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Los ejidos eran tierras de uso común ubicadas a la salida de los pueblos de
españoles e indios. Sin embargo, en las latitudes americanas de
colonización hispana hubo una gran diversidad de casos, características y
dinámicas a lo largo del tiempo.
La asamblea
El comisariado ejidal
El consejo de la vigilancia
Fundamento Constitucional :
El ejido no es un conjunto de tierras, sino una persona moral y como tal tiene
personalidad jurídica y patrimonio propio, el cual se encuentra conformado
por un conjunto de bienes y derechos denominados propiedad ejidal.
La Asamblea de Ejidatarios
Es el órgano supremo del ejido y se encuentra conformada por los ejidatarios (art.
22 ley agraria). Son ejidatarios los hombres y mujeres titulares de derechos
ejidales (art. 12 ley agraria).
El Comisariado Ejidal
El consejo de vigilancia
El Estado y sus leyes son una expresión jurídica de los intereses de clase, por lo
que hace a la tierra, el estudio atento de las fuentes coloniales guatemaltecas ya
que permite descubrir los lineamientos de la política agraria por la cual se permite
señalar 5 de ellas las cuales son:
Principio de señorío
El principio fundamental de la política indiana en lo relativo al agro se encuentra
expresado en el señorío que ejercía la corona de España sobre todas las tierras de las
provincias conquistadas en su nombre. Este principio no era otra cosa que el derecho de
conquista como hecho consumado era la expresión legal de la y constituye, por eso
mismo, la base y el agrario colonial.
El principio de señorío hay que repetirlo tuvo una importancia extraordinaria por
haber sido la expresión legal de un acto material absolutamente básico: el despojo
de los nativos y el paso de toda propiedad a la corona en cuyo nombre se hizo la
conquista. Las enormes proyecciones de este principio deben ser bien
comprendidas en sus dos vertientes. Una positiva: sólo rey cede o vende tierra;
toda posesión deriva de una cesión o venta original de la corona.
Y otra negativa no menos importante: cualquier tierra que el rey no haya vendido o cedido
es tierra realenga le pertenece al rey y no puede ocuparse ni usarse sin incurrir en delito
de usurpación. La corona cedió y vendió tierras cuando a quien le convino, y también las
negó cuando ello le significó algún beneficio. El principio de señorío fue factor de
latifundismo actuando en los dos sentidos señalados. Adelante veremos que los primeros
latifundios guatemaltecos fueron las grandes concesiones de tierras hechas por el rey a
favor de conquistadores y primeros colonos; y también veremos que, al negarles tierras a
los mestizos pobres, los lanzó como arrendatarios a las grandes haciendas y creó con
ello un motivo adicional para la expansión latifundista de dichas empresas.
Principio de la tierra como aliciente
En aquel período convenía tolerarlas, pero medio siglo más tarde se convirtieron
en motivo de reclamaciones y de “composiciones”. La monarquía comenzó a dictar
órdenes encaminadas a que todos los propietarios de tierras presentaran sus
títulos. Las propiedades rústicas serían medidas para comprobar si se ajustaban a
las dimensiones autorizadas en aquellos documentos. En todos los casos en que
se comprobara que había habido usurpación de tierras realengas el rey se avenía
a cederlas legalmente si los usurpadores aceptaban pagar una suma de dinero por
concepto de “composición”. En caso contrario, era preciso desalojarlas para que el
rey pudiera disponer de ellas.
En 1591 Fueron emitidos dos Cedulas por Felipe II, lo cual dio paso a la
composición.
La primera Cédula se emite con el objetivo de que todas las tierras usurpadas se
han devueltas al rey.
Pero la segunda Cédula la complementa ya que hace cierto hincapié en decir que
si los usurpadores pagaban lo justo y razonable por esas tierras pueden
conservarlas.
Ejidos;
Los cuales eran las tierras indispensables y de uso común. La medición de estos
debía de calcularse representados con dos líneas rectas cruzadas en el centro del
pueblo lo cual cada una debía de poseer una legua de longitud, lo cual se suponía
que el área encerrada entre los cuatro extremos de esas líneas podía
considerarse como ejido de un pueblo.
Las tierras comunales se extendían a los alrededores del pueblo su extensión era
viable y se suponía que cada familia poseía la tierra necesaria cuando en realidad
no era así, existían personas sin tierras para poder vivir y a las otras les sobraba.
Además de estos existieron tierras de indios de forma particular, la mediana y la
pequeña propiedad rustica existió pero de una forma muy limitada.
Pues esta es la que ponía a los “ladinos” en una situación mera precaria, pues no se
les daba ese privilegio de las tierras, se reglamento que para obtenerlas deberían
adquirirlas por composición.
Según Francisco de Paula señalo que; los mestizos hubieran ameritado la creación
de villas y así poder adquirir porciones de tierras para trabajarlas.
Sin embargo, dado que los mestizos formaban un contingente humano en crecimiento y
de escasos recursos económicos, era de esperarse que el gobierno colonial, a nivel
peninsular o a nivel de provincia, dictara las providencias necesarias para dotarlos de
tierras, considerándolos como un grupo económicamente diferenciado y muy necesitado
de aquel recurso fundamental. Si los indios, como clase, vivían en sus pueblos, tenían
tierras y gozaban de un fuero especial, los mestizos, como grupo emergente en la
sociedad colonial, no ubicada y carente de medios de producción, debieron ser objeto de
la creación de centros especiales para ellos, dotados de tierras para trabajar.