y llena de colorido; y
el conceptismo (seguidor de la escuela castellana) representado
por Francisco de Quevedo (1580-1645) con una obra aún más extensa y
compleja que, prácticamente, abarca todos los géneros y temas. Junto a
estas figuras, aparece Lope de Vega (1562-1635), que cultivó todos los
géneros aunando en ellos tanto la métrica antigua como las nuevas formas.
Incluso el gigante de la literatura española, Miguel de Cervantes (1547-1616)
se asomó a la poesía con menos acierto que sus obras narrativas y
dramáticas.

Alrededor de estas figuras clave de la poesía surgen otras voces como


los hermanos Argensola, Francisco de Rioja, Estaban Manuel de
Villegas y Sor Juana Inés de la Cruz.
EL NEOCLASICISMO

Con la llegada de Luis XIV al trono de Francia en 1660 se inicia el período


conocido como Ilustración, en el que va a predominar de manera absoluta la
razón, imponiéndose las normas greco-latinas, lo que va a provocar un
receso en la poesía en beneficio de la narrativa y del teatro.

1).- FRANCIA: Tres nombres sobresalen el país galo: Jean de La


Fontaine (1621-1695), en cuyas Fábulas se juntan todos los géneros
literarios: cuento, tragedia, realismo, lirismo, ironía, divertimento, elegíacos
e incluso dramáticos. Su influencia llega intacta a nuestros días; Nicolás
Boileau (1636-1711), desprovisto de imaginación, pero muy influyente en
cuanto supo condensar y codificar los postulados clásicos y ofrecerlos a
generaciones futuras; y Jean Racine (1639-1699), que, como en sus obras
drámaticas, se preocupa por la verosimilitud, una lógica lírica donde el
hombre triunfa o es víctima del destino y las circunstancias.

2).- GRAN BRETAÑA: Las corriente francesa se introduce en Inglaterra


dando lugar a los agustianos (en honor de las letras en tiempos de Augusto),
cuya máxima figura es Alexander Pope (1688-1744), famoso por las tertulias
literarias de su villa, con un estilo didáctico de carácter crítico. Pero el
neoclasicismo británico se combina con un cierto pre-romanticismo que da
lugar a poetas como James Thomson (1700-1748), William Collins (1720-
1756), Thomas Gray (1717-1771), Edward Young (1683-1765) y sobre
todo William Blake (1757-1827) y Robert Burns (1759-1796), el poeta nacional
de Escocia, cuya difícil poesía escrita en inglés, escocés y gaélico (a la vez),
presenta imágenes patrióticas y costumbristas vigentes hoy en día.

3).- ITALIA: El neoclasicismo se centra en las figuras de Hugo Foscolo (1778-


1827), de obra no muy extensa pero de gran influencia en la literatura italiana
y sobre todo en la crítica literaria; y Giuseppe Parini (1729-1799) con su obra
didáctico-satírica Il Giorno.

4).- ESPAÑA: Este período destaca la continuación de las escuelas


castellana (Meléndez Valdés y José Quintana) y andaluza (Alberto Lista),
pero sus obras no tienen la calidad del Renacimiento. La influencia de La
Fontaine se hace notar en los fabulistas Tomás de Iriarte (1750-1791) y Félix
María Samaniego (1745-1801).

5).- ALEMANIA: Apenas se dejó notar el neoclasicismo por la aparición del


movimiento Sturm und Drang ("tempestad e ímpetu") de carácter pre-
romántico, cuyas principales figuras fueron Friedrich Schiller (1759-1805)
poeta, dramaturgo, historiador y filósofo; y Johann Wolfgang von
Goethe (1749-1832), autor de numerosas obras, entre las que destacan Las
desventuras del joven Werther, que provocó una oleada de suicidios,
y Fausto, una de las obras maestras de la literatura universal, de vital
importancia en los períodos sucesivos.
EL ROMANTICISMO

El romanticismo es un movimiento ideológico, estético y artístico que se


inicia en el siglo XVIII y alcanza su plenitud en el XIX, y que va a suponer el
abandono de la razón y el canto a los sentimientos, exaltando la
personalidad, la libertad, el amor, el honor y el patriotismo, lo que conlleva a
un resurgir de la poesía, tanto en la calidad como en la cantidad de poetas.

1).- ALEMANIA: Siguiendo la corriente del Sturm und Drang, Alemania aporta


al romanticismo figuras como Friedrich Hölderlin (1770-1843), cuya
melancolía influyó en filósofos y poetas coetáneos y futuros, Novalis (1772-
1801), para quien, en su corta vida, todo fue poesía, y Heinrich Heine (1797-
1856), con una extensa obra en alemán y francés de muy variada temática,
que tuvo amplia repercusión en todo el siglo XIX.

