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Los Ejidos

Los ejidos eran tierras de uso común ubicadas a la salida de los pueblos de
españoles e indios. Sin embargo, en las latitudes americanas de
colonización hispana hubo una gran diversidad de casos, características y
dinámicas a lo largo del tiempo.

Desde principios de la colonia, se establecían tierras ejidales, para la


fundación de ciudades, villas y pueblos de indios. Las ciudades y las villas
eran tierras para ser repartidas y dadas en propiedad privada a españoles
peninsulares (conquistadores y colonos nacidos en España), los pueblos de
indios eran tierras dadas a comunidades indígenas, sin titulo de propiedad,
empleadas para el cultivo de alimentos y el pago de tributos.
El establecimiento de ejidos eran solicitados directamente a la corona, a partir del
reinado de Felipe II (1556 a 1598) por medio del consejo de indias solicitud hecha,
por el gobierno colonial, en el caso del Reino de Guatemala por la Capitanía
General y autorizado por medio de cédula real. La Capitanía General en base a la
cédula real transfería en propiedad al Ayuntamiento de la ciudad por fundarse o en
fundación o los cabildos en caso de pueblos de indios y ciudades secundarias, las
tierras de ejidos previamente establecidas como tales, eran transferibles.

Los ayuntamientos repartían la tierra en solares a los españoles peninsulares.


Cuando la tierra ya había sido repartida para haciendas y debía allí fundarse una
ciudad, la corona autorizaba al gobierno colonial comprar las haciendas y crear
terrenos ejidales, para luego cederlas a los ayuntamientos.
Las tierras ejidales y su extensión era establecida con suficiente área no sólo para
cubrir el espacio necesario para la vivienda (de los colonos), los servicios públicos y su
edificación, también para el futuro crecimiento de la ciudad, para el pasto del ganado
(potreros) y la recreación de sus habitantes, dado lo extenso de los ejidos, en
propiedad de los 5 ayuntamientos, generó negocios de tierra, favoreciendo a la
oligarquía quienes dominaban al gobierno de la ciudad a través del ayuntamiento
donde se efectuaban las transferencias de la propiedad de la tierra.

Las tierras ejidales para la fundación de la nueva ciudad de Guatemala, fueron


solicitadas por la Capitanía General en 1773 durante el reinado de Carlos III, quien
ordenó las formal traslación de la ciudad de Santiago, entre el 12 al 16 de enero de
1974, al Valle de la Virgen. La resolución se operó el 21 de julio de 1775, recibiéndose
la Cédula Real en septiembre 1775.
Órganos del ejido
Ley agraria Art. 21
Son órganos de los ejidos:

 La asamblea

 El comisariado ejidal

 El consejo de la vigilancia
Fundamento Constitucional :

Sexto párrafo de la fracción VII del Articulo 27 Constitucional “ La asamblea


general es el órgano supremo del núcleo de población ejidal o comunal, con
la organización y funciones que la ley señale. El comisariado ejidal o de
bienes comunales, electro democráticamente en los términos de la ley, es el
órgano de representación del núcleo y el responsable de ejecutar las
resoluciones de la asamblea”.
Naturaleza e integración del ejido

El ejido no es un conjunto de tierras, sino una persona moral y como tal tiene
personalidad jurídica y patrimonio propio, el cual se encuentra conformado
por un conjunto de bienes y derechos denominados propiedad ejidal.

La ley agraria publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 26 de


febrero de 1992, que es la ley reglamentaria del articulo 27 Constitucional en
materia agraria, no solo les reconoce personalidad jurídica a los ejidos, sino
también e1 derecho de propiedad sobre las tierras.
Al respecto el articulo 9 establece:

Los núcleos de población ejidales o ejidos tienen personalidad jurídica y


patrimonio propio y son propietarios de las tierras que les han sido dotadas o de
las que hubieren adquirido por cualquier otro titulo.

El ejido como persona moral se encuentra integrado por tres órganos: a) La


Asamblea de Ejidatarios, b) El Comisariado Ejidal y c) El Consejo de Vigilancia
(art. 21 ley agraria).

 La Asamblea de Ejidatarios

Es el órgano supremo del ejido y se encuentra conformada por los ejidatarios (art.
22 ley agraria). Son ejidatarios los hombres y mujeres titulares de derechos
ejidales (art. 12 ley agraria).
 El Comisariado Ejidal

En los términos del artículo 32 de la Ley agraria el comisariado ejidal es el órgano


encargado de la ejecución de los acuerdos de la asamblea, así como de la
representación y gestión administrativa del ejido. Se encuentra integrado por un
Presidente, un Secretario y un Tesorero, propietarios y sus respectivos suplentes; al
igual que por las comisiones y secretarios auxiliares previstos en su reglamento
interno.