Otros nombres del romanticismo alemán son Friedrich Gottlieb


Klopstock (1724-1803), Clemens Brentano (1778-1842), August
Hallermünde (1796-1835), Eduard Mörike (1804-1875) y Nicolaus von
Strehlenau (1822-1850).

2).- GRAN BRETAÑA: También en Gran Bretaña existe un período pre-


romántico que prepara el camino para que el escocés James Macpherson dé
a conocer, a finales del siglo XVIII las supuestas traducciones de las baladas
de un bardo gaélico del siglo III llamado Ossián, quien, ciego y errante, canta
a las ruinas de los castillos, los paisajes tristes de Escocia y las antiguas
leyendas celtas. La opinión generalizada hoy en día es que Macpherson
escribió él mismo las baladas sobre tradiciones gaélicas verdaderas.

En un primer momento aparecen los nombres de William Wordsworth (1770-


1850) y Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) que sirven de prólogo a las tres
grandes figuras de este período, verdaderas encarnaciones del ideal
romántico, apasionados y vehementes, amantes de la libertad y muertos en
plena juventud: Lord Byron (1788-1824) autor de una extensa obra repleta de
calidad, Percy Bisshe Shelley (1792-1822), constantemente enamorado y
propagandista de ideas revolucionarias, y John Keats (1795-1821), cuya
delicada poesía obtuvo reconocimiento en el siglo siguiente.

Hay que señalar, a modo de apéndice a la poesía inglesa, la incorporación de


los Estados Unidos a la literatura, con la figura de Edgar Allan Poe (1809-
1849) cuyas obras narrativas y poéticas siguen siendo, hoy en día, fuente de
inspiración de músicos, cineastas y escritores.

3).- RUSIA: Con Pedro el Grande comienza la apertura de Rusia al mundo


occidental, dando dos figuras de talla universal, Alexander Pushkin (1799-
1837) poeta y novelista de un lirismo un tanto superficial pero de fantasía
exuberante, y Mihail Lermontov (1814-1841), cuyas obras combinan el lirismo
con el apasionamiento por la libertad.
4).- FRANCIA: La mezcla del romanticismo y las tradiciones literarias de
Boileau marca a Alphonse de Lamartine (1790-1869), que defiende
encaminarse a la naturaleza para alcanzar a Dios, en detrimento del
hombre. Victor Hugo (1802-1885) también siguió los senderos de la fe, hasta
que, con cincuenta y tres años, abrazó el liberalsocialismo. Su poesía probó
todos los temas y un sinfín de métricas. Otros autores importantes para esta
etapa son Gérard de Nerval (1808-1855), Alfred de Vigny (1797-1863), Alfred
de Musset (1810-1857), y Théophile Gautier (1811-1872), quien inicia la
transición a tendencias contemporáneas.

5).- ITALIA: Dos nombres centran el romanticismo italiano: Alessandro


Manzoni (1785-1873), novelista, poeta y dramaturgo, que combina un
encendido patriotismo con la devoción católica, y Giacomo Leopardi (1798-
1839), cuya desgraciada vida le lleva al pesimismo y a la melancolía, y éstas,
a través de una perfección en las formas, a ser una de las figuras vitales de
la poesía europea.

6).- ESPAÑA: Numerosos autores aparecen durante el romanticismo


influenciados por la corriente alemana e inglesa, entre los que destacan
Ángel de Saavedra, Duque de Rivas (1791-1865), dramaturgo y poeta
de Romances históricos, José de Esprocenda (1810-1842), apasionado y
pesimista de tono byroniano, José Zorrilla (1817-1893), recordado por su
obra dramática y sus Leyendas épicas, Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870),
el lírico más hondo del romanticismo español, con una obra breve pero
inmensamente influyente, y Rosalía de Castro (1837-1885), con una
producción lírica, intensa y delicada, impregnada de tristeza.

 POESÍA HISPANOAMERICANA

En principio no hay motivos formales para distinguir la poesía


hispanoamericana de la española. No obstante, las luchas por la
emancipación suscitan una actitud de repudio que, en líneas generales, se
traduce en un afán de inspirarse en otras literaturas europeas,
especialmente la inglesa y la francesa. Pero ya en el siglo XX la literatura
sudamericana iniciará en la misma España una renovación cuyas
consecuencias se perciben aún hoy en día.

Razones de espacio nos obligan a indicar, someramente, los poetas más


destacados de Sudamérica durante los siglos XIX y XX.

1).- CUBA: José Martí (1853-1895) es el gran poeta de Cuba, que defenderá el


separatismo de España hasta su muerte. Otros nombres ilustres son los
de Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873), Nicolás Guillén (1902-
1989), Julián del Casal (1863-1893), Emilio Ballagas (1910-1954), Cintio
Vitier (1920) y Eliseo Diego (1920-1966).
2).- ARGENTINA: Podemos señalar los comienzos de la lírica argentina con
la poesía gauchesca y con la mayor de sus obras, Martín Fierro de José
Hernández (1834-1886). La lista de ilustres poetas se complementa
con Leopoldo Lugones (1874-1938), Jorge Luis Borges (1899-
1986), Leopoldo Díaz (1862-1947), Oliverio Girondo (1891-1967), Julio
Cortázar (1914-1984) y Juan Gelman (1930).

3).- MÉXICO: La rica y extensa poesía mexicana cuenta con una buena lista
de autores: Amado Nervo (1870-1919), Octavio Paz (1914-1998), Juan de Dios
Peza (1852-1910), Salvador Díaz Mirón (1853-1928), Manuel José Othon (1858-
1906), Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), Carlos Pellicer (1899-
1977), Jaime Torres Bodet (1902-1974) y Ramón López Velarde (1881-1921).

4).- CHILE: Cabe destacar a Gabriela Mistral (1889-1957), Vicente


Huidobro (1893-1948), Nicanor Parra (1914) y, por encima de todos, la
enorme figura de Pablo Neruda (1904-1973), que representa un carácter
fundamental de la poesía americana frente a la europea como es la
convivencia o superposición de corrientes que en Europa son
incompatibles.

Fuera de estos países hay que hacer mención al colombiano José Asunción


Silva (1865-1896), al peruano César Vallejo (1893- 1938), al
salvadoreño Roque Dalton (1933-1975), y de manera especial al
uruguayo Mario Benedetti (1920), al que podemos denominar la "estrella
actual de la poesía" por el éxito y ventas de sus libros, y al
nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), el poeta que revolucionó la poesía
del siglo XX con el modernismo, corriente literaria que significa una
negación de la literatura precedente y, en cierto modo, una reacción contra
ella ya que, partiendo de la negación de la razón recupera la angustia
romántica. En la métrica, Darío fue un verdadero experimentador e
innovador, creando versos nuevos o modificando los ya existentes con
variaciones inéditas.

 LA POESÍA CONTEMPORÁNEA

Se inicia en el siglo XIX una tendencia, que continúa en la actualidad, de


ampliar los horizontes de la poesía por cualquier medio posible, dejando de
lado la exclusividad de la antigüedad. Las corrientes y los movimientos se
van a ir sucediendo muy rápidos, dando lugar a un inmenso caudal poético
muy variado tanto en sus formas como en el fondo.

 1).- FRANCIA: Este es un período muy rico en la poesía gala, que


prácticamente va a imponer sus estilos en todo el mundo. Varias corrientes
surgen en Francia:

a).- Parnasianimo: Corriente que busca, frente a la exaltación romántica,


alcanzar la belleza objetiva, a través de formas métricas perfectas y de la
impersonalidad de los sentimientos. Sus máximos representantes
fueron Leconte de Lisle (1818-1894), José María de Heredia (1842-1905)
y Sully Prudhomme (1839-1907), primer Premio Nobel de literatura.

b).- Simbolismo: Corriente que busca sugerir la noción ideal de las cosas


combinando las palabras según su valor musical y evocador, frente al
rigidez parnasianista. Sus representantes más importantes, todos ellos
figuras clave de la literatura, fueron Charles Baudelaire (1821-1867),
considerado el primer "poeta maldito", Arthur Rimbaud (1854-
1891), Stéphane Mallarmé (1842-1898), Paul Marie Verlaine (1844-1896), Paul
Valéry (1871-1945) y Paul Claudel (1868-1955).

c).- Dadaísmo: Movimiento artístico nacido en Zurich que se basa en el


desarrollo de lo ilógico y absurdo. Tuvo una corta vida y su mayor
representante en poesía fue el refugiado rumano Tristan Tzara (1893-1963).

d).- Surrealismo: Este movimiento, que tuvo como precursor al


misterioso Guillerme Apollinaire (1880-1918), nace oficialmente en París en
1924. Allí André Bretón (1896-1966), influenciado por las doctrinas de
Sigmund Freud, publica el Manifiesto Surrealista donde define el movimiento
como "automatismo psíquico puro a través del cual nos proponemos
expresar, ya sea verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el
funcionamiento real del pensamiento". Pronto el surrealismo se extenderá a
otras artes como la pintura. Otra figura destacada es la de Louis
Aragon (1897-1982).