 El consejo de vigilancia

Su función esencial como su nombre lo indica es vigilar que el comisariado ejidal


cumpla sus obligaciones. Este órgano del ejido se encuentra constituido por un
Presidente y dos Secretarios propietarios y sus respectivos suplentes.
Los principios de la política agraria colonial
Uno de los principales problemas de Guatemala siempre ha sido la mala
distribución de tierras, que es el importante medio de producción de la época.

Los orígenes del latifundismo guatemalteco se encuentra en la organización


económica de la sociedad colonial.

El Estado y sus leyes son una expresión jurídica de los intereses de clase, por lo
que hace a la tierra, el estudio atento de las fuentes coloniales guatemaltecas ya
que permite descubrir los lineamientos de la política agraria por la cual se permite
señalar 5 de ellas las cuales son:
Principio de señorío
El principio fundamental de la política indiana en lo relativo al agro se encuentra
expresado en el señorío que ejercía la corona de España sobre todas las tierras de las
provincias conquistadas en su nombre. Este principio no era otra cosa que el derecho de
conquista como hecho consumado era la expresión legal de la y constituye, por eso
mismo, la base y el agrario colonial.

La conquista fue esencialmente un proceso violento de apropiación —proceso


económico, por ende— que suprimió automáticamente el derecho de propiedad de los
nativos sobre sus tierras, pero que no se lo dio automáticamente a los conquistadores,
como podría suponerse. Unos y otros, conquistadores y conquistados, sólo podían recibir
tierras del nuevo y verdadero dueño, el rey, pues en su nombre, y únicamente bajo esa
condición, habían venido los primeros a arrebatarle sus dominios a los segundos.
Inmediatamente después de consumada la conquista, toda propiedad sobre la
tierra provenía, directa o indirectamente, de una concesión real. El reparto de
tierras que hacían los capitanes de conquista entre sus soldados, lo hacían en
nombre del monarca con poderes especiales otorgados por él, y la plena propiedad
de aquellas posesiones estaba sujeta a confirmación real.

El principio de señorío hay que repetirlo tuvo una importancia extraordinaria por
haber sido la expresión legal de un acto material absolutamente básico: el despojo
de los nativos y el paso de toda propiedad a la corona en cuyo nombre se hizo la
conquista. Las enormes proyecciones de este principio deben ser bien
comprendidas en sus dos vertientes. Una positiva: sólo rey cede o vende tierra;
toda posesión deriva de una cesión o venta original de la corona.
Y otra negativa no menos importante: cualquier tierra que el rey no haya vendido o cedido
es tierra realenga le pertenece al rey y no puede ocuparse ni usarse sin incurrir en delito
de usurpación. La corona cedió y vendió tierras cuando a quien le convino, y también las
negó cuando ello le significó algún beneficio. El principio de señorío fue factor de
latifundismo actuando en los dos sentidos señalados. Adelante veremos que los primeros
latifundios guatemaltecos fueron las grandes concesiones de tierras hechas por el rey a
favor de conquistadores y primeros colonos; y también veremos que, al negarles tierras a
los mestizos pobres, los lanzó como arrendatarios a las grandes haciendas y creó con
ello un motivo adicional para la expansión latifundista de dichas empresas.
Principio de la tierra como aliciente

En la región centroamericana territorio pobre en


metales preciosos , concesión de tierras y de control
sobre los indios fueron los principales alicientes
empleados.

Pues esta era la forma de recompensa del rey hacia


los conquistadores.

Esto va perdiendo su esencia a finales del siglo XVI


porque dos generaciones de colonos habían tenido
descendientes criollos lo cual permitió un nuevo
principio.
Este principio político —la tierra como aliciente—, determinado por la necesidad de
expandir y consolidar un imperio sin hacer gastos, a expensas de los conquistados, fue
a su vez un punto de partida del latifundismo. Las tierras cedidas a los conquistadores
y primeros pobladores, solicitadas por ellos en extensiones que la corona no podía
valorar por desconocimiento de lo que cedía, fueron los primeros latifundios coloniales
susceptibles de ser ulteriormente ampliados, como se verá adelante.

Finalizando el siglo XVI, dos generaciones de colonizadores españoles habían echado


raíces en las colonias. Habían erigido ciudades, tenían tierras en abundancia,
disponían del trabajo forzado de lo indios, muchos de ellos tenían encomiendas,
habían fundado familias y tenían descendientes criollos. Afianzado el imperio por obra
de la colonización y de la toma efectiva del poder local por las autoridades
peninsulares, el principio político de la tierra como aliciente perdió su sentido original y
siguió actuando en forma atenuada.
La tierra como fuente de ingreso a las cajas reales

Bajo el procedimiento de la “composición de tierras”.