Todos estos movimientos van a hacer que a lo largo del siglo XX surjan en
Francia figuras de un nuevo lirismo como Antonin Artaud (1896-1948), Paul
Eluard (1895-1952), Henri Michaux (1899-1984), el senegalés Léopold Sédar
Sénghor (1906-2001) o el multifacético Jean Cocteau (1889-1963).

2).- ITALIA: Giosué Carducci (1835-1907) señala el final del romanticismo


junto con Gabriel D’Annunzio (1863-1938) y Giovanni Pascoli (1855-1912). En
1909 Filippo Tomasso Marinetti (1876-1944) funda el futurismo, movimiento
dinámico que arremete contra los valores tradicionales. A partir de aquí se
va a buscar un equilibrio entre el legado greco-latino y la cotidianeidad por
nombres como Dino Campana (1885-1932), Arturo Onofri (1885-
1928), Umberto Saba (1883-1957), Giuseppe Ungaretti (1888-1970), Eugenio
Montale (1896-1981), Salvatore Quasimodo (1901-1969) y Cesare
Pavese (1908-1950).

3).- ESPAÑA: A finales del siglo XIX, la decadencia del romanticismo deja los
nombres de Gaspar Núñez de Arce (1834-1903) y Ramón de
Campoamor (1817-1901), pero será a comienzos del XX cuando la poesía
resurge con el pesimismo de la Generación del 98, representada por Antonio
Machado (1875-1939) y Miguel de Unamuno (1864-1931), y por la figura
de Juan Ramón Jiménez (1881-1958) que operan un cambio en la lírica
española que llegará a su esplendor con la Generación del 27 y los
movimientos de vanguardia: Federico García Lorca (1898-1936), Gerardo
Diego (1896-1987), Jorge Guillén (1893-1984), Vicente Aleixandre (1898-
1984), Pedro Salinas (1892-1951), Luis Cernuda (1902-1963), Rafael
Alberti (1902-1999) y Miguel Hernández (1910-1942).

En la segunda mitad del siglo XX hay que destacar los nombres de León
Felipe (1884-1968), Luis Rosales (1910-1992), Leopoldo Panero (1909-
1962), Dámaso Alonso (1898-1990), Gabriel Celaya (1911-1991), Blas de
Otero (1916-1979), José Ángel Valente (1929-2000), Jaime Gil de
Biedma (1929-1990), José Hierro (1922-2002), Carlos Bousoño (1923)
y Francisco Brines (1932)

 4).- PORTUGAL: Las figuras de Guerra Junqueiro (1850-1923) y de Teixeira


de Pascoaes (1879-1952) preparan la lírica contemporánea, en la que
destaca Joâo José Cochofel (1919-1982).

5).- ALEMANIA: La poesía contemporánea germana puede personificarse


en Rainer Maria Rilke (1875-1926) y la personalísima voz de Bertold
Brecht  (1898-1956).

6).- INGLATERRA: Cabe destacar a Robert Browning (1812-1889), Dante


Gabriel Rossetti (1828-1882), Thomas Hardy (1840-1928) y William Butler
Yeats (1865-1939). Ya en el siglo XX las figuras de T. S. Elliot (1888-1967)
y Ezra Pound (1885-1972) van a revitalizar la poesía inglesa, ejerciendo una
influencia actual en autores como Dylan Thomas (1914-1953).

7).- ESTADOS UNIDOS: Dos grandes figuras van a lanzar la naciente poesía


en Norteamérica, que a partir de ahora generará un importante número de
poetas: Walt Whitman (1819-1892) y la poetisa Emily Dickinson (1830-1886).
De entre el nutrido grupo de poetas norteamericanos del siglo XX hay que
destacar a Wallace Stewens (1879-1950), Charles Bukowski (1920-1994), Jack
Kerouac (1922-1967) y Allen Ginsberg (1926-1997).

Para cerrar esta breve historia de la poesía hay que recordar dos nombres: el
libanés Khalil Gibrán (1883-1991) y el indio Rabindranah Tagore (1861-1941)
cuya lírica obtiene gran repercusión en todo el mundo.

También podría gustarte