En aquel período convenía tolerarlas, pero medio siglo más tarde se convirtieron
en motivo de reclamaciones y de “composiciones”. La monarquía comenzó a dictar
órdenes encaminadas a que todos los propietarios de tierras presentaran sus
títulos. Las propiedades rústicas serían medidas para comprobar si se ajustaban a
las dimensiones autorizadas en aquellos documentos. En todos los casos en que
se comprobara que había habido usurpación de tierras realengas el rey se avenía
a cederlas legalmente si los usurpadores aceptaban pagar una suma de dinero por
concepto de “composición”. En caso contrario, era preciso desalojarlas para que el
rey pudiera disponer de ellas.
En 1591 Fueron emitidos dos Cedulas por Felipe II, lo cual dio paso a la
composición.

La primera Cédula se emite con el objetivo de que todas las tierras usurpadas se
han devueltas al rey.

Pero la segunda Cédula la complementa ya que hace cierto hincapié en decir que
si los usurpadores pagaban lo justo y razonable por esas tierras pueden
conservarlas.

La composición fue un mecanismo para causarle ingreso a la corona en todo el


periodo colonial.

Pero la finalidad de la composición no era erradicar la usurpación si no a


convertirla en un procedimiento normal para adquirir tierras y así ensanchar los
latifundios.
Pero de esta composición surge otro fenómeno pues se impuso que los
subdelegado recibieran el 2% de las ventas lo cual los subdelegados
procuraban precios altos o simplemente las vendían a precio bajo para no
perder la venta.

Pero esto ayudo a la corona a obtener fondos monetarios a base de tierras.


Preservación de las tierras comunales de indios
Todos los pueblos de indios fueron dotados desde su creación con dos clases de
tierras:

Ejidos;

Los cuales eran las tierras indispensables y de uso común. La medición de estos
debía de calcularse representados con dos líneas rectas cruzadas en el centro del
pueblo lo cual cada una debía de poseer una legua de longitud, lo cual se suponía
que el área encerrada entre los cuatro extremos de esas líneas podía
considerarse como ejido de un pueblo.

Las tierras comunales se extendían a los alrededores del pueblo su extensión era
viable y se suponía que cada familia poseía la tierra necesaria cuando en realidad
no era así, existían personas sin tierras para poder vivir y a las otras les sobraba.
Además de estos existieron tierras de indios de forma particular, la mediana y la
pequeña propiedad rustica existió pero de una forma muy limitada.

También fue la reservación de las Tierras Comunales de Indios. Al hacerse la gran


organización definitiva de las colonias a mediados del siglo XVI, fueron creados
los pueblos de indios completamente distintos de los poblados prehispánicos, que
fueron desmantelados para crear estas nuevas concentraciones. Todos los
pueblos de indios fueron dotados desde su creación con dos clases de tierras: las
llamadas ejidos también “de pastos y ejidos” o “montes y pastos”, y las llamadas
tierras comunales también “comunes de labranza”, “de sementera” o “de labranza
y sementera”.
El bloqueo agrario de los mestizos

Pues esta es la que ponía a los “ladinos” en una situación mera precaria, pues no se
les daba ese privilegio de las tierras, se reglamento que para obtenerlas deberían
adquirirlas por composición.

Según Francisco de Paula señalo que; los mestizos hubieran ameritado la creación
de villas y así poder adquirir porciones de tierras para trabajarlas.

Algunos de ellos lograron tierras por esfuerzos propios.

La proliferación de ladinos configuro en aquella sociedad por lo menos dos capas


medias urbanas una alta y una reducida, pero en fin todos ellos resultaron ofreciendo
su fuerza de trabajo a un precio muy reducido tan solo por tener una porción de
tierra para poder sobrevivir, lo cual fue una decisión económica bastante beneficiada
a los terratenientes pues adquirían fuerza de trabajo a un costo bastante favorable.
Las Leyes de Indias en lo tocante a tierras no hacen discriminación de la gente mestiza
las “castas”, los ladinos, sino que ofrecen puntos de apoyo legal para que ellos también
puedan obtenerlas por los procedimientos usuales. Las Cédulas especiales para
Guatemala, así como las disposiciones elaboradas por la Audiencia, tampoco establecen
limitación para la adquisición de tierras por mestizos, aunque es de notarse que siempre
se refieren a ellos como particulares, facultándolos para adquirirlas por composición.

Sin embargo, dado que los mestizos formaban un contingente humano en crecimiento y
de escasos recursos económicos, era de esperarse que el gobierno colonial, a nivel
peninsular o a nivel de provincia, dictara las providencias necesarias para dotarlos de
tierras, considerándolos como un grupo económicamente diferenciado y muy necesitado
de aquel recurso fundamental. Si los indios, como clase, vivían en sus pueblos, tenían
tierras y gozaban de un fuero especial, los mestizos, como grupo emergente en la
sociedad colonial, no ubicada y carente de medios de producción, debieron ser objeto de
la creación de centros especiales para ellos, dotados de tierras para trabajar.

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